Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Abril del 2016
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Capítulo 94
Cartas de amor a la
boliviana:
atrasadas, esperadas
entregadas por error
con horror, con amor,
con dolor
Autora: Marambra
- Te perdono pero no acepto tu disculpa
No
acepto tu
disculpa…. No acepto tu disculpa… no
acepto tu disculpa…” la cama se hizo inmensa, el calor insoportable, se
parto de golpe
- Paaaapaaaa nif igs, igs igs – sollozaba en medio de sus pesadillas, esas que volvieron desde hace dos noche, un rostro que luego era otro, Logan y Rubén en un mismo cuerpo
Abrió
los ojos y aún en la oscuridad de esas horas vislumbro las sombras de la noche,
instintivamente se dio la vuelta buscando encontrar el tibio cuerpo de su
hermano a su lado, pero no estaba ahí, hacia ya dos días que ambos dormían en
sus respectivas habitaciones, hace dos días que no quería salir a ninguna parte
ni mirar a nadie, y lo único que hizo en esos dos días fue entrar a un estado
de introspección total, le daba vueltas la cabeza y le dolía el corazón, había
acudido a la visita con el psicólogo en familia, obligado prácticamente con
Lex, mamá y papá, y se cerró en redondo a hablar con ninguno, es más
simplemente se tumbo en el diván que era donde solía tumbarse para charlar con
el hombre aquel y cerro sus ojos, su mente, sus labios y todo su ser,
desconecto el mundo a su mundo y no respondió a nada, se había incluso dormido,
quizás fue en el único lugar que pudo dormir realmente relajado.
En
casa las cosas estaban muy ardidas, cuando Rubén entro a la casa y oyó los gritos
de Clara, los reproches, y vio el llanto en los ojos de Lex supo que éste le
conto a su madre lo que paso, solo lo miro y movió la cabeza con pesadez y en
franco signo de disgusto, pena, inconformidad, decepción, angustia y enojo… y
tras entrar a la habitación del muchacho y encontrarlo allá llorando a moco
tendido y a Clara con el cinturón aquel en la mano, Iván se abalanzo sobre él y
Rubén sacó a su mujer casi violentamente
de aquella habitación para mantener con su hijo una interesante conversación,
luego de eso él y Clara mantuvieron una acalorada discusión del porque de las
cosas, ambos se cuestionaban sus razones y reprochaban el errado o acertado
proceder de uno y otro dependiendo de cómo lo miraran ambos, Iván recordaba
aquello como una película en blanco y negro ajena a su ser, como una ilusión
pero fue real y le sucedió a él…
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Clara
tras dejar a Lex en la cocina se fue al
despacho de su marido, busco los cajones y allá estaba lo que buscaba, el
cuaderno de Iván, hojeo sus páginas una y otra y otra vez y leía y leía lo que
Iván había escrito: vete a la mierda, viejo de mierda se le hizo un puñete el
corazón, busco un par de lapiceras y luego se fue a su dormitorio y saco un
cinturón de su marido, luego se fue al jardín, allá encontró lo que buscaba,
una rama flexible de sauce, armada con aquellas cosas entro donde Iván, coloco
todos esos objetos en la mesa y se quedo mirando al chico que desde que su
madre lo mandase a su habitación, había permanecido sentado en la cama sin
moverse, rígido, con la espalda tensa, las manos agarrando fuertemente el
edredón, todo sudoroso y la mirada perdida en el infinito de la soledad, del
miedo, de la incertidumbre, por momentos quería que ya no mas su madre suba y
haga lo que tenga que hacer, por otro lado, quería desaparecer…
Clara
tiro el cuaderno sobre la cama con la página abierta donde marcaba la tarea que
su padre le diera como castigo a una tonta travesura que se salió de los
límites de lo imaginable y se convirtió en un caos total, Iván solo miraba las
paginas marcadas sin mirarla en realidad, Clara se paro frente a él y tras
observarlo largo rato, sin siquiera pestañar para humedecer las dilatadas
pupilas que lo enfocaban como un franco tirador a su presa antes de atestar el
tiro de gracia, levanto su diestra a una moderada altura y………
- PPLAAFFF – acababa de estrellarse la mano de mamá en la cara de Iván, le soltó un señor revés que los humores acuosos del rostro de su hijo se secaron en el acto y quedo una mano calcada roja y los dedos abiertos en la mejilla izquierda
- Mmmgggg – el gemido mordido no pudo ser disimulado, el ardor de su mejilla superaba todo y solo atino a cerrar los ojos dejando escapar un par de lágrimas calientes por su sufrido rostro mientras se hacía a cada pestañazo, diminuto, enano de tristeza y temor, mientras eso sucedía Clara cogió el cinturón de su marido y abrió el cuaderno – mamaaa – se animo a replicar reculando su temor, ¿pero que más puede hacer un niño asustado?, sino es replicar en aquella frase o en otra “papá” el perdón y el amor?; tras aquello Clara sin gritar, sin hacer aspavientos sin dejar de mirar a su hijo, pero con la respiración cambiada en un claro afán de controlar su furia, sentencio
- Dime que es mentira, y lo dejamos aquí, atrévete a negarlo siquiera y me marcho de esta habitación y te doy 300 pesos como la última vez para que vayas al cine – mamá con la diestra armada, había levantado la mano aquella en claro signo de amenaza parada frente al muchacho – sino es así, te desnudas de la cintura para abajo y te tumbas sobre la cama poniendo las almohadas bajo tu vientre y me leerás en voz alta lo que has escrito en ese cuaderno a cada cintazo que te dé y aguantas como todo el hombrecito que sé que eres – lo señalo con el índice de su mano izquierda – espero que esta vez, estés a la altura de las circunstancias, y luego, te vestirás te sentaras en esa silla – dijo apuntando el escritorio – y me redactaras una carta de disculpa a tu padre, por esas palabras soeces y sobre todo por intentar matarlo de una pedrada
- YO NO QUERÍA MATARLO – Iván se sorprendió de aquella acusación tan fiera
- ¿Y QUE PRETENDÍAS ENTONCES? – Clara lo devolvió a la realidad con aquella pregunta, un algo que inconscientemente él se cuestionaba y que no quería oírla en voz alta, porque si, aquella pedrada pudo matar a su padre – cuando la termines me avisas y vamos conmigo a buscarlo a su oficina y la leerás en voz alta delante de mí y ruega que esté satisfecho y lo esté yo, porque si no, esto – mostro aquella varita endemoniada – escribirá en tu trasero otra carta de amor a mi manera, más clara, más simple y más dolorosa
A
cada palabra vertida el corazón de Iván se hacía un guiñapo y menudeaba su
fortaleza, se sintió desvalido, horrible, tremendamente culpable, ¿pero que
podía decirle a mamá para que cambiara de opinión? nada, sabía que se merecía
aquello, una paliza, lo interesante es que desde que asumió que lo que hizo era
errado, sabía que la consecuencia lógica era que tarde o temprano se llevaría
unos buenos azotes, pero había asumido que aquello de llegar el momento lo
afrontaría con su padre, siempre se imagino el panorama boca abajo sobre la
falda de papá y oyendo todo un sermón de los labios de Rubén.
Nunca
focalizo a su madre en aquel escenario ni por chiste, y sin embargo ahora
estaba allá en su habitación dando la cara por sus errores a su madre, oyendo
la voz de su madre, temiendo el castigo de su madre, eso lo hacía más difícil
de asumir, más duro, mas real, pero más horrible también porque, el hecho de
que su madre lo reprenda le daba otra dimensión al problema, que ahora, no era
un secreto, sino era un falta pública y eso lo llenaba de mucha vergüenza, pues
ahora la decepción, el dolor, la tristeza, el enojo no era solo de una persona,
sino de dos…… sus padres
- Bien, que has decidido – hablo Clara esperando una respuesta, le levanto el mentón a su hijo para que lo mirara, el muchacho se había perdido en sus pensamientos, en sus lúgubres ensoñaciones – estoy esperando una respuesta – Iván cerró los ojos y se incorporo de la cama, trago saliva antes de mirar a su madre respondiendo
- Pppp per__do__name
Nada
más, se dio la vuelta derramando su llanto incontrolado desde ya y con manos
temblorosas y húmedas de sudor y lágrimas, con pesar y temor, esperanza y
alivio al mismo tiempo, desprendió sus calzados pisando la taloneras, luego el
jeans de su cintura, su madre dio dos pasos atrás observando lo que el muchacho
hacia, vio caer la prenda a nivel de las caderas, Iván estuvo a punto de
bajarse el slip pero dejo eso por un momento y agarro las almohadas que le dijo
su madre y las coloco al borde donde apoyaría sus delgadas caderas, estaba
ganando tiempo a lo inevitable por un lado porque empezaba a asumir que aquello
era nuevo, desconocido y que por tanto había que temer y por otro porque no
quería que le duela nada, no quería una paliza, no quería que mamá lo castigue,
no quería que su padre lo vea luego y tenga que dar por fin las explicaciones
del caso.
Mamá
podía ver que hacia un enorme esfuerzo por controlar sus gemidos mientras
buscaba el tonto cuaderno aquel, lo puso sobre la cama y por fin después de un
mediano titubeo se quito el pantalón del todo y bajo el calzoncillo a medio
muslo, aquel acto había superado con creces todo para Iván, sentía la boca del
estómago encogido, la pirosis quemar su garganta, la saliva seca, las manos
frías y húmedas comandadas por su mente, mamá lo vio coger el borde de su
polera primero y luego el ruedo del elástico del slip, al final respirando
ruidosamente mezcla de suspiro, estertor y llanto lo hizo, se lo bajo; su madre
pudo ver el drama de esos momentos de conflicto interior, la lucha mental entre
obedecer y no hacerlo, porque quiérase o no ella violaba la intimidad de su
hijo al verlo desnudarse y un algo en su ser gritaba: no lo hagas.
Pero
por otra la voz de la consciencia reclamaba: es lo correcto, una lucha que se
vio reflejada en los cambios sufridos por su cuerpo producto de la ansiedad, la
palidez de la piel ahora más pronunciada, los poros de los muslos y glúteos
sufriendo una piloerección haciendo que sus vellos menudos se ericen, el
respirar angustioso, todo daba nota de algo, de que su sistema neurovegetativo
estaba al límite. Y ya en un franco estado de llanto ruidoso se acomodo sobre
la cama, y se abrazo al cuaderno, trago saliva, pero cuando sintió las manos de
su madre sujetar la polera y subirla hasta los riñones, y coger el borde de la
ropa interior y bajarla de un tirón mas
allá de las rodillas, no solo sintió el
frio del aire golpear su piel sudorosa, sino el golpe bajo de la pura vergüenza
atestarle un sórdido dolor en el amor propio que lo empujo a levantarse para
huir gritando, intentando subir su ropa.
- NOOO, NOO, NOOO NO QUIEEE__RO, NOOO, NOO Maaaa NO QUIERO
- RRAAZZ, RRAAZZ
- WAAAAAUUUUUU AU AU AUUUUU, au, au , au, au aaauuum
Se
había parado del lecho aquel como un rayo y con el cuaderno ese había cubierto
su sexo de la vista de su madre, pero poco valió, Clara enfadada, dejando caer
el cinturón al suelo, cogió la varita de sauce y le atesto dos varillazos
feroces en medio de las piernas, dejando dos brechas rojísimas y muy inflamadas
que arrancaron un grito de sorpresa y dolor; y la intención de huir tras
aquello se vio interrumpida porque en el paréntesis que Iván hizo para protegerse su madre tiro la
varilla con miedo a dañarlo seriamente y lo jalo hacia si para empujarlo sobre
la cama, terminar de desvestirlo, lo que no fue nada fácil pese a que solo
quedaba el slip y darle luego la reprimenda que tenía en mente, solo que no
conto que su hijo en su susto, en su dolor, en su miedo, forceje en todo
sentido por lo que Clara se vio obligada a coger el cinturón de su marido y
repartir sobre muslos, piernas y nalgas correazos ardidos que hacían a Iván
gritar con ganas y pelear con aquella correa que atacaba por todo lado y con
ardor
- Zas ZASS ZASS – Si Iván creyó que su madre le daría un periodo de tregua, estaba mal, había empezado con todas sus fuerzas y sus ganas, y el sentía que cada correazo le tocaba el alma, quemando, aquello dolía feamente así que la idea de aguantar estoicamente se había evaporado y solo lloraba y gritaba
- WAaaaa auuuu ayyyy agggg Perdón, pe… peerdón me voy a portar bien – grito poniendo sus manos atrás en un acto reflejo inoportuno
- NO ES A MI A QUIEN TIENES QUE PEDIR PERDÓN SINO A PAPÁ – corrigió su madre – Y NO VAS A VOLVER A FALTARLE EL RESPETO IVÁN, NO VAS A VOLVER A FALTARLE EL RESPETO NUNCA MAS – esa era una sentencia… una amenaza subliminal, algo así como lo vuelves a hacer y te encontraras conmigo como ahora – RETIRA LAS MANOS IVÁN – ordeno, y es que en su desesperación, en su dolor, en su busca de un milagro, Iván al tiempo que corría daba saltos por huir metió las manos abiertas al trasero para protegerse, no importaba si los correazos le llegaban a ellas, pero cuando eran besadas por aquella malvada prenda de vestir, las manos se apartaban apenas el dolor las carcomía – VAS A DISCULPARTE… ZZAASS, DE TU PADRE, MUCHACHITO – dijo con todo su enfado mientras el cinto seguía calcándose en los muslos – zass ZAS ZASS zasss VAS A DISCULPARTE DE PAPA Y PROMETERLE QUE JAMÁS zass zass zass VAS NI A PENSAR VOLVER A HACER LO QUE HICISTE
- Yyyaaa, lo hare, AUUU, AU AU yaaa mami ya, LO HARE, LO HARE PERO AUUU AUUU YA NO ME PEGUES AUUU duele, duele – se quejaba
Y
sin saber cómo, de pronto Clara se vio empujando a Iván a la presencia de su
marido, ninguno de ellos, madre e hijo oyeron la puerta abrirse abruptamente
para dar paso a Rubén, había llegado cansado y con ganas de dormir, la cosecha
había concluido y quería darse un buen baño, averiguar el itinerario de viajes
que quedo pendiente para los inversionistas y llamar a su mujer, pero apenas
cruzo el umbral de la puerta principal, oyó el quilombo armado en el dormitorio
de su hijo Iván, subió las gradas apurado y
encontró a Lex sentado en la puerta llorando…
- No debi ddeci.. cirle naada, perdóname aii, aii aii – se paro y abrazo a su padre arrepentido de su brusca decisión, pero como dice el dicho nada es casualidad del destino sino causalidad, en todo había un porque, Rubén dio un rápido beso y abrazo a su hijo moviendo la cabeza para ingresar a aquella habitación
- Después hablamos, después – ingreso y vio el lio, se acerco a Clara que al verlo empujo a Iván hacia él soltando correazos en los muslos del chico que al ver a papá abrió los brazos en busca de consuelo y protección como cuando se tiene 2 años
En
aquel lapso de tiempo, donde la confusión de palabras y acciones fue tal, Iván
empujo a papá a la cama haciendo que se siente en ella con brusquedad y se
encaramo a su padre subiendo las piernas sobre las piernas de su papá,
poniéndose de rodillas sobre su regazo, abrazándolo, buscando protección; se
protegía de la paliza de mamá, Clara no cesaba en su afán de reprenderlo,
repitiendo discúlpate de tu padre, discúlpate de tu padre, mientras sus
manos caían sobre las nalgas de su hijo pues al estar encaramado sobre papá no
podía darle de cintazos así que resolvió el problema dándole palmetazos con la
mano llena y fuertemente haciendo que el chico prometa hasta el cielo para
Rubén, en tanto este, enfadado ya, se incorporo y le quito a Clara el cinturón
sin dejar de abrazar al muchacho que sollozaba en su pecho…
- ¿Estás loca? ¿Qué te pasa para hacer esto? – grito enfadado Rubén mirando las dos líneas a un lado del muslo izquierdo de su hijo, las que mamá hizo con la varilla, sobando con sus palmas la piel desnuda y sufrida de Iván que como un perezoso se prendió al tronco de su padre mojando su ropa que olía a colonia, sudor y tierra
- Nada de esto hubiera pasado si TU – lo acuso forjando aguantar un torrente de lágrimas en los ojos, el tenia la culpa de esto, en su ser, él era el culpable – grandísimo si me hubieras contado que fue lo que paso esa noche que te llevaron al hospital – y una nueva rabia se apodero de ella, pero dirigida a él – PERO CLARO TIENES QUE MANEJARLO TU SOLO SUPERHOMBRE – y le regalo un puñete cerrado en el brazo que apenas hizo mella en Rubén – como si yo no contara, no soy un adorno, soy tu esposa, soy la madre de estos niños, no los habré parido, pero los cuido, los atiendo, y tengo derecho de corregirlos – luego de eso, se acerco a Iván y le jalo la oreja sentenciando – O TE DISCULPAS DE TU PADRE AHORA EN MI DELANTE O VOY A DARTE LA PALIZA COMPLETA CON AQUELLA RAMA: DISCULPATE PLAF, PLAF, PLAF DISCULPATE
- YYAAA, YA LO VOY, LO VOY AGS, AGS, LO VOY A, HAC HACER – e Iván atajando los palmetazos en su trasero hizo justamente lo que Clara ordenaba y Rubén no quería, se disculpaba por obligación, porque lo presionaban, porque no quería una paliza, porque quería que aquello termine – papito, discúlpame, DIS… CUL… PAAME SIII??? ags, ags au auu iiii iiiii – escondió la cara en el pecho de papá, y sujeto su ropa con afán
- Hazme el favor de salir de aquí Clara, esto es entre mi hijo y yo – La cara de Rubén no pudo ser más grotesca en ese preciso momento, se transfiguro totalmente, estaba asqueado con aquello, pero sin dejar de abrazar a su muchacho había ordenado a su mujer salir de allá, la respuesta que a Iván le diera solo les incumbía a ellos dos
- Pero – Clara se sorprendió de la reacción de su marido
- HE DICHO QUE SALGAS – repitió la orden apretando la cara de Iván contra su pecho para que huya – HAZME EL FAVOR, SAL DE AQUÍ – elevo aun más la voz
Sin
soltar a su hijo, la sujeto del brazo y la condujo a la puerta cerrándola en
sus narices, entonces, solo entonces pudo liberar la tensión del día, no había
dicho nada hasta ese momento, se sentó en la cama y acomodo a su hijo a su
lado, saco el pijama de debajo de la almohada y lo vistió como si fuera un crio
chico, miraba las rojeces de la piel de Iván, rectángulos esponjados, y la mano
de su mujer calcada en varios lugares pero sin fondo de colores, pasaría en
cuestión de dos días a lo sumo, pero juro por lo bajo maldiciones que harían a
Satanás verse pálido cuando miro las dos marcas de un rojo más oscuras del
muslo izquierdo, median como 5 cm y estaban a un lado, más hinchadas que el
resto, un poco más feas, y él solo atino a frotárselas con cariño, y aun así
hizo que Iván meta la mano para atajar la caricia, aquello dolía un poco más
que el resto.
- Mira lo que te haces hacer por caprichosito – y el puchero de Iván no pudo ser más acertado e infantil, que junto con sus gemidos desarmo a Rubén que no pudo aguantarse de soltar aquel mimito que solía decirle cuando de pequeño se caía – ¿quien le hizo chichiu al más chiquitito y al más querubín de la casa? Ja? – lo abrazo por fin y le beso la nariz pecosa, mocosa y salada, no encontró otra frase más que aquel infantil mimo que lo traslado a su infancia
- Perdóname papa – alzo la vista hacia su padre
- ¿Por que? – los ojos miel verdosos de su nieto se clavaron en los azules suyos, necesitaba saber la razón ante de decir algo – ¿por qué no quieres que mamá te vuelva a pegar? – pregunto – ¿es por eso?
- Perdóname por favor – no confirmo ni negó aquella pregunta, Iván no estaba para razonar nada, solo quería poder decirle a su madre que su papá lo disculpo, no pensaba más allá de liberarse de un nuevo castigo, solo era eso por ahora, y su padre lo sabía, y sabía lo que tenía que hacer, contener, amar, consolar, tranquilizar, y esperar
- Shuuuu, shuuu, sin llorar más ¿si? – pidió papá esperando que se calma y cuando logro controlar sus hondos sollozos, decidió hablar por fin – escúchame hijo, te perdono, claro que te perdono, pero NO acepto tu disculpa, y tu sabes la razón – Iván bajo la mirada abatido, el también sabía a qué se refería papa, y rompió a llorar nuevamente queriendo alejarse de su padre, pero este no lo dejo – sin huir mi hijito sin huir bueno?, no estoy enojado – apretó su cuerpo delgado al suyo con amor infinito – te he perdonado desde el momento mismo que la piedra me cayó en la cabeza – se toco la herida ahora sin puntos y sonrió – pero tú sabes muy bien qué es lo que realmente espero de ti, y es la INTEGRIDAD de tus actos, y sabes cómo hacerlo, yo no voy a presionarte nada, voy a esperar – le cogió las manos sudorosas y frías y se las apretó entre las suyas y le beso sus dedos magullados y se fijo en las uñas sucias y carcomidas – se que puedes, se que lo harás, y cuando lo hagas, yo te diré: nunca dude de ti con total orgullo mi amor, con orgullo, como ahora, estoy orgulloso de ti por disculparte, pero sé que puedes hacerlo mejor y por mejores razones que el miedo a tu madre, no es cierto?
- ¿Y si nunca puedo hacerlo? – el más grande de sus temores salió de su boca, apretando luego su cara compungida al pecho de su padre cuando éste al oír aquello abrió sus brazos protectoramente
- Entonces esperare a que me lo digas y me pidas ayuda para averiguar las razones corazón – prometió con total vehemencia, abrazándolo con fuerza, sabiendo que eso era lo que Iván necesitaba – yo no voy a dejarte suelto Iván, no voy a dejar que te pierdas hijo – y beso su frente un millón de veces con cariño – igual como te dije que voy a ayudarte a olvidar a Raquel, y a evitar que te metas en líos con Marcela, y que voy a ayudarte a perdonar a tu padre lo que haya hecho – le recordó aquellas promesas que de una manera u otra iba solucionando según se presente la urgencia – igual te voy a ayudar a buscar las causas de esto que hiciste, yo ya se cuales son, y no me es difícil decírtelas pero me lo tienes que pedir tú, tiene que nacer de ti Ivancito, de ti mi cielo, de nadie mas
Tras
eso solo quedaba arrullar a su hijo en su regazo, y así lo hizo y disfruto del
momento como nunca antes, se sentó en el lecho del muchacho aquel ahora tan
niño y tan desvalido, tan confundido y liberado a medias, niño unas veces y
hombrecito otras que se dejo amar, mimar, querer; papá besos sus ojos
inflamados y su cara roja, acaricio su espalda tensa, sobo sus piernas
doloridas, acaricio su pelo revuelto tantas veces meciéndolo en su falda que se
resentía del peso de su hijo, pero no dijo ni hizo nada al respecto salvo
disfrutar del momento y lo tuvo ahí, en su regazo como un nido gigante
arrullándolo hasta que se durmió en sus brazos, ya mañana saldría de nuevo el
sol, para alegrar sus días.
Y
lo haría, su corazón de padre estaba más que seguro que ahora las cosas
volverían a su curso, era cuestión de horas, para terminar de limar asperezas,
pequeños detalles, nada de qué preocuparse en realidad.
Suspiro
y beso a su nene con amor y ternura antes de acomodarlo en su lecho, antes de
salir y volver a ser padre, que afuera estaba su otro retoño, esperando que lo
ponga en su regazo y lo ame como solo él
sabía hacerlo…
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