sábado, 26 de marzo de 2022

Los Th: Cap. 34; Autora Marambra

 Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Marzo del 2022.
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Capítulo 34

Cuidado con el perro, el chiguagua también muerde Ethan

Autora: Marambra

 

  • Jooo, hijo, ¿vas a seguir enfadado conmigo? mmm? – un agobiado suspiro se escapó de su boca, realmente no sabía qué hacer para calmar a Lothar


Ethan se sentó en la cama de su pequeñin, Lothar estaba no solo enfadado con su padre sino también realmente dolido, papá no llego a tiempo a la cita y tuvo que enfrentar solo todo aquello, bueno no solo, sino con el abuelo, pero no era lo mismo, no lo era bajo ninguna óptica o perspectiva pues papá siempre explicaba lo que pasaría y se tomaba su tiempo para que se relaje, bueno, solo una vez no lo hizo y fue tras la dichosa fiestecita universitaria, pero fuera de ese minúsculo detalle, Ethan le dibujaba cada cosa que sucedería con el médico, dejando que él tome la iniciativa sin presiones, pero ahora simplemente le fallo, se olvidó de él y eso le dolía mucho, se sintió traicionado porque cuando de su salud se trataba él siempre estaba con su padre, y cuando tenían que hacer algún examen o procedimiento siempre contaba con papá para este tipo de cosas, era Ethan quien iba con él a todas las citas, a todos los procedimientos pero ahora no solo no había ni ido, sino que no llego aun cuando lo prometió y las cosas no mejoraron para nada cuando aquella simple cita que le aseguro el abuelo se convirtió enseguida en todo un procedimiento.

Es que desde que llegaron de la cita médica el estrés de Lothar subía y bajaba como una montaña rusa, quien no dejaba de mirar el reloj y sacar el fono de su bolsillo para apenas marcar tenerlo que volver a guardar porque el número al que marcaba daba siempre apagado, papá no estaba disponible para él y ese sufrimiento se reflejó en el rostro y su abuelo lo noto.

 

  • Lothaaaar – uso ese tipo de voz entre advertencia y comprensión empapándose en aquellos inmensos ojos plomos cargados de tristeza – cariño, sabes bien que papá no podía venir hoy pero procurara llegar – le cogió los deditos inquietos y los beso, le tenía un cariñito especial al crío este, pues le recordaba a su propio benjamín su Nathan, y Uther su primer nieto el rey de los nietos era su adoración secreta y amaba su torpeza y tozudez, le recordaba a su Ethan de muchacho, todo rebeldía en sus mejores épocas
  • ¿Pero y si no llega? – Lothar sostuvo la mirada de su abuelo con total preocupación, su abuelo lo abrazo y le dio un beso en la corona preguntando
  • ¿Estás solo Lothar? – lo apretó fuerte y le levanto el mentón para que lo mirara
  • Nooo, pero – era una pregunta con trampa
  • Pero nada hijo, estás conmigo y se todo lo que tienes y entenderé todo lo que el doctor nos explique – a ese punto adivinando los peros y porque de su nieto le puso un dedo encima, entendía lo que Lothar sentía, su padre era un mago con él después de todo, siempre desde niño, lo dejaba jugar con sus cosas del maletín médico le explicaba para que era cada cosa y porque se debía hacer, siempre tuvo la política de que tenía derecho a conocer lo que se le debía hacer tenga la edad que tenga, ahora claro de ahí a que le guste era otro cuento, pero papá siempre se salía con la suya, no había examen o procedimiento o tratamiento que se saltara por mucho que Lothar o Uther lloraran, suplicaran o se ganaran una tunda – preguntare como lo hace tu padre y te explicare a ti con dibujos más si quieres lo que no entiendas, no voy a dejarte solo – le despeino el cabello a manera de cariñito
  • Los médicos son un fastidio – aseguro refunfuñando
  • Oye que también soy medico
  • Ya, pero – puso ojos de huérfano sufrido – ¿pero y si el doctor quiere hacer algo hoy mismo? – y se hundió en sí mismo, derrotando

 

Tenía experiencia, casi nunca salía indemne de las consultas de salud, y lo mínimo eran las tabletas, en término medio los pinchazos y en el peor de los casos una paliza y lo que se debía hacer, una ecografía, una placa radiográfica, además papá le hablo de la posibilidad de una prueba que nunca le habían hecho pero que no termino de explicarle y el no tuvo oportunidad de averiguar porque su padre astutamente por esta vez opto por ocultarle las cosas lo más que pudo porque sabía que su hijo no se lo pondría fácil… además de que servía dar una información como esa si sabes que estará todo el tiempo estresado y no quería sumar más motivos para que el chico ande con el estómago suelto, así que también habían dejado para el ultimo la preparación por si acaso, ya Ethan había hablado con su colega y este le sugirió que lo traiga preparado para cualquier eventualidad y ahí estaba engañado porque dos horas antes su padre y su abuela decidieron seguir las instrucciones médicas para realizar aquellos exámenes y solo le dijeron, mejor estamos con el estómago limpio hijo, no vaya a ser que te de un corre, corre a última hora… pero ahora dudaba de esa preocupación repentina de su padre y abuelos, porque siempre le decían, no pasa nada hijo, si se te suelta el estómago estamos llevando ropa.

 

  • Pues que lo haga cariño, vinimos preparados para todo, lo mismo que hubieras venido con papá, ¿verdad? – le sonrió apretando la naricita pequeña entre los dedos – lo hablamos ya, ¿cierto? cuando salimos de casa ya lo hablamos, y papá te dijo que hagas caso y dejes que te examinen y demás
  • Perooo – tenía sus dudas
  • ¿Pero qué, Lothar? – le sostuvo la cara entre sus manos mientras sonriendo le explicaba o más bien le daba en que pensar – ¿acaso no quieres ser como todos?, ¿normal?, no tener que preocuparte de que te pueda volver a venir una diarrea o un ¿estreñimiento?, ¿poder ir donde quieras?... ¿Viajar sin cargar un pañal de adulto?, ¿ser libre de tu cuerpo hijo? Mmm? ¿No quieres acaso ir de campamento con Uther y Matías con los scouts?
  • Supongo que sí – contesto levantando los hombros, su abuelo tenía razón, muchas veces no pedía permiso para ir con sus amigos por miedo a que se le suelte la pancita y se rían de él, aquello era para él un estado excluyente, limitante, discriminativo en todo sentido, era incapacitante, porque no podía disfrutar a pleno su vida
  • ¿Supones?... NO, tienes que llevar una vida normal, y eso es lo único que tu padre y yo, y todos en casa queremos, pero debes poner de tu parte y colaborar
  • ¿Pero y si no me gusta lo que quieran hacer?
  • Hay muchas cosas que nos disgustan, pero debemos hacerlas aun, porque sabemos que nos beneficia

 

E iba a seguir explicando todo pero la puerta de la consulta se abrió y Lothar dando una última mirada atrás buscando a papá ingreso a aquella sala con una angustia y pesar horrible que no se le quito por mucho que el famoso Dr. Arauz, amigo de su padre y abuelo le haya sonreído, y las cosas no se pusieron mejor cuando dicho médico, tras leer la historia clínica de Lothar, revisar las recetas prescritas, las dietas dadas, las medidas de soporte psicológico dado, paso a examinar al muchacho que inicialmente con un nudo de saliva en la boca se dejó hacer y luego como costumbre en él llamo al gabinete aquel informándose del espacio disponible, fijándose en la hora y sobre todo dando una mirada de soslayo a las historias que seguían que no eran más de 4 y tenía margen de tiempo, y como siempre volvió a jugar con el factor tiempo de tal forma que pudo hacer un hueco para supervisar el examen de gabinete que necesitaban para descartar un problema físico bajo la acertada política de… ¿para qué dejar para mañana si lo puedes hacer hoy?

Así fue que Lorenzo Arauz que siempre que podía, participada de los exámenes de gabinete que solicitaba hizo exactamente lo mismo, y fue de esa forma que Lothar fue llevado a esa sala junto con su abuelo mientras ambos adultos hablaban en términos completamente médicos cosa que Lothar no entendía bien, por lo menos eran nuevas las palabras vertidas, pero se quedó con algo inquietante.

 

  • Hermano – dijo en tono de camaradería mientras caminaba con Mikel a su lado – tu sabes, hay que improvisar a veces, por eso prefiero entrar yo y supervisar el examen y con mis propios ojos ver algo más que los técnicos, algunas cosas las soluciono en ese momento y pues otra simplemente se programa el resto – abrió la puerta de la sala aquella – para que hacer venir a la gente nuevamente para leer un resultado que puedo ver y explicar de inmediato? , y ahora tenemos mucho tiempo, así que hoy sabremos si realmente se trata de una incontinencia física, o es un problema neuronal, o es no más un colon irritable

 

Fue así que Lothar se vio de pronto sobre una camilla de examen observando todos los instrumentos allá colocados privado de la compañía de su abuelo primero por una llamada de teléfono y segundo porque el técnico no lo dejo entrar y por más que le explicaron que debía hacer se negó en redondo a colaborar sino estaba su abuelo con él y el técnico no tuvo más opción de llamar a Mikel, pero aún así Lothar alterado como estaba no permitió realizar ningún examen, pues apenas se enteró de que iba la cosa armo un berrinche digno de dioses y Mikel se vio en la disyuntiva de ser abuelo impositivo o ser abuelo comprensivo, al final pudo más su lógica científica y curiosa de saber que ocurría realmente en el cuerpo de su nieto que sus mimos ante el llanto del pequeño; y no le quedo más opción que colocarlo sobre sus rodillas y calentar el pequeño culete ahí mismo para que dejara al resto trabajar solo que no sirvió de nada, Lothar se hizo un nudo mismo de dolor de estómago y se suspendió el examen hasta nuevo aviso tras pincharle un calmante lo que lo enfado más todavía.

Así que cuando llegaron a casa Lothar se encerró en su habitación y no quiso hablar con nadie, ni con su padre que ahora estaba ahí procurando que el muchacho se calme hasta que se dio por vencido y dejo de insistir, lo que le permitió a Lothar empezar a aminorar su llanto a tal punto que oyó a su tío y abuela subir las gradas conversando sin saber con quién, y se levantó de la cama a donde minutos antes se tiro dramáticamente para buscar dos cosas: el consuelo mimoso de Nathan y de su abuela que lo ayude a reprochar a Ethan por no haber ido con él a la consulta como inicialmente se tenía planeado, así que mirando con los ojos enojados y mojados a su papá, salió de su habitación para correr a los brazos de Nathan sin importarle quien estaba a su lado, pero antes dejo patente su enfado.

 

  • ¿Ya no estas malo conmigo? – pregunto Tano cuando Lothar por fin abrió la puerta queriendo abrazarlo y explicarlo lo que paso
  • SIIII, ESTOY MALO CONTIGO, MALO DE VERDAD… NO QUIERO HABLAR CON VOS – grito

 

Ethan suspiro quedándose con las manos vacías pues en su huida su hijo logro soltarse de su agarre y solo pudo ver salir una bala alborotada como era Loty chocando primero con Mikel que salía a recibir al recién llegado; cuando él y su nieto volvieron EThan lo llamo para decir que estaba de ida al hospital pero aun tenía que recoger y trasladar las cosas de su hijo.

 

  • Epa, epa, epa, donde corres correcamino PLIP PLIP – Mikel siempre que estaba de humor mimaba a Lothar como a un crio chico, y era porque Lothar aun tenia arranques de niño y porque el benjamín original de su camada Nathan, huía del abrazo o del beso de su padre porque estaba en la universidad y Lothar cuando estaba llorando pues era eso, un crio en busca de consuelo y él como super abuelo que era, pues nada, era todo mimo para el niño, pero ahora este niño no quería su beso ni su mimo, porque le había calentado el culete en el hospital
  • Sueltaaaa, no quiero tu beso, estoy malo con vos maaaas y se hizo a un lado con una habilidad impresionante

 

Y corrió donde estaba Nathan sin fijarse quien subía a paso lento detrás de él y Nathan cometió la torpeza más grande que podía mandarse en un momento así.

 

  • ¿Que hubo bebe pañales? no lo dijo con mala intensión… entre juegos solía decirle eso, pero ahora mismo no fue buena idea sobre todo tras la horrible tarde en la consulta, y al oír eso se frenó en seco y lo empujo haciendo que casi se caiga sobre Matías que apenas estaba recuperándose de las cirugías a las que fue sometido
  • ESTUPIDO AAAAHHH, ERES UN ESTUPIDO cochino… jodido CABEZA DE FALO
  • ¡Lothar! – grito su padre detrás de él, había oído la puerta y supuso que eran Nathan y Miranda y su otro niño; era cuestión de minutos que llegue Uther…

 

Nathan y su madre venían con su nuevo hijo, el estado le había concedido esa misma mañana la custodia temporal de Matías con opción a custodia total y por eso no pudo llegar a tiempo a la consulta con Lothar porque si no se presentaba a la defensoría del menor, el muchacho entraba bajo custodia del estado en una institución tutelar pero cuando Mikel le dijo que Lothar se puso mal y que no podía calmarse en el hospital, Nathan que lo había acompañado a recoger las cosas de Matías y éste al enterarse de que iba la cosa con Lothar le dijo que no se preocupara que vaya a ver a Lothar y fue así que papá llego al hospital para cuando Mikel y Lothar emprendían carrera a casa.

 

  • ¿Qué te dije de hablar malas palabras? – le grito Ethan enfadado de su “cada vez más educado hijo” a la hora de verter insultos, y es que no había insulto suyo que no fuera fundamentado con el diccionario
  • ¡NO es una mala palabra! – contesto aun con la voz elevada y ante la mirada enojada de su padre se apuró a agregar – no le dije cabeza de pichi o algo más feo, solo le dije cabeza de falo y eso está en el diccionario si quieres te lo muestro – agrego desafiante y enfurruñado cuando por fin se dio cuenta que estaba ahí Matías se había olvidado de eso
  • PLAAAAF – resonó el culete del crío que se sintió ultrajado – ve a tu habitación de inmediato

 

Y lo encamino sujeto del brazo hacia su habitación y lo dejo en la puerta para volver donde Matías.

 

  • ¿Estás bien hijo? – se acercó a al chico y lo empezó a tocar todo lado para ver si no se hizo alguna cosa
  • No pasó nada, estoy bien se… señor – contesto titubeando, de pronto nervioso de su nuevo estado, nervioso de su nueva condición… la palabra hijo, la palabra padre, tan reñida en él por los malos recuerdos y Ethan al darse cuenta de su estado de ánimo lo agarro de la nuca como solía con sus vástagos originales y besando la cabeza del muchacho le dijo al oído
  • Papá, es papá, aun cuando no tengamos la custodia completa, es y será papá ¿bueno? – le sonrió y el milagro sucedió

 

Fue un impulso que vivió su corazón al oír aquellas palabras tan dulces y seguras, y ese beso sobre su cabeza despertó su hambre, su necesidad y sin saber cómo, Ethan de pronto se vio abrumado y superado por aquel abrazo tan efusivo que recibió de su Matías, si, se paró un rato en sus propios pensamientos, era suyo como lo eran Uther y Lothar, no podía creer que en tan poco tiempo él se encariñase tanto con aquel muchacho; quizás el haberlo visto al borde la muerte y a su inocencia y vulnerabilidad desnuda depositada sobre una cama de hospital que de pronto no pudo dejar de pensar en sus propio retoños, a los que tenía a su lado y al que había perdido que no le fue difícil decidir protegerlo.

Sin darse cuenta, que fue él quien desde que abriera la piel de su costado con el filo de un bisturí sobre aquella camilla de quirófano que lo había protegido en todo sentido, así que sí, ese abrazo le dijo todo lo que la boca de aquel muchacho no podía y eso al final le alegro el día y el corazón, por lo menos sobre la tierra había un adolescente que no lo miraba raro, que aún no le reprochaba nada, que aún no lo cuestionaba, que no lo hacía sentirse un inútil como padre todavía, Matías podía ser el nexo de unión entre los vínculos sanguíneos con sus propios hijos

Pero la paz no podía durar mucho tiempo ¿verdad? del rescoldo de una puerta al final casi del pasillo, unos ojos plomos lo miraban enojados, era Lothar cuya reacción fue desmedida incluso para su propia firma… los celos lo enceguecieron y a modo perro del hortelano que no come ni deja comer, atacó a Matías solo que sin la elegancia eventual de siempre, aun cuando acababa de acordarse de que ese era el gran día de todos en casa, el gran día de papá, de Matías y de ellos mismos, que era motivo de fiesta pero no pudo con sus celos infantiles, con su rabia y farfullando su enojo y su confusión se lanzó a darle un empujón a Matías haciéndolo caer de trasero sentado en la moqueta del pasillo… para cuando se dio cuenta, se soltó de las manos de su padre empujándolo como siempre inmaduro e infantil en su reacción, huyendo a la calle llorando…

 

  • Te odioooo, te odio tanto AGS AGS AGS – y el ahogo de su llanto lo superó con creces

 

Y corrió por todos lados sin mirar atrás, y se perdió en la calle desubicado como estaba y del cansancio que tenía se quedó sentado en una banca vieja de un parque cercano pensando en lo que paso, en lo que grito, volviendo a llorar arrepentido de lo que dijo, aquello no era verdad, no odiaba a papá, lo amaba demasiado que dolía ver como abrazaba a Matías; se suponía que papá debería estar ahí mimándolo sobre todo lo mal que lo paso en el hospital y con un puchero en la boca y las lágrimas a punto de volver a estallar cerro sus ojos sin saber que hacer hasta que una enorme mano lo agarro con suavidad y un blando pecho masculino aplasto su rostro en él y una boca suave deposito besos sobre tu frente, sobre sus ojos rojos, sobre tu nariz pecosa y mocosa, era papá que cuando el llanto de su hijo llego a su clímax y fue disminuyendo su tristeza por fin lo soltó de su abrazo y cogiéndole le mejilla le dijo.

 

  • Tu trasero está en muchos problemas ahora mismo muchachito, pero dejaremos este berrinchito para la noche, que en casita ahora los abuelos, tu tío y TUS hermanos están esperando por ti pilluelo
  • Lo siento – dijo compungido
  • Todavía no lo sientes cariño, pero ya lo harás, ahora vamos ¿sí? – se paró para caminar, pero Lothar lo detuvo un rato y antes de avanzar le dijo
  • No te odio papi
  • Lo sé – contesto esperando que eso bastase, pero no, Lothar clavo los ojos al suelo – Lothar mírame ¿sí? – le cogió el mentón para que levante la vista – nunca dejare de quererte – le aseguro para eliminar sus celos y darle seguridad – Matías no lleva mi sangre ni la tuya pero no por eso no es tu hermano… tómalo así, piensa en que es un recién nacido, y cuando lo vayas conociendo y conviviendo te darás cuenta que no hay que tenerle miedo – y Lothar frunció el ceño ante esas palabras – no es un bebé, lo sé – se adelantó su padre a contestar – pero es un bebé en otros sentidos, es un chico con mucho pasado duro y cruel, y no sabe lo que es tener una familia que lo ame, lo proteja y lo quiera, no tiene hermanos, no tiene abuelos y ahora seremos su familia, y lo que hiciste estuvo muy mal hijo, le hiciste sentir que no es bienvenido en tu corazón, y sé que eso no es cierto – y lo abrazo y beso para que no piense que lo reprochaba sino que le entendía – no tengas celos de nadie, eres mi bebe mi hijo
  • Me voy a disculpar de él papi – lo abrazo con fuerza para volver a llorar
  • Lo sé y él lo sabe, ahora vamos a casa ¿sí? Aun me tienes que contar porque no quisiste hacer el examen y luego te explicare para qué es y porque lo debemos hacer ¿está bien? – eso era lo que necesitaba él,

 

El padre de siempre, el que le explicaba y le quitaba las fobias y miedos de sus enfermedades reales o imaginarias… como ahora.



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