jueves, 5 de mayo de 2016

Mis Gemelos: Cap. 193; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 05 de Mayo del 2016
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Capítulo 193
El mundo es pañuelo
y a veces una mierda
Autora: Marambra

En alguna ocasión oyó a su padre decir que el mundo era tan pequeño como un pañuelo y él solía reírse de lo que creía era una exageración  de su abuelo, sin embargo estaba aquí en una de las esquinas del mundo viendo a la otra a escasos metros de distancias…. En fin

  • No… puedo… creerlo… – murmuro totalmente incrédulo pero sin poder ocultar del resto la acritud en la voz, tensando el cuerpo como una cuerda de arco a punto de estallar – estás viendo lo mismo que yo? Iván – Alexander acababa de desviar por una fracción de segundos los ojos del objeto de su atención, para nada más clavar sus dilatadas pupilas en las de su hermano estudiando las reacciones de su rostro y supo que aquello era lo último que ambos hubieran esperado encontrar en aquel lugar, definitivamente era una bromita de mal gusto por parte de Dios, del diablo y del destino
  • Si, lo estoy viendo – respondió con sequedad sin poder desviar la vista del frente como si no pudiera parpadear, en realidad en cuanto la imagen aquella choco contra sus ojos no pudo ni moverse, e internamente se preguntaba cómo era posible que ahora mismo tenga la capacidad de hablar, pero vamos, ahí estaba ahora junto a su hermano y ambos tenían la mirada clavada al mismo punto, observando sin darse cuenta que también era observados pero por motivos totalmente ajenos a los suyos, concentrados en el escenario y lo absurdo del momento como si de una ridícula comedia se tratara y se desarrollara frente a sus narices, quedándose luego envueltos en un silencio sepulcral sobreentendido para ellos; sus ojos lo decían todo, sus cuerpos lo decían todo, ambos estaban asimilando que lo que veían era real y no producto de su disparatada imaginación y mucho menos de una cervecita, que vamos ni siquiera pudieron disfrutar de un par de ellas pues acababan de llegar
  • ¿Y ahora? – Lex fue el primero en reaccionar y  elevo el arco de una de sus cejas como lo hacía su padre ante la expectativa de una respuesta que esperaba más que cualquier cosa, como si fuera algo vital y esto lo era, de esto dependía en gran parte el desarrollo de los acontecimientos futuros pero sobre todo de su intervención en ellos – nos vamos o nos quedamos – eso si fue lo más maduro que pudo decir Lex a su hermano, pues considerando lo que estaba sucediendo, el incluirse y no mandarse a mudar a la primera de cambio era muy loable de su parte, sobre todo porque se notaba que estaba tratando de ser empático con la situación y las emociones, sensaciones y demás descalabros que su par pueda estar experimentado ante aquella escena; así que casi contuvo la respiración en espera  de la respuesta
  • Ahora nada, la vida continua – contesto Iván resuelto y resolviendo el problema, empezando a buscar aquel móvil trucho que se comprara a escondidas de papá cuando enamoraba o mejor dicho se hacía dar de tortazos con Raquel y luego sirvió para sus citas clandestinas con Marcela y que mantuvo con la línea habilitada por si acaso y que ahora le caía como anillo al dedo, porque pese a las restricciones de su padre por el castigo podía llamar a Nino cuando le venga en gana como ahora mismo estaba por hacer
  • Pero ¿y …? – Lex estaba alucinado de la sagacidad de su par, a él jamás se le cruzo por la mente tener un móvil extra pero no pudo seguir con el hilo de sus pensamientos por el grito que dio su mini novia
  • AAAAYYYY!!!!! AMOOOOOR – Pankarita que venía con Nino interrumpió el momento porque se lanzó a gritar y llamar a Alexander a señas como Ninoska a Iván apenas los divisaron, llamando la atención de todos pero siendo interrumpida por alguien que se le colgó prácticamente del brazo de Nino y estaba decidida a avanzar hacia ellos con ellas
  • Mierda – murmuro por lo bajo Lex cuando se dio cuenta de que un montón de ojos se volcaron a verlos…. e Iván se rió de la situación, de la cara de su hermano, de lo cómico que resulto el momento pero definitivamente de nervios – de que te ríes opa, no es gracioso – su par se cruzó de brazos y lo miro enojado
  • Es que al parecer no solo soy yo el que tiene que lidiar con esto, ¿te has fijado quien está viniendo? – y como él, elevo una ceja y Lex miro de reojo disimulando buscar algo en el bolsillo y fingir querer llamar pero no pudo hacerlo y al final solo torció la boca enojado para gracia de Iván – ¿qué harás?, porque ya te dije, quiero ver a Nino y estar con ella por lo menos hoy, que ya sabes, se ira de viaje – aseguro – pero si tú lo prefieres podemos regresar a casa y olvidarnos del asunto, total… yo siempre puedo llamar a Nino y darle este número – le mostro el móvil – tu puedes hacer lo mismo, darle el mismo número a Pankarita y podemos llamarlas cuando no esté ni papá ni mamá cerca, tu sabes compartir armas de guerra – agrego pensado  exactamente en lo mismo que pensó hace un momento su hermano, las emociones que pudieran embargarlo, al parecer Lex al igual que él, no tenía resuelto del todo aquel asunto, ya que su aparente calma se derrumbó o por lo menos tambaleo cuando el objeto de sus miedos empezó a avanzar hacia ellos en claro signo de un reencuentro, pero, para Lex la propuesta de Iván, que no era otra que la suya en un inicio definitivamente no era viable, no ahora y menos delante de todo el mundo
  • Yo no huyo Iván – contesto muy dispuesto arreglándose la ropa, acababa de asimilar la situación, evaluar sus opciones, digerir el pasado, el presente y masticar el futuro y si su hermano podía… él también, no iba a  huir ni dar la satisfacción a nadie de aquello y que pensaran que tenía miedo… él no era un cobarde, él era un Hansen y su abuelo mal que bien les había enseñado durante todos estos meses que no había peor cosa que huir de los problemas, así que como decía Rubén a lo hecho… pecho – como tu dijiste hace un rato… la vida continúa y yo no soy cangrejo para caminar atrás… además – algo iba a agregar para darse ánimos más a sí mismo que a su hermano, pero no pudo ser…
  • Vaya… vaya, pero si son los gemelos Hansen, Alexander e Iván muack, muack – y apenas termino la frase, calco un tremendo beso en las mejillas de ambos, totalmente confiada en su propia confianza que bien sabía que ambos muchachos no harían nada, pero nada al respecto – ayyy! Perdonen chicas – exclamó tras girarse con un rubor que los chicos no supieron de donde vino, porque aquel rubor de vergüenza no era tal, que bien sabían ellos que ésta ficha de pudor no sabía nada – pero es que hace tanto que no los veo – agrego con dulzura, una dulzura en la voz que confundió sin duda a Pankarita y Ninoska que sonrieron a su interlocutora sin entender nada, pero no engaño en ningún momento a los muchachos que se pusieron alertas tensando los hombros y clavando la vista a la indeseable persona que era aquella
  • ¿Los conoces Marcela? – pregunto Pankarita que no hace ni dos días que se hicieron digamos amigas siendo la madrina de aquello Ninoska a la cual conocía desde el colegio, fueron compañeras de clase en la misma aula hasta hace dos años y luego las separaron por los turnos, Marcela iba en la tarde y Nino en la mañana
  • ¿Qué si nos conocemos?... fuimos “íntimos” amigos verdad ¿muchachos? – y sonrió con toda la malicia del mundo cuando ambas chicas fruncieron el ceño ante aquella declaración de intimidad y vaya que lo fueron pensó Marcela, que me conozco de memoria  de ambos el mapa general de sus cuerpos, le hubiera gusta pronunciar el voz alta… vamos, que sí, que podría jurar a que se sabía el número de lunares que tenían regados sobre la piel
  • ¿Ah, sí?... Y de cómo? – pregunto Nino ante el brillo de maldad en los ojos de Marcela, acercándose mucho más a Iván llevando la mano de éste sobre sus hombros de forma intencionada como marcando territorio…. total, Nino era mayor y más madura que Pankarita que no se dio cuenta del veneno destilado de la boca de aquella pérfida y los gemelos se dieron cuenta de la reacción de Nino e intercambiaron miradas ante la reacción de Ninoska, pensando que  en esta oportunidad el año de vida que la hacía más vieja con relación a Pankarita, era un año de experiencia y ventaja
  • ¿Cómo dices? – contesto Marcela y los chicos no supieron si fingía inocencia o de verdad no entendió la pregunta así que optaron por lo segundo
  • Pregunto, que ¿cómo de íntimos eran? – volvió a preguntar mirando de frente al trio: los gemelos y Marcela, intuyendo que ésta no soltó aquello por soltar sino que escondía tras de sí algo, pues, observó la incomodidad que experimentaron los tojos a quienes no pudo dejar de mirar con el enigma en los ojos; pero Marcela no tuvo tiempo de decir nada pese a la mueca de satisfacción que dibujó en sus labios al saber que su comentario no le gusto para nada a Ninoska ni a los chicos, pues, Lex se adelantó a contestar echando por la borda su plan
  • Porque fue mi corteja – y puso su mano sobre los hombros de Pankarita de forma posesiva pero en el fondo usándola como un escudo, como una protección, algo así como: no te me acerques que tengo dueña y ya no me interesas, ya no me gustas, ves?, estoy con alguien que me quiere y me respeta y no haré nada para dañarla sintiendo en el estómago un apretón que le daban ganas de vomitar de lo asquerosa que le resultaba ahora mismo esta situación, pero se obligó a seguir, se obligó a sí mismo a contestar –  y no pregunten ni jota, ni a mí ni a mi hermano – dijo mirando las cara de Nino y Pankarita – que de nuestras bocas no saldrá nada más porque las cosas de pareja son de pareja y las parejas del pasado son eso, del pasado y no se divulga nada, ni lo bueno, peor lo malo vivido con esa persona por respeto a los sentimientos de todos, pero sobre todo a la reputación de las damas, verdad Iván – dijo entre risa y risa, pero risa sardónica, a medida que hablaba el coraje le dio la valentía y la valentía del momento le dio la madurez que su padre tanto rezaba se obre en él sobre todo respecto al tema Marcela, lástima que Rubén no esté ahí para admirar el momento en que su Lex de pronto dejo de actuar como crio y se hizo hombre y no solo un hombre común y corriente sino sabio en sus palabras y eso era porque ambos se salieron sin permiso, sino pues, Rubén hubiera festejado con bombos y platillos el zanjado tema
  • Eso mismo iba a decir yo, jjjj – contesto su par sin poder aguantar reír, impresionado de la forma en que Lex manejo la situación desarmando por lo menos momentáneamente a Marcela y haciendo lo mismo que Alexander, abrazo a su chica y clavando los ojos en ella agrego con una sincera sonrisa en los labios dirigida en su momento a su peor ex – digamos pues, que ambos somos caballeros, y tu una dama ¿verdad Marcelita? – pregunto –  además a nosotros los hombres no nos gusta hablar de las antiguas novias, prendes, cortejas, chicas, ñatas, agarrones, apuestas mmm… peor es nada o como las llamen – ridiculizo prácticamente la relación sostenida por ambos al restarle la importancia que ella pretendía perpetuar – no somos cotillas como las chicas que quieren averiguar todo de las ex, como si fueran rivales – sonrió al darse cuenta que mató dos pájaros de un solo tiro: la curiosidad innata de sus actuales novias, y la cizaña de Marcela…y deshaciendo el contacto de Nino, se acercó a Marcela y la saludo como si nada hubiera pasado – ¿cómo estas bonita? Deja que te salude como es debido – le dijo todo zalamero y le dio un abrazo y un beso en la mejilla que a Lex le dejo loco, nunca imagino que Iván hiciera aquello, definitivamente o su hermano supero el trauma y la debilidad que suponía Marcela en otros tiempos o tenía los testículos como de un toro, así de grandotes – ha pasado tanto tiempo niñita, ¿cómo están tus papás?.... ¿Cuándo llegaste? – le pregunto cómo si preguntara del tiempo, con total naturalidad, con total soltura, abandono y seguridad en sí, como si lo suyo jamás hubiese sucedido, definitivamente Iván acabó de darse cuenta que nunca amo a Marcela y pudo cerrar con llave de oro aquel capítulo amargo de su vida y tirar aquella llave al fondo de un barranco… algo que su padre igual hubiera querido festejar
  • MARCEEEELA, aquí estas… por fin te pillo – la voz medio ronca de Robín tomo por sorpresa al quinteto rompiendo la tensión del momento y Marcela respiro hondo… salvada por la campana se dijo a sí misma, que aquello no resulto como ella quería, no imagino que Iván y Lex se aliaran para ignorarla y de la peor manera, hablándole como a cualquier compinche…grrr que rabia el chinchoso de Robín, pero ni modo, se giró y lo recibió con la mejor de sus sonrisas; vaya que la bicha no cambio para nada, pensaron los gemelos que decidieron retirarse convenientemente de aquel lugar, habían decidido irse a casa, Marcela podía ser peligrosa – vamos linda que ya nos están llamando – le sonrió y atrapo sus dedos entre los suyos besando su dorso, él estaba saliendo con ella o lo pretendía –  mi hermano nos está buscando, van a tocar el vals para empezar la fiesta – y luego volvió su atención a los gemelos y a las chicas – y ustedes? Vamos no se queden ahí parados – y calco un beso sobre las chicas mirando de nuevo a los gemelos – no sabía que estaban entre los invitados, bueno imagino que mi hermano o mi madre pudieron por fin dar con la dirección – frunció el ceño primero y luego le sonrió abiertamente a Alexander, mismo que no entendía nada, seguro y el muchachito se estaba confundiendo
  • En realidad nosotros nos retiramos – anunció Lex – solo vinimos a saludar a Nino y Pankarita, nosotros no estamos invitados – declaró para sorpresa incluso de sus chicas
  • No, no se vayan que torpe que soy – se recrimino a si mismo Robín robándoles la palabra a las chicas – que locura, como se me ocurre decir semejante cosa, deben pensar que ni siquiera se me sus nombres – y agrego – Iván y Alexander Hansen… ¿no?, ¿de Inglaterra verdad? – inquirió extendiendo la mano a manera de saludo formal con un buen apretón – hace tanto que no nos vemos, desde que… – y los gemelos lo miraron sin entender, dejándose arrastrar por el muchacho que los apuraba, un chico risueño, de unos 18 años que parecía conocerlos muy bien, pero ellos no engranaban de que, no conocían a Robín, pero no pudieron enterarse de que los conocía porque alguien interrumpió la tertulia
  • ¿Robín? –  y un estremecimiento le recorrió la piel de ambos gemelos, sobre todo a Iván que no quiso ni girarse para no hacer frente a la situación y apretó la mano de Ninoska con afán lastimándola
  • Auuuu, IVÁAAAN – recrimino la muchacha e Iván la soltó de golpe y busco a Lex con la mirada, un Lex que abrió los ojos desorbitadamente también por la impresión vivida, pero al parecer no eran solo ellos, sino alguien más que se sorprendió de la crudezas del destino y que se giró rápidamente al oír nombrar a Iván apurando el encuentro
  • Bueeeno pero – dijo toda alarmista abriendo los brazos como si estuviera feliz de verlos – ¿a quienes tenemos por aquí?, señor mío  – agrego tras recuperarse de la primera impresión para luego decir con total sorna como Marcela  sintiéndose dueña del mundo, total, no es que fuera más madura sino más matrera que todos ellos juntos – Los gemelos Hansen Terrazas – y esbozo la misma mueca venenosa en la boca simulando una sonrisa que no le llegaba ni a sus ojos – pero que pequeño es el mundo…. Un pañuelo en realidad – no pudo evitar decir aquello, olvidándose donde estaba y quienes estaban ahí, clavando la vista a Iván deleitándose del nerviosismo que experimento el muchacho, acercándose peligrosamente a él y antes de que pueda poner sus sucias manos sobre él fue interrumpida por el mismo destino que parecía jugar a sus anchas con todos ellos
  • Raquel querida, que ya van a tocar el vals, Rodrigo te espera para entrar a la pista – dijo Samuel, su marido colocando la enorme mano sobre el hombro desnudo de su consorte, brillando el aro de casado queriendo alejarla de aquel grupito sin siquiera fijarse en las caras de los chicos, él no iba a perder el tiempo con mocosos quinceañeros cuando estaba harto de ellos, harto de ver críos hormonales ir de un lado a otro sigilosamente entre los adultos, asaltando a escondidas las neveras para hacerse con algunas cervezas que no eran para ellos, harto de todo aquel tumulto de personas a las que ni conocía en su totalidad, pensando en que con todo esto lo único que gano fue una descomunal deuda con aquella ridícula fiesta capricho de su mujer; pero al mal tiempo buena cara, total era el anfitrión de la fiesta justamente de quince años de su hijo menor… Rodrigo, el amigo de Alexander y fue cuando los gemelos decidieron que sí, era mejor marcharse
  • Nosotros nos vamos – murmuro Lex a las chicas cuando estas empezaban a  jalarlos
  • ¿Irse? A donde – declaro Rodrigo que apareció en escena – ¿no pensaran hacerme este desaire en mi fiesta cuando estuve mar y tierra buscándolos para invitarlos? – dijo sorprendido y sinceramente feliz de verlos, Rodrigo había sido en su momento muy amigo de Lex mientras duro el curso de natación del cual no se despidieron por los líos entre su madre e Iván, algo que el muchacho ignoraba – mami, diles que se queden – suplico de verdad – no pueden irse… no ahora que Iván resulto ser cortejito de mi prima Nino –  y Raquel sonrió de oreja a oreja elevando una ceja sin dejar de mirar a los chicos ignorando a su marido

Y sin saber cómo, los gemelos se vieron arrastrados a un mar de confusiones sin poder hacer frente a la corriente… es que ahora mismo no eran dueños de sus actos y no porque no quieran sino porque aquella noticia acababa de tomarlos por sorpresa definitivamente el mundo era un pañuelo como dijo Raquel
……Y en ocasiones una mierda, como pensaba ahora mismo Iván…


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