Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 23 de Abril de 2016.
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Capítulo 60
¿Quien dijo que mal te jue?, te fue peor
Autora: Marambra
Rubén después de un rato de observar a su hijo llorar sufridamente sentado sobre la cama, alzo
al muchacho de la misma donde se había dejado caer tras soltarlo, se cayó del
dolor que tenia, de la desesperación de que aquello acabara, de las emociones
del día, de todo, como hubiese querido correr hacia su padre y contarle lo
linda que había sido su tarde, que se sentía especial, que la chica más hermosa
del mundo, de su mundo, se había entregado a él, que el momento fue sublime,
que respeto la decisión de la joven de no seguir cuando ella lo paro, que le
gusto estar abrazado de aquella muchacha, que seguramente así vivió Logan ese
momento divino, pensó en su padre biológico, en todas las emociones que debió
vivir con su madre a la misma edad que él tenía ahora.
Al
final Rubén ablando su corazón, su hijito estaba ahí sentado frente suyo vivo, sano y salvo (el poto no tan sano ni tan a
salvo pero bueno), azotado pero a salvo, miles de cosas se habían cruzado por
su cabeza cuando no llegaba y peor cuando Clara le dijo que el muchacho no
había ni metido sus narices desde el almuerzo, en la hacienda nadie lo vio, ni
los trabajadores, ni los perros, y verlo llegar corriendo con la ropa fuera de
lugar hizo que se enfade mucho con él, si algo le pasaba no se lo perdonaría
jamás, debía enseñarle a no tomar riesgos innecesarios aun cuando le lección
duela hasta el pellejo como ahora.
Lo
abrazo por fin ocultando el rostro del muchacho en su torso, le beso la cabeza
muchas veces y empezó a acariciarle la espalda con ambas manos para que se
calme, Lex cambio el llanto de dolor por tristeza, por culpa, por pena; cuando
esto sucedió lo hizo sentar de nuevo en la cama y le busco un nuevo pantalón
pijama ya que el otro estaba tirado el algún rincón y no se lo veía por ningún
lado confundido seguro con la ropa sucia tironeada en el suelo y cogiendo los
pies del muchacho empezó a vestirlo como se viste a un nene, Lex se dejo hacer
todo, estaba demasiado derrotado, dolorido, cansado para hacer algo por sí
mismo, mientras su padre hablaba con la voz muy suave…
- ¿Sabes el miedo que tuve cuando tu mamá me dijo que no habías ido a la casa? – le pregunto suavemente sin dejar de vestirlo – ¿sabes lo que pensé cuando después de las 7 de la noche no respondías el teléfono? – agrego atando los cordeles del pijama – Tienes alguna idea hijo, del susto que me has dado? – y Alexander se fue hundiendo poco a poco sobre sus hombros, consciente recién de la magnitud de su alocada tarde, avergonzándose más cuando su padre como si le leyera el pensamiento agrego – ...no mides consecuencias Alexander – agrego como a manera de reproche – ¿qué haces si te da un calambre o te resbalas y caes en una laja, no hay nadie contigo que pueda socorrerte, ¿dónde voy a buscarte Lex? – hizo un pausa y le beso la frente jalándole la nariz – al final del rio, kilómetros y kilómetros ¿abajo? ¿Donde? – le pregunto para Lex piense en sus palabras y en que lo que le decía no era por fastidiar – estás oyendo que la gente muere ahogada en esta época del año por turbiones en las cabeceras, y tu no prestas atención – le reprocho – la desgracia esta en un suspiro, amigos míos han muerto ahogados en centímetros de agua por desmayarse tras un golpe y porque no había quien los socorra – tras eso hizo una pausa, la justa para que Lex se avergüence, peor cuando papá dijo algo que le dio un vuelco el corazón – …Ya he perdido a mi hijo. NO voy a perderte a ti por una desobediencia
- Meeee queeee deeee dormido papa, no, nooo, no entre al aaagua, no en tre al a gu aaa – balbuceaba
- ¿Dormirte en la playa? – dijo incrédulo Rubén – ¿y si alguna boye te envuelve? ¿O si te mete un caimán al agua? – vaya pensó Lex, el no había pensando en nada de eso, y un miedito le corrió la espalda – De noche no tenemos ni idea de lo que hay en el rio, no sabemos que hay al otro lado de la banda Lex, es monte, ¿no lo ves?
- Papa – musito Lex compungido – de verdad me quede dorrrr miii dooo, no meee perca te de laaaa hoooraaa bbbbuuubbsbbb bsss fssfsff – respiraba dificultosamente
- ¿Y te has dormido desde tan temprano? ¿Tantas horas? – Rubén no era tonto, algo tuvo que hacer Lex, nadie se duerme de la nada y menos él, seguro se metió al agua o se encontró con alguien – Te he llamado desde las 4 de la tarde para decirte que te vayas a la casa a terminar la tarea con tu madre, pero nunca contestaste… así que me estas mintiendo ¿verdad? No querías contestar el fono, así de simple ¿no es cierto? – le agarro la cara para levantar la vista y mirar sus ojos
Y
a Lex se le cayeron enormes lagrimones mucho más sentidos que los primeros de
la vergüenza que sintió, no podía decirle a su papá que estuvo con una chica
intentando hacer el amor, se puso rubicundo de la vergüenza de acordarse todo
aquello y su padre supuso que dio en el blanco, así que sentándose él en la
cama y abrazando a su muchacho le dijo
- Hay, travesura andante… ¿qué voy a hacer contigo?, todo puede pasar hijo, ¿tú qué piensas que es irse no más por ahí por el puro afán de divertirse? – saco de su bolsillo la misma pomada que le puso a Iván tras la paliza en el hospital, hombre precavido vale por dos, y empezó a repartir el ungüento en sus dedos – se que estas fastidiado por esto del idioma – le bajo un poco el pijama y metió su mano – pero es una semana nada mas Lex, una semana, no cuesta mucho, luego podrás disfrutar – empezó a distribuir el medicamento en círculos sobre todo el trasero que se sentía caliente e hinchado, observaba las reacciones faciales de su hijo, hacia muchas muecas de dolor, sobre todo cuando toco el último azotito particularmente duro – podrás hacer lo que te venga en gana, si quieres ir al rio te voy a llevar yo en las tardes con tu hermano, pero no solo – y siguió frotando el sufrido poto del muchacho
- Nooo en en entre al agua, gsgs (gemia) me tumbe en la aaarena y meee quede dormido – se acomodo sobre el hombro de su padre, apoyando su cara sobre el mismo, mirando a un lado metiendo el dedo en la boca para morderlo y la otra mano se apoyo en el hombro contrario, agachándose para acomodarse mejor al suave toque de su padre con el medicamento, quien diría que es la misma mano que ahora mimaba, la que minutos antes arranco tanto llanto al dueño de aquel juvenil traserito resentido y magullado
- ¿Y tu ropa? Me vas a decir que estabas tomando baños de sol desnudo? – le cuestiono mostrándole la traza que tenia, todo sucio lleno de barro y Lex bajo los ojos al piso – bueno ya – dijo papá medio cansado – digamos que te creo que no entraste al agua
- Pero es veeeerdaaad, es ver daddd, no entre
- ¿Y porque tenias los pantalones mojados Lex?, estabas lleno de barro, y tus calzados? ¿Donde están? – le secaba las lágrimas con los pulgares, al final decidió tumbarse en la cama de su hijo y acomodo al muchacho a su lado con su cabeza en su brazo Lex se tumbo de lado, le dolía demasiado el culete para estar sobre el
- Meee, resvaaaa le, me caí a una poza y perdiiii los calzados – apoyo la cara en el pecho de su padre abrazándolo mucho más, calmando poco a poco su llanto
- ¿Ves que te saliste de la hacienda Lex? – le acariciaba el cabello – En el playón que da a la casa no hay ninguna poza, porque esta mañana, yo estuve revisando la acequia y sé lo que hay en las inmediaciones – y Alexander trago saliva, se olvido por completo que su padre sin flojera revisaba sus predios, sobre todo esa época del año – … tu no prevés peligros, la banda del rio es libre, si no te has dado cuenta la valla no da hasta el agua, hay un camino de transito común, ¿qué tal si hay alguien escondido y te hace algo?, ¿que tal si te pillas con algún degenerado? y te viola, ¿tú crees que por que eres varón no lo harían?, ¿o te raptan o te golpean, o te matan? – su voz sonó un poco dura – No es por malo Alexander que te prohíbo ciertas cosas, no es por fastidiarte, es porque te amo y nunca me perdonaría si algo malo te sucede, mi mundo desaparece, no solo el mío, el de tu madre y de tu hermano también – dijo todo aquello sin dejar de besar sus cabellos, amaba mucho a ese muchachito y el mocoso parecía no darse cuenta
- Lo siento, lo siento tanto – cerro los ojos y en un acto reflejo totalmente inconsciente empezó a morderse el dedo que tenía metido en la boca – no volverá a pasar, perdóname papá
- Perdonado no estás Lex, estas castigado tres semanas sin salir de la casa a ninguna parte - te queda ahora prohibido hasta ir a montar a caballo… vas a estudiar para tu examen de ingreso y la semana posterior al examen, volverás a repasar tus fallas
- Pero papa – levanto la cabeza para mirar a su padre
- No mi hijo, ahora no hay peros que se tengan, tres semanas o repetimos lo de hoy cada lunes, ¿quieres eso?, ¿qué te vuelva a azotar con una varita en el poto? – le pregunto y Alexander movió la cabeza como loco negando aquello, había tenido suficiente del maldito sauce – y te estoy hablando muy en serio Lexito, prefiero darte de nalgadas cada día si es preciso para que aprendas a obedecer y cuidarte, antes de perderte por una imprudencia y mi negligencia de no haberte corregido a tiempo y como debe ser, aun cuando para ti eso suponga llorar mucho y no poder sentarse cómodamente – le dijo dándole una suave palmadita en el trasero que estaba a su alcance
- Está bien papa, serán 3 semanas sin salir – bajo la mirada sacando el dedo mordido y suspirando resignado, no quería por nada repetir el beso de la varilla en el culito, eso había dolido un demonio y aun no sabía cómo dolería mañana
- Bien dicho, ahora vamos, tienes que cenar y tu mama quiere conversar contigo – y Lex trago saliva, seguro mamá quería darle su parte de castigo – es demasiado tarde para hacer las tareas, las harás mañana temprano, voy a hacerte despertar a las 6 de la mañana, así que en cuanto cenes, y termines de conversar con tu madre, te metes a la cama – vaya, papa estaba muy enojado pensó Lex
- Perooo mama seguro querrá pegarme – murmuro lastimosamente mirando a su padre con los ojos cargados de lágrimas
- Una palmadita más de tu madre, te vendrá bien para recordarte que es lo que debes hacer – le contesto impávido
Tras
eso se paro y le jalo para que haga lo mismo, Lex no pudo replicar nada a esa
macabra visión futurista, ya imaginaba tener el culete en pompa para que su
madre le dé una repasada con el cepillo, hizo una mueca de dolor de solo
imaginar y su padre suspiro, pensó que aquella mueca se debía a su castigo… Lex
bajo a cenar como un abuelo apenas caminando de a poquito, mover el potito
estaba siendo un martirio, Clara lo vio bajar apenas y le dijo desde las
escaleras.
- Sube a tu habitación Lex y me esperas en la cama
Lex
hizo un puchero que ni el mismo hubiera creído suyo de haberle retratado el
instante cuando sus comisuras se le cayeron a los lados de puro terror, pero
aun así hizo lo que su madre le dijo, imaginando que le vendría una buena tanda
de azotes extras…….. pero Clara tenía otra cosa en mente, pensaba curar el
culito de su hijo con un poco de manzanilla… y darle luego de comer en la cama
como cuando le operaron de la apéndice…
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