Postales Navideñas: Relato Nº 5; Varios Autores

Postales Navideñas

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Diciembre del 2016.

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Regalo Nº 5

¿Este es el regalo?... ¿en serio?

Lo vi en esa cama de hospital dormido y no pude más que soltar el aire que llevaba conteniendo desde quien sabe cuándo. Estoy muy molesto…No molesto no, enojadísimo. Este año está a punto de terminar y agradezco al cielo por eso. Ha sido para John un año muy difícil, a veces lo notaba distante y otras parecía que le era imposible despegarse de nosotros. Su madre claro aprovechaba esos momentos lo más que podía...

Pero hoy empezó siendo un día de los malos, de esos en los que se planta en sus veintiséis años y no quiere que le digan nada. Me pregunto porque seguirá viviendo con nosotros, no es que me moleste pero cuando se pone en plan cabezón como hoy me dan ganas de armarle la valija y dejarlo en una esquina a ver si alguien lo recoge.

El doctor dijo que no era grave, un buen golpe en la cabeza nada más y que si no despertaba no era porque estaba inconsciente sino que sólo estaba recuperando el sueño perdido, que se notaba que estaba exhausto. Muy bonito todo pensé yo, pero igual quien me devuelve los diez años que perdí cuando me llamaron por teléfono avisándome que se había desmayado. Claro el señor había llevado a cabo una persecución digna de parkour que le salió mal y se llevó tremendo golpe. Yo sólo sé que mi hijo no quiso que llamarán a la ambulancia y no quiso atención médica de ninguna clase, hasta que se desmayó… no sé que tiene con los médicos, o más bien que tiene con poner su vida en ¡riesgo! Que su capitán me dijo que esa persecución no era necesaria, es más ni lo atrapó él sino el equipo que había emboscado al delincuente. Parece ser que era algo personal me informó su capitán.

Personal es lo que va a tener conmigo! Caramba que no han pasado ni seis meses de la última vez que paso algo parecido. Y aquella ocasión recuerdo que dude un poco de las medidas que tomé, sin embargo esta vez no me cabe la menor duda. Ah pero que despierte nomas…

………………………………..

• ¿Papá? –  me dijo medio adormilado John, mientras miraba confuso alrededor – ¿qué día es hoy? – me reí un poco ante su gesto de pánico
• Tranquilo sigue siendo 24 – le dije – no te vas a perder tus   regalos porque sé que le encantan estas fechas – antes era sólo por los regalos, ahora creo que también aunque él diga que es más por la familia – ¿te sientes bien?, el doctor dijo que no fue nada grave pero que tu cuerpo está o estaba exhausto – levante una ceja desafiándolo a negar aquello
• Sólo es un poco de cansancio – suspiró reconociendo mi mirada, anticipando que iba a comerse como mínimo un buen reto
• Cansancio y estupidez dirás – conteste – tienes el alta, por ser fecha festiva te dejan ir para que la pases con tu familia y no aquí en observación – le comunique lo que me había dicho el médico – Así que vístete y andando que cuando lleguemos a casa tu y yo vamos a tener una conversación muy seria – me  miró desconcertado y luego se sonrojo – sí, eso que estas pensando. No creas John que me he olvidado de la promesa que te hice
• Papá entiendo que estés molesto fue absurdo no haber dejado que llamarán a una ambulancia pero son gajes del oficio y además soy un hombre adulto no puedes pretender que no tengo ¡26 años! – exclamó indignado,

Yo sólo tomé su ropa y se la di, no refute su argumento, ya habría tiempo de hablar en casa a la que inevitablemente fuimos en silencio; él parecía un poco preocupado y yo oscilaba entre mi enojo y preocupación. Al llegar intentó pasar derecho a su cuarto, como cuando era un niño.

• Alto ahí John que te dije que íbamos a hablar – cerré la puerta y me paré de brazos cruzados
• Papá… mira no quiero hablar es mi trabajo, punto – dijo todo hecho el grande – No sé porque piensas que puedes mandarme a estar sentado en una oficina – agrego poniendo sus manos cruzadas en su pecho igual que cuando era un niño – soy policía papá, mi trabajo es de riesgo, y no hay nada que puedas hacer… no soy más tu niñito ¿si?. ¡Métete! eso en la cabeza por favor – me lo dijo tranquilo pero se notaba que se estaba conteniendo. Yo en cambio no me contuve en absoluto
• Arriesgarte innecesariamente no es tu trabajo ¡¡John!! – asegure con voz firme – y sabes bien a lo que me refiero. Eres policía ¡¡claro que si!!. Pero no me vengas a decir que ir tras un asesino en serie solo es tu trabajo! – Le grité furioso
• No lo entiendes ¡Frank! – suele llamarme Frank cuando intenta poner distancia – ese hombre es peligroso y yo lo sigo desde hace años – me conto – yo vi su cara yo ¡sé quien es!, y si un golpe y un poco de sangre es lo que me va a costar lo hago papá… LO HAGO – se golpeo el pecho con esa última frase
• Pero no lo arrestaste – dije mirándolo fijamente – sólo te rompiste la cabeza!! Poniéndote una vez más en un peligro innecesario! – argumente la verdad – dime John ¿hasta cuando tengo que estar pisándote los talones? – le pregunte afligido por esto, porque esta situación me dolía – ¿Por qué no puedes entender que tu vida es importante para nosotros? – quise saberlo de su boca, quise oír una respuesta – Y no, no me digas que exagero, porque sabes bien que tengo razón!
• No lo vas a entender papá –  me decía y en su mirada veía pánico – yo tenía que agarrar a ese tipo, cueste lo que cueste y lo volvería a hacer papá y no ¡Hay nada! que digas que me haga pensar lo contrario – dijo muy seguro, y no solo era su voz, eran sus gestos, el tono de sus palabras, su mirada dura, algo que me hizo pensar en la madures de mi muchacho – se que hice lo correcto, ese tipo está preso ahora y eso es todo lo que importa – murmuro finalmente y yo lo miré frustrado, ¿por qué John no entendía para nada mi punto?
• Está bien John, tu dices que no cambiarías nada. Bueno entonces no hay mucho que hablar, tú hiciste lo tuyo yo haré lo mío – y empecé a arremangar mis mangas y me saqué el reloj, mi hijo me miraba incrédulo la verdad no sé porque, no es la primera vez. Luego flexione y relaje mis manos como quien no quiere la cosa sólo para show claro, y estaba surtiendo efecto
• Papá…. No, no pué… – John empezó a tartamudear
• Si vas a decir que no puedo te lo ahorras que esto ya lo hemos vivido – le advertí antes de que empiece su diatriba de siempre, que es adulto, que tiene 16 años y demás –  ni me saques a relucir tu edad que se perfectamente el año y día que naciste
• No señor – respondió en automático parándose rebotado, pero yo continúe con lo mío
• Lo único que quiero escuchar es si papá a todo lo que te diga – y miré mi mano derecha y me saque un anillo de plata que mi esposa me había regalado, lo dejé sobre la mesa
• No, no, no… esto está mal papá, de ninguna manera harás eso que estas pensando – miraba a los objetos que dejé sobre la mesa y luego a mí. Yo estaba inmutable, era cuestión de tiempo que terminará en mis rodillas… bueno en el sofá o mesa quizás que ya está muy pesado para mi falda – Papá ¡por favor! – grito cuando me acerque a él, en respuesta levanté una ceja – ¡es noche buena! – dijo y juro que quiso golpear el piso con su pie abotinado, me hubiese reído si fuesen otras las circunstancias o quizás me ría al terminar con esto
• Bueno en ese caso considéralo un regalo, porque esto es lo que te daré casa vez que arriesgues tu vida sin sentido sin importar que fecha sea – declare y me acerqué al sofá y le indique el lugar donde lo quería y sin importar si obedecía o no, también me quite el cinturón. Jonh hizo una mueca de disgusto, sabía que estaba debatiéndose, lo veía en sus ojos en cómo me medía, estaba calculando si podría ganarme en un forcejeo y yo sé que me ganaría, estoy viejo esa es la verdad pero iba a dar pelea, ¡claro que si!, sólo que no hizo falta, Jonh me miró fijamente y suspiro derrotado, se inclinó en el sofá
• Vaya regalo – murmuro – espero que me lo compenses – dijo y quede alucinando, ¿me estaba haciendo un favor?

Sonreí porque iba a hacer que se arrepintiera de hacerme “el favor de dejar que lo azotara” mocoso… piensa que porque ha crecido un poco deja de ser mi hijo y de rendirme cuentas. Puse mi mano sobre su espalda ejerciendo presión para que su trasero quede más expuesto y el gruño.

• Zas zas – le di los dos primeros rápidos y fuertes y pegó un saltito creo que lo sorprendí – Zas zas zas zas zas – todas esas cayeron sobre sus nalgas cubiertas por el pantalón de su uniforme –  Zas zas zas zas zas zas zas zas – lo sentí gemir
• Mmm auu paa yaaa auuu mmm – gimió apretando los dientes de dolor
• Tu madre y yo te amamos y estamos todo el tiempo preocupados por ti debido a tu trabajo para que encima te expongas innecesariamente – le dije en una pausa mientras me remangue mi camisa que se había deslizado – Zas zas zas esta vez fue sólo un golpe pero pudo haber sido mucho peor, y ni siquiera has tenido la decencia de ir al médico por voluntad propia! – lo reprendi antes de atestar los últimos con mayor fuerza – ZAS ZAS ZAS
• Lo siento, lo siento papá ya para por favor – decía John

Dejé el cinturón y le Di unas cuantas más con mi mano que creo lo hicieron sonrojar aún más, lo tomé del brazo y lo paré de golpe, hice que me mirará tomando lo de los hombros. No estaba llorando pero sus ojos se veían congestionados, con eso me bastaba.

• No quiero perderte hijo, no puedes permitirte hacer estupideces – empecé a reflexionarlo mientras lo abrazaba, ambos necesitábamos aquello – Eres nuestro único hijo – le recordé acariciando su nuca – llegará un momento en el que ya no podré reprenderte hijo, y me asusta que no hayas aprendido a no arriesgar tu vida – Lo sacudí un poco mientras hablaba porque estaba desesperado por hacerle entender aquello y me quede callado, no sabía que mas decirle y el debió darse cuenta porque me miró a los ojos con tanta intensidad por un buen momento y luego me abrazó con fuerza.
• Si este es tu regalo lo odio – me dijo son de broma, y luego se disculpo – perdón papá no quiero preocuparte, lo siento – me dijo todo serio y yo le sonreí muy agotado porque fue un ejercicio tremendo para mi azotarlo, definitivamente estoy viejo para estos trotes, así que me senté en el sillón. El paso su mano por su cara en un gesto de cansancio
• Ve a recostarte hijo – le dijo con cariño – todavía tienes que descansar. Yo te despierto cuando llegue tu madre – agregue esperando que se marche, pero no se iba y lo mire interrogante
• No lo vas a entender papá pero que estés aquí conmigo y con mamá para mí es un milagro – me dijo mi hijo todo emocionado – Lo siento mucho si te he hecho renegar más de la cuenta – se disculpo con un fuerte abrazo y un beso en mi mejilla – Yo no quiero perderte tampoco y… y voy a esforzarme papá para no preocuparte más – concluyo y salió rápidamente de la sala.

Es cierto que no entendía porque me decía que era un milagro, pero sonreí satisfecho porque si ese era su propósito de año nuevo, me encantaba su regalo.

Feliz Navidad

25 de Diciembre del 2016