Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 22 de Abril de 2016.
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Capítulo 42
Un suspiro por Logan
Autora: Marambra
Las horas parecían no pasar para Rubén que se ensimismo en sus
pensamientos dejando a su mente divagar sobre los sucedido en tan pocas horas,
y hubiese seguido así de no ser porque Iván lo interrumpió…
- ¿Papi?
- ¿Qué quieres Iván? – respondió Rubén sin levantar la vista del montón de documentos que tenía delante suyo, a un muchacho que no se animaba a cruzar el umbral de la puerta
- ¿Puedo ir a la piscina?
- NO – la pregunta acaparo la atención del padre y levanto la vista con el ceño fruncido – sabes que la piscina está prohibida para ti – respondió algo más calmado, Iván no había salido en tres días a ninguna parte que no sea el hospital para visitar a Lex y siempre con sus padres y Rubén volvió a concentrarse en la tonta documentación ignorando al muchacho
Así que Iván solo se dio media vuelta y
con un suspiro se dirigió a su habitación, se tiro a la cama y empezó a mirar
el techo y contar la cantidad de imaginarias partículas que sobrevolaban sobre
él, Rubén alzo la vista para decirle algo al muchacho y se encontró con la
soledad, su hijo se había marchado y él ni cuenta se dio de aquello; que locura
pensó, tras exhalar un hondo suspiro… tenía que hablar con él, con tanto
problema en puerta, la cirugía de Lex y la complicación de la contrademanda
quitaron tiempo de calidad entre padre e hijo, no habían aclarado nada desde la
tarde del juzgado y bueno, los pocos momentos que compartían estaban ahí,
suspendidos en el aire en un completo silencio que nadie se animaba a romper,
sobre todo porque no estaba Clara para hacerlo, ya que ella se perdía al medio
día para ir a ver Lex y ver si podía o
no empezar a servirse alimentos.
Rubén salió apurado, no pudo decirle a
Iván que lo acompañara porque cuando subió, éste entro a la ducha y no podía
esperar, quizás sea mejor así pensó, a la hora de todo aquello regreso Clara y
lo primero que observo fue a Iván tirado en la hamaca del patio cerrando los parpados
para que los escasos rayos de luz no le fastidien los ojos; cuánto parecido
tenía con su padre, ¡Dios mío!... era su vivo retrato, Clara suspiro y se
fue a cambiar, bajando al poco rato con
un montón de fotos de Logan y de María, prendió la radio para alegrar el ambiente
y justamente una vieja canción de pegajoso ritmo sonaba en el aire…
El sol cayó primero,
después un pantalón vaquero
Y una falda escolar………
y las mariposas volaban de flor en flor
y nos enteramos por primera vez
lo que es el amor
… La letra de aquella canción resonaba
en los oídos de Clara y cerró los ojos pensando en Logan, aquella letra
describía una fracción de su corta vida hace quince años atrás…
Un muchacho corriendo sobre el lomo de
un caballo negro a todo galope con el pelo revuelto, la sonrisa amplia y los
ojos cargados de toda la luz que pueda albergar el firmamento, ese era su hijo,
su amor dulce, la miel de su boca, el niño de sus ojos; Clara recordó aquel
momento cuando esperaba noticias de la cirugía de Lex sentada en aquel banco de
hospital, Iván había estado allá con
ella tumbado en todo lo largo de las bancas vacías, había puesto su cabeza en
su regazo y lo había observado dormitar… una sonrisa dibujada diminuta en los
pliegues de su boca, una sonrisita arrancada de su inconsciente que recordaba a
su hijo y al mirar tan detalladamente a Iván y encontrar en aquel el inmenso
parecido a su Logan, sintió en el corazón una desesperación tan grande, tan
enorme que en un momento dado por lo real que le pareció la situación creyó que
el que estaba apoyado en sus piernas con el pelo revuelto y los ojos tristes
era su propio hijo, su Logan…
- ¿Iván? – Clara se encaminaba al muchacho – mira lo que tengo para mostrarte – le enseño el álbum de fotos y otras tantas cosas que estaban sueltas en una caja color sepia que olía a rosas suaves
- ¿Qué son? – se incorporo y se dejo abrazar por Clara
Hacía ya tres días que andaba ahí
perdido y desubicado con todo el lio de su hermano, había sentido pena de que
lo operaran y estupor al enterarse que su madre haya desencadenado todo eso con
un enema, en otras circunstancias se habría reído y burlado de Lex pero al
verlo salir de quirófano con los ojos cerrados y mas blanco que un papel, con
unas gotas de lágrima escurridas en el rostro camino a las orejas, la boca
entreabierta y magullada, el brazo frio y el suero prendido de una bránula a
nivel del antebrazo y el pelo despeinado, sintió pánico de la muerte y recordó
que él no había visto a su papá desde el horrible incidente en Londres.
Aquel miedo se había reflejado en su
rostro y Rubén se dio cuenta de ello, corrió a su lado y lo abrazo con fuerza
lo saco de allá lo más rápido que pudo, el muchacho estaba hiperventilando y
empezó a sentir que sus manos se
encogían, quería gritar de la desesperación pero no podía decir nada, estaba
impresionado y confundido, quizás así estaba su padre antes de morir y ese
horrible pensamiento lo empezó a acusar.
- Shuuuuu, no pasa nada mi chiquito, no pasa nada mi vida, tu hermano solo está dormido, cuando regresemos de cenar podrás hablar con él – le decía Rubén llevándoselo fuera del hospital hacia el jardín del mismo y sin soltarlo ni un solo momento, timbro a Clara que en todo el proceso estaba concentrada en la comodidad de Lex que no se percato que su marido y su hijo salieron casi corriendo
- SE ha muertooooo – empezó a gemir – se ha muerto y me ha dejado, me ha dejado, me ha dejado solo, me han dejado solo, estoy solo – él hablaba de Logan pero Rubén creyó que era de Lex
- Calma cariño, nadie te ha dejado, mírame, estoy aquí contigo hijo, estoy aquí ¿ves? – le decía mientras secaba las lagrimas de sus ojos y le levantaba el mentón – nadie te dejará jamás, estamos todos contigo y Lex se despertara en un momento a otro y volverás a estar con él como siempre
Rubén se sentó en una enorme banca
colonial de aquel patio de nosocomio, bajo una inmensa palmera real, eran las 8
de la noche y el olor a jazmines inundaba el ambiente, se oía las ranas croar
en los charcos de agua que se formaron tras la lluvia de la tarde, dejo que Iván se acomodara a su
lado y lo mantuvo ahí, abrazado, había deslizado sus brazos sobre los hombros
hundidos del crío y acerco su cabeza a su pecho para reconfortarlo, su hijito
lo necesitaba más que nunca, su bebé, porque era su bebé; cuando ellos habían
nacido, cuando llegaron al mundo la primera persona que los tuvo en brazos aun
cubiertos de sangre y cordón umbilical con una pinza, fue él…. Rubén y fue amor
a primera vista…
- Hay mi hijo, que hare contigo changuito tonto, ¿quieres hablar de tu papa? – pregunto dándose cuenta que el ataque de pánico parecía más bien estar vinculado a Logan, quizás el miedo pensó, sea por la muerte de Logan, pero le sorprendió al respuesta de Iván
- Tu eres mi papá, no él – quiso apartarse del abrazo pero Rubén no lo dejo, algo había pasado con ellos en Londres que no se entero, y que estaba afectando profundamente a Iván… ¿o solo era la impresión de ver a Lex? – ¿escapas de nuevo Iván?
- NOOOO … yo solooo – solo quiero huir de esto quería contestar, pero el nudo de la garganta lo tenía atado a aquella banca
- ¿Es por lo de esta tarde? – la pregunta estaba dirigida a los sucesos del juzgado
Silencio… Vergüenza, pena, tristeza,
todo en su corazón “¿Porque hizo lo que
hizo papá, si yo la quería?” era la pregunta que quería formular en voz
alta; su padre acababa de despertar el recuerdo de Raquel y lo ocurrido en la
tarde… “¿por qué me dejo tu hijo allá en
ese lugar y no regreso por mi?... ¿por qué mi vida es un desastre total?
deseaba preguntar pero la oportunidad se perdió porque Clara apareció junto a
ellos.
- Esta ya en sala de recuperación, pero él medico dijo que tardara como una hora en despertar – anuncio aguantando la respiración con el rostro todavía impactado, pero tras una bocanada de aire fresco y perfumado resolvió hacer lo que debía, volcar su atención en Iván – ¿Que paso cariño? – pregunto a tiempo de darle un beso sentándose a su lado, e Iván paso de los brazos de papá a los de mamá en fracción de segundos y se sintió arropado, había sido un día horrible – Lex está bien – le dijo sonriéndole pasando sus dedos sobre sus rubias cejas peinándolas como solo las madres lo suelen hacer – en cualquier momento despertara, mientras vamos comer algo ¿te parece? – pregunto a Rubén mirándolo de frente
Y los tres salieron a cenar en algún
lugar cerca para regresar pronto a ver a
Lex….
Volviendo al presente
- ¿Qué son?
- Fotos cariño, fotos…
Clara se acomodo cerca del muchacho y
este se bajo de la hamaca, pero mamá decidió llevarlo a un lugar que él no
había ido nunca, era la parte posterior del jardín… al parecer todo era un
enorme jardín de rosas de diferentes colores, Iván nunca se percato que en el
medio de todo aquello había una especie de hamaca en forma de huevo hecho en
hierro forjado donde uno podía tumbarse cómodamente y esconderse del sol y de
cualquiera que quisiera; Clara se sentó ahí y su hijo se tumbo en su regazo
mientras ella le acariciaba el pelo y le iba mostrando pedazos de una vida
pasada hermosamente vivida en aquella casa.
- Esta es tu mamá – le dijo mostrándole una foto de una niña prácticamente, una muchacha de ojos enormes negros, de piel muy blanca y el pelo tinto, largo ondulado y una sonrisa genuina como la de Lex, franca abierta y segura – es en la fiesta de cumpleaños de tu papá – dijo mirando la fecha – si definitivamente – agrega – aquí dice 12 de diciembre, hicimos un churrasco, el cumplió tu edad – y luego lo pensó mejor, como si calculara la edad y se corrigió – no, no, me estoy equivocando… cumplió justamente catorce años
Iván solo observaba las fotos en
silencio, tratando de ver algo más que la imagen impresa, pero solo vio a un
muchacho similar a él riendo y abrazando de los hombros a la que un día fue su madre…
que jovencitos eran, niños casi.
Había sido un amor a lo Cupido, a
flechazo limpio, unos libros caídos en la puerta del colegio y la sonrisa más
linda del mundo, él se hundió en su pelo y ella naufrago en el océano de
aquellos ojos tan inmensos; caminaban las mismas rutas de ida y vuelta del
cole, eran casi vecinos y las fincas colindaban prácticamente, sus padres
habían sido socios en algunos negocios de ganado y ellos jamás se enteraron de
nada; hasta que Rubén una tarde que fue a ver los potreros y se olvido de
llevar agua, entro a aquel establo viejo que aún no habían derrumbado, lo
usaban para guardar el pienso del ganado y algunos cachivaches mas, la puerta
estaba entreabierta y eso llamo la atención de Rubén, quien se acerco
sigilosamente sin hacer ruido pensando que tal vez haya entrado alguien que no
era de la granja o algún animal, pero lo que no se imagino fue encontrar a
Logan, desnudo y haciendo el amor con alguien sobre un montón de hojas secas…
Para Logan había sido la más
maravillosa experiencia de su vida, el más dulce de los momentos, no habían
tenido intención de llegar a eso, se había encontrado por casualidad con María
en los linderos de la finca, sobre las 2 de la tarde; aburrido como estaba sin
saber que hacer pues a esa hora su padre hacia siesta y mamá ausente en casa
por un viaje del que retornaría esa tarde sobre las 6; decidió ir a la banda
del rio, metiéndose con ropa y todo dejándose llevar por la majestuosidad del
ambiente, fue ahí donde la vio, toda hermosa, pequeña, menudita, con un vestido
suelto color verde claro y el cabello recogido en una moña que desafiaba la
gravedad, él salió del agua al verla, se puso la polera roja al hombro después
de secarse la cara con la ropa, le sonrió y ella lo abrazo mojándose el cuerpo,
hablaron de tantas cosas perdidos en la melodía de sus voces y caminando
llegaron al potrero aquel, entraron porque él se hizo entrar una espina en el
pie y ella quería sacárselo, y ese pequeño y simple acto derivo en la
consumación carnal de su amor adolescente.
Empezaron a besarse con hambre, como
solo se tiene en esa edad, las manos volaron como palomas buscando un nido en
el cuerpo del otro, ella llevo los dedos al botón del pantalón del muchacho y
sin problema se deshizo de el, mientras Logan metió sus en su pelo enredando
sus dedos en la meta negra que cayó como cascada cuando deshizo la moña de
María; de pronto la tentación fue tan grande que no supo en qué momento los
tiritos del vestido fueron desatados y al tiempo que caía el vestido ellos
cayeron al suelo envueltos en besos y abrazos cada vez mas ardidos, mas
quemantes… la adrenalina fluyo por las venas, las feromonas circulaban
envolviendo la piel de los amantes, por fin él la acomodo sobre el suelo cubierto
de hojas secas, sobre su polera roja, le quito el pequeño infantil corpiño de
algodón con mariposas rosadas, y un reguero de besos diluvio en los montículos
de carne con picos rosados hasta el vientre plano de la muchacha, se acerco al
sur, cada vez más, más y más, de pronto un triangulo rizado y negro apareció
ante sus ojos y ella cerro los suyos, pero él la obligo a abrirlos y sin saber
cómo, ella cobro vida, valor y fuego, empujo a Logan y le quito el resto de la
ropa y empezó a explorarlo, y fue bautizando cada pedazo de piel…
- Este es el pauro (poza de agua, manantial) de María, yo así lo bautizo – dijo depositando una gotas de agua en el ombligo del muchacho para beber de él, mientras el mocoso contraía el vientre atacado por las emociones nuevas que descubría y lo apresaban – esta es la sabana Maríana no africana, sino de María… de mi – dijo refiriéndose al espacio geográfico que delimitaba con las manos sobre el blanco pecho del muchacho mientras lo besaba con dirección al sur hasta que finalmente llegó al pubis murmurando – …..y este es el palenque (entiéndase como estaca) de María – rio descaradamente y se sentó a hojarcadas sobre él
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