Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Palabra de honor
Autora: Marambra
Nathan no
había querido abrir la puerta a su padre, estaba demasiado enojado con él, y
Mikel pues había usado su llave extra para entrar a la habitación y se encontró
con su muchacho tendido en cama con una mano jugando a tirar una pelota de
fisioterapia de su cama a la pared, Nathan al verlo aparecer, se dio la vuelta
mirando el muro para no darle opción a conversar, pero bueno, a Mikel eso poco
le importaba, casi siempre que ocurría escenas semejantes, Mikel optaba por el
monologo y Nathan era el único publico obligado a oírlo, unas veces el monologo
era el que el hijo deseaba escuchar y bueno hacían las paces, otras simplemente
las palabras vertidas ahondaban los conflictos y la rebeldía de Nathan ante
ellas lo exponían a otro tipo de charla, más íntima y a señas, donde no
necesitaba pensar sino sentir, y lo que sentía pues eran duras palabras en
Brailer que quedaban impresas en el blanco lienzo de su trasero con tina roja y
a relieve…
Y
ahora dos años después estaba ahí, boca abajo sobre su cama sin haber sido
nalgueado, pero el cinturonazo que le dio su padre, le había dolido en el alma,
había hecho flaquear su autoconfianza y aunque Nathan muy dentro suyo sabía que
su padre no se mediría ni cortaría a la hora de calentarle el poto si se
portaba mal, es más cuando los hijos de su hermano habían sido castigados por
Ethan y habían llorado en sus brazos él los
había consolado diciendo que era normal que de vez en cuando te visiten
los azotes si no te portas como debes y les había asegurado que su papá haría
lo mismito si él se salía un poco de raya porque era su padre y sabia porque
lo hacía, pero claro una cosa eran las
palabras de consuelo para quien llora en tus brazos y otra era consolarse a sí
mismo y no querer aceptar que “papá sabe lo que hace y que si se portó mal,
pues nada a aguantarse”, como justamente estaba sucediendo ahora.
- Lo siento Nat
– había empezado su padre sentándose en la
cama de su hijo sobándole la espalda para consolarlo, sabía que su hijo estaba
herido moralmente – no debí poner en evidencia que
te di un azote de advertencia, te he tratado como a un niño y quizás no es el
caso, pero para mí, no importa la edad que tengas, siempre serás mi niño – suspiro – y lo que hago
Nathan es por tu bien, yo sé que no lo entiendes ahora pero cuando seas papá lo
entenderás
- ¿Y pretendes
que espere tanto para entender? – aquella pregunta no
era lo que Mikel hubiese querido oír en un momento como este – No creo que
haya un argumento lo suficientemente convincente ni cuando sea padre para
convencerme de lo que haces ahora – lo
acuso enojado y cansado de debatir con su padre por lo mismo – no entiendo como una tonta reunión de universitarios
puede generar en ti tanta desconfianza – agrego moviendo la cabeza
como un comentario que te hace pensar profundamente en las tonterías de la
vida, pero luego dirigió sus palabras a su padre –
creo que en el fondo no me has educado como debe ser – aquello fue algo que dijo sin maldad,
sentimiento que nació de la desesperación de buscar una razón “razonable” – por eso te niegas a darme un simple permiso para ir a
una fiesta, porque el fondo si yo erro, el error no es mío, sino tuyo, de ahí
tu desconfianza – Nathan hablo
con mucho dolor en la voz, eso se notaba, pero se negó a mirar a la cara de su
padre – por eso no confías en mí, en mi juicio de persona
independiente, como adulto
- Eso no lo sé,
el tiempo me dirá o te dirá a ti si estoy o no educándote como es debido – contesto
papá sorprendido pero escondiendo bien su sorpresa hablando sin gritar – pero sinceramente hijo no quiero que vayas, tengo un
mal presentimiento es todo – esa era su razón razonable – quizás soy paranoico y tengo delirios de
persecución cuando de ti o de tu hermano o tus sobrinos se trata, es el miedo
de que te pase algo malo – y se animó
a poner su mano enorme sobre el hombro del hombrecito aquel que le reclamaba y
con buenos argumentos, pensando en que debía ser más cuidadoso con su niño, su
chico estaba madurando en todo sentido
- Pero que puede
pasar en una fiesta por el amor de Dios papá – se sentó en la cama
apoyando su espalda en las almohadas mirándolo por fin – solo
es música y chicos y chicas que bailan, no le veo nada de malo – dijo con voz lastimera, era joven, quería
divertirse
- Bueno, puede
ser – no quería darle la razón, porque
teóricamente Nat tenía razón ¿Qué de malo había en todo eso de ir a una
fiesta?, pero Mikel no sabía cómo explicarse, era una corazonada simplemente – pero por favor Nathan, estoy yendo de viaje con tu
madre y concuasa esto con la fiesta esa y yo sé cómo es, lo he vivido y cada
año que estuve dando cátedra vi lo mismo ciclo por ciclo – empezó a
explicarle su miedo de padre – se tiran una borrachera del demonio y muchos terminan
intoxicados, mezclan hasta barbitúricos cuantos muchachos y muchachas
terminaron en el hospital en el mejor de los casos y cuantos en la policía y
hasta incluso en la morgue – le
había cogido las manos y se las acariciaba, Mikel estaba siendo muy sutil y quería razonar con su hijo, quería
que viera su punto de vista
- Y tú crees que
yo no sé cuidarme, que me beberé todo en cuanto entre a la dichosa fiesta – no
alzo la mirada y aparto sus manos de las de su padre tirando la pelota a la
pared para que rebotara en su cama
- SI,
sinceramente creo que lo harías – contesto Mikel sin un
ápice de arrepentimiento en la voz
- ¿Qué
barbaridad papá! – contesto Nat herido con aquella
afirmación – ¿cómo puedes insultarme así, de esa fea manera? – Nathan se obligó a sí mismo a apartar de sus
ojos el nubarrón que se le hizo y al mismo tiempo a aclarar la voz para que no
se le quebrara en la garganta, su padre acababa de darle un terrible revés
moral, no quiso mirarlo a la cara y empezó a hurgar los botones de su pijama,
¡diablos! pensó debí haberme salido a la calle temprano y perderme todo el día,
no debí mencionar la fiesta que tonto soy a veces, se recriminaba
- Escúchame hijo
y luego hablas ¿sí? – le cogió el rostro con ambas manos, pero
con cariño – Sabes porque me animo a dar semejante respuesta, a
afirmar tan tajantemente eso que tú dices es una ¿barbaridad?... Pues porque no
sabes decir NO – bueno papá tenía razón, tenía que admitir – cuando estas
empezando a hacer amigos ¿qué actitud tomas? – le pregunto
encargándose de la respuesta – La de complacer a todo el
mundo para que te acepten – dijo – no lo entiendo
bien porque, si eres un hombre guapo, simpático de carácter… inteligente y
noble, pero tú siempre terminas haciendo lo que te piden
- No esa así – se
defendió Nat
- ¿No es así? – contesto
Mikel elevando una ceja – ¿quieres que te refresque la memoria?
- Nooo… bueno…
si a veces, pero no tanto – decía
- Parece que no
te acuerdas muchas cosas o no quieres acordarte – dijo
papá sin enojo en la voz, porque esta vez tenia las de ganar – pero yo recuerdo a algunas de ellas, como esa vez que
tuve que darte esos cimbronazos en casa de tus tíos en Holanda cuando se te
ocurrió salir sin calzados a la nieve y casi pierdes los dedos de los pies y
solo para demostrar a los amigos de tus primos que tu no eras un cobarde, ¿verdad?
– levanto una ceja en interrogante para que su hijo haga memoria, y
sin soltarle el rostro – o la vez que viajamos a Yapacaní y casi te lleva la
corriente solo para demostrar que tú también sabes nadar y aun cuando yo te
advertí que la corriente era demasiado fuerte para meterse en ella me
desobedeciste y casi te pierdo, o ¿por qué te castigue la última vez? – y
Nat se sintió incomodo, no le gustaba recordar “esas cosas” – por haber fumado marihuana ¿verdad?... y
solo para demostrar que tú no te corres de los retos y no te llamen gallina…
- Pero, pero… – Nathan
se acordó de cada uno de esos eventos, se había metido en líos y lo había
pagado caro cuando su padre se enteró y a cada problema tuvo que enfrentarse
sin ropa interior
- Pero ¿qué hijo?
- Eso fue hace
mucho, hace más de dos años – Nat se cruzó de brazos para que su padre
no lo vea derrotado
- ¿Estás seguro?
– inquirió, esta vez obligándolo a mirarlo
a la cara – ¿Y lo que ocurrió con Uther hace un mes?... solo por
complacerlo y demostrar que tú sabes lo que haces sacaste la movilidad de tu
hermano para simplemente llevarlo de paseo y quedar bien con él cuando sabias
perfectamente que su padre le había castigado sin salidas – aquello
fue horrible, de verdad se llevó un susto de muerte cuando vio a Tano sacarse
el cintu y creyó de verdad que le iba a dar una paliza a ambos, pero su hermano
por alguna razón se frenó – y solo porque fue
Ethan quien no quiso darte unos azotes, te libraste, porque si de mi hubiera
dependido, yo te habría reprendido con todo y cinturón, así que hijo, yo sé que
si tú vas a esta dichosa fiesta te meterás en un lio descomunal y solo por
quedar bien ante un grupo reducido de personas que no sabes si te valoran
por lo que eres o por simplemente
divertirse con el novato de turno – palabras sabias para oídos sordos – por todo
eso Nathan, no quiero que me vayas y no voy a dar mi brazo a torcer, si por mi
fuera te llevo conmigo de viaje por delante, pero tu madre se enfadara conmigo
si no te doy un voto de confianza, y tu hermano me ha asegurado que no te
pasara nada, porque él se hará cargo de ti – suspiro hondamente como
para darse ánimos a sí mismo y creer en esa promesa – y me prometió que si tú te sales un poco
de la raya, será el primero en darte un escarmiento, y yo se lo he autorizado,
pero te advierto que no será solo la blanda mano de tu hermano sobre tu
trasero, sino que a mi regreso, yo si arreglare las cuentas contigo como Dios
manda hijo, como Dios manda, y no te va a gustar, pero sé qué harás tu mejor
esfuerzo para obedecerme ¿verdad? – lo sacudió un poquito para que
le dé una respuesta, o por lo menos la respuesta que él como padre, estaba
esperando oír
– lo harás ¿verdad?... Me obedecerás y obedecerás a lo que Ethan indique cuando
yo no esté ¿cierto?
- Me hablas de
que mi madre te obliga a que me des un voto de confianza – dijo
Nat desenchufando a su padre que con tan buenas intenciones fue a darle una
sutil amenaza
– yo
no veo ningún voto de confianza aquí, porque no me estás dando el permiso que
quiero, y encima me pones una niñera con autoridad para nalguearme, eso no es
justo – esa repuesta no es la que
quería Mikel, pero aun si fue mucho más rápido en responder a su hijo
- SI te estoy
dando mi voto de confianza Nat – contesto papá
controlando su mal genio – sino no te dejaría en casa toda la semana, confío en
que sabrás guardarte de las tentaciones y obedecerás a tu hermano, y ayudaras
con los chicos, no les des mal ejemplo ¿bueno? –
y apretó un poco su hombro para que lo mire, papá estaba a un pelín
de cambiar de idea y Nat lo sabía, pero aun si quiso tirar de la liga un
poquito mas
- O sea me dejas
para cuidar a tus nietos, que lindo – alzo
los hombros en actitud despectiva, Mikel estaba empezando a impacientarse con
Nat, desde cuándo se había vuelto tan cuestionador?, no recordaba que tuviera
tantos argumentos para una u otra cosa
- NO, no te dejo
a cuidarlos, porque de eso se encarga su padre – para esto Mikel ya
cambio el tono de voz y Nat trago saliva – y tú sabes
perfectamente que si quiero aun peleándome con tu madre y a riesgo de arruinar
el viaje que tanto quiere, si me da la regalada gana te llevo conmigo y te
olvidas de estar en casa solo y hacer lo que quieras – y vaya que lo sabía, su padre no amenazaba
en vano, era un hombre de palabra – no te estoy negando
que salgas, duermas, veas a tus amigos, lo único que te estoy pidiendo es que
no me vayas a esa dichosa fiesta – advirtió
por última vez
– al resto de los eventos puedes ir, pero si
vas a seguir con esta actitud, mejor empezamos a hacer la maleta y te vas
conmigo, porque puedo cambiar el vuelo o agregar a alguien más en mi itinerario
o en el peor de los casos cancelar el viaje y quedarme aquí a acompañarte y tú
sabes perfectamente que lo puedo hacer – y
Nat se horrorizo ante la idea – así que hijo, te
doy 5 minutos para que lo pienses, en lo que entro a dejar a Ethan las llaves
de la casa y los números de emergencias, ¿estamos? – pregunto cómo cuando solía prometerle una
paliza – Porque si tu actitud sigue en el mismo plano, no te va
a gustar el resultado, porque cualquiera que sea tu rebeldía yo la voy a
aplacar de una u otra manera – Mikel se paró y empezó a caminar a la puerta;
Nat se dio cuenta por el timbre de voz de su padre que no estaba jugando, así
que debía ser mucho más inteligente si quería salir invicto de aquel lío, ya se
las ingeniaría para ir a la fiesta si es que Ethan no lo dejaba
- NOOO, no papá
– le cogió de la mano para que no se salga
enfadado – no es necesario pensar nada, tienes razón, yo… YO voy a
obedecerte y hare caso a Ethan también, no es necesario que canceles el viaje
de mamá, o que quieras incluirme en tus planes, me divertiré con el resto de
las actividades lo prometo y le ayudare a Ethan a cuidar a los chicos – dijo
casi sin respirar
- Msssffffff – suspiro
Mikel clavando sus enormes ojos verdes en los celestes de su hijo – está bien,
voy a tomar tu palabra de honor como única garantía, y olvidarme de que estas
maquinando algo para salirte con la tuya, porque si – le dijo mirándolo fijamente cuando Nathan iba
a replicar y levantando la mano a manera de stop – sé lo que estás pensando hijo, pero te
advierto, te sales un poco de raya y te rayo la cancha en el poto ¿entendido? – lo sacudió de los hombros cuando Nat se paró
y estuvo a punto de negar todo – ¿entendido?, estas
advertido y condenado Nathan Van Lauder, un poco solamente y te vas despidiendo
de tu ropa interior, porque la paliza que te daré será como a un mocoso de 4
años, sin calzón o debo decir sin pañal?
- ¡PAPAAA!– la
cara de Nat era una comedia ante el panorama anunciado por su padre, NOOOO por
nada del mundo él quería que eso sucediera, no estaba dispuesto a que le den
nalgadas pero tampoco a renunciar a la fiesta con Miroslava, ya pensaría mejor
cuando su padre no esté – me estas amenazando
como a un niño malcriado y YO NO SOY UN NIÑO
- Pues lo
pareces Nathan, cuando te encaprichas pareces un niño, así que si te portas
mal… llevas – le dijo moviendo la mano a manera de
azote amenazadoramente – bien, ahora voy a
charlar con Ethan, y dejarle los números de fono donde estaremos por si acaso,
así que mi guapito firme en tus decisiones y si son equivocadas firme para
asumir las consecuencias ¿entendido? – y
le cogió el mentón esperando que su hijo responda
- SI papa, firme
en todo – puso su mano a manera de saludo militar
y se tiro a la cama, vaya amanecida todo un evento, que asco se dijo a si mismo
frunciendo la nariz pegada a la almohada oyendo las pisadas de su verdugo ir
donde su hermano para dejarle el mando y la autoridad para fajarlo si se
portaba mal – ¡qué maravilla!, ¿cómo pude llegar a esto? – se preguntaba aún refunfuñando
Si,
toda una maravilla….
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