martes, 19 de enero de 2021

Los Th: Cap. 7; Autora Marambra

 Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2021.
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Capítulo 7

Palabra de honor

Autora: Marambra

 

Nathan no había querido abrir la puerta a su padre, estaba demasiado enojado con él, y Mikel pues había usado su llave extra para entrar a la habitación y se encontró con su muchacho tendido en cama con una mano jugando a tirar una pelota de fisioterapia de su cama a la pared, Nathan al verlo aparecer, se dio la vuelta mirando el muro para no darle opción a conversar, pero bueno, a Mikel eso poco le importaba, casi siempre que ocurría escenas semejantes, Mikel optaba por el monologo y Nathan era el único publico obligado a oírlo, unas veces el monologo era el que el hijo deseaba escuchar y bueno hacían las paces, otras simplemente las palabras vertidas ahondaban los conflictos y la rebeldía de Nathan ante ellas lo exponían a otro tipo de charla, más íntima y a señas, donde no necesitaba pensar sino sentir, y lo que sentía pues eran duras palabras en Brailer que quedaban impresas en el blanco lienzo de su trasero con tina roja y a relieve…

Y ahora dos años después estaba ahí, boca abajo sobre su cama sin haber sido nalgueado, pero el cinturonazo que le dio su padre, le había dolido en el alma, había hecho flaquear su autoconfianza y aunque Nathan muy dentro suyo sabía que su padre no se mediría ni cortaría a la hora de calentarle el poto si se portaba mal, es más cuando los hijos de su hermano habían sido castigados por Ethan y habían llorado en sus brazos él los  había consolado diciendo que era normal que de vez en cuando te visiten los azotes si no te portas como debes y les había asegurado que su papá haría lo mismito si él se salía un poco de raya porque era su padre y sabia porque lo  hacía, pero claro una cosa eran las palabras de consuelo para quien llora en tus brazos y otra era consolarse a sí mismo y no querer aceptar que “papá sabe lo que hace y que si se portó mal, pues nada a aguantarse”, como justamente estaba sucediendo ahora.

 

  • Lo siento Nat – había empezado su padre sentándose en la cama de su hijo sobándole la espalda para consolarlo, sabía que su hijo estaba herido moralmente – no debí poner en evidencia que te di un azote de advertencia, te he tratado como a un niño y quizás no es el caso, pero para mí, no importa la edad que tengas, siempre serás mi niño – suspiro – y lo que hago Nathan es por tu bien, yo sé que no lo entiendes ahora pero cuando seas papá lo entenderás
  • ¿Y pretendes que espere tanto para entender? – aquella pregunta no era lo que Mikel hubiese querido oír en un momento como este – No creo que haya un argumento lo suficientemente convincente ni cuando sea padre para convencerme de lo que haces ahora – lo acuso enojado y cansado de debatir con su padre por lo mismo – no entiendo como una tonta reunión de universitarios puede generar en ti tanta desconfianza – agrego moviendo la cabeza como un comentario que te hace pensar profundamente en las tonterías de la vida, pero luego dirigió sus palabras a su padre   creo que en el fondo no me has educado como debe ser – aquello fue algo que dijo sin maldad, sentimiento que nació de la desesperación de buscar una razón “razonable” – por eso te niegas a darme un simple permiso para ir a una fiesta, porque el fondo si yo erro, el error no es mío, sino tuyo, de ahí tu desconfianza – Nathan hablo con mucho dolor en la voz, eso se notaba, pero se negó a mirar a la cara de su padre – por eso no confías en mí, en mi juicio de persona independiente, como adulto
  • Eso no lo sé, el tiempo me dirá o te dirá a ti si estoy o no educándote como es debido – contesto papá sorprendido pero escondiendo bien su sorpresa hablando sin gritar – pero sinceramente hijo no quiero que vayas, tengo un mal presentimiento es todo – esa era su razón razonable  quizás soy paranoico y tengo delirios de persecución cuando de ti o de tu hermano o tus sobrinos se trata, es el miedo de que te pase algo malo – y se animó a poner su mano enorme sobre el hombro del hombrecito aquel que le reclamaba y con buenos argumentos, pensando en que debía ser más cuidadoso con su niño, su chico estaba madurando en todo sentido
  • Pero que puede pasar en una fiesta por el amor de Dios papá – se sentó en la cama apoyando su espalda en las almohadas mirándolo por fin – solo es música y chicos y chicas que bailan, no le veo nada de malo – dijo con voz lastimera, era joven, quería divertirse
  • Bueno, puede ser – no quería darle la razón, porque teóricamente Nat tenía razón ¿Qué de malo había en todo eso de ir a una fiesta?, pero Mikel no sabía cómo explicarse, era una corazonada simplemente – pero por favor Nathan, estoy yendo de viaje con tu madre y concuasa esto con la fiesta esa y yo sé cómo es, lo he vivido y cada año que estuve dando cátedra vi lo mismo ciclo por ciclo – empezó a explicarle su miedo de padre – se tiran una borrachera del demonio y muchos terminan intoxicados, mezclan hasta barbitúricos cuantos muchachos y muchachas terminaron en el hospital en el mejor de los casos y cuantos en la policía y hasta incluso en la morgue – le había cogido las manos y se las acariciaba, Mikel estaba siendo muy  sutil y quería razonar con su hijo, quería que viera su punto de vista
  • Y tú crees que yo no sé cuidarme, que me beberé todo en cuanto entre a la dichosa fiesta – no alzo la mirada y aparto sus manos de las de su padre tirando la pelota a la pared para que rebotara en su cama
  • SI, sinceramente creo que lo harías – contesto Mikel sin un ápice de arrepentimiento en la voz
  • ¿Qué barbaridad papá! – contesto Nat herido con aquella afirmación – ¿cómo puedes insultarme así, de esa fea manera? – Nathan se obligó a sí mismo a apartar de sus ojos el nubarrón que se le hizo y al mismo tiempo a aclarar la voz para que no se le quebrara en la garganta, su padre acababa de darle un terrible revés moral, no quiso mirarlo a la cara y empezó a hurgar los botones de su pijama, ¡diablos! pensó debí haberme salido a la calle temprano y perderme todo el día, no debí mencionar la fiesta que tonto soy a veces, se recriminaba
  • Escúchame hijo y luego hablas ¿sí?le cogió el rostro con ambas manos, pero con cariño – Sabes porque me animo a dar semejante respuesta, a afirmar tan tajantemente eso que tú dices es una ¿barbaridad?... Pues porque no sabes decir NO – bueno papá tenía razón, tenía que admitir – cuando estas empezando a hacer amigos ¿qué actitud tomas? – le pregunto encargándose de la respuesta   La de complacer a todo el mundo para que te acepten – dijo  no lo entiendo bien porque, si eres un hombre guapo, simpático de carácter… inteligente y noble, pero tú siempre terminas haciendo lo que te piden
  • No esa así – se defendió Nat
  • ¿No es así? – contesto Mikel elevando una ceja – ¿quieres que te refresque la memoria?
  • Nooo… bueno… si a veces, pero no tanto – decía
  • Parece que no te acuerdas muchas cosas o no quieres acordarte – dijo papá sin enojo en la voz, porque esta vez tenia las de ganar – pero yo recuerdo a algunas de ellas, como esa vez que tuve que darte esos cimbronazos en casa de tus tíos en Holanda cuando se te ocurrió salir sin calzados a la nieve y casi pierdes los dedos de los pies y solo para demostrar a los amigos de tus primos que tu no eras un cobarde, ¿verdad? – levanto una ceja en interrogante para que su hijo haga memoria, y sin soltarle el rostro – o la vez que viajamos a Yapacaní y casi te lleva la corriente solo para demostrar que tú también sabes nadar y aun cuando yo te advertí que la corriente era demasiado fuerte para meterse en ella me desobedeciste y casi te pierdo, o ¿por qué te castigue la última vez? – y Nat se sintió incomodo, no le gustaba recordar “esas cosas” – por haber fumado marihuana ¿verdad?... y solo para demostrar que tú no te corres de los retos y no te llamen gallina…
  • Pero, pero… – Nathan se acordó de cada uno de esos eventos, se había metido en líos y lo había pagado caro cuando su padre se enteró y a cada problema tuvo que enfrentarse sin ropa interior
  • Pero ¿qué hijo?
  • Eso fue hace mucho, hace más de dos añosNat se cruzó de brazos para que su padre no lo vea derrotado
  • ¿Estás seguro? – inquirió, esta vez obligándolo a mirarlo a la cara – ¿Y lo que ocurrió con Uther hace un mes?... solo por complacerlo y demostrar que tú sabes lo que haces sacaste la movilidad de tu hermano para simplemente llevarlo de paseo y quedar bien con él cuando sabias perfectamente que su padre le había castigado sin salidas – aquello fue horrible, de verdad se llevó un susto de muerte cuando vio a Tano sacarse el cintu y creyó de verdad que le iba a dar una paliza a ambos, pero su hermano por alguna razón se frenó – y solo porque fue Ethan quien no quiso darte unos azotes, te libraste, porque si de mi hubiera dependido, yo te habría reprendido con todo y cinturón, así que hijo, yo sé que si tú vas a esta dichosa fiesta te meterás en un lio descomunal y solo por quedar bien ante un grupo reducido de personas que no sabes si te valoran por  lo que eres o por simplemente divertirse con el novato de turno – palabras sabias para oídos sordos – por todo eso Nathan, no quiero que me vayas y no voy a dar mi brazo a torcer, si por mi fuera te llevo conmigo de viaje por delante, pero tu madre se enfadara conmigo si no te doy un voto de confianza, y tu hermano me ha asegurado que no te pasara nada, porque él se hará cargo de ti – suspiro hondamente como para darse ánimos a sí mismo y creer en esa promesa – y me prometió que si tú te sales un poco de la raya, será el primero en darte un escarmiento, y yo se lo he autorizado, pero te advierto que no será solo la blanda mano de tu hermano sobre tu trasero, sino que a mi regreso, yo si arreglare las cuentas contigo como Dios manda hijo, como Dios manda, y no te va a gustar, pero sé qué harás tu mejor esfuerzo para obedecerme ¿verdad? – lo sacudió un poquito para que le dé una respuesta, o por lo menos la respuesta que él como padre, estaba esperando oír – lo harás ¿verdad?... Me obedecerás y obedecerás a lo que Ethan indique cuando yo no esté ¿cierto?
  • Me hablas de que mi madre te obliga a que me des un voto de confianza – dijo Nat desenchufando a su padre que con tan buenas intenciones fue a darle una sutil amenaza   yo no veo ningún voto de confianza aquí, porque no me estás dando el permiso que quiero, y encima me pones una niñera con autoridad para nalguearme, eso no es justo – esa repuesta no es la que quería Mikel, pero aun si fue mucho más rápido en responder a su hijo
  • SI te estoy dando mi voto de confianza Nat – contesto papá controlando su mal genio – sino no te dejaría en casa toda la semana, confío en que sabrás guardarte de las tentaciones y obedecerás a tu hermano, y ayudaras con los chicos, no les des mal ejemplo ¿bueno? – y apretó un poco su hombro para que lo mire, papá estaba a un pelín de cambiar de idea y Nat lo sabía, pero aun si quiso tirar de la liga un poquito mas
  • O sea me dejas para cuidar a tus nietos, que lindoalzo los hombros en actitud despectiva, Mikel estaba empezando a impacientarse con Nat, desde cuándo se había vuelto tan cuestionador?, no recordaba que tuviera tantos argumentos para una u otra cosa
  • NO, no te dejo a cuidarlos, porque de eso se encarga su padre – para esto Mikel ya cambio el tono de voz y Nat trago saliva – y tú sabes perfectamente que si quiero aun peleándome con tu madre y a riesgo de arruinar el viaje que tanto quiere, si me da la regalada gana te llevo conmigo y te olvidas de estar en casa solo y hacer lo que quierasy vaya que lo sabía, su padre no amenazaba en vano, era un hombre de palabra – no te estoy negando que salgas, duermas, veas a tus amigos, lo único que te estoy pidiendo es que no me vayas a esa dichosa fiesta – advirtió por última vez – al resto de los eventos puedes ir, pero si vas a seguir con esta actitud, mejor empezamos a hacer la maleta y te vas conmigo, porque puedo cambiar el vuelo o agregar a alguien más en mi itinerario o en el peor de los casos cancelar el viaje y quedarme aquí a acompañarte y tú sabes perfectamente que lo puedo hacer – y Nat se horrorizo ante la idea – así que hijo, te doy 5 minutos para que lo pienses, en lo que entro a dejar a Ethan las llaves de la casa y los números de emergencias, ¿estamos? – pregunto cómo cuando solía prometerle una paliza – Porque si tu actitud sigue en el mismo plano, no te va a gustar el resultado, porque cualquiera que sea tu rebeldía yo la voy a aplacar de una u otra manera  Mikel se paró y empezó a caminar a la puerta; Nat se dio cuenta por el timbre de voz de su padre que no estaba jugando, así que debía ser mucho más inteligente si quería salir invicto de aquel lío, ya se las ingeniaría para ir a la fiesta si es que Ethan no lo dejaba
  • NOOO, no papá – le cogió de la mano para que no se salga enfadado – no es necesario pensar nada, tienes razón, yo… YO voy a obedecerte y hare caso a Ethan también, no es necesario que canceles el viaje de mamá, o que quieras incluirme en tus planes, me divertiré con el resto de las actividades lo prometo y le ayudare a Ethan a cuidar a los chicos – dijo casi sin respirar
  • Msssffffff – suspiro Mikel clavando sus enormes ojos verdes en los celestes de su hijo – está bien, voy a tomar tu palabra de honor como única garantía, y olvidarme de que estas maquinando algo para salirte con la tuya, porque si – le dijo mirándolo fijamente cuando Nathan iba a replicar y levantando la mano a manera de stop – sé lo que estás pensando hijo, pero te advierto, te sales un poco de raya y te rayo la cancha en el poto ¿entendido? – lo sacudió de los hombros cuando Nat se paró y estuvo a punto de negar todo – ¿entendido?, estas advertido y condenado Nathan Van Lauder, un poco solamente y te vas despidiendo de tu ropa interior, porque la paliza que te daré será como a un mocoso de 4 años, sin calzón o debo decir sin pañal?
  • ¡PAPAAA!– la cara de Nat era una comedia ante el panorama anunciado por su padre, NOOOO por nada del mundo él quería que eso sucediera, no estaba dispuesto a que le den nalgadas pero tampoco a renunciar a la fiesta con Miroslava, ya pensaría mejor cuando su padre no esté – me estas amenazando como a un niño malcriado y YO NO SOY UN NIÑO
  • Pues lo pareces Nathan, cuando te encaprichas pareces un niño, así que si te portas mal… llevas – le dijo moviendo la mano a manera de azote amenazadoramente – bien, ahora voy a charlar con Ethan, y dejarle los números de fono donde estaremos por si acaso, así que mi guapito firme en tus decisiones y si son equivocadas firme para asumir las consecuencias ¿entendido? – y le cogió el mentón esperando que su hijo responda
  • SI papa, firme en todo – puso su mano a manera de saludo militar y se tiro a la cama, vaya amanecida todo un evento, que asco se dijo a si mismo frunciendo la nariz pegada a la almohada oyendo las pisadas de su verdugo ir donde su hermano para dejarle el mando y la autoridad para fajarlo si se portaba mal – ¡qué maravilla!, ¿cómo pude llegar a esto? – se preguntaba aún refunfuñando

Si, toda una maravilla….



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