Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 22 de Abril de 2016.
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Capítulo 41
Del amor y otras decepciones
Autora: Marambra
El olor a desinfectante
y medicamentos inundaba el ambiente, horas antes Iván había estado en un
cubículo de emergencias y ahora lo estaba Lex siendo acomodado a una camilla
para llevarlo a su habitación, le habían sacado sangre, tomado la temperatura,
hicieron una historia clínica detallada y lo sometieron a un horrible examen
médico muy minucioso y todo apuntaba a un ataque de apendicitis acelerado por
Clara.
El rostro sufrido de Lex lo decía todo,
el dolor abdominal era cada vez más fuerte y empezaba a molestar la pierna
derecha, concentrado sus fuerzas en la fosa iliaca del mismo lado haciendo que
incluso respirar profundamente sea incomodo y duela, así que simplemente se
dejo tirado en esa camilla gimiendo cada
paso que daban las ruedas con destino a su alcoba, desesperado de que esto
termine, era lo único que quería: que todo concluya de una buena vez, había
sido una horrible pesadilla lo vivido en cuestión de minutos hace una
media hora más o menos en casa; el
malestar como era de suponer no se alivio con el tal matecito, no se había
modificado y el dolor de panza aumento según pasaba el tiempo y maldijo el
negarse a ir al médico con su padre por miedo a un pinchazo, era mejor el
pinchazo que lo que hizo su madre.
Es que Clara había cometido el error
más grande de su vida, amante de la medicina natural y creyéndolo conveniente
había sometido al pobre crío a un enema evacuante que acelero el cuadro en
cuestión de más o menos media hora y al ver que aquello no pasaba, iluminada en
el recuerdo de algún comentario en sus años de estudiante decidió llevar a Alexander
al médico; a partir de ahí Lex no quería saber nada de su mama a causa de todo
lo vivido, primero la maldita ensalada de brócoli, la paliza añadida, el dolor
que incremento y luego, luego sin previo aviso el enema famoso que según Clara
curaría hasta el mal de amores… menos mal no se le ocurrió curar a Iván con eso.
A los pocos minutos que Rubén e Iván
salieron con destino al hospital y al juzgado, Alexander se acurruco quietito
sobre su lado derecho, tratando de dormitar en los pocos minutos que el dolor
le daba tregua, pero aun con la quietud impuesta el dolor fue aumentando y su
madre alertada ya por los vómitos y el rostro pálido de su hijo, consciente de
que no era un teatro por el brócoli decidió hacer algo al respecto y fue cuando Lex fue atacado vilmente por un
extraño artilugio y la autora de todo aquello nada menos que su propia madre,
el ataque había sido un asalto de película de terror, Clara ayudada por Adela,
pudieron en un dos por tres con el crío aprovechando que el dolor lo paralizaba
sino otro gallo cantaría; como sea… lo habían
sometido a la experiencia más horripilante de su corta existencia… y el
que creyó que lo más feo eran las nalgadas de papa y el tener el termómetro en
el poto, Lex, tirado en cama con algo de febrícula, más en la panza que en otro
lugar, malestar general y el dolor que aumentaba, trataba de descansar en su
habitación, había prendido la tele con el mando a distancia y no pudo
concentrarse en nada que no fuera el dolor que llevaba desde la mañana, dolor
que iba y venía de rato en rato y se había acelerado en la tarde después del
almuerzo, incluso se tomó una tableta
para el dolor a escondidas de mamá, tableta
que vomito al segundo inmediato lo mismo que el mate y obviamente la comida
ingerida.
Tras aquello trato de dormir, pero se
quejaba demasiado; entonces Clarita muy amada ella, en combinación con Adela
prepararon una horrible lavativa de manzanilla… algo suave dado el caso y
estando Lex apenas en su habitación, tirado en cama acurrucado de lado entraron
ambas armadas para el ataque, él pobrecito no se había percato de nada ni
desconfió, ¡que iba a desconfiar! si ellas a cada rato entraban y le
preguntaban cómo estaba y la mamá le besaba la frente, le hacía cariñitos y lo
andaba mimando en todo momento, así que creyendo que sería lo mismo de aquello,
en uno de esos ratos, cuando él estaba tumbado de lado sosteniendo la barriga
sobre la almohada entre cerrando los ojos de rato en rato… ¡ZAS!, de pronto,
ahí estaba mamá con una cosa de goma roja parecida a una tripa larga, un
recipiente de porcelana blanca que incluso tenia florecitas pintadas a mano y
un tubito negro, Adelita minutitos antes entro con un trípode, si la doña ya
tenía todo como una profesional del oficio, y es que en sus años mozos había
estudiado para enfermera pero nunca termino la carrera por casarse apurada con
Rubén, de ahí que tenía todo guardado y ahora lo estrenaba prácticamente, solo
había tenido que mandar a comprar una nueva goma y nueva cánula por si la otra
se había secado por el no uso.
Silenciosas ambas para no despertar al
crio que dormitaba o eso intentaba con los ojos cerrados, tras poner todo en
orden y sin hacer mucho ruido, habían colgado al invasor de aquel cuerpo de
metal llamado trípode, luego mamá sigilosa y mañosa se sentó en la cama y cogió
al muchacho como para mimarlo y quererlo y eso hacía, le decía palabras bonitas
como “te sientes mejor mi amorcito
lindo”, sigue doliendo la barriguita?... ¿dónde te duele cariñito? Lo sentó
un poco sobre su falda, y a modo de sobarle la barriga le desabrocho el
pantalón, y claro Lex se dejo hacer todo, de donde iba a desconfiar nada, si
estaba ahí todo dolorido, y entra mamá tan tierna ella y lo mima, lo besa lo
abraza y el creyendo que le sobaría la barriga, dejo que le desabrochara el
pantalón, pero de pronto lo dio la vuelta y lo cogió de la cintura; fue todo
tan rápido para él sobre todo ahora que tenia los reflejos lentos por el dolor,
no le dio tiempo siquiera a pensar en el asunto y cerró los ojos desconcertado,
pero Adela se acerco por detrás y entre ambas le bajaron las bombachas y ahí no
más sin saber cómo, pues nada, cometieron atentado a traición por la
retaguardia en el lugar más íntimo de su ser…
- MAMAAAAAAAAAA – chillo sacando fuerzas de donde no tenía sintiendo algo de alivio en el vientre al gritar, es que la presión abdominal aliviaba en algo el dolor, así que siguió gritando como mejor podía – ¿qué haaces?, ¿que haces? ¡sueelta! ¡SUEEELTA! – trato de zafarse asustado y sorprendido al mismo tiempo, tratando de escapar de las garras de aquella condenada mujer que se creía dueña de la verdad absoluta en ese vil momento
- SHUUUU ya pasara bonito, es solo un enema – le dijo ella como si aquello fuera para saltar de alegría – con eso se te aliviara el dolor de barriga que llevas – todavía tuvo el descaro de contestar
- EYYYYY, PARA, PARA DÉJAME – se movía de un lado a otro queriendo escapar y subirse el short y la ropa interior, pero Adela lo sostuvo como pudo y al final lo vencieron – AUUUUU AU AU AU – se quejo – QUÍTAME ESO, QUITA ESO MAMA – pidió al sentir una horrorosa invasión en tu recto, aquella fue la experiencia más abominable a la que lo habían expuesto, y obvio al contraer el cuerpo por huir se lastimo – ME LASTIMAAAAS, BUAAAAA, DEJAAAAAAAA ME DUELE – se quejaba tratando de llevar una de sus manos hacia atrás, pero Clara lo tenía bien sujeto de pies y manos en una prensa casi hidráulica y al final se puso a llorar no solo de dolor sino también de vergüenza cuando se dio cuenta que Adela estaba ahí – AYYYYYYYY auuu auu AUUU PAPAAAAA, ME DUEELE MUCHO PAPAAA, AYYYY AYYYY UAAA AHHGGG – gritaba asustándose peor cuando sintió que el líquido escurría en su ser, aumentando la tensión del abdomen y obviamente el dolor, pero Clara fue muy decidida, no le dejaron moverse ni un solo milímetro y le encajaron como algo más de cuarto litro de agua de manzanilla, y hubiera sido más, de no ser porque Lex en un movimiento felino, se dio la vuelta y mordió a Adela y esta de susto soltó la cánula y Lex poder sin poder aun con los calzones abajo corrió al baño como descosido y se sentó en el wáter sudoroso, enojado, mucho más dolorido e indignadísimo sobre todo lo sucedido y queriendo asimilar lo que paso.
De no haber sido porque el dolor
aumento, Lex no hubiese salido de aquel baño hasta que llegue Rubén, pero fue el mismo dolor lo que hizo que el
pida ayuda a su madre y está muy nerviosa y afligida por el grito de Lex, con
Adela lograron abrir la puerta del baño a duras penas para entrar pues el
muchacho en su desesperación, susto y enojo además había cerrado la puerta por
dentro pero luego no pudo pararse para abrirlo porque el dolor se pronunció a
gritos en su barriga y arranco de él verdaderos aullidos que asustaron a Clara
y así agachado, con algo de fiebre, mucho más pálido y sudoroso y cada vez más
dolorido, Lex salió del baño sin medias y sin calzados, con los pantalones en
el piso y bajaron las gradas como pudieron y ayudados por Jacinto el hijo Arturo
el mejor amigo de Rubén que vino a hacer unos arreglos en el corral, sacaron a
Lex en guanto como se dice, y lo metieron a la movilidad.
Clara piso el acelerador a fondo como
en una pista de carreras, casi colisiona e incluso fue seguida por la patrulla
del tránsito y esta no paró hasta llegar al hospital y solo al ver al mozuelo
gritando se percataron que la loca que iba al volante no era nada más que una
madre afligida por la salud de su pollo, claro luego de fastidiarle el día y
enfermarlo de paso, y fueron ellos mismos que ayudaron a bajar a Lex y meterlo
al centro médico, no esperaron ni siquiera una camilla, y es que los gritos del
chico alertaron a todos, lo metieron a un cubículo de emergencias y el médico
de guardia procedió a examinarlo, el horripilante dolor no era muy preciso y el
muchacho no colaboraba mucho, así ante ese panorama pues nada terminaron de
sacarle la ropa interior, y le hicieron un humillante y malévolo tacto rectal
que confirmo clínicamente una apendicitis, lo que hundió peor a Lex, quien
cansadísimo de luchar y sufrir en
cuestión de minutos por segunda vez la humillante sensación de ser atacado a
traición, se puso a llorar como un niño pequeño enojado con su madre negándose
en redondo a mirar a alguien pidiendo solo que venga su padre.
Algo que aun no sucedería todavía
porque papá aun estaba en el juzgado, mientras tanto el médico haciendo buen
uso de la psicología logo que Lex se calme y terminen la historia clínica antes
de llevarlo a su habitación para prepararlo para el quirófano, es que habían
alguna lagunas de por medio en el relato de la madre, y Clara tuvo que quedarse
callada compungida, preocupada y culpable, mientras Lex la iba acusado de torturarlo… contándole su
horrible experiencia del día.
- Hoy todos se han puesto de acuerdo en atacarme el trasero, incluso usted – dijo tras concluir su relato, cerrando los ojos acordándose de las nalgadas de papa y luego de la paletita de mamá, pero lo que más lo enfadaba era el enema y después lo que hizo el médico – solo quiero que me quite el dolor que tengo – dijo frunciendo el ceño a la nueva punzada experimentada – ¿no puede darme una pastillita o ponerme una inyección?, no importa que duela pero que se vaya el dolor de mi barriga – se quejaba y su madre se dio cuenta que para pedir un inyectable, él que escapaba del médico, realmente debería estar doliendo mucho la pancita
- Bueno Lex, es que no te quitara nada hasta que no operemos – le dijo el médico – ahora vendrán a tomate muestras de sangre, luego te pondrán un suero y te prepararan para la cirugía, yo avisare a quirófano que estas por subir en cuanto estés listo – dijo regalándole una simpática y comprensible sonrisa – y perdona, pero era necesario hacer lo que hice – dijo dándole a entender que hablaba del tacto rectal y tras aquello abandono el cubículo en una camilla camino a su habitación
Mientras Lex no tuvo tiempo ya de
sentir vergüenza por el comentario del médico, el mínimo movimiento despertaba
un agudo dolor que lo hacía doblarse en cuatro y chillar como si lo estuvieron
desollando vivo, en eso llego Rubén y se asusto de oír al muchacho, Iván venia
por detrás y también se asusto del lamento de Lex, quisieron entrar pero no los
dejaron…
- Espere un momento señor, lo están preparando para el quirófano, pero lo dejaremos entrar antes de que se lo lleven a operarlo – dijo una enfermera entrada en años
- ¿Quirófano? – Rubén se alarmo de aquello, había dejado a su hijo aparentemente con un simple dolor de estomago por comer brócoli – ¿Que paso? – pregunto buscando respuestas en los rostros de la gente
- Tiene apendicitis, estamos en espera de los resultados de laboratorio para confirmar tipo de sangre y otros detalles, pero el examen médico no miente – señalo el médico de guardia con la enfermera
En eso entran dos auxiliares de
enfermería jóvenes, con una mesa que portaba todo el equipo para hacer aseo
perineal, tenían que preparar cuanto antes al chiquillo para la cirugía,
disponiendo todo a mano mientras Lex sin prestar ninguna atención más que a su
dolor, estaba tirado en cama de lado, con apenas la polera, lo habían despojado
de su ropa y se cubría hasta la cabeza para que nadie lo vea…
- Hola Alexander – saludaron las enfermeras – te vamos a preparar ¿sí? – anunciaron y él solo se limito a abrir los ojos tímidamente – quítate la polera te tienes que poner esta bata – dijeron y lo hicieron desnudar para ya no más empezar con el aseo..
Inicialmente Lex se dejo hacer las cosas
pero cuando retiraron la sábano y pusieron un hule por debajo sin intensión de
volver a taparlo y más bien subieron la corta bata encima de su ombligo mojando
su vientre, el reacciono, aquello no cuadraba en nada en su cabeza así que
primero abrió los ojos sorprendido preguntando dubitativo.
- Un momento que hacen, que hacen, no me toquen – trato de incorporarse y jalar la sabana y cubrirse; aun con dolor daría guerra por defender su dignidad de ser necesario
- Te vamos a rasurar el pubis Alexander, es para ir al quirófano – dijo una de ellas y eso salto sus alarmas… ¿rasurarlo?, se pregunto… ¿ahí abajo?, NI LOCO
- NOOOOOOOOO, a mi no me tocan – empezó a luchar en todo su malestar como pudo, se agarro de la sabana y no la quiso soltar incluso coloco la almohada sobre si
- Estamos perdiendo el tiempo, apúrate, tienes que estar en 15 minutos máximo y aun no empezamos, colabóranos por favor – decían las enfermeras, pero Lex se encapricho y de una patada tiro todo al suelo, y luego grito porque el movimiento causó más dolor
- AYYYYYYY, auxiliooooooo, ayúdenme, por favor UUUUUUU AUUUUUUCHHCHCH
- BASTA, DÉJANOS TRABAJAR MIRA LO QUE HICISTE – le dijeron en reproche las enfermeras
Clara ingreso a la habitación porque
Rubén se fue a firmar las actas de consentimiento informado que autorizaba el
procedimiento quirúrgico, y encontró al crio en un rincón, medio agachado con
la bata abierta por detrás jalándosela hacia adelante para cubrirse, el suero
suelto derramándose en el suelo porque se había arrancado la bránula y las
enfermeras tratando de convencerlo que se suba la cama, pero como no hacía
caso, pues Clara enfadada por el berrinche de Lex, y sabiendo que los minutos
contaban a contra reloj, se armó de valor, se acercó al muchacho y sin previo
aviso empezó a darle de nalgadas sin importarle que estuvieran ahí, las dos
enfermeritas.
- PLAF, plaf QUEDATE PLAF, plaf plaf PLAF plaf plaf QUIETO, PLAF plaf plaf DEJA PLAF QUE PLAF, HAGAN SU PLAF TRABAJO PLAF
- AY YAYAYYA, AYAYYAYYA, AUUUU, DUELE, DUELE, PAPAAAAAAA, DONDE ESTASSS, AUUUU, AUUU SUELTA, SUELTA, ESTO ES POR TU CULPAAAAA, BUUUUUUUAAAA, AUCH ACUH ACUHCCCM ACHICIUUUU, NO QUIE BUAAA, RO QUE ME TOQUENNNN AUUUU, AUUU, PAPAAAAAA, POR FAVORRRR, VENNNN AUUUU – Llamaba a gritos a Rubén, y es que claro ahora al dolor de panza se sumaba el del trasero y el del orgullo herido, ¿cómo era posible que su madre hiciera semejante cosa cuando le causo todo ese malestar?
En eso, Rubén que venía con el cirujano
conversando sobre lo que harían con Lex en quirófano, oyeron los gritos y el
llanto del muchacho, ambos apuraron los pasos para ver qué pasaba y cuando
Rubén abrió la puerta se encontró a Lex y a Clara en plena faena de disciplina
casera y lo primero que vieron fue el trasero llamativamente rojo de Alexander
que lloraba totalmente vencido y sudoroso parado agachado y con el traste
descubierto de vista a la puerta para quien abra vea el panorama sin perder
detalle, como ocurrió justamente… pues
no solo vieron el lio Rubén y el médico, sino Iván, y un montón de médicos,
enfermeras y gente común que caminaba en los pasillos justo en ese momento.
- ¿Pero qué sucede aquí? – preguntaron ambos al mismo tiempo
- No se deja preparar, tenemos que hacerle el aseo y el tiro todo, no quiere que lo rasuremos – contesto una de las chicas recogiendo las cosas del suelo, mientras la otra por interfono solicitaba un nuevo equipo
- Alexander, metete a tu cama, deja que te preparen – decía Rubén acercándose a su hijo tratando de calmarlo, Clara al oírlo paro el castigo y soltó a Lex quien como pudo corrió hacia su padre para abrazarlo y se quejaba – Como vas a hacer esto aquí Clara… te pasas de la raya, esta tan mal y tú me lo pegas, que barbaridad – amonesto a Clara que prefirió callarse, tenía su pecado
- No quiero que me hagan nada me duele mucho – se quejo Lex volviendo a agacharse aguatando respirar como si algo fuera a estallar dentro suyo
- Pero esto no duele solo usaremos una maquinilla – se defendía el enfermera
- NO quiero que me toquen, cochinas – los acuso el crio, con el ceño fruncido del dolor y el enojo
- Basta Lex, a la cama, déjate de tonterías y deja que hagan su trabajo – lo seguía riñendo Clara
- Tú tienes la culpa, tú me hiciste comer brócoli y luego me pusiste esa cosa – acuso Lex a su madre – todo esto es tu culpa – se ruborizo violentamente al recordar el enema.
- ¿Qué paso mocosito? Cuéntame si? ¿Que te hizo mama?– le decía Rubén llevándolo a la cama, abrazándolo – ¿Que le hiciste Clara? – pregunto ante el silencio de Lex
- YOoooo – no se atrevía a contestar
- Bueno, la señora le puso un enema en casa y acelero el cuadro – contesto el médico – por eso urge ir a quirófano
- Y encima mamá me pegoooo , no es justo ella me enfermo y ahora me pega auauuuu, auuuu, ayyyyyy mi panza me duele mucho – empezó a quejarse más cuando el médico procedió a examinar el abdomen.
- Alexander – dijo el médico – seré tu cirujano y sinceramente necesito que te hagas el aseo, es para poder operarte, tu apéndice esta por reventar y si eso sucede estarás varios días con la herida abierta para limpiar la pus que se forme adentro y no te gustara para nada porque es muy doloroso todo eso – informo impresionando al muchacho
- ¿Si van a cortarme la barriga porque me tienen que rasurar? – cuestionaba – me da vergüenza – hizo a un lado la cara mojada de sudor y llanto tratando de ocultarse en el cuerpo de su padre, por fin había confesado la causa de mal estar emocional
- No hay nada de qué avergonzarse, todos caemos en las manos del médico, y todos en algún momento acabamos sin ropa, y aquí el cuerpo de la gente es sagrado, así que ayudamos a ayudarte ¿sí? Si no, ese dolor seguirá a más – le sonrió y al final Lex accedió a que lo preparen
Salieron todos de la habitación a
excepción de Rubén porque Lex no quiso soltar a su padre y para que terminen de
hacer lo que tenían que hacer las enfermeras, le dijeron que si quería podía
cubrirse la cara con la almohada, y fue así que lo llevaron incluso al
quirófano, con la almohada para que nadie lo vea…. Pues había tenido tiempo de
pensar en su vulnerable posición cuando su madre lo nalgueo en aquel cuarto de
hospital… si, definitivamente, todos ese día se habían puesto de acuerdo en
fastidiarle el trasero.
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