El amor hace a una familia
Segunda
temporada
Capitulo 43
Autor:
Adán
Ya habían
pasado tres meses desde el compromiso de Fernando y Cinthia y desde aquella
nochebuena, todo seguía normal aún con los preparativos típicos de una boda, ya
faltaban pocos días para el gran día, Juan ya estaba reconstruyendo la relación
con sus hermanos y prueba de eso, ellos estaban invitados al matrimonio de su
hija, al igual que los padres de Lucia y sus hermanos, sobre todo Antonio que
ya estaba instalado en la ciudad con su familia, también asistirían Héctor y Clementina
quienes habían empezado a salir como novios desde hace un mes atrás…
Miércoles 22 de marzo de
1978
Cerca
de las 5 de la tarde Cinthia se estaba probando el vestido con una modista, en
compañía de Clementina.
- Te vez hermosa
amiga, se te ve muy bien el vestido – Clementina
sonrió a Cinthia, aguantando la emoción, le habían entrado ganas de llorar
imaginando su propia boda
- Gracias
Clementina – respondió algo cansada Cinthia – pero como
dicen la tercera es la vencida, espero que pueda casarme llevando este vestido
– agrego pensando en los ajustes que tuvo que hacer últimamente
debido a que le creció la panza por el embarazo
- No te
preocupes, ya en tres días te casas, además fueron detalles que no tuvieron en
cuenta, no es mala señal – contesto Clementina
sonriendo, ella seria la madrina de la boda, y Eva y Kosaki las damas de honor,
Peter y Adán se encargarían de los anillos
- Quizás si me
puse un poco paranoica viendo los inconvenientes como una mala señal, quizás
fueron los nervios – reconoció Cinthia ahora mas
relajada
- A todos nos
pasa amiga, sobre todo cuando hay un evento tan importante peor si eres la
novia – y Clementina abrazó a Cinthia para darle
ánimos
Mientras
tanto Héctor y Fernando hablaban en el auto de Héctor, ya que Héctor los había
llevado y estaban esperando a las chicas.
- ¿Y estas
nervioso por la boda? – preguntó Héctor
- Ya no como
antes, pero… bueno es un gran paso en la vida – contestó
Fernando, a él no le gustaba mucho estar con Héctor, pues en su momento también
salió con Cinthia y para él era un poco incomodo, pero al ser el padrino y el
novio de Clementina no tenía otra opción
- Me imagino – murmuró
Héctor después de eso se formo un espeso silencio de unos segundos hasta que
Fernando decidió hablar del tema de una vez por todas
- Una pregunta
¿Tú aun sientes algo por Cinthia?, ustedes salían mientras estábamos separados
y bueno, sé que se gustaban un poco – dijo
Fernando, estaba claro que ya no podía seguir ocultando los celos que tuvo
guardado por meses
- Claro que no –
Héctor negó aquello frunciendo el ceño, pareciéndole rara
la pregunta, aunque en el fondo entendía a Fernando y entendía porque actuaba
distante con él
– No negare que en su momento si me gusto y salimos un par de semanas, pero no
fue nada serio y para tu tranquilidad nunca nos besamos en esas salidas, no
pasaba de regalarle flores y eso, ahora estoy con Clementina, me gusta ella y
la amo sinceramente
- Vaya… Bueno
necesitaba aclarar eso – Fernando desvió la mirada
algo avergonzado por aquel momento de debilidad
- Te entiendo, pero
no tienes porque sentir celos, te casaras y serás padre, y sé que serás muy
feliz con Cinthia y ella también será feliz contigo; si quieres no
necesariamente podemos ser amigos, pero si llevarnos bien solo quiero que
entiendas eso – hablo Héctor colocando una mano sobre el
hombro de Fernando, obligándolo a hacer contacto visual
- Si te
entiendo, lo siento – y Fer, sonrió tímidamente,
más como un chiquillo que como un hombre a punto de casarse.
Mientras
tanto Lucia estaba en su casa limpiando y lavando la ropa, a ella le hubiera
gustado acompañar a Cinthia para ver el vestido, pero tenía cosas que hacer en
la casa ya que llegarían sus padres del rancho, de hecho, se pidió el día en el
trabajo por eso mismo queriendo que todo esté listo y ordenado, solo que no
conto con el desorden que los niños habían ocasionado en su dormitorio, así que
se enojó cuando vio el desorden.
- ¡Peter, Adán
vengan aquí! – gritó Lucia para llamar a los niños y en
eso subieron apurados ambos, aunque dándose empujones, ellos estaban peleados
hace unos días
- ¡Dejen de
pelear! ¡Les dije que ordenaran y limpiaran su cuarto y aún sigue desordenado!
– mamá estaba enojada, estresada por limpiar toda la casa y
lavar tanta la ropa, además de que los niños estuvieran peleando durante días,
estos días les sacaron muchas canas a ella y Juan
- ¡Que lo ordene
el! – gritaron a caro Peter y Adán apuntándose
entre si
- ¡Lo ordenaran los dos y si siguen peleando le diré a su padre para que los castigue de nuevo, él ya les advirtió ayer!
Contestó
Lucia bajando las escaleras mientras los niños entraron enojados al cuarto entre
empujones y codazos como venían haciendo desde hace unos días.
- ¡Ordénalo tu
idiota, me la debes luego de echarme la culpa por algo que tu hiciste y papá me
castigo a mí! – declaró Adán empujando a Peter, Adán
estaba muy enojado con Peter ya que hace días Peter hizo una travesura y para
salvarse del castigo le echo la culpa a Adán de todo
- ¡Tú lo
ordenaras, yo soy mayor que tú y más fuerte que tú! – declaro
Peter empujándolo sobre la cama
- ¡Ya quisieras!
– se burló Adán poniéndose de pie
- ¡Te lo
demuestro cuando quieras! – Peter se le acercó de nuevo y
volvió a empujarlo y cuando Adán estuvo por lanzarse a golpes apareció Kosaki
- Sus gritos se
escuchan hasta mi cuarto ¡Dejen de pelear de una vez par de enanos! – Kosaki
ya estaba harta de la pelea de sus hermanos así que decidió intervenir dándoles
un golpe en la cabeza a los dos antes de que regrese su madre
- ¡El empezó, me
echo la culpa de algo que no hice! – se quejó Adán enojado
cruzándose de brazos
- ¡No es mi
culpa que seas un idiota y te atraparan – contestó
Peter, hace días él rompió el vidrio de una vecina jugando a la pelota con Adán
y Peter salió corriendo antes de que lo descubrieran, desgraciadamente Adán no
corrió con la misma suerte y la vecina lo descubrió y lo agarro para llevarlo
con Juan y contarle lo sucedido
- ¿¡Y no podías
decir que fuiste tú!? ¡Para rematar dijiste que fui yo cuando te preguntaron!
¡Traidor! – y eso era lo que realmente le dolía y
molestaba a Adán
- ¿Para qué me castiguen a mí? No, ¡No soy tan idiota como tú! – la verdad era que Peter en el fondo tenia miedo al castigo
- ¡Ahora si te
pateo el trasero! – respondió Adán queriendo
pegarle a Peter
- ¡Antes yo te
parto la…! – dijo Peter pero Kosaki lo interrumpió
- ¡Basta! ¡Por
su culpa mamá esta estresada! ¡Con las mil cosas que tiene que hacer y ustedes
causando más problemas y estrés! Ahora seguro no me dará permiso para salir por
culpa de ustedes – grito Kosaki enojada, ella quería ir a
casa de una amiga, pero ahora seguro no le darían permiso
Mientras
tanto Juan llegaba a la casa temprano, intento apurarse lo más posible ya que sabía
que los niños estaban peleando y tenían estresada a Lucia, además de eso
prometió ayudarla con algunas cajas que eran pesadas.
- Hola Juan
¿Cómo estuvo tu día? – saludo Lucia viendo a Juan
entrar al cuarto mientras ordena la ropa en el guardarropa
- Todo bien, ¿los
niños como siguen? – preguntó Juan ya que en la
mañana hablaron de eso y Juan prometió llegar al fondo del asunto pues Adán no
dejaba de proclamar su inocencia, además claro de ayudar en lo que haga falta
con tanto invitado a puertas
- Pues no dejan de pelear
Respondió
Lucia luciendo un poco cansada y no hizo falta seguir explicando, justo en ese
momento se escuchó la pelea de los niños así que a Juan no le quedo otra que
ver lo que estaba pasando, él también estaba harto del enojo de los chicos.
- ¡Les dije que
pararan! – Kosaki trató de separar a sus hermanos que se
estaban repartiendo golpes y en eso entra Juan enojado – Papá no dejan de pelear
- ¡Les dije que
si volvían a pelear les iba a dar con el cinturón! – les
recordó Juan separándolos por la camiseta y zarandeándolos
Y
mientras Juan estaba a punto de nalguear a Peter y Adán tocaron la puerta y
Lucia fue a abrir, era Ema su sobrina, ahora vivían a unos minutos de su casa,
Ema debía decir algo importante.
- Hola mi niña,
los niños lamentablemente están castigados hasta nuevo aviso así que no podrán
salir a jugar – le comunicó Lucia a su sobrina regalándole
una galleta
- Lo se tía…
Pero debo decirle algo importante – Ema cogió la galleta
y se fue a sentar a la sala junto con Lucia
- ¿Y qué es? – quiso
saber la tía mirando divertida a su pequeña sobrina
- Adán no hizo
nada, yo estaba con él, lo castigaron injustamente y Peter se salió con la
suya, de verdad fue Peter quien le rompió el vidrio a la vecina de un pelotazo
y salió corriendo y con Adán estábamos ahí y lo descubrieron por mi culpa
porque lo convencí de que es mejor decir la verdad y no mentir, el trato de decirle
a la vecina, pero no lo escucho, intente decirle al tío y no hubo caso, le
creyó a Peter – Ema suspiro con tristeza, en parte se
sentía culpable de que hayan castigado a Adán pues no conto con que nadie lo
escucharía
- No puede ser…
Lucia
se lleva las manos a la cara enojada, Peter les vio la cara y era lo que más le
molestaba a Juan y Lucia, que les mintieran así que sube rápido las escaleras
junto con Ema porque ella sabía que su sobrina no solía mentir nunca, era una
cualidad de la que Antonio siempre presumía.
- ¡Tú me
castigaste injustamente, no merezco que me castigues de nuevo! – Adán
estaba ya casi llorando
- Juan no lo
castigues, lo que dijo en un principio era verdad, fue Peter quien rompió el
vidrio – dijo Lucia entrando rápido al cuarto intentando
que Juan deje libre a Adán
- Si es cierto
tío, yo vi a Peter y salió corriendo y Adán se quedó porque yo le dije que lo
hiciera – le conto Ema como sacándose un gran peso de
encima
- ¿¡Es cierto
eso Peter!? – quiso saber Juan no pudiendo creer lo que
escuchaban sus oídos y miró fijamente a Peter agarrándolo del brazo
sacudiéndolo un poco
- No papá ella
miente – Peter declaro descaradamente tratando de
zafarse del problema
- No seas
mentiroso, yo te vi y le echaste la culpa a Adán – y
Ema lo acuso enojada abrazando a Adán que ya estaba llorando de rabia
- ¡Tú no te
metas metiche! – grito Peter en un momento desesperado
- ¡No le hables
así a Ema! – Adán salto de su sitio queriendo lanzarle una
patada a Peter, pero lo detuvo Lucia
- ¡Basta! – Lucia
agarró del brazo a Adán
- Mira todo el
problema que causaste enano ¡Ya di la verdad de una vez! – intervino
Kosaki ya harta de todo
- Te lo
preguntare por última vez Peter ¿Es cierto eso? – esta
vez intervino Juan enojado, ahora que lo pensaba era típico de Peter hacer algo
así y todo cobraba sentido
- Si papá… Yo
rompí el vidrio y le eché la culpa a Adán… Lo siento – confeso
Peter, pero eso no calmo el enojo de Juan quien sentía que se burló de él y le
mintió en la cara una vez más, no fue necesario que Juan les pidiera a todos
que salieran del cuarto, fue Lucia quien agarro a los niños y salieron del
cuarto cerrando la puerta
- ¿Cómo fuiste
capaz de verme a los ojos y mentirme de esa manera? – Juan
enojado empujando a Peter a la cama
- Papá lo siento
– Peter estaba muy nervioso y quiso escapar, pero Juan sentándose
en la cama lo puso en su regazo,
bajándole el pantalón, empezando a azotarlo
- PLAF… PLAF… PLAF…
PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Te enseñare a no mentirme! -anuncio
papá, empezando a azotarlo con toda la palma y con bastante firmeza sin dar un
respiro de descanso – PLAF… PLAF… plaf… plaf…
plaf… PLAF… PLAF… PLAF… plaf… plaf… ¡A mi
nadie me miente, ni a mi ni a tu madre! PLAF…
PLAF… PLAF… plaf… plaf… plaf… plaf… PLAF… PLAF… PLAF…
- ¡BUAAAAAAAAAA!
¡YA PAPÁ POR FAVOR! – chillaba Peter pataleando y
luchando por soltarse sin éxito
- PLAF… PLAF… PLAF…
PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Y esto para que no andes culpando a tu
hermano de tus travesuras! – e imprimió una tanda de azotes
mas fuertes – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF…
PLAF… ¡aprende a reconocer tus errores y no
andes culpando a los demás! PLAF… PLAF… PLAF…
PLAF… PLAF…
- Aaauu yaaa lo lo lo sien… sieeento papá – lloraba
Peter abiertamente arrepentido de sus actos, por lo que papá dejó de nalguearlo
y lo sentó sobre sus rodillas tras subirle la ropa
- Lo que hiciste
estuvo muy mal hijo – dijo enojado, pero limpiando
la cara de Peter con su pañuelo, después de todo el niño solo tenia once años – no está bien
culpar a tu hermano de algo que tu hiciste, y encima mentirnos a tu madre y a
mi – y sonó la nariz del chico
- No lo volveré
a hacer papá lo prometo – sollozo Peter, mirando al
suelo
- ¿Sabes que si
sigues mintiendo de es manera, aun por cosas chicas, después nadie te creerá?
¿Quieres eso? – le reflexiono papá
- No papá… – Peter
bajó la cabeza
avergonzado
- Pensé que ya
habías dejado esa actitud tuya pero veo que no – dijo
Juan
- Lo siento papá
no volveré a mentir ni a pelear con Adán ni a hablarle así a mi prima o a
cualquier persona – prometió Peter
- Eso espero… Ya
tienes 11 años Peter, estas a punto de estrenar el cinturón – esa
era una amenaza a tomar en cuenta – ahora camina – le ordeno
Y
lo agarro del brazo para que salga con él del dormitorio e ir en busca de Adán
y Ema, la intención era clara, iba a
llevarlo con Adán para hablar con él y hacer que le pida disculpas y hagan las
paces de una vez.
- Ya no llores,
que no es tu culpa prima, es culpa del… – Adán
estaba hablando con Ema en el patio
- Hijo – interrumpió
Juan – siento
mucho haberte castigado injustamente y no creerte – se disculpó – y cometí un
error al no haber escuchado a Ema, lo siento por ambos – se notaba
que a Juan no le gustaba disculparse, pero cometió un error y debía hacerlo
- Está bien papá
– respondió Adán más tranquilo que antes
- Por esta vez
te perdonare el castigo ya que te castigue injustamente – declaro
Juan mirando a Adán, es que casa había una regla, no pelear entre hermanos – pero
escúchenme los dos – dijo agarrando a ambos de las manos con firmeza – si los
vuelvo a ver pelearse, así como ahora, ahí sí que los nalgueare a los dos y les
daré con el cinturón como lo prometí ayer ¿Entendido? – advirtió Juan
a sus 2 hijos
- Si papá – Peter
y Adán respondieron juntos, aunque sin mirarse las caras
- Bueno Peter
tienes algo que decirle a Adán y a Ema ¿No? – Juan
puso su mano en el hombro de su hijo y lo insto a hacer lo correcto
- Hermano siento
echarte la culpa por lo de ayer, la verdad no sé por qué lo hice, y prima lo siento
también, nunca más te volveré a gritar – y
con eso Peter termino disculpándose sinceramente
- No te
preocupes primo, también lo siento por decirte eso – y
Ema abrazo a su primo con cariño
- Te perdono – contesto
Adán, aunque todavía enojado y así se lo hizo saber – pero no esperes que se me pase el enojo
contigo de una, pero podemos empezar de nuevo – respondió Adán
estrecha la mano con Peter haciendo las paces
- Muy bien así
me gusta, y espero que el sábado se comporten, es un día muy especial para su
hermana y no quiero que haya problemas de ningún tipo, ahora vayan a ordenar su
cuarto que tu mamá se está quejando ya – Juan
abrazó a ambos niños, feliz de que ambos se contentes, luego de eso, los chicos
subieron corriendo para ordenar al cuarto
- Yo los ayudo
primos – se ofrecio Ema subiendo con los niños riendo
Y
apenas los chicos desaparecieron, Juan se fue a la cocina donde encontró a
Lucia estaba preparando la cena.
- Listo problema
resuelto – murmuro Juan suspirando mientras se serbia un
vaso de agua
- Eso espero – respondió
Lucia sin dejar de atender el sartén – pero bueno, no es la primera vez que uno de nuestros
hijos nos miente – agrego restando importancia a la tragedia del
día, porque, al fin y al cabo, los chicos no hicieron nada que no hubieran
hecho ellos algún momento de su infancia
Y
en eso llegarón Fernando y Cinthia muy emocionados porque ya tenían sus trajes listos
para el gran día, y ya estaban como todos en la cuenta regresiva.
- ¡Papá, mamá! –
Cinthia saludo emocionada a sus padres con un beso – Ya tengo
listo el vestido… por fin – suspiro dejándose caer en el sofá
- Qué bueno
hija, me hubiera gustado verte con el vestido, seguro se te ve hermoso – Lucia
sonriendo, abrazo a su hija emocionada también
- Si me veras
con el vestido el sábado mamá, por cierto, papá ¿me llevaras al altar? – pregunto
Cinthia sonriendo, ese era su sueño
- Claro que si, hija
– Juan no aguantó el impulso de abrazar a su hija, aquel
también era su sueño
- ¿Y cómo siguen
Peter y Adán? – Cinthia que también vio a su madre muy
estresada y fue testigo de la pelea de sus hermanos estaba pensando hablar con
ellos si seguían de a malas
- Por suerte ya
se arreglaron… pero te digo Cinthia, dos varones valen por 10 niñas juntas – suspiro
Lucia
- Espero que
nuestro hijo no sea así de travieso como ellos amor – bromeó
Fernando, acariciando discretamente el vientre de su novia
- Yo espero que
sea niña – volvió a proclamar Lucia, era como una
apuesta amistosa entre todos ellos, tanto ella como Piccarda y Eva esperaban
que fuera niña, y Juan y Fernando esperaban que fuera niño
- Amor y tú
nunca me dijiste, ¿Qué crees que será? – pregunto
Fernando
- Bueno el otro
día soñé con un niño, entonces haciendo caso a ese sueño supongo que será niño
– y Cinthia sonrió soñadora – Pero sea niño o niña lo amaremos y
cuidaremos igual
- Claro que si amor
- También
tuvimos esta conversación con tu madre cuando ella estaba embarazada, yo
pensaba que serías niño – Juan no pudo evitar reírse
de todas las veces que rogo por un niño, naciéndole tres niñas antes del primer
varón
- Si, aun recuerdo que apostabas a todos que Cinthia seria hombre
Le
recordó Lucia sonriendo, y volviendo a reírse como la primera vez que tuvo que
pagar dicha apuesta a su hermano Antonio, en eso tocaron la puerta siendo Lucia
la que fue a abrir mientras Cinthia y Fernando se retiraban a su cuarto para
revisar los últimos detalles de la boda y la ceremonia.
- Hola mamá, hola, papá
- Hola, hija – saludaron
a coro Pedro y Piccarda
- Pasamos a la
nueva casa de Antonio antes de venir, ¿Ya conoces su casa Lucia? – pregunto
Pedro entregándole unas galletas para sus nietos
- Si papá está muy
bonita la casa – Lucia camino a la sala con sus padres
- Hola suegros –
saludo Juan a sus suegros estrechándole la mano a Pedro
- ¿Cómo han
estado las cosas por acá? – quiso saber Piccarda esperando
poder ayudar en algo en vista a la boda a pocos días
- Pues fuera de
la pelea de los niños todo bien mamá, que por suerte ellos ya se arreglaron – respondió
Lucia suspirando
- Qué bueno
hija, bueno iré a ver a los niños, le traje un regalo al bebé – y
su sonrisa se ensancho pensando en el bisnieto, con eso dicho se fue cuarto de
Cinthia junto a Pedro
- Hola linda – saludó
Piccarda apenas se abrio la puerta del cuarto de Cinthia y entrando junto a
Pedro
- ¡Abuelos! – Cinthia
abrió los brazos para abrazar a sus abuelos junto con Fernando – ¿Cómo les
fue en su viaje por Francia? – pregunto curiosa, porque ellos habían
viajado juntos no hacia mucho
- Nos fue bien,
¿Sabes? Tu tía Andrea, que es mi hija y viene a ser la media hermana de tu
madre, también tuvo una niña hace meses y por fin fui a conocerla y tu abuela
me acompaño para recordar viejos momentos de Francia, y también para que la
conozca – hablo emocionado Pedro mirando a Piccarda
- Ojalá algún
día podamos conocerla y así nuestros hijos serian amigos – respondió
Cinthia sonriendo, acariciándose la panza
- Si, le di esa
idea de que se vinieran a vivir a México, espero que la acepten – suspiro
Pedro sentándose en la cama, aceptando el gesto de Fernando
- Traje un regalo para el bebé – anuncio Piccarda sacando de su bolsa un paquete envuelto en caja de colores pastel, era ropa de bebé y un juguete
- ¡OH que
hermoso! – chillo Cinthia con los ojos brillando,
mostrándole a Fer la preciosa ropita de bebé y el osito de peluche – Gracias
abuela, estrenara esto cuando nazca – anuncio poniendo el oso en una
repisa donde había varios juguetes de bebe y un espacio para la ropa, ya
estaban equipando un poco su cuarto para la llegada del bebé
- Quedo bonito
el cuarto, veo que pusieron la cuna que usabas de bebé, recuerdo cuando la
compre para ti – hablo Piccarda con un toque de
nostalgia, esa cuna la había regalado ella para Cinthia unos meses antes de que
naciera
- Si abuela por
eso quise elegirla, tiene un valor sentimental y todos mis hermanos pasaron por
ella – respondió, acariciando la cuna
- Y ahora te
casas, toda una mujer, yo también tenia más o menos tu edad cuando me case,
toda ilusionada, solo espero que no haya una guerra que te quite al amor de tu
vida – Piccarda no pudo evitar decir aquello,
pensando en como su vida se vio afectada por una noticia mal dada
- ¿Y porque no se
casan de nuevo?, así hacemos boda doble – Fernando
quiso levantar los ánimos diciendo aquello, el sabia sobre el tema por chisme
de Cinthia
- ¡Fernando! – Cinthia
frunciendo el ceño, no le pareció muy adecuado que Fernando dijera eso
- Ayy niño que
cosas dices – respondió Piccarda palmeando la mano de
Fer, para salir del paso – Bueno iré a saludar a los niños – era claro
que Piccarda quería evitar el tema
- ¿Qué tiene de
malo amor? No es mala idea – se defendió Fernando
aguantándose la risa ante la mirada enojada de Cinthia
- Quizás
Fernando tenga razón abuelo – Pedro se sorprendió por las
palabras de su nieta – ¿Por qué no le pides a la abuela que se case contigo
de nuevo? Si están juntos de nuevo es por algo – agrego ella pensando
en que lo que dijo Fernando no era tan malo
- ¿A estas
alturas de la vida, a mi edad? Eso son cosas de jóvenes como ustedes, yo ya
estoy viejo, cumplí 64 hace unos días, me casé con ella, la perdí por no
abandonar mi carrera militar antes, y luego de la guerra rehíce mi vida, tuve
otros dos hijos y ella murió joven, tuve que hacerme cargo yo solo de mis hijos
– y sin querer Pedro terminó contando su vida, recordando cierta
tristeza a su segunda esposa, pues ella lo entendía y entendía que aun amaba a
Piccarda y no podía olvidarla
- Pero no hay
edad para el amor abuelo – dijo Cinthia abrazándolo – además el
destino les dio otra oportunidad, pese a los años no la olvidaste y volviste
por ella, y ella aunque en un inicio se enojo contigo al final te acepto de
nuevo y ahora parecen novios viviendo juntos y todo; piénsalo, yo creo que a la
abuela le gustaría eso – agrego Cinthia tomándole las manos a su
abuelo
- Creo que
tienes razón, aunque claro es algo que debo pensar y planearlo bien – respondió
Pedro pensando ya en una posible boda con Piccarda y esta vez seria un
compromiso para siempre
- No necesitas
pensarlo, solo pedirle matrimonio… ambos se aman – sonrió
Cinthia
- Tienes razón –
contestó Pedro saliendo a ver a Piccarda y sus otros nietos
dejando a Fernando y Cinthia
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