Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Genotipo, fenotipo y
locuras de ese tipo
Autora: Marambra
- ¡Uuuuutheeeeerrr!
La voz
de Ethan trono enfadada en el comedor, la mesa seguía igual con solo las 10
historias clínicas que trajo del hospital y que tenía intención de llevarlas
esa misma noche cuando vaya a conversar sobre el procedimiento a seguir, los
riesgos que había, lo que se pretendía encontrar, los días que llevaría
restablecerse y demás al paciente que debía operar al día siguiente,
supuestamente estaba de vacaciones, si, le habían dado 3 meses pero prefirió
fraccionar aquellos 3 meses en 2 etapas, guardando 2 meses para fin de año en
verano cuando sus enanos salgan de vacaciones navideñas, pero para eso faltaba
8 largos meses, había regresado recientemente hace dos días al hospital y tenía
en manos una cirugía que llevaría toda la mañana y se realizaría con un equipo de
élite que llego del interior, pero ahora la cirugía que tenía en manos en casa
era extirpar de cuajo los malos modos de sus hijos, ya uno fue recientemente
operado con éxito, solo que la evolución en el transcurso de los días daría fe si la técnica aplicada
fue la adecuada o había algo que corregir, de todos modos había una posibilidad
de nueva intervención correctiva al día siguiente, así que se podría decir que
el muchacho tenía el trasero en observación post quirúrgica (ejm. post
palmadas)
Pero
el nuevo caso, en realidad no era nuevo caso si no uno recidivante tildando la
cronicidad, había pasado un mes de tratamiento individual aprobado ya por los
expertos con dosificación a vía oral, (vamos lo que dicen los psicólogos que
todo era conversar civilizadamente con el muchacho) pero al parecer ante la
rebeldía del cuadro, que no había cedido pese a las intervenciones oportunas,
claras y especificas e incluso individualizando la dosis el mal que aquejaba no
solo permanecía sino que por momentos tendía a degenerar, por tal motivo había
decidido cambiar las medidas terapéuticas, medidas nada tomadas a la ligera
sino minuciosamente discutidas y analizadas en junta médica, cuyos cráneos
(papá y los abuelos) estaban más que convencidos de que la nueva terapia a adoptar
sería mucho más efectiva que la previa, el único inconveniente, la incomodidad
en la dosificación y de hecho la negativa del paciente a colaborar, porque se
trataba de un remedio casi al 100 % efectivo con una tasa muy baja de margen de
error, pero con una sola forma de administración, a trasero descubierto porque
el medicamento en si era doloroso de soportar y quedaba siempre abierta la
posibilidad de aumentar la dosis y/o cambiar el dispositivo medico de
aplicación (de mano a regla o de regla a cinturón) no había otra, o era eso o
era dejar que la enfermedad se disemine en el resto de la población cuya grupo
etario aledaño no solo era afín sino compatible; y bueno teniendo un caso como
en ese en casa, no le quedaba otra que como buen médico no podía permitir que
aquel inconveniente se propague, así que decidió aplicar la primera vacuna o de
contacto sobre el reluciente y blanquiñoso trasero de su primogénito.
- UUUUTHEEEERRR
– volvió a gritar desde el comedor
golpeteando los dedos a manera de galope sobre la mesa mirando el reloj de
pared, 4 de la tarde, mierda, pensó, le llevo por lo menos una hora tratar con
Lothar, un Lothar que bajaba a paso cansado y dolorido las gradas con su
mochila y la horrible agenda que para pena suya debía llevar firmada por su
padre a la dirección, y que no le había mencionado aquel detalle a papá y ahora
no sabía cómo abordar el tema sin que lo retée o en el peor de los casos le
vuelva a estampillar la mano en el trasero – mierda, este carajo
no va a hacerme caso, pero vamos a ver si se vuelve a hacer el sordo – murmuraba dejando a un lado la historia que
abrió en el breve espacio de tiempo que le dio a su hijo para obedecerlo
dispuesto ya a ir a traerlo de la oreja, en eso Lothar ingreso y se acercó a
papá con la cara congestionada, brillante y el poto dolorido y totalmente
apagado, si, el chicoquito estaba triste
- ¿Papi? – murmuro
suavecito a prudente distancia
- ¿Mmm? – contesto
sin levantar la vista de algo que le llamo la atención en la historia que
revisaba, pero ese ruido involuntario solo condeno al silencio a Lothar y
decidió que era mejor preguntar de frente, su hijo al parecer tenía algo que
decir – ¿qué ocurre Lothar?
- Mmme – se
mordió el labio inferior – ¿me firmas la
agenda papi? – Ethan levanto la
vista del archivador que tenía y poso sus ojos sobre su hijo, estaba con un
pantaloncillo de algodón suave y viejo que usaba a veces para dormir cortado un
poco más abajo del medio muslo delgadito verde que dejaba entre ver algunas
rojeces de los muslos por los agujeros que llevaba, al parecer, no le hizo caso
de tirar eso a la basura, en fin se fijó en su pies y menos mal estaba con sus
franciscanas cafés; el chico estaba cabizbajo, despeinado con la nariz
congestionada, se había colocado un polo de manga corta color lila,
definitivamente el chico se peleó con la moda, Ethan estiro la mano y su hijo le
paso la agenda, abrió la página de la nota del profe de química y la firmo
frunciendo el ceño y la devolvió al muchacho, iba a recomendarle que sea la
última vez que leía una nota tan horrible como esa, pero Lothar trago saliva,
no sabía cómo abordar el tema
- No quiero
volver a ver una nota como esta Lothar, aquí está tu agenda – garabateo
su firma
- Falta – susurro
cerrando los ojos
- ¿Qué falta?
- Es que… no es
solo esa nota papi, me debes firmar todas las notas que no te mostré – trago
saliva y abrió las 5 páginas previas, iban de todo desde notificaciones sobre
cambio de horario, citación para la misa de salud a los alumnos y claro
llamadas de atención, quejas, y quejas y más quejas, Ethan dejo la agenda sobre
la mesa y la fue hojeando mientras Lothar trataba disimuladamente de sentarse
alejado de su padre, papá adivino las intenciones del chico y sonrió para sí,
pero no le saldría tan baratito así que con voz firme pero tranquilo le dijo
- Ven aquí a mi
lado, párate aquisito – hizo una mueca con el dedo para llamarlo
y apunto su lado, a Lothar no le quedó más remedio que ir, papá mientras el
avanzaba a su lado leyó con cuidado todas las notas olvidadas convenientemente
por su hijo y cuando ya lo tuvo a su diestra, lo apreso de la cintura atrapada
entre la mesa y su cuerpo y le bajo el pantalón aquel y le regalo 5 palmadas
fuertes en un culete ya resentido que arrancaron a Lothar un gemido apenas
disimulado, se sentía mal haber defraudado a su padre, pero aun no podía dejar
de suplicar
- Nooo, papito,
ya NOOO – quiso sostener su ropa pero papá no le
dejo
- PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF
- Auuuu paaapi, papi, ayyy
- Que sea la
última vez Lothar, LA ULTIMA ¿estamos? – lo soltó y empezó a
firmar nota por nota toda la agenda moviendo la cabeza enfadado, Lothar
gimiendo y llorando en silencio se subió la ropa frotando el trasero y se sentó
al lado de papa, limpiándose la cara con los dorsos de sus manos, de un lado a
otro, le dolieron los azotes y como no, si ya le había majado minutos antes,
tenía el trasero resentido y aquellos palmetazos habían revivido el dolor – ¿esto es todo? – papá
cerro la agenda pero aun no la paso, quería una respuesta del chico
- Es todo papi – respondió
compungido
- Bien, a
estudiar entonces – dejo la agenda sobre la mesa y volvió a
llamar a su hijo, era la tercera vez y habían pasado 15 minutos y el otro
perdido, así que decidió subir por él
- UTHER CARAJO,
ESTOY ESPERÁNDOTE – se oyó de media escalera
- Oye, tu papá
te llama, ve, no hagas renegar Uther por favor – le dijo Nathan al ver
que su sobrino no se movía
- ¡¡¡AJ!!! – hizo
una despectiva mueca – si quiere gritar
que grite, me duele la cabeza
- No seas mal
educado Uther, tu padre te ha llamado tres veces – lo
amonesto Ignacio, y Uther sintió el par de miradas clavadas en su rostro y se
avergonzó un poco
- ¿Ya voy, no es
para tanto – cerro el móvil de Nathan tras enviar un
mensaje y se dio la vuelta para tumbarse de espaldas sobre la alfombra que
tenía todas las almohadas en el piso, si Mikel las veía ahí, ahí mismo les daba
una tunda a ambos, odiaba ver las almohadas en el suelo, siempre gritaba ¿qué
son?, ¿puercos?, ponen la cara encima, les va a salir hongos
- Como no, si es
la tercera vez que grita – dijo Nathan –
sabes que no debes enfadarlo Uther, a veces pienso que lo haces a
propósito – acuso Nat y Uther cambio de expresión,
dio en el clavo, Nat lo estaba observando cómo Ignacio y se miraron, no era
necesario adivinar – disfrutas
enfadándolo, no sé qué te pasa pero no me agrada, mejor has caso, tengo…
tenemos un trabajo – miro a
Ignacio como pidiendo ayuda y que no diga nada o mejor que se haga el tonto – debo pedirle permiso para ir a pasar la noche a otra
casa, y si esta de mal humor no me dejara ir, sabes que ahora él está a mi
“frente” – agrego con el ceño
fruncido
Se
refería a que como no estaba Mikel, era a Ethan a quien rendía cuentas y desde
el incidente de la fiesta de la Universidad, Nathan no tenía permiso para salir
a otro lado que no sea la universidad, estaba castigado; Uther hizo caras al
comentario pero se incorporó, les devolvió los móviles a los chicos y se puso a buscar sus calzados; a la habitación
de Nathan como a la suya se entraba sin calzados, les gustaba andar sin nada
puesto en los pies y Mikel, Miranda y EThan, habían accedido de que caminen sin
zapatos pero solo en sus habitaciones, así que ahí, hasta Ignacio estaba en
medias, estaba en eso cuando su padre entro enfadado.
- Te estoy
llamando Uther – se contuvo de gritar o de entrar y
agarrar de las orejas al muchacho por consideración de Ignacio y Nat, ambos
estaban concentrados haciendo unas tareas en el escritorio, pero no pudo
disimular su enfado en su lenguaje corporal, se acercó a Uther y los jalo del
brazo violentamente agarrándolo firme y clavando la mirada oscura en los plomos
ojos de su hijo que por su parte tampoco disimulo su malestar de que su padre
lo sujete violentamente del brazo – vamos, te voy a
ayudar a hacer la tarea, tengo solo hasta las 7 de la noche, debo luego ir al
hospital para cerciorarme de que el equipo quirúrgico está en condiciones para
la cirugía de mañana, así que hijo, sin renegar, sin pelear vamos a sentarnos y
repasaremos las lecciones de biología, ¿bueno?, por favor, te lo estoy pidiendo
en son de paz, no quiero discutir – Ignacio
y Nathan dejaron sus cosas para mirar atentamente a Ethan, se dieron cuenta que
el hombre estaba al filo de la navaja de perder los estribos, sin embargo
estaba allá haciendo su mejor esfuerzo para ser diplomático con el crio aquel
que tenía y para anular la tensión del ambiente se animó a abrazar a su
muchacho y besar su cabeza – sé que estas frustrado por las restricciones, pero en
tres meses repetiremos el encefalograma y si tu pones de tu parte, las cosas
que solo dependen de ti como no renegar, tomar tu medicación a hora, hacer
siesta, pues veras que pronto podrás ver la tele y usar la compu sin problemas
¿bueno?, ahora dejemos a Nacho y a Nat haciendo sus cosas y nosotros hacemos
las tuyas ¿está bien? – le levanto el mentón, no se podía decir que
Ethan hizo un titánico esfuerzo diplomático para manejar al muchacho siguiendo
el consejo de Mikel, “con cariñito pero con firmeza” al final Uther a
regañadientes accedió y ambos fueron al comedor, el nuevo campo de batalla
Uther
trajo todo lo que su padre le pidió protestando, cuadernos, libros,
archivadores, colores, pegamentos bolígrafos y todo el material escolar, por su
parte Ethan a cada hojeada que daba a
una u otra carpeta le escocía la mano por estampillarse sobre el blanco culo de
su hijo, ¿cómo podía ser posible?, su rendimiento era deplorable, ok, el chico
tenia ausencias y debía evitar sobrecargarse mentalmente pero de ahí a la
dejadez total era otro cuento, pero aun así decidió encerrar su enojo para
tratar con él, ambos tenían que hacer un gran esfuerzo y lo sabían, así armado
de toda la paciencia del mundo como un examen de relajación él también se fue
serenando y obligando a mantener una postura neutra logrando concentrarse en
las tareas de ambos muchachos, con Lothar la cosa fue más fácil lo estampillo
en la silla con una advertencia interesante apenas quiso escabullirse al ver a
Uther llegar con cara de pocos amigos.
- No te me
mueves de ahí hasta que me sepas la tabla de valencias – golpeaba
con el índice la carpeta abierta – OJO, que te voy a preguntar incluso antes de dormir,
así que pon tus cinco sentidos alerta, que cuidadito que tengamos que repasarla
boca abajo, ¿verdad?
A lo
que claro Loty, decidió dejar a un lado sus tontas fabulaciones mentales que
era capísimo para imaginar de todo cuando estaba aburrido y encerrando su
imaginación en el baúl de los recuerdos de su cerebro de obligo a sí mismo a
estudiar seriamente, se concentró y papá sabía que estaba esforzándose, pero
Uther estaba con la mente dispersa en otra vaina, no había forma de que le entre la lección, a Uther no le
gustaban las teorías de nada, pero no había vuelta que dar, tenía un tema que
repasar y era gametogénesis y las teorías de la vida entre otras cosas.
- ¿La influencia
del medio ambiente sobre el genotipo se denomina? – era
la quinta vez que repetía esa pregunta a Uther, y era la quinta vez que el
muchacho no respondía y era porque por quinta vez si bien su padre lo mando a
leer en silencio el tema, sentado a su lado mientras él revisaba epicrisis, y
demás historias, Uther estaba en otra metrópoli, soñando en como seria estar en
los brazos de Anabela, la muchacha de risos rojos y pecas en la nariz medio
lorita con lentes y ligas correctivas en los dientes, era la mejor alumna del
curso y estaba perdidamente enamorada de Uther y él de ella, y esa tarde ella
había contestado por fin a la pregunta que él le hiciera desde el teléfono de
su padre, le había pedido ser su corteja y ella claro, después de cinco minutos
de silencio y una risita nerviosa le había aceptado con un tímido sí que a
Uther le supo a gloria, así que era de suponer que nuestro héroe este soñando
en los brazos de su dulcinea ya que se había declarado por teléfono y le habían
dado la respuesta más importante de su vida por fono también – Uther, estoy hablando contigo – Ethan paso los dedos delante de la vista de
su hijo, estaba perdido e incluso pensó que se trataba de un episodio leve de
ausencia, pero Uther respondió
- Las Leyes de
Mendel – mirando el infinito de la pared blanca
del comedor
- Leyes de
Mendel carajo – le dio un cocacho, enfadado ya con el
mocoso que solo frunció el ceño enojado de que lo saquen de sus ensoñaciones y
quimeras románticas, pero no se quejó – ¿la influencia del
medio ambiente en el genotipo se denomina? –
espero pacientemente la respuesta del muchacho que a leguas se veía
que estaba con los ojos de huevo frito enamorado, con ese brillo especial y la
media sonrisa tonta en los labios, flotando en una burbuja de aire, su corazón
estaba ahora comandado su mente que lo único que evocaba era “si Uther acepto
ser tu corteja… te amo plata 9 décimas” y ¿qué carajos importaba el resto
después de eso?, nada, ni las leyes de Mendel, ni la osmolaridad, ni Darwin, ni
los creacionistas se irían a ninguna parte, además todos estaban muertos, solo
importaba Anabela, su chica, su chica de carne y hueso, vivita y coleando que
se sentaba a su lado con sus ojos de búho con lentes, su pelo rojo rizado como
un fuego bravo, su piel pálida de luna llena, su boca rosada como una fresa aun
cuando sus ligas eran horribles, pero que importaba eso, si su voz de hada le
decía, te amo ojos de plata, te amo entero; pero como no hubo respuesta para
papá, papá le jalo la patilla bruscamente sacándolo de sus ensoñaciones
- Auchhhh – grito
Uther sobándose la patilla pero si creyó que eso era todo papá lo incorporo
para aplicar un solo palmetazo en el poto del crio sobre la ropa que pico la
nalga
- PLAAAFFF – sonó
sobre la ropita
- AYYY, que te
pasa – pregunto enfadado tratando de
incorporarse del todo siendo sentado por su padre que cogió su cabeza para
dirigir su vista al cuaderno y lea sus lecciones
- NO, no, no, a
ti que te pasa, A TI, estamos toda la santa tarde aquí, desde hace más de 40
minutos en el mismo tema Uther – apuntaba el reloj de su muñeca enfadado – y tú sigues con pajaritos en la cabeza, o te pones las
pilas o te enciendo el trasero a base de nalgadas para que se te ilumine el
coco – le golpeteo la cabeza con
la palma suavemente llamando su atención – estás perdiendo tu tiempo… tienes toda la vida para
soñar con esa mocosa, pero esta tarde me la dedicas a tus carpetas – gritaba
Ethan enfadado
- ¡No le digas
mocosa!, además… ¿de cómo lo sabes? – pregunto
indignado, levantando las manos hacia arriba para dar énfasis a sus palabras,
no se lo había dicho a nadie, aquello era el colmo
- “Adoro tus
cabellos rojos enredados con esas cositas azules” – su
padre abrió su móvil y leyó el mensaje de ida para agregar enojado – “y yo el lunar de tu espalda baja, besitos a tu
rodillita enferma para que se sane mi panquequito”; LUNAR de la espalda baja
carajito, ¿a quién mierda estas mostrando tus cosas? – frunció el ceño, el lunar aquel era una
mancha chocolate irregular plana en la parte alta de su nalga derecha
- Esa era una
conversación privada – Uther se encendió todo rojo y miraba
furiosos a su padre, no iba a decirle que le vio aquello porque por andar a la
moda con el pantalón a la cadera arrastrando los botapies mostrando la ropa
interior pegada, ella le jalo sin intensión de mirar nada cuando casi se cae de
las gradas, una moda que su padre corto con un buen jalón de orejas y rompió
uno de sus pantalones a nivel de donde tenía marcas de pisar la tela con los
calzados agregando: parece que te quedan muy largos, ajustaremos la medida, así
se despido de uno de sus jean favoritos
- A ¿sí?,
¿privada desde mi móvil?, si hay que ser cara dura, mejor estudia Uther o tu y
yo vamos a tener otro tipo de conversión y no creo que te guste responder sobre
“las leyes de Mendel”, los alelos o de gematogénesis con los calzoncillos y el
pantalón colgados como banderas en tu perchero, ¿verdad?, que a mí también
puede empezar a darme fascinación por el lunar de “tu espalda baja” – espero
que le responda
– estoy esperando una respuesta – lo volvió a amonestar
- A cual
pregunta, a los calzoncillos o a los alelos, si no sé qué responder – se
cruzó de brazos haciendo morros con la boca y hablando malcriadeces entre
dientes, su padre perdió la paciencia, la poquita paciencia que tenía y lo
coloco sobre su regazo enfadado y empezó a golpear su trasero aun vestido
respondiendo
- FENOTIPO, CARAJO, FENOTIPO PLAF, PLAF PLAF PLAF, ¡¿qué cosa había sido la influencia del ambiente sobre el genotipo?! PLAF; PLAF; PLAF, PLAF, PLAF; PLAF, PLAF
- MMMAGGGG – Uther
apretaba las manos jalando el pantalón de papá queriendo pararse, no quería
responder por capricho y mordía la respuesta que su padre quería escuchar atajando la
respuesta que su trasero exigía gritar: que pare que le dolía
- PLAF, PLAF, PLAF,
PLAF, PLAF, QUE COSA ES, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF
- YAAAA, YA,
FENOTIIIIPO, FENOTIPO – respondió apurado al oír los pasos de
Ignacio y Nathan acercarse, seguro venían a pedir permiso para ir a pasar la
noche a casa de su compañero
Ethan
hubiera continuado de no ser que el busca vibraba en su pantalón y su móvil
sonó con el tono del hospital, levanto a su hijo de su falda de la oreja y lo
sentó de golpe en la silla diciendo mientras apagaba el bip e iba al patio.
Lee Uther, que
esta conversación no ha terminado… – Uther empezó a leer
enojado, y Ethan tras 10 minutos de conversar por fono ingreso tenso al comedor
Nat
e Ignacio disimulaban abriendo la vitrina y sacando dos copas para helado,
Ethan los miro distraído casi sin verlos y luego volvió donde Uther, eran las 6
de la tarde.
- Voy al
hospital, hay una cirugía de urgencia, un caso grave, volveré supongo sobre la
media noche, así que esta demás decir que se porten bien ¿verdad? – su
mirada de águila se clavó en la cara de los 3 mosqueteros y cada uno recordó el
amargo episodio de la fiesta tonta de la Universidad – bueno
supongo que sí está demás; así que confío en ustedes, no tienen otra cosa que
hacer más que estudiar, cenan y se duermen a las 10 en caso de que no venga
aun, como puede que regrese más antes también –
se dispuso a salir pero Nathan hablo
- Tenemos examen,
yo me voy amanecer estudiando no puedo dormir a las 10 Ethan no soy un niño – se
quejó Nathan
- Lo sé Nat, lo sé, no lo decía por ti, así que tú los mandas a la cama, no hay tele, están ambos castigados, voy a llamarte a las 10 ¿bueno?, imagino que tu Ignacio te quedaras a estudiar ¿verdad?
- Si Doctor
- ¿Tienes permiso? o quieres que llame a tu padre
- NO, no es
necesario, sabe que vine a pasar la noche con Nat, el examen de mañana es
importante – le mostro la mochila con ropa
- ¿Oíste eso
Uther? Eso se llama res_pon_sa_bi_li_dad – papá le deletreo
aquella frase mirando atentamente a su hijo, Uther lo fulmino con la mirada y
levanto los hombros despectivo pero Ethan suspirando prefirió ignorar el gesto
– así que no estarás solo estudiando, ellos también están en lo mismo… bueno
ahora me marcho, pórtense bien si?… - se apuraba a salir y llamo a su hermano
al garaje – Nathan acompáñame al garaje por favor
- Claro
- Bueno, hay un
caso muy grave – le dijo a Nathan mirando su reloj – al parecer vuestro amiguito, Matías, tuvo un accidente
y está muy delicado y me necesitan en quirófano – le explico y Nathan recordó al muchachito que se prestó
ropa de Uther
– no le digas a Uther ¿sí? no sé cuánto voy
a tardar, puede que la cirugía se prolongue, están descartando hemorragia
interna, y hay que reconstruir el brazo – y
le explico a grandes rasgos los que iba a hacer – así
que tu estas a cargo Nathan, ¿puedo confiar en ti verdad?, o prefieres que
llame a la señora Pia – lo miro seriamente a los ojos
- Eeeethaaan – frunció
el ceño ofendido, ellos se hablaban desde que Ethan despertase del coma
inducido, pero no habían tratado del todo el tema por el que ambos hermanos se
enfadaron
- Está bien Nat,
voy a confiar en ti – le beso la frente, y abrazo a su
hermano, sonrió y subió a la vagoneta – échale un ojo a
Uther ¿bueno? y por favor que tome su medicación y no se prenda de la tele, hoy
estuvo muy irritado… Adiós
Y
Nathan despido a su hermano con toda la intensión de hacerle caso, pero como en
todo adolescente la intensión es solo eso…… intensión…
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