Tonino
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Junio del 2016
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Capítulo 7
El Kaiser y el jarabe para la tos
Autora: Marambra
Vaya nochecita la de anoche, tuvimos un
concierto en Do Mayor interpretado por el ilustre charanguito de Ian Antonio
Küffer Tercero, es que bueno, el bebé nos despertó a todos en la madrugada probando la potencia de sus pulmones y la
resistencia de los tímpanos de sus padres y míos obviamente porque claro,
Tonino Lena y el peque viven conmigo en la misma vivienda.
- ¿Qué sucede Tonino? – pregunte a mi hijo, apenas vi que la puerta estaba abierta, el bebé no paraba de llorar desde un buen rato ya, y yo ya estoy asustado, vamos eran las 3 de la madrugada y el sueño me vencía y las caras de ambos me revelaban lo mismo, es que el llanto de mi principito era lastimero, por eso decidí investigar, quizá teníamos que ir a la clínica, llegue a pensar que quizás requería de atención médica inmediata
- ¿Qué pasa Lena?, ¿hija? – le dije con cariño a mi nuera poniendo mi mano sobre su hombro, se la veía tan abatida y estaba llorando como una Magdalena mientras mi hijo Tonino paseaba de un lado a otro como un león enjaulado con el bebé en brazos que no dejaba de gritar, tenía su pequeña carita roja y estaba traspirando, era obvio que algo le dolía a mi tesorito
- No sé que tiene – me contesto ella, dejando escapar un rio de lágrimas por la cara, estaba ojerosa y muy cansada, bueno es que apenas era dos días desde que llegaran a casa
- No deja de llorar papá – me contesto Tonino – no sé qué hacer y estoy tan cansado – agrego con la voz lastimera y lleno de frustración por no poder hacer nada por su indefenso bebé
- Vengase mi papi… mi rey – le dije al bebé con voz suave estirando los brazos para cogerlo, había decidido desempolvar mis dotes de padre antiguo y ver que podía lograr – quien me lo hace llorar a mi pequeñito, a mi ángel – agregue como si me entendiera, aunque estoy convencido que lo hace – estos dos, no te saben cuidar – dije dándole un beso en la frente mojada absorbiendo ese delicioso aroma a sudorcito y leche que tienen los bebés y que a mi olfato se hace dulce
No
sé porque pero siempre me gusto hablar con los bebes como si fueran grandes, la
gente por lo general creen que los bebés no te entienden y pasan a ser un
objeto misterioso para la mayoría de los varones o una muñeca de carne hueso
para las mujeres, pero yo pienso distinto, sobre todo porque dejan de moverse y
abren sus ojitos y te miran fijamente como si te estudiaran… un fenómeno que
siempre me ha intrigado y dejado fascinado y no fue distinto esta vez, solo que
no duro más que una fracción de segundos porque su llanto se reavivo inmediatamente, así que apure a tomarlo entre
mis brazos apenas Tonino me lo entrego con la cara triste y luego de darle un
tierno beso a su niño, fue cuando puse a mi nieto sobre mi hombro boca abajo,
donde rápidamente se acurruco por instinto como todos los bebés, y apenas se
sintió cómodo y eso lo sé porque su llanto disminuyo, yo empecé a caminar con
él hablándole con cariño, palmeando su diminuta espaldita y traserito
suavemente y como lo esperaba después de unas cuantas vueltas, me hizo el honor
de un gran eructo acompañado de un abundante vómito de leche cortada algo
amarga propia de su edad y luego sonó una mini trompeta de peditos que no
huelen a nada mientras se movía como un pececito fuera del agua y de pronto
dejo de llorar del todo y eso fue todo… tuvo un cólico.
- Ya esta, ya esta – murmure suavemente – esos cochinos te estaban molestando la pancita – le dije a mi nieto con la voz muy melosa, volviéndolo a poner en brazos arrullándolo antes de pasárselo a su madre para que lo cambie, que estaba todo mojado y vomitado lo mismo que yo
- ¿Dónde está el botón? – pregunto Lena con una sonrisa enorme que daba a entender su satisfacción y alegría de saber que el pequeño dejo de llorar, a tal punto que hizo una broma al respecto mientras buscaba ropa para mi príncipe
- ¡OH! POR DIOS… ¿PAPÁ COMO HICISTE ESO? – me pregunto mi hijo cogiendo al bebé asombrado, mirándolo de arriba abajo como si no creyera que se calló, es que el cambio fue obvio, Ian para entonces, tenía el rostro relajado y empezó a dormitar
- Gajes del oficio – conteste con una sonrisa – hay que cambiarlo y pasearlo un ratito más boca abajo, yo creo que todavía tiene gases en su pancita – agregue – me voy a cambiar ahora, bajo en un momento – les dije, después de todo estaba sin calzados y ahora vomitado de leche y quería cerciorarme que no fuera otra cosa más, quizás su ombliguito y vuelva a llorar
Y subí a mi alcoba con esas palabras expresadas por Tonino dando vueltas en mi cabeza, recodando de pronto a Anja mi hija me hizo esa misma pregunta en una ocasión; pero la diferencia entre uno y otro era abismal. Tonino expresaba sorpresa pero Anja me manifestó reproche y descontento lo mismo que mi hermana Laura, ¡cómo olvidar aquello!, jejej, ocurrió justo después de reprender a Oliver.
Cuando
ocurrió aquel evento, tras dejar a Oliver más calmado en su alcoba en compañía
de su hermana y de su tía que habían venido a ver al damnificado yo me dirigí a
mi dormitorio, tenía que ver como estaba Tonino por mis propios ojos pese a que
mi hermana me dijo que lo dejo en cama y que estaba tranquilo, pero hombre
desconfiado como soy preferí cerciorarme por mi mismo y me encontré con la
sorpresa de que Tonino había hecho la maletas y estaba dispuesto a marcharse,
obviamente había entendido perfectamente las palabras de Oliver y su pequeño
orgullo lo empujaba a una drástica decisión.
Debo
confesar que me impresiono ciertamente, su determinación digo, es que era digno
de verlo ahí donde estaba parado en su pequeña altura terminando de vestir sus
viejas ropas, se había quitado el suave y abrigado pijama que le compre
incluido las medias y el calzoncillo y se vistió con los raidos pantalones que
cruzaban el rio sin nada por debajo, dejando sin atar las piolas de los
calzados que olían a chivo viejo y que rescato en algún momento de la
lavandería donde deje además el resto de la ropa vieja que trajo para
deshacerme de todo eso luego, por lo visto había ido a buscar sus cosas
mientras todos estábamos en la habitación de Oliver, lo que me hizo pensar en
que tarde demasiado tiempo en calmar a mi hijo mayor y segundo que Tonino sabía
fingir muy bien un buen estado de ánimo como para despistar al enemigo a tal
punto que tomo el pelo a mi hermana fingiendo sueño, tenía que estar más alerta
a mi pequeño bribón.
- Se puede saber a ¿dónde vas Tonino? – le pregunte ocasionando que el chiquillo pegue un bote donde estaba y lo mire fijamente cruzando mis brazos sobre mi pecho parado en toda mi altura, yo sabía cuál era su intensión y el tenía que saber que esa actitud no era de mi agrado
- A casa…. A la calle – me contesto con determinación una vez supero el espanto
- ¿Y se puede saber por qué? – pregunte aunque era bastante claro lo que estaba haciendo, pero prefería que me lo dijera a la cara… la actitud de Oliver lo había afectado y sus palabras ofendido, solo que en vez de llorar como muchos niños hacen, decidió afrontar los problemas que tenía entre manos y hacerse cargo de ellos a su manera, “huyendo”, como le había enseñado la escuela de la vida: volver a las calles donde nadie te excluye
- Poli – dijo despectivamente tras colocar la mochila que le había regalado sobre sus espaldas; sin que me lo diga yo sabía lo que había embalado, sus viejas ropas, su muñeco de madera aun roto porque no tuve tiempo de restaurar la pata, un trozo de pan porque habían migas en la cama y además sobresalía la bolsa por un hueco y el resto lo había dejado en la mesa, la ropa nueva, las toallas las sábanas y todo lo que mi hermana compro además del peluche que le había dado yo en el hospital – ese tu hijo yo no podemos tirar territorio – dijo usando la jerga callejera aprendida con el tiempo y la crudeza de la vida, parándose en toda su altura disimulando el dolor que aquello causaba en las costillas rotas y en la herida del absceso – somos – expresó frunciendo el ceño – somos… como el kaiser y el… ¿Cómo dijo el Gato que era? – se pregunto a sí mismo como hurgando en su mente tratando de encontrar el final de una frase seguramente muy repetida por el famoso Gato pero que significaba mucho para Tonino
- No me interesa lo que haya dicho el gato o el ratón – dije yo cortando aquel rollo alzando mi mano en señal de stop para que me deje hablar – vuelve a la cama Tonino, que esas cogiendo el frio y te pondrás peor – agregue, eso era cierto, podía empeorar y él lo sabía de sobra porque Gerhard había dejado muy en claro aquello, es más se lo había dicho a él, era una especie de advertencia – ¿o quieres volver de nuevo al hospital? – amenace y lógicamente aquello le cayó gordo a Tonino, porque nada mas decirlo se puso hecho una fiera
- NO ME AMENACES POLI – me dijo enojado elevando la voz, cosa que me sorprendió, su actitud no era como en el hospital, era diferente, estaba enojado no asustado – que no me conoces “cabroncete”… – dijo entre dientes, arrastrando las palabras, bueno a alguien le estaban quedando demasiado grandes los pantalones pensé, pero preferí no decir aquello directamente, vamos que Tonino se crió en la calle y yo tenía la obligación de ser cauto y paciente, total eran el tipo de dificultades que llegan en paquete cuando te haces cargo de un niño con una vida tan bizarra como la suya, no podía pretender que por el solo hecho de traerlo a mi casa se iba contagiar de buenos modales…
- No te estoy amenazando – conteste – solo te estoy recordando lo que dijo el médico – agregue – y tú ¿me estas amenazando? – le pregunte, si iba a jugar al chico rudo yo también y se quedo callado mirándome fijamente y yo sabía lo que eso significaba, que sí, que me estaba amenazando pero que no eran tan tonto como para admitirlo en voz alta, prefiriendo permanecer ahí quieto sin moverse; tieso en realidad mirándome fijamente como un pequeño gánster achicando los ojos evaluando a su rival, y esa actitud me recordó a tanta gente que solía arrestar y me negué a admitir a mi mismo que mi niño tenía madera de delincuente y que si yo no me ponía firme lo podría perder, era increíble como bastaban pocos años para torcer la vida de un niño y robarle su inocencia y entregar al mundo un ser como Tonino, que iba de la vulnerabilidad al desafío en cuestión de segundos pero más allá de lo que dictan las hormonas que seguramente estaban empezando a organizarse en su cuerpo y circular por sus venas – ahora vuelve a la cama Tonino – agregue como si no le hubiera preguntado nada como restándole importancia a su actitud y jugar al poli bueno – ya vendrá la enfermera y tiene que ponerte el medicamento y no querrás que te pille fuera de la cama desabrigado, porque lo más seguro es que ella si le vaya con el chisme a Gerhard – agregue abriendo la cama para que se siente a mi lado y como no se movió de donde estaba, decidí acercarme a él
Y
fue basta, desperté a la pequeña fiera que habitaba dentro suyo pero debo
admitir que pese al enojo que llevaba encima admire su determinación pensando
que quizás ese mismo acto de valor, que ahora protagonizaba conmigo lo llevo a
salvarse de muchas cosas atroces en el pasado considerando él como lo había
encontrado, eso mismo… aunque era errado y peligroso, era un acto de valor,
pero ahora no tenía nada que temer, él tenía que aprender que no era necesario
hacer uso de un acto como ese de aquí a futuro, que él era un niño y debía
vivir las cosas normales de su edad, que yo era prácticamente su padre pues una
firma en un papel solo era una mera formalidad para mi, y como tal no iba a
aguantar la tremenda tontería que se mando en un momento de ofuscación y rabia…
es que fue un momento muy intenso debo confesar, que hizo tambalear mi ser,
entendiendo por primera vez que yo como padre sobre todo, podía lidiar con la pataleta,
las malas palabras, el desdén, la desobediencia y demás lindezas propias de su
edad, en fin chiquilladas comunes que no necesariamente requieren un jalón de
orejas o una palmada en el trasero.
Pero
esto que hizo Tonino no… y no es porque su actitud rompa con los esquemas de mi
rutinaria vida familiar, bien estructurada y catalogada modelo en la iglesia
local, vamos que yo entendía muy bien que Tonino se crió en la calle, primero
con un padre alcohólico y luego con un puñado de delincuentes inescrupulosos,
que había no lo solo robado para sobrevivir, que fue víctima de abuso físico,
que estuvo en riesgo de abuso sexual, y que tuvo que defenderse; pero esto no
lo podía pasar por dos simple razones ligadas entre sí… primero por el alto
índice de violencia que encerraba, y segundo porque se puso en riesgo
deliberadamente y yo no iba a quedarme con los brazos cruzados y ser testigo de
aquello que además se resumía en una sola palabra: CHANTAJE, y aun cuando
Tonino estaba delicado de salud hice lo que tenía que hacer… reprenderlo, ese
fue el inicio de un largo camino de más de puntilloso para encausar su vida y
devolverle la alegría de ser niño… aun cuando el precio por oír su risa fueron
precisamente sus propias lágrimas.
- TE DIJE CERO AMENAZAS MILICO CABRÓN – chillo de pronto tomándome por sorpresa, dándome un tajo en el dorso de la mano que menos mal fue solo un raspón que pude esquivar, no sabía de dónde vino aquello pero luego me di cuenta que Tonino saco un arma blanca, que luego supe por mi hermana que se trataba de un pequeño puñal turco con vaina y todo, un artículo robado en un museo pensé y que Tonino no lo había entregado con el resto del botín seguramente con la idea fija de defenderse a futuro, un pequeño puñal que además siempre guardaba en sus calzados pues había subido su pie al borde de la cama confiado en que no haría ningún movimiento y saco aquello calculando mis movimientos; pero debo confesar que hasta el día de hoy nunca le pregunte porque no uso aquello para defenderse del famoso Gato y no sé si alguna vez se lo pregunte
- AHHH – grite de sorpresa, vamos que no me corto pero me golpeé con aquello al retirar mi mano haciendo caer a un lado la navaja que rápidamente fue recuperada por su dueño, lo que no me dio opción a ver mi manó – DEJA ESA COSA A UN LADO TONINO – ordené
Y
en empecé a avanzar hacia él con la intensión de quitarle aquello y el hizo
algo totalmente desatinado producto del temor; es que en esa fracción de
segundos en que cayó la navaja, él evaluó rápidamente sus opciones y sabía muy
bien que tenia las de perder, estaba en un lugar cerrado solo conmigo sin
ningún compinche de quien tirar la mano y huir, además que yo era el doble de
su tamaño y tres veces su edad, y esa misma evaluación le dio la baraja comodín
que no dudo en usar… vamos en lo más abstracto de sus pensamientos, él sabía
que yo le tenía estima y lo consideraba valioso para mí y sabía que no dejaría
jamás que le pase algo, es más, lo supo apenas lo levante del basurero y lo
acurruque a mi pecho así que uso aquel cariño y aquel amor que le tenía en mi
contra y coloco la navaja en su cuello apretando su yugular, confieso que
momentáneamente me quede paralizado, bueno que no es algo que ves todos los
días, ni es el cotidiano actuar de un niño pubescente como lo era él, pero
rápidamente ordene mis ideas y mis prioridades, tenia de quejar de lado mis
sentimientos y desligarme de la empatía y actuar como un policía, como lo que
era para poner a salvo a Tonino de sí mismo como tantas veces lo hice con
hombres o mujeres más grandes que él, mas grandes y más fuertes, mas
experimentados y más peligrosos incluso, así que fui a su encuentro en dos
zancadas y en un suspiro me hice con la navaja cogiendo su mano fuertemente…
aunque él hubiese querido dar batalla, sabía que la tenia perdida, nada podían
hacer sus apenas 25 kilos de hueso con mis 90
de puro entrenamiento.
- TE DIJE QUE DEJARAS ESO ANTONIO – eleve la voz tirando esa porquería lejos de sus manos, pero sin soltarlas y lo lleve al estudio que estaba adosado a mi dormitorio, no recuerdo la expresión de su rostro ese momento, pero si la que tuvo después, pero no tenía tiempo para eso, lo dirigí hacia el escritorio de donde saque un viejo cinturón cortado en su tercera parte, sin hebilla alguna y delgado – abre la mano – le ordené tan seriamente y sin volver a decir su nombre que Tonino del puro miedo lo hizo empezando a llorar entrecortadamente pero sin rogarme absolutamente nada, en alguna parte de su ser sabia que lo que hizo no estaba bien, y cuando lo hizo y tras reajustar su agarre tire de la cinta de atrás hacia adelante para impactarle con fuerza moderada sobre su palma – ESO… flop – sonó el primer cintazo en la palma
- Auuuuu – gimió bajito arrugando los ojos y cerrando la mano con fuerza
- Abre la mano – ordene sin amilanarme y repetí la acción apenas abrió su palma titubeando – NO… flop… – volvió a sonar la cinta dejando una nueva rojez en su palma mientras sus rodillas se doblaron y jalo la mano para ponerla fuera de mi alcance, cosa que no logró – SE HACE… PLOOFF – concluí la frase y esta vez el cintazo sonó más fuerte y arranco un grito de dolor real
- OOOWWWWW HHH OW OW OW – recuerdo que soplo su mano pero yo no le di tiempo a nada más pues cogí la otra y repetí la acción pero mucho más rápido – NOOO POLIII… POOOLI NOOO – empezó a rogar al darse cuenta de mis intenciones
- ABRE LA MANO – ordene sin consideración, no podía titubear aun cuando el corazón me dolía de hacer lo que estaba haciendo, aquello merecía una paliza en toda regla, pero no podía dársela por el asunto ese de sus costillas rotas, del drenaje en su axila, y porque en un rato mas además vendrían a pincharle y no iba a dejar que hagan aquello sobre un trasero magullado, además se suponía que debería estar en cama durmiendo en vez de estar fanfarroneando
- NOOOO NOOO – chillo con todas su fuerza – AGGGS AGGS OOHHH OHH OHH AAAHHGG
- Abre la mano Tonino – dije con calma, esperando que coopere, cosa que se dio tras un empujoncito – abre la mano Antonio Küffer hasta la cuenta de tres – agregue y Tonino me miro extrañado, imagino que era porque use mi apellido unido a su nombre cuando aun no estaban si quiera los papeles de adopción redactados, peor firmados – abre la mano Tonino, porque si no, te juro que ESTO – indique mostrándole el viejo y raido cinturón que fue de mi abuelo – se calcara en tu TRASERO desnudo – agregue y la cara de Tonino paso del rojo llorón al blanco pavor, él tenía un miedo irracional al cinturón producto de la flagelación que le dio el desgraciado del Gato, aunque ahora con vergüenza debo admitir, estaba aprovechándome de aquella debilidad para conseguir mi objetivo inmediato, obviamente cuando los ánimos se calmaron yo tuve una seria charla con el más pequeño de mis vástagos, pero antes de eso pasaron muchas cosas, entre ellas esta reprimenda
- Nooo fueerte no fueeerte – me rogo y mi corazón se ablando, deje a un lado le cinturón y le di tres palmadas con la mano sobre el dorso
- Plaf plaf PLAF … ESO NO SE HACE – agregue – ahora a la cama, a DORMIR – indique metiéndolo de nuevo al dormitorio soltando un manotazo en el trasero – PLAAAF – vamos no pude evitar la tentación de concluir aquello con ese recordatorio
- BUAAAAA – y esta vez su llanto cambio a modo infantil y no es que el otro fuera un llanto de adulto, sino porque ahora se vistió de todos los detalles propios de los infantes… o recién me percate de ellos, como sea, se llevo una mano al trasero mientras la otra frotaba sus ojos, dibujando un puchero, mirando el suelo, con el pelo revuelto y la cara mojada con una gran nariz y mejillas rojas… detalle que me decían que estaba contrito y avergonzado, pero yo estaba aun impresionado por el incidente del puñal que todavía estaba sobre la cama al cual retire inmediatamente al mismo tiempo que le entregue el pijama
- Te quiero en la cama Tonino, en ningún otro lado más, así que ve al baño y luego a dormir
Volví
a repetir, no era un castigo, era que tenía que descansar, entrar en calor,
dentro de dos horas más o menos vendría la enfermera y quería que este relajado
para su llegada, venía a ponerle el antibiótico en inyectable, creo que uno de
los últimos porque convencí a Gerhard darle en jarabe el resto, tras eso
abandone la alcoba no porque no quisiera mimarlo, sino porque quería que Tonino
comprenda que esta vez me enfadó de veras, pero sobre todo porque quería
desaparecer aquella cosa lo antes posible, fue ahí que me pille con mi hermana
y mi hija que habían oídos todo y creyeron que le di una paliza con el cinturón
en el trasero desnudo al pobre convaleciente.
- ¡OH! POR DIOS PAPÁ… ¿COMO HICISTE ESO? – me reclamo Anja con los ojos rojos del llanto, cosa que me tomo por sorpresa, ella nunca lloraba cuando reprendía a Oliver, bueno supongo que eso se debía a que Oliera de su edad y siempre estaba metiéndose con ella haciéndola rabiar, en cambio Tonino entro en su lista de refugiados del corazón, victimas del destino y que merecían toda la consideración del mundo, no una paliza
- ¡NOO¡, NO ES ¿COMO HICISTE ESO?, SINO ¿CÓMO PUDISTE?... ¡DESALMADO! – me grito mi hermana, vamos ahí estaba el dúo dinamita arreglándose para ir al encuentro de la víctima
- ¡ALTO AHÍ! SEÑORAS – ataje su airoso avance con aquella sola frase – Tonino está castigado – agregue, era mentira, no le dije a Tonino aquello, pero era mejor que ellas lo crean, no lo hice por ser malo, sino que aun no había tenido tiempo de evaluar a Tonino y su actitud una vez que pase el impacto de lo que había pasado, tenía que ser yo quien conduzca este tren por ahora, no vaya a ser que se sienta invadido y burlado y vuelva a querer huir
- Pero ya lo castigaaaaste – reclamo Anja sentándose de mal humor en el comedor y fue cuando les mostré el puñal y recién repare en mi mano, no vaya a ser que me enferme por aquello, porque había un detalle, era un arma blanca y no sabía a ciencia cierta a cuantos “navajeo” con eso Tonino, aunque claro estaba delirando mi hijo no sería capaz de aquello, pero por si acaso, yo no tenía idea de la historia real de aquel puñal y si había estado o no en contacto con sangre, lo que me llevo a pensar que quizás era no más dable hacer un examen de VIH a mi hijo, no vaya a ser que estuviera infectado, pensé con pesar
- ¡Oh! mi Dios – dijo Laura – de ¿dónde salió eso? – pregunto con los ojos abiertos mirando el objeto fascinada
- De los viejos zapatos de Tonino – respondí mirando mi mano mientras me lavaba en el grifo, menos mal no había nada, solo fue el golpe – nunca vi un arma como esta – confesé
- Es un puñal turco – me dijo Laura estudiando la pieza maravillada por la belleza de aquella pieza – vi algunos de estos ejemplares en el museo – agrego, ella después de todo era historiadora y trabajaba en un museo hasta hace un año y estaba en mi casa porque estaba disfrutando de un año sabático tras un trabajo exhaustivo con piezas arqueológicas
- Puede que sea robado – respondí mirando con detenimiento la pieza
- MMM no supe de ningún robo – me contesto ella – pero voy a cerciorarme, así que guarda esa pieza porque su valor es incalculable – me dijo
Pero
el valor real de aquella pieza radicaba era el corazón de Tonino, era la única
cosa que tenia de su padre biológico, herencia a su vez de sus abuelos, de eso
me entere meses después, cuando tuvo el valor de pedirme su puñal; como sea minutos
después subí a la alcoba y vi salir a Oliver de mi habitación, él no se dio
cuenta de que lo estaba observando porque se giro y entro al baño cargando su
toalla, iba a darse un duchada por lo visto, así que aproveche para ver a
Tonino y enterarme si paso algo entre ambos, pero Tonino apenas abrí la puerta
fingió dormir, porque se hizo un ovillo sobre su cama y no se movió, como
tampoco yo hice el intento de que me viera o hablara, pero me quede mirando por
si acaso estuviera llorando, pero al no percibir ruido alguno o movimiento que
delate tristeza lo deje en la cama esperando que se duerma… tremendo error,
Tonino estuvo llorando todo ese tiempo solito y me di cuenta de eso cuando vino
la enfermera y subí con ella para el inyectable.
No
quiso mi ayuda, ni mirarme a la cara procurando ocultar su llanto como si eso
fuera posible, estaba enfadado conmigo vamos que tenía la cara surcada de
lágrimas y sus ojos estaban hinchados además de tener la nariz tapada.
- Vamos Tonino – dijo la enfermera – solo será un ratito, es el último del día además
Indico
al ver el miedo reflejado en los ojos de mi niño, fue cuando me acerque a él
para cogerlo pero me dio un manotazo alejándose de mí y yo sinceramente me
sentí dolido, pero preferí no intervenir, deje que actúe solo, ya tendría
tiempo para decirle algo más adelante cuando no esté esa mujer, después de eso
Tonino tras lanzarme una mirada oscura que no supe cómo interpretar, se puso
boca abajo solo sobre la cama y recuerdo que se mordió la mano con fuerza hasta
marcarla cuando ella lo pincho, y yo no pude intervenir porque algo en sus ojos
impidió que me acerque, además temía que de hacerlo Tonino se mueva y quiebre
la aguja estando dentro suyo, obviamente no dude ni un minuto más en alzarlo
cuando ella termino, pero Tonino no me quería a su lado.
- No quiero estar contigo policía – me dijo y se metió al baño de mi habitación corriendo cerrándose por dentro
- Está un poco enfadado, ya se le pasara – me sonrió la enfermera a la cual no me quedo más remedio que acompañar a la puerta y calle, para ese momento mi hermana y mis hijos habían salido
- Eso espero – conteste nerviosamente
- Es parte de la vida, él debe adaptarse, poco a poco señor Küffer, yo sé lo que está viviendo, porque yo fui hija adoptada – me sonrió – y hay días en que uno prefiere su otra vida, estar en otro lado, llora, reclama, se porta mal porque quiere que el dolor que siente lo sientan los demás – me dijo con los ojos brillantes pero no de alegría sino porque se nublaron ante los recuerdos, y no lo negó, saco un pañuelo y se limpio los ojos diciendo – míreme a mí, tengo 25 años y aun me afecta… el pasado duele – dijo después – hasta mañana señor Küffer – se despidió rápidamente como queriendo abandonar mi casa a la carrera, quizás era el hecho de ver a Tonino como estaba, lleno de lágrimas y hacer el esfuerzo de aguantar estoico sin ayuda, como casi todo lo que hizo desde siempre, afrontar la vida en soledad
- Hasta mañana y gracias – fue lo único que pude decir y por fin subí mis gradas de dos en dos, tenía que ver a Tonino y lo pille en el suelo acurrucado sobre si mismo llorando amargamente
- Me dejaaaste poli estúpido me dejaaaste – me reclamo apenas lo cogí del suelo a donde se fue a poner, empujándome, pero yo estaba decidió a no cometer el mismo error dos veces
- Perdóname Tonino – le dije – pero ahora estoy aquí, papá está aquí contigo – me anime a decirle y eso causo un efecto contrario en Tonino, me empujo con fuerza y con mucho más fuerza lo atrape en mis brazos cuidando sus costillas lo mejor que podía, y para eso lo abrace de sus cintura
- No soy de aquí – agrego – tu no es como yo – decía
- ¿Tú no eres como yo? – le pregunte
- No me escuuuchas poli tooonto, tonto – repitió golpeándome el pecho con las manos en un acto infantil, porque de haber querido hacerme daño bien podía golpearme la cara que estaba a su alcance – el káiser bier y el jarabe para la tos no se mezclan dan diarreeea – lloraba y no entendía lo que decía
- ¿Que la cerveza qué? – le dije entendiendo que al decir Kaiser bier hacía referencia a la cerveza en general y no solo a la marca
- El Gaaaato diiiijo, el gato dijo y ahora su hijo – me contesto enfadado y se quedo callado al darse cuenta de lo que acababa de hacer e hizo a un lado la cara avergonzado, y no necesito decir nada más para darme cuenta de que se trataba, Oliver le dijo algo, así que me senté en la cama y lo acune en mi regazo
- ¿Qué fue lo que te dijo Oliver? – pregunte mirándolo fijamente, levantando su pequeño mentón para que no oculte sus ojos de los míos
- Los hombres no se chivan – me dijo e hizo un lado su cara y eso fue más que suficiente para mi
- Pues lo que te haya dicho Oliver y el Gato sobre mezclas que no vienen al caso, no se aplica entre nosotros Tonino, porque yo soy tan aceite como lo eres tú, o tan agua como quieras serlo – le dije, claro que eso era tan abstracto como la káiser que él no idea tenia de que se trataba y el jarabe para la tos – lo que quiero decir Tonino, que es tu y yo somos iguales, porque somos humanos, somos personas buenas, la única diferencia que hay es que tu eres pequeño – le dije poniendo su palma abierta sobre la mía para que compare el tamaño de nuestras manos – y yo soy grande, por eso tengo que cuidarte y enseñarte que está bien y que está mal hasta que tú seas más grande que yo y puedas hacer lo que quieras sin correr peligro
Le
dije y pareció que aquello era suficiente para él, porque se acurruco a mi
pecho y lloro un poco más mientras lo fui mimando y frotando su nalga pinchada
y besando sus dedidos magullados de los tres cintazos dados que para ese
momento no tenían ya nada más que el recuerdo del dolor…
- ¡Papá! ¿te has dormido ya? – de pronto y como de costumbre su voz ahora adulta interrumpió mis pensamientos, vaya me olvide que les dije que bajaría a ver a mi nieto antes de acostarnos
- Ya bajo hijo – le conteste abriendo un cofre con llave en el que guarde todos estos años aquel pequeño puñal turco con el que me ataco, era hora de volver a dárselo – Toma Tonino, esto es tuyo
Dije
y mi hijo me miro desconcertado…
Tonino y su bebé
Me ha gustado mucho este capítulo Marambra,aquí comienzo a ver al Tonino que me imaginaba podría mostrarse en algún momento,...me refiero al niño que sobrevive en la calle y que debido a eso está obligado a cultivar un tanto de fiereza,y utilizarla claro está!
ResponderEliminarComo sea ,el punto también es que me gusta como Ián viaja en sus recuerdos saltando de un momento a otro,esto le da un toque de vertiginosidad al relato que hace interesante y entretenida la historia ya que nos muestras dos tiempos que se complementan al volverse entretenidos por desencadenar sensaciones varias como suspenso,curiosidad,ternura...y muchas cosas mas.
Gracias amiguita por un excelente episodio,y...si,...ya quiero poder leer mas,jjjjjjj,lo siento, no lo puedo evitar!!
Keny.
Ya no se si comentar, que más puedo decir además de que me encanta? Adoro la historia y me encantó que cuentes aquello que quería saber jeje
ResponderEliminarSiiiiii cuenta mas de Tonino......
ResponderEliminarLa vida de Tonino fue dura... Y me encanta que nos vayas regalando pedacitos de su vida!!
ResponderEliminarQue linda imagen Marambra!!