Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Abril de 2016.
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Capítulo 27
Plantando cara a los problemas
Autora: Marambra
La preciosa semana paso y
todo regresa a su antigua monotonía, Iván que había estado relajado durante el
viaje, había aprendido fotografía porque su abuelo, fanático de aquel arte le
había enseñado unos trucos y regalado su
primera cámara, apenas puso pie en tierra firme, Iván subió a su
habitación y prendió el dichoso móvil….
Y claro, tenía más de 100 llamadas perdidas todas de la misma persona, y un
sinfín de mensajes todos descaradamente insultantes, el cerro el fono y lo tiro
a la basura apagando el chip, había tomado una sana y valiente decisión: le
plantaría cara a Raquel y daría por concluida aquella relación que para colmo
jamás debió empezar, estaba harto del estrés, de tener que disculparse siempre,
de dar explicaciones hasta de lo comía, dormía, bañaba, vamos explicaciones
hasta de lo que entraba al baño, esa semana había servido para adentrarse a sí
mismo y ver en retrospectiva lo que su papa le había enseñado, no huir de los
problemas, pero quería resolverlo solo, a su manera, no quería que intervenga
nadie, había pensado mucho en lo que paso, lo que vivió, lo estresante y
enfermizo de eso que estaba haciendo mella en él y quería cortar por lo sano,
más adelante tal vez, tendría la total confianza de contarle a su padre el
incidente en el potrero hace un mes cuando viajo a Brasil.
Pero no conto claro que la susodicha
mujer lo chantajeara con fotos que él no sabía que les hubieron sacado a ambos
en situaciones realmente peligrosas y comprometedoras, y obvio, un crio a los
quince años que diablos sabe de leyes sobre todo si no llevas ni seis meses en
un nuevo país, esto y sumado el estrés que se pego de rebote porque Lex, se
entero a medias tintas de las cosas que Iván quería ocultar…
Todo sucedió el primer martes que
regresaron del viaje, fueron ambos a la piscina y Raquel sin mediar palabra
alguna le regalo un terrible tortazo a mano llena en la cara a Iván, dejándole
marcada la palma y un horrible pellizco, ella no estaba de acuerdo con que el
mozuelo la haga a un lado, supuestamente por una chica, porque Iván le dijo que
se enamoro de una muchacha vecina de su casa, una chica imaginaria pero no para
la loca de Raquel, solo que aquel bofetón y el pellizco lo vio Lex porque ambos
en la discusión que tuvieron no se percataron de su presencia, las clases
habían terminado, aparentemente solo estaban ellos porque Iván le dijo a Lex
que se adelantara que el tenía que hablar con Raquel, no importaba si llegaba
tarde pensó, no importaba que su padre le deje sin un fin de semana o le dé un
par de nalgadas, las recibiría con gusto si solo estaba seguro de que las cosas
con Raquel concluyeron, pero Lex se había olvidado su reloj y como se canso de
llamar a Iván al móvil que siempre daba apagado, pues nada regreso y ellos no
supieron en que rato entro, solo se enteraron cuando Lex detuvo el puñetazo de
Iván que iría a parar a la cara de Raquel y seguro se armaba la grande.
- Te he visto lo que has hecho pequeña zorra – le reclamo Lex a tiempo que cogía la mano de su hermano, Raquel enfurecida no tuvo opción a nada, Iván salió junto con su hermano con el corazón acelerado y la cara congestionada de la rabia, pero sabía que las cosas no estaban concluidas con ella, ¿que haría ahora? –Tu estas revolcándote con ella no? – increpo Lex olvidándose por completo del reloj a tiempo que empujaba a su hermano en plena calle, estaba enojado pero no sabía si con él por idiota o con esa ranfla
- ¡Cállate!... que sabes tú – contesto el otro devolviendo el golpe
Y así, en medio de esa trifulca entre
verbal y física, Iván término confesando lo sucedido con Raquel a su hermano,
claro que con una confusión de sentimientos al mismo tiempo, porque por un lado
le asaltaba la rabia y por otro lado el supuesto amor, Lex más sereno y tajante
le dijo por primera vez como hermano mayor y más maduro en este hecho.
- Te doy una semana para que le avises a papá todo lo que ha sucedido – amenazo Lex enfadado – no sé que me hace pero esa loca puede acusarte de cualquier cosa – increíblemente Lex tenía razón, por su brillante cabecita pasaron algunos focos de lucidez – y te veras en un lio de mierda, y no quiero que me embarres a mi más por estar ahí de compañía – el ya veía venirse el lio en casa y el efecto turbión de sus padres
- Deja que aclare las cosas a mi manera ¿SI? – respondió Iván más confundido
- No seas ESTÚPIDO – le golpeo el pecho con el dedo – te golpeo – aseguro muy ofuscado de recordar al escena, era indignante, pero al ver la cara de Iván agrego con suspicacia – a no ser claro, que a ti te guste que te haga todo eso… – lanzo las palabras al aire y supo por intuición que esa loca golpeaba a su hermano cuando este cambió el semblante – TE GOLPEA ¿NO ES CIERTO? – pregunto, repitiendo insistentemente – TE GOLPE, ES ESO – y esa era una afirmación a toda regla
Iván no contesto, no era que le gustara
que lo golpee, nunca lo disfruto, pero él no veía la magnitud del lio como tal,
para él, esa era la forma de Raquel de expresar su “cariño”, algo así como más me
ama, mas me pega pero para Alexander las cosas eran diferentes, más nítidas, el
veía las cosas con mayor objetividad, y recordó las veces que su hermano andaba
diciendo que se golpeo en tal o cual lugar con algún moretoncito en los brazos
o en las piernas, ahora caía, esas marcas se las hacia ella.
Llegaron a casa disgustados entre sí y
no hubo forma de averiguar que paso, porque ninguno dio su brazo a torcer,
Rubén y Clara estaban enojados con ambos, porque era feísimo ver que no
hablaban para nada, ni se saludaban, ni jugaban siquiera, peor salir juntos y
la cosa fue tan tirante al punto de que si uno entraba el otro se retiraba, si
uno decía negro el otro blanco; las cosas estaban saliéndose de control, Lex
comunico que no volvería a la piscina lo que Iván casi festejo, y eso encendió
el farol de Rubén, algo paso en la piscina.
- Quiero saber que paso – Los retuvo Rubén en el comedor, harto de verlos enfadados entre sí – estoy cansándome de esta situación
- Que te lo explique Iván – se adelantó Lex más astuto mirando fijamente a su hermano
- Y bien, que paso Iván – Rubén lo sacudió un poco para que le respondiera
- NO voy a responder, es cosa mía, no tengo porque contar todo – contesto agresivamente mirando fijamente a su padre como retándolo, estaba enfadado y se notaba la tensión en el semblante y los puños apretados, estaba controlando lanzar un puñetazo a quien se ponga de frente, si lanzaba aquel puñete a su padre, Rubén lo mataba a nalgadas, no toleraría un insulto como ese… pero Iván aflojo las manos y mordió los dientes…
- Bien, entonces, será cosa mía lo que suceda a partir de ahora, así que volverán a dormir juntos por un mes – grito enfadado cogiéndole los hombros de ambos muchachos, peligrosamente
- Yo no quiero dormir con él – grito Alex
- YO sí, así que sean dos meses junto a este tarado – grito Iván a tiempo que subía a todo trote a su habitación y se cerró la puerta por dentro después de recibir el tremendo revés que le entrego su abuelo por bocón
Iván había llegado al límite de su
cordura, de su paciencia, no sabía manejar al igual que su hermano las
situaciones límites, era un novato, pero supo controlarse y evitar enviar
golpes a diestra y siniestras a diferencia de Lex que habría calcado el
puñetazo la mas de las veces donde mejor la parecía; entre las presiones de la
situación que estaba viviendo, de Lex que lo andaba acusando con la mirada
sentenciosa, ya casi al filo de la amenaza que este le dio: una semana, entre
su padre que empezaba a cabrearse y su madre que lo seguía a todo lado con cara
de pocos amigos algo así como, no te voy a dejar ni a sol ni a sombra, y de
paso… los constantes mensajes que Raquel le enviaba porque aunque se había
prometido a sí mismo no leer ninguno, estaba justamente haciendo eso; su
padre abrió la puerta de su habitación con la copia de su llave y al verlo
tirado en el piso con el móvil en la mano golpeándose el pecho y la otra en la
frente en señal de agobio, se percato que todo ese tiempo, desde el viaje, Iván
no estaba como de costumbre pegado al fono…….. Ahí estaba la clave dijo, tiene
que ser algo relacionado con las llamadas que recibe, y supuso que era un lio
de faldas, pensó que tal vez ambos críos se encapricharon por la misma niña…….
Que lejos de la cruda realidad.
Fue por eso que Rubén ingreso a su
habitación e Iván no se percato que estaba ahí parado frente a él y él en el
suelo con los ojos cerrados, divagando y mascullando su problema; cuando abrió
los ojos su padre le dio la mano en señal de que se pare y no tuvo opción,
sabía que se había ganado unos buenos azotes por gritarle a su papa, pero Rubén
lejos de hacer eso se sentó en la cama de su hijo y por primera vez en muchos
días hecho un vistazo a todo, no había tendido su cama, no cambio sus sabanas, ese día tocaba hacerlo,
la ropa estaba puesta desde hace 4 días sobre la mesa para ser acomodada en el
ropero y la ropa sucia estaba tirada por todo lado, aquello no era normal, algo
le estaba pasando a su hijo y algo muy grave. Era hora de tomar al toro por las
astas.
- Ven acá – lo llamo suavemente, Iván suspiro y se levanto, se acerco a su padre, no tenia cabeza para nada, si quería azotarlo que lo haga, quería desaparecer, estaba empezando a deprimirse, Rubén al ver que estaba a punto de llorar lo atrajo sobre su pecho, lo acurruco largo rato, y dejo que llorara sobre si, su hijo lo necesitaba pero de otra manera, no rudamente, no con la mano sobre su trasero sino sobre su hombro y dándole el pecho para que se sienta reconfortado, y seguro – ¿Qué sucede hijo? – le pregunto limpiando los ojos de su nieto con las manos, su bebé estaba llorando por algo que él no sabía – ¿qué está pasando con ustedes? – musito pensando en Lex
- Nada papá – lloraba Iván aún cerrado en su envoltura impenetrable
- Nadie se pone así por nada – hablaba Rubén afligido, había visto esta reacción solo una vez, en Logan, cuando María había fallecido – dime que sucede – pidió – no me voy a enojar – prometió con el corazón – te prometo que no tomare represalias contra ti o tu hermano, solo dime qué pasa – insistió – ¿es algún lio con alguna chica? – fue directo al grano – has tenido algún problema con alguna muchacha que haya que resolver de otra manera, tal vez hablar con sus padres? – a esas alturas Rubén haría lo que sea con tal de que Iván reaccione, hasta prometerle la luna, estaba más que claro que tenía miedo a volver a vivir la pesadilla de Logan nuevamente, pero tampoco podía darle la espalda a su nieto de darse el caso, total, ellos solo lo tenían a él, bueno a él y a Clara
- NOOOO, no hay ninguna chica – claro que no había ninguna chica, había una mujer mayor de 35 casada obsesionada con él, chantajista que estaba haciéndole la vida a cuadros y él no sabía cómo resolver el problema, tenía miedo a que su padre se entere de las cosas que sucedieron entre ellos y que había pruebas de eso, y no solo esas cosas, sino que también lo golpeaba y pese a todo, el seguía pensando que la quería un poco, que no todo podía ser tan malo, las lagrimas se caían a gotas – no te preocupes papa, lo voy a resolver – le sonrió a su padre
- ¿Y cómo piensas hacerlo? Se puede saber?
- No lo sé, a mi manera supongo – respondió a tiempo que se limpiaba la pequeña nariz con el dorso de la mano sonriendo por primera vez en días – puedes apagar la luz, tengo sueño – agrego, no dando opción a su padre a hacer más preguntas soltándose de su abrazo y tirándose a su cama
Rubén salió y se fue a hablar con Lex,
este se cerró en redondo y no confeso nada, si Iván no hablo, el no lo haría, no podía ser un chivato, así que Rubén
se dirigió a su oficina, saco la agenda del crio, llamo a un amigo de la
compañía de teléfonos y le pregunto si podía averiguar algunas llamadas de su
hijo entrantes y salientes y de quien era el numero, el amigo, le dijo que por
ser él le haría este gran favor, pero que debía esperar hasta mañana bueno, no
importaba, también quería saber de las llamadas de Lex y de todos los mensajes
posibles… Con esa preocupación se entro a dormir, pero no durmió nada porque a
las tres horas de acostarse, entro a su teléfono una llamada que nunca debió
ser…
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