Mis Gemelos
一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Las imagenes publicadas no nos pertenecen, son imagenes tomadas de sitios publicos de la Internet, si alguien tiene algun conflicto con eso, comuniquese con nosotros para retirarla de inmediato
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 23 de Abril de 2016.
一一一一一一一一一一一一一
Capítulo 59
Necesidades básicas, salvajes y... el sauce llorón
Autora: Marambra
Apenitas sus pies tocaron tierra, papá lo agarro
duro del brazo y sin soltarlo y con la varita en la mano, abrió la puerta de la
casa y entraron; Clara con los nervios en punta acababa de llegar al mismo
tiempo con Iván, lo habían estado buscando en todas las haciendas de la zona
preguntando si no había venido o lo vieron, claro sin repuesta alguna… y apenas
lo vio, supo como madre que el crio había hecho de una de las suyas; se acerco
a él y le miro a la cara cogiéndolo de las mejillas con una sola mano, y le
clavo las pupilas en las suyas, enojada con él, con el ceño fruncido y la boca
en un rictus, no le dijo nada, absolutamente nada; solo mordía los maxilares y
tragaba saliva, la cara del chico era una mezcla de miedo, de pena, de alegría,
de un todo… por una fracción de segundos reconoció al niño de siempre, a su
travesura andante, pero también vislumbro algo desconocido y mucho más duro, ¿qué
había pasado?, se cuestiono y lo primero que se le vino a la cabeza es que si
hijo perdió la castidad, ya iba a preguntarle eso, pero prefirió callar ...no
quiso saber nada, con una bastaba y elimino cualquier pensamiento que le rompa
el cerebro, prefería lidiar con el chiquillo de siempre y lo volvió a mirar y
allá estaba, frente a ella, el niño de toda la vida con el susto en los ojos de
que la paliza lo alcance.
- Cuando papá concluya contigo me esperas – dijo y el corazón de Lex se hizo chiquito, chiquito – que tú y yo niñito, tenemos una larga charla pendiente. ¿Entendido? – esa era una clara amenaza
- Mmm – un gemidito fue la respuesta
Rubén
sin soltarlo lo llevo a su habitación, cerró la puerta con llave, y puso sobre
la cama la varita de sauce, el muchacho permaneció mudo en el medio de su
habitación sin moverse, no sabía qué hacer, su padre empezó a hurgar sus
cajones y saco ropa limpia, la parte de arriba de un pijama nada más.
- Bien Alexander – ¡oh mierda! lo llamo Alexander, malas noticias por lo visto – ve a bañarte – le ordeno – tienes 5 minutos para ello y te pones esto y me esperas aquí en la esquina parado la pared, ¿entendido? – papá estaba decidido a enseñarle a obedecer y lo haría por las malas
- Papaaaa – su vocecita de pronto sonó infantil, no era una voz de rogar, era de ser niño, de buscar amparo, era la primera vez que su padre le daba una orden tan rara, y al mirar la vara sobre la cama el gusanito de la angustia empezó a devorarle la boca del estómago y sin querer apretó el trasero, pero no pudo moverse, estaba de pronto clavado al piso
- ¿Qué esperas? – pregunto enojado su padre
- Papiii por favor – rogo sintiéndose un crio de cinco años
- Por favor ¿qué Alexander? – pregunto – De todos modos te tienes que bañar – anuncio – con paliza o sin paliza te tienes que asear, así que te estoy conminando a ella – le advirtió – no me hagas perder la poca paciencia que estoy recuperando, hazte ese sano favor – dijo enfadado
Y
se salió, dejando a un Lex parado, sucio, con la cara llena de huellas de
llanto pasado, con los ojos rojos, con la piel ardida del sol que le quemo y de
los quemantes azotitos que le dio su padre en medio del patio, se miro en el
espejo de su ropero abierto y no se reconoció, POR DIOS ¿qué era eso?... estaba
todo descuajeringado, parecía un garabato, una ridícula caricatura, la ropa
cubierta de barro hasta medio muslo; bueno es que también se había caído en una
fosa de agua retenida de lluvia, un curichi sucio donde perdió los calzados, por
lo cual se espino los pies, y de pronto se fijo en su remera, vaya estaba dada
la vuelta con la etiqueta hacia adelante, y los pantaloncillos empezaban a
secarse en su piel… mejor bañarse pensó y empezó a desvestirse, con razón su
madre lo había mirado tan raro y su padre estaba enojado y le había gritado
renacuajo, tiro la remera en el cestillo de ropa sucia, se bajo las bermudas y
oh sorpresa estaba sin ropa interior, ¿qué había pasado con sus calzoncillos?,
no se percato de ellos hasta ahora mismo, seguro se habían quedado en la banda
del rio… que estupidez, ojala la corriente se lo haya llevado pensaba.
Se
acerco al espejo y se miro los azotes, estaba con la piel de los muslos algo
rojo, con dos línea en relieve bajo seguro azotes pero nada más, lo que sí seguía
era la línea morada que le dibujo su madre, “la indecorosa línea” que ahora
era, había pasado a una nueva categoría, por él conservaba esa franja toda su
vida, es que fue tema de conversación erótica durante la tarde, es más, no
quería bañarse por no borrar el recuerdo a saliva y a besos y a dedos que
caminaron sobre aquella franja; todo lo que le hizo Marcela estaba ahí, por
alguna razón ella había prestado tan interesante atención sobre esa franja, la
miraba con especial curiosidad, ¿qué tenia de linda esa marca para que su novia
se deshaga en halagos sobre ella?, ¿qué extraño placer le producía un cardenal
como ese en su piel?... luego se fijo en su pecho y ahí en el lado izquierdo en
el espacio de la quinta costilla al lado de su pezón rosado donde se podía
observar con atención el latido de su corazón, estaba un chupón que empezaba a pintarse violeta,
Dios santo, por fin tenía una marca sexual sobre su cuerpo, algo real en su
cerebro y totalmente erótico que le serviría para enardecer sus impulsos
nocturnos de adolescente y no solo una imagen impresa en un papel….
Y
se quedo así soñando despierto hasta que oyó los pasos de alguien el el
pasillo, se fijo la hora, habían pasado casi 20 minutos, joder mejor se bañaba
ya no más que en cualquier momento su padre cruzaría el umbral de la puerta y
no quería que lo vea así, desnudo y con todos los besos de Marcela a flor de
piel, menos aquel que quedo como una rúbrica en su carne, su primera
experiencia carnal.
El
chorro de agua aplaco su ardores, los de su alma y de su cuerpo, estaba más
relajado, confundido también, se coloco el pijama como su padre le ordeno; por
primera vez en su vida no le gusto la idea de que su padre le vea sin
calzoncillo, era como si de pronto se diera cuenta de su cuerpo y de sus
funciones; había descubierto la manzana prohibida de Adán, y aunque no la había
mordido, el solo tocarla le había dado la sabiduría necesaria de la privacidad
corporal, ahora entendía a Iván y su constante incomodidad ante la desnudes,
era algo que debía guardarse solo para dos, no para un público tan amplio, y
por tal motivo desobedeció a su padre, busco el resto del pijama y se vistió
con el; y se sentó en la cama a esperar
a papá, se negaba a ser castigado, quería conversar con su padre, hablar de
hombre a hombre. Pero la hombría pronto se le disipo y el niño que aún habitaba
en él regreso con todo y berrinche, y llanto y suplica, y juramento y busca de
consuelo y de perdón, y promesas cuando su padre le calentó el trasero a su regalado
gusto a su regreso….
- Por lo visto te sigue importando un carajo lo que yo te ordene ¿verdad? – las duras palabras de su padre le taladraron el cerebro, se había quedado sentado en la cama mirando los dedos de sus pies sin pensar en nada, estaba vacío por dentro
- Papá por favor, escúchame – demando impulsado por una vena altruista – no quiero que me pegues, ¿acaso no te has dado cuenta?, ya no soy un niño – aseguro pero la mirada que le dio su padre, que parecía decir: “que gran descubrimiento” , hizo que la intención de charlar de hombre a hombre se esfumara antes de abrir la boca y el crio de siempre estaba ahí suplicando
- Mira Alexander… te he llamado desde la 5 de la tarde y a ti no te ha dado la gana de contestar el teléfono – dijo su padre sin gritar pero claramente molesto – no solo te has perdido todo la santa tarde, sino parte de la noche y te he tenido que salir a buscar YO – le reclamo – y no solo yo, sino tu madre y tu hermano, porque todos estábamos preocupados pensando que algo malo te sucedió – le dijo procurando sonar sereno y no perder el hilo del reclamo con los gritos, se había propuesto dar a Lex un escarmiento, pero para eso necesitaba que entienda que sus malas decisiones tenían consecuencias – y sin embargo te encuentro regresando de donde será, corriendo sin calzados y con TODA ESTA ROPA SUCIA – dijo alzando la ropa de Lex – MOJADO, LLENO DE BARRO, A LAS 10 DE LA NOCHE – papá no pudo contener el enojo – ¿QUÉ CARAJOS PIENSAS TU QUE HACES? – decidió ir al grano – ¿Qué te he dicho antes de salir de la oficina? – pregunto esperando una respuesta inmediata que nunca llego, obviamente – ¿qué te he recomendado? – tiro la ropa sucia del chico en medio de la habitación después de examinarla buscando algo que le diga dónde estuvo, pero Lex no podía hablar, el miedo le comió la lengua – te hice una pregunta sencilla Alexander – se paro frente suyo cruzándose de brazos, muy intimidante visto desde la perspectiva de Lex – ¿qué fue lo que te RECOMENDÉ al salir de la oficina? – dijo alzando esta vez la varita de sauce, y Lex bajo la vista, dos lagrimones le resbalaban por las mejillas limpias y se limpio los ojos con el dorso de la mano, y trago saliva, tenía hambre, tenía sed, sueño y miedo, pero al oír a su padre jurar por lo bajo y alzar aquella varita, se obligo a sí mismo a responder, no quería fastidiar más las cosas, estaba hasta el cuello de problemas
- No oí el teléfono papa – mintió… en realidad hablo por hablar, por decir algo
- PLAF – sonó el tremendo revés que le dio Rubén con el dorso de la mano sobre la boca, Lex solo atino a cerrar los ojos, Rubén se acerco de nuevo a la ropa del crio y busco los bolsillos, saco el móvil y prendió el teléfono, 35 llamadas perdidas entre las de su padre, su madre y su hermano, ¿y no había oído ninguna?, y en medio de aquellas, había una llamada de salida, la que Marcela hizo a su madre para no preocuparla – ¿NO OÍSTE EL TELÉFONO? – lo encaro mostrándole la pantalla del mismo – 35 LLAMADAS PERDIDAS Y NO OÍSTE NINGUNA? – dijo con ironía – ...no quieras verme las canillas Alexander Hansen – eso sonó tétrico – porque te enteraras que son muy cortas para los MAÑUDOS – grito y el sonido de algo que se estrellaba se sumo a todo – CRACK – sonó el móvil del chico hecho añicos sobre el suelo, Rubén estaba tan enfadado con él que prefirió romper el móvil que darle a Lex un revés, pero eso no evito que el crio empiécelo a sollozar – lo que pasa es que a ti, no te ha dado la MALDITA GANA DE CONTESTAR, porque estas acostumbrado a HACER LO QUE TE VIENE EN GUSTO – y a la larga lista de recriminaciones se sumo la amenaza – pero esto se acaba hoy ALEXANDER, SE ACABA HOY MISMO – retumbo – yo voy a CURARTE ESTA MALDITA MAÑA TUYA de hacer lo que quieras y desobedecer las órdenes que se te dan – dijo apuntándolo con el índice
Las
recriminaciones habían terminado, era hora de reajustar las malas acciones de
su hijo, así que lo suspendió como si fuera un muñeco de trapo y lo coloco
sobre su regazo boca abajo, empezando a desnudar el trasero, iba a darle una
buena paliza por andante y desobediente.
- NOO PAPIII NOOO PAPII – Alexander empezó a gritar y forcejear apenas se vio boca abajo en el regazo de su padre, él sabía lo que su padre pretendía – POR FAVOOOR PAPIIITO, PAPIIITO – empezó Lex a mendigar – NO SABIA QUE – dijo cavando un poco más su tumba
- ¿QUE NO SABIAS QUÉ? – pregunto papá sin dejar de acomodarlo – si te dije BIEN CLARO que NO quería que vayas al río – le recordó y empezó a azotarlo en medio de las recriminaciones, es que ese era el objetivo… reprender y hacer ver y SENTIR el error – plaf plaf plaf plaf plaf te dije BIEN CLARO plaf plaf plaf plaf plaf que lleves el teléfono plaf plaf plaf plaf plaf y CONTESTES MIS LLAMADAS – definitivo papá estaba enumerando las mil y un recomendaciones que le dio antes de dejarlo partir, mientras Lex empezó a gemir ya
- Mmmgmgg mgggg – se oía en medio de las palmadas
- TE DIJE BIEN CLARO plaf plaf plaf que tenías 2 HORAS para hacer lo quisieras plaf plaf plaf no siete Alexander PLAF PLAF PLAF NO SIETE – y aumento la fuerza de sus azotes – plaf plaf PLAF plaf plaf palf PLAF PLAF plaf plaf
- AAUUUU YAAA – Lex se puso a llorar ahora si de verdad, aquellas palmadas no eran caricias precisamente y aun cuando Lex creyó que papá seguiría, no fue así, su padre lo incorporo de su regazo pero no porque haya concluido, sino porque quería probar la obediencia de Lex, si hacia lo que le decía lo dejaría ahí sino iba a darle una buena tanda de azotes con la vara
- Ahí – dijo papá empujando suavemente la espalda de Lex para que se pare mirando la pared – SIN MOVERTE – elevo un poco la voz, quitando sus manos del trasero, es que Lex había empezado a frotarse y las coloco en su cabeza – AHÍ te quedas a pensar en lo que hiciste
Y
de pronto el recuerdo de su tarde soñadora, las caricias de Marcela sobre su
piel, los besos que se dieron, la intimidad compartida, todo, todo vino de
golpe bullendo la rebeldía ante lo que ahora parecía la ominosa orden de papá.
- NOOO – chillo enojado, poniéndose de pronto rígido – no soy un NIIIÑO – reclamo y su padre trago una bocanada de aire procurando no perder la paciencia
- He dicho que te pares ahí Alexander – mascullo peligrosamente apretando el brazo de Lex, volviendo a ponerlo a mirar la pared – es la última vez que te lo digo – agrego y espero que Lex obedezca, pero Alexander empujado por un espíritu maligno quiso montar una pataleta de Santo y Seña que papá corto de raíz
- HE DICHO QUE NOOO, NO VOY A PARARME A MIRAR LA PARED, NO SOY UN NIIIÑO – y eso fue todo, Rubén no estaba para disparates, le pego un jalón de patillas y lo volvió a volcar boca abajo
- A ¿sí? – pregunto irónico volviéndole a bajar el delgado pijama hasta las rodillas – ¿No eres un niño? – lo reacomodo sobre su regazo – ¿y querer tirarte al piso como un mocoso soplamoco de 3 años, y tener una pataleta, no es de niño? plaf plaf plaf plaf plaf – apenas termino de pronunciar aquello llovieron las nalgadas
- Auuu, agagarrarrrr ayyy – y volvió a llorar pero más que de dolor de vergüenza e impotencia
- Y lo que hiciste esta tarde – acuso su padre – chapolear en el agua sucia y hacer lo que te da la gana, ¿no son actitudes de niño?... plaf, plaf plaf plaf plaf plaf
- Brbbrrrrrbrrrrr – Lex quiso gritar, pero en vez de eso escupía maldiciones en voz baja – ayyyy aaagggrrr, mmmmmm – quería soltarse pero no podía, movía las piernas desesperadamente, el trasero estaba en llamas a estas alturas del partido
- Buscar pretextos para no hacer la tarea ¿no es de niño?, esconder las notas ¿no es de niño?, ser irresponsable con todo, desobedecer, ¿no es de niño? – papá con gusto fue numerado una a una sus pataletas – Plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf – aun cuando su intensión era no rogar, no pudo, el ardor de su trasero pudo más
- AGGGG grrrr – gruñía enfadado llevando ya no más las manos al trasero, su padre acababa de soltarlo y lo volvió a empotrar en la esquina de su habitación mirando la pared y esta vez enojado de verdad
- QUIETO AHÍ ALEXANDER – ordeno al menor intento de insubordinación, zarandeándolo del brazo, que ahí pese al dolor en el trasero, Alexander tenia la vena de la rebeldía exaltada buscando pelea
- NOOO NO QUIEEERO – chillo y…
- RRAAZZ – la maldita ramita beso su piel desnuda – VAS A APRENDER A raaz OBEDECERME razz ALEXANDER A O - BE - DE - CER - ME razz – deletreo
- BUAAAAAAUUUHHH – grito de dolor temiendo que su padre lo vuelva a azotar con aquello, pero Rubén soltó la rama sobre la cama y llevo a Alexander a una esquina a mirar la pared
- Ahí Alexander… hasta que yo te diga lo contrario – recomendó papá volviéndolo a plantar en aquella esquina y volviendo a poner las manos sobre la cabeza
- Yaaa papá yaaa
Y
por primera vez se quedo quieto gimiendo, tras recibir una tunda por andante…
No hay comentarios:
Publicar un comentario