domingo, 20 de marzo de 2022

El amor hace a una familia 2ª Temporada: Cap 43; Autor Adán

 El amor hace a una familia

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Marzo del 2022
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Segunda temporada

Capitulo 43

Autor: Adán

 

Ya habían pasado tres meses desde el compromiso de Fernando y Cinthia y desde aquella nochebuena, todo seguía normal aún con los preparativos típicos de una boda, ya faltaban pocos días para el gran día, Juan ya estaba reconstruyendo la relación con sus hermanos y prueba de eso, ellos estaban invitados al matrimonio de su hija, al igual que los padres de Lucia y sus hermanos, sobre todo Antonio que ya estaba instalado en la ciudad con su familia,  también asistirían Héctor y Clementina quienes habían empezado a salir como novios desde hace un mes atrás…

 

Miércoles 22 de marzo de 1978

 

Cerca de las 5 de la tarde Cinthia se estaba probando el vestido con una modista, en compañía de Clementina.


  • Te vez hermosa amiga, se te ve muy bien el vestido – Clementina sonrió a Cinthia, aguantando la emoción, le habían entrado ganas de llorar imaginando su propia boda
  • Gracias Clementina – respondió algo cansada Cinthia – pero como dicen la tercera es la vencida, espero que pueda casarme llevando este vestido – agrego pensando en los ajustes que tuvo que hacer últimamente debido a que le creció la panza por el embarazo
  • No te preocupes, ya en tres días te casas, además fueron detalles que no tuvieron en cuenta, no es mala señal – contesto Clementina sonriendo, ella seria la madrina de la boda, y Eva y Kosaki las damas de honor, Peter y Adán se encargarían de los anillos
  • Quizás si me puse un poco paranoica viendo los inconvenientes como una mala señal, quizás fueron los nervios – reconoció Cinthia ahora mas relajada
  • A todos nos pasa amiga, sobre todo cuando hay un evento tan importante peor si eres la novia – y Clementina abrazó a Cinthia para darle ánimos


Mientras tanto Héctor y Fernando hablaban en el auto de Héctor, ya que Héctor los había llevado y estaban esperando a las chicas.

 

  • ¿Y estas nervioso por la boda? – preguntó Héctor
  • Ya no como antes, pero… bueno es un gran paso en la vida – contestó Fernando, a él no le gustaba mucho estar con Héctor, pues en su momento también salió con Cinthia y para él era un poco incomodo, pero al ser el padrino y el novio de Clementina no tenía otra opción
  • Me imagino – murmuró Héctor después de eso se formo un espeso silencio de unos segundos hasta que Fernando decidió hablar del tema de una vez por todas
  • Una pregunta ¿Tú aun sientes algo por Cinthia?, ustedes salían mientras estábamos separados y bueno, sé que se gustaban un poco – dijo Fernando, estaba claro que ya no podía seguir ocultando los celos que tuvo guardado por meses
  • Claro que no – Héctor negó aquello frunciendo el ceño, pareciéndole rara la pregunta, aunque en el fondo entendía a Fernando y entendía porque actuaba distante con él – No negare que en su momento si me gusto y salimos un par de semanas, pero no fue nada serio y para tu tranquilidad nunca nos besamos en esas salidas, no pasaba de regalarle flores y eso, ahora estoy con Clementina, me gusta ella y la amo sinceramente
  • Vaya… Bueno necesitaba aclarar eso – Fernando desvió la mirada algo avergonzado por aquel momento de debilidad
  • Te entiendo, pero no tienes porque sentir celos, te casaras y serás padre, y sé que serás muy feliz con Cinthia y ella también será feliz contigo; si quieres no necesariamente podemos ser amigos, pero si llevarnos bien solo quiero que entiendas eso – hablo Héctor colocando una mano sobre el hombro de Fernando, obligándolo a hacer contacto visual
  • Si te entiendo, lo siento – y Fer, sonrió tímidamente, más como un chiquillo que como un hombre a punto de casarse.

 

Mientras tanto Lucia estaba en su casa limpiando y lavando la ropa, a ella le hubiera gustado acompañar a Cinthia para ver el vestido, pero tenía cosas que hacer en la casa ya que llegarían sus padres del rancho, de hecho, se pidió el día en el trabajo por eso mismo queriendo que todo esté listo y ordenado, solo que no conto con el desorden que los niños habían ocasionado en su dormitorio, así que se enojó cuando vio  el desorden.

 

  • ¡Peter, Adán vengan aquí! – gritó Lucia para llamar a los niños y en eso subieron apurados ambos, aunque dándose empujones, ellos estaban peleados hace unos días
  • ¡Dejen de pelear! ¡Les dije que ordenaran y limpiaran su cuarto y aún sigue desordenado! – mamá estaba enojada, estresada por limpiar toda la casa y lavar tanta la ropa, además de que los niños estuvieran peleando durante días, estos días les sacaron muchas canas a ella y Juan
  • ¡Que lo ordene el! – gritaron a caro Peter y Adán apuntándose entre si
  • ¡Lo ordenaran los dos y si siguen peleando le diré a su padre para que los castigue de nuevo, él ya les advirtió ayer!

 

Contestó Lucia bajando las escaleras mientras los niños entraron enojados al cuarto entre empujones y codazos como venían haciendo desde hace unos días.

 

  • ¡Ordénalo tu idiota, me la debes luego de echarme la culpa por algo que tu hiciste y papá me castigo a mí! – declaró Adán empujando a Peter, Adán estaba muy enojado con Peter ya que hace días Peter hizo una travesura y para salvarse del castigo le echo la culpa a Adán de todo
  • ¡Tú lo ordenaras, yo soy mayor que tú y más fuerte que tú! – declaro Peter empujándolo sobre la cama
  • ¡Ya quisieras! – se burló Adán poniéndose de pie
  • ¡Te lo demuestro cuando quieras! – Peter se le acercó de nuevo y volvió a empujarlo y cuando Adán estuvo por lanzarse a golpes apareció Kosaki
  • Sus gritos se escuchan hasta mi cuarto ¡Dejen de pelear de una vez par de enanos! – Kosaki ya estaba harta de la pelea de sus hermanos así que decidió intervenir dándoles un golpe en la cabeza a los dos antes de que regrese su madre
  • ¡El empezó, me echo la culpa de algo que no hice! – se quejó Adán enojado cruzándose de brazos
  • ¡No es mi culpa que seas un idiota y te atraparan – contestó Peter, hace días él rompió el vidrio de una vecina jugando a la pelota con Adán y Peter salió corriendo antes de que lo descubrieran, desgraciadamente Adán no corrió con la misma suerte y la vecina lo descubrió y lo agarro para llevarlo con Juan y contarle lo sucedido
  • ¿¡Y no podías decir que fuiste tú!? ¡Para rematar dijiste que fui yo cuando te preguntaron! ¡Traidor! – y eso era lo que realmente le dolía y molestaba a Adán
  • ¿Para qué me castiguen a mí? No, ¡No soy tan idiota como tú! – la verdad era que Peter en el fondo tenia miedo al castigo
  • ¡Ahora si te pateo el trasero! – respondió Adán queriendo pegarle a Peter
  • ¡Antes yo te parto la…! – dijo Peter pero Kosaki lo interrumpió
  • ¡Basta! ¡Por su culpa mamá esta estresada! ¡Con las mil cosas que tiene que hacer y ustedes causando más problemas y estrés! Ahora seguro no me dará permiso para salir por culpa de ustedes – grito Kosaki enojada, ella quería ir a casa de una amiga, pero ahora seguro no le darían permiso

 

Mientras tanto Juan llegaba a la casa temprano, intento apurarse lo más posible ya que sabía que los niños estaban peleando y tenían estresada a Lucia, además de eso prometió ayudarla con algunas cajas que eran pesadas.

 

  • Hola Juan ¿Cómo estuvo tu día? – saludo Lucia viendo a Juan entrar al cuarto mientras ordena la ropa en el guardarropa
  • Todo bien, ¿los niños como siguen? – preguntó Juan ya que en la mañana hablaron de eso y Juan prometió llegar al fondo del asunto pues Adán no dejaba de proclamar su inocencia, además claro de ayudar en lo que haga falta con tanto invitado a puertas
  • Pues no dejan de pelear

 

Respondió Lucia luciendo un poco cansada y no hizo falta seguir explicando, justo en ese momento se escuchó la pelea de los niños así que a Juan no le quedo otra que ver lo que estaba pasando, él también estaba harto del enojo de los chicos.

 

  • ¡Les dije que pararan! – Kosaki trató de separar a sus hermanos que se estaban repartiendo golpes y en eso entra Juan enojado – Papá no dejan de pelear
  • ¡Les dije que si volvían a pelear les iba a dar con el cinturón! – les recordó Juan separándolos por la camiseta y zarandeándolos


Y mientras Juan estaba a punto de nalguear a Peter y Adán tocaron la puerta y Lucia fue a abrir, era Ema su sobrina, ahora vivían a unos minutos de su casa, Ema debía decir algo importante.

 

  • Hola mi niña, los niños lamentablemente están castigados hasta nuevo aviso así que no podrán salir a jugar – le comunicó Lucia a su sobrina regalándole una galleta
  • Lo se tía… Pero debo decirle algo importante – Ema cogió la galleta y se fue a sentar a la sala junto con Lucia
  • ¿Y qué es? – quiso saber la tía mirando divertida a su pequeña sobrina
  • Adán no hizo nada, yo estaba con él, lo castigaron injustamente y Peter se salió con la suya, de verdad fue Peter quien le rompió el vidrio a la vecina de un pelotazo y salió corriendo y con Adán estábamos ahí y lo descubrieron por mi culpa porque lo convencí de que es mejor decir la verdad y no mentir, el trato de decirle a la vecina, pero no lo escucho, intente decirle al tío y no hubo caso, le creyó a Peter – Ema suspiro con tristeza, en parte se sentía culpable de que hayan castigado a Adán pues no conto con que nadie lo escucharía
  • No puede ser…

 

Lucia se lleva las manos a la cara enojada, Peter les vio la cara y era lo que más le molestaba a Juan y Lucia, que les mintieran así que sube rápido las escaleras junto con Ema porque ella sabía que su sobrina no solía mentir nunca, era una cualidad de la que Antonio siempre presumía.

 

  • ¡Tú me castigaste injustamente, no merezco que me castigues de nuevo! – Adán estaba ya casi llorando
  • Juan no lo castigues, lo que dijo en un principio era verdad, fue Peter quien rompió el vidrio – dijo Lucia entrando rápido al cuarto intentando que Juan deje libre a Adán
  • Si es cierto tío, yo vi a Peter y salió corriendo y Adán se quedó porque yo le dije que lo hiciera – le conto Ema como sacándose un gran peso de encima
  • ¿¡Es cierto eso Peter!? – quiso saber Juan no pudiendo creer lo que escuchaban sus oídos y miró fijamente a Peter agarrándolo del brazo sacudiéndolo un poco
  • No papá ella miente – Peter declaro descaradamente tratando de zafarse del problema
  • No seas mentiroso, yo te vi y le echaste la culpa a Adán – y Ema lo acuso enojada abrazando a Adán que ya estaba llorando de rabia
  • ¡Tú no te metas metiche! – grito Peter en un momento desesperado
  • ¡No le hables así a Ema! – Adán salto de su sitio queriendo lanzarle una patada a Peter, pero lo detuvo Lucia
  • ¡Basta! – Lucia agarró del brazo a Adán
  • Mira todo el problema que causaste enano ¡Ya di la verdad de una vez! – intervino Kosaki ya harta de todo
  • Te lo preguntare por última vez Peter ¿Es cierto eso? – esta vez intervino Juan enojado, ahora que lo pensaba era típico de Peter hacer algo así y todo cobraba sentido
  • Si papá… Yo rompí el vidrio y le eché la culpa a Adán… Lo siento – confeso Peter, pero eso no calmo el enojo de Juan quien sentía que se burló de él y le mintió en la cara una vez más, no fue necesario que Juan les pidiera a todos que salieran del cuarto, fue Lucia quien agarro a los niños y salieron del cuarto cerrando la puerta
  • ¿Cómo fuiste capaz de verme a los ojos y mentirme de esa manera? – Juan enojado empujando a Peter a la cama
  • Papá lo siento – Peter estaba muy nervioso y quiso escapar, pero Juan sentándose en la cama lo puso en su regazo,  bajándole el pantalón, empezando a azotarlo
  • PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Te enseñare a no mentirme! -anuncio papá, empezando a azotarlo con toda la palma y con bastante firmeza sin dar un respiro de descanso – PLAF… PLAF… plaf… plaf… plaf… PLAF… PLAF… PLAF… plaf… plaf… ¡A mi nadie me miente, ni a mi ni a tu madre! PLAF… PLAF… PLAF… plaf… plaf… plaf… plaf… PLAF… PLAF… PLAF…
  • ¡BUAAAAAAAAAA! ¡YA PAPÁ POR FAVOR! – chillaba Peter pataleando y luchando por soltarse sin éxito
  • PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Y esto para que no andes culpando a tu hermano de tus travesuras! – e imprimió una tanda de azotes mas fuertes – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡aprende a reconocer tus errores y no andes culpando a los demás! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF…
  • Aaauu  yaaa lo lo lo sien… sieeento papá – lloraba Peter abiertamente arrepentido de sus actos, por lo que papá dejó de nalguearlo y lo sentó sobre sus rodillas tras subirle la ropa
  • Lo que hiciste estuvo muy mal hijo – dijo enojado, pero limpiando la cara de Peter con su pañuelo, después de todo el niño solo tenia once años – no está bien culpar a tu hermano de algo que tu hiciste, y encima mentirnos a tu madre y a mi – y sonó la nariz del chico
  • No lo volveré a hacer papá lo prometo – sollozo Peter, mirando al suelo
  • ¿Sabes que si sigues mintiendo de es manera, aun por cosas chicas, después nadie te creerá? ¿Quieres eso? – le reflexiono papá
  • No papá… – Peter bajó la cabeza avergonzado
  • Pensé que ya habías dejado esa actitud tuya pero veo que no – dijo Juan
  • Lo siento papá no volveré a mentir ni a pelear con Adán ni a hablarle así a mi prima o a cualquier persona – prometió Peter
  • Eso espero… Ya tienes 11 años Peter, estas a punto de estrenar el cinturón – esa era una amenaza a tomar en cuenta – ahora camina – le ordeno

 

Y lo agarro del brazo para que salga con él del dormitorio e ir en busca de Adán y Ema, la intención  era clara, iba a llevarlo con Adán para hablar con él y hacer que le pida disculpas y hagan las paces de una vez.

 

  • Ya no llores, que no es tu culpa prima, es culpa del… – Adán estaba hablando con Ema en el patio
  • Hijo – interrumpió Juan – siento mucho haberte castigado injustamente y no creerte – se disculpó – y cometí un error al no haber escuchado a Ema, lo siento por ambos – se notaba que a Juan no le gustaba disculparse, pero cometió un error y debía hacerlo
  • Está bien papá – respondió Adán más tranquilo que antes
  • Por esta vez te perdonare el castigo ya que te castigue injustamente – declaro Juan mirando a Adán, es que casa había una regla, no pelear entre hermanos – pero escúchenme los dos – dijo agarrando a ambos de las manos con firmeza – si los vuelvo a ver pelearse, así como ahora, ahí sí que los nalgueare a los dos y les daré con el cinturón como lo prometí ayer ¿Entendido? – advirtió Juan a sus 2 hijos
  • Si papá – Peter y Adán respondieron juntos, aunque sin mirarse las caras
  • Bueno Peter tienes algo que decirle a Adán y a Ema ¿No? – Juan puso su mano en el hombro de su hijo y lo insto a hacer lo correcto
  • Hermano siento echarte la culpa por lo de ayer, la verdad no sé por qué lo hice, y prima lo siento también, nunca más te volveré a gritar – y con eso Peter termino disculpándose sinceramente
  • No te preocupes primo, también lo siento por decirte eso – y Ema abrazo a su primo con cariño
  • Te perdono – contesto Adán, aunque todavía enojado y así se lo hizo saber – pero no esperes que se me pase el enojo contigo de una, pero podemos empezar de nuevo – respondió Adán estrecha la mano con Peter haciendo las paces
  • Muy bien así me gusta, y espero que el sábado se comporten, es un día muy especial para su hermana y no quiero que haya problemas de ningún tipo, ahora vayan a ordenar su cuarto que tu mamá se está quejando ya – Juan abrazó a ambos niños, feliz de que ambos se contentes, luego de eso, los chicos subieron corriendo para ordenar al cuarto
  • Yo los ayudo primos – se ofrecio Ema subiendo con los niños riendo

 

Y apenas los chicos desaparecieron, Juan se fue a la cocina donde encontró a Lucia estaba preparando la cena.

 

  • Listo problema resuelto – murmuro Juan suspirando mientras se serbia un vaso de agua
  • Eso espero – respondió Lucia sin dejar de atender el sartén – pero bueno, no es la primera vez que uno de nuestros hijos nos miente – agrego restando importancia a la tragedia del día, porque, al fin y al cabo, los chicos no hicieron nada que no hubieran hecho ellos algún momento de su infancia

 

Y en eso llegarón Fernando y Cinthia muy emocionados porque ya tenían sus trajes listos para el gran día, y ya estaban como todos en la cuenta regresiva.

 

  • ¡Papá, mamá! – Cinthia saludo emocionada a sus padres con un beso – Ya tengo listo el vestido… por fin – suspiro dejándose caer en el sofá
  • Qué bueno hija, me hubiera gustado verte con el vestido, seguro se te ve hermoso – Lucia sonriendo, abrazo a su hija emocionada también
  • Si me veras con el vestido el sábado mamá, por cierto, papá ¿me llevaras al altar? – pregunto Cinthia sonriendo, ese era su sueño
  • Claro que si, hija – Juan no aguantó el impulso de abrazar a su hija, aquel también era su sueño
  • ¿Y cómo siguen Peter y Adán? – Cinthia que también vio a su madre muy estresada y fue testigo de la pelea de sus hermanos estaba pensando hablar con ellos si seguían de a malas
  • Por suerte ya se arreglaron… pero te digo Cinthia, dos varones valen por 10 niñas juntas – suspiro Lucia
  • Espero que nuestro hijo no sea así de travieso como ellos amor – bromeó Fernando, acariciando discretamente el vientre de su novia
  • Yo espero que sea niña – volvió a proclamar Lucia, era como una apuesta amistosa entre todos ellos, tanto ella como Piccarda y Eva esperaban que fuera niña, y Juan y Fernando esperaban que fuera niño
  • Amor y tú nunca me dijiste, ¿Qué crees que será? – pregunto Fernando
  • Bueno el otro día soñé con un niño, entonces haciendo caso a ese sueño supongo que será niño – y Cinthia sonrió soñadora – Pero sea niño o niña lo amaremos y cuidaremos igual
  • Claro que si amor
  • También tuvimos esta conversación con tu madre cuando ella estaba embarazada, yo pensaba que serías niño – Juan no pudo evitar reírse de todas las veces que rogo por un niño, naciéndole tres niñas antes del primer varón
  • Si, aun recuerdo que apostabas a todos que Cinthia seria hombre

 

Le recordó Lucia sonriendo, y volviendo a reírse como la primera vez que tuvo que pagar dicha apuesta a su hermano Antonio, en eso tocaron la puerta siendo Lucia la que fue a abrir mientras Cinthia y Fernando se retiraban a su cuarto para revisar los últimos detalles de la boda y la ceremonia.

 

  • Hola mamá, hola, papá
  • Hola, hija – saludaron a coro Pedro y Piccarda
  • Pasamos a la nueva casa de Antonio antes de venir, ¿Ya conoces su casa Lucia? – pregunto Pedro entregándole unas galletas para sus nietos
  • Si papá está muy bonita la casa – Lucia camino a la sala con sus padres
  • Hola suegros – saludo Juan a sus suegros estrechándole la mano a Pedro
  • ¿Cómo han estado las cosas por acá? – quiso saber Piccarda esperando poder ayudar en algo en vista a la boda a pocos días
  • Pues fuera de la pelea de los niños todo bien mamá, que por suerte ellos ya se arreglaron – respondió Lucia suspirando
  • Qué bueno hija, bueno iré a ver a los niños, le traje un regalo al bebé – y su sonrisa se ensancho pensando en el bisnieto, con eso dicho se fue cuarto de Cinthia junto a Pedro
  • Hola linda – saludó Piccarda apenas se abrio la puerta del cuarto de Cinthia y entrando junto a Pedro
  • ¡Abuelos! – Cinthia abrió los brazos para abrazar a sus abuelos junto con Fernando – ¿Cómo les fue en su viaje por Francia? – pregunto curiosa, porque ellos habían viajado juntos no hacia mucho
  • Nos fue bien, ¿Sabes? Tu tía Andrea, que es mi hija y viene a ser la media hermana de tu madre, también tuvo una niña hace meses y por fin fui a conocerla y tu abuela me acompaño para recordar viejos momentos de Francia, y también para que la conozca – hablo emocionado Pedro mirando a Piccarda
  • Ojalá algún día podamos conocerla y así nuestros hijos serian amigos – respondió Cinthia sonriendo, acariciándose la panza
  • Si, le di esa idea de que se vinieran a vivir a México, espero que la acepten – suspiro Pedro sentándose en la cama, aceptando el gesto de Fernando
  • Traje un regalo para el bebé – anuncio Piccarda sacando de su bolsa un paquete envuelto en caja de colores pastel, era ropa de bebé y un juguete
  • ¡OH que hermoso! – chillo Cinthia con los ojos brillando, mostrándole a Fer la preciosa ropita de bebé y el osito de peluche – Gracias abuela, estrenara esto cuando nazca – anuncio poniendo el oso en una repisa donde había varios juguetes de bebe y un espacio para la ropa, ya estaban equipando un poco su cuarto para la llegada del bebé
  • Quedo bonito el cuarto, veo que pusieron la cuna que usabas de bebé, recuerdo cuando la compre para ti – hablo Piccarda con un toque de nostalgia, esa cuna la había regalado ella para Cinthia unos meses antes de que naciera
  • Si abuela por eso quise elegirla, tiene un valor sentimental y todos mis hermanos pasaron por ella – respondió, acariciando la cuna
  • Y ahora te casas, toda una mujer, yo también tenia más o menos tu edad cuando me case, toda ilusionada, solo espero que no haya una guerra que te quite al amor de tu vida – Piccarda no pudo evitar decir aquello, pensando en como su vida se vio afectada por una noticia mal dada
  • ¿Y porque no se casan de nuevo?, así hacemos boda doble – Fernando quiso levantar los ánimos diciendo aquello, el sabia sobre el tema por chisme de Cinthia
  • ¡Fernando! – Cinthia frunciendo el ceño, no le pareció muy adecuado que Fernando dijera eso
  • Ayy niño que cosas dices – respondió Piccarda palmeando la mano de Fer, para salir del paso – Bueno iré a saludar a los niños – era claro que Piccarda quería evitar el tema
  • ¿Qué tiene de malo amor? No es mala idea – se defendió Fernando aguantándose la risa ante la mirada enojada de Cinthia
  • Quizás Fernando tenga razón abuelo – Pedro se sorprendió por las palabras de su nieta – ¿Por qué no le pides a la abuela que se case contigo de nuevo? Si están juntos de nuevo es por algo – agrego ella pensando en que lo que dijo Fernando no era tan malo
  • ¿A estas alturas de la vida, a mi edad? Eso son cosas de jóvenes como ustedes, yo ya estoy viejo, cumplí 64 hace unos días, me casé con ella, la perdí por no abandonar mi carrera militar antes, y luego de la guerra rehíce mi vida, tuve otros dos hijos y ella murió joven, tuve que hacerme cargo yo solo de mis hijos – y sin querer Pedro terminó contando su vida, recordando cierta tristeza a su segunda esposa, pues ella lo entendía y entendía que aun amaba a Piccarda y no podía olvidarla
  • Pero no hay edad para el amor abuelo – dijo Cinthia abrazándolo – además el destino les dio otra oportunidad, pese a los años no la olvidaste y volviste por ella, y ella aunque en un inicio se enojo contigo al final te acepto de nuevo y ahora parecen novios viviendo juntos y todo; piénsalo, yo creo que a la abuela le gustaría eso – agrego Cinthia tomándole las manos a su abuelo
  • Creo que tienes razón, aunque claro es algo que debo pensar y planearlo bien – respondió Pedro pensando ya en una posible boda con Piccarda y esta vez seria un compromiso para siempre
  • No necesitas pensarlo, solo pedirle matrimonio… ambos se aman – sonrió Cinthia
  • Tienes razón – contestó Pedro saliendo a ver a Piccarda y sus otros nietos dejando a Fernando y Cinthia

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