Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Pavadas entre riña de
tórtolas
Autora: Marambra
- Plaf, plaf, plaf,plaf, plaf
- Nooo, no
papiii, no no, no más, paaara – los sollozos eran desesperados, y las
manos del crio de tanto en tanto o intentaban volar a su trasero y cubrirse o
pellizcaban la pierna de su padre en su nerviosismo
- A portarse
bien entonces ¿entendido? – lo soltó y el crio se tiró a su cama
¿Qué sucedió?
– Mikel apareció en la puerta
La pregunta
estaba dirigida a Lothar que ese momento se hacía un ovillito de llanto sobre
su cama apurando suspender el slip y los vaqueros desteñidos para que ni su
abuelo ni su padre le vean el poto colorado como seguro ya estaba; era un
tontería esconderse de su padre se decía entre sollozos si era el pintor por
excelencia que le daba ese toque rubicundo natural y saludable como una manzana
al casi siempre blanco lienzo de sus nalgas; Mikel se quedó mirando fijamente a
Ethan que salía del dormitorio de Lothar, lo miraba con una interrogante en los
ojos y se fijó en la cara cansada y enojada de su pobre hijo, se veía a leguas
que llevaba días demacrado y hoy se acentuaron las ojeras tras una larga
cirugía que tuvo día antes y que se prolongó hasta las 3 de la madrugada y aun
así se despertó temprano porque le había prometido al mayor llevarlo a
desayunar, almorzar y luego al cine junto con su novia, Lothar y dos
jovenzuelos más, Samuel del curso de Uther y su hermana Evelyn compañera de
Lothar; y él… Mikel aprovechando el silencio de la tarde decidió dormir la
siesta tumbado en una hamaca en el corredor de su dormitorio oyendo las dulces
notas de la música clásica que amaba oír, sin embargo en vez de oír a Bach o
Chopin oyó una larga sinfonía de palmetazos a calzón quitado, ruegos, gemidos y
finalmente llanto bajo la dirección general de Ethan Van Lauder su hijo y la
prolija interpretación de nada menos que su nieto Lothar.
- Mi, mii paapa meee pegooo, me pego por maaaaalooo y de naaada buaaaaaaaaaaa ags ags
- ¿De nada? – y
un indignado Ethan se acercó al muchacho y en una agilidad impresionante lo
volvió a colocar boca abajo sobre su regazo volviendo a bajarle el pantalón
dejando al descubierto un rojo trasero que parecía de mandril – ¿todavía vas a mentir?
PLAF PLAF PLAF –
y Lothar se hizo lombriz encima de papá tratando de sacar del
escenario a su juvenil trasero desesperado ya, tras aquella irrefutable llamado
de atención de las manos de papá
- Ya basta Ethan
– intervino Mikel, había decidido ayudar a
su hijo y una de esas ayudas era parar el coche o ser un farol cuando Ethan se
esté sobrepasando, por dos razones, no quería que sus nietos odien a su padre
porque este se pase de la raya como paso con el temita de la fiesta de la U, y
segundo porque la cabeza de su hijo era un bomba de relojería fina que si se
averiaba, no habría más papá para ninguno de sus nietos
- Auu, au auuu yaaaa ya nooo paaaa, ya nooo
- A no mentir ni
ser descarado granuja, ahora ve a bañarte, te voy a esperar y vas a bajar
conmigo a disculparte de Ignacio y de Nathan por lo que hiciste – Ethan
levanto la mirada para dirigir sus ojos celestes ojos a los de su padre en una
mueca de sorpresa y agradecimiento, a veces olvidaba el límite de lo racional y
no era por malo, era porque su cerebro no manejaba bien el control del enojo
por los feed back alterados a consecuencia de su enfermedad
- Pero – contesto
Loty
- Shu shu, sin
peros de por medio, ahora obedece ¿si?, ahórrate una nueva – Lothar
acababa de subir su ropa y se dispuso a huir y refugiarse en la ducha, pero su
padre lo atajo y le agarro la cara con su mano izquierda y luego le seco los
ojos con un pañuelo besando su nariz – lo que hiciste
estuvo muy mal Lothar
- Anda
defiéndelos, ellos no son tus hijos – se quejó enfadado con
su padre demostrando con sus actos el disgusto que tenía
- ¿Defenderlos? No los defiendo, te corrijo que es diferente
- Estas de su
laaaado, solo dejaaaame, estoy enojado contigo también, tu tu solo me
castigaaas injustamente – volvió a gemir limpiándose la cara y
tratando de vestirse
- Te he castigado porque vi lo que hiciste
- ¡Claro! viste, ¡viste, pero no oíste!, ahora DÉJAME EN PAZ
- ¡Cuidadito Lothar! – Ethan le bajo la ropa solo por amenaza e
hizo un amague de darle un palmetazo y eso fue todo
Lothar
se había hecho un nudo sobre sí mismo por el horrible dolor de pancita que le
vino y se puso a llorar porque acababa de… “ensuciarse” encima, si, así mismo,
se le aflojo el estómago y aquello fue fatal para todos, Mikel levanto las
manos en señal de alto, un alto hacia Ethan que al ver la cara enfadada de su
padre se quedó quieto como cuando tenía la edad del propio Lothar y fue así que
Mikel abrazo a su nieto y cogiendo el papel higiénico que siempre había en el
velador lo inclino como si fuera lactante mayor que estaba empezando a usar el
baño y le limpio el pequeño desastre sin sentir asco alguno, para llevárselo
luego de medio vestirlo a la ducha para calmar su llanto, ese llanto que nació
de la humillante situación acabada de vivir, y no era solo por el despeño
diarreico, sino porque su abuelo le limpiara el poto, pero Mikel, abrazándolo
lo encamino a la ducha para además bañarlo, el abuelo sabía que un buen baño en
la tina relajaría al monito de la casa; en tanto el crio no quería ver ni en
pintura a su padre, no es que le haya dado una diarrea del demonio, no, eran
pequeños despeños intestinales que la mayor parte de las veces manchaba solo la
ropa interior pero esta descarga fue un poco mayor pero mucho menos que aquella
que le dio hacia 2 días atrás.
- Te odio – susurro
enterrando su rostro en el pecho de su abuelo llorando desconsoladamente
Era
el quinto episodio en menos de una semana y uno de esos le ocurrió tras el
examen oral de matemáticas, el examen que tuvo que ser suspendido para el resto
de sus compañeros pues gracias a Dios el profesor se dio cuenta de lo que le
paso al muchacho y dio libre al resto sin que ellos se percaten de nada y tuvo
que llamar a su padre quien suspendió su consulta para ir a recogerlo tras
llevar una muda de ropa para el muchacho, no habían hablado del incidente pues
Lothar se cerró en sí y no dio pie a discutir absolutamente nada, estaba
empezando a cerrarse como una concha y su padre y sus abuelos estaban muy
preocupados.
- Shuuu, shuuu
mi pollito, shuuu calma, calma si, a mi cuéntame – declaro
Mikel que empezó a desnudar a su nieto para meterlo en la tina
Un
buen baño lo relajaría, eso siempre daba resultado y Lothar ante la mimosa voz
del abuelo dejo salir al niño pequeño que aun tenia, y no pudo decirle al
abuelo que se vaya del baño, ¡no!… y su abuelo como si necesitara de más mimos
empezó soltando frases infantiles como:”quien le hizo renegar a mi chiquitito,
a mi querubín, a mi dulce” a tiempo que iba besando su cabeza y acariciando sus
mejillas iba sacando la ropa con la que había ido al cine, la polera negra
rokera con las iniciales de IRON MADEM, manchada de blanco porque se le cayó
una de las bolas de helado y que fue la primera causa de disgustos del día,
inaugurando aquello con Uther que no midió ni media palabra y no dudo en
llamarlo “cagón” un insulto con demasiado peso pensaba el abuelo para el nieto
que tenía ahí sentado sobre la tasa con el dorso desnudo y se dejaba
desabrochar los botines y sacar el pantalón y el calzoncillo a tiempo que el
agua iba llenándose en la tina, mientras como buen médico que era se iba fijando
en los pocos cambios que había experimentado su nieto, casi nada en realidad…
aparte de las piernas largas y cubiertas de un fino castaño vello que había
sustituido a la lampiña piel de siempre pues nada diría que estaba entrando a
la adolescencia, pues aparte de los pocos gallos en la voz que se hizo un poco
más ronca, no tenía siquiera vello púbico desarrollado, apenas una gamucita
fina rubia, y por eso aún en algunos momentos se olvidaba de aquellas
pequeñeces y era de nuevo el bebé de la casa y se dejaba hacer de todo y ahora
era una de esas ocasiones, dejarse bañar por el abuelo, y Mikel lo fue mimando,
calmando, frotando su espalda, sus brazos sus piernas, sus axilas, lavando sus
orejas, frotando su cabello pero dándole el espacio y la soledad suficiente
para que él termine de asear sus áreas intimas,
quizás de haberlo hecho él, se habría dado cuenta de que Lothar tenía un
pequeñísimo problema, problema que desde hace una semana había reactivado su
colon irritable y encima era un problemilla tan simple que se podía solucionar
con una mini cirugía; lastimosamente este detalle saldría a la luz en un momento
de crisis futura y su padre llegaría a sentirse culpable porque siendo médico
no se percató de aquello, como suele suceder tantas veces…algo así como “en
casa de herrero, cuchillo de palo”, solo que en el seno de la familia Van
Lauder no fue solo cuchillo, fue cuchara y tenedor también.
Mientras
tanto Ethan se golpeaba su cabeza figurativamente contra la pared, aquel
definitivamente no fue un buen día para él, bueno casi ninguno lo era; pero lo
que prometió ser un tranquilo día se estropeo a media tarde cuando un enojado
Uther regreso de su cita antes de lo previsto cabreado y molesto, aludiendo
tener dolor de cabeza quería meterse a su habitación con el pretexto de dormir
sin dar explicaciones a nadie y cerrando la puerta en las narices a Anabela,
pero el destino, y su abuela le aguaron la fiesta, o mejor dicho los ojos y los
intentos de Ethan por ser Cupido se fueron al garete…
Pero
Anabela sin dejar intimidarse abrió la puerta siguiendo a Uther dando paso a
una pelea de enamorados que termino con el trasero rojo de uno de los
protagonistas: Uther, que por huir de su novia se metió al cuarto de Lothar
mientras este dormía plácidamente en el mejor refugio de todos… los brazos y la
cama de su abuelo a donde se fue tras el relajante baño que se dio en la tina,
tras contarle a Mikel lo que paso en el cine, qué no era otra cosa que la pelea
que tuvo Uther con Anabela y de porque había manchado la tarea de Nathan e
Ignacio, comprendiendo luego que fue un error de interpretación a las palabras
de Nathan, prometiendo disculparse con ellos cuando se marche su padre al
supermercado con la abuela porque no quería hablar con él, convencido que fue culpa
de su padre que se le haya soltado el estómago; lo que derivó en una
preocupación para Mikel, tenía que conversar con su hijo y plantear la
posibilidad de una incontinencia física y ver si era o no prudente llevarlo a
un proctólogo infantil, así pues Lothar se perdió la pelea de la tarde.
- Tutyyyy ¿vas a seguir enojado? – Anabela
ingreso a la sala detrás de su amor con la cara compungida y el ramo de flores
en su mano medio marchito y roto además y seguía a Uther como si siguiera a un
nene que se escapa, pero eso era lo que era un crio que huía de ella como si fuera
la peste
- De Tuty ¡nada! – Uther alejo su cuerpo
del alcance de aquella muchacha que trataba de cogerle la mano o acariciar su
mejilla – tu y yo hemos
terminado, si ya me decía yo que era mejor que me arregle con Milenka, ahora
vete, acabo de confirmar que eres una cotilla, chismosa y… – iba
a decirle traicionera, fea y cuatro ojos
pero la verdad aun cuando Anabela no era para el resto de los muchachos
atractiva para él era hermosa, para él y para Samuel, su eterno rival y la
causa actual de sus conflictos amorosos, Samuel y su padre habían arruinado su
vida amorosa, Samuel, su padre y Lothar habían arruinado su cita
- ¡Cuatro ojos!, eso ibas a decir, no te cortes, ANDA DILO – la muchacha se armó de valor
y se colocó los lentes, algo que recién se percató Uther, habían estado todo el
día juntos y habían ido al cine y era la primera vez que la veía sin la
protección de aquellos vidriecitos que ocultaban la belleza real de sus enormes
ojos marrones ahora además con las pestañas rizadas y pintadas de negro con
rímel que ocultaba el verdadero color: anaranjado, porque ella era pelirroja,
un rímel que estaba empezando teñir de negro su llanto; sí, era la primera vez
que veía la belleza de su rostro porque estaba sin lentes y ese fue el
problema, ella era miope con unas dioptrías ya no de escandalosas y en el cine
no pudo leer los diálogos y como sabía que a Uther no le gustaba que lo
interrumpan, ella se apoyó sobre Samuel para que este le lea, y eso fue mal
interpretado por Uther…
- Tú lo has dicho, eres cuatro ojos y fea, ¡ahora vete!, no quiero
verte más y no te molestes en llamarme, doy por zanjado lo nuestro y no me
reclames si me ves de la mano con otra, ¡adiós! – aquellas palabras le
quedaron ya no de grandes: Doy por zanjado lo nuestro, su abuela se quedó de
piedra junto a los otros dos comensales que estaban ahí siendo regañados por
Miranda que sí sabía lo que ellos hicieron para despertar la pequeña ira de
Lothar
- ¡UTHER!... ¡¿qué modos son esos?! – reclamo la abuela yendo a
consolar a Anabela que se quedó tiesa y se puso a llorar soltando las flores y
la wincha que le regalo Uther el mismo día de su cumpleaños…
Era
sábado, ahí estaba Uther espiando a su padre desde el umbral de su puerta; tras
la paliza que se llevara, aquellos 5 días que siguieron fueron para ambos un
periodo de ajustes, ambos se dieron cuenta que había cosas que aclarar y que no
lo podían hacer de buenas a primeras, había que ir paso a paso…
Ethan
dormía profundamente en aquella enorme cama matrimonial completamente solo,
Uther se fijó que aquella habitación dejo de ser de mamá, no habían ya detalles
femeninos aparte de las sábanas floreadas que ahora estaban sin tender y los
almohadones bordados, no había nada que haga pensar que alguna vez hubo una
mujer que compartió aquel lecho; de los veladores se habían sustituidos las
fotos de mamá por un montón de libros de medicina, apuntes, un vaso de agua a
medio beber y una sarta de medicamentos de su padre, cosa que le hizo fruncir
el ceño, no le gustaba recordar que él también tenía que tomar pastillas y
periódicamente hacer exámenes de laboratorio para controlar funciones hepáticas
que si bien no eran nada del otro mundo, él lo odiaba pues tenían que pincharle
y hacer ecografías de control.
Ethan
empezó a despertarse y miró en su hijo con los ojos soñolientos, pero Uther
estaba con la mirada perdida no de una crisis de ausencia sino de nostalgia, de
tristeza, Ethan pensó que se debía a que sus esfuerzos por reencontrarse no
estaban dando resultados, pero nada más lejos de la verdad, aquella tristeza
que empeñaba aún más de ser posible la ya turbia mirada de su hijo no se debía
a que sus esfuerzos como padre eran nulos, sino que para Uther tenían otro
significado y era no solo el darse cuenta que ya no había una voz femenina en
sus vidas sino la terrible soledad que su padre tenía; desde la muerte de su
madre el que menos reía resulto ser papá, siempre estaba serio, y se dedicaba a
trabajar, trabajar y trabajar y los abandono emocionalmente y de un momento a
otro quizás las constantes críticas de Mikel y los ruegos y advertencias de
Miranda o el simple hecho de pisar fondo hizo que luego tome las riendas de su
vida familiar de una manera muy particular y dolorosa en todo sentido; Uther no
se había fijado hasta esta mañana en el abandono que su padre vivía, a un lado
donde estaban antes una colección de muñecas de porcelana de su madre que no
sabía dónde fueron a parar tras su muerte, estaba toda la ropa limpia de Ethan
arrugada, aquello lo decía todo, si no era la abuela incluso ellos caminarían
con los botones perdidos, y aunque eran detalles que su madre no cuidaba,
tenían una señora que solía hacer esos quehaceres pero que no volvió tras el
fallecimiento de mamá, incluso no recogió su sueldo, pese a que los abuelos la
habían buscado, su desaparición fue un misterio, no se percató en ese detalle
hasta entrar al cuarto de su padre siempre con llave como si guardara un
secreto, apenas Miranda entraba a regañadientes para acomodarla pero como
habían estado de viaje con el abuelo, pues nada, ahí estaba la montaña de ropa
limpia arrugada y a un lado en el suelo pantalones usados, libros incluso
debajo de la cama y toallas por todo ello, mm, que desastre pensó Uther, que ni
quiera luego reclamar por el orden de mi habitación se dijo a sí mismo, Ethan
se quedó mirando a su hijo con los ojos entrecerrados y cuando lo vio suspirar
y darse la vuelta el decidió hablar.
- Una monedita o un chocolate por tus pensamientos – Ut se dio la vuelta y miro a
papá tímidamente, hacía mucho que no tenían una relación padre hijo como solían
en el pasado, la muerte de Griselda se llevó muchas cosas, la camaradería padre
hijo fue una de ellas; Ethan abrió su cama y le hizo una señal con la mano – ven aquí, que
tal si tú y yo tenemos una mañana de dibujitos animados
- PAAA ¿dibujos animados? – una explosión de
alegría estallo en su pecho, se sintió niño de nuevo pero su actual estatus de
adolescente hizo que esconda la privada dicha de este particular mimo de su
padre, pero al mismo tiempo queriendo gozar de aquel momento y no doler a su
padre ni a él mismo sonrió dispuesto a meterse a la cama de papa frenándose a
último momento – Noooo, veamos una peli más bien, perooo – pero se suponía que tenía que llevar a
Anabela a festejar su cumpleaños, pero parecía que papá se olvidó de eso
- Pero... no me olvide Uther – le cogió la nariz
pequeña como si leyera su mente – porque aún es temprano, son apenas las 8 de la mañana
no creo que ella este despierta todavía, mándale un mensaje y dile que la recogeremos
a las 9 y media mientras tú y yo vemos un rato la tele
Uther
no se hizo rogar más, se metió a la cama de su padre limpiándose los pies
recordando que a su madre no le gustaba que se metan a la cama con los pies
sucios, su padre abrió su brazo como un ala para amparar a un pollo y su hijo
apoyo el peso de su cabeza sobre el brazo de su padre, Ethan le dio un beso en
la frente, hacía mucho que no tenían ese tipo de detalles, quizás era hora de
recuperar mimos y alegrías, su padre prendió la tele con el mando y se permitió
en ese silencio envolvente empezar a jugar con el pelo de su hijo, metía sus
dedos distraídamente y le regalaba besitos diminutos; recordando que cuando
Uther era niño adoraba meterse a la cama de su padre cuando estaba solo él, porque
le gustaba el amor de su padre solo para él, no hablaban solo estaban ahí
tumbados largo rato disfrutándose entre sí con todo su ser, eso era algo que
ambos amaban, era su modo particular de vivir aquel nexo padre / hijo, era su
modo de demostrar su mutuo cariño.
Ethan
decidió que antes de empezar el día tenía que arreglar un pendiente con su
hijo, un algo que le debía desde hace un mes, o quizás más antes, desde la
muerte de Griselda pero aquel secreto de su madre jamás se lo contaría,
prefería que su hijo viva con la imagen inmaculada que tenía de su mujer,
prefería que le corten un huevo como solía expresar antes de que su hijo o sus
hijos sepan la verdad amarga de lo que paso con la difunta.
Y
cuando estuvo a punto de entablar aquella
conversación que consideraba tenía pendiente con su hijo y que tenía que ver
con el problema que tuvieron del laboratorio, se encontró con la grata sorpresa
que Uther se quedó completamente dormido en su cama y se quedó ahí, observando
sus facciones mezcla de sus genes con las de aquella mujer que un día lo fue
todo para él, el pelo enmarañado, rubio dorado tirando al castaño, las largas
pestañas extrañamente oscuras y las mejillas pálidas, era raro verle, su frente
empezaba a crear entradas masculinas y su nariz empezaba a definirse, incluso
empezó a dibujarse la manzanita de Adán en su garganta, su bebe empezaba a
hacerse hombre.
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