sábado, 26 de marzo de 2022

Los Th: Cap. 35; Autora Marambra

 Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Marzo del 2022.
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Capítulo 35

Alfa y omega… el principio y el fin

Autora: Marambra

 

La puerta de la casa se abrió y dio paso a un miserable adolescente escondido detrás de su padre, el camino de retorno fue más que suficiente en espacio, tiempo y su EGO para que reflexione sobre su alocada y tonta reacción, la vergüenza se apodero de su rostro tiñéndolo de escarlata, y en el maltrecho estómago se le había formado nada menos que un nudo ciego y tragaba saliva, no le gustaba mucho ser el centro de la atención y ahora mismo un montón de ojos se habían dado la vuelta expectantes por verlo, e igual cantidad de oídos estaban agudos ahí para oír las explicaciones del caso, pero todo eso era solo producto de su maravillosa mente adolescente, y cuando su padre se hizo a un lado para que él entre, Lothar se quedó ahí simplemente parado sin animarse a dar un paso con un puchero en la boca y los ojos aguados de ver a Matías sentadito en el sillón en un rincón como si se sintiera incomodo de estar ahí con un gran peso sobre sus espaldas, y sus ojos plomos chocaron con la escayola blanca en el brazo todavía, dándose cuenta que pudo haberle vuelto a fracturar el frágil hueso que se restablecía a paso lento, Ethan vio a su mortificado hijo más confundido todavía cuando Matías le sonrió tímidamente, esperando la camaradería de siempre y su soltura habitual para saber que no lo incomodaba, que no le importunaba que no lo lastimaba.

Matías no quería ser un usurpador de nada ni de nadie, suficiente había tenido con mendigar el amor toda su vida y callarse golpes y maltratos físicos como para que ahora sea la causa de discordia entre aquel hombre que estaba ahí y que día a día había venido a curar sus heridas no solo físicas sino emocionales en el hospital y ese niño lloroso que a kilómetros se notaba era la luz de sus ojos, un niño al cual secretamente había envidiado en lo más hondo de su corazón, porque quería ser como él: desenfadado, feliz, y amado y creyó que aquella familia, la familia de su mejor amigo le iban a dar la oportunidad de por fin ser querido; pero ahora estaba ahí atrapado en medio del salón sin saber qué hacer con el saludo que se quedó en su boca y su abrazo flotando en el aire como una golondrina sin norte, porque Lothar desvío su mirada al piso y se puso a llorar amargamente, lo que lo hizo sentirse como un estorbo ¡un intruso!, sobre todo cuando Ethan instintivamente abrió sus brazos para albergar a su pitufo con ternura y preocupación enterrando su llanto sobre su pecho.

Pero entonces Ethan que vio también en el rostro de su nuevo hijo la mortificación total, abrió su abrazo para albergarlo como a Lothar y lo llamo con los dedos y un guiño en los ojos para restarle importancia a la tensión del ambiente, pero en ese abrazo quería también a su rey, a su aguerrido, revoltoso, rebelde niño, inocente y angelical diablito: Uther y con los ojos lo llamo sin necesidad de verter palabra alguna sosteniéndole la mirada en ese lenguaje propio de los que se aman sin decir nada, absolutamente nada y sus ojos  sostuvieron el sentimiento flotando en el aire, la emoción titilando en ese espacio reducido y lineal que separaba los argénticos ojos de su hijo de los celestes suyos, “ven aquí cariño” decía esa mirada y Uther se paró al instante apurando sus pasos y no tardo nada en imitar el gesto aquel, y de pronto los tres apagaron sobre su pecho, ese pecho paterno todo muro, todo amor, toda fuerza, toda dulzura aliviando el dolor que los agobiaba, Lothar con sus celos que saltaban y la culpa que al mismo tiempo mordía, Matías por sentirse un intruso, un paria y causar ese dolor a Lothar, mortalmente arrepentido en ocasiones de haber dado el consentimiento de ser adoptado por Ethan y Uther, Uther apagando poquito a poco ese rencor oscuro que aun albergaba y que a veces saltaba sobre el corazón de su padre para lastimarlo pero ahora además agradecido porque adoptara a Matías, la idea formulada en voz alta en alguna ocasión había sido suya, y por alguna razón su padre lo tomo en cuenta, no importaba ahora el porqué, solo que Maty estaba ahí con ellos, porque ambos se adoraban como si toda su vida hubiesen estado juntos.

Solo que Mikel y Mirando opacaron su mirada no porque no les guste el nuevo cuadro familiar, sino porque sabían que Tano se sentía incompleto por la pérdida de su hijo mayor, el hijo arrebatado y un nudo los hizo sentir culpables.

 

  • Yooo, NIFS, NIFS, NIFS YOOO – gemía Matías superado por aquel abrazo recibido – yoooo
  • Shuuu, sin llorar hijo, ya estamos en casa mis niños, ¡por fin en casa!, en casita, en familia, ahora a reír ¿si? – fue besando a cada uno la rubia, castaña o morena cabeza, con amor y limpiando los ojos de cada uno sin soltarlos de su pecho, derramando palabras dulces y recordando que ya habría tiempo para llorar, pero sin poder lograrlo todavía comprobando que no solo el bostezo, el sueño, la risa o el miedo eran contagiosos, o los virus o bacterias sino también el llanto
  • Perdóoonameee – gimió Lothar soltando a su padre para abrazar con fuerzas a Matías, él había vuelto con la fuerte convicción de disculparse de él pero no supo que paso, porque se sintió tan superado en su vergüenza, quizás era el verlo vendado, tan delgado, pálido y ojeroso, vamos con toda la pinta de haber estado enfermo por mucho tiempo, consumido en sí mismo y sin esa sonrisa melancólica que siempre pendía de su boca – yo no quería – iba a seguir hablando pero Matías lo corto
  • Perooo yo, yooo no quiero que te disculpes, no no quería enojarte Lothar, AGS, AGS, AGS NIFS NIFS NIFS – y el llanto lo supero mil veces apartándose de ellos – si nooo NIFS NIFS quieres queeee, viva con ustedes yooo, me puedo ir, no quiero que… – y Ethan rompió el curso de aquella charla volviendo a atraparlo en su abrazo y apretándolo contra sí, aquel muchacho necesitaba de todo el amor no solo de él sino de toda su familia para volver a confiar en la gente
  • Shuuu, tu no irás a ninguna parte Matías, tu lugar es aquí con nosotros y Lothar no está enfadado porque tu hayas venido, está enfadado conmigo porque me… – porque no pude ir yo con él al médico ya que a la misma hora tu y yo teníamos esa cita con el abogado eso era lo que quizás hubiese contestado en otro momento y otras circunstancias

 

Pero se calló, eso solo alimentaria sus inseguridades y culpas, él se daba cuenta que Matías aun pensaba que no se merecía ser feliz, ambos acudían al psicólogo desde el momento que abrió sus ojos en el hospital y él como médico de cabecera que fue, solicito interconsulta con psiquiatría y como al muchacho nadie más que él y los suyos lo visitaban se tomó el papel de custodio total y le dedicaba una hora integra para conversar con el psiquiatra y asegurarse que tome su medicación, siga con su terapia, sin permitirle guardarse para si nada, no dejaba que se quede en silencio, quería que saque todo, fue ahí que se enteró que la causa de la terrible agresión vivida fue producto de enterarse aquel hombre a su regreso del viaje que hizo por negocios, de que Matías se fue a bailar con sus hijos a la universidad, sin permiso de nadie y le había dado una endemoniada paliza a él con la manguera de la casa y luego había salido con la intención de agredir a Nathan, Lothar y Uther y el muchacho escondió las llaves de la casa cerrándose por dentro con su padrastro sellando así su casi nefasto destino y el tipo en su furia molió a patadas uno de los riñones del muchacho y fracturo el brazo y produjo varias lesiones internas, todas con solución a largo tiempo, pero esas del alma solo Dios sabía si volverían algún día a sanar, Lothar al ver que papá callaba no quiso que Matías se sienta excluido y si iban a ser familia, él debía contarle su secreto.

 

  • Porque no me explico de que iba, de cómo era una prueba con el médico, tu sabes que yo a veces – se le hizo un nudo la garganta – yo a veces me hago vencer en la ropa y me asuste y no quería que me hicieran nada y pues, el abuelo me pego y de eso estaba enfadado, no contigo – Ethan apretó a Lothar una vez más sobre su pecho junto a sus dos hijos mayores, sabía que aquello le costó un mundo y más ahora que sus inseguridades habían aumentado y sus crisis eran más seguidas, sería un milagro que ahora mismo no le pasara un accidente tan desagradable como aquel, y Matías para quitarle el hierro candente a la piel se soltó y sonriendo pregunto
  • ¿Acaso los abuelitos no son más bien de los mimos y esas ñoñerías? – y se animó a codear con total confianza a su mugre presente… Uther, y ese despanzandose de risa contesto
  • Queeee vaaaa – tiro su diestra atrás levantando todo el brazo para enfatizar sus palabras – ahí como los miras, sentaditos todo ternura son un par de sádicos con tu culo
  • ¡Uther!, ¿que dijimos? – amonesto papá levantando una ceja y dejándose por fin sentar en el sillón junto con sus pequeños gigantes
  • No es mala palabra culo papi, está en el diccionario te lo muestro – se soltó el abogadillo del diablo…. Lothar, riendo mientras se limpiaba los mocos con la polera de su padre sin darse cuenta, antes de querer correr escaleras arriba a traer su diccionario, últimamente su mejor arma para refutar a todos sobre que palabras eran o no malas y puedan usarse en insultos educados según él
  • Si está, está papi, yo también lo vi – Uther y Matías hablaron al mismo tiempo y con la misma intensidad, parecían mellizos del mismo porte, la misma talla uno rubio el otro castaño oscuro de piel clara y se rieron los tres; enloquecerían a Ethan en un abrir y cerrar de ojos
  • Jaaa, siiii, claro, después yo buscare en el diccionario una foto de cómo quedan los culitos azotados cuando sus traviesos dueños tengan que pagar por sus educadas insolencias y desobediencias, no ve Matías – e intencionalmente poso sus claros ojos en los oscuros de Matías y éste lo miro con los ojos como platos, descolocado, lo mismo que el resto de la familia y Ethan agrego sin desistir de mirarlo fijamente – SI, tú mismo Matías, y al parecer tu y yo tendremos nuestra primera charla antes de dormir sino me entregas inmediatamente esa cajetilla de cigarros y el encendedor a la cuenta de tres – hablo serio y Matías reconoció el timbre de voz, aquel mes en el hospital le dio tiempo para reconocer por el timbre de voz a su ahora casi padre cuando era una broma, una advertencia o una sentencia, y eso de los cigarritos le había valido en el hospital un par de palmadas sobre la ropa cuando lo pillo fumando en la cama después de una visita médica, y le había prometido algo más que esas palmadas si de nuevo lo pillaba con esas porquerías en la boca, y se paró extendiendo la mano abierta pero Matías se quedó sin saber qué hacer mientras su padre se acercó un poco más y jalando y sujetando su mano le dio un fuerte manotazo en el dorso mientras seguía hablando con tranquilidad como si conversara de otra cosa – porque en el hospital te dije clarito que no quería ver cigarritos escondidos y me he fijado que llevas descaradamente en el bolsillo del pantalón una cajetilla y un encendedor ¿no ve?, PLAF – y tras el manotazo como si de un mago se tratara, saco del bolsillo de Matías la cajetilla azul de malboro y el encendedor con cacha de hueso tallado y los sostuvo frente a sus marrones ojos y el crio aquel trago saliva; ellos tenían un pacto y él había hecho una promesa de no volver a fumar, había empezado a hacerlo hace como dos meses antes de su agresión como una fuga a su mala vida, pero en la charla con el psiquiatra sobre la adopción y los temores de cada uno se habían planteado objetivos y metas, compromisos y directrices y él había dado su total consentimiento de dejar en manos de Ethan la forma de encaminarlo, educarlo y corregirlo aceptando cualquier forma de disciplina siempre y cuando estas sean similares a las que recibían sus hijos biológicos, o sea sin distinción, a lo que Ethan dio su consentimiento total advirtiendo y haciendo conocer que en casa ocasionalmente sus muchachos eran disciplinados a la antigua lo que valía recibir nalgadas o el cinturón o la regla o el chicote dependiendo de la falta, a lo que tanto el psiquiatra como psicólogo agregaron nada que no se haya visto en cualquier otro hogar pero claro una cosa era saberlo y otra experimentarlo y aquello, el manotazo lo descoloco y volvió a tragar saliva sin poder despegar la mirada de su mano enrojecida o hablar algo
  • Era mejor que te adopte el abuelo – dijo de pronto Uther riendo ante la cara asustada de su nuevo hermano sacándole la lengua a su padre tratando de que Matías se calme, parecía un venado asustado, pero Mikel se acercó a él y le beso la mano lastimadita y lo abrazo para decirle sonriendo
  • Yo no te hubiera dado un manotazo Matías, te habría bajado el pantalón ya mismo y te daba una buena tunda para que te dejes de tonterías, ¿qué es eso de fumar? eres aun un niño, y papá sabe que eres inteligente y que no harás ninguna tontería como volver a comprar cigarros verdad, ¿hombrecito? – pero Matías no contesto, apenas esbozo una sonrisa tímida avergonzado ante la primera amonestación real de su padre como su padre hasta que Ethan se volvió a acercar y lo abrazo diciendo
  • Sí, es muy inteligente y sabe que no lo volverá a hacer, ahora a cambiarnos, tenemos que ir a celebrar – lo beso y con la mirada llamo a su Uther y Lothar llevándoselos al patio afuera, hacia el departamento que estaba terminándose de  construir, incluso ya había habilitado su dormitorio original sin ningún mueble que le recuerde su vida con su mujer,  quería darles a cada uno un regalo – ustedes también vamos, luego subirán a cambiarse hice unas reservaciones en “La casa del camba” para dentro de una hora, y aun no nos hemos vestido, papá y ustedes ¿ya están listos? – pregunto a su padre antes de salir empujando con cariño a Matías hacia el patio y a eso se unieron sus hijos riendo por detrás

 

Cuando todos llegaron a la habitación de papá que a donde los llevo, les entrego a cada uno una cajita, eran unos dijes de oro con sus iniciales y detrás una frase grabada muy bonita “mío siempre: de papá” y a Matías aparte le entrego un llavero

 

  • Toma hijo, estas son las llaves de toda la casa, de este piso, de esta planta, el otro lado es la casa del abuelo, y también están las llaves que incluyeron tus abuelos, estaremos allá unas semanas más pues aún tienen que terminar de instalar los aires acondicionados y las mallas milimétricas, pero ya la otra semana iremos todos a comprar los muebles que hagan falta… casa nueva, muebles nuevos, hijo nuevo… VIDA NUEVA, ya nos trasladaremos a nuestro propio espacio – les anuncio a los tres muchachos aunque a ellos parecía darles lo mismo

 

Pero para Ethan no era lo mismo, consideraba que era mejor iniciar esta etapa nueva de su vida solo los cuatro independientemente de sus padres, compartían el mismo terreno pero ahora gozarían de independencia, eso le daría a los chicos la perspectiva de que en casa era papá quien atendía sus demandas, que era él quien decidía por ellos en ocasiones, que era a él a quien deberían pedir permiso, rendir cuentas y demás, no es que sus padres le hayan socavado su autoridad, pero durante las sesiones con el psiquiatra él independientemente se había plantado la posibilidad de acudir con su Uther a recibir ayuda para mejorar su situación familiar, después de todo si él quería asumir la paternidad total de Matías debía previamente plantearse la posibilidad de ser mejor padre para sus propios hijos y no arruinar sus vidas ni del niño que llegaba.

Eran demasiados cabos sueltos que flotaban, pero se había propuesto ir uniéndolos poco a poco, también les hablo pero esto más dirigido a Matías, sobre las jerarquías de cadena de mando familiar, y recalco que aun cuando era a él a quien debía obediencia total, eso no significaba que deba ser mal educado con sus mayores y cuando no estaba él eran los abuelos o Nathan, los que asumían la responsabilidad pero que por Nat no se preocupe, que era un chico más como ellos, pero que los abuelos tenían total potestad de reprenderlo como mejor lo vean, y si aquello se daba, era seguro que a su regreso igual reprimenda se repetía pero con él, en este punto Matías miro a sus hermanos incrédulo pero Uther sonrió como si nada.

 

  • Bueno chango ¿que querías?, así no más es en esta familia, pero tu tranqui, que papá Mikel solo te sacude cuando realmente te portas mal, no como cierto señor que conozco que a veces es un cabezón y suelta la mano sin preguntar – y apunto a su padre
  • ¿Yooo? – pregunto haciéndose el ofendido mientras sacaba la ropa que consideraba adecuada para ir a cenar y a festejar con toda su familia
  • Si tú, que aún estoy esperando una disculpa por lo de Anabela – y su rostro se hizo sombrío, Ethan lo miro, y sabía que eso era verdad, que le debía no solo una disculpa sino una explicación y resarcimiento de sus actos, y abrazándolo fuertemente, y besando largamente su rubia cabeza le susurró al oído suavecito
  • Lo sé hijo, lo sé, solo dame un poco de tiempito para que lo haga como debe ser, tu sabes a que me refiero ¿verdad? 

 

Y le sostuvo el mentón; aquello era suficiente para Uther, quien apoyando su oído al pecho de papá para oír como cuando niño, el latido adormecedor y rítmico de su corazón, que ahí dentro de esa caja de huesos y carne cantaba una nana para él, una nana que lo adormecía de su cansancio y calmaba sus penas como la promesa de un día feliz y abrazo a su padre con hambre, con amor, con necesidad, confiado y feliz… Mientras Tano pensaba algún día poder abrazar no solo a Matías sino a su hijo perdido sin miedo al rechazo o al reproche.

Pero… Dios diría.




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