Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Todo puede ser
Autora: Marambra
La noche estaba
maravillosa, el sentimiento de libertad corría por las venas de aquel simpático
grupo de varones; Uther, Matías y Lothar habían subido a la movilidad del
abuelo, Matías además había robado del pequeño bar de la sala una botella de
whisky cinta azul y la metió en el bolsillo de su cazadora, era otoño, el cielo
estaba limpio y las estrellas brillaban, la ciudad era un todo en Santa Cruz,
pisaron el acelerador y abrieron las ventanas, tenían que darle un buen uso a
la movilidad, claro que el buen uso suyo distaba mucho del buen uso de Mikel;
para ellos, usar la movilidad significaba pisar el acelerador, poner el
marcador encima de 100, reventar los bafles con música de moda, cantar a voz en
cuello con toda la ventana abierta, hacer chirriar las llantas en las curvas, y
dar vueltas y vueltas en los arenales a las afueras de la ciudad, probando la
tracción del vehículo, y después de eso, la joda era ir a espiar a Nathan en
sus afanes amorosos.
Nathan
había salido perfumado de pies a cabeza, con el pelo despeinado en su peinado
de moda, vestía una elegante camisa blanca que se compró a escondidas de sus
padres para tan importante evento, los jeans se ajustaban al trasero bien
dibujado fortalecido por los ejercicios, tenía una buena complexión, digna de
admirar, buen porte como todos en la casa…
Su
madre había hablado con su papa. Le había cumplido la promesa, pero vanos
habían sido los intentos diplomáticos de Miranda para dejar que el menor de sus
vástagos asista a tan importante evento juvenil.
- No me va y
punto Miranda así que espero no hayas prometido que iría – le
contesto a su esposa ya fastidiado con la insistencia – yo no le di permiso y tampoco lo hare – le aseguro con el ceño fruncido bajando su
periódico – está pensando en estupideces en vez de concentrarse en
estudiar, que se cree, pasada esta tonta semana tiene exámenes parciales… Ya lo
averigüé – dijo antes de que
Miranda refuté su negación
- Pero es solo
un día – pero Miranda sabia como refutar y siempre
tenía que dar batalla a Mikel sobre todo si de Nathan se trataba, el chico era
su debilidad
- ¡JA! un día,
un día… NO, es toda la semana – aseguro frunciendo el hocico – si le damos el permiso hoy será hasta el viernes
siguiente – se atrevió a declarar
como dueño de la verdad – por eso no quiero que vaya que conozco como es la
presión de los demás, que te obligan a hacer cosas que no vienen al caso por
solo fastidiar y a él le encanta complacer –
y bueno Miranda no podia decir que eso era mentira porque no lo era – y como lo conozco, no quiero que vaya
- Te pasas
Mikel, no es un niño, puedes hablar con él y explicarle tu punto de vista
y… –
y ella tenía que abogar hasta el último
minuto por su muñeco
- ¿No es un
niño? ¿Y qué carajos haces tú entonces pidiendo permiso por él? ¿Porque no
viene él? – y ahí iba Mikel refutando sus
fundamentos
- Porque bueno, tú no quieres darle permiso
- Y bien que no
me lo insiste, porque terminara boca abajo sobre mis rodillas Miranda – amenazo
- Que estupidez,
ya tiene 19 no es un crio – volvió a asegurar mamá defendiendo a
capa y espada al querubín de la casa
- Por si no te
has enterado Miranda, Nat es MI CRIO – Mikel era muy
posesivo en todo y con su hijo no iba a ser menos, sobre todo con Nath – es el menor de MI CASA y si digo que no va NO ME VA – aseguro
cada vez más disgustado con el temita – si quiero tenerlo
bajo mi ala lo tendré y si se porta mal, le daré una paliza – agrego
para susto de Miranda – no te creas y que no se crea él que no lo hare si no
sabe comportarse, que ya se lo explique en año nuevo – explicar,
explicar mmm había insinuado, que era diferente – él está bajo mi cuidado u la única cosa
que tiene que hacer es estudiar NADA MÁS
- Lo sé y él
también lo sabe, pero no creo que sea prudente que seas tan radical, es casi un
hombre – Miranda quería hacer entender eso a toda
costa a Mikel, Nathan era un joven adulto
- “Casi” – recalco
papá a su conveniencia – tú lo acabas de
decir Miranda – más retorcido no
podía ser, pensó ella – cuando trabaje y me
traiga su título dejare que haga lo que quiera mientras tanto, su trasero está
en mis manos
- Esto es el
colmo – estallo Miranda, ya no con ganas de
negociar sino de pelear – no puedes azotarlo
como si fuera un niño – manifestó
quitándole el estúpido periódico de la mano
- Si tanto te
PREOCUPA el culito de tu hijito haremos una cosa – resolvió
papá sin mosquearse – alistaras su ropa y
como no tiene nada que hacer esta semana en la universidad ni en casa nos lo
llevaremos con nosotros al viaje a Iguazú – eso
era una bomba no había duda – así él también se
divierte sanamente, tú no te preocupas en que le rompa el poto por desobediente
y yo duermo en paz sabiendo donde está. ¿Bueno?
- QUE CARAJOS – chillo
Miranda enfada
– yo NO QUIERO que vaya con nosotros se
supone que es nuestro viaje de aniversario –
reclamo, pero Mikel no dijo nada – vaya este
condenado, querer llevar testigos – Miranda
había tirado las almohadas sobre la cama con fuerza, estaban preparándose para
dormir
- Pero tu estas
queriendo eso – se animó a picar Mikel
- NO, eso es lo que
tú quieres hacer – contraataco su mujer
- Pensándolo
mejor, creo que no es tan descabellada la idea, lo llevaremos, no confío en él,
algo me dice que hará una de las suyas – estaba abriendo la
puerta para ir al cuarto de Nathan y empacar la ropa del muchacho y al ver eso
Miranda dijo
- Esto es el colmo, si tanto te preocupa que se meta en líos dile a Ethan que lo cuide, total, debe vigilar también a sus hijos ¿no?
- ¿A ETHAN? – pregunto
como si a su mujer se le hubiese zafado un tornillo –
¿ESTAS LOCA MIRANDA?, ni siquiera puede con su prole… – estaba por lanzar un argumento de lo más
descabellado, a veces Mikel era demasiado testarudo, y según él, solo él era
capaz de ver los peligros futuros de los miembros de su linaje y como buen
cabeza de familia, solo él era capaz de corregir de ser necesario y ajustar las
riendas de su prole…. Pero Miranda lo corto por lo bajito
- Bien, si crees
que Ethan no es capaz de cuidar a Nathan, cosa que es ridícula porque ya es
grande ya para tener niñera – dijo enfadada – creo que lo
mejor será que anulemos el viaje, mejor dicho anulas tu vuelo que yo seguiré
con MIS PLANES DE ANIVERSARIO CON MARIDO O SIN MARIDO A MI LADO – Mikel
no se esperaba aquella respuesta – COMO DICEN POR AHÍ LAS MALAS LENGUAS: EN ESTA CAMA SE
HACE EL AMOR ESTE O NO EL DUEÑO DE LA MISMA, te quedas a cuidar de todos los
muchachos de esta familia desde Ethan a Lothar – un anuncio
descabellado pero bueno ahí iba Miranda – porque según TU, nadie solo vos eres mayor de edad y
responsable, así no pierdes de vista a ninguno, te levantas temprano pones la
mesa preparas el desayuno, bañas primero a Ethan que tiene que ir temprano al
hospital, luego a Nathan que va a la U, luego Uther y Lothar que entran un poco
más tarde al colegio, es más los llevas para que no se pierdan, regresas y te
pones con la casa, como eres el único responsable, serás el único en mantener
el orden y eso significa, que lavaras, plancharas, cocinaras, podaras, barreras
y todas las RAS que se hacen en la casa mientras yo me tomo baños de sol en el
hotel, me tiro a la piscina, me hago masajes y si pillo un hombre cincuentón de
buen humor me voy a bailar con él, ¿estamos? –
no le había dado opción a replicar porque Miranda acababa de
volverse la lengua más veloz del oriente boliviano, parecía una tarabilla
- ¿Qué cosa? – pregunto
Mikel enojado con esa sugerencia
- Lo que acabas
de oír – Ambos habían terminado discutiendo sin
motivo alguno y al final no sabían porque peleaban, un simple permiso había
derivado en un conflicto de intereses mayores
- Está bien, está bien Miranda… hablare con Nathan, pero si insiste no voy a frenarme si lo que busca es una paliza y en cuanto a Ethan, pues hablare con él también para pedirle que “cuide” de Nat en nuestra ausencia
Nathan
había oído toda la conversación y como no oírlo si su padre gritaba prácticamente, y eso de que “su
trasero está en mis manos” lo único que consiguió fue que el aún adolescente
que tenía en agonía en su ser, reviva, se levante como el fénix de sus cenizas y
su sed de rebeldía se haga insoportable, NOOOO, NAthan no podía quedarse en
casa, tenía que participar de los eventos festivos, y todo eso iniciaba con la
fiesta roja que hacían las chicas más sexys de la universidad y una de ellas lo
tenía en la mira, no podía simplemente ser obediente y dejar pasar la
oportunidad, NO, él tenía que ser esta vez el chico malo que aquella gata
buscaba, así que simplemente monto un teatro delante de sus padres, con riesgo
a que su poto sufra las consecuencias, pero tenía que ser convincente, así que
al día siguiente cuando el pregunto a su madre que tal la reunión con papá,
ella contesto.
- Un fracaso
total cariño, me temo que no podrás ir a la fiesta, mejor has caso y quédate
tranquilo ¿sí? – aconsejo su madre porque sabía que Mikel
andaba para pocas pulgas, pero su hijo no entendió el mensaje
- Pero yo quiero
ir, tengo que ir, por favor – le dijo a su madre con cara de cachorro
apaleado pero al ver que su madre no abría la boca no le quedó otra que dirigir
su ruego a su padre – por favooorrr, papá
deja que vaya – agrego al ver a su padre ingresar al comedor, Ethan
había salido temprano con los niños a comprar ropa, estaban iniciando el año
escolar y ya habían entregado la larga lista de útiles y debía ir con ellos a
hacer las compras de ropa deportiva que usarían a lo largo de la temporada
- Dije que NO Nathan, así que compórtate como se espera de ti ¿bueno?... No me provoques
Pero
Nat quería provocar a toda costa, así que sacando al rebelde sin causa de su
ser inicio un supuesto dialogo, solo que aquel fue un berrinche y el dialogo
era un monologo de su padre y todo para que su padre le diera el permiso o
mejor dicho comprenda que era mayor de edad y podía si quería ir a la fiesta, y
lo único que consiguió fue que se enfade con él, pero esto también tenía una
ventaja, primero, no lo obligaría a viajar con ellos a las Cataratas de Iguazú,
eso sería la perdición total, preferible unas nalgadas después de divertirse a
estar con ellos todo el día en un hotel haciendo de Cupido, corrección
preferible unos a lo mucho 10 minutos de nalgadas a estar TODA LA SEMANA CON
ELLOS… si definitivamente, aunque era mejor optar por el segundo plan, quedarse
con Ethan al mando, total, Ethan no estaba todo el día en casa y siempre podía
tomarle el pelo….
- Pero es que yo
quiero ir, no me puedes negar esta salida papa, soy grande, tengo 19 – Tanteo
el terreno, estaba jochando al toro
- ¿Ah sí?...
podrás tener 50 no me interesa pero tú no me vas y punto, no me fastidies Nat,
quiero desayunar en paz, y si tú no tienes hambre ve a tu cuarto y lee – había
recorrido la silla y empezado a sentarse en su sitio, cogiendo el periódico que
Miranda le alcanzo mientras ella, buscaba los ojos de su hijo para conminarlo
con la mirada a que ceda en su postura, porque estaba segura de que Mikel
cumpliría su palabra y le daría una paliza donde este y como este… y ahora
mismo Nathan no estaba ni siquiera con jeans, estaba con pijama
- Haz caso hijo
¿sí? – había hablado mamá colocando la taza de
su hijo con leche caliente
- NO, no voy a
hacer caso mamá no es justo, y papá, sabré yo cuando leo y cuando no… tengo 19
años – se había parado y agarrado el respaldo
de la silla como para darse importancia, pero en realidad parecía que estaba
buscando algo donde protegerse, ya que a pocos pasos estaba su padre, digamos
entonces que estaba poniendo el poto en resguardo por si acaso lejos de su
alcance
- Nathan Van
Lauder – Mikel había pronunciado todo su nombre,
era la primera advertencia y dejo el periódico sobre la mesa doblándolo
despacio mientras contaba hasta mil para no empezar el día con pie izquierdo – estas tramitándote una paliza, no me provoques, por tu
bien no lo hagas si sabes valorar sentarte, me importa una mierda la edad que
tengas, igual voy a fajarte – Mikel
se levantó un poco y le mostro el cinturón a Nathan, hubo momentos antaño, en
que solo mostrarle ese horrible accesorio de vestir podía hacer que ceda ante
sus desmanes
Pero
Nathan no lo hizo, siguió con la cantaleta para ver hasta dónde podía jorobar a
su padre, era digamos un estudio de terreno en crudo, no sabía bien cómo
actuar, pues su última paliza papá se la había dado antes de cumplir 17, así
que tenía el trasero invicto desde hace más o menos dos años y por ende no estaba tan seguro de
hasta dónde podían ir las amenazas de papá, pero lo comprobó nada más en unos
pocos minutos.
- No me estoy
tramitando nada y si no me das permiso da lo mismo me iré igual – dijo
retando abiertamente a su padre, tarde o temprano tenía que suceder – ya te dije, tengo 19, así que digamos que no te estoy
pidiendo permiso, te lo estoy comunicando por educación y… – y el Y quedo en el aire, Mikel se paró de
golpe y se sacó el cinturón en un dos por tres y antes de que Nat se dé cuenta,
le soltó un solo chirlo con bastante fuerza sobre los muslos
- ZZASSS
- AUUUCHHCHC
MIERDA – Nat empezó a apretar la mandíbula, y se
volvió de pronto colorado de la vergüenza, la sorpresa y el dolor, pero no
quiso sobarse la pierna delante de sus padres así que mantuvo las manos sobre
el respaldo de la silla, solo que digamos que la apretó más fuerte; no se había esperado eso, bueno si, pero no
un chicotazo, se esperó el par de nalgadas de advertencia; padre e hijo tenían
un código mano – poto que funcionaba a las mil maravillas, y consistía en un
par duro de nalgadas para reflexionar sobre la ropa, si eras inteligente lo
hacías y si no te exponías al resto, Nat, a veces pues ponía en huelga a sus
neuronas y el trasero terminaba colorado, pero papá había cambiado de técnica
- Bueno, acabo
de enviarte MAIL DE URGENCIA, o mejor dicho de advertencia, y solo te falta así
de tantito para llevarte la paliza entera Nathan – le
mostro el pequeño espacio entre sus dedos índice y pulgar – Y
agradece que estoy de buen humor porque si no, está tu fanfarronería de que no
me pides permiso si no que me lo comunicas la pagarías muy caro sobre mi
regazo, no te creas niño tonto – le
regalo un cocacho doloroso – que no puedo
hacerlo – pero parecía que su
buen humor empezaba a esfumarse y mientras ese buen humor se marchaba, las
manos de Mikel empezaron a jalar a su hijo sobre su regazo, pero Nat fue rápido
en reaccionar y solo de milagro se salvó de una tunda
- Okey, okey,
paz, paz, paz, entendí papá, perdona mi actitud, me he descontrolado fue solo
eso – Nathan había hecho acopio de valor y no
le permitió a su padre arrastrarlo donde estaba a punto de hacerlo, y para
convencer a su papa, había puesto sus dedos en señal de paz haciendo una V con
ellos, y cuando su padre lo tenía apretando el brazo pero sin jalarlo ya, él se
había disculpado de su actitud y retomo el porte de adulto que se suponía se
esperaba de él, pero Miranda se dio cuenta de ello, Nat solo había aplazado el
momento
- Eso está mucho
mejor Nat, muchísimo mejor, sé que no eres un niño, pero tampoco un adulto
maduro, pero tengo fe en ti – Lo había soltado y se volvió a sentar a
desayunar y le arrastro la silla a Nathan para que haga lo mismo
- Siéntate, tu
leche se enfría – joder la mama y la leche, ¿cómo era
posible? Odiaba la leche, él quería café, pero Miranda se empecinaba en darle
leche, pero no pudo hacer nada se sentó mirando el horrible líquido blanco y
trago saliva, aquella horrible pócima le causaba dolor de estómago
- ¿No la vas a tomar?
- Me da dolor de estómago papá, preferiría café
- Entonces que
sea café con leche – y ni corto ni perezoso le vertió un
chorro de café, pero aquello no era lo mismo, y haciendo acopio de valor empezó
a desayunar
En
eso llegaron ya Ethan y los chicos, se fueron a lavar las manos y se sentaron a
desayunar, y fue Mikel quien dio las nuevas noticias.
- ¿Cómo les fue
Tano? – pregunto Mikel
- Bien pa, pude
comprar todo y esta tarde pues nada a forrar útiles y alistar todo que el lunes
siguiente inician ya las clases – suspiro y tomo un
sorbo delicioso de café negro, como debe ser
- Pues nosotros
nos iremos con tu madre a Iguazú, la siguiente semana es nuestro aniversario de
bodas, supongo que no te causara ningún inconveniente que nos vayamos, pero me
preocupan los chicos – partía el pan y le pasaba un pedazo a
Nathan; Ethan los miro extrañado y pensó que algo había pasado, pues la cara de
Nat lo decía todo y Mikel tenía la costumbre de encajarle la comida a la boca
tras una nalgada, peroooo, ¿a estas alturas del partido?, como que poco
creíble, Nathan era casi un hombre
- No te hagas lio papá, esta semana estaré de turno en quirófano, pero ha llamado, así que tras la consulta cotidiana de la mañana volveré pronto y para almorzar con los niños
- Bueno, es que
es la semana aniversario de la universidad también y estoy considerando
llevarme a Nat de vacaciones – la cara de Nathan se descompuso
totalmente y se atoro con la leche regando a todos los comensales al toser
- Qué asco tío – gritaron
Uther y Lothar al ser mojados con leche
- Perdón… papá no me puedes llevar
- Y ¿por qué no?
- Porque se
supone que es vuestro viaje con mamá, yo no pinto nada en él – había
desesperación en la voz y su hermano se dio cuenta de ello y al ver la cara que
puso la madre supo que ella tampoco estaba de acuerdo
- ¿Quieres irte
de viaje con mama por el aniversario de vuestra boda y llevarte a Nathan? – le
pregunto como si no entendiera bien el caso – ¿y para que lo quieres llevar de chaperón?
- Exacto, dijo
Miranda, quiere llevarlo por fastidiarlo y fastidiarme – dijo
Miranda enfada, aquello llego a extremo realmente – pero
ya te lo dije, Mikel – amenazo Miranda fijando sus enormes ojos a su
cara – si tú
decides eso, vete de viaje con él, yo ahora mismo cambio mis pasajes para irme
sola a otro lado – aseguro buscando en sus bolsillos la tarjeta de
la agencia de viaje mientras refunfuñaba – esto es el colmo, quizás quiera estar en la cama todo
el día contigo y vas a llevar a nuestro hijo? ¿Porque mejor no compras pañales
y lo cuidas? – tiro la servilleta en medio de la mesa y se salió
enojada directo al teléfono, estaba dispuesta a cambiar o cancelar su vuelo
- HEY HEY, que
pasa mamá – pregunto Ethan al ver el disgusto de su
madre y la vergüenza de su hermano
- Lo que pasa
hijo, es que tu adorado padre le ha negado el permiso a Nat para ir a una tonta
fiesta de la universidad y para asegurarse de que no ira, quiere llevarlo en la
maleta CON NOSOTROS – apuntaba a su marido con el índice
acusadoramente mientras Mikel terminaba su café queriendo decir algo, pero
interrumpido por su hijo menor
- SI, pero ya le
dije que no iré y parece que no me cree, por una sola vez que insistí en dos
años que llevo obedeciendo todo al pie de la letra y sin meterme en líos y cree
que soy un crío y me… – se enojó Nathan y corto lo que iba a
decir por vergüenza
- Y te dio una
nalgada – termino Ethan por él, los chicos lo
miraron asombrados pero callados, aquello estaba siendo demasiado interesante
como para cortar el fluido dialogo familiar
- No, le di un
cinturonazo de advertencia – corrigió Mikel lo que provoco que Nathan
se enoje mucho más y se levante de la mesa como un toro y se meta a su
habitación tirando la puerta, lo había avergonzado
- Perfecto,
¡PERFECTO! – grito Miranda – ¡TE
FELICITO! – dijo mucho mas
enojada todavía
– eres todo un padre, con la verdad
absoluta, ME MARCHO SOLA, no quiero ir de viaje contigo, es más ni a la esquina
- ¡Pero Miranda!
– Mikel se dio cuenta de su error, pero un
poco tarde, Miranda se lo había advertido y ahora tenía que salir tras ella,
pero fue detenido por su hijo
- Papá, no sé
porque lo haces, de veras no lo entiendo, pero si te tranquiliza me ofrezco a
cuidar a tu niño lindo – río, le parecía cómico que a semejante
edad su padre haya hecho lo que hizo – prometo que no lo
dejare sacar los pies de la casa sin tu consentimiento, pero por favor
recapacita, Nathan es grande ya para que lo estés nalgueando, y mira,
arruinaste el día de mamá, y ahora estas
en la cuerda floja, mejor habla con ambos, pero yo TE DOY MI PALABRA que
cuidare de Nathan y si algo malo sucede
NO voy a detenerte si deseas castigarlo luego, ES MÁS lo hare primero
- Ethan puso su
mano al pecho y hablo convincentemente así que Mikel acepto la oferta de su
hijo mayor, lo había pensado una fracción de segundos, estaba siendo demasiado
paranoico con su hijo menor, quizás un poco tonto incluso, que podía pasar en
una fiesta? Era grande ya, así que bueno, iría a conversar con ambos y se
disculparía, pero de todos modos Nathan no podía salir sin permiso – está
bien hijo, acepto tu propuesta, cuida a tus hijos y a tu hermano, tardaremos
una semana a lo mucho, pero por favor, Nathan no tiene permiso para ir a la
dichosa fiesta esa, acepto que se quede, pero no acepto que vaya a esa estúpida
fiesta, compréndeme tengo mala espina…
Y la
mala espina, tenía una poderosa razón de estar ahí, Nathan desobedeció y los
líos en que se metió fueron descomunales y de paso se arrastró a Uther y Lothar
consigo.
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