Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Junio del 2016
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Capítulo 232
A tropezones, tras tus
pasos voy
Autora:
Marambra
El viejo dicho ese que predica, sobre lo mojado
llovido en el caso de Rubén se quedó chico, no fue solo una lluvia, sino una
tormenta, Alexander no pudo ser más imprudente que ahora, había desobedecido
deliberadamente a su padre con la orden esa de quedarse en casa con Adela, pero
hablando en pepa (oro en bruto) ¿qué hermano no lo haría en su sano juicio?,
¿qué hermano no quisiera estar ahí en primera fila cuando rescaten a su
fraterno?... ¡todos! y más cuando se trata de un hermano tan íntimo, tan
propio, tan único como lo es un gemelo.
Papá
lo entendía, sabía que esta situación era dura para Alexander, pero no solo lo
era para él, lo era para todos, para su madre y para él… sobre todo para él, al
fin y al cabo, los gemelos eran lo únicamente genuino y de valor incalculable que tenía Rubén sobre
la tierra a parte de Clara y Logan antes
de su muerte, sin embargo parecía que nadie se daba cuenta de aquello, parecía
que nadie se ponía en su lugar ni le daba la importancia debida a su angustia,
cuando él, estaba viviendo también una pesadilla con los ojos abiertos, y casi
se infarta con lo sucedido en la tarde; ya era demasiado pesado y doloroso el
hecho de que el allanamiento no arrojo ninguna respuesta a la gran interrogante
que estaban viviendo como familia y más por el contrario la magnifique como
para que Alexander por culpa de su imprudencia casi sale seriamente lesionado
de no ser por la rápida intervención de la policía, pero claro no salió ileso,
su gracia le costó un viaje al hospital y una paliza que recordaría el resto de
su vida, pero el susto que le dio a su padre no tenia precio.
Por
su parte Alexander justificaba su desobediencia, según su lógica no podía
seguir con los brazos cruzados esperando que el cielo le resuelva sus
problemas… aun con todos los errores que su madre cometió a lo largo de estos
meses sobre todo los últimos días que fueron clave para que su querido hermano
huya, sentía pena por ella… mamá no
paraba de llorar como una Magdalena por todos los rincones culpándose a diario
por lo ocurrido con Iván y con todo lo demás, la pobre mujer cada noche que se
acostaba literalmente se azotaba por callar la verdad y el nudo que tenía en la garganta se hacía cada vez más apretado
cuando su marido la abrazaba y besaba su frente con tanto amor y delicadeza que
nada tenía que ver con el sexo y la intimidad marital, sino con la ternura que
se siente a quien se ama.
Ternura
que también se volcó a lo largo del día, Rubén a su manera fue un despliego de cariño para con ella
especialmente, total la huida de Iván si para él significaba perder dos veces a
Logan con todo el dolor que eso concreta, pesa y aplasta, imaginaba que el
mismo dolor vivía ella y hacia todo lo que estuviese en sus manos para evitarle
aquella angustia; pero no fue solo papá en esa tarea, Alexander hacia
exactamente lo mismo, besaba a su madre de rincón en rincón borrando con sus
besos esas lágrimas que caían al pañuelo rodando por sus mejillas, la abrazaba
con ternura y se forzaba así mismo una sonrisa porque su mayor temor era que si
ella se derrumbaba y confesaba, papá podría sufrir un infarto y entonces ¿Quién
traería de vuelta a su hermano?, así que sacaba fuerza de donde podía y
consolaba a mamá, pero no podía hacer lo mismo con papá, a papá se acercaba con
ganas de decirle: “todo estará bien” y darle un abrazo que lo reconforte y
fortaleza, sin embargo papá era papá, aun en su dolor y su pena era él quien lo
abrigaba y entibiaba su corazón derritiendo la duda como el sol a la nieve
pronunciando justo las mismas palabras que quería decirle a su padre, mismas
palabras que repetía Rubén también a su mujer en la cama antes de dormir.
Es
que Rubén era un hombre extremadamente protector y verla angustiada, llorosa y
triste despertaba en él sus instintos más cálidos y humanos y la trataba como
si fuera una flor de frágil caramelo que al menor estornudo se fragmentaria, y
todo ese despliegue de amor protector, de amor tierno y consolador hacia
difícil la confesión real del meollo de aquel problema que ahora mismo tenían
entre manos, a diferencia de lo que Alexander creía; pues Clara simplemente no
podía decirle “HEY Viejo, tengo algo que contarte, ven toma una copa conmigo que te
hará falta y siéntate a mi lado para no caerte de la impresión… adivina que:
Logan está vivo, solo estuvo en Acapulco bronceándose las pelotas”,
simplemente aquello era inadmisible y ese pesar, ese cargo de consciencia hacia
que no pueda disfrutar de ese amor tan especial que ahora mismo Rubén le tenía,
no podía dejarse querer y llevar por las promesas que le hacia su marido,
promesas que prometían el consuelo y la felicidad, porque ella sabía que aun
cuando Iván regrese a casa en cuanto se sepa la verdad, Rubén haría gala a su
orgullo herido.
Y
todos esos sentimientos y estrés de vivir dividida entre decir la verdad o continuar
con la mentira por momentos la hundían de tal manera que no quería ni moverse
de la cama, pero ver a Alexander decaer en la soledad cuando sus ojos no la
veían, hacia que se levante de donde estaba y haga a un lado su pesar y anime
al muchacho a salir de su letargo, vamos no era nada bonito ver al más
vivaracho de sus gemelos vapuleado como estaba, así que hacia todo lo posible
por aparentar una calma y entusiasmo que no sentía delante de él haciéndosele
muy difícil la tarea de ser madre, y se hacía difícil porque Alexander siempre
la pillaba llorando y el muchacho no sabía que más hacer aparte de abrazarla y
besarla para que se calme…
No
sabía qué hacer hasta ahora que desobedeció a papá, él tenía que traer a su
hermano, hacer las paces, procurar que la verdad salga a la luz con el menor
impacto posible como si aquello fuera “posible” redundando la expresión y que
Dios los ayude para que papá perdone a su padre biológico, Alexander estuvo
dándole vueltas al asunto desde que regresaron de Agua Calientes y supo que su
hermano huyo, lo primero que hizo fue
confrontar a Logan apenas se dio la oportunidad…
- ¿Qué harás? – le había preguntado con la esperanza de que le diga que hablaría con papá y sumarian fuerzas para encontrar a Iván, pero Logan le robo aquella ilusión, pero es que Logan ahora mismo estaba entre la espada y la pared, no tanto porque escoja a un hijo sobre otro sino por temor a lo mismo, que le cause a Rubén un infarto
- Buscar a tu hermano ¿qué más? – le contesto cogiéndolo de los hombros dolido porque dudara de él, lo que le hacía pensar que como padre lo hizo con el culo – pero antes tengo que marcharme de la hacienda, es lo más seguro para todos dadas las circunstancias – indico terminando de colocar las pocas ropas que tenía en su poder
- Pero porque, creí que te quedarías – musito Lex cambiando de expresión empezando a retroceder, sintiendo un nudo de decepción en la boca del estómago y cuando Logan anuncio que se marchaba de la hacienda porque Ginger llegaba de Londres con el bebé, no quiso oír razón alguna ni de él ni de nadie
- No puedo hacerlo hijo tengo que pensar en la salud de tul abuelo – agrego procurando acercarse a Lex – además ya llegara Rubén de Londres y…
- No quiero oír nada más…¡Cobarde!
Y
se sumió en su propio grado de culpa, dejándose llevar por un sube y baja de
emociones y pero a diferencia del resto que se quedo de brazos cruzados (desde
su distorsionada perspectiva claro) decidió buscar respuestas, primero en la
habitación de Iván, él cómo su hermano gemelo tenía una intuición desarrollada
y supo que Iván tomo aquella decisión inmerso en la duda, entre dos corazones,
hacerlo o no hacerlo, y de eso estaba más que seguro porque si no, ¿por qué
razón no se llevaría toda su ropa?, tomo dos mudas nada más y ni que decir del
dinero, de haber querido huir hubiera sacado también sus ahorros, pero estaba
intacto, su hermano no podía ir muy lejos, no sin un peso en el bolsillo y con
tan poca ropa, así que para él Iván tenía que estar si o si en casa de Raquel.
Y
cuando oyó a papá hablar con el abogado y saber que habían conseguido la orden
de allanamiento de morada con la policía supo que tenía que ir, él debía estar
ahí para cuando su hermano sea rescatado de sí mismo, porque adivinaba que Iván
no querría volver a casa, por eso tenía que verlo a él junto a sus padres, en
su lugar él querría aquello, así que la prohibición de papá no sería obstáculo,
él sabía la dirección de la casa de aquella loca, por si acaso busco entre los
papeles de su padre la dirección del departamento que compro como pago para que
esa mujer deje en paz a su hermano, llamo por teléfono a casa de Raquel o mejor
dicho obligo a Adela a hacerlo y preguntar por ella como recomendada para
clases de natación, así sabía dónde estaría ella, pues le solicito la dirección
de su vivienda para concretar una visita; interesantemente Adela fue su
cómplice, ella le pago el taxi hasta Santa Cruz y le dio dinero extra por si
acaso para regresar en caso de no pillar a sus padres.
El
caso fue que Alexander llego al filo de todo el asunto, justo cuando la policía
empezaba a abandonar el lugar, estaban sacando a los perros de búsqueda sujetos
con pecheras y cadenas, su madre estaba llorando a un lado de todo abrazándose
a sí misma como si buscara consuelo en su soledad, pero no solo ella se sentía
desesperada, Rubén estaba experimentando el mismo sentimiento, se notaba en su
rostro la tensión del día y el enojo contenido pero sobre todo el miedo real;
Raquel como sea se convirtió en la única esperanza que tenían ambos, casi como
un hecho consumado y la idea de que su hijo este ahí con ella más allá del
peligro que ella misma suponía, era un algo, una certeza, una seguridad de que
su hijo estaba bien dentro de lo que se espera y vivo, es que ambos habían
apostado su corazón a que encontrarían a Iván en ese lugar; Rubén había
imaginado incluso que esa misma noche harían las maletas para ir de viaje y
tirar al olvido tan desagradable episodio y sin embargo ahora estaban mucho más
perdido que el inicio, es que si te quitan la esperanza así de cuajo como
ocurrió con la respuesta de la policía no era quitar el sueño sino la vida…
ambos se sintieron morir
- ¿Están seguros que buscaron bien? – pregunto Clara aún incrédula, para ella esto era irreal, aun albergaba la esperanza de que Iván salga y le diga mamá estoy aquí, estoy bien
- Lo hicimos señora, buscamos cada rincón y no hay sito donde más pueda estar su hijo – contesto amablemente uno de los encargados de la misión, entendiendo bien lo que esa madre y ese padre seguro estaban viviendo, después de todo era la reacción casi en molde de todo padre que se enfrenta a la pérdida de un hijo – como ve, la casa es grande, pero es un patio solamente, no hay sótanos, áticos ni dobles paredes, el garaje es abierto
- ¿Y aquella puerta? – pregunto Clara mirando esperanzada de que el policía le diga “vaya nos olvidamos de aquello”, pero obvio que eso no iba a suceder
- Es solo un armario de herramientas, si quiere mire – le dijo escoltándola para que ella misma lo vea – es tan estrecho que es imposible que albergue a una persona – agrego y Clara tuvo que darle la razón, apenas tenía un metro de profundidad y estaba cubierto de estantes empotrados lleno de utensilios de jardín y otras cosas más
- ¿Seguro que no se olvidaron de nada? – pregunto afligida, con los ojos de nuevo velados de lágrimas, mientras papá con el desconsuelo en la mirada, la boca en un rictus y el ceño tenso conversaba con uno de los policías que parecía estar a cargo de la operación pues su uniforme era distinto al resto
- Muchas gracias – es todo lo que Clara oyó decir, acababan de confirmar que en la otra propiedad de Raquel, tampoco había nadie excepto la familia que alquilaba dicho inmueble – vámonos hija, no hay nada más que podamos hacer – dijo Rubén acercándose a Clara regalándole un abrazo muy conmovedor
- ¿Pero en el departamento no hay nada tampoco? – pregunto con la aprehensión de quien sabe cuál será la respuesta
- No Clara, acaban de confirmarme que Iván tampoco está en ese lugar – contesto con un nudo en la garganta, esto empezaba a ser demasiado doloroso, quería alejarse, quería estar solo, quería ir a la casa vieja de la hacienda y tirarse sobre el pasto donde supuestamente descansaban los restos de Logan y María… ¿dónde podía estar su hijo?
- NOOO, NOOOO – Clara se puso a llorar ante aquellas palabras, el último rayo de esperanza acababa de diluirse en la nada y ella empezó a sumirse en una espiral de sentimientos encontrados y Rubén viendo que su mujer estaba empezando a respirar mal, la abrazo pero ella rechazo su abrazo, ella no quería ser consolada, quería ser castigada, era su culpa y como guinda del pastel cayeron las palabras de Raquel.
Raquel
acababa de increpar a Clara, vamos la mujer estaba ardida, tuvo que suspender
un viaje a causa de aquello y temperamental como era, no sabía controlar su ira
y aquel instante… el ver a mamá primero ensartándose en una pelea verbal con
Raquel que de no ser por su padre y la intervención de la policía quien sabe
terminaban con algunos golpes o pelo arrancado y luego verla llorar de impotencia
abrazada de su padre y ver a papá con el rostro de denotaba derrota, hizo que
nazca en Alexander el impulso de tomar el destino en sus manos, él tenía que
cerciorarse que su hermano realmente no estaba en casa de Raquel, él tenía que
hacer algo.
- VOY A BUSCAR A MI HERMANO – grito a nadie en particular, es más ni se acerco a su padre o madre, no tenía tiempo de saludos ni de dar explicaciones, es que la cara de su padre lo decía todo… se estaba rindiendo
- ¡ALEXANDER! – papá se sorprendió de ver a Lex en Santa Cruz, el mocoso se había largado desde Warnes sobre una carretera demás de peligrosa y creyó que se acercaría a ellos, pero cuando lo vio intentar entrar a casa de Raquel y a ésta pegarle un golpe en la espalda porque no pudo atajarlo empezó a avanzar a su encuentro decidido de llevárselo de allá, Alexander podía estar complicándolo todo con su presencia – ALEXANDER VEN A ESTE LADO – agrego
- ¡NO! – contesto con bastante actitud, estaba harto de tener que esperar que los adultos hagan algo, y para colmo solo sus abuelos se movían de un lado a otro porque por lo visto Logan brillaba por su ausencia – VOY POR MI HERMANO – quiso soltarse y correr hacia el garaje que aun estaba con la puerta abierta
- No hijo, tu hermano no está ahí – pidió papá poniendo sus manos en los hombros, había logrado detenerlo al filo de la huida como se suele decir – volvamos a casa más bien, ¿sí? – le pidió con una tremenda angustia, procurando no enfadarse con su hijo, total el chico no tenía la culpa de que Iván no esté donde se suponía, pero además porque entendí la ansiedad y el estrés que Alexander estaba viviendo – además te dije que te quedaras en casa – le reprocho con cariño – desobediente – agrego arreglando su pelo – ¿cómo llegaste hasta aquí? – quiso saber frunciendo el ceño dándose cuenta que no tenía dinero
- Eso no importa papá, quiero ver a mi hermano – respondió Lex ansioso sin dejar de mirar lo que hacía la policía – tu dijiste que lo encontraron – obviamente Rubén jamás dijo aquello, pero era un hecho que no solo Clara y él daban por sentado que Iván estaba en casa de esa mujer, sino también Alexander
- No Alexander – contesto papá queriendo abrazarlo, mientras Alexander miraba de un lado a otro a la policía buscando algún indicio de que todavía estaban haciendo algo – yo nunca te dije que encontramos a Iván, te dije que conseguimos el permiso para…
- Para joderme la vida – agrego Raquel que pese a estar acompañada de su abogado no pudo controlar su mal genio, estaba ardida porque la policía y su abogado intervinieron evitando que agreda a Clara
- Yo no estoy jodiendo nada – contesto Rubén tragándose una pachotada que le dolió la garganta de lo gruesa que era en su mente, olvidándose por una fracción de segundos a Lex
Quien
supo aprovechar muy bien el momento y sin dudarlo un segundo se lanzo al éxito,
corrió a la verja lo más rápido que pudo, trepándose en ella justo cuando el
vecino abrió la puerta del garaje descuidando al dueño un pit bull que salió
alterado por el olor de los canes de la policía que también empezaron a ladrar,
el susto de los ladridos hizo que Alexander se resbale de la verja y el animal
corra hacia él, mordiéndole la pierna despertando en los otros perros el
instinto de protección, de tal manera que se abalanzaron tres de ellos sobre el
primer animal y se trenzaron en una feroz batalla de gruñidos, mordidas y
arañazos que también cayeron en algunos partes del cuerpo de Alexander que
apenas pudo arrastrarse en el suelo ante la atónita mirada de todos que se
quedaron paralizados creyendo que el pit bull lo estaba destrozando, la
conmoción fue tal que Rubén empezó a sangrar de la nariz a punto de una embolia
y Clara zapateaba gritando socorro mientras la impávida de Raquel cerro la casa
y tomo un taxi con rumbo desconocido mientras su abogado llamo a la ambulancia
y la policía y el dueño procuraban separar a los perros en medio de gritos y
ordenes tácitas que poco le valían a aquella mini juria de canes descontrolados,
y ante el sangrado que ahí había de la pierna de Lex y del cuello de uno de los
perros policiales, fue que uno de los uniformados pego un tiro en el cráneo del
agresivo perro dando por finalizada aquella batalla socorriendo por fin a
Alexander quien fue trasladado al hospital junto con sus padres en un shock que
iba a durarle el espanto de la pinchada y el dolor de una paliza agregada.
- DIJE QUE SUBAS A TU ALCOBA
Grito
Rubén, el estrés acababa de superarlo, se pasaron 2 horribles horas en el
hospital a donde llevaron a Lex tras las diversas mordidas de los perros,
teniendo que suturar una sola y ni siquiera con puntos juntos, solo de
aproximación después de lavar la herida con un horrible cepillo hasta hacerlo
sangrar para eliminar cualquier vestigio de saliva canina haciendo gritar a Lex
como si lo desollaran, y tras vendar todas las mordidas aplicaron los
antibióticos de rigor en medio de una conmoción propia de Alexander que se
magnifico cuando aplicaron las vacunas antirrábicas a doble pinchazo en cada
deltoides dejando ambos brazos tremendamente doloridos y para colmo todo aquel
colapso lo paso con su madre porque Rubén tenia la presión por las nubes y no
podían bajarle la misma, incluso se hablo de la posibilidad de intérnalo.
Menos
mal llego Arturo, en un momento de debilidad Rubén llamo al único ser con el
que podía contar y desahogarse y lo hizo, apenas vio a aquel viejo hombre,
Rubén se abrazo a él y se dio el lujo de derrumbarse… los problemas eran tan
grandes, tan pesados que sentía minuto a minuto fracturarse por dentro y la
gota que colmo el vaso fue ver a Alexander siendo atacado por aquel perro que
de no ser por los otros animales lo hubiera destrozado…
- Estoy tan cansado – agrego en un momento de debilidad mientras el anciano palmeaba su espalda, le había contado con lujo de detalles todo lo que había sucedido, obviamente Arturo estaba al tanto de los problemas de Rubén y la desaparición de uno de sus chichilos, y tanto él como sus chicos estaban ayudando a su manera a buscar a Iván, ellos tenían algunos recursos que podían ser de utilidad – no sé que voy a hacer ahora – se quejo – siento que los problemas me están superando y encima esto – dijo mostrando el ambiente como diciendo “toda esta cagada”, mientras el médico volvía a tomarle la presión – ha pero llegando a casa que ni crea que se lo voy a pasar, le voy a dar una paliza – anuncio cerrando los ojos ante la tremenda punzada en la cabeza que le dio por su tensión arterial, mientras oía al crispado médico pedirle que se calme o caso contrario iba a permanecer internado, que no estaba colaborando, pero bueno en una situación como esta ¿quién iba a estar calmado?
- ¿Qué jué lo que paso? – pregunto Arturo, él anciano no sabía bien que es lo que había pasado – el Yuyo me dijo que lo habían atacau los perros de la poli, es ¿cierto? – dijo Arturo realmente asombrado de aquello
- Fue un pit bull papá Arturo…. UN pit bull – repitió – sino eran los perros de la policía esa bestia lo hubiera matado, si se le lanzo al cuello – agrego sintiendo de nuevo el estremecimiento del miedo vivido en las entrañas y el enojo volver a fluir doliéndole de nuevo la cabeza, mientras hacía pasar el amargo medicamento que le pusieron debajo de la lengua
- Pero ¿cómo se te ocurre llevarlo? – le regaño pensando realmente que así sucedió – imagináte no más, de haber estau ahí tu otro tojito y esa ranfla pucarara se hubiera no sé, atajau del muchacho o lo atacaba con un arma, o habrían un fuego – decía el anciano imaginándose ya no más el panorama – una desgracia mayor hubiera sucedido ¿y?... ¿qué hubieras hecho? – pregunto, creyendo sinceramente que Rubén llevo al chico consigo considerando que desde que llegara lo había tenido en calidad de pollo, solo faltaba que le haga un nido y meterlo bajo su axila
- No lo he llevado papá Arturo, lo deje en casa – respondió pensando exactamente en lo que dijo Arturo, que no era otra cosa que los miedos que inicialmente el sintió y la razón por la que no quiso que Alexander lo acompañe – pero como siempre tiene que desobedecer – agrego – ¡AHH!, pero recomendación o no del médico llegando a casa le voy a dar una reverenda tunda al malmandado – anuncio cerrando los ojos y tumbándose del todo en la camilla, por primera vez desde que llegara en la ambulancia, se sintió extrañamente resuelto con lo que iba a hacer, relajándose un poco, a ver si eso le daba la oportunidad al medicamento de hacer su trabajo, bajar la presión.
Y
Arturo tuvo que darle la razón, nada podía hacer por el mocoso, se había ganado
una paliza solito, una paliza que fue fermentando en el camino de regreso a
casa, un viaje que por recomendación del médico no fue conduciendo, por lo que
Yhanku se había quedado para llevarlos de regreso, después de todo él se había
encargado de la movilidad de Rubén que se quedo en la vereda de la casa de
Raquel después de que tuvieran que llevar a Rubén y Alexander al hospital en la
ambulancia, siendo él quien condujo la movilidad de su padrino con Clara dentro
porque ella estaba tan afectada que no se entendía… la pobre lo paso tan mal
que estaba a punto del colapso, si hasta le temblaban las manos de la impresión
y tenía el corazón en la boca y estuvo sentada con los músculos agarrotados
hasta que llegaron al hospital porque ella no tuvo oportunidad de ver la
magnitud de la mordedura que tenia Lex en la pierna, vamos que el pantalón
estaba destrozado y menos mal era un jeans grueso.
- Cuando lleguemos a casa quiero que subas a tu alcoba sin hacer renegar – dijo papá cuando ya entraron a Warnes, era cuestión de minutos que estén en casa y durante todo el camino, Rubén tuvo tiempo de pensar en lo que iba a hacer con Alexander, le daría una buena raspa con la mano y luego 3 ramalazos con una varita de sauce para que recuerde que NO; es NO
- Pero el perro me ha mordido – contesto Lex con un nudo en el estómago, sabiendo que quería decir su padre, después de todo lo había oído conversar con el abuelo Arturo, detrás de la puerta acabadito de ser vacunado y oyó perfectamente que estaba prometiéndole una paliza
- Precisamente por eso – contesto Rubén
- Paaaaaa – musito Lex en voz baja, avergonzado de que Yhanku decodifique lo que realmente querían decir esas palabras, total el abuelo Arturo sabia sus planes – es que tu no lo entiendes – refuto cruzándose de brazo tratando de ser valiente
- No hay nada que entender Alexander, te dijo bien claro que te quedaras en casa y tú ¡desobedeciste! – le recordó su padre girándose para mirarlo ahí donde estaba Lex, sentado en el asiento trasero justo al medio al lado de su madre y de Arturo
- Perooo – quiso justificarse
- NI UNA PALABRA MÁS ALEXANDER – rugió su padre girándose de golpe, menos mal no estaba conduciendo – PLLOOPP – sonó seco el golpetazo que le dio Rubén en la pierna de Lex sobre la ropa, que aun así ardió por debajo y Lex se puso a llorar en silencio avergonzado de aquello, odiaba que lo reprendan delante de la gente pero a veces parecía ser lo único efectivo para que se dé por enterado de algo: No ponerse más en una situación precaria
- Calma Rubén… – dijeron a coro Clara y Arturo
- El médico dijo que no te alteraras, tu presión se va a subir cariño – dijo mamá usando un tono de voz muy cariñoso, apaciguando al león con aquel timbre muy bien desempolvado, vamos que Clarita sabia como hacer que su león ronronee y no gruña enfadado – además lo primero que vamos a hacer es comer algo, que hasta que lleguemos la cena estará lista, y nos deben estar esperando Lorenzo e Illien – agrego mamá
Clara
había invitado a ambos muchachos a cenar, pensando en Alexander justamente,
quizás un poco de compañía los distraiga y Rubén no dijo nada ante eso,
erróneamente Alexander creyó que la presencia de sus amigos en casa harían
cambiar de opinión a papá, desgraciadamente la visita no se prolongo en lo más
mínimo, ninguno de los dos jóvenes había ido a casa de Rubén porque Illien se
puso mal y Lorenzo se lo llevo al hospital de emergencia, el pobre muchacho se
iba en vómito y fiebre, así que Yhanku dejo a Rubén, Clara y Alexander en casa
yéndose en la misma movilidad de su padrino hasta el hospital central de Warnes
con la promesa de llamar en cuanto sepan que paso, obviamente Clara ya tenía en
mente ir de inmediato apenas de cenar a Rubén y a Alexander y devolver la
cortesía que recibió de ellos, pero planes van y planes vienen, eso no pudo ser
de inmediato por cuestiones de cocina mayor, Adela había quemado la cena y
estaba en proceso de terminar de cocinar; tiempo que papá quera aprovechar para
tratar de una vez con ALexander…
- Bueno Alexander que esperas, te dije hace rato que apenas lleguemos a casa subas a tu dormitorio – dijo papá apenas pusieron pie en la grada
- Pero ¿por qué? – contesto LEx con un nudo en el estómago
- Mira Alexander – dijo papá inspirando una buena bocanada de aire, de pronto era como si de repente se acordara respirar… la tensión había hecho que respire mal y ahora el estar en casa y el olvidarse por una fracción de segundos de Iván y se concentre única y exclusivamente en Alexander, hizo que su cuerpo recuerde lo que tenía que hacer y una de esas cosas aparte de sus funciones vitales era cuidar a su hijo aunque muchas veces ese cuidado duela – no quiero pelear ni discutir contigo, ¡por favor!, quiero dar vuelta la página nada más – agrego
- ¿Dar vuelta la página? – repitió Lex frunciendo el ceño indignado, esa según él era la peor respuesta que le podía dar papá – NO SOY UN LIBRO ¿SABES? – protesto con justa razón… ¿en serio?, ¿su padre estaba minimizando la paliza que quería darle con semejante expresión?
- Alexander Hansen Terrazas – vaya mierda, papá acababa de clamar sangre con solo decir su nombre completo – ya te lo he dicho – repitió su padre enfadándose cada vez más y subiendo su presión un poquito cada vez más – no quiero discutir
- PERO YO SI QUIERO HACERLO PORQUE ME PARECE INJUSTO QUE… – contesto no solo gritando sino acusándolo, pero aquello fue una mala idea – AUUUUCHHH – chillo, papá acababa de jalarle la oreja
- ¡HE DICHO QUE SUBAS! – papá elevo la voz
- Y YO HE DICHO QUE NO, ERES UN INJUSTO, YO SOLO FUI A BUSCAR A MI HERMANO – grito Lex, no le importaba que su padre le haya jalado las orejas, estaba harto
- NO ME GRITES ALEXANDER – dijo papá usando el mismo tono para luego bajar la voz – … estas pasándote de la raya mocoso – agrego tenso, pensando en que Alexander sea cual sea el panorama o las circunstancias, siempre hacia lo mismo: retarlo
- PERO QUIERO GRITAR – contesto Alexander
- ¡CARAJO!... – y no fue más, Alexander subió como pudo, apurado a su dormitorio creyendo que papá subiría de inmediato en vista a lo que papá cogió ese mismo momento, descolgó de la pared nada menos que un rebenque, uno que a su dichosa madre se le ocurrió poner de adorno junto a un sombrero chaqueño de cuero hecho a mano y que nada tenía que hacer con el que solía usar para azotar su pequeño trasero, este en particular era horriblemente grueso y media mínimo 60 cm, era parecido al que uso para castigar a Iván la vez que se metió con Raquel y todo exploto en su cara
Y
obviamente le faltaron pies para ir a su alcoba, pero a diferencia de lo que
Alexander creyó, que su padre venía ya no más por detrás, pero no, papá se tomo
su tiempo para calmarse y había entregado a Adelita el chicote aquel para que
lo guarde lejos de su mano, que no vaya a ser que mal diablo sople en su oído y
tras calmarse, decidió subir recién, pero antes dio una pasada por su alcoba
por dos cosas, un clavo y una martillo y apenas entro a la alcoba de su hijo, y
cerró la puerta, clavo aquello en ella en la parte central sin dar explicación
alguna y cuando termino con aquello dejo el martillo sobre la mesa de Lex, y
saco el rebenquito del bolsillo…
- ¡Aquí! – dijo mostrando donde iría colgado aquel horrible objeto, detrás de su puerta… su padre iba a colgar el rebenque aquel ahí, en su puerta para que lo vea cada que cierre la puerta, eso era simplemente horroroso – este será su lugar – comento – pero antes, primero lo primero – dijo dando a entender que era lo primero porque dijo aquello golpeando su palma con el rebenque sin inmutarse siquiera, ¿tan dura era la palma de su padre que no dolía el cuero?, se pregunto Alexander asustando Alexander sintiendo un nudo apretado en el estómago apenas oyó el eco del chirlo dado por papá en su propia mano, ¿de verdad iba a azotarlo con eso? – ven aquí Alexander
- PAAAAA – grito
- Ven acá Alexander – dijo papá ignorando la angustia en su voz; dejando esa horrible cosa sobre la cama luego de que cerrara la puerta – no empeores las cosas para ti, bueno
Se
oyó tras la puerta y tras la puerta estaba Adelita que había subido a decirle a
Rubén que la cena estaba servida, pero ni por equivocación iba tocar la misma
porque había visto de refilón a don Rubén con el rebenquito que solía usar en
el trasero de los gemelos en su mano y movió la cabeza, seguro iba a huasquear
al choco por su ida a la ciudad, pero protestando dentro suyo, ¿a qué padre se
le ocurre chicotear a un hijo cuando un perro sarnoso lo ha mordido?...
¡desalmado!, pensó enojada; si la pobre wawa había llegado con el pantalón todo
roto, es mas se lo habían cortado en el hospital para seguro no tener que
calancharlo (desnudarlo), pensaba la humilde mujer…. y encima con esa venda tan
grande en la pantorrilla y ahora dizque su tata iba a sonarlo… grrr gruñía,
pero no dijo nada, ella no era quien para opinar, además doña Clarita se fue
con los rumanitos al hospital, por lo que había oído el menor de los chocos de
don Arturo estaba muy mal, pobre flaco.
- QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE ME CONTESTAS Y ME DESAFÍAS DE ESTA MANERA – oyó decir Adela tras la puerta a don Rubén elevando la voz – PLAF PLAF plas plaf plaf PLAAF PLAF plaasff plasf PLAFFF PLAFF – por lo visto Lexito le soltó alguna lisura de esas a su abuelo se dijo Adela y por el eco aquellas palmadas caían todavía sobre la ropa, concluyo ella conocedora de esos menesteres en su infancia
- NOOO PAAAAPI, NOOO, POR FAVOOOOR – grito ya no más el crío y encima de eso la claridad de una paliza en el trasero desnudo, ¡ay tatita! dijo Adelita sacando la punta de la lengua a nivel de la comisura labial y batiendo la mano en un gesto muy típico del lugar como diciendo ¡ahora si se armo la grande!, y sin querer Adela se entero que don Rubén reprendía a los chicos como a mocosos con el traste al aire, todo un clásico
- QUE NO ESTAS PLAF pllaff plaafff CON TUS AMIGOTES PLAF pllaff plaafff NI PLAGAS DE COSTUMBRE – gritaba Rubén sobre los chillidos de Alexander que por ratos sobresalían sobre las palmadas de don Rubén – PLAFF PLAF Ppllaff plaafff PLAFF PLAFF plaaf plaff pllaff PLAFF PLAFF
- AAAAAAAAAAAAAAAH AUUUU AUUU NOOOO AAAAAAAAAU DUELE DUELE AAAAAAAY PAPAAA. YAAAA PARA, PARA AAAAAAAAAAAH – suplicaba Lex mientras Adela estaba en la disyuntiva de ir o no a la cocina o quedarse, su curiosidad también, era humana
- A MI ME RESPETAS PLAF pllaff plaafff QUE NO SOY DE TU TACO PLAF pllaff plaafff PARA QUE PASES DE MÍ EL RATO QUE TE DA LA GANA – reclamaba papá, y Adela frunció el ceño, que carajos habría hecho Alexander estando arriba para que su tata este tan bravo – PLAFF PLAF pllaff plaafff PLAFF PLAFF plaaf plaff pllaff PLAFF PLAFF
- AAAAAAAAAU auuu auuu YAAA, NO MÁS, paaapiiii – dijo como amortiguando las palabras, acababa de entrarle un buen montón de moco a la boca – LO SIENTO, LO SIENTO AAAAAAAAH AYYY AYY – lloraba Lex con las manos en el piso para no caerse que el culito lo tenía bien arriba porque su padre subió su rodilla y pego todas esas nalgadas en las flexuras, de ahí el griterío que a cualquiera conmovía, pero no a don Rubén que siguió impávido haciéndolo parar, era hora del dulcecito
- PLAF pllaff plaafff PLAF pllaff plaafff ENCIMA DE QUE ME DESOBEDECISTE ESTA TARDE Y CASI TE HACES MATAR CON ESE PERRO, TODAVÍA VAS A VENIR A SER MALCRIADO CONMIGO – reclamo y se hizo una pausa en todo el embrollo oyéndose solo las quejas del mozalbete y Adela decidió que era mejor irse, iría a ver si la cena estaba todavía caliente ya volvería para llamarlos de nuevo, seguro Rubén iba a consolar al mocoso como siempre, pero no, Adelita se equivoco, Rubén hizo parar a Lex pero para otra cosa, el plato fuerte
- POR FAVOR POR FAVOR POR FAVOR – grito Lex cuando vio a su padre alzar el chicotito que trajo consigo y a él lo agacho a un costado de su cadera sujetándolo bien de la cintura, iba a darle con aquello
- Rwaasss rwas rwas – sonó el peculiar silbidito uno sobre otro sin tiempo a nada arrancando un grito fiero de la boca de Lex, es que el crío lo sintió como una quemadura
- BWWAAAWWW AUU AUU NOOO… DUEEELE – y se puso rojo ya no más, aquello había ardido fieramente y Adela se apuro a bajar, se había olvidado del chicote – Ahhhhgsss ahgs AUUU YAAA PAPA YAAA
- ME VAS A OBEDECER ALEXANDER, NO RETAR – dijo su padre jalando a Lex hacia arriba, que los tres previos habían obligado al muchacho a doblar las rodillas por escaparse del dolor – A VER SI CON ESTO APRENDES – agrego antes de dar el último trallazo
- POR FAVOR PAPA POR FAVOOR – rogo Alexander apretando las nalgas y queriendo escapar hacia adelantes como si fuera posible caminar estando así sujeto como estaba
- RWAASSS – el ultimito beso el pliegue y fue el peor de todos el fiero amor de su verdadero padre, acababa de escaldarlo.
- AAAHHHWWWW AGS AGS COF COOOF AGGS AGSS – Era un hecho le vino un acceso de tos y papá amortiguó su llanto aplastándolo a su pecho – PERDOOON, PEEERDOOON
- Por eso no hay que ser malcriado ni desobediente con el papá – reprendió Rubén con la voz más calmada sintiendo en sus manos la humedad del sudor de su hijo y en la camisa sus lágrimas
- Buuu buuu – se quejaba Alexander bajo los besos de su padre abrazado a él
Es que esto
era así, un algo sobreentendido que iba más allá de lo convencional o
rutinario, era un amor tan grande que aunque dolía se pedía, se rogaba, se
lloraba y se amaba…
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