martes, 3 de mayo de 2016

Mis Gemelos: Cap. 177; Autora Marambra

Mis Gemelos
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 03 de Mayo del 2016
Ææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Capítulo 177
Bajo bandera
Autora: Marambra

El intenso silencio de la casa fue lo que despertó a Iván, o eso creyó él, pero no era el silencio eran las dos largas horas de sueño que tuvo tras la matutina paliza de su padre y se quedo quieto mirando la pared pues dormía boca abajo no tanto porque arda el culete sino por costumbre nada más y no quiso darse la vuelta pues su sexto sentido le decía que no estaba solo, el séptimo que quien estaba era su padre y el octavo sentido aun no dilucidaba si su padre seguía o no enojado con él y no se equivoco, ahí sentado en un sillón hamaca reclinable estaba Rubén dormitando, pues apenas concluyo su desayuno y la charla que tuvo con Arturo se encamino al cuarto donde yacía dormido el menor de sus hijos, inicialmente estuvo tentado en despertarlo y conversar pero prefirió desechar aquello ya que él mismo odiaba que lo despierten a medio descansar, segundo sabía que aunque no eran frecuentes las migrañas, a Iván solía darle un dolor de cabeza caballo que siempre concluía en vomito y hoy no fue la excepción.
Su hijo vacio su vesicular al vomitar hasta la última gota de bilis de tanto renegar; por eso se lo quedo observando mientras dormía, con la cara brillante de tanto llorar tenía no solo los ojos inflamados que daban miedo, sino sus mejillas rojas de la sal de sus lágrimas lo más seguro, es que la piel de ambos muchachos era muy fina, incluso parecía que los cambios hormonales no afectaron en nada su cutis a excepción de uno que otro grano de acné en la frente o en la espalda, nada que una buena exfoliada no elimine, aparte de aquello que parecía que por tanto llorar Iván tenía los ojos como de un sapo, llevaba también una fea magulladura en la boca producto de un golpe de retorno de Lex además de una mordida quizás cuando le llego algún azote se lastimo la boca, pensó papá.
Debajo de la ceja tenía una fina brecha que había formado un delgado coagulo, era imperceptible pero se podía ver que el ojo derecho de Iván también empezaba a formar un leve hematoma, suspiro contemplando a su hijo, esperando que despierte, no tenía nada mejor que hacer que mirarlo dormir, dándose cuenta que no era un sueño tranquilo sino totalmente inquieto ya que de rato en rato sollozaba y soltaba una lágrima que resbalaba por alguno de los ángulos de sus ojos mojando su almohada, daba pena verlo así y un remordimiento le comió el corazón a Rubén, había hecho llorar mucho a su changuito y se acerco a acariciarle la cabeza suavemente para no despertarlo y le beso la frente, en realidad fue un beso al aire por temor a asustarlo, su hijo necesitaba dormir, descansar… y ya con las necesidades básicas satisfechas él podría conversar con él.
Tocaba averiguar que paso, tocaba hacerse con la verdad y sobre todo lo más puntilloso quizás disculparse con su hijo y se puso a pensar en su propio y torpe proceder en que aun cuando lo intentara no podía dejar de cometer el mismo error una y otra vez, ser demasiado fosforito, aunque en retrospectiva en el pasado era mucho más tajante que ahora… el brío de los años, la sapiencia que uno cree tener a titulo adquirido por el mísero hecho de ser padre cuando en realidad es cuando menos sabes, porque un hijo no es solo una hoja en blanco en la que escribir, es también un libro de jeroglíficos que hay que saber interpretar desde el momento mismo que nace, y en esto llevaban ventaja las madres pues aun cuando sus hijos no se quejaban, sabían que el frio los tullía, que el hambre sonaba la tripita, que los gases torcían la pancita o el diente molestaba la encía, sabía cuando estaban tristes, malhumorados, soñadores, escondiendo una mentira o avergonzados, claro que todo aquello como padre con los años se va aprendiendo de a poco, además ayuda que algunos hijos sean más transparentes que otros y por eso ahora mismo quería darse de cabeza contra el muro, ¿cómo pudo ser tan osco?, ¿tan bruto, tan ignorante?.
Se supone que él los conoce a ambos, sabe quién es quién y por ende debía de saber que Alexander hizo una de las suyas para despertar aquel ataque de ira descomunal, después de todo Iván era pacifico y la más de las veces pasaba desapercibido, mimetizado y había aprendido a sacar ventaja de aquello sino como se explicaba sus incursiones amorosas por no decir escándalos de lo más sonados?, que ahí donde se lo veía seriecito, bien portado que se abochornaba de algunas cosas, por lo bajo fluían instintos de los más quemantes y entre ellos el enojo, Iván… tenía que aprender como Lex a controlarse o como pensaba ahora su padre: readquirir aquel buen hábito que siempre lo caracterizo y marco la diferencia con su hermano.
Y él como padre debía guiarlo como guio a Lex, toco duro a ambos en su tiempo: gritos, llanto, reproche, privilegios cortados pero sobre todo tener que calentarle el trasero…. pero había logrado que Lex se lo piense antes primero y parecía que bajo la misma óptica Iván debía empezar a manejarse… quizás era bueno que retorne a casa aquella ley de: puñete soltado, chicote ganado, no había otra; y así pensando en eso y en lo sucedido Rubén se durmió profundamente sentado en aquel sillón, Iván no llego ni a darse la vuelta porque el sueño volvió a adormilarlo, pero un ronquido particularmente fuerte de su padre lo asusto y se giro al mismo tiempo que Rubén se incorporo sorprendido de su propio ruido abriendo y cerrando los ojos varias veces y pasando la punta de la lengua sobre los labios y se quedaron mirando una fracción de segundos sin saber que decir, envueltos en un espeso e incomodo silencio, ese silencio que no sabes cómo cortar, e Iván con la sensación de asfixia por el nudo en la garganta rodo sobre la cama escondiéndose en ella pegándose a la pared acorralado e intimidado con la presencia de su padre y bueno Rubén se paro como rebotado de la mecedora donde estaba y decidió dar el primer paso sentándose al borde de la cama de Iván colocando su enorme mano sobre el hombro de su muchacho sintiendo que volvía a llorar en silencio pero sin evitar mover los hombros, y tomo aire dándose ánimo a sí mismo, aquello estaba más verde que maduro por lo visto.

  • ¿Iván?, ¿vas a seguir llorando hijo? – pregunto como si no tuviera derecho a llorar, vamos que para papá ya había llorado lo suficiente, y al no obtener respuesta lo jalo del brazo sin brusquedad pero con la necesaria firmeza para que se incorpore y le sostuvo la mirada largo rato, sin dejar que el chico retire su vista al cogerle del mentón y obligarlo a ello, y decidió que era el momento de arreglar las cosas con su hijo, pero lo que su padre le dijo descoloco totalmente a Iván – VENGA – eso sonaba a enojo –  …deme un beso –

Para dar un calambre, aquello era una orden por donde se lo mire, y no solo verbal, pues papá apunto su mejilla y a Iván se le aguaron los ojos nuevamente y no pudo más que soltar un sollozo ruidoso, aquello era el colmo, era como si él hubiera ofendido a todos y le hacían un favor al dignarse hablarle o mirarle y su padre sonrió para sí, sabía que con aquello quebró a Iván  mejor dicho quebró sus defensas, pues estaba demasiado arisco para contestar nada, así que opto por el ataque bajo, viejo zorro se las sabía todas, y cuando oyó el ahogado sollozo lo condujo hasta la mecedora aquella en que estuvo dormitando que al final de cuentas era más cómoda que la cama para sentarlo en su falda y una vez ahí lo abrazo con fuerza pues Iván se puso rígido como una tabla y lo acomodo como arrullándolo y fue lo que hizo en realidad arrullarlo suavemente empezando a acariciar su cabeza como cuando eran bebes, levantando el imaginario pelo que cubre el rostro y besando su frente…

  • Ya pues hijo, ya paso – indico como si fuera un gran descubrimiento – … por eso no hay que portarse mal – con esa frase papá mato a Iván, pues acababa de confirmar que el culpable de todo era él… jo pensó Iván –  ni portarse mal…ni ser mal hablado, ni bochinchero – enumero papá todas sus supuestas faltas – donde estas aprendiendo a portarte así, irascible? Mmm? – definitivamente era el colmo ahora resulta que se merecía aquella paliza… bueno se merecía una pero no como esa… no tan fuerte pensó Iván en el feo momento de aquello
  • Pero es que no fue miii nif nif nif miii cuuulpaaa – Iván decidió defenderse y papá aprovecho para hacerse con la verdad
  • Shuuu, cálmate – y le dio un sorbo de agua para calmar el llanto como Clara y secar sus ojos con su pañuelo – ahora que paso, contame que sucedió – ordeno, porque aquello era una orden, sutil, pero orden… orden que entre líneas decía dime la verdad sin inventarte nada que igual me voy a enterar o ya sé lo que paso, pero para hacerle sentir seguro y amado lo apoyo en su pecho y empezó a besar su cabeza sin importarle que este húmeda de sudor y llanto, con un leve olor acre como el resto del cuerpo de la macerada transpiración e Iván confortado por aquel mimo torpe de papá, rudo en su agarre, firme en su beso, penetrante en su mirada y sin titubeo en sus palabras, decidió su verdad, porque la verdad de Iván no era la misma que de Lex
  • Yo estaba durmiendo – gimió, todo lo vivido, la vulnerabilidad que sentía sobre todo tras un castigo y que se ahondaba aún más de lo habitual cuando estaba en los brazos de  su padre se resumió en ese gemido que broto de su boca derritiendo el corazón de roca de su padre, un corazón de roca que no era tal, era de chocolate pero algo amargo – estaba durmiendo y Alexander me quito no solo mis sábanas sino también mi pijama – se aseguro de decir el nombre completo de Lex y no solo su diminutivo proclamando con eso su enfado, convencido de que Lex realmente le quito el pijama por fastidiarlo aun cuando éste le dijo que no lo hizo, que estaba así sin ropa
  • ¿De cómo sabes que te quito el pijama?, ¿como estas tan seguro de eso? – pregunto Rubén frunciendo el ceño, aquello no le gusto nadita y si resultaba que era cierto que Lex hizo eso, le daría además de la buena tunda tramitada algún extra por aquello, que sería ese cuento de estar desnudando al hermano mientras dormía, pensaba Rubén
  • PORQUE ÉL ESTABA CON MI PIJAMA EN LA MANO – grito enfadado recordando todo incorporándose en el regazo de su padre deshaciendo el abrazo, seguro de que así paso, sin si quiera pensar que él se quito el pijama dormido por el calor que sintió y no por lo que su hermano imaginaba… autosatisfacción
  • Shuuu, sin gritar... estamos charlando hijo, no hay necesidad de gritar ¿bueno? – le acaricio la frente como acomodando el pelo relajándolo del renovado estrés volviendo a envolverlo en su abrazo como si nada – ¿y después que paso? – siguió meciéndolo, sin insistir en eso del pijama pues decidió confrontar a Lex cuando regrese y mientras lo mecía recordó las veces que eran bebes y solía sacarlos de su cuna y los montaba a ambos en la rodilla para jugar a los caballitos mientras revisaba datos en la computadora
  • Yo le pedí mi ropa de buena manera, hasta por favor le dije – había que hacer notar aquello por si acaso – y no una sino varias veces, incluso lo amenace con decirte – estar en los brazos de su padre pese a lo sucedido le brindaba seguridad y al mismo tiempo comodidad, a tal punto que le contaba todo aquello jugando con los botones de la camisa de su padre mientras sentía la mano de papá acariciarle distraídamente, como distraídamente llovían diminutos besos sobre su corona, si, papá pese a hacerlo llorar tanto, sabía cómo hacerle sentir amado – y él me dijo que sí, que vaya así como estaba sin calzoncillo y no sé porque metió mis sabanas al lavamanos y abrió el grifo, yo me agache a buscar mis calzados para tirarle con eso en la cabeza – si… el chico decidió jugar su carta de la sinceridad – pero no lo hice porque encontré mi slip y fue cuando él mojo también mi pijama en el lavamanos y no solo eso, lleno una jarra con agua y me la vacio sobre mi ropa interior cuando estaba por acercarme… parecía que me hubiera orinado encima – mmm penso papá, por eso estaba mojado – y no conforme con eso me golpeo fuerte con la almohada y yo claro, me enoje, ME ENOJE MUCHO y…. – y volvió a nublar la vista haciendo un ruido extraño al exhalar procurando comerse el llanto que lo acudía y se calló de golpe porque el resto no era fácil de contar, no iba a decir que salto sobre su hermano y le rompió no solo la boca sino la frente e iba a ir por más y porque además visto ahora desde la óptica de la reflexión lo que hizo era deplorable
  • Y decidiste hacer justicia por propia mano golpeando a tu hermano – concluyo papá por él con la voz áspera del devuelto enojo, porque aun cuando los hechos indicaban que Lex se las busco, bueno, se busco una respuesta mala pero no a ese extremo de dejarle la cara como estaba, e Iván respondió titubeante
  • Siiii – era un “si” vergonzoso, diminuto, apenas audible, temeroso porque aun tenía en la mente la imagen de la piel abierta de la cabeza de su hermano y de la sangre como chisguete, lo que en realidad freno su brutalidad
  • ¿Y te parece bien lo que hiciste hijo? – pregunto papa agarrándole el mentón muy serio e Iván solo bajo la mirada avergonzado acurrucándose aún más en el pecho de su padre como ocultándose no de él, sino de su culpa – ¿te estoy preguntando Iván te parece bien lo que hiciste? – volvió a inquirir y golpeteo su frente con suavidad – ¿está bien agarrar a puñetes al hermano hasta sangrarle? – la voz destilaba enojo sin embargo el beso plantado en la frente decía, no tengas miedo ya pagaste y caro… pero aun así siguió preguntando como en un interrogatorio policial – ¿está bien hacerle caer de espaldas?, ¿romperle la boca?, ¿abrirle la frente y no contento con eso seguir golpeando?jo visto así parecía que estaban acusando a un matón de marca mayor e Iván se sintió un pandillero, porque Rubén si bien acariciaba su espalda, sus piernas aun con algunas marcas del cinto, y besaba y acariciaba los hinchados nudillos, lo estaba reprochando a su manera, la reflexiva, la peor de todas porque eso siempre lo hacía sentir no mal, sino peor – ¿está bien todo eso?... MMM?, contéstame pues, ¿te parece bien? O te parece mal Iván
  • Esta mal papá – para eso ya sorbía los mocos con ruido pues mientras papá le sostenía el mentón no pudo evitar volver a llorar pero ahora sintiendo una enorme culpa y su padre lo sabía, sabía que había hecho reflexionar a su hijo como debía hacerlo, así que era hora de marcar la cancha con él y esperar que acepte aquello porque ya oyó la movilidad regresar con Clara y con Lex, y aun quedaba lidiar con el otro muchacho y con Lex nunca era fácil… y mientras le sonó los mocos con el pañuelo continuó
  • SI hijo… está mal, MUY MAL así que te disculparas de tu hermano cuando yo te llame bueno – sentencio porque aquello era algo que no tenia vuelta de página e Iván pensó que la charla termino con eso, papá vino no solo a averiguar sino asegurarse de que haga bien las cosas al disculparse por lo que paso como siempre
  • Ya sé que tengo de disculparme, no hay necesidad de que me lo pidas – respondió abatido, eso no se discutía y no porque papá se lo diga sino porque el realmente lo sentía
  • Me alegra mucho saber eso Iván – sonrió su padre para quitarle hierro al asunto, pero lo que soltó luego era para fruncir el poto –   PERO – agrego – y escúchame bien Iván porque no lo voy a repetir, esta es un regla que ya conoce tu hermano de sobra porque la estreno él y creo que es necesario que ahora la conozcas tu – dijo subiendo el bóxer que mamá le trajo y tocando a propósito los tres bajo relieves rojos que aun llevaba en los muslos dibujándolos a manera de señalarlos con los dedos soltó la bomba – no quiero volver a enterarme y mucho menos verte golpeando a tu hermano NI A NADIE ¿me estas escuchando Iván?  – elevo la voz y frunció el ceño para que se lo tome en serio y empiece a pensar antes de actuar – porque la paliza que te di esta mañana será un pedo en comparación con la que te dé – e Iván se asusto ya no más – y por golpe que repartas al igual que a Lex voy a darte un cintazo en la mano como el que te di por romperle la nariz a Lex en el cumpleaños de tu madre – e Iván no solo lo miro asustado sino que trago saliva, cómo no recordar aquello e instintivamente se miro la mano, como había dolido, si sus dedos latieron peor de lo que le latieron en la mañana – ¿estamos de acuerdo? – pregunto como si le preguntara del clima, con una tranquilidad que le puso a Iván los nervios de punta, y es que bueno, Rubén sabía cómo ser intimidante y era un as en mezclar la amenaza con un cariñito como ahora como parte del proceso de tortura psicológica, dramas púberes… y le planto un beso en la cabeza instándolo a pararse, empezaban a adormecerse sus piernas, después de todo tanto Iván como Lex eran grandes para aquel mimo físicamente hablando, pero ambos emocionalmente adoraban aquello y él disfrutaba de esos ratos ocasionales de niñería que tenían ambos sobre todo tras un feo pleito – ¿pero yo sé que no será necesario  llegar a esos extremos verdad mi hijo? – dulcifico sus palabras acariciando sus mejillas suavemente – porque tú eres inteligente y yo solo estoy enseñándote las nuevas reglas del juego que jugaremos tu y yo cuando tú quieras… puñete dado, chicote ganado, ese es el juego, un poco aburrido no crees? – y un horrible ras le erizo el cuerpo entero a Iván ante semejante sarcasmo destilado en aquellas palabras y su padre lo sintió así que lo abrazo con fuerza rodeándolo con todo su cuerpo sintiendo un sollozo pequeño escapar de la boca de Iván – de que estas llorando ahora a ver dime? O estamos jugando ya
  • Es que no me parece juuuusto eso – reclamo
  • ¿Por qué?... ¿no te gusta jugar? – al decir juego Rubén lograba el efecto contrario, no ignorar la nueva regla que por donde lo veían sus hijos era macabra
  • NO ME GUUUUSTA TU TRAAATO – se separo un poco de su padre y lo miro entre el enojo, el miedo, la sorpresa y el mimo – … porque todo el tiempo que Lex estuvo enojado conmigo por el asunto de Marcela y me llenaba de conejos TU NO HICISTE NAAAADA… yo no vi que le dieras ningún cintazo en la mano, es más ni uno solo ni por lo que me rompió el brazo – expuso no su miedo sino sobre todo su disconformidad ante lo que creía total injusticia y Rubén se tuvo que vestir de paciencia
  • Eso no lo sabes Iván – respondió Rubén con toda la tranquilidad del mundo pero que atajaba al enfado de ser cuestionado en sus acciones y nada menos que por su hijo, pero decidió cortar aquello por el cuajo – tú no sabes cómo resolví el asunto aquel con él, pero una cosa te digo… yo no tengo porque estar ventilando las cosas que hago con mis hijos en la intimidad de la casa y menos en la intimidad de un castigo – frunció el ceño sosteniéndole la mirada a tiempo de limpiarle con los pulpejos aquellas lágrimas que tímidas se escurrían por su cara – ¿o alguna vez fui a contar a la gente las veces que te he castigado? – le pregunto – ni a tu madre, así que no me cuestiones Iván, que te olvidas de una cosa, el padre aquí soy yo y soy yo el ÚNICO que pone no solo las reglas del juego, sino quien decide el juego a jugar, ¿estamos? – enmarco su rostro entre sus manos y agrego seriamente, muy seriamente diría yo – así que mi hijito, en esto no me negocias, ni me discutes, solo acatas, golpeas a tu hermano o a cualquiera y yo de te doy lo tuyo, y no se habla más del asunto, Alexander ya sabe porque él estuvo bajo la misma bandera – y le calco un beso en toda la frente como si nada
  • ¿Y qué hay de molestar? – agrego desinflado de ánimo con los ojos aguados y es que entrar a las batallas verbales de su padre eran como entrar a un campo minado: sin derecho a correr – porque siempre es Lex quien empieza a fastidiarme como ahora y yo quiero saber qué solución vas a poner a eso, porque YO NO ESTOY DISPUESTO A QUE VUELVAS A DARME UNA SOLA PALIZA MÁS POR CULPA SUYA – justo reclamo dijo su padre para sí, aquello era algo que tenía que tratar, pero tampoco le gusto el tono de su hijo… impertinente y acusador
  • Baja el tono Iván, baja el tono… estamos hablando, estamos poniendo las cartas sobre la mesa – lo agarro de los hombros sacudiéndole un poco para que vaya dejando su mal humor a un lado
  • Pero yo quiero saber cuáles son las cartas de Alexander… – y aquello se mezclo con los sollozos que al final vencieron su ira y dieron paso a su pena y su temor
  • Eso lo discuto yo con tu hermano en privado y cuando tenga las reglas claras con él te lo hare saber, lo mismo que él sabrá bajo qué ley te riges desde hoy… ¿contento ahora? – si… no había vuelta tras, aquello era un hecho, cuando Rubén se empecinaba pocas veces cambiaba de idea, y esta no era una de esas ocasiones
  • NOOOO, me sigue pareciendo injusto
  • Injusto o no, es lo que hay – con aquello dio por terminada la charla con su hijo, pero al ver que estaba irritado lo abrazo de nuevo y lo sentó a su lado, repartiendo pequeños besos en su frente y sus manos apretándolo en su pecho y no lo soltó hasta que él lo considero seguro – basta de peleas por hoy Iván, yo he tenido suficiente, tu no?... no es suficiente con lo de esta mañana hijo? – esa era una muy, pero muuuuy sutil amenaza, o por lo menos así lo vio Iván, porque si padre no estaba amenazándolo en ningún sentido
  • Veees me amenazas de nuevo – aseguro y Rubén lo miro moviendo la cabeza como diciendo no te estoy amenazando, pero prefirió no hacer audible aquella afirmación y en vez de eso sonrió diciendo
  • Anda chango y porra, el hambre te está afectando el coco – y lo separo de su cuerpo lo necesario cortando el berrinche con aquello que ya ese reclamo era de puro capricho y cogiéndole de los hombros agrego sonriendo – ve a bañarte y cambiarte más bien iremos a almorzar a casa del señor Fedor – anuncio sin mucho entusiasmo, es más iba a declinar el almuerzo, pero prefirió seguir con aquello para tener a sus gemelos en territorio neutro sin conflicto de intereses que apañen la velada o en este caso amarguen el bocado – nos invito a todos, así que ponte churro que seguro estará la famosa Ninoska – le guiño un ojo y sonrió esperando que a Iván se le pase el enfado y lo logro, pues Iván experimento un calor sofocante en la cara de la vergüenza y timidez de admitir que aquella muchacha le gustaba, pues tras todos los trastos y líos y correteos de tinte puramente sexual con Marcela y Raquel, Ninoska era un punto aparte que mordía la panza de nervios, que nada tenía que hacer con los cosquilleos más íntimos que despertaron o mejor dicho arrebataron aquel par de puercas – ve a ponerte guapo en vez de estarme discutiendo Iván, que se nos hace tarde, además tengo que aclarar un asuntito con tu hermano – apenas termino de decir aquello, como por arte de magia Clara y Lex habían llegado del médico, pero antes de que Iván salga con dirección al baño disparado, su padre le sostuvo de la muñeca y ordeno – AH; pero antes… MI BESO, no sales si no me das mi beso

E Iván se quedo mirando a su padre el tiempo justo para pensar en lo que acababa de pasar, su padre estaba obligándolo a firmar un acuerdo de paz con aras, donde él único perdedor sería él si no se atenía a las reglas, ventajas de ser mayor de edad, ventaja de ser padre, ventaja de ser cabeza de familia, ventaja de ser abuelo, y ventaja de ser quien lleva los cinturones… era su forma de ser, de terminar una guerra pero no de disculparse, Rubén pocas veces por no decir contadas ocasiones dijo: hijo perdóname, y esta no era una de esas porque para Rubén haya empezado Lex el lio, Iván no tenía derecho a concluir el capitulo aquel con semejante violencia, e Iván al darse cuenta de aquello se acerco a su padre, lo abrazo y beso con inmenso cariño y Rubén sonrió contento y cuando Iván se soltó… suspiro y lo volvió a atraer a su cuerpo, le subió el bóxer y conto las marcas que tenía… tres quedaron tres marcas un poco rojas que dolían todavía al tocar y que a lo largo del día se perderían

  • Yo se que con estas tienes más que suficiente y estoy seguro al 100 % que el acuerdo que firmamos quedara en tablas verdad? – apoyo su frente en la frente de su hijo bonito y lo despacho con cariño – anda… ahora vete, que si tu madre decide contar los rojos de tu poto estaré en serios problemas – agrego
  • Entonces me apurare a mostrárselos – dijo sonriendo sacándole la lengua a su padre confiado de él y de su amor
  • Y veremos cuantos te aumento yo por todos los puntos que le dieron a tu hermano

Iván y Rubén se giraron sobresaltados, no se dieron cuenta que Clara abrió la puerta de los chicos acompañado de Alexander, un Alexander que tenía los ojos rojos, hilos en la mucosa de la boca, una especie de rozón de gaza en la cabeza para cubrir los puntos hechos, y una bolsa de guisante congelados cubriendo el ojo…. e Iván prefirió al oír el timbre enojado de su madre y leer su lenguaje corporal lista para el ataque hacer una retirada estratégica, por no decir desaparecer del mapa mientras Rubén cogió de la muñeca a Lex y examino su cara fijándose lo que hicieron los médicos

  • Estas bien?, duele algo? – pregunto penetrando en su mirada con aquel par de ojos que a su nieto le supieron pedazos de cielo
  • No papi, ya no me duele nada – contesto Lex con los ojos hinchados, y los labios secos, cansado
  • Entonces jovencito, usted y yo tenemos un asuntito que tratar…. – y Lex dejo caer los guisantes ante aquello, no se libraría de su padre
  • No hay tiempo Rubén, es casi medio día; ve a bañarte Lex – Clara le dio un beso en la mejilla mirando de reojo a Rubén que capto la indirecta y soltó a Lex de la mano – coge tu toalla y ve a mi ducha mientras te alisto ropa, te apuras si?... que yo también quiero bañarme, tenemos poco tiempo para alistarnos y salir –

Agrego y espero que Rubén diga algo, al final asintió con la cabeza… Clara intervino oportunamente pensó papá porque lo que quería tratar con Alexander llevaría su tiempo ya que con Lex la mayor parte del tiempo había que explicar las cosas con chuís y esta presentía no sería la excepción.


No hay comentarios:

Publicar un comentario