Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Capítulo 17
Rompiendo códigos de honor
Autora: Marambra
¿Dónde más
huir?... la lluvia caía a cántaro abierto, en las calles las luces de los
hogares estaban ya prendidas, tenía la ropa empapada y el frio calaba hasta los
huesos, los dientes empezaron a castañear y los poros de la piel se erizaban,
empezó a estornudar, mierda le iba a dar un resfrío pensaba, pero eso era el
menor de sus problemas, debía buscar un lugar donde resguardarse, se decía,
dejo su billetera sobre el sofá del hospital, no se fijo en qué momento cayo de
su bolsillo, ahí estaba toda su documentación dinero en efectivo y su tarjeta
de crédito, estaba atado de manos no podía moverse a ningún lado a más de
caminar y caminar
Ya
le dolían los dedos de los pies y de las manos de lo entumecidos que los tenía…
¿dónde más podría huir?; había salido de aquel hospital ofuscado por el miedo
que le entro y se apodero de él como una nube tormentosa que te roba justo el
domingo un rayo de sol, ese que quieres sobre tu rostro y tu espalda, una moneda
de luz para reír.
Se
encamino a un puente y se resguardo allá de la lluvia y de los truenas, eran ya
las 6 de la tarde y no dio señales de vida a nadie, el fono sonaba y sonaba
pero no se animaba a contestar, temía que le dijeran que su hermano había
fallecido, ¿qué fue lo que le sucedió?, ¿qué paso con él?, ¿por qué se lanzó
sobre Ethan de esa torpe manera, sin medir consecuencias?... él no era así, era
un ser pacifico, ¿qué ocurrió?
Pero
por más vueltas que le dé al asunto este que lo atormentaba no hallaba
respuesta; lo hecho, hecho estaba, había saltado sobre su hermano cuando dio un
giro para hablar, ¿la mala suerte haciendo maldades?, ¿podría tener el cinismo
de decir que fue la mala suerte?, no era la mala suerte, fue su impulso
protector, pero si era sincero consigo mismo, habían sido sus ansias de
romperle la cara a su hermano en son de venganza, si, estaba tan enfadado con
él que lo único que busco fue un mínimo pretexto para hacer lo que hizo y ahora
que había satisfecho sus ansias de verle tirado en el suelo tenía un conflicto
interior enorme, aquella sonrisa que se había imaginado suya y de superioridad
algo así como para decir, el que ríe último ríe mejor ahora no se dio y quizás
nunca se de
Había
estado tan enojado con su hermano en todo sentido y desde hace algún tiempo,
inicialmente fue cuando empezó a salir con chicas, ya no jugaba con él, luego
cuando nació Uther que se sintió desplazado por un bebe, y no uno cualquiera,
era él bebe de SU HERMANO, DE SU HÉROE, luego siguió la boda con Griselda, y se
fueron sumando cosas incluso los años en la universidad, pero aprendió a
compartirlo, y finalmente a resignarse de que Ethan nunca sería solo para él
porque lo cambio por una mujer y niños, pero cuando los chicos vinieron a vivir
con ellos, de pronto se reorganizo su vida, sus sobrinos no eran sus sobrinos
solamente, era su motor y su impulso para ser mejor día a día, Ethan había
hablado con él, en aquel año nuevo cuando de regalo le había dado a su hijo
mayor, una paliza, por salirse sin permiso
y al menor por mentir y portarse mal, los niños se habían aferrado a él como si
fuera una tabla que marcaba la diferencia entre morir a la deriva en un mar de
confusiones o llegar a una seca orilla, pero Ethan le dio un algo más a él, le
dio categoría, un peldaño más alto de aquel que en casa tenía, donde solo era
el hijo menor o el hermano menor, donde solo era el benjamín de sus padres, el
chico que por un accidente casi pierde una pierna, Ethan le había dado un gran
voto de confianza, le conto a medias tintas los líos con sus hijos y con
Griselda, él era el único que sabía que estaban en planes de divorcio sin saber
del todo los motivos porque Ethan nunca dio detalles; y cuando vio que los
chicos tuvieron química con él, su hermano había alabado su genialidad, su
amabilidad y su empatía con sus niños en un momento tan crítico como ese tras
unas nalgadas y le pidió que por favor lo ayude con los chicos, ser un farol,
ser un guía, que se gane su confianza por si tenían problemas, él sabía que
Uther estaba a más de la cuenta con líos de conducta sobre todo desde la muerte
de su madre, y andaba bebiendo e incluso que intento fumar marihuana, y a veces
Tano, no podía estar con él todo el tiempo y que por eso le pedía que supla en
algo su lugar de confidente, porque algo cambio en su hijo y no sabía bien que
era y se había roto el hilo de comunicación entre ambos, a veces oía a Ethan
decir como explicación a la conducta errática de su hijo: es temporal, pero
ahora que lo veía claramente más que una
explicación al resto que lo criticaba por ser entre comillas un mal padre, era
un tonto consuelo para sí mismo:
- Es temporal – repetía – es la edad, es
un adolescente tipo que no quiere oír a su padre, está marcando su sentido de
independencia, reafirmando su carácter, está cuestionando su lugar en el mundo
y probando su valía como humano… es normal que actúe así – y Nat recordó aquella charla, recordó a Ethan
envolviendo el regalo de Uther para bajar a cenar aquel peculiar año nuevo, y
agrego – pero necesita un empujoncito de vez en cuando
para tomar la decisión correcta y ahí mi buen hermano, entras tu – le había dicho de frente, tomándolo de los
hombros, mirando fijamente en sus enormes ojos celestes y con una gran sonrisa
franca y abierta como solía tenerla sola para él – tú
que ya pasaste esta etapa o estás por terminarla, ya sabes con mayor claridad
que cosas están bien y que no, la edad ayuda mucho, tu sabes mejor que nadie
que no puedo sentarme yo a charlar de chicas con él por ejemplo, como nunca lo
pudo hacer papa conmigo o contigo, recuerdas?, y de sexo es más difícil incluso
siendo médico, pero Nathan, quizás contigo sea más fácil mi labor – había hecho una pausa en su diálogo para
apretar el hombro de su hermano con vehemencia – ¿me darás una manito con esto?, ¿me ayudaras a vigilar
a mis hijos?... los papás están siempre ahí, sé que puedo contar con ellos aún
sin pedírselos pero hay cosas que prefiero evitar a toda costa, y son las
tonterías que hacen ellos, Ut y Lot, es que si te soy sincero, no quiero que
los papá me sigan cuestionando como padre –
le había confiado – y no es porque
no sepa serlo aunque creo que nadie sabe cómo ser un padre, pero el lío es que
no estoy mucho tiempo con ellos, pero tengo tanto problema laboral, y un montón
de cuentas que cubrir que no me queda otra que romperme la espalda y quemarme
los ojos en las cirugías para saldar todas la deudas que tengo en el bolsillo,
pero por favor, no les digas a los papás esto ¿sí?...
Y el
cumplió su trato, nunca les dijo nada a sus padres, y fue confidente y amigo de
los chicos, solo que en un momento dado, no supo de qué lado estaba y hasta
donde era un adulto responsable como lo veía Tano, o era un mocoso más como
solía llamarlo su papá unas veces en tono de broma o en tono de bronca; pero al
parecer solo su hermano veía en él a un hombre en sus cabales, a diferencia de
sus padres, sobre todo Mikel que lo veía como un adolescente un poco grande al
que faltaba madurar y ahora que lo pensaba eso era lo que era, un tonto, un
estúpido adolescente que acababa de convertirse en un ¿asesino?... un
¿fratricida?, ¿diablos, existía ese término? ¿correspondía a los hechos?, SI,
SI, SI, MIL VECES Y UN MILLÓN DE VECES SIII; Ethan era su hermano, su fraterno
y él, él acababa de quitarle la vida, que duro golpeo eso, fue más duro que las
palabras de Ethan hace una semana, las mismas palabras que germinaron en su
corazón y maduraron para romper la aridez de su descontento y darse a conocer
hoy con una fuerza aterradora.
- Ethan, Ethan ¡diablos!, HAZME CASO – levanto
la voz en un signo de total frustración, había ido al hospital a buscarlo la
tarde aquella que Ethan había ido a recabar la información del laboratorio y de
paso ver en que quedo su renuncia, pero había ignorado a Nathan deliberadamente
de camino al garaje – por favor, perdóname ¿sí? Sé que te he fallado, ha sido
un error – trataba de explicarle a Ethan lo que paso ese fin de
semana – por favor
Ethan, por favor, si tan enojado estás conmigo ¿por qué no me das una paliza y
listo? – había dicho él, consciente
de que jamás Ethan haría una cosa así, pero al mismo tiempo como una súplica,
como quizás la única forma de redimir las cosas entre ellos, porque él no
quería que su hermano lo haga a un lado de sus sobrinos, porque en el fondo era
como si Ethan lo rechazara y eso no podía soportarlo, simplemente era
inadmisible en su corazón
- NO, sabes muy bien que JAMÁS HARE ESO aun cuando te amenaza
porque NO ERES MI HIJO, Y YO NO SOY TU PADRE – dijo
sin saber que estaba cavando su tumba con aquellas palabras – es
¡antinatural!... y ¿sabes por qué?... porque entre hermanos hay un CÓDIGO DE HONOR – golpeo el
capo de la movilidad con fuerza con todo su puño cerrado como si matara una
cucaracha – EL
NO TRAICIONARSE, y tu, HAS TRAICIONADO MI CONFIANZA… he dejado en tus manos por
unas horas a lo que es realmente valioso para mí: MIS HIJOS, a mi Uther y a mi
Lothar… UNA HORA NATHAN, te pedí una sola hora y tu – lo apunto con el índice enojado como él solo – preferiste firmar un ridículo trato CON
ELLOS, ¿QUE MIERDA ERES, UN ADULTO O UN MOCOSO? – le había gritado a la cara cogiéndole de la
solapa
- ¿Qué tan malo puede ser?, NO PASO NADA – grito
a su vez enfadándose con él cogiendo a su vez las manos para retirarlas de su
ropa – no pasó NADA,
NO HICIMOS NADA, AAAAA, que más quieres que te diga, ¿qué más quieres? ¡que te
ruegue!, no hicimos nada, ¿porque no eres capaz de creerme?
- Si, tu no hiciste nada porque estabas tan borracho que ni te
diste cuenta que te tatuaron “aprobado por el comité de disciplina” en el culo
estúpido de mierda – y los colores se le subieron a la cara
al pobre de Nat, y se acordó que su padre lo llevo al dermatólogo y la
vergüenza que paso al tener que bajarse la ropa y mostrar el trasero enrojecido
para que un total desconocido examine su piel pintada con tinta china y un
fijador que no sabían bien que era y la respuesta del médico
- Bonita, bonita caligrafía, no necesita laser Mikel, necesita un
jalón de orejas para que se dé cuenta de que le escribieron eso con tinta china – había
sonreído Carlos a su amigo de infancia – aunque creo que ya
lo hiciste, en fin, borrara en un mes
Nathan
recordó claramente esas palabras como si estuviera en la consulta.
- ¿Sabes?, papa tienen razón, no eres más que un crío que cambio
los pañales por calzoncillos, es normal esperar que aun cuando avisan los niños
de cuatro años, ocasionalmente se tiran la cagada o la meada en sus pantalones
– lo soltó enfadado
- ¿Estás insinuando que soy un irresponsable niñato, un mocoso comemoco? ¿Es eso lo que me estás diciendo?
- Lo que se sabe no se pregunta, tú mismo te has contestado – agrego
bajando la voz
- Si de verdad los amaras confiarías en ellos – y
confiarías en mi quiso agregar, gritarle a la cara, y en vez de eso solo se cruzó
de brazos frustrado al darse cuenta que acababa de perder la compostura, se
supone que debe demostrarle que es un adulto, y esa era su rabia, tenía que
demostrarle eso a su hermano, no a sus padres, para ellos siempre seria su
hijo, o su “bebe”, pero era importante que Tano lo considere adulto, lo vea
como a un adulto y confié como un adulto, como confió antaño, para él era el
peor castigo que su hermano podía darle, quitarle su confianza porque al
hacerlo que quitaba la admiración y el respeto
- Porque los amo no confió, porque son mis hijos, porque mi deber
es cuidarlos, aun de sí mismos – quiso explicar lo que
para él era claro –
pero te entiendo Nathan, eres joven, pero ellos no tienen tu edad ni tú la suya
– agrego agobiado, entendía a
Nathan era joven era su derecho meter la pata hasta el fondo, pero no permitiría
que sus hijos cometan los errores de su hermano simplemente porque no tenían
edad para ello
- ¿Qué cagada es esa, como puedes decir eso?, ¿cómo puedes
desconfiar de tus seres amados?, es como si hubieras desconfiado de tu mujer,
de Griselda, es como si mancharas su recuerdo diciendo eso, es como si te
mancharas a ti mismo – Nathan movía la cabeza
incrédulo a las palabras vertidas por Ethan, que!... ¿se había vuelto loco?
- Griselda, si… la amada Griselda – teatralizo sus muecas
haciéndose la burla – … gracias a ella yo aprendí a desconfiar – mordió las palabras con total amargura,
haciendo espacio en la guantera para guardar unos archivos, le habían negado su
renuncia y en vez de ellos le dieron vacaciones por 3 meses, las que le debían
desde hace 3 años justamente
- Eso es una basura, ni que te hubiese engañado – bingoooo,
acababa de dar en el clavo y no solo eso, sino con el clavo más caliente – eres un
maldito paranoico de mierda que se cree perfecto en todo, el que nunca se
equivoca, el que es fiel hasta la pared del frente, el que nunca comete
errores, el que no mata una mosca… DAS ASCO… a otro perro con ese hueso
hermanito, si tú y yo sabemos que eso no es cierto, tú te pierdes en el
hospital solo porque te gusta revolcarte
con tus enfermeras – había agregado
ácidamente golpeándolo con el índice en el pecho
- ¿Que yo qué? – lo
agarro de la muñeca para retirar su mano del cuerpo
- Que te queda grande lo moralista cojudo
- ¿Ah, sí?, tú qué sabes de mi vida, de mis intimidades, a no ser
claro que hayas estado de sabanas en el motel que alquilo – lo
agarro de la solapa de su ropa y lo acerco peligrosamente hacia su cara, y toco
su frente con la suya en claro signo de enfado, Nathan trago saliva – no estás en
posición para juzgarme ¿sabes? – lo
soltó agregando con amargura – ella, la mujer que yo amaba y confiaba no solo me puso
cuernos sino que lo hizo con otra mujer –
y lo que se prometió no decir lo soltaba ahora, aquello era tan
perturbador que Nathan quedo sin palabras – si… ¡oíste bien!... con una mujer…. y encima
me contagio gonorrea, ¿sabes lo que me dijo?, que fue una noche de copas
mientras yo estaba en una cirugía, una cirugía que iba a pagar uno de sus caros
caprichos, una liposucción y no sé qué mierdas cosméticas más – agrego con amargura en la voz, y Nathan tuvo
que aceptar que aquello era realmente asqueroso – tú no tienes ni
puta idea de lo que es pasar noche tras noche pensando en que, si te contagio
eso, bien podría haberte pegado otra cosa como hepatitis o VIH…. así que no me
juzgues que tú no sabes ABSOLUTAMENTE NADA –
afirmo dejando a su hermano atónito con aquella confesión – yo sabré
porque hago o deshago con mis hijos ciertas cosas, y no tengo porque estarte
dando explicaciones, lo único que quiero que te quede claro, es que NO TE
QUIERO cerca de mis hijos, ALÉJATE DE ELLOS, no quiero ni que los llames, los
busques o lo que sea, HAS PERDIDO MI CONFIANZA, MI AMOR Y MI RESPETO al hacer
lo que hiciste a mis espaldas… y si te pesa la consciencia y crees que se
solucione con una patada en el culo, puedes ir a pedirle eso a papá, que ganas
no le faltan de romperte el trasero a cinturonazos, ahora vete de aquí, DÉJAME
EN PAZ si aún te queda un poco de respeto por mí y aun se pueda rescatar algo entre tú y yo
como hermanos – Nathan había
quedado estupefacto ante semejante confesión, estaba alucinado pero sobre todo
dolido, muy dolido, Ethan acababa de botarlo de su lado así que decidió
marcharse, o quería que lo vea así, en ese estado
Ethan
se quedó parado en la puerta de la movilidad esperando que su hermano pequeño
asimile lo que acababa de gritarle, y él hacer lo mismo, se sintió fatal, solo
atino a agarrarse la cabeza con las manos, a pasar una palma por su rostro y
soltar todo el aire contenido en sus pulmones, aun no daba crédito a sus
propias palabras, fue muy hiriente con su hermano; los ojos de Nathan se
nublaron y la cara se le transformo en un mapa
indescifrable, se dio la vuelta para que no vea más allá de aquel golpe
recibido y se alejó a paso apurado dejando caer en el camino los libros de la
universidad, uno de los que Ethan le regalo en navidad.
Nathan
se sintió muy mal, recordó de pronto la charla con su padre, Mikel había sido
más que claro cuando le dijo que tenía que resolver el problema con Ethan, y
aceptar su decisión, recordó que lo que más le atemorizaba de eso era que Ethan
decida con la venia de su padre soltarle una buena tunda como la que les había
dado a sus hijos, se asustó de lo duro que podía ser Tano enfadado, pero era lo
que había que hacer, se hizo a la idea de ello, de tener que ir, recibir una
paliza y aguantarse sin rechistar, nunca
imagino que su hermano lo castigue así alejándolo de los chicos, y de ÉL como
diciendo eres una mala influencia para ellos, le grito que era un traidor, que
no merecía su confianza; y su pequeño gran orgullo se hizo trizas en las manos
de su autor, porque ese orgullito privado, la había creado Ethan alabando sus
logros, elogiando sus decisiones por muy desfasadas que fueran, apoyándolo en
sus proyectos grandes o pequeños y sugiriendo cosas para tomar la decisión
adecuada.
Ethan
por su parte se dio cuenta tarde de lo que acababa de hacer, ya la había cagado
con todas sus letras con sus hijos y acababa de hacerlo nuevamente y ahora con
su hermano, otro adolescente más que lo sumaba a su larga lista negra de personas no gratas, pero es
que Nat había dicho algo que lo saco de sus casillas, algo que le hizo pensar
que realmente no era un adulto todavía, y no era el sugerir que era infiel y de
ahí confesar el gran secreto de sus cuernos, sino que le sugiera que le dé una
paliza para solucionar el lío en que se metieron; jamás haría eso, jamás le
daría una paliza pero se dejó llevar con su corazón mal sano, dolido, no le
gusto tener que ser tan crudo y duro con él, pero lo fue, ¡diablos!, lo fue y tuvo
no más que decirle a su padre que sucedió.
- Bien Ethan es tu decisión y la voy a respetar, pero lo que no
voy a dejar pasar es lo que estoy enterándome enteramente de este lío, y en
cuanto el regrese de la Universidad yo voy a darle un buen escarmiento, vamos a
ver si le dan ganas de firmar estupideces como si tuviera 12 años, donde mierda
tiene la cabeza este chico, hacer semejante huevada – había
sentenciado Mikel molesto por tener que lidiar nuevamente con su benjamín, en
el fondo hubiese preferido que sea Ethan quien se saque el cinturón, así con la
vergüenza añadida, Nat pensaría mejor las cosas a futuro y no creía que su
padre era un loco exagerado
- Papá por favor, Nathan lo está pasando mal, reconsidera tu
posición, por favor te lo pido de nuevo – le rogo esperando que
su padre ceda, en el fondo no le gustaba que su padre castigue a Nathan, Mikel
podia ser muy duro cuando estaba enojado – … no lo castigues, ya no es un niño, dejar de estar con
Ut y Lot pues servirá para que reflexione y las cosas se calmen, será unos días
¿si? luego regresaremos también y hablaremos en conjunto todo y tomaremos
decisiones como familia, unidos – le
dio un beso a su padre y se marcho
Mikel
se había parado para tomar un vaso de agua, Ethan había dado la cara después de
casi 5 días de todo lo sucedido, fue a dejar los libros de su hermano a casa de
su padre y de paso hablo con él de lo que sucedió esa noche y a donde fue con
los chicos y que había hecho con ellos, los abuelos quisieron verlos pero él se
los negó y les dijo que por favor esperaran hasta el sábado, que regresarían
unos días a su piso
Tras
hablar con su padre Ethan regreso al hotel sin dejar de pensar en el lio con su
hermano…. al fin y al cabo era su hermanito y sabía que no actuaba con mala fe,
pero en ese absurdo de locura cometida el miedo se había apoderado de Ethan;
Griselda lo había contagiado una ETS, su peor pesadillas, y cuando la bomba
estallo, le estallo en la cara, habían estado dispuesto a darse una oportunidad
como pareja por los niños, pero al final había concluido que hacerlo por ellos
era el peor pretexto de todos y cuando planteo el divorcio, Griselda le monto
un número de feria, saco las garras escondidas y se cayó todo el castillo de
arena, la doble vida, el saber que lo compartía con otros hombres y mujeres
mino su confianza, al final Griselda había resuelto confesarle que no estaba
segura de que si Uther era o no hijo suyo, y él no cayendo en el juego fue a un
consorcio de abogados a plantear su problema, al final el divorcio se había dado,
estaban las cosas hechas firmadas por ambas partes, él se quedaba con los niños
y a ella le dejaba todo lo demás, él sabía que podía contar con su familia de
ser necesario, pero hasta ahora había mantenido en raya a todos los de su casa
sobre la verdadera historia que arrastraba, Griselda al verse sin su minita de
oro inicio el sucio juego del chantaje, decir a Uther que él no era su padre y
clavar la duda en el corazón del muchacho, para evitar aquello Ethan se prestó
dinero del banco para indemnizar a Griselda y sacársela de encima, le dio el
dinero, y ella se lo dio a su ocasional amante de turno, una mujer sofisticada,
cara en gustos, jugadora empedernida tildando ser ya ludópata y que para colmo
abandono a Griselda por otra mujer mucho más joven e interesante, ella; al dase
cuenta de todo lo pasado quiso regresar con su marido y este le cerró las
puertas en la cara, todo sucedió en el viaje de vacaciones escolares por el
aniversario del colegio donde ambos chicos fueron, por lo que Griselda no tuvo oportunidad
de generar duda en ellos, y en su desesperación intento suicidarse
precipitándose al vacío desde la torre de pisos del juzgado donde había citado
a su ex, estuvo en coma irreversible y tuvo que tomar la decisión de
desconectar el respirador, de ahí la acusación de Lothar: tu mataste a mamá.
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