Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Junio del 2016
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Capítulo
233
Corazonadas
Autora:
Marambra
Alexander acababa de despertarse tras una larga noche de sueño y estiro los brazos
con fuerza… todo el cuerpo en realidad, fue cuando sintió un tremendo pinchazo
en ambos hombros, ¡aauu! murmuro… diablos como dolía aquello y se toco los
brazos muy suavemente dándose cuenta de lo dolorido que estaba, cosa que le
recordó todo lo sucedido el día anterior…. su hermano estaba desaparecido aún…
eso y la paliza; y automáticamente metió las manos debajo del suave pijama
juvenil tocándose la piel del trasero en busca de huellas o vestigios que
hubiesen quedado a raíz de la tunda que le dio papá, pero no había nada al
tacto, lo que no significaba que a la vista este igual, así que tras estirar las
piernas y bostezar con placer y revolcarse un poco más en la cama abriendo y
cerrando los ojos y los dedos de los pies, decidió ponerse de pie y buscar a su
padre, él tenía una charla pendiente con Rubén: no iba a permitir que lo dejen
fuera de la búsqueda de su hermano; pero antes al espejo…
Es que Lex a
diferencia de Iván, tenia curiosidad de saber cómo dejo papá su firma en su
indefenso culito, así que tras quitarse y tirar de una patada el pijama camino
a la ducha en cueros quedándose un momento en el espejo para mirarse…¡mmmhh!
pensó, solo estaba un poco rosado y solo había una fina línea más roja que
seguro se perdería a lo largo del día a nivel del pliegue, ese era el ultimito
de papá… “la yapa pal camino” como solía decir Adelita.
….”La yapa pal
camino”… Alexander se quedo pensando en eso mientras se duchaba y vestía, tras
aquello bajo a desayunar, quedándose de pronto apagado y triste al ver la mesa
recién servida con lo que prometía un buen desayuno criollo, tanto que apenas
le dio un bocado a su bife y eso que Adelita le preparo su desayuno favorito
que también era el de su hermano: carne asada con huevos fritos sin reventar la
yema acompañado de abundante ensalada de tomate y pan tostado y para beber jugo
de maracuyá con hielo para empezar el día, ordenes del patriarca, sus guaguas
estaban en pleno desarrollo y necesitaban comer más que nadie.
- ¿Qué te pasa Alexander? – dijo papá mirando extrañado al más voraz de sus dos nietos, bueno no es que Iván sea fifi a la hora de comer, solo que comía más tranquilo que Lex, que mas bien parecía Cokie monster a quien alguien amenazaba con quitarle su galleta – ¿te duele algo? – pregunto su padre preocupado de que sea una reacción a las vacunas y puso ya no mas su mano sobre su frente, en busca de alguna señal como fiebre o sudor o ruboración en la piel – ¿te esta doliendo la herida? – agrego tirando de la pierna flaca de Lex en busca de alguna señal queriendo incluso retirar la venda que se coloco el muchacho – o no te gusta la comida – pregunto mirándolo todo raro de ser esa la razón, algo de lo que preocuparse porque a excepción del brócoli, Lex comía todo
- No es eso papá – contesto mirando triste a su padre, de pronto acusado por un ansia enorme de llorar que apretaba no solo el pecho sino la voz e hizo que desfiguro del rostro el esbozo de sonrisa que se obligo a dibujar queriendo disimular su pena en una mueca que le temblaba el menton – es que quizás… – y el nudo ajusto tanto que ahogo su voz en un sollozo muy sentido, casi desgarrador
- ¿Es que quizás que, hijo? – Rubén se paro rápidamente alarmado yendo a su lado preocupado, mirando el rostro de su hijo que de un momento a otro cambio nublándosele los ojos de llanto, eso no era normal, algo tenía su hijo
- Es que quizás agss agss – le apretó el pecho tanto que no podía ni hablar – quizás mi hermano ni siquiera ha comido nada estos días – dijo entre estertores y Rubén sin decir nada lo hizo parar de donde estaba y aplasto su delgado cuerpo en el suyo en un abrazo apretado de socorro y necesidad, sintiendo un duro nudo en la garganta, como si se hubiese tragado un hueso y doliera pasar saliva, pero no solo él experimento eso… aquella declaración hizo que todos pierdan de pronto el apetito, quizás era cierto, quizás su otro pequeño no comió nada, quizás ni siquiera dormía – tal vez está enfermo o está MUERTO – por fin declaro su mayor miedo y la angustia fue tan grande que se puso a llorar sin poder parar mientras Rubén y Clara experimentaron un frio estremecimiento que sacudió las fibras más íntimas de su corazón, ese también era su temor más grande, que Iván este muerto y su cadáver este descomponiéndose en el monte sin nadie que le llore o le ponga una vela, esa era una imagen espeluznante que ningún padre quiere tener en su cabeza
- No pienses cosas feas hijo – dijo papá tratando de que su voz no lo traicione, acariciando su cabello y frotando su espalda, mientras Lex apretó sus manos por la espalda de papá, de pronto se sintió desamparado y ¿qué mejor que su padre para calmar aquella angustia?, ¿qué mejor que sus brazos para contenerlo como siempre lo hacía? – tu hermano está bien, no le ha pasado nada –aseguro Rubén – Dios no va a querer eso Lex, Dios lo cuida como a todos nosotros – musito mirando fijamente a Lex para que sienta que lo que decía ese momento no era para tomárselo a broma… era sabido que Rubén no era un hombre beato ni temeroso de Dios, pero los que realmente lo conocían sabían que más bien era un hombre agradecido a El cuya humildad lo hacía más bien confiado en su bondad; la vida le había dado tantas cosas buenas y solos dos o tres malas en el camino considerando la muerte de Hans, la muerte de Logan y ahora la perdida de Iván, de tal manera que no podía decir alegremente que Dios no existía… Dios estaba ahí mismo en la cristalina mirada de su hijo, en ese abrazo de cariño y de pena que le regalaba, en el llanto amargo de su mujer, en el dolor de su corazón, porque Rubén a diferencia del resto que bendecía la abundancia solamente, el también bendecía y agradecía en silencio los apretones de la vida, los porrazos del destino y los golpes del día a día sin hacer aspavientos en el camino
- ¿De cómo lo sabes? – cuestiono Lex de inmediato, era como si de pronto cualquier promesa que le hiciera su padre ya no sirviera para calmar sus ansias, empezaba a necesitar algo más que una simple promesa que se diluía para no perder la fe ni la credibilidad en papá – ... ayer mismo me dijiste que estaba en casa de Raquel y sin embargo no estaba ahí… mi hermano no estaba ahííí – se puso a llorar, convencido de que esas fueron las palabras de su padre, su dolor empezaba a nublar el pensamiento a obnubilar la razón convenciéndose de cosas que no eran ciertas, como esa promesa que papá nunca dio
- Solo lo sé hijo, solo lo sé… – musito papá sin saber que más decir para calmarlo, apretando a Lex contra su pecho procurando sonar convincente, ya eran 6 días de no tener noticias de Iván, a estas alturas hasta la policía tenía pocas esperanzas
- ¿Pero como estas tan seguro…? Si tu no me dejaste buscarlo en casa de esa mujer – lo acuso mirándolo fijamente, era como si buscara algo más que la verdad que ya tenía de frente en las pupilas de Rubén
Y Rubén ya no dijo nada más… no podía decir nada al respecto,
primero porque a cada minuto que pasaba flaqueaban sus fuerzas y si no
comentaba nada de aquel miedo que lo carcomía como cualquier padre que sufre
una desaparición sin respuesta, era porque temía que se haga realidad de solo
susurrar aquella posibilidad, segundo porque por mucho que el quisiese
desahogarse no debía, muchos dependían de él y su endereza, si él se derrumbaba
delante de su hijo o su mujer se perdería el precario equilibrio de
tranquilidad con la que estaban tratando de llevar las cosas y no quería por
nada repetir el susto del día anterior sobre todo con Alexander por su volátil
personalidad y tercero, porque al ser adulto el peso de las estadísticas sobre
muertes sin resolver, violaciones y trata de adolescentes eran más grandes que
las ilusas esperanzas y eso dolía, ojala hubiese podido tener la determinación
de Lex para poder asegurar lo que estaba diciendo, como Alexander lo hizo noche
antes en medio de un enojo que parecía estar a flor de piel…
- Papá – había musitado Lex antes de dormir cuando Rubén entro a su alcoba para arroparlo y mimarlo un poco después del mal trago de la mordida de aquel perro y la paliza por desobediente y mal educado más que por otra cosa – ¿podemos ir mañana a buscar a Iván de nuevo a la casa de esa mujer?..... Por favor – había musitado con la cara triste y los ojos rojos, cansado del horrible día y sabiendo que por mucho que sus ojos se cierren en busca del sueño ese se iría por la ventana tras la luna pero no para soñar fantasías sino para especular sobre los posibles paraderos de su par
- No Alexander – tuvo que contestar papá con toda la pena que se pueda expresar, dolía tener que negar aquello a su hijo, pero eso era imposible sobre todo considerando que la requisa policial no arrojo dato alguno sobre el paradero de Iván y menos de su presencia en esa casa – no podemos hacer eso hijo – musito en su oído sin dejar de acariciar su mano – no hay ningún motivo para volver a esa casa ahora – contesto con un suspiro
- ¿Pero por qué? – pregunto incorporándose del lecho y dejando que papá lo haga sentar para conversar sobre aquello
- Porque la policía ha comprobado que tu hermano no está ahí y nunca estuvo – eso era cierto y era muy duro como padre aceptar aquello y saber que era verdad, no había rastro de Iván en esa casa, desde el líos de meses pasados, desde la paliza que le diera cuando se entero de sus andadas Iván no volvió a casa de Raquel, y si alguna vez se vieron fue en un motel cosa que su padre alguna vez sospecho pero que nunca confirmo porque se cruzaron los líos de Marcela en el camino
- Pero papi – prácticamente rogo Lex con aquel papi dolido que salió de su boca, apretando las muñecas de su padre para que lo oiga y entienda además – yo… yo sé que mi hermano está ahí en casa de esa mujer y quiero ir por él, quiero traer a mi hermano, quiero que regrese a la casa conmigo papá, conmigo, entiéndeme por favor – había pedido como si aquello fuera fácil – yo se que él vendrá, el regresara si le hablo – afirmo vehemente y Rubén no presto mucho caso a esa palabras, él tenía más bien apuro en quitar esa loca idea de la cabeza de su hijo antes de que le ocurran mas descalabros por ir a buscar a Iván a la casa de esa chiflete – o es que ¡no quieres! que regrese – afirmo de pronto aquella locura en un momento de fuga mental, vamos que eso era impensable, no solo en el caso de Rubén sino en cualquier otro, un padre jamás dejaría de buscar a un hijo y solo dejaría de hacerlo de tener el cuerpo de su hijo en un ataúd si fuera el caso y aun así lo buscaría en sus recuerdos, en sus cosas, en su pensamiento y su corazón
- Yo también quiero estar con tu hermano Alexander, quiero que este aquí en casa con nosotros, pero créeme hijo, Iván no está ahí – aseguro su padre con la voz acerada sin dejar de abrazarlo o de besar su frente exprimiendo prácticamente con sus pulpejos las lágrimas que se habían anegado en los ojos del muchacho ante esa negativa
- ESTA PAPÁ – aseguro Lex – ¡ESTA AAAHIII! – grito en un momento dado, sintiendo toda la rabia del mundo florecer en sus entrañas enojado de que su padre no le preste atención a sus ideas, como si estas fueran siempre un desatino – ¿ME OYES PAPÁ?… ¡ÉL ESTA AHÍII! – grito más fuerte como si hablara de igual a igual – debes creerme, IVÁN ¡ESTA AHÍ!, en casa de esa LOCA – de pronto el abrazo de Rubén se le hizo asfixiado pero no por la fuerza que imprimía su padre, sino por la poca empatía que según él papá mostraba por sus sentimientos y en un afán de liberarse tratando de separarse de su padre lo empezó a empujar sin violencia pero si con determinación, fingiendo el apuro por acostarse y papá pues bueno, hizo acoplo de todo su valor y paciencia para lidiar con el siempre volcánico Alexander, pensando que tenía que tratar con su hijo con pinzas sino cometería cualquier locura
- ¿De cómo lo sabes hijo? – pregunto tras un suspiro mirando lo que hacía su muchacho ahí hecho una piltrafa, con la ropa desacomodada típico en él, con sus pantalones en los tobillos y no porque se haya quedado así tras la paliza, sino porque ahora se los quitaba para acostarse, tirando a un lado la polera dejando solo en su lugar, el slip amarillo que apenas escondía la rojez de su trasero vislumbrándose solo el cuatro chicotazo dibujado en bajo relieve en el pliegue de su muslo derecho
- Porque lo sé ¿bueno? – aseguro Lex ajeno a la evaluación que su padre le daba, enojado porque no crea en él, en sus locas corazonadas, buscando el pijama limpio que dejo Adela bajo la almohada – pero te voy diciendo papá – elevo un dedo en señal de advertencia y Rubén hizo una mueca de disgusto ante lo reflejado, eran sus propios gestos heredados, solo que vistos en Lex no eran muy agradables que se digan porque los usaba ahora mismo para amenazarlo – yo iré a buscar a mi hermano… iré por Iván aunque tú no quieras que lo haga – aquella era una declaración de guerra, Lex inconscientemente empezaba a buscar un pretexto para pelear con su padre, la parte más irracional de su cerebro buscaba una fuga para sus frustraciones y que mejor que papá para depositar en él todo su enfado, porque es mismo cerebro irracional dictaba que su padre no los había cuidado como debía, no los había protegido de si mismos y era justo buscar justicia para eso – y no me importa si te enojas – agrego desafiante como un ultimátum sin la fuerza que hubiera querido porque su voz se resquebrajo por el llanto, lo que hizo que papá en vez de enfadarse trate de razonar
- No Lex, tu no me sales a ninguna parte – gruño papá sin muchas ganas de pelear
- Pero yo quiero ir a buscar a Iván, ya te lo he dicho, yo sé que él está en casa de esa mujer, estoy seguro – insistió Alexander limpiándose los ojos con el dorso de la mano, le fastidiaba mostrarse tan débil frente a su padre sobre todo ahora que tocaba tan delicado tema, el de rescatar a su gemelo
- Y yo ya a te lo pregunte hace rato, ¿cómo estás tan seguro? – repitió papá ayudándolo a vestirse, encajando el cuello de la polera por la cabeza, increíblemente pese a la edad y los modos torpes de Lex ahora mismo y el enfado que llevaba contra su padre, le gustaba que tenga ese tipo de atenciones con él, e hizo memoria; desde que él e Iván cumplieron 12 años, Logan nunca más los ayudo a vestirse en cambio Rubén siempre estaba acomodándoles la ropa a ambos… la ropa, el pelo, limpiándoles la nariz cuando se resfriaban, secando sus ojos cuando lloraban y no importaba si estaban enojado o no con él, era imposible escaparse de papá y sus atenciones que por mucho que estuviera enfadado con ellos y siguiera riñéndolos, hacia eso de forma casi inconsciente
- Porque ya te dije papá… lo sé y punto – dijo como un ultimátum sentándose en la cama cruzándose de brazos mostrando con ese gesto su disconformidad y rebeldía, mientras su padre revisaba su venda a tiempo de dar su opinión
- No, no, no, no, no es porque lo sabes y punto, no puedes desobedecerme solo por seguir un instinto – dijo papá sin evitar un poco el enfado en la voz, después de todo por su desobediencia se había hecho atacar por un perro, y ayudo a Alexander a acostarse, agotado también… a Rubén la cabeza le estaba empezando a doler; durante la última maldita semana dos cosas fueron la nota del día, su presión por los aires y la angustia de no saber dónde estaba su hijo y ahora esto
- PARA MI LO EEES – volvió a gritar Lex sentándose de golpe
- NO GRITES POR FAVOR – grito Rubén también cogiendo a Lex por los hombros – estoy con dolor de cabeza – musito papá optando por la postura pacifista, no quería volver a lidiar con Alexander, así que lo hizo sentar y Lex creyó que su padre le daría uno de sus acostumbrados sermones sobre la obediencia y el buen comportamiento de un hijo, pero lo que hizo Rubén lo sorprendió, porque papá lo volvió a abrazar, porque creía que eso era lo correcto, más allá de la rebeldía y los malos modos, papá muy dentro suyo estaba convencido que su hijo a diferencia de un adulto no manifestaba sus emociones con la madures del caso y solo hacia lo mejor sabía, rebelarse y él tenía que estar ahí para contenerlo porque ahora mismo su diablillo necesitaba un muro de contención para sostener la frustración que tenia dentro y él sería eso, un muro… un acantilado que resiste enhiesto las embestidas del mar de enojos, caos, desatinos y rabietas de Alexander, no un muro de piedra donde el viento se rompe sin sentido y sin consuelo en mil pedazos porque eso es lo que sabe y lo que debe hacer…
- Es que no me entiendes – se quejo, a papá pegando su cara de nuevo a su pecho, aquel abrazo inesperado rompió sus barreras y no le quedo otra que aferrarse a su padre, a su abrazo, a su amor y aun luchando a sus palabras porque sea lo que sea y duela lo que duela sea un regaño o sea una paliza de Rubén, papá era papá y su abrazo era como una suave manta que abrigaba en el invierno de su pena, y haga lo que haga él, papá lo oía… sea sus tonterías o sus cosas serias, lo malo es que casi siempre era después del caos, como ahora
- ¿Por qué no me lo explicas? – pidió papá dejando un beso sobre su frente y preguntando con voz relajada, como si tuviera todo el tiempo del mundo para solo oírlo, sentándose al lado de Lex gesto que gusto al muchacho porque le dio a entender que su padre se estaba tomando su tiempo para entenderlo; Rubén tenía tantas cosas que hacer ahora mismo, no solo con la búsqueda de Iván sino en la hacienda que empezaba ya a demandar su presencia de forma inmediata, pero Alexander ahora mismo era su prioridad, después de todo ambos se llevaron un susto del demonio
- Es que no se cómo hacerlo – musito Alexander ajeno a los pensamientos de su padre, sentándose al lado de papá en su cama, tirándose de espaldas en ella bamboleando los pies en el suelo y cubriendo sus ojos con las manos – simplemente lo sé papá – dijo seriamente – es algo que tengo aquí dentro y que siempre lo tuve… si algo le pasa a Iván yo… solo lo sé y el siente lo mismo – bueno pensó Rubén ahogando su suspiro y exhalando como si soplara un globo, Alexander al parecer únicamente explicaba lo que el mundo especulaba, que los gemelos estaban conectados de una u otra manera y esa conexión iba más allá de la tecnología actual haciendo que el mundo virtual del internet sea una papá – por eso sé que mi hermano está ahí, en casa de esa mujer
- Bueno, como sea, no quiero volver a verte yendo a merodear donde no debes – advirtió papá con algo de aspereza, no le gustaba para nada la idea de que encima de todos los problemas que tenía entre manos, tenga que estar tras los pasos del revoltoso de Alexander
- Yo voy a ir – aseguro y papá elevo una ceja interrogante como diciendo “¿en serio?”, es que también, aun cuando quiso que aquello sonara convincente, no lo fue, sonó como un gruñido de gato mojado, ridículo, no sonó a amenaza ni siquiera a una burla de advertencia, pero papá no se lo tomo a broma
- NO Alexander – Rubén se alzo en toda su altura y elevo el índice como hace un momento lo hizo Lex, solo que visto en él, era un gesto intimidatorio por la altura que tenia, por la corpulencia que llevaba y si eso era poco, bastaba oír el timbre de voz tenso y el ceño fruncido, papá no estaba para tonterías – y ¡ÓYEME BIEN ALEXANDER! – advirtió – no quiero verte cerca de la casa de Raquel ni en ninguna otra parte FUERA de la casa, ¡ahora a dormir! – agrego destapando la cama en un claro gesto que no admitía discusión alguna y que acababa de dar por concluida esa perorata
- Pero es que… – Lex sabía que papá acababa de enojarse, así que aun cuando quería discutir se tumbo por fin en el lecho dejando que su padre haga lo que solía en ocasiones, taparlo y apagar la luz
- Es que NADA – contesto Rubén e hizo algo totalmente diferente, apenas Lex se tumbo, cogió los pies de Alexander y le dio un golpe en el dorso anunciando – PLAF – sonó la piel – … me entero o te pillo sacando los pies de la casa sin mi permiso Alexander, voy a romperte estas patitas andarinas – dijo apretando los pies con relativa fuerza mirando la rojez que dejo sobre la piel del dorso de su pie derecho – y no será mi mano hijo, será una varilla de sauce, así que mejor no te metas en problemas – luego de eso lo acostó como si nada de aquella amenaza fuera real y recién calco el beso sobre su frente murmurando – mi beso
E hizo a un
lado la cara para que Lex lo bese, signo irrefutable de que Rubén estaba
enfadado pero que aun así estaba dando una tregua y que si su hijo era
inteligente aceptaría sin discutir… y espero unos segundos los justos para
Alexander acepte aquello… y lo hizo, Lex le dio un tímido beso a papá sobre su
mejilla con los ojos aguados y el nudo en la garganta sin decir nada todavía.
Y papá lo
sabía, sabía que su hijo estaba sufriendo, que la obediencia y la obediencia se
peleaban dentro de él, obedecerlo a él bajo la amenaza de aquella paliza u
obedecer sus instintos y saltarse las reglas aun cuando luego la piel arda
endemoniadamente.
T.T que mala eres Marambra... que cortito estuvo el capitulo yo quiero saber que va a pasar con Ivan y donde a estado todo este tiempo. Me mata la espera T.T y me mata Clara Ruben ya la perdono y aun ni se entera de lo que su mujer le a estado ocultando aaaa ya quiero el otro capitulo.
ResponderEliminarQue bueno leer de tus niños :) me encantan.
No se como lo logras pero todos son tan... humanos que no puedo tomar partido, reprochar o condenar acciones ni justificarlas. Esta historia me atrapó desde que la leí por primera vez, un capítulo suelto que apenas alcance a entender gracias a las jugarretas de tiempo que tan bien te quedan... Y fue ese capítulo el que me impulsó a querer saber más, de lo que paso antes y lo que pasaría después. Pero en este punto están tan al limite e las cosas que no puedo evitar pensar en que pronto todo va a estallar.
ResponderEliminarRecordé aquel capítulo en el que Rubén esta en el hospital luchando por aferrarse a la vida sin saber si aquello que veía era real cuando Logan le toma la mano y no dejó de pensar en que ese momento esta serca. Claro eso lo leí hace como seis meses creo jeje así que no recuerdo bien, porque aún no terminó mi repaso por la reedición. De todas maneras la historia esta en uno de esos momentos que son de picos de estrés y me va a doler aguantarme hasta la próxima publicación. Más porque Iván es mi favorito.
Sólo puedo agregar muy buen capítulo y reclamar por más jeje
Fantastico
ResponderEliminarExelente amiga .......
ResponderEliminarQue placer es leer esta historia,la siento ,la vivo,me estremece a mas no poder.
ResponderEliminar...Arturo,como no adorar a este viejo!?sencillo,simple,sabio,asertivo ,me encanta ver la vida por medio de estos viejos ojos.
bien,bien,apoyo el que unan filas Rubén y Clara,al fin de cuentas son uno,
Marambra,.............................gracias!.
Cariños,Keny
Uuff cuanto sentimientos... Cada uno viviendo el dolor de no tener a Ivan a su lado y todo porque se empezaron a mentir... Bueno le empezaron a Mentir a Ruben un hombre maravilloso que no se lo merece!!...
ResponderEliminarYa quiero que Logan de la cara!! Y ojalá y te animes y que su papá le de una buena paliza!!.. Mira por todo el dolor que estan pasando por su culpa!!
Amo a tus gemelos Marambra!!
ME EMOCIONE TANTO CUANDO DESCUBRI QUE CONTINUABAS ESTA HISTORIS...ME ENCANTA
ResponderEliminarHANNA