Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Alfa y omega… el principio
y el fin
Autora: Marambra
La puerta
de la casa se abrió y dio paso a un miserable adolescente escondido detrás de
su padre, el camino de retorno fue más que suficiente en espacio, tiempo y su
EGO para que reflexione sobre su alocada y tonta reacción, la vergüenza se
apodero de su rostro tiñéndolo de escarlata, y en el maltrecho estómago se le
había formado nada menos que un nudo ciego y tragaba saliva, no le gustaba
mucho ser el centro de la atención y ahora mismo un montón de ojos se habían
dado la vuelta expectantes por verlo, e igual cantidad de oídos estaban agudos
ahí para oír las explicaciones del caso, pero todo eso era solo producto de su
maravillosa mente adolescente, y cuando su padre se hizo a un lado para que él
entre, Lothar se quedó ahí simplemente parado sin animarse a dar un paso con un
puchero en la boca y los ojos aguados de ver a Matías sentadito en el sillón en
un rincón como si se sintiera incomodo de estar ahí con un gran peso sobre sus
espaldas, y sus ojos plomos chocaron con la escayola blanca en el brazo todavía,
dándose cuenta que pudo haberle vuelto a fracturar el frágil hueso que se
restablecía a paso lento, Ethan vio a su mortificado hijo más confundido
todavía cuando Matías le sonrió tímidamente, esperando la camaradería de
siempre y su soltura habitual para saber que no lo incomodaba, que no le
importunaba que no lo lastimaba.
Matías
no quería ser un usurpador de nada ni de nadie, suficiente había tenido con
mendigar el amor toda su vida y callarse golpes y maltratos físicos como para
que ahora sea la causa de discordia entre aquel hombre que estaba ahí y que día
a día había venido a curar sus heridas no solo físicas sino emocionales en el
hospital y ese niño lloroso que a kilómetros se notaba era la luz de sus ojos,
un niño al cual secretamente había envidiado en lo más hondo de su corazón, porque
quería ser como él: desenfadado, feliz, y amado y creyó que aquella familia, la
familia de su mejor amigo le iban a dar la oportunidad de por fin ser querido;
pero ahora estaba ahí atrapado en medio del salón sin saber qué hacer con el
saludo que se quedó en su boca y su abrazo flotando en el aire como una
golondrina sin norte, porque Lothar desvío su mirada al piso y se puso a llorar
amargamente, lo que lo hizo sentirse como un estorbo ¡un intruso!, sobre todo
cuando Ethan instintivamente abrió sus brazos para albergar a su pitufo con
ternura y preocupación enterrando su llanto sobre su pecho.
Pero
entonces Ethan que vio también en el rostro de su nuevo hijo la mortificación
total, abrió su abrazo para albergarlo como a Lothar y lo llamo con los dedos y
un guiño en los ojos para restarle importancia a la tensión del ambiente, pero
en ese abrazo quería también a su rey, a su aguerrido, revoltoso, rebelde niño,
inocente y angelical diablito: Uther y con los ojos lo llamo sin necesidad de
verter palabra alguna sosteniéndole la mirada en ese lenguaje propio de los que
se aman sin decir nada, absolutamente nada y sus ojos sostuvieron el sentimiento flotando en el
aire, la emoción titilando en ese espacio reducido y lineal que separaba los
argénticos ojos de su hijo de los celestes suyos, “ven aquí cariño” decía esa
mirada y Uther se paró al instante apurando sus pasos y no tardo nada en imitar
el gesto aquel, y de pronto los tres apagaron sobre su pecho, ese pecho paterno
todo muro, todo amor, toda fuerza, toda dulzura aliviando el dolor que los
agobiaba, Lothar con sus celos que saltaban y la culpa que al mismo tiempo
mordía, Matías por sentirse un intruso, un paria y causar ese dolor a Lothar,
mortalmente arrepentido en ocasiones de haber dado el consentimiento de ser
adoptado por Ethan y Uther, Uther apagando poquito a poco ese rencor oscuro que
aun albergaba y que a veces saltaba sobre el corazón de su padre para
lastimarlo pero ahora además agradecido porque adoptara a Matías, la idea
formulada en voz alta en alguna ocasión había sido suya, y por alguna razón su
padre lo tomo en cuenta, no importaba ahora el porqué, solo que Maty estaba ahí
con ellos, porque ambos se adoraban como si toda su vida hubiesen estado juntos.
Solo
que Mikel y Mirando opacaron su mirada no porque no les guste el nuevo cuadro
familiar, sino porque sabían que Tano se sentía incompleto por la pérdida de su
hijo mayor, el hijo arrebatado y un nudo los hizo sentir culpables.
- Yooo, NIFS,
NIFS, NIFS YOOO – gemía Matías superado por aquel abrazo
recibido – yoooo
- Shuuu, sin
llorar hijo, ya estamos en casa mis niños, ¡por fin en casa!, en casita, en
familia, ahora a reír ¿si? – fue besando a cada uno la rubia, castaña
o morena cabeza, con amor y limpiando los ojos de cada uno sin soltarlos de su
pecho, derramando palabras dulces y recordando que ya habría tiempo para
llorar, pero sin poder lograrlo todavía comprobando que no solo el bostezo, el
sueño, la risa o el miedo eran contagiosos, o los virus o bacterias sino
también el llanto
- Perdóoonameee
– gimió Lothar soltando a su padre para
abrazar con fuerzas a Matías, él había vuelto con la fuerte convicción de
disculparse de él pero no supo que paso, porque se sintió tan superado en su
vergüenza, quizás era el verlo vendado, tan delgado, pálido y ojeroso, vamos
con toda la pinta de haber estado enfermo por mucho tiempo, consumido en sí
mismo y sin esa sonrisa melancólica que siempre pendía de su boca – yo no quería – iba
a seguir hablando pero Matías lo corto
- Perooo yo,
yooo no quiero que te disculpes, no no quería enojarte Lothar, AGS, AGS, AGS
NIFS NIFS NIFS – y el llanto lo supero mil veces
apartándose de ellos – si nooo NIFS NIFS
quieres queeee, viva con ustedes yooo, me puedo ir, no quiero que… – y Ethan rompió el curso de aquella charla
volviendo a atraparlo en su abrazo y apretándolo contra sí, aquel muchacho
necesitaba de todo el amor no solo de él sino de toda su familia para volver a
confiar en la gente
- Shuuu, tu no
irás a ninguna parte Matías, tu lugar es aquí con nosotros y Lothar no está
enfadado porque tu hayas venido, está enfadado conmigo porque me… – porque
no pude ir yo con él al médico ya que a la misma hora tu y yo teníamos esa cita
con el abogado eso era lo que quizás hubiese contestado en otro momento y otras
circunstancias
Pero
se calló, eso solo alimentaria sus inseguridades y culpas, él se daba cuenta
que Matías aun pensaba que no se merecía ser feliz, ambos acudían al psicólogo
desde el momento que abrió sus ojos en el hospital y él como médico de cabecera
que fue, solicito interconsulta con psiquiatría y como al muchacho nadie más
que él y los suyos lo visitaban se tomó el papel de custodio total y le
dedicaba una hora integra para conversar con el psiquiatra y asegurarse que
tome su medicación, siga con su terapia, sin permitirle guardarse para si nada,
no dejaba que se quede en silencio, quería que saque todo, fue ahí que se enteró
que la causa de la terrible agresión vivida fue producto de enterarse aquel
hombre a su regreso del viaje que hizo por negocios, de que Matías se fue a
bailar con sus hijos a la universidad, sin permiso de nadie y le había dado una
endemoniada paliza a él con la manguera de la casa y luego había salido con la intención
de agredir a Nathan, Lothar y Uther y el muchacho escondió las llaves de la
casa cerrándose por dentro con su padrastro sellando así su casi nefasto
destino y el tipo en su furia molió a patadas uno de los riñones del muchacho y
fracturo el brazo y produjo varias lesiones internas, todas con solución a
largo tiempo, pero esas del alma solo Dios sabía si volverían algún día a
sanar, Lothar al ver que papá callaba no quiso que Matías se sienta excluido y
si iban a ser familia, él debía contarle su secreto.
- Porque no me
explico de que iba, de cómo era una prueba con el médico, tu sabes que yo a
veces – se le hizo un nudo la garganta – yo a veces me
hago vencer en la ropa y me asuste y no quería que me hicieran nada y pues, el
abuelo me pego y de eso estaba enfadado, no contigo – Ethan apretó a
Lothar una vez más sobre su pecho junto a sus dos hijos mayores, sabía que
aquello le costó un mundo y más ahora que sus inseguridades habían aumentado y
sus crisis eran más seguidas, sería un milagro que ahora mismo no le pasara un
accidente tan desagradable como aquel, y Matías para quitarle el hierro
candente a la piel se soltó y sonriendo pregunto
- ¿Acaso los
abuelitos no son más bien de los mimos y esas ñoñerías? – y
se animó a codear con total confianza a su mugre presente… Uther, y ese
despanzandose de risa contesto
- Queeee vaaaa – tiro
su diestra atrás levantando todo el brazo para enfatizar sus palabras – ahí como los miras, sentaditos todo ternura son un par
de sádicos con tu culo
- ¡Uther!, ¿que
dijimos? – amonesto papá levantando una ceja y
dejándose por fin sentar en el sillón junto con sus pequeños gigantes
- No es mala
palabra culo papi, está en el diccionario te lo muestro – se
soltó el abogadillo del diablo…. Lothar, riendo mientras se limpiaba los mocos
con la polera de su padre sin darse cuenta, antes de querer correr escaleras
arriba a traer su diccionario, últimamente su mejor arma para refutar a todos
sobre que palabras eran o no malas y puedan usarse en insultos educados según
él
- Si está, está
papi, yo también lo vi – Uther y Matías hablaron al mismo tiempo
y con la misma intensidad, parecían mellizos del mismo porte, la misma talla
uno rubio el otro castaño oscuro de piel clara y se rieron los tres;
enloquecerían a Ethan en un abrir y cerrar de ojos
- Jaaa, siiii,
claro, después yo buscare en el diccionario una foto de cómo quedan los culitos
azotados cuando sus traviesos dueños tengan que pagar por sus educadas
insolencias y desobediencias, no ve Matías – e intencionalmente
poso sus claros ojos en los oscuros de Matías y éste lo miro con los ojos como
platos, descolocado, lo mismo que el resto de la familia y Ethan agrego sin
desistir de mirarlo fijamente – SI, tú mismo
Matías, y al parecer tu y yo tendremos nuestra primera charla antes de dormir
sino me entregas inmediatamente esa cajetilla de cigarros y el encendedor a la
cuenta de tres – hablo serio y
Matías reconoció el timbre de voz, aquel mes en el hospital le dio tiempo para
reconocer por el timbre de voz a su ahora casi padre cuando era una broma, una
advertencia o una sentencia, y eso de los cigarritos le había valido en el
hospital un par de palmadas sobre la ropa cuando lo pillo fumando en la cama
después de una visita médica, y le había prometido algo más que esas palmadas
si de nuevo lo pillaba con esas porquerías en la boca, y se paró extendiendo la
mano abierta pero Matías se quedó sin saber qué hacer mientras su padre se acercó
un poco más y jalando y sujetando su mano le dio un fuerte manotazo en el dorso
mientras seguía hablando con tranquilidad como si conversara de otra cosa – porque en el
hospital te dije clarito que no quería ver cigarritos escondidos y me he fijado
que llevas descaradamente en el bolsillo del pantalón una cajetilla y un
encendedor ¿no ve?, PLAF – y tras el manotazo como si de un mago se
tratara, saco del bolsillo de Matías la cajetilla azul de malboro y el
encendedor con cacha de hueso tallado y los sostuvo frente a sus marrones ojos
y el crio aquel trago saliva; ellos tenían un pacto y él había hecho una
promesa de no volver a fumar, había empezado a hacerlo hace como dos meses
antes de su agresión como una fuga a su mala vida, pero en la charla con el
psiquiatra sobre la adopción y los temores de cada uno se habían planteado
objetivos y metas, compromisos y directrices y él había dado su total
consentimiento de dejar en manos de Ethan la forma de encaminarlo, educarlo y
corregirlo aceptando cualquier forma de disciplina siempre y cuando estas sean
similares a las que recibían sus hijos biológicos, o sea sin distinción, a lo
que Ethan dio su consentimiento total advirtiendo y haciendo conocer que en
casa ocasionalmente sus muchachos eran disciplinados a la antigua lo que valía
recibir nalgadas o el cinturón o la regla o el chicote dependiendo de la falta,
a lo que tanto el psiquiatra como psicólogo agregaron nada que no se haya visto
en cualquier otro hogar pero claro una cosa era saberlo y otra experimentarlo y
aquello, el manotazo lo descoloco y volvió a tragar saliva sin poder despegar
la mirada de su mano enrojecida o hablar algo
- Era mejor que
te adopte el abuelo – dijo de pronto Uther riendo ante la cara
asustada de su nuevo hermano sacándole la lengua a su padre tratando de que
Matías se calme, parecía un venado asustado, pero Mikel se acercó a él y le
beso la mano lastimadita y lo abrazo para decirle sonriendo
- Yo no te
hubiera dado un manotazo Matías, te habría bajado el pantalón ya mismo y te
daba una buena tunda para que te dejes de tonterías, ¿qué es eso de fumar? eres
aun un niño, y papá sabe que eres inteligente y que no harás ninguna tontería
como volver a comprar cigarros verdad, ¿hombrecito? – pero
Matías no contesto, apenas esbozo una sonrisa tímida avergonzado ante la
primera amonestación real de su padre como su padre hasta que Ethan se volvió a
acercar y lo abrazo diciendo
- Sí, es muy
inteligente y sabe que no lo volverá a hacer, ahora a cambiarnos, tenemos que
ir a celebrar – lo beso y con la mirada llamo a su Uther
y Lothar llevándoselos al patio afuera, hacia el departamento que estaba terminándose
de construir, incluso ya había
habilitado su dormitorio original sin ningún mueble que le recuerde su vida con
su mujer, quería darles a cada uno un
regalo – ustedes también vamos, luego subirán a cambiarse hice
unas reservaciones en “La casa del camba” para dentro de una hora, y aun no nos
hemos vestido, papá y ustedes ¿ya están listos? – pregunto a su padre antes de salir empujando con cariño a
Matías hacia el patio y a eso se unieron sus hijos riendo por detrás
Cuando
todos llegaron a la habitación de papá que a donde los llevo, les entrego a
cada uno una cajita, eran unos dijes de oro con sus iniciales y detrás una
frase grabada muy bonita “mío siempre: de papá” y a Matías aparte le entrego un
llavero
- Toma hijo,
estas son las llaves de toda la casa, de este piso, de esta planta, el otro
lado es la casa del abuelo, y también están las llaves que incluyeron tus
abuelos, estaremos allá unas semanas más pues aún tienen que terminar de
instalar los aires acondicionados y las mallas milimétricas, pero ya la otra
semana iremos todos a comprar los muebles que hagan falta… casa nueva, muebles
nuevos, hijo nuevo… VIDA NUEVA, ya nos trasladaremos a nuestro propio espacio – les
anuncio a los tres muchachos aunque a ellos parecía darles lo mismo
Pero
para Ethan no era lo mismo, consideraba que era mejor iniciar esta etapa nueva
de su vida solo los cuatro independientemente de sus padres, compartían el
mismo terreno pero ahora gozarían de independencia, eso le daría a los chicos
la perspectiva de que en casa era papá quien atendía sus demandas, que era él
quien decidía por ellos en ocasiones, que era a él a quien deberían pedir
permiso, rendir cuentas y demás, no es que sus padres le hayan socavado su
autoridad, pero durante las sesiones con el psiquiatra él independientemente se
había plantado la posibilidad de acudir con su Uther a recibir ayuda para
mejorar su situación familiar, después de todo si él quería asumir la
paternidad total de Matías debía previamente plantearse la posibilidad de ser
mejor padre para sus propios hijos y no arruinar sus vidas ni del niño que
llegaba.
Eran
demasiados cabos sueltos que flotaban, pero se había propuesto ir uniéndolos
poco a poco, también les hablo pero esto más dirigido a Matías, sobre las
jerarquías de cadena de mando familiar, y recalco que aun cuando era a él a
quien debía obediencia total, eso no significaba que deba ser mal educado con
sus mayores y cuando no estaba él eran los abuelos o Nathan, los que asumían la
responsabilidad pero que por Nat no se preocupe, que era un chico más como
ellos, pero que los abuelos tenían total potestad de reprenderlo como mejor lo
vean, y si aquello se daba, era seguro que a su regreso igual reprimenda se
repetía pero con él, en este punto Matías miro a sus hermanos incrédulo pero
Uther sonrió como si nada.
- Bueno chango
¿que querías?, así no más es en esta familia, pero tu tranqui, que papá Mikel
solo te sacude cuando realmente te portas mal, no como cierto señor que conozco
que a veces es un cabezón y suelta la mano sin preguntar – y
apunto a su padre
- ¿Yooo? – pregunto
haciéndose el ofendido mientras sacaba la ropa que consideraba adecuada para ir
a cenar y a festejar con toda su familia
- Si tú, que aún
estoy esperando una disculpa por lo de Anabela – y su rostro se hizo
sombrío, Ethan lo miro, y sabía que eso era verdad, que le debía no solo una
disculpa sino una explicación y resarcimiento de sus actos, y abrazándolo
fuertemente, y besando largamente su rubia cabeza le susurró al oído suavecito
- Lo sé hijo, lo sé, solo dame un poco de tiempito para que lo haga como debe ser, tu sabes a que me refiero ¿verdad?
Y le
sostuvo el mentón; aquello era suficiente para Uther, quien apoyando su oído al
pecho de papá para oír como cuando niño, el latido adormecedor y rítmico de su corazón,
que ahí dentro de esa caja de huesos y carne cantaba una nana para él, una nana
que lo adormecía de su cansancio y calmaba sus penas como la promesa de un día
feliz y abrazo a su padre con hambre, con amor, con necesidad, confiado y
feliz… Mientras Tano pensaba algún día poder abrazar no solo a Matías sino a su
hijo perdido sin miedo al rechazo o al reproche.
Pero…
Dios diría.
Muy bonito este capítulo. Chévere que hayas continúado. gracias.
ResponderEliminar