martes, 19 de enero de 2021

Mis Gemelos: Cap. 324; Autora Marambra

 Mis Gemelos

一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Las imagenes publicadas no nos pertenecen, son imagenes tomadas de sitios publicos de la Internet, si alguien tiene algun conflicto con eso, comuniquese con nosotros para retirarla de inmediato
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2021.
一一一一一一一一一一一一一一 

Capítulo 324

La tensa calma que precede al temporal

Autora: Marambra

 

Era cerca del mediodía y el ruido de la bocina en la parte delantera de la casa despertó a Logan sobresaltado, poniéndolo de mal humor; noche antes había sido la fiesta del cumpleaños de Arturo que pese a todas las sorpresas y contratiempos fue un verdadero éxito adjudicado a Clara, quien no solo fue la anfitriona sino también la audaz conciliadora cuando las cosas se pusieron color hormiga para algunos invitados y… personas no gratas.

Pero ahora, todo eso estaba lejos del adormilado cerebro de Logan que lo único que quería era anular el horrendo ruido de la bocina de su padre y volver a sumirse en un profundo y reparador sueño y ante la persistencia de la bocina se tapó la cabeza con la almohada repitiéndose “solo cinco minutos por favor” como cuando era un chico y tocaba madrugar para el cole, pero en un momento dado como por arte de magia el silencio se hizo profundo y sus ojos se dejaron llevar cerrándose de inmediato volviendo a dormir profundamente, y todo ¿para qué?, para despertar sobresaltado cuando su padre decidió que ya era suficiente de esperar que despierte solo.

 

  • ¡Logan! Te estoy hablando – repitió Rubén sacudiéndolo un poco más fuerte de lo que venía haciendo desde hace 10 minutos y un poco más
  • ¡Ahh papá!, que susto – Logan abrió los ojos y se giró para ver a su padre aun con la visión borrosa, frotándose la cara cuando lo reconoció – ¿qué sucede? – murmuro mientras salía de la cama
  • ¿Los chicos han salido con Ginger? – pregunto con un hilo tenso en la voz
  • Papá, el agua y el aceite no se mezclan deberías saberlo – respondió Logan estirándose en la cama con gusto, sin analizar la pregunta de su padre y lo que implicaba, en realidad respondió lo primero que se le vino a la mente cuando pensaba en sus hijos y Ginger juntos sin su intervención, claro que no eran tan ásperos como antes, pero tampoco le hacían fáciles cosas
  • Entonces ¿dónde están?
  • ¿Cómo que donde están?, en tu casa, donde más – Logan pensó que su padre le estaba tomando el pelo así que le regalo una sonrisa perezosa y un bostezo genuino, aun sin registrar la preocupación en la cara de Rubén
  • No, no están allá, ellos me dijeron que se venían a dormir aquí, que ya te habían pedido permiso a ti y a Ginger y con el incidente de Lorenzo y luego lo de Mauricio, yo no puse objeción…
  • ¿Dormir aquí? – pregunto confundido mientras se sentaba en su cama acomodando su almohada, y Rubén lo tuvo claro, Logan recién tenía noticias al respecto
  • Si Logan – Rubén se froto los ojos, hombre de hábitos no había dormido bien y aún así se despertó a las ocho y estuvo dando vueltas quedándose dormido dos horas más – pero como te dije con el lío de Mauricio ni lo pensé

 

Y la cara de Logan se torció en una mueca recordando los dos desagradables momentos que empañaron el trabajo de su madre.

Rubén había logrado distraer a Arturo mientras Jacinto escapo a la ducha para intentar borrar las huellas del llanto y de la paliza para no ser cuestionado por su abuelo, en cambio Yhanku y Lorenzo en un pacto de silencio se apuraron a entrar al pequeño comedor para preparar junto con los gemelos la mesa para almorzar; manos mal Yhanku había traído dos platos demás e insistió en que Rubén y los gemelos los acompañen, invitación que no pudieron eludir por respeto a Arturo, después de aquello Rubén se llevó consigo a Jacinto, ya que sus hermanos mayores pasarían más tarde para ayudar a Clara con algunos detallitos antes de volver por el abuelo, hasta ese momento Arturo creía que sus nietos habían reservado una mesa grande en un local familiar donde solían preparar churrasco y comida típica pero para el día siguiente.

 

  • Bueno Arturo nos vemos a la tarde en La Pascana – se despidió Rubén volviendo a abrazarlo
  • ¿En La Pascana? – Arturo miro a Rubén sorprendido – creí que era mañana
  • No, no… los chicos nos han invitado a una cena para esta noche – le respondió con un guiño que era más dirigido a Yhanku que a Arturo – a las ocho ¿no? – y miro a Lorenzo para incorporarlo en la pequeña mentirilla
  • Si don Rubén, a las ocho – confirmo Lorenzo tratando de sonar normal
  • ¿Entonces no vamos a arreglar la cerca? – pregunto Yhanku preocupado, él había insistido en ayudar a Clara y Clara insistió que no había nada que hacer, a excepción de acomodar el comedor del jardín que básicamente era una especie de salón al aire libre bajo un techo tejido de palma, rodeado de macetas y plantas y que contaba con una excelente iluminación y que prácticamente se hacía solo, pero Yhanku le hizo prometer a su madrina que lo acomodaría él, después de todo era lo mínimo que podía hacer
  • Si te has comprometido Yuyo, vaya y cumpla con su palabra – Arturo hizo un gesto hacia la camioneta mientras le palmeaba la espalda, era su forma de decirle que no se olvide de su palabra empeñada
  • Pero es que es su santo, tata…  se animó a murmurar Jacinto aún con los ojos hinchados, pero tratando de ocultarlo de la vista de su abuelo y evitar explicaciones
  • ¿Y?, eso no me detuvo a mí para ir a trabajar esta mañana – aseguro el abuelo mostrándoles el dinerito que había ganado
  • Si no tienes nada que hacer, vamos si quieres ahora mismo – acoto Rubén mirando al mayor de los rumanitos
  • Si sería bueno, espéreme un ratito, saco mi ropa de trabajo y nos vamos – y así Rubén se llevó a los tres chicos, pero por insistencia de Arturo, quien tenía una sólida premisa que repetía como una letanía a sus nietos una y otra vez, sobre todo cuando había trabajo de por medio
  • Llévate a los tres Rubén, vos sabés que cuantas más manos trabajen, más pronto se acaba la fatiga y ligerito se disfruta del descanso – y con aquello se despidió de todos, pensando en disfrutar de una buena siesta contando claro con el silencio garantizado que suponía el no tener a sus tres nietos en casa, algo que estaba esperando


Ya en la hacienda los dos gemelos quisieron raptar a Jacinto para ir a jugar al rio y de buena gana hubieran ido, pero una mirada áspera de Lorenzo lo mantuvo en su sitio y nada fuera eso, sino ofrecerse de voluntario para lo que haga falta, menos mal los gemelos se unieron a la tarea y participaron activamente sin refunfuñar sino solícitos y en sana competencia lo que hizo que el trabajo se hiciera mucho más rápido que lo habitual, lo que facilito que los rumanitos se marcharan sobre las cinco de la tarde, tiempo más que suficiente para descansar y prepararse antes de la fiesta, pero no solo para ellos sino para todos en casa.

 

  • Ahora solo nos queda poner las mesas – comentó Clara satisfecha de que hayan limpiado no solo el patio, sino el techo de toda la jatata y cambiar los focos en mal estado en un tiempo record – en la mesa grande estaremos toda la familia, nosotros seis y ustedes cuatro – le dijo explicando donde estaría acomodada la mesa, justo en el centro y a la cabecera del salón – las otras cuatro mesas que son redondas las pondremos en estos lugares y cada una con seis silla – agrego mostrando con la mano donde iban – pondremos los manteles, los centros de mesa, los cubiertos y demás de esta manera – y le enseño como colocarlas – las mesas están identificadas – agrego – los nombres irán sobre los platos
  • ¿Treinta cuatro personas?, pensé que solo éramos nosotros – Yhanku se vio claramente intimidado, no era mucho de los grandes eventos y menos de los conglomerados
  • Tranquilo hijo, los conoces a todos – Clara lo brazo mientras intentaba disipar sus dudas – estarán tus suegros con tus cuñaditas y tu amor claro, también viene Miguel su esposa con su hijo mayor y su nuera, también estarán…


Y así fue contándole quienes estaban invitados, básicamente gente que apreciaban sinceramente a su abuelo y a ellos mismos, lo que lo tranquilizo muchísimo; al final de la tarde todo estaba listo, Clara estaba muy contenta con el resultado y se alegró que los rumanitos hubieran insistido en ayudar.

 

  • Te quedo muy hermoso, hija – Rubén elogio su trabajo dándole un beso en la coronilla – hicieron un impecable trabajo chichilos – y palmeo la espalda de Yhanku
  • Gracias padrino – sonrió limpiándose la cara con un pañuelo   ahora nos vamos a descansar un poco para estar chalingas a la noche, ¿a qué hora volvemos? – pregunto tímidamente, abrumado una vez más por todo el gasto que sus padrinos estaban corriendo
  • Les llamare a las siete y media, así tu tata no sospechara nada, es más le llamare a él para pedirle que vengan a recogernos por un problema con la movilidad…
  • ¿Puedo quedarme? – pregunto Jacinto mirando con timidez a sus hermanos, es que no quería estar cerca de ese par
  • NO, tenemos que venir todos juntos – lo riño Lorenzo, aun enojado con el muchacho
  • Trae un par de bañadores y pijama Jacinto, que después de la cena los gemelos y tu pueden hacer lo que quieran en la piscina, nadie la va a usar – y los gemelos no pudieron más que saltar de alegría, ese era un permiso de mamá y nadie podía decir que no


Con aquello resuelto los chicos volvieron a casa cansados pero satisfechos, Yhanku hablo con Yanina quien le conto que sus padres habían llegado después del mediodía y que se verían directamente con su familia en la fiesta, lo que alivio a Yhanku enormemente, en cambio Lorenzo a un lado del potrero que tenía vista a toda la casa por si alguien se acercaba, discutía acaloradamente con alguien por teléfono.


  • ¿Para qué me llamás? – la voz de Lorenzo capto la atención de Jacinto, quien entro al gallinero para recoger huevos pensando en el dinerito que se ganaría cuando se los entregue a Clara apenas regrese a la hacienda horas más tarde, su madrina le había encargado tres docenas para el día siguiente, pero como él quería dormir prefirió llevarlos ya no más – ya te he dicho, no quiero hablar contigo… ¡mierda! – se notaba que Lorenzo estaba peleando acaloradamente con alguien, de seguro su corteja pensó, porque como Yhanku, Lorenzo jamás hablaría disparates por teléfono a no ser que tenga un grado de confianza casi familiar y eso solo lo tenían con sus novias – podés hacer lo que te dé la gana pero yo no voy a ir – hablaba atropelladamente poniéndose cada vez más furibundo – ya te he dicho caprichosa, no voy a ir… ¡no tengo porque darte explicaciones! – grito acalorado – no quiero escucharte… no voy a escucharte, no quiero tus explicaciones… ¡porque NO Y PUNTO! ahora DEJAME DE JODER – y colgó el teléfono con brusquedad mordiendo sus dientes


Estaba hasta el gorro de las pavadas de Rafaela, y antes de salir de aquel lugar lanzo su viejo móvil a un montón de pienso menos mal, sino se hacía añicos, pero cayó sobre el brazo de su hermano menor primero arrancando de este un quejido.


  • Auuu – murmuro y cerro la boca dándose cuenta de que se ponía en evidencia, pero ya era tarde, Lorenzo lo vio frotarse el brazo, era obvio que se había escondido y que había oído todo
  • Sal de ahí Jacinto – ordenó cuando volvió sobre sus pasos pillando a Jacinto tratando de esconderse nuevamente – Jacinto te estoy hablando, ¡sal de ahí! – a Jacinto no le quedó otra que salir de donde estaba
  • No oí nada – Jacinto murmuró a manera de disculpa abrazando su canasta con huevos
  • Me importa un carajo si oíste o no, lo que sí quiero es que mantesgás ese piquito tuyo cerrado, ¿me oíste? – aquella era una tácita amenaza y Jacinto trago saliva sin animarse a responder – ¡¿me oíste o no?! – repitió la pregunta levantando un dedo cerca del rostro de su hermano mientras la otra mano lo cogió del cuello de la ropa, estaba más que claro que Lorenzo estaba como un volcán a punto de estallar y se preguntaba quien había sacado de quicio a su hermano a tal punto, porque Lorenzo siempre era muy controlado con sus emociones pese a ser más serio que Yhanku – Jacinto, ¿me oíste o no?
  • Claro como el agua – murmuro Jacinto intimidado, nunca antes vio a su hermano así y comprendió que era mejor responder lo que quería oír y desaparecer de su radar
  • Eso espero mocoso, ahora ve a alistarte… – lo soltó y sin mirar atrás se giró hacia el potrero maldiciendo entre dientes, era mejor poner distancia con todos pensó

 

Mientras Jacinto no espero más invitación y entro a su vivienda como alma que lleva el diablo, algo le decía que era mejor no cruzarse en el camino de su hermano, sino que Dios lo pille confesado, pero quien debía confesarse primero era Lorenzo. Solo que el pobre aún no se había enterado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario