martes, 26 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 89; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Abril de 2016.
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Capítulo 89

Carne trémula 

Autora: Marambra


La movilidad negra aquella, un murano flamante, abrió la puerta a unas cuantas cuadras de la casa de Iván, lo más lejos de la vista de los curiosos, Iván bajo de ella, no hubo palabra alguna de despedida de por medio ni en todo el trayecto, el crio estaba como ido, no sabía aún si lo que ocurrió fue real o no…
Eran las 5 de la tarde, el almuerzo se había ido al carajo para él, el entierro le valió un pito, nada tenía importancia este momento, solo saber si lo que vivió fue real o una mera ilusión; había llamado a Raquel, y esta le ordeno que la espere en la plaza central, y así lo hizo, a partir de ahí, Iván sello su destino y Raquel el suyo…
Iván se derritió por dentro, una volcánica lucha se llevo a cabo antagónicamente dentro de su ser, por un lado su instinto de sobrevivencia huía, huye, huye le decía la voz de la consciencia, cuelga el maldito teléfono y regresa a casa, tienes una orden de alejamiento no puedes ni verla, no después de lo último que ha sucedido, por otro lado el instinto carnal rugía, arañaba sus entrañas y jadeaba como un lobo hambriento, la sensación de sexo insatisfecho, los días encerrado como en una cárcel siendo su gemelo compañero de penuria y carcelero a la vez, el trabajo rutinario en la hacienda, estar incomunicado, su padre no le había devuelto hasta ahora el maldito celular, el no tener intimidad en su habitación ni siquiera para poder hacerse una pobre paja, vamos, pensaba el que no sea como Lex extrovertido y que hablaba de sexo o preguntaba por el como si hablara del medio ambiente, no quitaba que él no tenga sus propios instintos, sus gustos, su lado oscuro como todos al final, todo aquello y la sonrisa de Illien diciendo, anda, piérdete sal de aquí a jugar, disfruta ahora que puedes estar sin Lex, que seguro a la tarde tu padre te volverá engrilletar a tu par, y el episodio vivido con Marcela sin poder lograr satisfacer sus necesidades básicas por una cuestión de honor, y la mano del diablo metiendo calda en el cajón de su padre empujaron a Iván a llamar a Raquel y reiniciar aquella aberrante relación; así al inicio de aquella tarde, con el estomago rugiendo de hambre, con las piernas como gelatinas, con el sudor en el cuerpo, con olor a hembra joven en la piel, sin haberse bañado siquiera o quitado la arena del pelo,  vistiendo un sucio jean cortado a medio muslo deshilachado en las piernas a manera de bermudas, con una polera roja llena de agujeros para trabajar en la tierra justamente, las manos sudorosas y sucias, las uñas cortas pero negras y con las franciscanas gastadas se encontró con ella, monto la movilidad y se perdió en el camino
Por su parte Raquel clavo los ojos sobre aquel nuevo hombre joven que tenia frente suyo pero que seguía siendo un crio pese a las apariencias,  estudio sus facciones antes de volver a prender la movilidad y tocar bocina para él, se deleito con sus formas flacas y desgarbadas, estaba más alto que la última vez y esa traza de campo sucio, se le antojo mas masculino, más fiero, más voraz, y no se equivoco, Iván al verla salto sobre su boca con un hambre atroz, el hambre de la insatisfacción previa, era aquel bullir de testosterona pura que circulaba y comandaba su cerebro y sus actos todos, Raquel abrió las piernas a propósito suspendiendo en el acto aquella minúscula falda que llevaba dejando entre ver el diminuto triangulo rojo de sus bragas, tentando al mocoso aquel que de rato en rato desviaba la mirada del camino al calzón, al final metió la mano entre las piernas de aquella mujer bien tallada y está riendo a media mueca solo cerro sus muslos fuertemente atrapando en el acto los dedos del muchacho solo para decirle a media sonrisa sardónica.

  • Tus manos están sucias amor – Iván retiro las manos en cuanto ella lo soltó, y se las miro, miro sus manos terrosas y se desconcertó sin saber que decir, pero ella hablo por él – ¿con hambre voraz mi pichoncito? – pregunto levantando una ceja interrogante refiriéndose al sexo y no al gruñido de sus intestinos que se quejaban por un trozo de pan duro a estas alturas del partido

Iván permaneció en silencio y luego rígido tras aquello, pero era demasiado tarde para dar marcha atrás, ella se lo llevo donde quiso, pero, sabía que si no tenía cuidado perdería el juego, no era prudente ser brusca desde un inicio, debía primero restaurar la alianza entre ambos así que por hoy solo dejaría que el chico disfrute de lo que quería, sexo simple y puro, y así fue, Iván fue un juguete en las manos de aquella mujer, se lo había llevado a un motel escondiendo al chico para que no la vean entrar con un menor de edad, pidió la habitual habitación de antaño, y allá hubo una sola orden brotada de su boca.

  • Quítate la ropa

Nada más… e Iván fue historia apenas se había despojado de la sucia polera y los jeans, ella lo interrumpió cuando el calzoncillo iba a correr el mismo destino, el suelo; Iván se quedo pensando un rato, pensaba en lo rápido que obedecía a aquella orden y que difícil se le hacía bajarse el pantalón cuando era su madre o su padre quienes le decían lo mismo, bueno se contesto a sí mismo, es el hecho de que tus padres no te darán caricias sino azotes; mientras cavilaba en eso las ágiles manos de aquella mujer jugaron por su cuerpo como con un muñeco de trapo, empujo las juveniles formas al lecho sobre una almohada, y sus dedos caminaron centímetros de piel a diminutos pasos dejando a su paso además besos, besos y el aliento y la humedad de su lengua que paladeaba la salobre sensación y sabor de aquel cuerpo mortalmente suyo, de vez en cuando con toda la boca o a lametazos acariciaba la salada isla blanca de su pecho, de su vientre de su ombligo, de su pubis; le bajo la ropa diminuta y se sentó a horcajadas sobre él, como si fuera un potro y sintió crecer la erección del crio ese empujando su ropa interior, ella nunca se desnudo del todo delante de él, excepto la última vez cuando de un durísimo fustazo le reventó la piel de la parte alta del glúteo derecho que conservaba una finísima línea apenas perceptible, pero las reacciones de Iván siempre eran las mismas, siempre se excitaba era un poder absoluto el suyo frente a ese crio cuando este estaba sin ropa y ella vestida.

  • Mmm… las virtudes de la juventud, ni azul, ni roja, ni amarilla, solo carne nada mas – murmuro cogiendo el pene del muchacho mientras la erección crecía y latía en sus dedos refiriéndose a que no necesitaba de viagra para lograr aquel esplendor

En un momento dado, lo ato a la cama con las sedas de sus medias color hueso, pero solo las manos con los brazos abiertos a los lados y le vendo los ojos, y le tapo la boca para disfrutarlo entero, y no necesito más que sus labios para aquello y sus manos, Iván tenía el cuerpo sudoroso, violentamente excitado, grito de rabia de no poder hacer nada, estaba atado.

  • Suéltame, por favor, suéltame, quiero tocarte, por favor, por favor
  • Shuuuuuu silencio fuuuuuuuuuuu – sopló sobre su cara y luego de pronto sobre su sexo haciendo que sus testículos se contraigan

Y así preso de aquella mujer experimentada y preso de sus propios deseos, preso en su propio cuerpo, ardía de pasión, pensaba que de un momento a otro se incendiaria de tanto calor que emitía su sexo encendido como una antorcha, es que cada que él quería eyacular y tocar el cielo, ella apresaba la base impidiendo el flujo y reiniciaba el juego voraz de la excitación, tuvo así a Iván por un largo periodo de tiempo, con espacios de espera prolongados, sin dejar de estar atado o vendado, simplemente tumbado y en completo silencio, oía los pasos de ella sobre aquellos tacones aguja, oía los pasos pero no su voz, él le hablaba, pero ella no contestaba nada, y todo de puro placer, por momentos dejaba incluso de respirar para confundir al crio o abría la puerta del baño y la cerraba y el silencio reinante agobiante de lo largo que se hacía, hacía  a su vez que el piense que lo dejo ahí, lo veía forcejear, tratar de desatarse, de liberarse desesperado, gritando bajo la mordaza de su boca y de pronto un beso sobre su frente o un pezón en los labios, o la palma abierta oliendo a perfume tranquilizaban al muchacho, después de casi una hora por fin libero a Iván de su locura, dejo que se deshaga de las tensiones corporales que el sexo conlleva, lo dejo eyacular sobre su propio vientre y le subió la ropa.

  • Voy  a darme un baño – espérame le dijo ella, se había desvestido en cuando le puso las vendas en los ojos y camino desnuda sin que él la vea para no arrugar su ropa, entro a bañarse liberando el sudor habitual, cuando salió con la piel fría, se posó sobre Iván caminando a gatas sobre la cama dejando caer sus pecho fríos y mojados sobre el vientre del crio aquel y luego empezó a olerle – NFFFFFFFFFNNNFF ufffffffffffffffffffffff – Inspiraba y expiraba oliendo el cuerpo del muchacho, metió su nariz en el cuello, olía sutilmente a jaboncillo de la mañana y al perfume de Marcela – ¿Alguna mujercita queriendo robarme tu cuerpo? – pregunto mientras pellizcaba el rosado pezón sin esperar respuesta alguna para volver a posar su nariz esta vez en las axilas que olían a sudor algo rancio tras un largo y arduo día de trabajo de campo y de cama, ella suspiraba y lamia diminutamente los escasos vellos de aquel peculiar recoveco del muchacho, su nariz voló luego al vientre del crio, a su pecho, una tenue mezcla de jaboncillo y talco se le antojo infantil, pero le gusto, bajo un poco más, y se dedico a aspirar el pubis de Iván – nnnffffssss hueles a hombre cariño, a hombre – afirmo mientras le atrevió a darle una última y rápida frotada exprimiendo hasta la última gota del cuerpo de Iván quien pego un grito fiero, muy animal, había rugido y su cuerpo, su cuerpo experimento una violenta contracción generalizada hasta casi el dolor, luego de eso quedo con la carne temblando, castañeando los dientes, trémulo de pasión y de ansias…

Así, la tarde se le hizo tarde a Iván, se vistió rápido sin poder ni bañarse, ella no lo dejo, le dio un chocolate y monto de nuevo la movilidad miro su reloj para comprobar que era algo más de las 5 de la tarde por los haces de luz que pintaban tonos amarillos sobre el fondo de las planicies de la carretera, y de pronto se acordó que tenían en casa un entierro, el de su madre biológica

  • Van a matarme en casa – murmuro y Raquel solo sonrio indulgente y le limpio la comisura del labio derecho que tenia restos de chocolate como si se tratara de su propio hijo

La movilidad estaciono e Iván sin mirar atrás se encamino a trote hacia la hacienda, entro agitado y allá en la sala estaban todos cómodamente sentados mirando viejas fotos, recordando tiempos pasados, se freno en seco al ver la escena chocando de frente con el cristal de la lámpara que de no ser por Yhanku, hubiese terminado en el suelo, se dio media vuelta tratando de correr escaleras arriba cuando fue interceptado por su padre que lo cogió del cuello de la ropa mal puesta llena de arena y pasto cortado y seco en los bolsillos  oliendo a hombre.

  • ¿Vos donde crees que estas entrando?, ¿a un corral? – y el sutil aroma impregno sus narinas, papá empezó a oler a su hijo y acercándose al oído le dijo entre dientes – saluda como es debido y te me vas a bañar, estas oliendo a semen, ya hablaremos luego, ahora ve, subes y bajas en lo que tardo fumar este pucho, ¿entendido?
  • S..si papá – contesto a media voz asustado con los ojos desorbitados, ¿cómo pudo darse cuenta?, alzo un poco la polera con total disimulo para oler lo que su padre había olido sin distinguir olor alguno

Se fue acercando uno por uno dando la mano pero a su madre y a la señora Narda, debía darles además un beso en la mejilla, cuando llego donde su madre, esta lo jalo del a oreja para casi morderla, estaba enfadada.

  • Ya hablaremos jovencito, ve a comer, tu almuerzo está en la cocina… uffff, ufff ¿a qué hueles? ¿Te fuiste a meter al rio? Hueles a pescado, a no sé qué diablos, ¿donde estabas? – e Iván se sonrojo terriblemente, lo que claro desato la desternillante risa de Arturo, una carcajada muy original – ¿dónde estabas?...- Iván no contesto a eso ni lo haría, estaba demasiado asustado y solo atino a retroceder, su madre lo miro con suspicacia y le dijo enfada a manera de sentencia además – a que te estarás dedicando Iván, no quiero problemas ¿entendido?, ¿dónde estabas?  Te hice una pregunta – volvió a repetir, pero quien contesto fue Arturo riéndose
  • Entre ancas verdad, ahí anda saltando el tiluchi, granuja, digno hijo de tu padre – contesto sin poder aguantarse las carcajadas que siguieron ni las ganas, total su edad se lo permitía y su camino andado también; su risa contagio al resto
  • ¿Entre ancas? – pregunto Clara siendo la única sin entender la metáfora y antes de que Arturo lo delate Rubén se adelanto
  • Si hija, ancas, estuvo en los potreros seguro montando, por eso huele a ancas de caballo, a sudor de caballo, a que mas va a oler, tú y tus mañas con tu nariz – Iván miro alucinado a su padre, ¿la salvación le llegaba de las manos del enemigo?, quería irse ya, pero Arturo no lo dejaba le cortaba el paso mientras decía
  • Es que Clara, vos sabés, a cierta edad pue´los changos dejan de oler a pañales y huelen a hombre… café, sudor, tabaco y en el campo… ancas también – se había parado y agarraba del brazo a Iván para que no se marche todavía – Y seguringo vos sos todo un jinete; HAY VELATACUSI, como quisiera ya tener tu edad pero con mis mañas, jjajaaaaajjajaa, pero hijo, nadie curte en cuero ajeno, así que vos solingo tenés que pampearte el camino – lo agarro fuerte de los hombros sacudiéndolo – ahora vaya mi´jo, haga caso a su padre… - insinuaba que se marche sin soltarlo aun y a Iván le escocían los pies para desaparecer de allá, mientras el invitado dirigía la conversación a Rubén – HAY CARAJO pero que pedazo de hombrones te ha dejao el finadito Rubén, no podes quejarte Dios te quito uno y te devolvió par, mira nos mas, ¿que les has dao? ¿mate de eucalipto?, y con ese porte pues nada no, andarán como Hernán Cortez conquistando a las mujeres de tres en tres …vaya, vaya ahora Rubencigo ya me contará como estuvo la montada – y ahora si lo soltó y le descargo un manotazo muy duro y doloroso en todo el trasero – PLAF –

Iván corrió escaleras arriba, pensando en lo que dijo su padre, y don Arturo, ¿sería posible que se huela a tan larga distancias el semen?, ¿sería que estaba oliendo tan fuertemente a semen?, eso mismo le había dicho Raquel que olía a hombre, el no notaba ningún olor especial subió las gradas sobándose el trasero, que feo pico la mano del abuelo Arturo, con razón Illien se anda con pasitos cortos pensaba, de pronto se detuvo sintiendo premonitoriamente que alguien lo observaba y no se equivoco, al mirar hacia atrás, al pie de las escaleras estaba su padre observándolo, se quedaron clavándose la mirada mutuamente, estudiándose las reacciones y las facciones como presa y cazador, un escalofrío le recorrió el cuerpo a Iván, que me late decía él, que el condenado de mi padre escudriñara hasta lo último y peor mi madre… mejor no hago renegar y me baño rápido.
Rubén se quedo observando la manera de caminar de su hijo, su rostro rubicundo delataba muchas cosas, donde estaría perdido este granuja, decía para si, pero más le vale que se ande con cuidado, no vaya a ser que despierte mi genio decía, y antes de que Iván desaparezca le dijo.

  • ¿Iván?
  • ¿Papi?
  • Tu sabes muy bien, que cuando me enojo saltaicacha mi ojo – se tocaba el ojo derecho con el índice como diciendo, te estaré vigilando; él sabía lo que aquello significaba, era un modismo que Rubén se aprendió de la madre de Adela en una visita y que le hizo mucha gracia, era como decir cuando me enojo, se brota mi ojo, se sale mi ira, mi diablo mi indio, pero ahora no era una broma, era una muy sutil amenaza – así que mi hijito, ándese con pasos de plomo, ahora haga lo que he dicho, ya hablaremos luego

Rubén se dio media vuelta con dirección a la sala, Iván encamino sus pasos a la ducha, pero su mente se quedo suspendida en el aire, sopesando las decisiones del día, ojala y nadie se entere, ojala y sea solo un mal sueño se decía, pero como todo lo malo llega ruidosamente, aquella aventurilla no sonaría solamente, despertaría hasta a los muertos con redoble de tambores cuando sobre todo, sea su madre quien se entere….
Mientras tanto Iván, dejaría que el agua se lleve las tensiones del día, ya habría un mañana para todo lo demás.


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