Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 05 de Mayo del 2016
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Capítulo
204
Tambores
de guerra
Autora: Marambra
- Lo siento papá… lo siento tanto – por fin la voz de Alexander rompía el silencio tras ese minuto de mutismo total y abrazo a su padre desde atrás, quería que lo perdonara por su mal comportamiento, no solo en la cena, sino después de un horrendo día lleno de frustración por parte suya y del enojo de Iván para con Logan; de alguna manera las palabras de Iván hicieron eco dentro suyo rasgando un poco su corazón adolescente – este fue el peor día de mi vida
Murmuro una gran verdad, apoyando su cara triste en la espalda
de su padre que hasta ese momento prefirió permanecer callado y sin moverse
después de que decidiera dejar a Lex en su alcoba sin discutir, no quería saber
nada más del asunto, porque desde que llegara a casa le llovieron las quejas
respecto al comportamiento de los chicos; sinceramente creyó que era Iván
porque desde que entrara a casa lo noto desaprensivo, con el rostro serio y la
comisura de los labios desplegadas hacia abajo en una mueca que oscilaba entre
la disconformidad, la ira y la tristeza; más aún porque en el ambiente flotaba
una palpable tensión entre Clara e Iván del que nada quiso decir y adivinaba
que estaban en pie de guerra; pero se llevo una gran sorpresa, todas las quejas
que su mujer le diera al finalizar la cena tenía como único protagonista a
Alexander y eso lo descoloco… sobre todo porque era más que obvio que Iván no
le dirigía la palabra a su madre, y aunque eso no le gustaba no podía hacer
mucho si ella no se quejaba y porque Iván disimulaba muy bien y esquivaba como
el mejor las indirectas y Clara no decía ni pio al respecto y seguía tratándolo
como siempre, acariciando su rostro o su pelo al pasar; así que se limito a
pensar que su madre hizo algo injusto y que estaba tratando de disculparse de
su hijo, como aquella vez que le diera una paliza por una estúpida revista
porno que resulto ser de Alexander.
Así que esta declaración hecha por Lex, hizo que Rubén
también suspire y por fin ceda al abrazo de su hijo sin decir nada, simplemente
se pusieron frente a frente mirándose a los ojos y se abrazaron con verdadera
necesidad, la necesidad de sentirse amados y aceptados como lo que eran, tercos
como las mulas… y Rubén adulto como era, mucho más sabio dentro de su
experiencia y sus años con respecto a su hijo, simplemente suavizo el semblante
y apretó contra su cuerpo al muchacho que tenía en frente, su hijo… su nieto…
su todo y empezó a mecerlo de parado con ese movimiento te pivote que suelen
tener los padres cuando arrullan a un hijo al que quieren dormir, relajando con
ese acto, la tensión que llevaba a cuestas Lex desde que despertara en la
mañana y se sumara pleitos más grandes que su capacidad de resolución y
comprensión.
- Porque eres tan terco ¿mmm? – inquirió su padre sin dejar de balancearse sobre su propio eje moviéndose hacia adelante y hacia atrás, llevando a Lex como si fuera un péndulo, rítmicamente sin separarlo de su cuerpo, adormeciendo sus sentidos y su corazón – ¿por qué tienes que ser tan difícil y hacer difícil las cosas para los demás? – volvió a preguntar
Rubén estaba hablando sin interrumpir el suave
balanceo, sin dejar de reflexionar, de abrazar y de acariciar la espalda del
muchacho y besar su mejilla que ahora estaba tan cerca del rostro paterno, y
Lex escondió la cara en el pecho de su padre sintiendo el agradable olor de su
piel cálida y masculina, mezcla de sudor suave, jaboncillo de madera, café y
colonia, y no quiso responder, se sentía realmente avergonzado, pero no solo
eso, sino desamparado, ¿qué pasaría si Logan se empecinaba en cumplir lo
amenazado y se los llevaba de vuelta a Londres?, el no quería eso, no quería
volver a Inglaterra, no quería volver a vivir en un piso encerrado en un
edificio; el amaba la libertad, el campo, el sol que lo tostaba y amarillaba
las puntas de su pelo oscureciendo las pequeñas pecas de su nariz, amaba el
agua amarillenta del rio que lamia sus pies al partir, amaba la casa del
abuelo, grande, blanca, de vez en cuando olor a flores y a tierra quemada, a
bosta de res, a sorpresa de horno o comida calentada…… amaba a su abuelo y a su
abuela, hoy papá y mamá; amaba el amor que le tenían aun cuando ese amor
ocasionalmente dolía el trasero antes de dormir.
Y se apretó a su padre sin saber que decir o sabiendo
pero sin poder hablar… la tarde no había sido solo de vanos enojos por un tonto
examen de ingreso, sino truculento, tormentoso sobre todo para Iván que parecía
a diferencia suya estar enfadado no solo con Logan y su madre, sino también con
él, y aun cuando Alexander recibiera un montón de reproches por parte de su
hermano… algunos con razón y la mayoría de ellos producto de la imaginación de
Iván; él no estaba enojado con su par,
porque Lex era así, no podía estar
enojado con nadie más de 24 horas, oh!, … bueno, si… estuvo enojado con Iván
cerca de dos semanas tras la pedrada que le diera a Rubén y no le gusto para
nada el chistecito.
- ¿No me vas a responder? – inquirió su padre depositando un beso sobre sus párpados, ¿hacia cuanto que no le daba uno?... Se pregunto Alexander y tuvo no más la necesidad de preguntar el que
- No entendí lo que me dijiste papá – respondió con sinceridad, se había quedado pensando en el dilema de su hermano – no sé lo que me preguntaste papi – le dijo apenas separando la mejilla del hombro de papá, es que se sentía tan rico estar ahí amado, adormilando sus sentidos en ese suave vaivén que se le antojo incluso meter el pulgar a la boca como lo hacen los bebes, pensando si alguna vez de niño lo mecieron igual
- ¡AYY! hijo… Estas soñando como de costumbre tu… – murmuro Rubén con un dejo suave en la voz cargada de nostalgia, la nostalgia de añorar la juventud desplegando sus alas de libélula, aleteando su corazón de golondrina, porque eso era Lex: la primavera de su vida…– porque eres tan terco, ¿por qué no haces caso a la primera que se te pide? – le volvió a preguntar
- No lo seeee – respondió después de un buen tiempo de reflexionar en eso, y de verdad ni el mismo lo sabía y su padre tuvo que tomar cartas en el asunto sobre todo tras esa brillante respuesta de Lex
- Bueno Lexito, está bien de hacer el tonto – le dijo si dejar de arrullarlo – así que desde mañana te quiero como una sola gota de agua sentado en mi despacho resolviendo ese examen, dando lo mejor de ti – hablo pausadamente – y en la tarde te disculparas como es debido con el profesor y le expondrás tus dudas
- Paaaa – ya suficiente vergüenza tenia con el jalón de orejas que tuvo que darle su madre, sin poder creer que se haya puesto en ese plan de huelga
- No Alexander – agrego su padre – no voy a tolerar más de una vez esta dejadez tuya – le dijo separándolo un poco de su abrazo, lo necesario para mirarle a los ojos – es por tu bien lo que hago o hace la mamá respecto a tus conocimientos; y me niego rotundamente a creer que quieras repetir el curso por tus majaderías – le llamo la atención sin romper el contacto físico, y aun cuando el abrazo había sido reemplazado por la firme sujeción de sus hombros y el contacto visual, seguía siendo cálido y protector – porque si tu no apruebas el examen eso es lo que sucederá – le anuncio – y para colmo tu hermano estará en un grado superior al tuyo… ¿eso quieres? – inquirió elevando una de sus cejas en signo de impaciencia, Alexander no podía negar que su padre estaba realmente jalando la liga a su favor – ¿que todos pienses que eres un tonto?, ¿que no sabes nada?, ¿que eres un flojo y que probablemente reprobaste el curso entero? – su padre siguió con todas aquellas preguntas que pudieran en el algún momento reflexionar a Lex mediante la vergüenza
- Pero yo no reprobé el curso – le respondió sin pensar siquiera lo que su padre le decía
- Pero ellos no lo saben y no les interesa – le dijo papá, con demasiada seriedad – reprobaste el examen de admisión hijo, y no porque no sepas, que sabes, yo vi tus calificaciones, la de Londres, todas con excelente – recalco orgulloso de la capacidad mental de su hijo – y eso es lo que me da rabia, que por tu flojera y tu capricho tengas que perjudicarte todo un año
- Pero tu dijiste que ibas a ponerme en un colegio con sistema anglo – murmuro bajito, aquello le había valido una paliza delante de Adela y Armando
- Si, es cierto – aseguro – pero también dije que un año los quiero en un colegio convencional para perfeccionar el idioma – y Lex tuvo que morderse la boca – y no tendrás una mejor oportunidad que ésta, de aprender a leer y escribir correctamente y ampliar tu capacidad de comprensión, tus conocimientos y tu deducción en otro idioma que practicando en el colegio Alexander – le dijo cogiendo su rostro entre sus manos – no es lo mismo que tener un profesor privado, pero si insistes, te inscribo en el sistema anglo – aquello era algo que Lex no imagino que sucedería, pero ahí estaba el milagro sonriéndose a la vuelta de la esquina, quizás si presionaba un poco, poquito no más, las cosas saldrían a su favor
- Papá ¿harías eso por mi? – pregunto Alexander con una enorme sonrisa de satisfacción en la mirada, aquello era genial, más que genial
- Sí, estoy dispuesto a hacerlo con tal de que no te perjudiques en el avance del curso – Rubén le contestó pensando en eso muy seriamente, después de todo se le acababa de ocurrir aquello que iba a decir
- Oh! papaaa, eso… eso está muy bien – abrazo a su padre entusiasmado – más que bien – ya no pudo esconder su entusiasmo, pero papá sabia como castigar sin soltar un azote, aprendió que con Lex debía ir de la mano el chicote y el garrote sorpresa
- Ojo, no dije que lo haría todavía, porque aun falta una cosa – anuncio sin despejar la mirada de los ojos de Lex
- ¿Qué cosa falta? – pregunto Lex temiendo por la pregunta, dándose cuenta en el leve cambio que experimento el rostro y la voz de su padre, algo así como una advertencia subliminal
- Que rindas el examen de admisión – y la cara de Lex se destemplo entera antes de volver a iluminarse como un sol – si lo repruebas yo te inscribo al sistema anglo – ¿había oído bien?... ¿papá dijo si lo repruebas?, eso era facilísimo, era más que perfecto para Alexander que ya iba dibujando una sonrisa de triunfo en la cara, cosa que su padre supo de antemano, por lo cual corto de cuajo una alegría demasiado prematura para nacer – pero eso no es todo, paralelamente yo te inscribo a un instituto de nivelación todo el año para que practiques el castellano y el siguiente año tomes el curso regular para perfeccionar, mientras Iván si desea retorna al sistema anglo que tanto quieres
- Yo no quiero eso – respondió Iván desde el umbral de la puerta con su pijama y su almohada, se lo notaba mortalmente agotado – así que a mí no me mentas en tus tratos – le dijo Iván a Lex – yo no voy a volver a Londres nunca más yo estoy bien con el nuevo cole papá – le dijo, sin moverse de la puerta, estaba esperando que su padre se marche para tratar con Lex un asuntito privado
- Pues me alegra saber eso Iván – le respondió su padre con una sonrisa, mirando no solo el enojado rostro de Iván, imaginando que aquel enojo abarcaba también a Alexander; se notaba que quería hablar con su hermano de algo a solas, y Rubén decidió que les daría espacio para ello, solo esperaba que lo que tengan que discutir no pase a mayores
- Pero yo si quiero ir – insistió Alexander
- Si deseas eso hijo, no hay problemas, ya te lo dije, pero con la condición que ya te mencione antes, sino no hay trato – reafirmo sus palabras Rubén
- Pero papi, eso es prácticamente como pasar clases todo el día – menos mal se dio cuenta de aquello pensó su padre, pues si bien en Europa estaba casi todo el día en el cole, las tareas las hacia ahí y tenía la noche libre, pero aquí era diferente, tendría clases desde las 7 de la mañana hasta la una y una pila de tareas que resolver solo en casa, y si su padre lo metía un instituto, tendría doble carga horaria y doble trabajo, porque tendría que resolver además lo que le den en esos cursos de nivelación durante la noche; definitivamente sería una pesadilla
- Si, así es, pero ese es el trato Alexander, sino no tenemos nada que discutir – y con eso dio por finalizada aquella charla – ahora me voy a dormir, no se desvelen, mañana hay que madrugar – les dijo a ambos y les beso la frente antes de salir…
Tras aquello Rubén exhalo un hondo suspiro y por fin
se dejo envolver por la calidez de la noche, estaba con el cerebro embotado con
la reunión de la CAINCO, sí que quería disfrutar de su hogar y que mejor que en
un lugar apartado de todo a la luz de la luna; así que cerró los ojos y empezó
a soltar los músculos del cuerpo, aaaahhh!!!
Soledad…
Silencio…
Paz…
Tuvo un día muy apretado entre reuniones y reuniones
tediosas, él como pocos, prefería el duro trabajo de campo a sentarse detrás de
un aburrido escritorio, pero ni modo, era un pequeño precio que pagar como
todos en cualquier rubro laboral, así que después de la cena y de tener a
Alexander parado en su dormitorio para conversar seriamente con él sobre lo
sucedido en casa en la mañana primero con mamá y luego en la tarde con el
profesor, dejo a ambos gemelos conversando.
El silencio que reino por parte de ambos en la cena le
hizo suponer que estaban disgustados por alguna cosa de la que no querían
hablar delante de ellos e imagino que era por lo que sucedió en las clases con
el profesor, pero intuía que había algo más… no era posible que Iván este tan
callado incluso con ellos y decidió que conversaría también con él antes de
dormir si ambos seguían en plan mutis… gracia
Dios Iván estaba ahora charlando con su par en su alcoba, seguramente
arreglando su situación, contento de que su conversación con Alexander no haya
pasado de una llamada de atención y una profunda reflexión sobre su actitud tan
mal educada en casa desde que amaneciera.
Lo mismo pensaba Alexander, sintiendo aliviado de que
las cosas le salieran livianas para él, quizás era que papá se estaba poniendo
viejo y sentimental, ya iba días que andaba tristón sin encontrar una verdadera
razón para aquello, pero era una sensación que a Rubén, días más, días menos lo
llevaba como un poco de nostalgia nada más y otras como una premonición de algo
que no podía adivinar pero intuía que no terminaría bien; pero ahora por el
momento estaba feliz de que Alexander se haya disculpado con su madre antes de
que ambos conversaran, y no fue porque alguien se lo ordene, él oyó
perfectamente las palabras de su hijo cuando mamá se perdió en la cocina
llevando los platos de la cena, y ahora estaba viendo a los gemelos desde el
patio conversando… parecía que después de que él tuviera aquellas palabras con
el mayor de los muchachos, Iván estaba dispuesto a hacer las paces con
Alexander fuera lo que fuera haya sucedido tarde antes, contento de no haber
intervenido en el asunto.
Así que él pudo
relajarse en la tumbona del patio apagando los focos del pasillo, no quería
ningún tipo de luz artificial, quería ver las estrellas bajo el raso del negro
cielo, pero los movimientos de los gemelos en el dormitorio de Alexander lo
distraían, y a Iván se sumo Clara, y ahí estaba ella feliz con su mocoso... de
eso podía dar fe el beso que mamá deposito en sus mejillas; tras aquello Rubén
se perdió en sus pensamientos, pensando que desde donde estaba podía fácilmente
divisar casi la mitad de la alcoba de Lex por el amplio y moderno ventanal que
le hizo colocar a pedido expreso del muchacho cambiando prácticamente todo ese
frontis, a diferencia de Iván que adoraba lo antiguo y la ventana colonial era
su favorita, por eso la había elegido, por eso y por el inmenso cupecí cuyas
ramas prácticamente besaban la ventana; y se quedo mirando en silencio
saboreando la escena que se desarrollaba en la habitación de Lex, Clara, su
mujer cogió la cara de su hijo como si la enmarcara entre sus manos y lo cubrió
de besos para luego ver como Lex abrazaba a mamá mientras Iván abandona la
alcoba, seguro para dar a su madre y hermano el espacio que requerían… estaban
de a buenas como en los viejos tiempos y eso era maravilloso, sobre todo para
Clara y Lex tras el horrible día que ambos tuvieron… si imaginar que la peor
parte se llevo Iván.
Mientras tanto Clara a su vez si bien estaba feliz de
arreglar las cosas con Lex, se sentía mal por Iván, las cosas con su muchacho no
estaban finas y dudaba de que se solucione pronto, tendría que hablar con
Logan, pensó distrayéndose de nuevo en las palabras de Alexander, y le sonrió
con ternura… nunca pensó que tras lo sucedido Lex este sedita, pero al parecer
aquel varillazo que Clara planto a Alexander en la pantorrilla y luego el
castigo adicional de mirar la pared, tras dejarlo sentado en un taburete
mirando la esquina de la cocina, surtieran un efecto tan positivo en el
muchacho… a decir verdad nunca imagino que lograría someter de buena forma a
Alexander con un castigo más propio a ser aplico a un niño de parvulario, pero
ahí estaba, logro aplacar de alguna forma, algunas formas desagradables de su
hijo… unas veces tan puntillosas, que bordeaban fácilmente lo desagradable;
pero el peor asunto que vivió Clara en el día no vino de parte de Alexander
sino de Iván y Logan… pensó luego amargamente al ver como Iván se retiraba de
la habitación de su hermano por no mirarle ni hablar con ella, Iván la estaba
castigando…
- Iván – mamá lo llamo apenas vio a su hijo atar al caballo al mojón de un lado del jardín, el que daba a la cocina y la despensa, lo noto relajado y feliz, no había duda que se divirtió en el campo, pensó su madre aquella tarde cerca del medio día
- ¿Ma?
Iván ingreso a la cocina con la cara rubicunda y
húmedo de pies a cabeza, hacia mucho que no galopaba como ahora lo hizo, se
comió prácticamente todas las hectáreas de su padre a galope tendido y
finalmente muchacho y potro acabaron en el río; perdido en la mansedumbre del
paisaje, sordo del silencio que habitaba bajo la fronda enorme de un más enorme
mango todavía, Iván tiro sus ropas todas a un lado y se metió al agua teniendo
cuidado en una sola cosa… ponerse un condón temiendo que algún candirú se
adentre en su uretra al ínfimo olor de la orina, le había dado tanto miedo lo
que le conto Arturo en Chochi, que prefirió tomar sus recaudos, aun cuando no
se había oído de aquel riesgo en el manso del río que besaba su hacienda.
- IVÁN – volvió su madre a repetir con las manos en la cintura y el ceño fruncido, e Iván miro el reloj de forma automática creyendo sinceramente que se atraso demasiado para venir a almorzar, pero no, no era su supuesto retraso el que estaba molestando a su madre, sino su brillante hermano, al cual encontró aún sentado en la cocina con la cabeza pegada a la mesa y los brazos caídos, al parecer Alexander estaba en fase de terco terminal
- Estoy quitándome la bosta de las botas mamá, enseguida entro – fue la respuesta de Iván, su voz sonaba suave y sus facciones estaban relajadas, estaba feliz… en paz, la hinchazón de su boca había cedido enormemente y de la equimosis labial apenas se vislumbraba una sombre tenue, su cuerpo estaba recuperándose a pasos agigantados del ataque de su padre
- Bueno, apúrate por favor y ve a llamar a tu padre, el almuerzo estará listo en 10 minutos, tienes tiempo para darte un ducha – le dijo probando la comida ajena a las reacciones de Iván, y honestamente mucho más preocupada por el terco que tenía ahí de cara a la mesa sin mover un dedo por obedecer, Alexander estaba llenando su cuota de paciencia y Clara estaba pensando seriamente darle no uno sino varios varillazos en el desnudo trasero
- Pero papá dijo que no vendría a almorzar, ¿qué paso? – Iván frunció el ceño ante las palabras de su madre, desconcertado en realidad de que le pida llamar a su padre para almorzar sobre todo cuando no vio la movilidad de su padre aparcado en el garaje – ¿acaso se cancelo el almuerzo de negocios? – inquirió realmente ajeno a todo; galopar había liberado no solo su mente sino su alma de preocupaciones, miedos y demás que llego incluso a olvidarse de Logan
- No Iván… papá no volvió aún y no volverá hasta la tarde noche – respondió Clara apagando el fuego donde cocían los tallarines – me refiero a Logan, ve a llamarlo para almorzar, esta aun en la habiii… – y no pudo continuar, Iván estallo como si estallara una bomba de fina relojería en el justo momento en que las manecillas marcaron en punto; Clara había soñado con poder compartir la mesa en familia y aun cuando no estaba Rubén, tener a su hijo y a sus nietos con ella en el comedor la llenaba de ilusión y de alegría; era una forma de compensar todo el largo tiempo en que solo marido y mujer ocuparon ese comedor cuando había visitas, pues desde que Logan se marchara a Londres ellos nunca se sentaron en el comedor formal si no es que había algo que celebrar, y prefirieron incorporar un comedor pequeño y más íntimo cerca de la cocina que compartían con Adela y los más allegados como Arturo o alguno de los rumanitos que se dejaba caer o se quedaba a almorzar
- ¡NO! – grito Iván girándose de golpe dejando caer una de sus botas – NO ME PIDAS ESO – le dijo a Clara mirándolo muy enfadado, todo él se había transformado, sus hombros se tensaron y se irguió en toda su longitud parándose frente a su madre de manera intimidante, y poco habitual… era la primera vez que hacia un despliegue tan bárbaro y consciente además de la ventaja que tenia sobre el tamaño de mamá y Clara lo miro sorprendida, tan sorprendida que Iván se vio obligado a bajar la voz y moderar el tono de su enojo, desgarrando una súplica en realidad – no me pidas eso mamá – volvió a decir con la voz aun dura – por lo que más quieras
- Pero Iván – de alguna manera la voz de su madre flaqueo ante la postura y la mirada cargada de ira y tristeza de su hijo, no era odio lo que vio, sino tristeza, una inmensa y profunda tristeza e Iván levanto la mano
- No me digas nada – y no solo fue la señal de stop que detuvo a Clara sino las lágrimas que se velaron en los ojos del muchacho – entiendo que es tu hijo mamá – y Clara se comió el comentario cuando Iván le puso el índice sobre su boca callándola como alguna vez Rubén hizo con ellos, cortando sus pobres argumentos o los de su gemelo, cuando la verdad estaba a su favor y no había nada que ellos puedan decir o hacer al respecto y debían aguantar no más el duro dolor de la ganada paliza con creces – él es tu hijo, es el hombre que me ha engendrado, pero … yo no quiero verlo, ni oírlo y mucho menos sentarme a la mesa y fingir que nada sucedió, sobre todo después de lo de anoche – decía moviendo la cabeza negativamente y Lex por primera vez desde que el llegara de galopar levanto la mirada, ¿qué es lo que su hermano trataba de decir? Y sin querer se fijo en su cara… ¿Logan hizo eso?, ¿Logan golpe a Iván en la cara?
- Fue un accidente hijo – fue lo único que Clara pudo decir a favor de Logan… cuando ella entro al dormitorio e Iván se fue a galopar, hablaron al respecto, prefiriendo oír a su corazón creyendo a Logan cada palabra vertida, que a decir verdad era cierta, nunca en su vida haría daño a su hijo por propia voluntad, inconscientemente quizás, como cualquier padre que se equivoca en el camino y aprende errando en sus propios hijos
- ¿Accidente? – inquirió mostrándole toda la mucosa debajo de su boca, magullada, abierta con una placa cicatrizal blanquecina que sustituyo el coagulo nocturno – mejor no me hagas hablar mamá – dijo Iván – yo no quiero sentarme en la mesa con él como si nada hubiera pasado y celebrar su regreso con una gran y estúpida sonrisa en la cara como un payaso – escupió no veneno ni rencor, sino pena en cada una de esa palabras – como si en vez de volver de la muerte haya regresado de un cansado viaje de negocios, o de la playa trayéndome una caracola de recuerdo – termino y se giro alzando sus botas
- Iván por favor hijo, yo quiero sentarme en familia
Imploro Clara, acariciando el rostro de Iván con
suavidad, apelando a su nobleza, porque Iván era noble, era leal, y esa era una
virtud muy desarrollada en él de la que alguna vez Rubén había hablado con
orgullo y preocupación, y recordó exactamente lo que le dijo en aquella
ocasión: “es muy leal pero esa lealtad lo hace ciego, y no le permite ver los
matices de la vida, acaso no lo vez?, le pregunto cuando los problemas de
Raquel estaban en su auge “ha preferido que le dé una paliza antes de decirme
que una mujer lo obligo a salir de la cama a media noche para hacerse encerrar
en la comisaria”, así que ¿Qué le iba a decir?, no podía decirle nada, después
de todo Iván estaba siendo leal, muy leal consigo mismo, con sus principios y
con el amor que le tenía a Rubén… olvidándose de ella… y eso le dolió
profundamente a Clara, era como si ella no tuviera valor para su hijo, o sus
sentimientos no eran apreciados, pero no podía culparlo, Iván era un
adolescente todavía, un adolescente resentido por los errores de su padre,
Logan había escogido la peor manera de proteger a sus hijos…
- Por favor cariño, somos familia – le dijo mamá con una súplica en la mirada apelando por su bien juicio, si no era que noche antes Logan lastimo a Iván, ella simplemente lo hubiera obligado a estar en la mesa y aguantar a su padre, pero ella no quería eso, quería que Iván se abra, conversar, perdonar
- Para eso tendría que estar papá y saber la verdad – esta vez escupió con veneno Iván haciéndole sentir a su madre como una gran traidora, porque así se sintió, como si le traicionara a su marido, y en parte era cierto
- Una verdad que primero quiere decírtela a ti Iván
Apelo su madre a las propias palabras de Logan, cuando
ella entro a su alcoba antes de los chicos se pongan en el comedor con las
tareas…
- Lo que tengo que decir mamá – le dijo Logan esa misma mañana, apenas Rubén abandono la casa camino a Santa Cruz – lo tengo que decir primero a mis hijos y luego podre decirle a mi padre y a ti la verdad – le juro besando sus manos con desesperación en un acto de desespero, sobre todo cuando vio a Iván con la boca hinchada salir de la alcoba de su padre y luego ir a la suya para que su padre busque al monstruo que le hiciera daño noche antes, es que él estaba viendo algo que no había previsto, que Iván podía estallar y decirle a Rubén que estaba ahí en casa y todo se iría a la mierda, porque sus hijos y su padre nunca lo perdonarían ni le darían oportunidad – pero primero mis hijos mamá, ellos tiene que oírme primero, necesito que me oigan sabes?; no me niegues este único favor mamá, te lo ruego – le había implorado – y después podre marcharme de casa hasta que encuentre la oportunidad de hablar con papá al respecto
Había agregado Logan por una razón, Clara con todo el
dolor de su corazón le pidió que abandone la casa por seguridad de los
muchachos, ella estaba 100% segura que Logan lastimo a Iván en su afán de
decirle la verdad y que quizás haya usado la violencia innecesaria para hacerse
oír…
- Una verdad que no necesito oír, porque no es más que una gran mentira – afirmo Iván – como todo en él – no pudo morderse la boca, sabía que estaba dañando a su madre, por su mirada lo sabía, entendía que Clara sufría, pero él no tenía que porque pagar los platos rotos por su dichoso padre
- Porque eres tan cruel Ivancito – musito mamá, moviendo el labio inferior en clara señal de llorar ya de impotencia
- No me chantajees te lo pido – sugirió Iván retrocediendo y rehuyendo al contacto de Clara que para eso había cogido su rostro entre sus manos; y se quedo callada ante esa acusación – no te portes como ellas – soltó inconscientemente recordando los embustes de Marcela y de Raquel pero sin darle tiempo a su madre de meditar sobre eso agrego casi en voz muy baja… – si tu sientas a ese individuo a tu mesa prefiero comer en el corral – le dijo suavemente pero sin poder negar que aquella era una amenaza y un chantaje también
Y abandono la cocina volviendo sobre sus pasos para
correr a su alcoba, ya no con el miedo a Logan, sino con total enojo, si él se
cruzaba en su camino, no iba a responder al llamado de la sangre y darle un
abrazo de bienvenida sino al llamado bárbaro de los bajos instintos, esos que
te empujan a sobrevivir o sucumbir según se mengüen las fuerzas y lo iba a
derribar de un puñete aunque luego lo muela a cintazos su madre, su padre o el
propio Logan.
… Iván
estaba herido, Iván estaba enojado, Iván estaba defendiendo su derecho a sentir
lo que su corazón quería, aun cuando se equivoque en el largo camino pedregoso
que siempre toca deambular como alma pena, cuando el enojo y la ira comandan
los sentimientos, porque Iván estaba en pie de guerra…
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