martes, 3 de mayo de 2016

Mis Gemelos: Cap. 178; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 03 de Mayo del 2016
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Capítulo 178
Por cada vengador anónimo
hay otro con nombre y apellido

Autora: Marambra

El aire caliente de la tarde estaba particularmente denso, todo el día la gente estuvo alborotada, la tarde le supo un inferno a los habitantes del pueblito aquel pues se corono nada menos que con un sol más bravo que otro cualquiera, anuncio de tormenta el bochorno de las horas densas que toco vivir, y el aire, el aire se impregno de un impresionante aroma a nueva humedad, a madera renovada, a resina de árbol a fruta a flor que hacía que quieras tener una enorme nariz y no cansarte nunca de aspirar, como de estar desnudo y perderte en los arroyuelos y pozas del lugar.
Y en aquella casa donde estaba ahora Lex, en la chapapa de pachiu dulce a un lado de la estancia un particular alboroto llamo la atención de Pankarita… un tarechi (loro chillón) hizo caer un pequeño nido de pichitankitas y el corazón de la niña se paro por un momento, un par de pichoncitos quedaron en el suelo apenas cubierto de suave plumón y se apuro a socorrerlos alzándolos ya no más salvándolos de que el gato se los coma corriendo al lado de Lex que para ese rato estaba refunfuñando sentado al lado de su padre rogándole que le deje ir un ratito a la plaza con Pankarita, que ella tenía dos bicicletas, que solo sería una vueltita… pero Rubén no quería que fuera a la famosa vueltita echando a la borda sus planes amorosos con convincentes argumentos que la pendeja de su madre apoyaba.

  • ¿Puedo ir? mami – pregunto a su madre esperanzado de que ella lo apoye mirándola con los ojos iluminados de tener la oportunidad de estar con Pankarita
  • No lo sé Lex, pregúntale a papá – ya esta, ahí iba la primera negativa tirar la pelota a la otra cancha
  • ¿Paaa? – puso sus manos a manera de rezo
  • No Lex no puedes ir – contesto imperturbable
  • Ya pues, no seas malito, si? – le sonrió a su padre esperanzado
  • No hijo, no vas a ir a manejar bici, así que no ruegues
  • Peroooo.... un ratito – dijo dejando un pequeño espacio entre su índice y su pulgar para mostrarle el “ratito”
  • No, ni un ratito ni larguito – contesto Rubén y su madre metió su cuchara sucia donde no debía
  • Ya oíste a papá, mejor termina de almorzar Lex, que eres el único que aun tiene dando vueltas la comida en la boca – y empezó a aplastar las patatas y cortar en trozo menudos la carne pensando en la herida de su boca, pero él siguió en lo suyo
  • Ya pues solo una vuelta, nada más, anda di que si y me termino la comida
  • No Lex, no insistas… BUENO – lo miro enfadado zarandeándolo un poco – y la comida la terminas porque debes hacerlo y punto
  • Pero paaaa, ¿por qué? – se cruzo de brazos y se aguaron los ojos tratando de ocultar el llanto, es que de verdad quería ir y estar un rato con su chica lejos de la aguda mirada no de Fedor que como suegro sería al que temer, sino de la vista biónica de su padre que escaneaba todo con disgusto
  • Ya te dije que no, no vas a ir aun cuando te pongas a rogar, rezar o llorar  – declaro Rubén para vergüenza de Lex que apuro a comerse los mocos y limpiar los ojos disimuladamente
  • Perooooo
  • Pero nada Lex, te vas a estar cayendo o haciendo alguna barbaridad de nuevo – si claro, mamá tenía que meter más leña al fuego – sabes bien que esta mañana apenas han podido clampear la arteria de tu cabeza, y vas a querer ir a montar en bici – y Lex la miro alucinado, claro que quería ir a montar en bici, eso hacen los chicos
  • Pero porque Iván puede ir y yo noooo, yo no tengo nada… él en cambio esta con el brazo roto
  • Como que nada ¿y esta venda en tu cabeza que es, una coleta? – seguía su madre fastidiando sin contestar al porque Iván iba y el no, que acaso se hacia el tonto o el olvidadizo? Si quien estaba en la línea de fuego era él
  • ¿Pero acaso voy a manejar con mi cabeza? Voy a agarrar con mis manos y pedalear – contesto de mala manera a su madre, sin poder contener a su naturaleza indómita y caprichosa
  • No seas mal educado con tu madre Alexander, he dicho que no vas y ya está, ve a sentarte y termina de almorzar – otra cosa más que odiar de aquel día, a los anfitriones no se les ocurrió mejor cosa que cocinar que puré de brócoli con hígado asado nada imaginativos, acido fólico y hierro en abundancia para los anémicos, joder y claro, él estuvo dándole vueltas al asunto de la comida tratando de disimular, pero su padre le alzo el plato y lo hizo sentar a su lado para que comiera entre pequeños regaños como a un crio de 4 años, toda una humillación a su edad
  • Pero es que mamá es una metiche – se defendió y la cara de Rubén se contrajo de la pura rabia
  • Alexaaaaaander – chillo su madre
  • PERO ES QUE NO ES JUUUUSTO eres metiche
  • Alexander ¿qué te dije esta mañana? – su padre acababa de matar sus argumentos con aquella pregunta, y Lex prefirió guardar silencio y no ponerse la soga al cuello, pero Rubén sabía apretar sin necesidad de tocar – que te dije esta mañana antes de venir, te estoy preguntando ALexander que fue lo que te dije – insistió su padre sintiendo vergüenza de la escena que estaba montando Lex delante de aquella pareja a quienes empezaban a conocer – contesta si no quieres que te lo pregunte de otra manera – apretó un poco las cuerdas del laúd para afinar nada mas
  • Que no podía moverme de tu lado – contesto de mala ganas
  • Pues eso ¿no? Ahora termina de almorzar si no quieres que me levante porque si lo hago Lex no va ha de ser para sacarte fotos – mascullo entre dientes aprovechando que Fedor fue a atender una llamada y Florencia se fue por postre
  • Porque me riñes, si el que se porto mal es Iván, el me golpeo con su yeso… EL no debería ir al paseo – estaba ya que se le caían las lágrimas mientras su hermano agachaba la cabeza avergonzado, en parte Lex tenía razón
  • Suficiente – Rubén se levanto y lo agarro del brazo – donde tiene Fedor un lugar privado aquí en el patio Arturo? – y Arturo le señalo un baño en el patio y papá empezó a llevarlo a ese lugar con la clara intensión de reprender a su hijo y obvio, Lex se dio cuenta de eso y empezó a rogar
  • Nooo paapi, no papi, voy a comer mi comida
  • Bueno pues entonces MODÉRESE – Rubén lo sacudió del brazo enfadado usteándolo – que te pasa, te dije clarito que no te me movías de mi lado y no lo vas a hacer Alexander, no te vas a salir con tu gustito… caprichoso carajo…

Y Lex solo atino a tragar saliva sentándose de nuevo en la mesa mientras su padre como el resto de invitados que concluyo el almuerzo… en realidad todos los adultos deseosos de una sobremesa tranquila debajo de la chapapa se retiro a los sillones del jardín a servirse un café cargado como tenía costumbre en casa, mientras los chicos esperaban el postre y Lex pensó por un momento que se libro de todo y aprovecharía de poner el puré de brócoli en los platos que aun estaban en la mesa solo que no conto con que su madre cargara una cuchara limpia con el puré y lo hiciera comer a regañadientes.

  • Ya abre la boca Alexander, no me hagas renegar que yo no seré tan considerada como tu padre en ahorrarte una paliza en público, o te olvidas que te tengo ganas – amenazo su madre con la cuchara en alto a la altura de su boca con aquel horrible y monstruoso bocado verde que sabia a sapos reventados, y Lex, pues no pudo con su naturaleza rebelde y tenía que decir lo que tenia atorado en su lengua sino se moría de la rabia
  • Todo esto es tu cuuulpa
  • ¿Mi culpa? – pregunto mamá alucinada de la acusación de su hijo
  • Siii, tenías que meterte con eso de te han engrampado tu cabeza Alexander – tuvo la osadía de imitar a su madre cambiando de voz y agregando como guinda del pastel – eres una metiche – y la metiche de la mamá le jalo la patilla con fuerza y se abstuvo de soltarle un palmetazo en el trasero a su adorado querubín porque ya Florencia venia acompañada de Pankarita con los postres en una fuete y el café en otra – AUUUU MAAA

Y se paró de golpe con intensión de huir pero reculo en sus pasos al ver a su padre pararse frunciendo el ceño con ganas de sacudirlo aun en presencia de los dueños de casa atajándose en el último momento tragando bilis, si eso se notaba a leguas, pero sin dejar de mirar a Lex con enojo acercándose a su lado y haciéndolo sentar de nuevo en la mesa pero esta vez a su lado mordiendo entre dientes: espera que lleguemos a casa, espera no más y Pankarita resignada a la negativa del permiso de su amado, más que solidaria con claros signos de abstinencia amorosa decidió quedarse en casa para contemplar aunque sea de soslayo al objeto de sus amores, pues temía acercarse a Lex porque ahí estaba Rubén cuya sola presencia no solo la intimidaba, sino le producía miedo sobre todo ahora que le encajaba la cuchara a Lex en la boca.

  • Si no quiere comer Rubén no importa, a los chicos no les agrada el brócoli – dijo Florencia a manera de comentario – y yo lo cocino solo cuando tengo visitas porque es la única forma de que mi hijo menor lo coma en la mesa en silencio y sin quejarse por vergüenzadijo, una estrategia macabra, pero Lex invitado o no, anfitrión o no, odiaba al famoso brocolito
  • No te preocupes Florencia gracias, Alexander terminara su verduras, si le gusta mucho el brócoli… verdad hijo?

Y a Lex no le quedo otra que hacer pasar aquel horrible bocado mirando la cantidad que aun tenía en el plato, un castigo realmente, para eso Loreta, Illien y Ninoska habían concluido su almuerzo incluido el postre y tras un gracia, buen provecho y podemos irnos ya? volaron de aquel lugar, tras prometer no meterse en líos y estar bajo la sombra, cosa que si se podía porque todas las calles estaban cubiertas de árboles que ofrecían generoso frescor mientras Pankarita se fue al desván acompañada de Iván para escoger una bici en la que montarse y saco una bici de cross ya que las montañeras eran más grandes y el riesgo de perder el equilibrio era mayor si manejas con solo una manos en cambio con la otra Iván podía frenar poniendo ambos pies al suelo, y así todos vieron perderse al cuarteto aquel entre risas y griteríos de alegría, mientras que Pankarita pensaba cómo hacer para que Lex este con ella rogando por un milagro y de pronto ahí estaba el rogado milagro… los pajaritos acababan de caer de la chapapa y ella los vio en el suelo frágiles, indefensos y a punto de ser devorados por Garra su gata y fueron esos pajarillos quienes en realidad salvaron a Lex de las manos de su padre, aquellos pajaritos le dieron a Pankarita la idea de alejar a Lex de su carcelero y pego carrera apurada donde estaba Lex llevando el par de pichoncitos en la mano proclamando a grito pelado

  • LEEEEX… LEX… MIRÁAA… APURÁ VENÍ RÁPIDINGO AQUÍ – y movía una mano llamándolo agregando –  NUESTROS TOJITOS HAN NACIDO, SOMOS PAPAS DE GEMELITOS – y fue Rubén que se pego la atorada con aquel anuncio para risa de Arturo, Fedor y Clara
  • A VEEEER… – Alexander se paro como un rayo de la silla donde lo trono su padre aprovechando que éste tocia, cualquier escusa era buena para liberarse del brócoli pero sobre todo de su carcelero aun cuando el anuncio de una paternidad tan prematura y en el puro estilo espíritu santo no era de su comprensión, sobre todo cuando los vástagos nacidos no tomaban leche sino comían gusanos, corrió hacia ella porque escusa era escusa, y si Pankarita decía que debía conocer a sus hijos él como buen padre debía emprender el vuelo y asumir su responsabilidad, la responsabilidad de abrazar y disfrutar la dicha de ser libre y estar locamente enamorado – A VER MOSTRAME… DÓNDE ESTÁN

Y cogió la mano de la supuesta madre de sus emplumados hijos y corrió patio adentro sin saber si era él o era ella quien guiaba los pasos hacia las plantaciones de caña riendo a carcajada de haber burlado tan fácilmente a papá, mientras sostenía en una mano a uno de los pichones y con la otra a Pankarita hasta que llegaron al borde de la acequia y se tiro por fin al pasto junto a ella inhalando y exhalando ruidosamente de tanto correr y reír, mirando hacia atrás por si acaso su padre venga, como si Rubén fuera a sacar el bofe tras ellos, sobre todo recién terminado de almorzar y cuando se dio cuenta de que eso no sucedería, cansado de aquella maratónica carrera por su libertad se tumbo largo rato mirando el cielo teniendo al pequeño pichón sobre su pecho y cuando la paz lo envolvió por fin se incorporo lo suficiente para contemplar a su chica con la cara roja del calor, el pelo alborotado lleno de hojas y desparramado en el césped y se acerco a su rostro sonriendo con la única intensión de robarle un beso cargado de dicha, y rozo sus labios magullados con dos hilos marrones con dulzura…era un piquito nada más, no era un beso de tinte sexual, era un beso casto que recreaba el revoloteo de libélulas en los estanques, titilando sus alas tornasoladas y un vuelo de golondrinas en bandadas anunciando de la primavera sus galas… Alexander estaba enamorado y tres días sin verla fueron una tortura y sabiendo que a puertas tenía un pendiente con su padre, no era justo que no pueda disfrutar del amor que se sentían y tenían más cuando ese era el día en que supuestamente su padre le iba a devolver su móvil y le permitiría seguir viendo a Pankarita, pero papá tenía otros planes pues antes de salir con destino a la casa de Fedor Rubén fue más que claro en su anuncio

  • Ni creas que te has librado Alexander que cuando regresemos de la casa de Fedor tu y yo vamos a tener una larga conversación – papá le ayudo a terminar de lavarse el pelo con el cuidado necesario de no mojar la venda – así que ya te voy avisando que si no quieres recibir más de lo que te has ganado esta mañana, te portas bien y no te me mueves de mi lado – listo Alexander acababa de recibir un memo de sanción en la cual aun cuando no estaba escrito ni su padre lo dijo en voz alta que se gano una paliza, aquellas palabras eran más que claras para un buen entendedor, y Alexander lo era sobre todo cuando era su poto el que estaba en la línea de fuego
  • Pero eso no es justo, yo no hice nada, si fue Iván – reclamo mientras sentía las manos de su padre secarle el pelo con algo de brusquedad jaloneando mechones – AUUU me haces doler
  • Pues no te muevas tanto, y eso de que no hiciste nada me suena a disco rayado, que conozco a mi ganado Lex
  • Ajjj – hizo una mueca de enfado en la boca, cruzándose de brazos dejando que sea su padre quien le seque la espalda mientras el reclamaba – Seguro Iván se invento algo – apuro a decir aquello sintiéndose amenazado – además te olvidas de una cosa changuito – le dijo a su padre en ese rollo de confianza que le tenía – que aquí el atacado soy YO, fue a mí a quien rompió la frente, o no ves la venda que me pusieron como rozón en mi cabeza? – y se inclino para que su padre mire el desastre – y eso sin contar con estos hilos que tengo en la boca – y jalo el labio para mostrarle los horribles hilos que le pusieron y cerró los ojos al recordar los pinchazos en la mucosa y el sabor a sangre que siguió a todo… un asco que casi lo hace vomitar
  • Si los veo Alexander – contesto su padre apurando en ponerle la polera con el cuidado necesario de que no jale el famoso rozónpero tu hermano no está loco para atacarte de la nada, algo tuviste que hacer – aseguro
  • Jaaa, ¿que no está loco? Si parecía Freddy Kruger
  • ¿Quien? – Rubén frunció el ceño
  • El Freddy pues… el de la película de terror con uñas largas que vimos la otra noche
  • Ajjj – murmuro su padre suspirando, el asuntito pendiente pintaba duro de roer – Mejor vas acelerando el paso Lex – lo fue empujando suavemente a la salida, sino no saldrían nunca, conociéndolo como lo conocía – vamos atrasados ya, pero espero que hayas tomado en cuenta lo que te dije hace rato
  • ¿Qué cosa? Si no me has dicho nada – cuando no, a Lex le da amnesia de conveniencia
  • Que no te mueves de mi lado, estas en penitencia Alexander – papá lo cogió de los hombros y lo miro fijamente
  • JOOOOO, pero hoy me tienes que devolver mi móvil – le recordó – o no recuerdas que dijiste el: VIERNES TE DEVUELVO EL MOVIL YYYY PUEDES VER A PANKARITA – lo imito poniendo una voz gruesa asegurándose en el YYYY puedes ver a tu chica
  • Y la veras – aseguro Rubén poniéndole una mano sobre el hombro encaminándolo a la movilidad donde ya estaba Clara mimando a Iván en la parte de atrás tras enterarse como fueron las cosas y preguntando si papá se disculpo; como de costumbre cuando ambos tenían un lio los separaban y se aseguraban que Lex vaya adelante al lado de papá y no precisamente como premio sino para recibir un jalón de orejas si se salía de tono, así evitaban peleas post boche, se notaba lo bien que los conocían – pero de ahí a que vayas con ella a alguna parte que no sea a mi lado mejor te vas a olvidando desde ahora – y Lex abrió los ojos como platos, quien carajos quería tener como violinista al suegro o al padre? Nadie, aquello era el anuncio de una tarde re, pero re, re recontra aburrida – y el móvil sigue decomisado en calidad de garantía hasta que aclaremos el asuntito ese que tenemos pendiente
  • Que maaaaldaaad  eres, me lo prometiste
  • Y tú me prometiste no fastidiar a tu hermano y mira cómo vamos…
  • Grrrrr

Y gruñendo como él se quedo Rubén tras ver volar a su presa patio adentro, moviendo la cabeza en resignación, Lex era como el amor, como el viento, como el agua y la arena, puedes sentirlo, disfrutarlo, tenerlo entre las manos…amarlo como al más pero nunca atajarlo porque se escurría entre los dedos, era un espíritu libre, el volaba y tras mirar cómo se esfumo de su lado Rubén tragándose las ganas de ir tras él y ponerlo de nuevo a su lado, se resigno a tener que sentarse al lado de Clara sonriendo de dientes para afuera tras lo que le dijo ella a voz en cuello más que a manera de broma, a manera de atención. 

  • Anda Rubén quita esa cara de enojo, que todos van a pensar que no te gusta Pankarita como yerna – sonrió su mujer con esa sonrisa que dice: modérate
  • Además ta´yendo a conocer a sus hirpitas, ya más luego seguringo te presentaran a tus nietitos – bromeo Arturo – deberías estar sacando pecho, su chango te salió gavilán y no bala torcida – y la carcajada de todos fue digna de oír como digna de ver fue la cara de Rubén que al final se relajo lo suficiente para disfrutar de la tarde en medio de aquel cálido y ameno ambiente, riendo, charlando conociéndose, pero aun así mirando de soslayo no solo el reloj sino el sendero de grava cuyos pies su hijo recorrió para perderse de su vista, pensando en qué diablos estaría haciendo en la espesura de los cañaverales y porque tardaba tanto
  • No se aflija Rubén – dijo Fedor al fijarse en el semblante de su interlocutor – no hay cascabeles en los cañaverales, porque no son tan extensos, es sola esa parcela para el consumo de la casa y los amigos y no hay maleza alrededor donde las alimañas puedan esconderse – apuro un gran sorbo de cerveza helada, la primera de la tarde pasándole una – o es que su preocupación va por otros rumbos – aseguro – no vaya a pensar que mi Pankarita va a volarle la inocencia de su hijo, faltaba más, debería ser yo quien esté preocupado, que mi hija apenas cumplió 14 el mes pasado y su truhan parece todo un don Juan o es que le parece fea mi niña para su hijo
  • Noooo, que dice, no es eso – apuro en contestar Rubén sintiéndose acorralado – es que el diablo nunca duerme – resumió en aquella frase la verdadera razón de su preocupación
  • No se preocupe ya le dije, no va a pasar nada, que ya le voy diciendo, he criado a toda una señorita y supongo que usted crió un caballero o me equivoco – y un silencio sepulcral enrareció el ambiente y fue Florencia quien disipo todo
  • Que dices Fedor, claro que crió a un caballero, no viste los modales de los peladingos? – si seguro ¡que modales! pensó Rubén en el bochorno del plato sin terminar y la cara de asco que pusieron los dos uno con disimulo y el otro con toda la franqueza que se pueda en el semblante – ... no le haga caso Rubén, este viejo chocho nada más esta bromeando – y como si un botón se activara Fedor reventó a carcajada limpia
  • Bueno es que a todo caballero se le puede perder el sable y mi caballero ya me llego con paquete a doble partida – murmuro Rubén recordando a Logan
  • No se enoje Rubén, a mi gusta bromear y sé que mis hijas saben cuidarse y Pankarita es como mi Yanina centradita…
  • ¿Como dijo? Usted tiene ya nietos?, tiene otro hijo – pregunto Florencia curiosa y horrorizada de pensar que uno de los gemelos sea padre ya, peor si aquel bribón era Lex
  • No, no piense que los gemelos, nooo mi marido se refiere a nuestro verdadero hijo, Logan, él padre de mis chichilos… que nos hizo abuelos a la edad de 15 años, Iván y Lex son nuestros nietos, pero ahora los hemos reconocido como hijos porque nuestro Logan falleció hace ya 6 meses atrás en Londres, y nosotros pues fuimos a recoger a los chicos después de 12 años de no verlos
  • OHHH que pena

Y la charla transcurrió en los recuerdos de cada quien, mientras en la acequia seguía Lex embelesado mirando no a Pankarita sino a los pichones a quien les daban de comer gusanitos fragmentados, la tarde que creyó aburrida Lex discurrió más bien en estar entretenido haciendo huecos en el piso mojado buscando lombrices para su pequeños niños emplumados.

  • Porque no quiere tu papá que estemos juntos? Lex? – pregunto Pankarita
  • ¿Por que dices eso? – respondió distraído Lex metiendo en la boca del pichón gotitas de agua con su dedo impresionado de lo pequeños que era los dos animalitos aquellos
  • Porque no te ha dejado moverte de su lado en toda la tarde – una exageración considerando que solo fue en el almuerzo
  • Haaa eso, es que… esta mañana peleamos con mi hermano, en realidad fue él quien salto sobre mí y me hizo este tajo en la cabeza y de un puñete me partió la boca – contesto rascándose la nariz mostrándole los desastres
  • Yo creí que te habías caído del árbol como el otro día
  • Noooo, que va, fue mi hermano – se apuro en contestar como diciendo, dudas de mis habilidades escaladoras?
  • Pero por qué te golpeo tan feo, yo creí que Iván era pacifista, mmm tendré que decirle a Nino que no se meta con él –  ella se sentó mirando seriamente a Lex
  • AHHH nooo, tu no harás eso, mi hermano es pacífico, fui yo quien se lo busco – lo defendió Lex pese a todo
  • Entonces ¿de que te golpeo?
  • Es que le hice despertar
  • Solo por eso? – lo miro incrédula
  • No, no es por eso solamente, es que, es que es largo de contar, así que te daré la versión resumida de los hechos – aseguro calcando un beso tierno en la cabeza de su ñata – yo tenía un plan de acción – y luego la miro fijamente y antes de continuar decidió preguntar para estar seguro de poder confiar en ella – oye tu estas de lado de Yhanku o de lado mío
  • Tuyo por su puesto – contesto ella besándole la boca mirando sus ojos soñadores y acariciando sus mejillas con el dorso de su mano como si Lex fuera a romperse de tanto tocarlo
  • ¿Entonces puedo confiar en ti?
  • ¡Leeex! – frunció la boca enfadada de que dude de ella, ella pondría las manos al fuego por él
  • Ya, ya, te cuento, es que ayer el abuelo Arturo castigo a Illien – y callo como si con eso ya estuviera todo explicado
  • Y que hay con eso – levanto los hombros indiferente, ella ya sabía que Arturo era de calentar culetes, ya lo había visto en acción cuando ella tenía 5 años y le dio una buena a Lorenzo en el patio de su casa, solo que no recordaba porque
  • No lo entiendes, le pego por culpa del chismoso de Yhanku – y Pankarita abrió los ojos enormes sorprendida de aquello – y yo quiero vengar su honor – si todo un samurái
  • Y ¿cómo quieres vengarte? – la innata curiosidad de la niña despertó en su corazón
  • A pues – dijo mirando el suelo un poco avergonzado de que ella piense que su plan era de niñatos jugando con un palito dibujando corazones en la arena – quería ponerle laxante en el desayuno pero como el torpe de mi hermano se enojo conmigo ya no pude hacerlo – soltó y a ella un click le sonó en la cabeza sin poder creer lo que Lex le dijo, acababa de darle una gran idea – y no creo que lo haga – suspiro resignado de no poder llevar a cabo su plan de acción y que Yhanku quede impune
  • AHHH!!! Pero… – ella dudo un momento pero al final decidió continuar – yo si puedo hacerlo – y la linda Pankarita clavo sus enormes ojos en los de su amado con una chispa de complicidad fabulosa, definitivamente ambos estaban hechos el uno para el otro, eran la pareja perfecta – ahora mismo si quieres, en el té – agrego sonriendo malévolamente sabiendo que nadie se iba de casa de Fedor sin tomar té, menos Yhnaku y no era que fueran ingleses, sino que como todas las casas de pueblo gustaban de las masitas recién horneadas y el café cargado o el chocolate con arepas
  • Tu? – Lex sostuvo la mirada sorprendido
  • Claro, yo también tengo ganas de vengarme de él, pues por su culpa mis hermanas se han enojado, Annika y Yanina no se hablan, ¿no te diste cuenta? – le pregunto acariciando a los pichoncitos – además Yhanku hizo llorar mucho a Yani porque no quería reconciliarse con ella hecho el orgulloso, así qué, que mejor venganza que arruinarle la noche – sonrió pensando en la cita que tenía su hermana sin darse cuenta que poner laxante en el té a Yhanku equivaldría a plantar a su hermana y fastidiar su reciente reconciliación
  • Recuérdame no hacerte renegar – contesto Lex regalándole un piquito feliz de tener una cómplice con la misma mente sagaz y que comparta su punto de vista sobre la injusticia y los vengadores
  • Tu nunca mi amor – contesto ella y el destino de Yhanku quedo sellado con aquel beso

La tarde paso entre bambalinas para todos, contra todo pronóstico todos se relajaron, incluso Rubén, pero había llegado la hora de regresar a casa y conversar con Alexander, pero antes debían tomar el té de la tarde y como por arte de magia Pankarita y él regresaron caminando felices tomados de la mano cargando a los pichones y Lex aun cuando su padre llevaba el cartel de: Estoy más que enfadado contigo, se acerco a él confiado y feliz, era el amor que hacia olvidar los viejos rencores, los temores o lo que diablos lo amenazaba y sonriendo de oreja a oreja estiro la mano para mostrarle a los bisnietos.

  • ¿Verdad que son lindos? – le dijo mostrando el par de horribles pichones con la cabeza calva y el rojo cuerpo arrugado cubierto de un finísimo plumón que transparentaba todo, con un par de bocas enormes cuyas comisuras eran amarillas y chillaban como el mejor abriendo la bocota y sacudiendo las alitas peladas, y Lex los acaricio con un dedo – ¿puedo quedarme con este? – le mostro al más grande de los dos, bueno si a eso se puede llamar grande, apenas era un poco más de medio centímetro con relación a su par, pues eran diminutos a lo mucho medirían 4 cm y a Rubén el enfado por la huida se disipo del rostro ante la ternura que Lex desplegaba a esos bichitos
  • ¿Tu lo vas a atender? – le pregunto mirando curioso al huérfano pajarillo – porque yo no estoy para levantarme a las 4 a darle teta – anuncio seriamente escondiendo una sonrisa
  • Si yo le voy a atender, él se queda conmigo y ella se queda con Pankarita – dijo mostrando al pichón más pequeño seguro – porque es niña – dijo con mucha seriedad convencido del sexo del pajarito y Pankarita lo miro moviendo la cabeza
  • Ajj, que machista – no pudo abstenerse de contestar aquello haciendo real el pensamiento de Clara ante el anuncio de su hijo,  agregando además sin dejar de besar al pichoncito – No Lex, te los tienes que llevar a los dos, porque Garra se los va a desayunar, tu sabes que mi gatita come pajaritos – le dijo Pankarita acariciando una vez más a los bichitos poniendo el que tenía en las manos de Lex para luego alzar a su gata en brazos
  • Pero yo no puedo con los dos – aseguro Lex como que gran trabajo fuera a darle un pichón
  • ¿Puedo quedármelo el otro entonces?, te prometo que lo cuidare bien – anuncio Iván tímidamente pero  antojado de tener al polluelo en la mano, es que se lo veía adorable y ambos contestaron
  • Si claro es tuyo – así cada gemelo tenía un pichón para eso Illien había trepado a la chapapa y encontró el nido original y se los entrego a ambos para que pongan ahí a los bichitos
  • Anda pónganlos ahí, ya es hora de que duerman – dijo pero ninguno quería ponerlos en un nido lleno de hojas secas y fue cuando Loreta trajo algodón y revistió una tutuma cortada en dos y así cada pichoncito tenía un nido aparte
  • Aquí está cada cual tiene un nido, pero sinceramente  creo que mejor estarían juntos, les hará frio – aseguro y convenció con ello a que los gemelos pongan a los pichones en una sola tutuma
  • Siéntense el té está listo – anuncio Florencia y Pankarita llamo a un lado a Lex con pretexto de poner a los pichones en una cajita
  • Yo iré por la chicha y las masitas, vamos Lex, ahí te doy la caja para los bebés – agrego y jalo a Lex a la cocina para llevar a cabo los planes, estirando una mano – ya ahora dámelo – le dijo Pankarita
  • ¿Darte que cosa? – le pregunto sin entender
  • ¿Cómo que qué cosa?... el laxante pues – le dijo sin dejar de poner vasos en la charola con una jarra enorme de refresco
  • Pero es que no lo traje conmigo – confeso
  • ¿Y cómo quieres vengarte si no llevas tus armas a todas partes? – y lo miro con enfado – ¿es que nunca viste una policiaca?, el vengador lleva sus utensilios a donde sea, porque nunca se sabe cuándo es el momento adecuado – su chica era macabra
  • Pero es que me dio miedo hacerlo solo
  • Vaya vengador resultaste… y ahora que haremos – jo pensó Lex, peligrosa la  chica, él había pensado dos días en el plan y ella lo reñía de no haber traído las cosas, acaso era adivino
  • ¿Y de donde voy a saber que tú me ayudarías?
  • Tu siempre puedes contar conmigo – anuncio ella como una solemne promesa – ahora mmm, voy a subir al baño de mi abuelo, el tiene laxantes, tu aquí, tranquilo si alguien pregunta solo di que me fui al baño

Alexander la vio marcharse toda campante por las escaleras, Pankarita iba hacer realidad su venganza y de pronto el miedo se apodero de él, ¿y si alguien se daba cuenta?, ¿y si a Yhanku le viene ya no más la diarrea?, porque una cosa era que le dé en la casa y otra en la de su novia, jooo, que hacer ahora, se había concentrado tanto en la fantasiosa venganza quizás como muchas de sus locas ideas que nunca llegaban a nada más allá del sueño… sin un plan concreto y con el chasco de la mañana como que se arrepintió, y resulta que ahora estaba ahí a un paso de que todo se haga realidad, y recién pensó en esa frase que solía decirle Logan, ¿que es lo peor que puede pasar con una fantasía?... que se haga realidad y no sea como la que te imaginaste.
Y sí, eso no era como se lo había imaginado, porque el imagino simplemente a Illien vengado, nunca pensó en cómo se harían las cosas en realidad por eso era su apuro de que Iván se despierte, él solía tener brillantes idea pensadas en todos los ángulos posibles para evitar complicaciones, pero no llegaron a nada y claro si no pensó en el cómo, menos pensó en las consecuencias y a medida que pensaba en ellas porque tarde o temprano siempre se descubrían sus patrañas, el acabaría mal parado y con el poto rojo lo más seguro y las rodillas empezaron a temblarle y se puso pálido como papel con la lengua colada al paladar y la mirada perdida en el horizonte que no se dio cuenta que Pankarita ya había vuelto con dos comprimidos en la mano a los que empezó a moler en un pequeño tacú de adorno de su cocina y campante lo puso como si nada en la bebida de Yhanku, ella sabía que Yhanku gustaba mucho de la chicha de maní y le sirvió un buen vaso con azuquítar extra… dulcecito como le gustaba a su cuñadito y lo coloco en una bandeja con cuñapes calientes y zonzo, los bocados favoritos de Yhanku y le dijo a Lex.

  • Anda lleválo tu, te toca, es para Yhanku – y Lex abrió los ojos y la boca asustado
  • Nooo, estás loca se va a dar cuenta y papá me va a matar, si me la tiene jurada con lo de esta mañana – respondió poniendo las manos atrás ocultándolas y Pankarita decidida le mostro que ella era de armas tomar
  • AJJJ; bonito vengador resultaste, traé pá acá, mira y aprende – jooooo, Pankarita definitivamente tenía un tornillo zafado y el no se dio cuenta hasta ahora
  • Yhankuuuu – le puso su mejor sonrisa y se acerco con el vaso de chicha de maní con las masitas horneadas – te traje chichita y tus masitas favoritas
  • Pero yo ya iba a traérselas – dijo Yanina
  • Sí, pero yo se las traje, porque tu siempre te acuerdas al final ¿no ve? – le miro a Yhanku con esos ojos soñadores e inocentes que de dónde vas a desconfiar y le dio abrazo de oso y Lex la miro enojado – además me voy a casar con él – anuncio para alucinación de Lex, ¿que no estaba enamorada solamente de él?, pequeña traidora
  • ¿Que no te vas a casar con Alexander? – le pregunto Yanina queriendo tomar del vaso de Yhanku
  • Sí, pero cuando me divorcie de él o me quede viuda – respondió impávida – ahí me voy a casar contigo – le dijo a Yhanku sonriendo y le quito a Yanina el vaso astutamente, sin levantar sospechas de ninguna clase mientras Lex se orinaba encima del miedo que lo acudí secándose el imaginario sudor de su frente – ve a traerte tu refresco, este es solo para él – y dejo en paz a Yhanku solo cuando se termino toda la bebida y regreso con una sonrisa picara en la boca, Annika que conocía a su hermana se acerco a ella y la jalo del brazo
  • Que hiciste Pankarita
  • Tú estás loca, no hice nada, solo el di un refresco a Yhanku – declaro sonriendo a su hermana
  • Si, pero tú estabas enfadada con él – atajo su avance agarrándola del brazo desconfiada de tanta amabilidad
  • Lo estaba, tu lo has dicho – se giro para mirarla a los ojos disgustada, no le gustaba que Annika la cuestione porque siempre lograba que diga la verdad, pero esta vez ella no abriría la boca ni a palos, no quería meter en más problemas a Lex
  • No me engañas… ¿qué hiciste? – la volvió a agarrar apretando el brazo
  • Suéltame loca – no la soltó y  fue cuando grito desaforada – PAPÁAAAAA,  ANNIKA ME ESTÁ ACUSANDO… CREE QUE LE PUSE VENENO AL REFRESCO DE YHANKU – ya… lo que faltaba pensó Lex, gritar el delito a los cuatro vientos y Lex gimió por lo bajo sin darse cuenta que su padre lo estaba observado y agudizando el oído, eso le sonaba medio raro
  • ¿Y no lo hiciste? – pregunto su mamá que ya sabía que Pankarita estaba enojada con su yerno favorito
  • No, no hice nada pregúntale a Lex, si solo vacié la chicha en un vaso, y la misma chicha está tomando Lex, ni que vaya a matar a mi novio tan pronto

Y Lex dejo el vaso de chicha sobre la mesa sin apenas beber creyendo que Pankarita puso laxante también en su bebida y todo el mundo se puso a reír de la reacción de Lex, todos menos Iván que estaba seguro de que aquello era demasiada coincidencia y Rubén sospechando obviamente, algo se traía entre manos su hijo… solo que no sabía todavía que…


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