Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 22 de Abril de 2016.
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Capítulo 47
De ti, Mary, de do Pingue
Autora: Marambra
- A dónde vas? – pregunto Rubén con el ceño fruncido cuando su mujer paso por su lado con un vestido bastante sensual y oliendo a perfume del caro, se había arreglado maravillosamente y ahora sobre las 8 de la noche estaba saliendo de casa con una cartera al hombro y las llaves de la movilidad
- A buscar mi vida – contesto su mujer disgustada y mordaz
- No juegues conmigo Clara, me estas provocando ¿a dónde vas? – le sujeto del brazo
- Me voy a cenar sola en mi aniversario de boda con don ocupado, luego me iré a ver una película para adultos y disfrutar por lo menos de mirar a un hombre desnudo ya que a ti no puedo ni verte vestido – le respondió Clara, Rubén se quedo callado sin saber que decir, se le había olvidado por completo – aquí tienes tu regalo, si deseas dormir cómodo esta noche te aconsejo lo cojas, porque a mi regreso no quiero tenerte en mi habitación menos en mi cama, como me pase todo el día sola, mi noche será en igual condición, solo que por voluntad propia – le dijo pasándole un juego de llaves de un hotel
- Yo no soy adivino Clara – trato de justificar Rubén – de donde voy a saber que querías ir a un hotel?
- AYYY, perdón por pensar un poco en tener sexo con mi marido en mi aniversario – hizo a un lado a su marido y se dirigía a la puerta – regreso a la media noche
- Peroooo – Rubén quería decir algo más y en eso Lex grito necesitando a su padre, desde que llegaron la vida intima de ambos estaba como descuidada – ¿Qué mierda se supone que tengo que hacer?
- Pues, para variar podrías cambiarle los pañales a Lex y darle su chupete a Iván – contesto Clara muy molesta, el día había sido una pesadilla total y su marido le reclamaba cuando debería ser a él a quien den el tortazo por pelotudo – solo que tendrás que dárselo cuando regrese
- Como que cuando regrese, ¿aun no ha vuelto? – pregunto enojado
- Tú debes saber a qué hora tenía que venir, que el mocoso como tú, ni dio señales de vida desde el almuerzo, debe tener alguna importante reunión empresarial como vos – y cerró la puerta
- ¿Y la medicación de Lex?
- NO SE… es cosa tuya – y arranco la movilidad
Rubén no podía creerlo,
Clara se marcho a cenar sin él, y nada fuera eso, le había sugerido que se
marche antes de las doce a dormir a un hotel, vaya lio, no pudo hacer mucho
porque Lex lo llamaba desde su habitación, no podía aún incorporarse de la cama para entrar a la ducha, se fijo la
hora y eran ya casi las 9 de la noche, donde estaba Iván? … esta vez sí que le
pasaría factura al mocoso, le había dicho a las 7 y se paso con dos horas ya,
donde estaba?, mientras pensaba eso, entro a la habitación de Lex con la
medicación
- Bueno Lex, toca medicación – le dio los dos comprimidos que debía tomar, pero el lío no era eso, eran los dichosos supositorios que canjeo el médico en vez de los viales de balsámico para inyectar, teniendo pena del más revoltoso de los pacientes que habían albergado en piso desde hace mucho, porque dolían un montón – ahora muchacho – dijo papá sujetando aquellas pequeñas balas en su envoltorio – dos opciones, mejor dicho tres, te coloco yo el medicamento – aunque a él no le parecía nada cómodo – te lo pones tu que creo que es lo mejor, o te llevo al hospital y te lo coloca la enfermera – a Lex ninguna de las 3 le gustaba
- Una cuarta – tuvo el descaro de decir Lex mirándolo con los ojos esperanzados – nos olvidamos del asunto y fingimos que ya esta – tentó a su papa como el diablo a los niños – ya no estoy tosiendo papito y mama no tiene porque enterarse
- Ni en sueño hijo… eso está descartado – y papá deshizo sus esperanzas de un plumazo – así que toma, te lo abro yo y te espero
Y esperaba
que lo haga y esperaba que Iván llegue, para ambas tendría que esperar sentado,
porque sus hijos no estaban ni ahí para complacerlo; Iván estaba en una plaza
mirando doble todo, tenía la cabeza dándole vueltas tomarse 4 latitas de
cerveza y una de ron, se lo había tomado como refresco pensando en su
desgracia, y pensando también a media sonrisa en cómo había logrado comprar aquel pack de tragos en
un centro comercial, despistando a la cajera.
¿El motivo de
su triste pena?........ su dulcinea lo había plantado, él había pedido permiso
a su padre para salir con una chica a tomar helados, tenía permiso hasta las 7
de la noche y eran las 9 ya y no sabía cómo volver a casa en ese estado, no
tenía dinero para ello; se lo gasto todo en los juegos electrónicos, en la
cerveza que tenía en la mano y en un regalo que fue a parar al bote de basura,
era una gargantilla de bisutería… miraba
el teléfono una y otra y otra y otra vez
tratando de decidirse si llamar a su papá, a su mamá o llamar a Adela y es que
aun en su estado etílico tenía un poco de conciencia, y sabía que estaba metido
en un buen embrollo cuando se percato de que las luces de la ciudad se habían
encendido, su padre le cocinaría el culo cuando lo vea y mientras lo pensaba,
más perdía el tiempo, al final se decidió llamar a Adela, si tenía suerte, ella
lo recogería de la ciudad, eso mismo… se había ido a la ciudad cuando lo tenía
estrictamente prohibido, y nada menos que para encontrase con Raquel que le dio
plantón… de ahí su enojo y su decepción.
- Adelita… Adelliiita soy yooo el Bambi – hablo con la voz muy afectada riendo por su estado – ¿sabes?... me he quedao sin dinero, jij – reía
- Pero Iváncito – dijo la muchacho en susurros – y ¿cómo vas a volver a casa? – pregunto preocupada
- Eso pues… jajajaj no sé – dijo abriendo y cerrando los ojos queriendo enfocar la pantalla de la cabina que ahora mismo se movía junto con él
- Tu papá está preguntando por vos – dijo preocupada – agarra un taxi y veni, yo te lo voy a pagar – dijo la muchacha, dadas las circunstancias era la mejor opción
- Es que no estoy en Warnes, changuita, jajjaja estoy en Santa Cruz – agrego enredando sus dedos en el teléfono, atendiendo a la ventera del fono – solo… solo estoy llamando a casa señora, aurita, aurriiiiiittta se lo pago, dos pesos están bien?... no tengo más – oyó Adela queriendo no imaginar el panorama
- ¿DONDE? – no pudo evitar exclamar, a este paso Rubén lo molería
- En el cine, te puedes creer que LA MUY PENDEJA NO VINO, jajajaja – contesto riendo histérico, estaba ebrio y hablaba alto
- ¿Estas chupadito no? – pregunto Adela cerrando los ojos de nervios, ahora qué diablos iba a hacer – ay! Mocoso del demonio te has tomau – aseguro – espérame ahí no más chulla asta, voy a ir a recogerte – y que Dios me acompañe pensó porque no quería que el señor se entere, pero era tarde para aquello, Rubén oyó la conversación
- ¿DÓNDE ESTAS CARAJO? – grito Rubén al teléfono cuando se lo arrebato a Adela pero ya había cortado la línea – ¿Donde está Iván? – pregunto directamente a Adela – ¿está ebrio no? – agrego al ver la cara de la muchacha y ella, pues nada no tenia caso mentir
- Está en el cine, en Santa Cruz y esta sin dinero y si… está un poco chupadito – dijo bajando la mirada como si el pecado fuera de ella
- Hazme un favor Adelita, llámalo y dile que estas en camino y que no se mueva, iremos juntos – dijo y subió por sus llaves
…Rubén estaba
echando humo, ese par de diablillos iba a matarlo de un sincope cardiaco, había
bajado con la intensión de llamar a Clara tras el fallido intento de que
Alexander lo obedezca con eso de la medicación ya que el
mocoso fastidio casi todos los supositorios y quedaban solo dos oído y con el temor que de los eche a perder
nuevamente y no este la farmacia del pueblo disponible, quiso asegurarse que su
mujer traiga otros por si acaso, y fue cuando oyó la conversación justo cuando
Adela comento que Iván al parecer estaba ebrio, y cuando estaba dispuesto ya a
salir en busca de Iván, Clara como si adivinara que tal vez la necesitaran en
casa y sin ánimos de festejar nada, retronó a ella encontrándose con todo el
lio tanto de Lex como de Iván.
- ¿Qué ha sucedido? – pregunto cuando vio a Rubén empezando a subir a la movilidad con Adela
- Ese carajo de Iván está en la ciudad, BORRACHO Y SIN DINERO – subió la voz enfadado – ha pero le voy a dar una reverenda paliza cuando regrese con él – anuncio para escalofríos de Adela – y vamos a ver si le dan ganas de volver a hacer lo mismo – ese era un juramento malévolo, que hubiese alterado a cualquiera pero no Clara quien tenía en mente otra preocupación más, además de Iván, los supositorios de Lex
- ¿Y Alexander? – pregunto elevando una ceja – ¿Ya le pusiste su medicamento? – ella específicamente le había ordenado que SE LO COLOQUE ÉL no que espere que el mocoso cumpla
- NO – respondió incomodo Rubén – solo le di sus tabletas, no quiere colocarse el supositorio – aseguro apurado por salir
- Pero te he dicho que se lo pongas tu – recrimino – pero eres otro desobediente como este par – protesto – … Mejor quédate aquí, Yo traigo a Iván – Clara adivino que si iba Rubén lo cocina ahí mismo, Rubén estaba enfadadísimo
- Y Lex? – pregunto resignado cuando Clara le quito las llaves
- Se lo colocare a mi regreso – Contesto ella
- NOOO; iré yo, quiero ver con mis propios ojos como de cuba esta ese mocoso – dijo entre dientes – y darle una tunda donde lo pille – y se subió al carro arrancando sin perder el tiempo
Vaya pensó
Clara, seguro que Rubén pensó que sería fácil lidiar con Alexander, pues no
era, Lex estaba más que dispuesto a hacer algo para desaparecer ese infame
medicamento sobre todo cuando oyó que mamá se salía sola y quedaba con papá… lo
curioso era saber por qué diablos Alexander creería que sería fácil con su
padre, pero ahora no era tiempo de adivinanzas, era tiempo de acción, así que
Clara tras cambiarse la ropa, fijarse que solo quedaban dos supositorios en la
caja porque tres habían desaparecido en el camino decidido que era de tomar al
toro por las astas
- Bueno Alexander… coopera – mamá no estaba pidiendo ningún favor, estaba ordenando – así que date la vuelta de una vez – dijo sacando el pequeño supositorio que apenas media 2 cm – será un rato y no dolerá nada, ¿vez? – agrego untando crema en la punta del supositorio, vamos se notaba que tenía experiencia
- ¡MAMAAA! – grito Lex sintiendo un horrible rubor en las mejillas, esto era demás de embarazoso para él, sentándose de golpe como queriendo que la cama esconda su trasero – por favor, me da vergüenza – dijo Lex tratando de convencer a su madre o de apidarla
- NO Alexander, no hagas renegar ven acá – ordeno atrapando uno de sus pies y jalándolo hacia ella
- ESPERA, ESPERA… espera un rato si? Voy… voy a ir al baño primero – dijo parándose como un rayo, pero se quedo paralizado con el comentario de mamá
- Alexander, tienes 15 años – dijo seriamente – no eres un nene de 5, compórtate a la altura de las circunstancias hijo, esto no tomara más de 3 segundos si te lo propones… no me decepciones – agrego y con tal seriedad que Alexander se sintió mal por portarse mal, así que decidió armarse de valor y hacer lo correcto por una vez en la vida tumbándose en la cama por propia voluntad
- Ya mami, está bien – dijo – pero por favor, dame un ratito a que me haga a la idea – rogo volviéndose a poner de espaldas y cerrando sus piernas y aprendo los músculos en cuanto Clara se sentó en la cama y empezó a abrir el paquetito y la vaselina – por favor, por favor – dijo estresado ante la idea
- Anda, si no es para tanto Lex – dijo mamá sonriendo y dejando los supositorios en la mesita como una tentación, y lo fue, apenas se dio la vuelta para coger la vaselina Lex destrozo el medicamento en las manos, si vamos con el calor parecía mantequilla – ¿PERO QUÉ HAAACES? – no pudo evitar gritar algo enfadada – NO ASÍ – agrego quitándole el único supositorio que quedo – ya ni que fueras un niño de 3 años destruyendo todo – y se fijo que solo había uno más, porque al parecer los otros no le pertenecían, hizo memoria y se acordó de la otra mujer que pidió supositorios para la fiebre de lactantes, vaya confusión – vaya mierda – expreso al darse cuenta del error, había cogido el paquete errado – mira Lex – advirtió con algo de irritación en la voz – es el último que queda así que no lo fastidies – y se lo mostro sujeto entre los dedos – me confundí al coger el paquete en la farmacia y tome otros equivocados, así que no hay mas – dijo para supuesto regocijo de Alexander y empezó de nuevo
- Pero es que es… ES HORRIIIIIBLE – dijo rojo de vergüenza
- Si no los vas a tomar – dijo mamá haciéndose la loca
- MAAAAA – dijo apretando el poto apenas su madre estuvo con el supositorio en la mano ya untado de vaselina
- A ver Lex, ¿quieres mejorar o no? – pregunto irritada
- ¡CLARO! – no había duda – ….peroooo – pero había un pero
- ¿Pero qué? – pregunto mamá ya impaciente
- ¿Y si me lo pongo yo? – tentó a su suerte y no podía creer que lo lograra
- Me parece lo más maduro que has dicho cariño, si no es difícil y no molestara – y con ese voto de confianza, Clara le paso el medicamento a su hijo esperando que lo haga, le explico cómo y se quedo ahí – bueno ya hijo… ¿qué esperas? – pregunto toda desubicada
- A que salgas mamá… es que… Me da cosa – hablo Lex
- No me salgo hijo – dijo mamá tajante – me quedare y me daré la vuelta, así no me engañas – Lex trato con todo su corazón hacerlo, de eso no había duda, pero la tentación fue mayor y en vez de eso mordió el supositorio en pedacitos y lo metió debajo de la almohada, para que lo haría, mamá estaba mirando desde el espejo del ropero que estaba abierto.
- Hay Alexander, acabas de cavar tu tumba, te dije que era el último
Clara lo había intentado, no podía
decirse que no, mando a comprar otros supositorios pero no había, y tuvo con
todo el dolor de su corazón hacer uso del balsámico que le entregaron en
enfermería como parte de la medicación que se asigna a los pacientes y, así con
eso en la mano, su mama entro con, la jeringa descartable y la cara se le transformo
en un instante a un Alexander que iba al
baño a paso de tortuga con los pedacitos del supositorio en la mano
- ¿Por qué traes eso mama? – pregunto queriendo distraer la perdiz
- Porque acabo de ver lo que hiciste Lex – y Lex se puso lívido al darse cuenta de espejo – y como no sabes cumplir con tu tratamiento, no me queda otra que pincharte – dijo seriamente – tu sabias bien que era o eso, o esto – le dijo mostrándole del vial del medicamento
- Pero maaaaa – grito cuando su madre dejo la jeringa cargada y se acerco con la intensión de bajarle la ropa
- No – contesto tajante su madre – te advertí que era el último supositorio y tampoco hay para comprar en la farmacia de la esquina – dijo como leyendo el pensamiento de Lex – y no tengo tiempo para ir hasta el centro, porque es DEMASIADO tarde – agrego mirándola hora, eran las 11 de la noche y de su marido y su hijo no había noticias, algo que empezó a preocuparle
- No maamiiii – y Lex empezó a llorar de verdad asustado – por favor, por favor – rogaba sujetando su ropa – voy a dejar que me coloques otro tu, pero no la inyección, por favorrrrrrrrrrr – rogaba pensando que su madre estaba solo queriendo asustarlo, lo había conseguido, pero no era por asustarlo, es que de verdad no había otro medicamento
- Es que no hay otro Alexander entiende eso – respondió Clara a tiempo que se acercaba al crio que a moco tendido empezando a toser y llorar – para desgracia tuya solo había un supositorio hijo – le explicaba – yo tenía que comprar el resto esta noche al ir a cenar con tu padre y como eso se cancelo me olvide por completo – agrego ya empapando de alcohol el algodón – no puedo cortar la medicación hijo y tú lo sabes
- Mamita… mamita – dijo agarrando sus manos – llama al papá… Por favor, papá puede comprarlos – hizo un último intento y lo logro… convenció a su madre
- Está bien Lex, hablare con tu papá – respondió tras un minuto de pensarlo – de todos modos ha ido a la ciudad a recoger al irresponsable de tu hermano – comento saliendo ya de la alcoba sin dejar de protestar – a pero que ni piense que lo dejare así no más – amenazaba mientras se apagaba su voz al alejarse de la alcoba de Lex dejándolo a salvo – cuando regrese le daré la paliza de su vida, irse a beber a una plaza y salirse sin que yo lo sepa – fue lo último que Lex llego a oír, se salvo por un pelo, por lo menos tenía algo de tiempo hasta que papá regrese…
Pero en el camino se invirtieron los
planes, Rubén no podía entrar a la ciudad porque tocaba restricción de su placa
vehicular, así que cuando llamo Clara no tuvo más remedio que ser ella la que
recoja al mocoso de Iván y Rubén vaya a comprar los medicamentos, así, este
último regreso a casa echando humo Adela se había quedado en un punto de la
ciudad en espera de Clara por si tengan que arrastrar al muchacho y casi fue
eso lo que sucedió…
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