Mis Gemelos
Capítulo 324
La tensa calma que precede al temporal
Autora: Marambra
Era cerca del
mediodía y el ruido de la bocina en la parte delantera de la casa despertó a
Logan sobresaltado, poniéndolo de mal humor; noche antes había sido la fiesta
del cumpleaños de Arturo que pese a todas las sorpresas y contratiempos fue un
verdadero éxito adjudicado a Clara, quien no solo fue la anfitriona sino
también la audaz conciliadora cuando las cosas se pusieron color hormiga para
algunos invitados y… personas no gratas.
Pero ahora, todo eso estaba lejos del adormilado
cerebro de Logan que lo único que quería era anular el horrendo ruido de la
bocina de su padre y volver a sumirse en un profundo y reparador sueño y ante
la persistencia de la bocina se tapó la cabeza con la almohada repitiéndose
“solo cinco minutos por favor” como cuando era un chico y tocaba madrugar para
el cole, pero en un momento dado como por arte de magia el silencio se hizo
profundo y sus ojos se dejaron llevar cerrándose de inmediato volviendo a
dormir profundamente, y todo ¿para qué?, para despertar sobresaltado cuando su
padre decidió que ya era suficiente de esperar que despierte solo.
- ¡Logan! Te estoy hablando – repitió Rubén sacudiéndolo un poco más fuerte de lo
que venía haciendo desde hace 10 minutos y un poco más
- ¡Ahh papá!, que susto – Logan abrió los ojos y se giró para ver a su padre
aun con la visión borrosa, frotándose la cara cuando lo reconoció – ¿qué sucede? – murmuro mientras salía de la
cama
- ¿Los chicos han salido con Ginger? – pregunto con un hilo tenso en la voz
- Papá, el agua y el aceite no se mezclan deberías saberlo – respondió Logan estirándose en la cama con gusto,
sin analizar la pregunta de su padre y lo que implicaba, en realidad respondió
lo primero que se le vino a la mente cuando pensaba en sus hijos y Ginger
juntos sin su intervención, claro que no eran tan ásperos como antes, pero tampoco
le hacían fáciles cosas
- Entonces ¿dónde están?
- ¿Cómo que donde están?, en tu casa, donde más – Logan pensó que su padre le estaba tomando el pelo
así que le regalo una sonrisa perezosa y un bostezo genuino, aun sin registrar
la preocupación en la cara de Rubén
- No, no están allá, ellos me dijeron que se venían a dormir aquí, que ya te habían pedido permiso a ti y a Ginger y con el incidente de Lorenzo y luego lo de Mauricio, yo no puse objeción…
- ¿Dormir aquí? – pregunto
confundido mientras se sentaba en su cama acomodando su almohada, y Rubén lo
tuvo claro, Logan recién tenía noticias al respecto
- Si Logan – Rubén
se froto los ojos, hombre de hábitos no había dormido bien y aún así se
despertó a las ocho y estuvo dando vueltas quedándose dormido dos horas más – pero como te dije con el lío de Mauricio ni lo pensé
Y la cara de Logan se torció en una mueca recordando
los dos desagradables momentos que empañaron el trabajo de su madre.
Rubén había logrado distraer a Arturo mientras
Jacinto escapo a la ducha para intentar borrar las huellas del llanto y de la
paliza para no ser cuestionado por su abuelo, en cambio Yhanku y Lorenzo en un
pacto de silencio se apuraron a entrar al pequeño comedor para preparar junto
con los gemelos la mesa para almorzar; manos mal Yhanku había traído dos platos
demás e insistió en que Rubén y los gemelos los acompañen, invitación que no
pudieron eludir por respeto a Arturo, después de aquello Rubén se llevó consigo
a Jacinto, ya que sus hermanos mayores pasarían más tarde para ayudar a Clara con
algunos detallitos antes de volver por el abuelo, hasta ese momento Arturo
creía que sus nietos habían reservado una mesa grande en un local familiar
donde solían preparar churrasco y comida típica pero para el día siguiente.
- Bueno Arturo
nos vemos a la tarde en La Pascana – se despidió
Rubén volviendo a abrazarlo
- ¿En La
Pascana? – Arturo miro a Rubén sorprendido – creí que era
mañana
- No, no… los
chicos nos han invitado a una cena para esta noche – le respondió
con un guiño que era más dirigido a Yhanku que a Arturo – a las ocho ¿no? – y miro a
Lorenzo para incorporarlo en la pequeña mentirilla
- Si don Rubén,
a las ocho – confirmo Lorenzo tratando de sonar normal
- ¿Entonces no
vamos a arreglar la cerca? – pregunto Yhanku preocupado, él había insistido en ayudar a Clara y Clara
insistió que no había nada que hacer, a excepción de acomodar el comedor del
jardín que básicamente era una especie de salón al aire libre bajo un techo
tejido de palma, rodeado de macetas y plantas y que contaba con una excelente
iluminación y que prácticamente se hacía solo, pero Yhanku le hizo prometer a
su madrina que lo acomodaría él, después de todo era lo mínimo que podía hacer
- Si te has
comprometido Yuyo, vaya y cumpla con su palabra – Arturo hizo un gesto hacia la camioneta mientras le
palmeaba la espalda, era su forma de decirle que no se olvide de su palabra
empeñada
- Pero es que es
su santo, tata… – se animó a murmurar Jacinto aún con los ojos
hinchados, pero tratando de ocultarlo de la vista de su abuelo y evitar explicaciones
- ¿Y?, eso no me
detuvo a mí para ir a trabajar esta mañana – aseguro el abuelo mostrándoles el dinerito que había
ganado
- Si no tienes
nada que hacer, vamos si quieres ahora mismo – acoto Rubén mirando al mayor de los rumanitos
- Si sería
bueno, espéreme un ratito, saco mi ropa de trabajo y nos vamos – y así Rubén se llevó a los tres chicos, pero por
insistencia de Arturo, quien tenía una sólida premisa que repetía como una
letanía a sus nietos una y otra vez, sobre todo cuando había trabajo de por
medio
- Llévate a los
tres Rubén, vos sabés que cuantas más manos trabajen, más pronto se acaba la
fatiga y ligerito se disfruta del descanso – y con aquello se despidió de todos, pensando en
disfrutar de una buena siesta contando claro con el silencio garantizado que
suponía el no tener a sus tres nietos en casa, algo que estaba esperando
Ya en la hacienda los dos gemelos quisieron raptar a
Jacinto para ir a jugar al rio y de buena gana hubieran ido, pero una mirada
áspera de Lorenzo lo mantuvo en su sitio y nada fuera eso, sino ofrecerse de
voluntario para lo que haga falta, menos mal los gemelos se unieron a la tarea
y participaron activamente sin refunfuñar sino solícitos y en sana competencia
lo que hizo que el trabajo se hiciera mucho más rápido que lo habitual, lo que
facilito que los rumanitos se marcharan sobre las cinco de la tarde, tiempo más
que suficiente para descansar y prepararse antes de la fiesta, pero no solo
para ellos sino para todos en casa.
- Ahora solo nos
queda poner las mesas – comentó
Clara satisfecha de que hayan limpiado no solo el patio, sino el techo de toda
la jatata y cambiar los focos en mal estado en un tiempo record – en la mesa
grande estaremos toda la familia, nosotros seis y ustedes cuatro – le
dijo explicando donde estaría acomodada la mesa, justo en el centro y a la
cabecera del salón – las otras cuatro mesas que son redondas las pondremos
en estos lugares y cada una con seis silla – agrego mostrando
con la mano donde iban – pondremos los manteles, los centros de mesa, los
cubiertos y demás de esta manera – y le enseño como colocarlas – las mesas
están identificadas – agrego – los nombres irán sobre los platos
- ¿Treinta
cuatro personas?, pensé que solo éramos nosotros – Yhanku se vio claramente intimidado, no era mucho de
los grandes eventos y menos de los conglomerados
- Tranquilo
hijo, los conoces a todos – Clara
lo brazo mientras intentaba disipar sus dudas – estarán tus suegros con tus cuñaditas y
tu amor claro, también viene Miguel su esposa con su hijo mayor y su nuera,
también estarán…
Y así fue contándole quienes estaban invitados,
básicamente gente que apreciaban sinceramente a su abuelo y a ellos mismos, lo
que lo tranquilizo muchísimo; al final de la tarde todo estaba listo, Clara
estaba muy contenta con el resultado y se alegró que los rumanitos hubieran
insistido en ayudar.
- Te quedo muy
hermoso, hija – Rubén
elogio su trabajo dándole un beso en la coronilla – hicieron un impecable trabajo chichilos
– y palmeo la espalda de Yhanku
- Gracias
padrino – sonrió
limpiándose la cara con un pañuelo – ahora nos vamos
a descansar un poco para estar chalingas a la noche, ¿a qué hora volvemos? – pregunto tímidamente,
abrumado una vez más por todo el gasto que sus padrinos estaban corriendo
- Les llamare a las siete y media, así tu tata no sospechara nada, es más le llamare a él para pedirle que vengan a recogernos por un problema con la movilidad…
- ¿Puedo
quedarme? – pregunto
Jacinto mirando con timidez a sus hermanos, es que no quería estar cerca de ese
par
- NO, tenemos
que venir todos juntos – lo
riño Lorenzo, aun enojado con el muchacho
- Trae un par de
bañadores y pijama Jacinto, que después de la cena los gemelos y tu pueden
hacer lo que quieran en la piscina, nadie la va a usar – y los gemelos no pudieron más que saltar de alegría,
ese era un permiso de mamá y nadie podía decir que no
Con aquello resuelto los chicos volvieron a casa
cansados pero satisfechos, Yhanku hablo con Yanina quien le conto que sus
padres habían llegado después del mediodía y que se verían directamente con su
familia en la fiesta, lo que alivio a Yhanku enormemente, en cambio Lorenzo a
un lado del potrero que tenía vista a toda la casa por si alguien se acercaba,
discutía acaloradamente con alguien por teléfono.
- ¿Para qué me
llamás? – la voz de
Lorenzo capto la atención de Jacinto, quien entro al gallinero para recoger
huevos pensando en el dinerito que se ganaría cuando se los entregue a Clara
apenas regrese a la hacienda horas más tarde, su madrina le había encargado
tres docenas para el día siguiente, pero como él quería dormir prefirió
llevarlos ya no más – ya te he dicho, no quiero hablar contigo… ¡mierda! – se
notaba que Lorenzo estaba peleando acaloradamente con alguien, de seguro su
corteja pensó, porque como Yhanku, Lorenzo jamás hablaría disparates por
teléfono a no ser que tenga un grado de confianza casi familiar y eso solo lo
tenían con sus novias – podés hacer lo que te dé la gana pero yo no voy a ir – hablaba
atropelladamente poniéndose cada vez más furibundo – ya te he dicho caprichosa, no voy a ir…
¡no tengo porque darte explicaciones! – grito acalorado – no quiero
escucharte… no voy a escucharte, no quiero tus explicaciones… ¡porque NO Y
PUNTO! ahora DEJAME DE JODER – y colgó el teléfono con
brusquedad mordiendo sus dientes
Estaba hasta el gorro de las pavadas de Rafaela, y
antes de salir de aquel lugar lanzo su viejo móvil a un montón de pienso menos
mal, sino se hacía añicos, pero cayó sobre el brazo de su hermano menor primero
arrancando de este un quejido.
- Auuu – murmuro y cerro la boca dándose cuenta de que se
ponía en evidencia, pero ya era tarde, Lorenzo lo vio frotarse el brazo, era
obvio que se había escondido y que había oído todo
- Sal de ahí
Jacinto – ordenó cuando volvió
sobre sus pasos pillando a Jacinto tratando de esconderse nuevamente – Jacinto te
estoy hablando, ¡sal de ahí! – a Jacinto no le quedó otra que
salir de donde estaba
- No oí nada – Jacinto murmuró a manera de disculpa abrazando su
canasta con huevos
- Me importa un
carajo si oíste o no, lo que sí quiero es que mantesgás ese piquito tuyo
cerrado, ¿me oíste? – aquella
era una tácita amenaza y Jacinto trago saliva sin animarse a responder – ¡¿me oíste o
no?! – repitió la pregunta levantando un dedo cerca del rostro
de su hermano mientras la otra mano lo cogió del cuello de la ropa, estaba más
que claro que Lorenzo estaba como un volcán a punto de estallar y se preguntaba
quien había sacado de quicio a su hermano a tal punto, porque Lorenzo siempre
era muy controlado con sus emociones pese a ser más serio que Yhanku – Jacinto, ¿me
oíste o no?
- Claro como el
agua – murmuro Jacinto
intimidado, nunca antes vio a su hermano así y comprendió que era mejor
responder lo que quería oír y desaparecer de su radar
- Eso espero
mocoso, ahora ve a alistarte… – lo soltó y sin mirar atrás se giró hacia el potrero maldiciendo entre
dientes, era mejor poner distancia con todos pensó
Mientras Jacinto no espero más invitación y entro a su vivienda como alma que lleva el diablo, algo le decía que era mejor no cruzarse en el camino de su hermano, sino que Dios lo pille confesado, pero quien debía confesarse primero era Lorenzo. Solo que el pobre aún no se había enterado…
No hay comentarios:
Publicar un comentario