sábado, 23 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 52; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 23 de Abril de 2016.
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Capítulo 52

Mi espacio, mis reglas... !señor! 

Autora: Marambra


Rubén se quedo mirando al muchacho sin responder ni si, ni no, estaba enojadísimo porque lo había empujado a tomar una decisión tan drástica como castigarlo allá mismo, lo había sacado de sus casillas, pero Iván no se movía, no podría hacer nada sin la orden de su padre, así que Rubén, lo cogió del cuello y dándole un último palmetazo sobre la ropa lo llevo a la camilla para que se suba.

  • PLAAAFFF – resonó la mano de Rubén en el ya dolorido culete del crio
  • Auuu ayyy  – gemía Iván avergonzadísimo de lo que sucedió en la última media hora, ahora no sabía que le dolía más, si el poto o el dedo o la dignidad – per perdo naaa meee por favooorr ayyy
  • Estoy muy ofendido y avergonzado de tu comportamiento Iván y de todas las palabrotas que soltaste – dijo papá sin contestar que lo perdonaba – así que te quedas quieto en esta camilla, duela, no duela, se caiga el techo, se rompa el suelo o se congele el sol, no quiero una sola queja tuya y no quiero más estúpidos berrinches de mocoso de pañales, has hecho renegar todo el santo día… así que quietecito, entendió jovencito?, quietecito, porque si no, voy a llevarte a casa a cintazos por todo el maldito hospital – había amenazado feamente Rubén a un crio que trataba de esconder la mirada de su padre, porque en ellos no había más que decepción, enojo, rabia contenida y cansancio total
  • Siiii – contesto apenas Iván
  • SI qué
  • SI, señor
  • Señor no Iván, ¿si qué?
  • Siii, paaaa paaa – respondió apenitas
  • Eso está mejor, ahora te quedas quieto, tu madre y yo, te esperaremos fuera…

Iván no podía creerlo, ni el médico ni las enfermera, ni mucho menos Clara, ella sabía que estaba enojado, pero no era de los que dejaría a su hijo solo dentro de un cubil medico, pero así lo hizo Rubén, y es que estaba con un maldito dolor de cabeza y de estómago que apretaba cada vez peor y peor, así que cogiendo la mano de Clara empezó a salir, inicialmente Clara lo estaba por seguir, pero al ver a Iván hundirse en la vergüenza y el llanto desolado que empezó a dar gimiendo entrecortadamente para no ser oído, y al ver que se acurrucaba de lado y sin mirar a nadie y sin poder aguantar más empezó a sobarse el trasero, Clara lo pensó mejor y se quedo, así que Rubén solo atino a disculparse del médico, Iván al ver a su padre abandonar el recinto, empezó a derramar lágrimas mucho más sentidas que la paliza que le dio… su padre lo acababa de dejar sobre una camilla en una sala de emergencias y no pudo contener el dolor que sentía, se puso a llorar desconsoladamente cubriéndose la cara con los brazos cruzados hipando en todo momento.

  • YA voy a empezar – le anuncio el médico pero Iván no contesto, estaba perdido en sus pensamientos

Pero el doctor hizo algo fuera de lo habitual, dejo al muchacho con las enfermeras y salió tras de Rubén que estaba afuera sentado en la banca de espera.

  • Bueno, señor – inicio el doctor – Ha sido realmente muy fuerte la escena pasada, y no le reprocho nada sobre disciplinar a su hijo, pero ahora él lo necesita – dijo
  • No insista doctor, no puedo estar allí adentro – contesto Rubén con un rictus en la boca – estoy muy enojado con ese mocoso, me ha avergonzado delante de usted y no tengo cara para ver a las enfermeras, deben estar pensando que en mi hogar solo hay insulto de ese calibre, así que no iré, que se las apañe solo, que aprenda – estaba al borde del colapso
  • Pues no me vale, usted me obligo a quedarme ahí, para ver cómo le daba unos buenos chirlos a Iván y no me dio tiempo a replicar
  • Son mis reglas, el se porta mal yo lo corrijo – agrego con el semblante bastante pálido
  • Entonces señor, este es mi espacio y estas son mis reglas, si usted no entra a ese cubículo a apoyar a Iván yo me niego a hacer mi trabajo – chantajeo – El muchacho lo necesita, y usted ha sido muy duro con él
  • El se porto muy mal, haciendo un berrinche apoteósico y hablando disparates que no voy a tolerar, ha faltado al respeto a muchas personas
  • Ya, ¿usted tuvo alguna vez un absceso?
  • No, nunca – respondió Rubén
  • Pues entonces no tiene ni puta idea de lo que duele, sé muy bien que no es pretexto – se apuro a decir al ver la mirada glacial que Rubén le dedico – yo si lo tuve y se como es, y la reacción de Iván es la más normal de todas…. entiendo que usted se siente avergonzado, en su lugar también lo estaría si un hijo mío hablara tanta cosa como dijo él – se sentó  a su lado y le cogió el hombro para darle ánimos – pero no es una situación normal, ya lo castigo, y ahora está allá llorando con ese sentimiento de culpa y vergüenza propio de la edad, es un niño, no sea tan duro con él, solo entre, este ahí, él sabe que usted está enojado, pero no le haga más difícil  este trago – aconsejo y Rubén oyó atentamente al médico, sintiendo en el fondo de su alma aquel jalón de orejas que le daba el galeno – usted no sabe como es el procedimiento, pero fuera de eso, yo de verdad necesitare de usted para contenerlo, es un chico fuerte y sano, y en algún momento volverá a patear todo y con justa razón y no debería preocuparse por las apariencias, estoy acostumbrado a ese tipo de reacciones, usted no tiene idea de lo que el dolor puede obrar en la gente hasta yo miso me sorprendo día a día, como hoy…  y la verdad yo suelto algunos improperios mucho más malhablados que los que dijo Iván – le sonrió al captar la atención del hombre –  y  le aseguro que estaría en primera fila para que usted me de unos chicotazos bien dados por mala lengua, y le doy esa opción, porque allá adentro, no solo será Iván el que grite alguna mala palabra, sino también yo a contrapunteo por la enorme frustración que sentiré al no poder aliviar pronto el dolor físico que le voy a causar a su hijo, algo que desgraciadamente no puedo evitar – agrego colocando su pesada mano sobre el hombro – en cambio usted, usted si puede aliviarle toda la carga emocional que tiene ahora, y todo el dolor que sentirá después, porque  podría llegar a desmayarse y yo, en vez de resolver pronto el problema, quizás tenga que dejar a medias todo con una venda para continuar mañana y volverá a ser un suplicio

Ante ese horrible panorama y expuesto con tal convicción como lo dijo el médico, Rubén solo atino a levantarse con dificultad, suspirando pero al mismo tiempo aguantando el increíble dolor que tenía en la boca del estómago, por lo visto su  vesícula estaba de nuevo mandando mensajes de amor a lo bruto, a un bruto como él, pero no dijo absolutamente nada, solo camino hasta el cubículo donde estaba Iván, se paro sin aun abrir la puerta y pudo oír los sentidos sollozos del muchacho, de su muchachito travieso.

  • Ya Iván, por eso no hay que portarse así – decía mamá besando sus ojos – ¿viste?... Hiciste enojar a papa, primero no llegaste a casa a la hora que te dijo, has mentido con eso de que irías con una chica al cine para ir a verte con esa mujer, te has emborrachado y luego has llamado a Adela antes que a nosotros y ahora esto – reprochaba mamá todo su historial delictivo de fin de semana – tu padre está cansado Iván, no ha dormido nada y mañana tiene todo el día lleno de reuniones y demás, son las 5 de la mañana, hemos perdido tiempo, una hora en todo este tu berrinche, y para colmo haces un escándalo de película, y te mandas a rodar a todos… ahora dime ¿tienes o no tienes bien merecidos los chicotazos que te dio papa? – Clara le secaba las lágrimas, le dio pena ver a Iván derrotado al ver salir a su padre sin mirarlo siquiera, lo había bajado de la camilla y Clara lo acurrucaba en su regazo como podía.
  • Siiii mamitaaa, pero se ha idooo
  • Esta avergonzado de tu comportamiento hijo – le daba explicaciones con voz suave para calmarlo – ¿cuando has aprendido a decir tanta palabrota junta y hacer lo que hiciste? – pregunto secándole los ojos – tu padre siempre está ahí para ti, siempre ha estado pendiente de vos, o no?  Y tú le dijiste tanta estupidez junta Iván, ¿como es posible? le has faltado el respeto de mala manera... – le besaba la frente y los hinchados ojos rojos
  • Pero es que me dolía, yo, yo no quería decirle eso tan feooo – seguía lamentándose mientras su madre le frotaba el poto que se sentía calientito de los azotes
  • Pero no es pretexto Iván, , y agradece que no estás en casa, que si no, te haría comer locotos a palmetazos – lo amonesto su mamá sin dejar de abrazarlo
  • Papaaaa – lloro más fuerte al ver a su padre entrar con el médico, las enfermeras solo intercambiaron miradas, ellas pensaron inicialmente que Rubén era un desalmado total, pero al oír las palabras de Clara, pues nada le dieron la razón y ya le dirían al doctor lo que se habían enterado
  • SHHUUUUU, Calma si? Ya estoy aquí, papá vino – lo abrazo fuertemente contra su pecho
  • Me has dejadooo – gemía Iván
  • Por malcriado Iván, me has ofendido mucho y ofendido a estas personas que solo querían curarte – le dijo mirando al personal de salud
  • Perdoooonnn, no volverá a suceder – se tiro prácticamente al cuello de Rubén y este lo apretó contra su cuerpo, no había mejor lugar para esconderse de todo como el cuerpo de papa
  • Ya esta Iván todo perdonado – murmuro papá – Ahora toca curar el dedo sin hacer escándalo ¡si? – indico – ya ha amanecido y estoy muy cansado hijo, por favor colabora… El doctor también debe querer dormir algo

Y lo acurruco en sus brazos largo rato, las enfermeras y el médico se habían salido un momento para darles la intimidad que se necesitaban, después de muchos minutos y cuando los gallos empezaron a cantar, anunciando las 5 de la mañana, Iván se aferro a su padre como una musaraña y mamá le metió a la boca un pañuelo para morder, el doctor había abierto el dedo drenando la pus que tenia, Rubén no tuvo corazón de dejarlo en la camilla, así que se sentó con él en la silla y acurrucado en su regazo fue donde el médico abrió todo de un solo corte, papa apretó el rostro de su hijo sobre su pecho lo suficiente para que grite a gusto y no alarme al resto de aquel hospital y pueda respirar al mismo tiempo, Iván había sido desollado vivo en el dedo, le abrieron la piel y el doctor apretó hasta más no poder….

  • AUUAUAUUAA AHHHHGGG YAAAA YAAA NOOO; NO MAAAS; NO MA  POR FAVOR NO MAAAAS NO MAS
  • No más Iván, ¡ya termino!  – dijo el médico por fin
  • Shuuu, shuu mi amor, ya paso mi vida, ya paso... ya termino mi sol  consolaban papá y mamá aun sudoroso, mojado, rojo y abrumado Iván


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