Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Sutilezas amorosas
Autora: Marambra
Lidiar con
la fierecilla roja esa le ponía los nervios en punta, en casa la única fémina
existente no estaba especialmente afectada por el particular juego de hormonas
que dibujaba en su cuerpo armoniosas formas o hacía catástrofes con su nariz,
su pelo, o su voz… nada que ver, y para tener que lidiar con ella no le quedó
otra que como caballero andante con espada en mano treparse a la escalera del
jardín para ingresar a los aposentos de su hijo por la ventana, ya que la cría
esta, de frágil no tenía ni los lentes, pues se había parapetado cerrando la
puerta con el escritorio apoyado y ella haciendo peso encima sentada haciendo
yoga, pensando cómo solucionar su lio amoroso y hacer que su amado
incomprendido regrese a sus brazos victorioso después de la tremenda lucha con
sus enemigos, bueno el enemigo número uno de su trasero, su adorado suegro
quien no había escatimado escrúpulo alguno y bajo la ropa de Uther delante de
ella… y él, él aguanto estoico la azotaina esa apenas mordiendo los dientes,
si, ahora lo amaba más pese a decirle cuatro ojos y fea, detallitos amorosos
pensó.
Ethan
se quedó largo rato en la ventana colgado del balcón tratando de no hacer ruido
y tratando de adivinar que hacia aquella chica ahí, pero ella no se percató de
su presencia y seguía concentrada tumbada sobre la desordenada cama de su hijo
boca abajo al parecer garabateando algo y bamboleando los desnudos pies cuyas
uñas diminutas estaban pintadas de azul como su vestido.
- ¿Anabela? – y
ella se dio la vuelta, dejando caer un sobrecito improvisado en una hoja con un
corazón dibujado, ella le había escrito una carta de amor a su hijo para calmar
la angustia del muchacho y la vergüenza, temía que por el episodio vivido, él
termine definitivamente con ella y se
decida arreglar con la Milenka esa, la morena felina que siempre andaba
ronroneando cuando veía a Uther y que tenía a todo el cuerpo estudiantil
masculino regado a sus pies como el séquito de una reina, a todos menos a Uther
y a Samuel, ella sin querer y sin saber los tenía a los dos –
Anabela ¿estás bien? – subió un
poco la voz y la muchacha se paró palideciendo como si hubiera visto al diablo
mismo, dejando caer el cuaderno de Uther regando los lapiceros de colores y su
lápiz labial
– perdón, no quise asustarte, disculpa
Ethan
empezó a actuar torpemente, y fue la niña que se repuso primero del susto y la
incomodidad y de paso se percató gracias a su agudeza mental que aquel hombre
estaba por sufrir un infarto de nervios, así que decidió no esconderse como
habitualmente lo hacía y hablo de forma clara y muy madura, pero
instintivamente abrazando al hombre aquel, desarmándolo totalmente a su favor;
que diferente era el abrazo de una muchacha adolescente al de un muchacho, era
frágil, suave, tibio, tierno y olía muy bien a flores y fruta y no solo a
jaboncillo y sudor liviano como habitualmente era el abrazo de sus hijos sobre
todo al regresar de practicar deporte y le supo raro, aquel abrazo no gozaba de
la torpeza, de los ariscos modos o leves resistencias a lo que estaba acostumbrado
en sus enanos, este era un abrazo entregado con calidez total.
- Discúlpeme,
señor… ¿Van Lauder?, si Van Lauder claro es el papá de mi TUTY… yo soy la
culpable de que él haya peleado con Lothar y con Samuel, y ¡claro! conmigo – vaya,
vaya pensó Ethan, no sabía que se peleó con Samuel, ¿qué habría sucedido en el
cine realmente?, ahora si estaba curioso
Mientras
Ethan termino de ingresar a la habitación de su hijo y abría la puerta
retirando el escritorio apoyado, y seguía la declaración de la muchacha, Uther
se despertó relajado, un poco aturdido y recordó lo que paso, percatándose de
que había peleado con Anabela y que le llamo muchas cosas hirientes y no se disculpó
de ninguna, ¡tonto!, se recriminaba, se fijó en su traza y se encamino a su
habitación y fue ahí que oyó la conversación que su padre sostenía con Anabela.
- ¿Qué paso?
¿Porque peleaste con Uther? – Ethan decidió entre disimulos de colocar
los libros de su hijo en su lugar y averiguar que paso con ellos y de paso con
Lothar, y su padre tenía toda la razón, lo que hizo no estuvo bien
- Lo que pasa
don Ethan – ¿don Ethán?, joder pensaba Uther,
riéndose del don
– es que yo no veo bien, y me quite los
lentes para estar con él – empezó
a relatar – yo no soy muy
bonita ¿sabe? – dijo con voz
triste – …como la tal
Milenka y pues Uther la otra vez me llamo fea y cuatro ojos, por eso me quite
los lentes y en el cine, pues… Samuel me leyó los títulos de la peli porque a
Uther no le gusta que lo fastidie y en una de esas Samuel fastidiado conmigo
también susurro y yo no le entendí y me apoye un poco más cerca de él y Tuty
creyó que le estaba besando el cuello – vaya pensó Tano, un ataque
de celos – y
Lothar que vio todo le dijo que era un estúpido por decir eso, y bueno, usted
sabe se le salió el genio a Tutyto y empujo a Lothar ensuciándole la ropa con
helado y Lot lo pateo y Ut le dijo que era un cagón – y Tano hizo una mueca, les había advertido a
Uther y Nathan que no molesten a Lothar con eso – de
eso Lothar se vino antes y luego Uther se emprendió a puñetes con Samuel
acusándolo de venir a fastidiar nuestra cita y me grito que yo lo había
invitado a propósito, y NO ES ASÍ yo no lo invite y luego Samuel dijo que fue
Uther, pero él tampoco haría eso ya que no soporta a Sam y luego nos enteramos
que fue usted quien los invito, así que todo esto es su culpa, usted fastidio
por segunda vez mi cita con él y ahora, lo más probable es que no quiera verme
más y se arregle con la Milenka – su
voz sonó lastimera totalmente y estaba a punto del llanto
Uther
trago saliva, había sido un estúpido, primero por pensar mal de Anabela, y
recién hasta ahora caía en que ella tenía algo extraño en el rostro, creyó que
era la pintura de los ojos, pero era obvio que se trataba de otra cosa, de los
lentes, también se percató de otro pequeño detalle, de que había lastimado a su
hermano al hacer mención a su pequeño problema intestinal; mientras tanto Ethan
le dio mentalmente la razón a su padre, fue un error intervenir en la cita de
esos dos, y se sintió mal porque Lothar había llegado llorando a casa y entro
como un torbellino y él en vez de averiguar que paso le riño y su hijo se fue a
quejar a su abuelo y en medio de todo aquello Nathan al parecer hizo un
comentario que no fue bien recibido por Loty y reacciono de mala manera rompiendo
las hojas de Nat y de Ignacio lo que derivó en la paliza y en el desastre
posterior, se perdió en esos pensamientos hasta que de nuevo fue interrumpido
por la voz de Anabela.
- Bueno, ahora
me marcho que ya es tarde – agarro sus cosas de la mesa pero luego
dijo solemne
– ¿no era mi intensión quejarme sabe? esto
es cosa de su hijo y mía así que ni se lo mencione, yo solo quería decirle eso
a él, pero dadas las circunstancias le deje una carta, está en su cuaderno,
pero creo que quizás sea mejor que se las de usted, así no se pierde y él no tiene pretexto para
decirme que no sabía nada – hablo
a mil por minuto sin respirar casi y sin soltar la mirada de Ethan hasta ese
momento, luego decidió como si nada prenderse nuevamente del cuello de su
suegro en un cálido abrazo para finalmente separarse, sacar la cartita de la
carpeta de su hijo y la coloco en su mano, un sobre improvisado en una hoja
arrancada con su nombre escrito y un beso con labial – por
favor déselo – agrego
- Al parecer no
ha sido una buena idea invitar a Samuel y su hermana, ellos eran buenos amigos
no sé qué paso – Ethan cogió el papel y lo guardo en el
bolsillo de la camisa totalmente confundido por la declaración de la pelirroja
- Que son rivales en todo, eso pasa, ¿que no sabía que no se hablan desde hace un año?
- No, no lo
sabía – declaro preocupado, al parecer no sabía
nada de su hijo y al ver que la chica se dirigía a la puerta decidió hacer algo
por su hijo – Anabela antes de que te marches, yo, yo quería, pues
hablar de lo que ha sucedido – se froto la cara
- No me diga
nada señor – levanto la palma con solemnidad, Anabela
al abrazar al padre de Uther se deshizo de su habitual timidez y se sintió muy
cómoda con la compañía de aquel adulto, para ella era fácil engancharse a los
mayores una vez vencida la timidez de su carácter – yo entiendo sus razones, pero no me ha
gustado ver que lo pega claro está, se veía horrible y oía peor – se quitó las gafas para achicar la mirada por
su miopía pero parecía más bien un gesto de mirada asesina, como decidiendo que
hacer con su víctima, como una pequeña gánster y empezó a limpiarlo con el
ruedo de su vestido haciendo vahos con la boca sobre el cristal de sus lentes – pero tampoco es para decir que no se lo haya merecido,
contesto mal a la señora – se puso
las gafas y frunció la nariz en total desacuerdo, era una gracia verla y oírla,
Ethan estaba alucinado con aquella pecosa – pero Uther ya me
oirá, claro que lo hará, eso no se queda así, voy a reñirle mañana en el recreo
– declaro solemne para luego suspirar
y pestañear varias veces como alejando un penoso pensamiento y volvió a clavar
la vista a Ethan para agregar desolada – claro, eso solo si
aún quiere estar conmigo, es que es de suponer ¿no?... ¿quién va a querer estar
con el testigo de semejante humillación y vergüenza?... pero es que usted es un
bruto total y un malcriado – lo
acuso dejando a Tano con la boca abierta – no espero a que yo le saludara y por su culpa
y la de la señora mañana Uther terminará lo nuestro, por orgullo seguramente, y
como no, si es el chico más cotizado del curso, que va del curso ¡del colegio!,
está en la mira para ser el paje de la fiesta de estudiantes en septiembre,
solo que espero no sea Milenka la predilecta, no lo soportaría, puedo soportar
que no quiera estar conmigo tras una paliza, pero de ahí a que quiera verla con
esa, NO, pero, debo empezar a hacerme a la idea – empezó a hablar de nuevo de su dilema – él dijo que se arreglara con ella, ya sabía
yo que esto era demasiado bueno para ser verdad, ¿quién va a querer estar con
una chica pelirroja, con pecas… fea y cuatro ojos?
Mientras
declaraba todo aquello, acusando a EThan de su desgracia amorosa, éste, seguía
los gestos de la muchacha que hablaba como si tuviera verborragia y cuya lengua
no alcanzara y tenga a su vez que hacer uso de todo su cuerpo para darse a
entender, atando y desatando su cabello varias veces metiendo los dedos en
aquella impresionante melena, Ethan no sabía cómo cortarla, era tan diferente
tratar con una niña que con un niño, suspiro; mientras a Uther tenía que
arrancarle las palabras a ésta chica le salían a chorros, definitivamente las
mujeres eran seres extraños tengan la edad que tenga, y al parecer su hijo se enredó
con la boca más veloz del Oriente.
- Perdone, no
tengo derecho a decirle malcriado, lo que me recuerda: quiero disculparme de la
abuela de Uther – fue ella la que tomo la iniciativa de
abandonar la pieza de Uther cogiéndolo del brazo, ya estaba satisfecha, siempre
podía decir que conocía la leonera de su amor, su cueva, además había
aprovechado para tirarse a su cama y sentir el olor de su amado en la almohada
lo que claro le inspiro a escribir aquella particular y peculiar carta de amor – ¿pero me saco de las casillas sabe?, no me agrada que
los adultos se metan en charlas ajenas, dicen que no debemos hacerlo nosotros y
ustedes van y se entrometen, ¿pero debe ser un derecho adquirido por la edad
verdad? – acababa de llamarlo
anciano de frente – ¿dónde está la abuela de Uther para
disculparme y despedirme?
Ya
habían salido de la habitación y Uther cerro disimuladamente la puerta de
invitados, había oído toda la conversación y se sentía miserable.
Minutos
después que Ethan escoltara a la chica de su hijo a la planta baja y de ahí a
la puerta de calle, pasaron por el comedor, pillando a todos en la mesa menos a
Uther claro, al que creían dormido y fue Mikel quien le invito a tomar el té,
tertuliaron un buen rato y ella se puso a jugar y reír con Lothar, se llevaban
bastante bien, cuando hubieron terminado todo y se dispuso a marchar Uther
decidió hacer su brillante aparición…
- NO TE VAYAS – grito
aturdido, tenía que disculparse
Su
rostro estaba tenso con huellas de lágrimas en la cara, el pelo despeinado y un
bóxer de dormir corto sin calzados, sin medias y la polera nueva toda arrugada,
Anabela lo miro largo rato entre la alegría y el enojo, y antes de que Ethan o
el resto de la familia diga o haga nada ella le mando un revés que sonó en toda
la cara.
- PLAF, ¡ESTUPIDO! – Uther
se agarró la mejilla ardida con los ojos como platos y la boca abierta – esto es por decirme fea PLAF
– volvió a sonar la cara – y esto es por amenazarme con arreglarte con Milenka,
pero para tu información a mí nadie me termina, así que Uther, HEMOS TERMINADO
– le grito enfadada dándose la
vuelta, Ethan se quedó estupefacto y estuvo a punto de intervenir pero fue
atajado oportunamente por sus padres con la mirada, entonces comprendió que era
mejor que ellos solucionen sus cosas mientras Lothar grito alucinado
- WAAAAUUUUU, ¡acaban
de saltarte los mocos Uther!, BIEN HECHO así se hace Anabela, dale uno más por
decirme CAGÓN – agrego mientras aplastaba un puñete
cerrado en su palma abierta haciéndola sonar, parecía un gánster cobrando
venganza
- ¡Callate! – grito
Uther corriendo tras Anabela que en una fracción de segundos perdió la
compostura y al darse cuenta de su error había puesto pies en polvorosa hacia
la calle llorando, Uther no lo pensó dos veces y salió así detrás de ella
logrando atajarla justo en la puerta y calle, Ethan y compañía miraban del
ventanal del comedor lo que sucedía – ¿me darás otro
revés si te beso? – pregunto Uther tentando su suerte
- Yo no beso a
los que no son mis cortejos – se cruzó de manos y cerró los ojos
teatralmente estilo chica ofendida apoyándose en la puerta
- Quiero que
seas mi chica de nuevo prometo no decirte cuatro ojos… ni fea porque no lo
eres, prometo no pelearme contigo porque hables con Samuel, prometo no aceptar
ser el paje de Milenka si ella sale predilecta – había colocado su
mano derecha abierta al aire y su palma izquierda en el corazón para hacer esa
promesa
Y
eso la convenció y dibujando una enorme sonrisa en los labios se tiro a su
cuello para besarle en la boca; Ethan espero unos minutos mirando la hora
impaciente, mientras Mikel y Miranda se reían de la cara de su hijo
- Los hijos
crecen, ahora estás olor a suegro – rio Mikel guiñándole
un ojo mientras cogía las llaves de la movilidad para llevar a Anabela a su
casa – ¿Nos vamos muñeca?
- Si, ya es
tarde, gracias – sonrió ante el piropo
- ABUELO – protesto
Uther al verse privado de su chica tan pronto
- Las ventajas de las canas hijo, las damas siempre nos prefieren maduros y no llorones
- Grrrrr – gruño
enfadado
- Ala, ve
adentro, tu padre quiere tener unas palabras contigo por decirle cagón a Lothar
– dijo Nathan por fastidiar a su sobrino,
riendo cuando la cara de Uther cambio de semblante
- Y yo tendré las mismas palabras contigo a mi regreso cangrejo, no te creas que no sé lo que ha pasado en el comedor
Y la
cara de Nathan se descompuso, adivinando la clase de charla que sería, pero no
podía quejarse, se lo había advertido, como Ethan a Uther…
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