viernes, 22 de abril de 2016

La Vida no es un sueño: Cap. 3; Autora Chany

La Vida  no es un sueño
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Abril del 2016
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Capitulo 3
 Una mano¿”Amiga”?
Autora: Chany

Con el niño dormido en brazos Ed fue a su despacho que era lo que más cerca tenía y lo puso en el sillón que había allí y se detuvo a observarlo por un momento, que poco pesaba y era bajo además, sabía su edad por el juicio pero realmente no parecía y pensó en Estella y sintió asco, ese que descansaba en su sillón era sólo un crío y fue ahí que pudo sentir y pensar sinceramente que ese chico podía ser una víctima en todo esto.
TOC TOC TOC. El sonido aquel de nuevo invadía su cerebro, por Dios ¿que acaso ese día todo el mundo se puso de acuerdo en romperle las p.. la paz? Ed camino con pesar saliendo de su despacho pero mientras salía Juan ya iba entrando con la llave que tenía para emergencias y al ver  salir a su hermano menor del despacho todo sudoroso y despeinado saco sus conclusiones.


  • Guau hermanito no quería interrumpir!!!, ¿Con quién estas? –  Pregunto susurrando y con cara de pícaro.
  • Cuando te cuente con quien estoy no lo vas a creer… – dijo con cansancio eran apenas las 7 de la tarde y él sentía que había vivido el día más largo de su vida.
  • ¿Tan buena está que no lo voy a creer?
  • Juan no seas idiota y mejor nos sentamos porque es larga la historia… –  Le contó todo lo que vivió ese día y se sincero con sus sentimientos y deseos de ayudar al niño.
  • Alto, alto, alto… ¿el padre de ese mocoso no es juez?... Siempre te apoye en todo pero esto es demasiado, estas saliendo de una depresión tu juicio no es el mejor en este momento; esto es una locura, ¿tienes una idea de los problemas que te puede traer tener a un menor en tu casa?? Por Dios te pueden acusar de secuestro.. o… no sé – Juan estaba levantando presión y divagando en preocupaciones cuando Ed lo interrumpió
  • Primero, te agradecería que no me trates como a un desquiciado, no estoy loco y segundo no es un mocoso; se llama Ignacio y de verdad necesita ayuda, yo estuve ahí y vi como lo trataron. Además es extraño pero de alguna manera si no fuera por él no tendría a mi hijo – La conversación había dejado de ser un secreto y las voces habían despertado a Nacho que se levantó con un terrible dolor de cabeza y estaba totalmente desorientado pero cuando los escucho se pegó a la puerta para oír lo que pasaba
  • Ok.. muy altruista lo tuyo, pero no conocemos a ese chico y es muy probable que si por milagro su padre le de la emancipación como dijo y acepta tu ayuda y la convivencia es color de rosa y Estella no vuelve y y y… – numeraba con los dedos con claro fastidió y sarcasmo mostrando lo improbable de la situación que te hace pensar que en cuanto ese mocoso sea mayor de edad o este más estable no pida la custodia de Mateo, si esta tan encaprichado, ¿que te hace pensar que no va usarte?
  • La verdad también tengo miedo, no hable con él  de sus intenciones, tal vez sí me precipité… Si habló con su padre o defensoría del menor tal vez pue… – pueda prevenir algunos problemas iba a decir ya que la decisión estaba tomada.. No iba a renunciar a su hijo e iba a ayuda a Ignacio porque era lo correcto, pensaba en el futuro y sabía que en algún momento tendría que mirar a los ojos a Mateo y decirle como fueron las cosas y quería que llegado el momento el pudiera sostener la mirada de su hijo y decirle “hice las cosas lo mejor que pude” y tener la conciencia tranquila, después de todo él era el adulto, pero fue interrumpido.
  • ¡¡NOOOO!!... No debí confiar en alguien como usted… traidor yo me llevo a mi bebé ahora.. usted sólo me lo quiere quitar y llevarme a la policía – Grito Ignacio y comenzó a subir las escaleras siguiendo el llanto de Mateo que se despertó con su grito, sabía que ese no era su lugar que no debía confiar en nadie y menos en su enemigo, en la persona que tenía más motivos para odiarlo. Ed reaccionó de inmediato yendo detrás de  él junto a Juan y trató de alcanzarlo sin gritar para no asustar más al bebé.

Nacho entró en la habitación de su hijo que lloraba en la cuna y lo miró, se sostuvo del barandal asomando los ojos como quien espía, era hermoso, era perfecto, una sensación extraña de orgullo y miedo lo invadió, pero no se animó a tocarlo, nunca en su  vida había tocado un bebé menos alzado uno y mientras sus manos temblaban pensando si avanzar o no Ed entró. Se dio cuenta de que el chico no se movía así que tomó al bebé y lo meció para que se calme ante la mirada atónita del otro.

  • ¿Pue..Puedo?... – apenas podía hablar por el nudo en su garganta, los ojos se le llenaron de lágrimas.
  • ¿Estás más tranquilo? – pregunto para ganar tiempo, este era un paso que no estaba muy dispuesto a dar pero tal vez ese era el mejor momento, ayudaría a calmar las aguas y además podía aprovechar la presencia de Juan que miraba con reproche pero se abstuvo de hacer comentarios y estaba estratégicamente parado en la puerta  brindándole seguridad a Ed.
  • Ssi – respondió.
  • Muy bien – dijo Edgar y tomó todo su valor para continuar – siéntate en la mecedora – guió los movimientos del muchacho con instrucciones y luego  puso al bebé en sus brazos.
  • Hola… Mateo? – Preguntó tembloroso mirando a Ed que asintió con la cabeza – Hola soy Nacho… he digo Ignacio. Yo… yo… soy…

De repente se levantó y entregó al bebé a Edgar en brazos y salió corriendo bajo las escaleras y salió de la casa, el título de papá le quedaba tan grande que no pudo pronunciarlo, era una realidad aplastante, él no era nadie, sabía que no era nadie, solo un simple peón con el cual la reina había jugado a sus anchas, un peón al cual no dudo en sacrificar sabiendo que sólo valía 1 punto, lo entregó durante esa pesadilla de juicio haciendo ver como un degenerado acosador, aunque se había dicho a si mismo que era lo mejor, si ella salía libre podrían estar juntos… pero la verdad es que ella solo quería salvarse a sí misma, así que corrió, corrió con todas sus fuerzas tratando que el viento que le daba en la cara limpie sus lágrimas apretando de tanto en tanto los ojos para poder ver el camino, sólo para no caer porque no tenía un rumbo fijo, deseaba odiar a esa mujer pero la amaba, deseaba odiar a ese hombre pero era el único que había sido legal con él y el único dispuesto a ayudarlo por lo menos eso era lo que decía.
Ed quedó atónito, dejó a Mateo en la cuna y le pidió a Juan que lo vigilara en lo que buscaba al chico, dio un par de vueltas por el barrio pero no lo encontró, no sabía por dónde comenzar, en realidad no sabía nada del mocoso y ahora tenía que buscarlo, el sentía que debía hacerlo, entonces se le ocurrió que sabiendo mas tendría una idea de por dónde empezar y volvió a casa para revisar sus cosas, no había nada de gran ayuda  excepción de la partida de nacimiento que tenía los nombres completos de los padres.
Con esos datos y una guía telefónica llamó a la casa del chico y lo comunicaron con la madre que cuando supo quien era colgó. Luego llamó al despacho del juez Moraga y él si lo atendió pero le dijo que se comunique con el juzgado de menores ya que los trámites de emancipación estaban en curso y que haga el favor de no volver a llamar por ese “asunto”.
Las venas de la cien de Edgar estaban a punto de estallar, no lo podía creer, si lo llamarán para decir que su hijo salió a la calle corriendo sin rumbo con la noche tan pronta a caer estaría recorriendo cada comisaría, hospital, bar y calle de la cuidad.
En las comisarías y hospitales no le darían información, al fin y al cabo el no era nada de Ignacio pensó, así que comenzó a recorrer bares dando su número y la descripción del chico. Cuando ya era muy tarde tuvo que volver a casa, después de todo Juan tenía un empleo y una familia y él un hijo al que cuidar.
Por más que quiso no pegó un ojo en toda la noche. Trato de engañarse diciéndose a sí mismo que su preocupación era por Mateo pero en realidad sabía que ese chico había despertado algo en su interior y necesitaba protegerlo, tal vez Juan tenía razón y su juicio no estaba bien.
Por la mañana Edgar siguió buscando a Ignacio y volvió a los lugares que había recorrido la noche anterior y en un pub que abría las 24 hs le dieron noticias… el encargado no era el mismo que estaba en la noche y le dijo que el chico había ido a buscar trabajo pero q estaba en uniforme escolar y era menor por lo que no lo contrataron.
Sin más noticias que esa decidió esperar en casa por si volvía pero la espera era insoportable. Cansado de la situación fue al despacho de Moraga, Nacho llevaba 24 hs desaparecido, hasta su padre debía estar preocupado, pensó Ed.


  • Señor  Santini, su señoría lo atenderá, pase por favor – Anunció la Secretaría guiándolo a un despacho enorme y ostentoso pero lúgubre ante los ojos de Ed.
  • Voy a tratar de ser claro con usted… los asuntos de Ignacio ya no son los míos – comenzó Moraga sin levantar la vista de los papeles que revolvía en sus manos intenté guiar al chico pero resultó en vano y no voy gastar esfuerzo en causas perdidas porque tengo dos niñas pequeñas que educar y no necesito esa clase de influencia cerca de ellas. Pero si lo ve, le puede informar que la emancipación es un hecho y puede pasar a esta dirección – dijo entregándole una tarjeta personal de un abogado de la misma firma que su hermano Juan – están los documentos firmados por mi y su abogado junto al número de cuenta donde deposité el dinero correspondiente a los ahorros que tenía antes de irse. Así como una orden de restricción que lo obliga a estar a 300 mt. de mi o mi familia. Y le sugiero que evite volver o tendré que solicitar una orden similar contra usted. Muchas gracias y adiós…

Casi con náuseas Edgar se retiró del lugar sin pronunciar palabra alguna y cuando cayó en la cuenta de que la dirección era conocida fue a buscar a su hermano.

  • Con los contactos y el dinero necesarios todo se puede en este país – Decía Juan en respuesta a las dudas de su hermano con respecto a la veracidad y rapidez de los trámites del chico
  • Los papeles son reales al igual que la cuenta y Oscar pudo ser su representante legal porque el chico empezó hace un año una demanda para la emancipación alegando maltrato pero no se comprobó y era muy chico así que se la negaron... Ahora si está sólo

Con estas últimas palabras Ed se fue a su casa con la frustración de no saber qué hacer. Pasó otra noche en vela, más zombie de lo que acostumbraba por la rutina de biberones cada tres horas de su hijo de un mes y medio. Lo que provocó que casi se prenda de techo cuando sobre las 5 de la mañana tocaron su puerta.

  • ¿Este chico es su hijo? – Preguntó el oficial de policía que tenía a Nacho sujeto del brazo
  • No hee si es….Vive acá – Contestó después de un breve momento en el que se paralizó pero entendió la situación y la mirada suplicante del mocoso
  • Necesito algún papel que lo confirme señor – Ed tomó la partida de nacimiento junto a la fotocopia de los papeles de emancipación y explicó a grandes rasgos al policía la situación identificándose como tío y casero del menor
  • En ese caso lo puedo dejar pero sólo esta vez ya que no tiene antecedentes y el intento de hurto es excarcelable, más con su edad. Pero al ser emancipado deberías tener más cuidado de no meterte en líos – Esto último lo dijo mirando a Nacho y se despidió
  • Gracias… yo ya no molestó más – Dijo Nacho tras unos momentos de silencio incómodos en el umbral de la puerta y se giró para irse otra vez
  • ¡Alto ahí! – ordeno Ed recuperando la voz – ¿escuchaste algo de lo que hable con el policía? – pregunto
  • No… pero
  • Necesitamos hablar – Se aparto de la puerta y mientras le indicaba con el índice hacia el living le decía – ¡Adentro! Vamos – Y a Nacho no le quedo más que obedecer además necesitaba sus cosas y estaban ahí.

Se sentaron en el sofá y Ed le explicó su nueva situación legal. Las únicas condiciones eran las del Estado ya que la educación secundaria es obligatoria y que debía realizar el cambio de domicilio legal, por parte de su padre no había más que la orden de restricción. Los ojos del chico se llenaron de lágrimas y Ed lo noto y decidió aclaras algunas cosas. 

  • No sé cuál fue el motivo de tu reacción cuando hablaba con mi hermano o porque saliste corriendo después, pero sin importar eso mi oferta de ayuda sigue en pie
  • Já… no quiero ser grosero ¿pero cómo se supone que funcionaría? – lo de no ser grosero iba con sarcasmo como todo el resto – ¿Voy a tener horario de visitas?, ¿Custodia compartida como en los divorcios?  Es muy lindo lo de la ayuda pero somos enemigos y se ve quien tiene la ventaja, yo ni siquiera se alzar sólo al bebé….. ESTO ES… ¡¡¡ESTÚPIDO!!! –  ¿cómo podía ese hombre querer ayudarlo?, es que estaba loco?. Nada de esto tenía lógica.
  • Bien… primero que nada, no es necesario levantar la voz, son las 6 de la mañana – No estaba dispuesto a aguantar más ataques del mocoso, trataba con todas sus fuerzas de ser positivo y mantener la calma pero había algo que nunca soporto y eran los gritos.
  • O ¿¿QUÉ??... QUE  NO VEZ QUE TENGO RAZÓN... ¿CUAL ES TU INTENCIÓN?, ¿DEMOSTRAR QUE NO SIRVO?… ¿QUE NO PUEDO SOLO PARA QUEDARTE CON MATEO?. ADEMÁS NO SE PORQUE TIENE ESE NOMBRE A MI NO ME GUSTA Y EL PADRE SOY YOOOO
  • Basta... estamos hablando. No me gustan los gritos
  • ME IMPORTA UNA MIERDA CORNUDO – grito sin pensar, era su enojo el cansancio, la rabia todo – NO SE QUE  PRETENDES CON ESTO PERO NO VAS A TENER A TU ENEMIGO MAS CERCA QUE A TUS AMIGOS PORQUE YO NO SOY TONTO PARA QUEDARME ACÁ –  Y otra vez decidió salir como bólido de esa casa, sólo que ahora Ed  no tenía a Mateo en brazos y no se paralizó.  En dos trancadas alcanzó al muchacho para que no se fuera.
  • Estamos hablando, no sé cómo hacer las cosas, esto también es extraño para mí pero si no hablamos no podemos arreglar nada – Trató de razonar mientras lo llevaba al sofá para que se siente, el también se sentía frustrado y perdido pero si no hacían las cosas por las buenas corría el riesgo de perderlo todo, aún no sabía cómo solucionar todo esto, pero si sabía que necesitaba conocer las intenciones de chico para saber a qué atenerse.
  • ¡NOOO! – grito y le dio una patada en plena espinilla.
  • No somos enemigos, hasta podemos ser amig… Auuu pendej… ¡basta! –  y lo zarandeó – basta ¿por qué siempre tiene que ser todo difícil contigo? – Pero Nacho no estaba ni ahí para calmarse, seguía tratando de escaparse BASTA, BASTA… plaf plaf plaf plaf  ¡basta! – Esas cuatro palmadas volaron entre los muslos y el trasero de Ignacio dejándolo momentáneamente inmóvil de la impresión. Aunque ardieron lo suyo, fue más la sorpresa y cuando se le paso se puso peor.
  • ¿PERO QUIEN CARAJO TE CREES?... ¡NO ME PUEDE PEGAAAR IMBECIL!
  • ¿Y tú a mi si?... Estas equivocado mocoso
  • ¡A la mierda! – contesto enfadado – sabía que esto no iba a funcionar llevo diez minutos acá y ya me odias – le dijo ya sin gritar pero con los dientes apretado con bronca y frustración, todo era tan difícil y confuso, sentía su sangre hervir y todo el exceso de adrenalina que tenía en ese momento salió en forma de patada que con toda la mala suerte cayó en el mismo lugar que la anterior sólo que ahora sin intención.
  • ¡auuu!... mierda – mascullo entre dientes poniéndose rodo de dolor frotándose la pantorrilla ante la mirada atónita de Ignacio – SE ACABO… se terminó mocoso – Ed había agotado su reserva de paciencia de la cual para el colmo no había mucha, necesitaba hablar con el chico y no se la ponía nada fácil así que decidió cortar por lo sano y si unas palmadas habían obrado milagro en la última charla lo que estaba pensando hacer dejaría bien receptivo al crío, así que lo tomó del brazo y lo inclino en su regazo.
  • Nooo no, no …¡qué haces!... No así no – rogó Nacho pero no tuvo tiempo a decir más porque el primer chirlo llegó de lleno en el centro de su trasero picando debajo por la poca protección que le brindaba el pantalón del uniforme auu auuu
  • PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
  • Noppp ay ya no, au ¿que estas loco? Sueltameee
  • No puedes ir por ahí golpeando a la gente, PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF no  se grita y por lo menos en mi casa me respetas Ignacio que no estoy para tonterías PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF la mano de Ed se estaba impactando sin reparos, con golpes secos y pesados ya que no tenía ninguna experiencia en ser el ejecutor de los castigos, siempre se había encontrado del otro lado aunque casi la estaba pasando tan mal como el chico PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
  • Yo tampoco ggghhh yo no estoy para tonterías ya deja que me levante – dijo indignado sobretodo porque unos pocos chirlos habían logrado congestionarlo y que las primeras lágrimas se acumulen en sus ojos
  • PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
  • Auu ya!!
  • PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
  • Ahhgg por favor – se resignó a pedir Nacho se sentía humillado, sabía de antemano que era muy poco probable ganarle a un hombre de ese tamaño en un cuerpo a cuerpo, pero ser reducido a un mocoso era lo peor y no quería rogar pero por ahora su prioridad era que  lo suelte, no tenía cabeza para pensar en nada mas, estaba a la merced de ese tipo y eso era demasiado, por suerte no necesito repetir que lo suelten ya que de inmediato Ed lo giró para que se levante y Nacho con la misma rapidez escondió el rostro entre sus manos para que no lo viera las lágrimas que se le escaparon por el movimiento rápido y se sumergió en sus propios pensamientos.

¿Que había sido eso?, ¿que debía hacer?... Estaba tan desorientado que ni siquiera sabía que sentía… estaba confundido, además estaba el dolor que tenía en las nalgas, se había reavivado el escozor que había dejado la azotaina que le dio su padre hacia dos noches; estaba concentrado en todo su bullir interno, ese tipo le había pegado pero no tenía a donde carajos ir, el tiempo que pasó “desaparecido”, la idea de no ser capaz y autosuficiente no habían dejado de dar vueltas dentro suyo y se confirmaba con cada lugar donde se negaban a darle trabajo por su edad y su nivel educativo. Y la desesperación de no conseguí ni para comer lo había llevado a tomar una bolsa de snack de un kiosco y terminar en la policía porque ni para robar servía. Por suerte terminó dándole lastima al vendedor porque se veía que tenía hambre así que no levantó cargos, supusieron que se trataba de algún chico “bien” que se había salido de casa y no había vuelto así que después de un ligero interrogatorio por parte del policía decidió mentir y que lo lleven al único lugar al que podía ir.
Ese era el único lugar donde podía ir, ya lo había asimilado y eso le daba más terror y por sus terribles cavilaciones no noto que Edgar se había parado a su lado y recorría su cabello y su espalda con movimientos suaves. Ed había recapacitado y ahora no estaba seguro de haber hecho lo correcto, el niño se veía tan NIÑO se comportaba como una fierecilla cuando se sentía perdido pero era un niño, ¿cómo pudo su ex mujer aprovecharse de una cosa tan frágil?, ¿cómo pudieron esos padres dejarlo a su suerte¿, tal vez él era un soñador y estaba loco o ta lvez el mundo estaba loco pero definitivamente el no dejaría que nada mas lastime a ese chiquillo.

  • Podríamos hablar y arreglar las cosas y tal vez terminemos siendo amigos – Pasaron unos minutos de silencio en los que Nacho trataba de calmarse y pensar bien que decir. Cuando Ed creyó que ya no iba a conseguir iniciar una conversación y estaba decidido a dar aunque sea un monólogo el chico habló.
  • ¿Acostumbras pegarle a tus amigos? – Preguntó tratando de demostrar fastidio y sarcasmo.
  • Cuando se lo merecen puede que si… ¿Y tu acostumbras hacer estos berrinches de los terribles dos años y patear a la gente? – Esa pregunta hizo que el chico de ruborice de vergüenza.
  • No... No soy así. Es sólo que todo esto me… – suspiro pesadamente – me asus… es un poco raro.
  • La verdad yo también tengo miedo, no es una situación muy común pero ya tendremos tiempo de resolver algunas cosas después, cuando estemos descansados y con más calma – De repente  el llanto de Mateo los distrajo de su conversación por lo pronto podría enseñarte a alzarlo y porque no a darle la mamadera. ¿No? – necesitaban quitarle el hierro al asunto y tal vez una muestra de confianza facilitaría la indispensable conversación.
  • ¿Qué?, ¿en serio? – De pronto las preocupaciones desaparecieron ante la ilusión de poder formar parte de aquel sencillo acto aprendiendo a ser papá. Y con una sincera sonrisa se convenció que por lo menos por ahora ese era su lugar.
  • Claro, solos una cosa más – dijo Ed y puso unas mano en el pecho de Ignacio para detener la marcha hacia el cuarto de Mateo – no vuelvas a salir corriendo así – le dijo serio frunciendo el ceño y los ojos de Nacho se abrieron como platos esa era una advertencia sin lugar a replica – es en serio.
  • Si, está bien    

Respondió, no podía contestar otra cosa y reanudaron la marcha mientras el chico pensaba que no tenía idea de en que se estaba metiendo.

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