Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Cuidado con el perro, el chiguagua también muerde Ethan
Autora: Marambra
- Jooo, hijo, ¿vas a seguir enfadado conmigo? mmm? – un agobiado suspiro se escapó de su boca, realmente no sabía qué hacer para calmar a Lothar
Ethan se sentó en la cama de su pequeñin, Lothar estaba no solo enfadado con su padre
sino también realmente dolido, papá no llego a tiempo a la cita y tuvo que
enfrentar solo todo aquello, bueno no solo, sino con el abuelo, pero no era lo
mismo, no lo era bajo ninguna óptica o perspectiva pues papá siempre explicaba
lo que pasaría y se tomaba su tiempo para que se relaje, bueno, solo una vez no
lo hizo y fue tras la dichosa fiestecita universitaria, pero fuera de ese
minúsculo detalle, Ethan le dibujaba cada cosa que sucedería con el médico,
dejando que él tome la iniciativa sin presiones, pero ahora simplemente le
fallo, se olvidó de él y eso le dolía mucho, se sintió traicionado porque
cuando de su salud se trataba él siempre estaba con su padre, y cuando tenían
que hacer algún examen o procedimiento siempre contaba con papá para este tipo
de cosas, era Ethan quien iba con él a todas las citas, a todos los
procedimientos pero ahora no solo no había ni ido, sino que no llego aun cuando
lo prometió y las cosas no mejoraron para nada cuando aquella simple cita que
le aseguro el abuelo se convirtió enseguida en todo un procedimiento.
Es
que desde que llegaron de la cita médica el estrés de Lothar subía y bajaba
como una montaña rusa, quien no dejaba de mirar el reloj y sacar el fono de su
bolsillo para apenas marcar tenerlo que volver a guardar porque el número al
que marcaba daba siempre apagado, papá no estaba disponible para él y ese
sufrimiento se reflejó en el rostro y su abuelo lo noto.
- Lothaaaar – uso ese tipo de voz entre advertencia y
comprensión empapándose en aquellos inmensos ojos plomos cargados de tristeza – cariño, sabes
bien que papá no podía venir hoy pero procurara llegar – le cogió los deditos inquietos y los beso, le
tenía un cariñito especial al crío este, pues le recordaba a su propio benjamín
su Nathan, y Uther su primer nieto el rey de los nietos era su adoración
secreta y amaba su torpeza y tozudez, le recordaba a su Ethan de muchacho, todo
rebeldía en sus mejores épocas
- ¿Pero y si no llega? – Lothar sostuvo la
mirada de su abuelo con total preocupación, su abuelo lo abrazo y le dio un
beso en la corona preguntando
- ¿Estás solo Lothar? – lo apretó fuerte y le
levanto el mentón para que lo mirara
- Nooo, pero – era una pregunta con trampa
- Pero nada hijo, estás conmigo y se todo lo que tienes y
entenderé todo lo que el doctor nos explique – a
ese punto adivinando los peros y porque de su nieto le puso un dedo encima,
entendía lo que Lothar sentía, su padre era un mago con él después de todo,
siempre desde niño, lo dejaba jugar con sus cosas del maletín médico le
explicaba para que era cada cosa y porque se debía hacer, siempre tuvo la
política de que tenía derecho a conocer lo que se le debía hacer tenga la edad
que tenga, ahora claro de ahí a que le guste era otro cuento, pero papá siempre
se salía con la suya, no había examen o procedimiento o tratamiento que se
saltara por mucho que Lothar o Uther lloraran, suplicaran o se ganaran una
tunda – preguntare
como lo hace tu padre y te explicare a ti con dibujos más si quieres lo que no
entiendas, no voy a dejarte solo – le
despeino el cabello a manera de cariñito
- Los médicos son un fastidio – aseguro refunfuñando
- Oye que también soy medico
- Ya, pero – puso ojos de huérfano sufrido – ¿pero y si el doctor quiere hacer algo hoy
mismo? – y se hundió en sí
mismo, derrotando
Tenía
experiencia, casi nunca salía indemne de las consultas de salud, y lo mínimo
eran las tabletas, en término medio los pinchazos y en el peor de los casos una
paliza y lo que se debía hacer, una ecografía, una placa radiográfica, además
papá le hablo de la posibilidad de una prueba que nunca le habían hecho pero
que no termino de explicarle y el no tuvo oportunidad de averiguar porque su
padre astutamente por esta vez opto por ocultarle las cosas lo más que pudo
porque sabía que su hijo no se lo pondría fácil… además de que servía dar una
información como esa si sabes que estará todo el tiempo estresado y no quería
sumar más motivos para que el chico ande con el estómago suelto, así que
también habían dejado para el ultimo la preparación por si acaso, ya Ethan
había hablado con su colega y este le sugirió que lo traiga preparado para
cualquier eventualidad y ahí estaba engañado porque dos horas antes su padre y
su abuela decidieron seguir las instrucciones médicas para realizar aquellos
exámenes y solo le dijeron, mejor estamos con el estómago limpio hijo, no vaya
a ser que te de un corre, corre a última hora… pero ahora dudaba de esa
preocupación repentina de su padre y abuelos, porque siempre le decían, no pasa
nada hijo, si se te suelta el estómago estamos llevando ropa.
- Pues que lo haga cariño, vinimos preparados para todo, lo mismo
que hubieras venido con papá, ¿verdad? – le sonrió apretando
la naricita pequeña entre los dedos – lo hablamos ya, ¿cierto? cuando salimos de casa ya lo
hablamos, y papá te dijo que hagas caso y dejes que te examinen y demás
- Perooo – tenía sus dudas
- ¿Pero qué, Lothar? – le
sostuvo la cara entre sus manos mientras sonriendo le explicaba o más bien le
daba en que pensar – ¿acaso no quieres ser como todos?, ¿normal?, no tener
que preocuparte de que te pueda volver a venir una diarrea o un ¿estreñimiento?,
¿poder ir donde quieras?... ¿Viajar sin cargar un pañal de adulto?, ¿ser libre
de tu cuerpo hijo? Mmm? ¿No quieres acaso ir de campamento con Uther y Matías
con los scouts?
- Supongo que sí – contesto levantando
los hombros, su abuelo tenía razón, muchas veces no pedía permiso para ir con
sus amigos por miedo a que se le suelte la pancita y se rían de él, aquello era
para él un estado excluyente, limitante, discriminativo en todo sentido, era incapacitante,
porque no podía disfrutar a pleno su vida
- ¿Supones?... NO, tienes que llevar una vida normal, y eso es lo único que tu padre y yo, y todos en casa queremos, pero debes poner de tu parte y colaborar
- ¿Pero y si no me gusta lo que quieran hacer?
- Hay muchas cosas que nos disgustan, pero debemos hacerlas aun, porque sabemos que nos beneficia
E
iba a seguir explicando todo pero la puerta de la consulta se abrió y Lothar
dando una última mirada atrás buscando a papá ingreso a aquella sala con una
angustia y pesar horrible que no se le quito por mucho que el famoso Dr. Arauz,
amigo de su padre y abuelo le haya sonreído, y las cosas no se pusieron mejor
cuando dicho médico, tras leer la historia clínica de Lothar, revisar las
recetas prescritas, las dietas dadas, las medidas de soporte psicológico dado,
paso a examinar al muchacho que inicialmente con un nudo de saliva en la boca
se dejó hacer y luego como costumbre en él llamo al gabinete aquel informándose
del espacio disponible, fijándose en la hora y sobre todo dando una mirada de
soslayo a las historias que seguían que no eran más de 4 y tenía margen de
tiempo, y como siempre volvió a jugar con el factor tiempo de tal forma que
pudo hacer un hueco para supervisar el examen de gabinete que necesitaban para
descartar un problema físico bajo la acertada política de… ¿para qué dejar para
mañana si lo puedes hacer hoy?
Así
fue que Lorenzo Arauz que siempre que podía, participada de los exámenes de
gabinete que solicitaba hizo exactamente lo mismo, y fue de esa forma que
Lothar fue llevado a esa sala junto con su abuelo mientras ambos adultos
hablaban en términos completamente médicos cosa que Lothar no entendía bien,
por lo menos eran nuevas las palabras vertidas, pero se quedó con algo
inquietante.
- Hermano – dijo en tono de camaradería mientras
caminaba con Mikel a su lado – tu sabes, hay que improvisar a veces, por eso prefiero
entrar yo y supervisar el examen y con mis propios ojos ver algo más que los
técnicos, algunas cosas las soluciono en ese momento y pues otra simplemente se
programa el resto – abrió la
puerta de la sala aquella – para que hacer venir a la gente nuevamente para leer un
resultado que puedo ver y explicar de inmediato? , y ahora tenemos mucho
tiempo, así que hoy sabremos si realmente se trata de una incontinencia física,
o es un problema neuronal, o es no más un colon irritable
Fue
así que Lothar se vio de pronto sobre una camilla de examen observando todos
los instrumentos allá colocados privado de la compañía de su abuelo primero por
una llamada de teléfono y segundo porque el técnico no lo dejo entrar y por más
que le explicaron que debía hacer se negó en redondo a colaborar sino estaba su
abuelo con él y el técnico no tuvo más opción de llamar a Mikel, pero aún así
Lothar alterado como estaba no permitió realizar ningún examen, pues apenas se
enteró de que iba la cosa armo un berrinche digno de dioses y Mikel se vio en
la disyuntiva de ser abuelo impositivo o ser abuelo comprensivo, al final pudo
más su lógica científica y curiosa de saber que ocurría realmente en el cuerpo
de su nieto que sus mimos ante el llanto del pequeño; y no le quedo más opción
que colocarlo sobre sus rodillas y calentar el pequeño culete ahí mismo para
que dejara al resto trabajar solo que no sirvió de nada, Lothar se hizo un nudo
mismo de dolor de estómago y se suspendió el examen hasta nuevo aviso tras
pincharle un calmante lo que lo enfado más todavía.
Así
que cuando llegaron a casa Lothar se encerró en su habitación y no quiso hablar
con nadie, ni con su padre que ahora estaba ahí procurando que el muchacho se
calme hasta que se dio por vencido y dejo de insistir, lo que le permitió a
Lothar empezar a aminorar su llanto a tal punto que oyó a su tío y abuela subir
las gradas conversando sin saber con quién, y se levantó de la cama a donde
minutos antes se tiro dramáticamente para buscar dos cosas: el consuelo mimoso
de Nathan y de su abuela que lo ayude a reprochar a Ethan por no haber ido con
él a la consulta como inicialmente se tenía planeado, así que mirando con los
ojos enojados y mojados a su papá, salió de su habitación para correr a los
brazos de Nathan sin importarle quien estaba a su lado, pero antes dejo patente
su enfado.
- ¿Ya no estas
malo conmigo? – pregunto Tano cuando Lothar por fin
abrió la puerta queriendo abrazarlo y explicarlo lo que paso
- SIIII, ESTOY
MALO CONTIGO, MALO DE VERDAD… NO QUIERO HABLAR CON VOS – grito
Ethan
suspiro quedándose con las manos vacías pues en su huida su hijo logro soltarse
de su agarre y solo pudo ver salir una bala alborotada como era Loty chocando
primero con Mikel que salía a recibir al recién llegado; cuando él y su nieto
volvieron EThan lo llamo para decir que estaba de ida al hospital pero aun
tenía que recoger y trasladar las cosas de su hijo.
- Epa, epa, epa,
donde corres correcamino PLIP PLIP – Mikel siempre que
estaba de humor mimaba a Lothar como a un crio chico, y era porque Lothar aun
tenia arranques de niño y porque el benjamín original de su camada Nathan, huía
del abrazo o del beso de su padre porque estaba en la universidad y Lothar
cuando estaba llorando pues era eso, un crio en busca de consuelo y él como
super abuelo que era, pues nada, era todo mimo para el niño, pero ahora este
niño no quería su beso ni su mimo, porque le había calentado el culete en el
hospital
- Sueltaaaa, no
quiero tu beso, estoy malo con vos maaaas
– y se hizo a un lado con una habilidad
impresionante
Y corrió
donde estaba Nathan sin fijarse quien subía a paso lento detrás de él y Nathan
cometió la torpeza más grande que podía mandarse en un momento así.
- ¿Que hubo bebe
pañales? – no
lo dijo con mala intensión… entre juegos solía decirle eso, pero ahora mismo no
fue buena idea sobre todo tras la horrible tarde en la consulta, y al oír eso
se frenó en seco y lo empujo haciendo que casi se caiga sobre Matías que apenas
estaba recuperándose de las cirugías a las que fue sometido
- ESTUPIDO AAAAHHH, ERES UN ESTUPIDO cochino… jodido CABEZA DE FALO
- ¡Lothar! – grito su padre detrás de él, había oído la puerta y supuso que eran Nathan y Miranda y su otro niño; era cuestión de minutos que llegue Uther…
Nathan y su madre venían con su nuevo hijo,
el estado le había concedido esa misma mañana la custodia temporal de Matías
con opción a custodia total y por eso no pudo llegar a tiempo a la consulta con
Lothar porque si no se presentaba a la defensoría del menor, el muchacho
entraba bajo custodia del estado en una institución tutelar pero cuando Mikel
le dijo que Lothar se puso mal y que no podía calmarse en el hospital, Nathan
que lo había acompañado a recoger las cosas de Matías y éste al enterarse de
que iba la cosa con Lothar le dijo que no se preocupara que vaya a ver a Lothar
y fue así que papá llego al hospital para cuando Mikel y Lothar emprendían
carrera a casa.
- ¿Qué te dije de hablar malas palabras? – le grito Ethan enfadado de su “cada vez más educado hijo” a la hora de verter insultos, y es que no había insulto suyo que no fuera fundamentado con el diccionario
- ¡NO es una mala palabra! – contesto aun con la voz elevada y ante la mirada enojada de su padre se apuró a agregar – no le dije cabeza de pichi o algo más feo, solo le dije cabeza de falo y eso está en el diccionario si quieres te lo muestro – agrego desafiante y enfurruñado cuando por fin se dio cuenta que estaba ahí Matías se había olvidado de eso
- PLAAAAF – resonó el culete del crío que se sintió ultrajado – ve a tu habitación de inmediato
Y lo
encamino sujeto del brazo hacia su habitación y lo dejo en la puerta para
volver donde Matías.
- ¿Estás bien
hijo? – se acercó a al chico y lo empezó a tocar
todo lado para ver si no se hizo alguna cosa
- No pasó nada,
estoy bien se… señor – contesto titubeando, de pronto nervioso
de su nuevo estado, nervioso de su nueva condición… la palabra hijo, la palabra
padre, tan reñida en él por los malos recuerdos y Ethan al darse cuenta de su
estado de ánimo lo agarro de la nuca como solía con sus vástagos originales y
besando la cabeza del muchacho le dijo al oído
- Papá, es papá,
aun cuando no tengamos la custodia completa, es y será papá ¿bueno? – le
sonrió y el milagro sucedió
Fue
un impulso que vivió su corazón al oír aquellas palabras tan dulces y seguras,
y ese beso sobre su cabeza despertó su hambre, su necesidad y sin saber cómo,
Ethan de pronto se vio abrumado y superado por aquel abrazo tan efusivo que
recibió de su Matías, si, se paró un rato en sus propios pensamientos, era suyo
como lo eran Uther y Lothar, no podía creer que en tan poco tiempo él se
encariñase tanto con aquel muchacho; quizás el haberlo visto al borde la muerte
y a su inocencia y vulnerabilidad desnuda depositada sobre una cama de hospital
que de pronto no pudo dejar de pensar en sus propio retoños, a los que tenía a
su lado y al que había perdido que no le fue difícil decidir protegerlo.
Sin
darse cuenta, que fue él quien desde que abriera la piel de su costado con el
filo de un bisturí sobre aquella camilla de quirófano que lo había protegido en
todo sentido, así que sí, ese abrazo le dijo todo lo que la boca de aquel
muchacho no podía y eso al final le alegro el día y el corazón, por lo menos
sobre la tierra había un adolescente que no lo miraba raro, que aún no le reprochaba
nada, que aún no lo cuestionaba, que no lo hacía sentirse un inútil como padre
todavía, Matías podía ser el nexo de unión entre los vínculos sanguíneos con
sus propios hijos
Pero
la paz no podía durar mucho tiempo ¿verdad? del rescoldo de una puerta al final
casi del pasillo, unos ojos plomos lo miraban enojados, era Lothar cuya
reacción fue desmedida incluso para su propia firma… los celos lo enceguecieron
y a modo perro del hortelano que no come ni deja comer, atacó a Matías solo que
sin la elegancia eventual de siempre, aun cuando acababa de acordarse de que
ese era el gran día de todos en casa, el gran día de papá, de Matías y de ellos
mismos, que era motivo de fiesta pero no pudo con sus celos infantiles, con su
rabia y farfullando su enojo y su confusión se lanzó a darle un empujón a
Matías haciéndolo caer de trasero sentado en la moqueta del pasillo… para
cuando se dio cuenta, se soltó de las manos de su padre empujándolo como
siempre inmaduro e infantil en su reacción, huyendo a la calle llorando…
- Te odioooo, te
odio tanto AGS AGS AGS – y el ahogo de su llanto lo superó con
creces
Y corrió
por todos lados sin mirar atrás, y se perdió en la calle desubicado como estaba
y del cansancio que tenía se quedó sentado en una banca vieja de un parque cercano
pensando en lo que paso, en lo que grito, volviendo a llorar arrepentido de lo
que dijo, aquello no era verdad, no odiaba a papá, lo amaba demasiado que dolía
ver como abrazaba a Matías; se suponía que papá debería estar ahí mimándolo
sobre todo lo mal que lo paso en el hospital y con un puchero en la boca y las
lágrimas a punto de volver a estallar cerro sus ojos sin saber que hacer hasta
que una enorme mano lo agarro con suavidad y un blando pecho masculino aplasto
su rostro en él y una boca suave deposito besos sobre tu frente, sobre sus ojos
rojos, sobre tu nariz pecosa y mocosa, era papá que cuando el llanto de su hijo
llego a su clímax y fue disminuyendo su tristeza por fin lo soltó de su abrazo
y cogiéndole le mejilla le dijo.
- Tu trasero está en muchos problemas ahora mismo muchachito, pero dejaremos este berrinchito para la noche, que en casita ahora los abuelos, tu tío y TUS hermanos están esperando por ti pilluelo
- Lo siento – dijo
compungido
- Todavía no lo
sientes cariño, pero ya lo harás, ahora vamos ¿sí? – se
paró para caminar, pero Lothar lo detuvo un rato y antes de avanzar le dijo
- No te odio papi
- Lo sé – contesto
esperando que eso bastase, pero no, Lothar clavo los ojos al suelo – Lothar mírame ¿sí? –
le cogió el mentón para que levante la vista – nunca
dejare de quererte – le aseguro
para eliminar sus celos y darle seguridad – Matías no lleva mi
sangre ni la tuya pero no por eso no es tu hermano… tómalo así, piensa en que
es un recién nacido, y cuando lo vayas conociendo y conviviendo te darás cuenta
que no hay que tenerle miedo – y
Lothar frunció el ceño ante esas palabras – no es un bebé, lo sé –
se adelantó su padre a contestar – pero es un bebé en otros sentidos, es un
chico con mucho pasado duro y cruel, y no sabe lo que es tener una familia que
lo ame, lo proteja y lo quiera, no tiene hermanos, no tiene abuelos y ahora
seremos su familia, y lo que hiciste estuvo muy mal hijo, le hiciste sentir que
no es bienvenido en tu corazón, y sé que eso no es cierto – y lo abrazo y beso para que no piense que lo
reprochaba sino que le entendía – no tengas celos de nadie, eres mi bebe mi hijo
- Me voy a
disculpar de él papi – lo abrazo con fuerza para volver a
llorar
- Lo sé y él lo
sabe, ahora vamos a casa ¿sí? Aun me tienes que contar porque no quisiste hacer
el examen y luego te explicare para qué es y porque lo debemos hacer ¿está
bien? – eso era lo que necesitaba él,
El
padre de siempre, el que le explicaba y le quitaba las fobias y miedos de sus
enfermedades reales o imaginarias… como ahora.
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