martes, 26 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 88; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Abril de 2016.
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Capítulo 88

Mambrú se fue a la guerra, sin gorro en el fusíl 

Autora: Marambra


Rubén ingreso a la habitación/cárcel de los gemelos y allá estaban ambos, Rubén hizo un gesto con la cabeza para que Lex abandone la habitación, el muchacho se paro miro a su padre y entendió que quería un poco de privacidad con su hermano, por cómo había llegado quizás se lleve hasta unos azotes se dijo, Iván se había perdido el almuerzo familiar deliberadamente, nadie lo había visto desde que llamara a su padre cuando Facundo trato de abusar de Illien, y tampoco se había presentado al entierro de su madre biológica, había sido una ceremonia muy sencilla y emotiva, su papá y su mamá estaban juntos ahora bajo tierra, protegidos de la adversidad del temporal por las enormes frondas de un totaí, aquel lugar muy cerca de la orilla del rio en la parte más alta de la hacienda, guardaba celosamente la construcción de la primera vivienda bastante rústica que se convirtió en el depósito de herramientas y papeles que no servían y era donde ambos habían tenido sus furtivos encuentros, y ahora Rubén había decidido que se conserve y refaccione toda la construcción manteniendo su fachada original, era una especie de santuario para él donde podía leer, dormir, pescar o simplemente conversar con el recuero de su hijo, siempre iba solo allá, jamás lo compartió con alguien ni con Clara; ahora lo podría compartir con ella y los chicos pues además había hecho construir allá una especia de mausoleo donde decidió que descansen los restos de su hijo y la que pudo ser su nuera, María…. Y ahora aquel privado lugar en la tarde había sido visitado por muchas personas allegadas a ambos difuntos, porque aparte de Rubén y Clara, la familia de Miguel y la de Illien más concretamente el abuelo Arturo conocía también a la familia de María, todas esas personas habían presentado sus respetos a aquellos dos seres que ya no estaban más entre los vivos, todos menos Iván…
Rubén ingreso a la habitación, eran las 6 de la tarde, apenas minutos antes Iván había cruzado las puertas y estaba poniéndose ropa limpia, acababa de bañarse, Lex salió del cuarto aquel con una mirada interrogante y tras que su padre le dedicara una media sonrisa para tranquilizarlo él abandono la pieza, la puerta se cerró tras de sí, pero él no se movió del cerrado umbral, quería saber como todos donde estuvo su hermano, pero por mucho que afino el oído no se pudo enterar de nada, solo oyó un monologo bastante bizarro por parte de su padre,  y se quedo desconcertado porque al parecer a su padre no le importaba mucho donde estuviera sino lo que supiera.
Efectivamente, en cuanto su hijo entro y se acerco a él, supo que el muchacho estuvo haciendo de las suyas, y ahora estaba allá para cerciorase de que lo oía bien, pero antes se le quedo mirando fijamente a los ojos y aun cuando Iván inicialmente sostuvo la mirada, aquella interrogante en los ojos de papá hizo que se avergonzara, por lo cual no solo bajo los ojos sino que hizo a un lado el rostro disimulando lo mejor que podía y se sentó en el lecho sin saber que mas hacer jugando con la ropa que estaba en la cama, su padre avanzo entonces hacia él y pregunto sin rodeos.

  • ¿Dónde está tu ropa? – el chiquillo se mordió el labio nerviosamente y Rubén aventajado en su altura y corpulencia se paro justo delante de su hijo y le levanto delicadamente el rostro con las manos sujetando el fino mentón del chico con sus dedos y clavando aquella azul mirada volvió a repetir la pregunta – te estoy hablando Iván, ¿dónde está tu ropa?
  • La metí en la lavadora papá – contesto, Rubén mordió las mandíbulas frustrado y soltó el aire de sus  pulmones sin evitar hacer ruido para contestar peligrosamente
  • ¿Qué conveniente verdad? – Iván decidió terminar de ponerse las tobilleras y cerrar la bragueta de los jeans cortados a media rodilla, había empezado a hacer viento y amenazaba de nuevo lluvia, Rubén le quito los calcetines de la mano y ordenándole que lo mire le dijo – Mírame, mírame y oye lo que voy a decirte con atención Iván – espero que el chico lo mire directamente a los ojos, si, así estaba mucho mejor se decía Rubén – ….No sé a qué te estarás dedicando Ivancito, no lo sé – mal augurio, papá parafraseaba a mamá, ¿estarían hablando de él?, pensó preocupado, pero trato de concentrase en lo que su padre le decía luego de que papá le dé un golpecito en la cabeza para que preste atención te decía, que no sé a qué te estás dedicando, pero ya te voy advirtiendo… UNA TE PUEDO PERDONAR, y como que lo hice ya, ¿no es cierto?? Pero UNA SEGUNDA NO HAY HIJO, una segunda conmigo NO; no me vengas con cagadas Iván, NO ME VENGAS CON CAGADAS, es lo único que te voy a decir, no me interesa saber dónde estuviste exactamente hoy pero ya me lo puedo imaginar, no quiero colerones, me has entendido? – Iván se asusto mucho cuando dijo que se podía imaginar donde, adivinaría que estuvo con Raquel?, Rubén le soltó el mentón y se dispuso a darse la vuelta pero retrocedió sobre sus pasos y volvió a preguntar – sabes por lo menos ponerte un condón? –  Iván se quería morir de la vergüenza, y solo atino a tragar saliva – te hice una pregunta – silencio mortal  – CARAJO, TE HICE UNA SIMPLE PREGUNTA CRACK – golpeo el escritorio de su hijo, estaba enfadado controlándose de no calcarle un revés en la cara a Iván, vamos, que su pasividad al asunto lo estaba sacando de las casillas, volvió donde él y se agacho a la altura de la cara del muchacho y volviendo a cogerle el mentón pero esta vez con dureza haciéndole doler le dijo en un susurro – quiero cerciorarme de que te cuides, y te pregunto si sabes ponerte una estúpida goma, pero no mentalmente como si recordaras una lección de colegio, que ya sé que allá les enseñan y habrás aprendido en Londres, pero aquí te me has estado revolcando con una vieja, que de por sí sabe cuidarse y sé que te los ponía ella porque fue lo que declaraste y declaro esa mujer…
  • Papaaaaaaaaaaaaa – Iván se tiño de escarlata de la pura vergüenza y miedo a la vez, incluso sintió subir su temperatura y de pronto quiso quitarse la polera, su padre estaba siendo demasiado grafico
  • ¡Nada de papá Iván! – advirtió enfadado – que tu y yo sabemos que hoy has estado retozando entre las piernas de alguien, y no me interesa saber quién es o qué diablos hiciste – y los  colores del rostro se encendieron en Iván – solo quiero saber si estabas forrado o no, o lo que es mejor si te forraste tu por responsabilidad o dejaste todo en manos de la dama por jugar – e Iván no sabía dónde meterse de la vergüenza que empezó a sentir y lo peor, no sabía cómo defenderse, negar o salir del paso, porque si padre  no lo dejaba de lado –  que óyeme bien Iván, a la guerra se va armado, y tu arma es tu ARMA, es tú responsabilidad, tú la limpias, tú la engrasas, tú la cuidas, tú la mimas, tú le hablas, tú duermes con ella, tú la cargas, TU LA USAS, TU LA CAGAS, ¿ESTAMOS? – hablaba peligrosamente calmado, sin levantar la voz excepto en algunas frases para evitar que alguien oiga, pero de ahí a que sea cariñoso, no lo fue, a cada TU, Rubén golpeaba el pecho de su hijo con el índice con algo de fuerza para que se le quede grabado lo que su papa le decía – a no ser que te guste jugar a la ruleta rusa y ver cuando te vuelan los sesos ¿ME HAS ENTENDIDO?, ahora te vuelvo a preguntar y quiero una respuesta clara y directa – le sujeto de los hombros mientras lo sacudía un poco –  ¿sabes… ponerte… un … condón? –  termino de preguntar levantando una ceja
  • No muy bien papá, a veces los rompo – la voz le broto demasiado artificial, y no supo ni como tuvo el valor civil de confesar aquello, pero sabía que era mejor eso a que su padre siga sonsacándole las preguntas torturándole mentalmente, de pronto su boca se hizo de trapo, seca, y no supo cómo hacer para que su padre ya no le clave los ojos como lo hacía en ese instante, que los sentía ahí quemantes aun cuando él había cerrado fuertemente sus párpados; Rubén por su parte tras oír aquello analizando la información que su hijo acababa de darle, decidió que tenía que hacer algo y pronto y sabía qué, pero tenía que hacerlo con cuidado y asegurarse que la lección quede bien grabada pero en aquello tenía que incluir a su vez a Lex, no iba a dejarlo de lado, no en esto; al final exhalo como si hubiese estado largo rato aguantando la respiración y tras morder las mandíbulas pero sin soltar a Iván, apretando los hombros del chico más de la cuenta,  agrego
  • Bueno …lo vamos a solucionar – que más podía decir, a hora mismo no tenía tiempo para eso – ahora termina de vestirte y baja a comer, que esta conversación no ha terminado Iván – eso era precisamente lo que no quería oír ese momento, pero no podía hacer nada al respecto – que en la sala hay un montón de personas que han venido a presentar sus respetos por tus padres biológicos, y se están preguntando cómo es posible que uno de los hijos de esas personas muertas, no haya tenido la mínima decencia y educación para asistir al funeral de su madre – e Iván torcio la boca, que quería que se ponga a llorar por alguien que ni la teta le dio?, pero parecía que Rubén nos e dio cuenta porque siguió en su discurso – ya sé que tu pasas de Logan y me duele mucho porque es MI HIJO, como también se que a tu madre no la conociste, pero no porque ella no quisiera o te abandonara, sino que MURIÓ pariéndote – y le dio un jalón de orejas – … así que LO MÍNIMO era estar ahí mientras metían sus huesos a una fosa con tierra, ¿Verdad?
  • Loo, s…siento mucho
  • NO, NO LO SIENTES – reclamo su padre muy seguro – sino habrías asistido, sino por tu madre, por respeto a los buenos momentos que tuviste con tu padre – e Iván cerro el pico, dándole la razón en parte a Rubén –  porque con él viviste, él te cuido, él se desvelo noches por ti, él te enseño muchas cosas buenas o malas agrego e Ivá no podía negarlo, después de todo no todo fue malo con Logan pero lo hizo equivocándose o no en el camino y por esos simples recuerdos podías acudir al entierro de tu madre… y bueno si eso que viviste con Logan no era suficiente, quizás por tu abuela Clara o tu hermano, o por el qué dirán – dijo al final enojado con la actitud del muchacho – “apariencias” – entrecomillo la frase –  que tu sabes que por mí no quiero que hagas nada que no te agrade; pero que le vamos a hacer, un par de ancas con carne son más interesantes que una reunión familiar y una cajita de huesos viejos verdad?

Rubén se dio la vuelta dejando a su hijo con la palabra en la boca, no quería oír escusas que ya sabía que estuvo haciendo, revolcándose… ¿con quién?, aun no lo sabía pero en este mundo tamaño de un pañuelo todo se sabe tarde o temprano; tiro la puerta frustrado, enojado y decepcionado, pero bueno, era con lo que tenía que lidiar, que se le iba  a hacer; Lex oyó los pasos de su padre acercarse y se metió a la habitación donde estaba Illien, el muchacho aquel estaba durmiendo no había ido al entierro, pues tras la traumática experiencia vivida en los potreros y en el patio con la paliza que le dio Arturo, el chico apenas probo bocado a insistencia de Rubén y al final lo mandaron a dormir, habían aplazado el almuerzo como hora y media esperando a Iván, pero el crío no había por ninguna parte y fue Miguel que tranquilizo a Rubén y Clara diciéndoles que vieron al chico montar en los potreros a campo abierto, que saco al “colorado” y que seguro se tardaría, Rubén y Clara estaban enfadados pero al final Miguel dijo una verdad absoluta.

  • No se le puede obligar a sentir algo que no siente, ellos no la han conociu – había dicho Miguel – es solo un nombre Rubén, el peladingo esta en los potreros, déjalo, quizás es su forma de hacerle un honor a su madre – aconsejo poniendo su diestra sobre el hombro
  • ¿Es que será impávido? – pregunto sin esperar respuesta, era un comentario m´s – No sé que voy a hacer con él, y con el otro más – murmuro – toda la semana me han tenido latiendo mi ulcera que un día de estos se me estalla y fuera carajo – expreso enfadado, sintiendo el típico ardor de la gastritis en sus labios y su garganta – a estirar las patas y colgar los cachos
  • ¿Tan terrible esta? – pregunto Miguel incrédulo sonriendo ante la exageración de Rubén – ... ¡que vas a morir Rubén!, tú nos vas a enterrar más bien, que me hace que conocerás a tus tataranietos, jajjajja – y soltó soberana carcajada – y en cuanto a tus velatacusi, una palicita pues Rubén eso están buscando
  • Eso es más que seguro y que los pille confesados, porque soy capaz de molerles el alma a estos dos grandísimos… en fin…

Mientras tanto en la habitación Iván cavilaba sus últimas fechorías, se tiro a la cama como una lagartija y cerró los ojos recordando el día tan confuso que había tenido; el grandísimo mocoso pensaba en eso abrazando la almohada; tras socorrer a Illien con su madre, y esta se llevo al amigo a casa, él convenientemente paso desapercibido, no hubo intención premeditada, simplemente paso… monto el potro de su abuelo, le encantaba aquel caballo, y caminó a la banda del río, lo más lejos de todo lo que tenga que ver con los potreros y demás, no quería ir al entierro de una muerta que no conocía, prefería tener en la cabeza el recuerdo de una foto con el rostro de una chiquilla a la cual su abuela señalo como su madre que ver un cajón con huesos pelados, se fue a aquel lugar para asimilar lo que sucedería en la tarde, le daban miedo los entierros, le recordaban a Logan y su vulnerabilidad, el no vio a su padre solo el cajón antes de que lo incineren en Londres, y se impresiono cuando lo metieron a ese horno gigante; suspiro y se tropezó con el potro de la granja vecina, siguió las huellas y allá se reencontró con Marcela en las rinconadas de la hacienda; estaba la chica metida en el agua con la ropa puesta que se pegaba a sus formas, el se sentó en una piedra bajo un árbol escondido del sol y observaba a la traidora, a la chica prestada y compartida entre su hermano y él, hizo una mueca con la nariz, tuvo intención de marcharse pero luego un algo lo empujo a no hacerlo y jugar un rato como aquella mocosa había jugado con él dando paso y rienda suelta a sus más ardidos instintos, entro al agua con la ropa puesta, no estaba tan hondo así que conservo secas sus vestiduras a excepción del borde de su bermuda y jalo de la mano a Marcela, ella se asusto y sorprendió, y no supo de cuál de los gemelos se trataba, pero poco importo, el simplemente se dio la vuelta para que ella lo siga y eso hizo, camino como un cordero al matadero y el muchacho simplemente fue una magma de hormonas y sangre y fuego… conocedor del sexo aun no tan experimentado como un adulto, pero apreciablemente mucho más aventajado que su hermano, entre beso y beso y caricia y caricia, fue aumentando la temperatura de Marcela, la muchacha empezó a quitarse el corpiño minúsculo dando libertad a un par de pechos bien suspendidos coronados con un par de pezones morenos a los que no pudo aguantar la tentación de succionarlos como si fueran ubres diseñadas para él, su ágil mano se metió debajo de una falda y un dedo juguetón exploro tibios y húmedos rincones, estaba ahí en ese paladín de sexo a medias, entre animarse o no  a comerse a su presa, porque él con sus actos marco la diferencia, no sería el bocado como se antojaba ella de ambos gemelos y ya casi probo a Lex, aquí, ella pasaba de la silla al plato y era la fruta lista para ser saboreada, Iván se deleitaba con aquello, además estaba disfrutando doble alegría, la libertad que solo te da la individualidad, y disfrutar malintencionadamente a la novia compartida, no sabía que aquello que hacía fuera por venganza neta o por el simple placer de disfrutar del sexo común y corriente entre dos adolescentes sin que nadie empuñe en su mano una fusta para azotarlo, o le grite, humille, ate, amordace  y exponga a situaciones riesgosas o en desventaja… no sabía porque lo hacía, solo estaba ahí tumbando a aquella muchacha sobre una cama de pasto recién cortado, dejando besos y humedades de su boca y de su lengua por todos los haces de luz que traspasaban los nimios espacios de las hojas de los árboles y posaban sus imaginarias alas diminutas de hadas robadas al sol para caer sobre aquellas tostadas carnes que contrastaban con la blancura de su piel fina y exactamente igual a la de su hermano.
Marcela logro adivinar que se trataba de  Iván solo cuando pudo levantarle la polera y no encontrar en el vientre la rosada línea de la cicatriz del vientre de Lex y si antes lo imagino parco y patoso se llevo el chasco de su vida, aquel muchacho tímido al que confundió con Lex en la fiesta y no se atrevía a tocarle los pechos, estaba ahora clavando su verdosa mirada a la suya mientras unos expertos dedos caminaban por su sexo con una total soltura como si de un hombre viejo se tratara, sin necesidad que ella lo guie como tuvo que hacer con Lex; y su boca, su boca mordía sus labios en pequeños piquetes, o chupaba sus pezones con disfrute y alegría.
De pronto ella exploto en el aire, toco el cielo con las manos, miro la luna y resbalo en los anillos de Saturno, Iván había enterrado la cara entre las piernas de aquella muchacha bajando apenas la tanga lo justo y necesario y le regalo el orgasmo más maravilloso de su vida, a cambio recibió torpes caricias sobre su miembro vestido, él no dejo que lo mirase sin ropa, eso era algo que aun no podía compartir, la chica quería sentirlo dentro, fue una reacción animal, brutalmente cruda, agónicamente carnal, una necesidad vital, tanto como respirar, pero él se lo negó, no podía, estaba ante todo el código de honor genéticamente programado en este singular par de gemelos sobre todo, porque aun estando enojados habían fronteras que no se podían pasar…
Aquello frustro a Iván y en un violento cambio de actitud, rompió la ropa interior de la muchacha y le abrió las piernas y se bajo la bragueta liberando su pene rozando el introito virginal, mientras ella jadeaba y abría la boca y rogaba que lo haga, pero él simplemente froto su sexo al suyo y cerrando los ojos violentamente terminaron ambos sin penetración, el cayo sobre ella rendido, mojando sus caderas con sus propios jugos.
Cerró los ojos un rato y luego se dio cuenta de la sombra de las cosas, era más del medio día, empezó a tener sed y hambre, busco su reloj, era la una.

  • Mierda y mas mierda, estoy jodido, carajo como se me pudo pasar GRGR – se golpeo la frente con la palma abierta mientras un gruñido se escapo de su vientre de no haber almorzado y se acordó que en casa había un almuerzo con invitados especiales, el abuelo Arturo, Illien, Yhanku y Lorenzo, además de Narda y la familia de Miguel, que raro no iría Marcela?, se le quedo mirando – mierda, mierda, mi puta suerte – fue lo único que dijo después

Así dejando desnuda a Marcela sobre aquel fresco descampado donde las frondas de los árboles se mecían suavemente, Iván cogió sus sandalias y con ellas en las manos se encamino a su casa, se limpio la arena  y acomodo su ropa y sin decirle nada monto su potro y regreso a las caballerizas, entro a dejar la montura de su padre y no había nadie allá, todo estaba en silencio, abrió el frigobar de la oficina, bebió agua hasta cansarse y cogió algunas ciruelas pasas, estaba por irse a casa cuando le tentó ver el cajón de su padre abierto y ahí, ahí estaba aquel documento con el nombre de Raquel de remitente, lo saco y lo leyó, era una nota de conformidad de algún trato ya cerrado que él no entendía, no leyó todo por miedo y por flojera, sus ojos solo pasaron algunas líneas y dio con lo que quería, la dirección de Raquel; el número de Raquel, anoto todo en un pedazo de papel, se quedo mirando los números largo rato sin decidirse que hacer y teniendo abierto el cajón de su padre y viendo monedas ahí, se las saco y se fue a la plazuela montado, no sabía porque lo hacía, pero lo hizo, simplemente fue un impulso… dudando inicialmente y escocido después, llamo a Raquel de un locutorio (cabina pública o punto de llamadas), en cuando oyó su voz las piernas se le hicieron gelatinas, pero un extraño corto circuito que le nació entre las piernas y de solo oír su voz tuvo una violenta erección que hizo que su respiración se agite y sea algo ruidosa, Raquel callo prudentemente y luego exclamo.

  • ¿Iván?... ¿estas ahí?... ¡oh! Mi pichoncito sabía que tarde o temprano volverías a mi….


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