jueves, 5 de mayo de 2016

Tonino: Cap. 2; Autora Marambra

Tonino
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 5 de Mayo del 2016
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Capítulo 2
Pacto Sagrado
Autora: Marambra

  • Creí que no llegarías – la voz de Tonino aunque suave escondía como en la infancia un leve reproche; para mis oídos acostumbrados a detectar por medio de la voz los estados de ánimos de mis hijos, más que un reproche me sonó a una queja lastimosa, incluso me dio la impresión que estaba oyendo a Tonino cuando me lo lleve a casa y moría de miedo y no quería por nada del mundo quedarse a solas sobre todo cuando llovía; creo que esperarme le ha causado un gran estrés innecesario a mi hijo, porque a decir verdad no estaba solo, estaba con sus dos hermanos mayores Oliver y Anja… pero ni mencionar aquello, conozco de antemano su respuesta: “ellos no son mi padre”, jejej, aun recuerdo la primera vez que me lo dijo después de una paliza que le di cuando cumplió 15 años y desobedeció deliberadamente, para aquel entonces todas sus tristezas, miedos e inseguridades habían sido casi superadas al 70 % y se que el resto con los años se fueron perdiendo aunque no del todo a diferencia de las lesiones corporales de las que solo quedaron las cicatrices de su cabeza como recuerdo de lo que fue su frágil infancia, menos mal son marcas que no las tiene porque ver.
  • OH hijo, ya estoy aquí – le respondí mientras le doy un abrazo fugaz y un beso en la frente, porque me preparo para recibir lo que está a punto de dejar en mis manos: MI NIETO…¡OH Dios! tu bendición me desborda, me llena y siempre me sorprende, pienso para mis adentros mientras miro a mi pequeño milagro latiendo en mis mano, diminuto y frágil – dije que llegaría y aquí estoy Tonino, como siempre 

Agrego mientras sostengo en mis manos a la herencia viviente de mi niño grande y lo sostengo como si sostuviera un diamante recién cortado, mi nieto Ian, Ian es… es tan… es simplemente perfecto, es pequeño larguirucho de kilométricas piernas como su padre, con el pelo tan negro y abundante como la noche lo mismo que sus profundos ojos a los que yo apostaría serán del mismo marrón chocolate que Tonino, aunque claro, mis hijos apuestan al azul oscuro de los ojos de su madre, como sea, aquí esta, en mis brazos envuelto en una nube de algodón, húmedo de sangre todavía con el ombligo clampeado, desnudito porque acaba de llegar al mundo lo que permite percatarme de un detalle… que saco la piel de su madre, de ese blanco porcelana que tenían también mis hijos al nacer, ¿y como no lo sería?, si su madre es una sobrina en tercera línea consanguínea mía y que conoció a Tonino aquella primera navidad que paso en casa cuando lo traje del hospital y que fue causa de muchos dolores de cabeza míos y de trasero para mi Tonino… esos dos se amaron desde que se conocieron sin aun saberlo, estaban predestinados a estar juntos.

  • Sí… estás aquí papá – me dice mi hijo emocionado volviendo a darme un abrazo y un beso sacándome de mi encanto de admirar a mi nieto en mis manos; perdí la cuenta de esa forma afectiva que tiene de manifestar sus emociones, sea tristeza, alegría o dolor, el siempre me abraza y me da un beso, nunca tuve que pedírselo desde que decidió que me lo merecía – estas como siempre conmigo – agrega de pronto y su voz se hace un nudo y un par de luceros titilan en el borde de sus pestañas, se que está a punto de llorar y yo sé que no es solo la emoción del nacimiento de su primer hijo, es algo que va más allá del entendimiento, entendimiento y fronteras de la comprensión de la gente, es un código que tenemos él y yo
  • ¡OH HIJO!... estoy tan orgulloso de ti – le digo para darle tiempo a limpiar la lagrima aquella que está queriendo empañar su dicha, porque yo se que estas lágrimas no son de felicidad, son resultado del doloroso recuerdo de su vida que desgraciadamente no siempre se puede controlar, recuerdo que a veces asalta el momento menos pensado inoportunamente, unas veces sin pena y otras con todo el dolor o la vulnerabilidad como ahora
  • YO… Nunca voy a lastimarlo – me dice como un promesa, y yo sé lo que esas palabras significan para él, es todo el dolor que le causaron quienes lo tuvieron a la muerte de sus padres, y antes de que su voz se rompa con un gemido me apuro a atraparlo en mi abrazo, es hora de que lo mime, lo arrope como siempre
  • Serás un buen padre mi pequeño – le prometo devolviéndole el beso en la frente y una sonrisa para que no se sienta inseguro, pero vamos ahora que lo pienso ¿quién no se sentiría inseguro si tiene entre sus manos un obsequio de Dios?, porque un hijo es eso, un regalo especial
  • ¿Me lo prometes? – me pregunta con miedo escondiendo su rostro amable en mi cuello mientras en medio de los dos esta Ian empezando a fatigarse porque quiere la leche y el calor de su madre, y es su pequeño gemido el que destruye menos mal no el hechizo, sino la negra nube que amenazante a veces se posa sobre el hombro de Tonino pese a tantos años ya; y en momentos como esos a veces pienso que lo que hice no fue suficiente para eliminar esos malos recuerdos, pero es como él suele decirme, no se puede borrar con el codo de la vida lo que el diablo a escondidas de Dios escribió con su mala mano

Y no necesita decirme nada más, no es necesario, lo puedo leer en sus ojos… es el pánico a fallar, pero no solo a fallarme como hijo sino como padre ahora, y es un pánico equiparable al intenso miedo que le tiene a los hospitales por todo lo que ellos representan en su vida; fue por eso su insistencia para que yo llegue a tiempo para cuando mi nieto nazca y sé que aún cuando no cruzamos palabra alguna hasta este momento que me trajo a su bebé envuelto en aquel lienzo de algodón blanco que le dieron las enfermeras para que lo tenga unos minutitos, aun con algo de sangre en la piel y los ojitos hinchados como de un sapito, desdentando y frágil, sé que mi sola presencia lo ha calmado, si lo sabré yo que las pase crudas e incluso vergüenzas innecesarias cuando tocaba ir al médico de ya más jovencito cerca casi a su bachillerato y que fue motivo de discusiones o de castigos, en fin… que nunca quiso estar en un hospital y menos sin mí.
Quizás suene pretencioso pero en un momento dado de su corta vida yo fui la opción al clavo ardiente del cual aferrarse y no dejarse morir en aquel basurero donde lo encontré  después de la tremenda paliza que le dio un tipo al que luego tuve el gusto de romperle los dientes de un puñete y de meterlo a la cárcel por un largo, largo tiempo después de que me entere que tras la paliza puesta el muy mierda estaba ahí mirando lo que Tonino iba a hacer, solo que nunca contó con que una movilidad…  la mía que además tenía el logo de la policía, se acercase al basurero y en vez de alejarse indague, aunque también pienso que de alguna manera logro mirar mi revolver; pero como iba diciendo, me di el gusto de romperle la jeta y empujarlo literalmente al hoyo por un largo tiempo,  aunque yo como cualquier otro padre hubiera preferido que sea de por vida lo mismo que esa manada de niños que ese sátrapa martirizaba y explotaba para beneficio propio, a quienes acomodaron en hogares de acogida que personalmente me di el trabajo de supervisar hasta que tengan mejor destino.
Es que hice una promesa a Tonino ante su insistencia de “salvarlos”, me llevo un tiempo darme cuenta de que su experiencia, el día a día entre la miseria y el miedo la había compartido con aquel puñado de chiquillos y que ese mismo dolor y miedo experimentados, había creado un fuerte lazo sentimental entre ellos… eran una hermandad, una familia, y no era por lo que yo inicialmente creía, que uno de esos niños era hermano biológico de mi pequeño, ninguno de esos pequeñitos compartía carga genética alguna con él… ¿de cómo lo sé?, pues digamos que me escabullí en los laboratorios de la policía para saber de primera mano los resultados de ADN que cotejamos en vista a la gran cantidad de niños reportados como desaparecidos y tomar cartas en el asunto si uno de ellos era hermano de Tonino, pero ante los resultados 7 de ellos retornaron a sus hogares con sus padres biológicos, incluso algunos después de 4 años y siendo dados por muertos ya, y 3 de ellos después de casi un año inclusive en espera de reportes de la INTERPOL, pero en vista de que no había reclamos de ellos fueron dados en adopción como mi Tonino que a Dios gracias me concedieron su custodia mucho antes del año tras constatar la muerte de sus padres biológicos y de no haber familiares consanguíneos de ninguna índole en el país ni en el resto de la tierra.
Fue un duro trabajo sin embargo en muchos sentidos obtener la custodia completa y no solo ser un guardián de acogida y en parte se debió a que Tonino no quería hacer nada de nada si no estaba con él, ambos logramos una conexión especial, obviamente aquella conexión inicialmente fue por necesidad, la necesidad que tenia Tonino de saber que alguien no permitiría que le hicieran daño, aunque ese daño sea un miserable pinchazo para aliviar el dolor que ya tenía.
Por eso digo que Tonino me salvo… me salvo en muchos sentidos de la autodestrucción… para que entiendan voy a contarles un poco de lo que paso aquella época, por ese entonces, esa noche que lo encontré y tras desvelarme junto a su cama en la ITU, los médicos me enviaron de regreso a mi hogar bajo la premisa de que Tonino permanecería sedado por 24 horas hasta poder eliminar las secreciones que tenía en bronquios, para eso necesitaban aspirar y no podían hacerlo estando despierto y como no tenía nada más que hacer que todo estaba ahora bajo el mando del regimiento blanco, que así suelo llamar a los médicos porque como los militares andan bajo la jerarquía de alguien de más alto rango y porque siempre están dando órdenes de aquí para allá; yo… me regrese a mi casa sobre las 5 de la madrugada, en realidad noche misma que no amanecería hasta cerca de las 9 e hice algo totalmente estúpido… regrese a mi original plan de perder la cabeza bajo los efectos del alcohol y no fue difícil porque en medio de la mesita de la sala estaba mi botella de coñac sin abrir como diciéndome: ¡te estuve esperando!.
Y no espere ni un minuto más ni me pare a pensar en las consecuencias, me bebí en un amanecer lo que nunca bebí en mi vida, ahora que lo pienso pude haber muerto intoxicado o por hipotermia ya que ni siquiera prendí el calefón y la casa estaba helada, claro que no me di cuenta de eso hasta después, como sea, me senté en mi sillón favorito y abrí el coñac, me bebí hasta la última gota y me quede dormido sobre el sofá sin siquiera taparme y me perdí en la profundidades del sueño… bueno mitad pesadilla, mitad intoxicación alcohólica soñando o más bien teniendo alucinaciones con la muerte de mi esposa, con el futuro de mis hijos, con mi soledad y mi abandono, con mi falta de fuerza de voluntad para superar esto ahogado en alcohol y llanto; esa había sido recién mi oportunidad de llorar lo que no llore desde que se enfermo mi conyugue, con ella en casa no podía darme el lujo de estar triste sino mostrarme optimista para que ella no se derrumbara y cuando se murió tuve que tragarme la pena por mis hijos; así que sí, llore, llore lo que no pude en meses y caí agotado en el sopor del sueño y no supe cuanto tiempo estuve en ese estado semiinconsciente, solo sé que un horrible ruido me saco de mi miseria con un espantoso dolor de cabeza producto de la borrachera y claro de que no me dejen dormir.
A tientas me levante como pude con el aliento a dragón destartalado que exhalaba vahos de combustible etílico por la boca, los ojos rojos, el pelo despeinado y casi azul del frío que me había cogido, sintiendo cada golpe de mi puerta como un martillazo en las sienes y estuve a punto de lazar una sarta de improperios a cual más coloridos a quien a semejante hora tenia la osadía de joderme el sueño y fastidiar mi borrachera, pero me quede de piedra en el umbral cuando vi a Gerhard parado ahí con la cara muy seria y esa mirada suya que me juzgaba sin decir nada, reprochándome el tonto proceder y antes de que pueda abrir mi boca para un saludo me corto metiéndome al interior de mi propia vivienda, digamos que la confianza de todos los meses o días que vino a asistir a mi esposa en su lecho de muerte ya al final de sus días y me dijo.

  • Pero como se te ocurre semejante estupidez Ian, Y SOLO, ESTANDO SOOOLO – me reprendió verbalmente como si fuera mi padre y yo solo atine a caminar medio en zigzag procurando guardar parte de la compostura sorprendido por su regaño, sintiendo algo de vergüenza cuando alzo de la mesa la botella vacía de coñac, vamos que mi necesidad de embotar mi tristeza fue tan grande que ni siquiera me tome la molestia de coger una copa y beber decentemente, no señor me metí un montón de grados etílicos del pico mismo de aquella sofisticada botella ambarina – ¡POR DIOS IAN!...¡MÍRATE!, Sephora estaría decepcionada – comento bajando la voz al mirar sobre el sofá la foto de mi mujer sobre la cual me había dormido, toda arruada de soportar mi peso
  • Pero ella no está, NO ESTA AQUÍ ni para reprocharme ni para nada – conteste y mi voz se quebró en un nudo doloroso y digo doloroso porque se apretó tanto que tragar el sorbo espeso de saliva que tenia dolió como si me tragara clavos ardiendo y fue cuando inesperadamente Gerhard me dio un abrazo de consuelo, ese que se abstuvo de dármelo en el funeral de Sephora

Y llore, llore con apenas un par de lágrimas en los ojos, mi pena había secado mis lágrimas y solo me convulsionaba sobre el hombro de aquel hombre al que en un momento odie y quise incluso meterle un golpe por no poder salvar a mi esposa, y sin embargo ahí estaba sin guardarme rencor pese a la diatriba de palabras mal sonantes que alguna vez escupí sobre su cara… no me siento orgulloso de eso, ni antes ni ahora, pero gracias a Dios, este hombre fue bendecido por una mente abierta y un corazón  noble pese a su aspecto solitario y gruñón, Gerhard puede ser intimidante, pero a decir verdad es un oso regalón con el alma hecha de miel y fue esa ternura y ese amor por la gente que hizo que se apersone a primera hora del día a mi puerta vestido todavía con ropa de guardia y unas ojeras que eran más profundas que las mías, vamos que mi desvelo solo fue por un niño que lloraba de frío y dolor y una bebida espirituosa, en cambio él se desgarro el cerebro y el alma por confortar a los que se quejaban por algo que los incomodaba… y tras un momento de humillante vulnerabilidad me recompuse rápidamente y me arregle como pude la ropa y pase mis manos por mi cara para eliminar algún rastro de lágrima y de borrachera y me anime a preguntarle que hacia a esa hora en mi casa.

  • Disculpa – le dije dando a entender que me sentía incomodo de haber perdido la compostura delante de su persona – no tengo trabajo ahora, tengo dos días libres y mis hijos no están, han ido con su tía al lago – explique la razón del silencio y de paso justificaba mi proceder porque lo que menos quería es que ese hombre pensara que me dedique a la bebida desde que Sephora murió – y bueno, me sentí un poco solo y me puse a beber algo de coñac – dije cogiendo la botella poniéndola a la basura – ¿a qué se debe tu visita Gerhard? – le pregunte tratando de mirarlo fijamente que vamos por momento veía todo doble
  • Es Tonino – me dijo y yo fruncí el ceño, ¿Quién diablos era Tonino y que tenía que ver conmigo? además
  • ¿Tonino? – pregunte – ¿Quién es Tonino?...  yo no conozco a nadie con ese nombre – agregue
  • Es el niño que trajiste anoche – me respondió mientras me ayudaba en lo que hacía, limpiar un poco el desorden de la noche pasada
  • ¿Y como esta? – pregunte un poco preocupado, no queriendo que me diga que se había muerto, no podría soportarlo, apenas eran meses desde que mi mujer muriera y estaba algo reacio a oír noticias como esa
  • Ya ha despertado y esta regular, pero es un niño y con suerte saldrá de esta – me dijo
  • Qué bueno – respondí sinceramente y me quede callado porque no sabía que mas agregar, cuando fue él quien abordo el tema
  • Bueno Ian – empezó diciendo a medida que se frotaba los ojos, se notaba que el hombre estaba muy cansado – el caso es que Tonino no deja examinarse, ni tomar placas ni hacer nada con nosotros – dijo y se dejo caer sobre el sofá al mismo tiempo que yo ponía la cafetera a funcionar, lo mínimo que podía hacer era invitarle una tacita de café
  • Eso es comprensible – le respondí pensando ya no como hombre viudo sino como policía – ha sufrido un gran trauma e imagino que no se siente seguro – le dije tras traer el café recién destilado y algo para picar – lo que no entiendo es que deseas que yo haga – indique – quieres acaso de derrumbe una puerta y lo saque de donde se haya atrincherado – y me reí, la verdad es que la sola imagen de aquello por alguna razón me causa gracia, quizás era el efecto tardío de mi embriaguez y creí que él se sonreiría por lo menos, pero me dedico la más mortal de sus miradas… a mi parecer claro
  • Es que si – contesto dándole un sorbo al café – se ha atrincherado en el baño sacándose la vías y lo único que quiere es que estés presente – dijo clavándome la mirada seguro para ver mi reacción
  • ¿Y cómo sabes que me quiere a mi? – le pregunte desconcertado, me estaba tomando el pelo seguro – vamos que con ese nene no cruce palabra alguna – dije tratando de recordar las condiciones en que lo recogí y efectivamente no cruce palabras con él, apenas le decía shuuu, shuuu para que no grite y lo lleve al hospital envuelto en mi abrigo
  • Porque se ha encerrado en el baño y dice que solo hablara con el hombre que noche antes lo envolvió en su abrigo, y ese eres tu Ian – tras aquello se quedo callado, imagino para ver que respondía a eso y que más hacer y como yo tampoco dije nada, tras un suspiro agrego preocupado – mira Ian, ese niño necesita estar medicado, y no es posible acercarse a él, se ha puesto como loco y solo llora y pide verte, él ha creado un lazo contigo – mi corazón empezó a hacerse un nudo, de pronto sentí esa emoción que sentí cuando mire por primera vez a Sephora, no me malinterpreten, no fue un  flechazo de amor a primera vista pese a ser mi media perfecta naranja, fue mirarle y ver la fragilidad de su hermosura y sentir que se despertaba en mi el instinto de protegerla y por alguna razón Tonino despertaba en mi esa misma sensación
  • Bueno, entonces ¿qué estamos esperando?

Le pregunte y sé que Gerhard se sorprendió de mi reacción, quizás espero que me alejara o me negara volver al hospital, pero bueno, yo tenía que sobreponerme en algún momento a ese rechazo a los nosocomios que tenia y que mejor que ahora, segundo ese nene me necesitaba y si podía hacer algo para que mejore su salud, fantástico; además mi vena policial despertó ante la posibilidad de averiguar qué era lo que le sucedió, vamos nadie en su sano juicio hace algo tan salvaje como aquello y vive libre para contarlo, yo tenía que hacer algo al respecto.
Y así fue que me vi a mismo apurándome en darme una ducha lo suficientemente caliente para no enfermarme y estar presentable y beber una humeante taza de café tinto para eliminar el rastro de tufo de la boca y hacer frente a esta nueva situación que tenía entre manos y debo confesar que lo que vi me partió el corazón, Tonino estaba acurrucado en un rincón del baño envuelto en mi abrigo tiritando de frío con los dedos de los pies casi azules por la baja temperatura del lugar y vestido apenas con aquella bata de hospital de color celeste cielo apretando sus piernas.

  • ¿Tonino? – le dije apenas abrí la puerta, no es que yo hubiera entrado hecho un superman derribando la puerta de un trancazo con el hombro, no señor, simplemente el personal al ver el pánico de Tonino prefirió no importunarlo y averiguar qué era lo que quería y como grito que me quería a mí, pues nada le dejaron una manta para cubrirse que el niño no quiso coger y prefirió mi abrigo, así que cuando llegue simplemente abrí la puerta con la llave maestra y le hable en voz bajita para no asustarlo – soy yo, Ian… ¿te acuerdas de mí? – le pregunte – anoche te traje en mi carro hasta aquí para que te curen las heridas – dije a medida que me acercaba y el levantaba la vista con un puchero que me llego al alma – Gerhard, mi amigo el doctor me dijo que quieres hablar conmigo – comente para que sepa que el médico no le haría daño alguno, mientras me senté a su lado y con suaves movimientos lo alce del suelo y lo puse en mi regazo creyendo que me rechazaría, pero Tonino se apretó a mi cuello apoyando su cabeza en mi hombro atrapando mi cintura con sus piernas como un niño de 3 años, cosa que me sorprendió más que su llanto que empezó a inundar mi camisa, diablos pensé mientras acariciaba su espalda flaca y huesuda y su cabecita rapada… si mi instinto no me engañaba ese pequeño apenas pesaba 20 kilos, era puro hueso magullado y piel amoratada, juro que a la luz natural del día sus hematomas eran impresionantemente horribles
  • No te vaaaayas, no me deeejes – lloro
  • Shuuuu, no voy a irme a ningún lado pequeño, a ninguna parte – acababa de hacer la más grande de mis promesas y el me tomo la palabra tal cual como un juramento de sangre
  • ¿Promesa? – dijo levantando su pequeño meñique sin uñas vendado con gasa vaselinada y yo, doble mi dedo de la misma manera…

Y selle mi destino al suyo y el suyo al mío como un mantra sagrado del cual nunca me arrepentí y que él se encargo de recodármelo cada día de mi vida hasta el día de hoy.

  • Una foto papá, una fotito con el abuelito – de pronto la voz de Oliver me saca de mis pensamientos y Tonino me abraza dejando de nuevo a mi nieto en brazos que para eso dio un bostezo de aquellos y frunció el ceño ante el flash de las cámaras y empiezo a llorar por lo que Tonino se apuró a cogerlo para llevarlo con su mamá
  • Te quiero mucho viejito lindo

Me dijo con una sonrisa antes de marcharse con el bebé y yo claro, hago lo que siempre hice con todos mis hijos, deposité un beso sobre su frente, sabiendo que ni él ni yo nos cansaremos de eso… jamás...como si nada hubiera pasado







3 comentarios:

  1. Decir que me encanta es quedarme corta, adoro el lazo, el vínculo que crearon padre e hijo, y como de a poquito dejas ver más de esta terrible historia, pero que no es trágica, ya sabemos que las cosas resultaron bien, ahora sólo queda conocer el, seguramente arduo, camino que recorrieron como familia, la familia que Dios le regaló a tonino y que ensima venía con el amor de su vida incluida la prima lejana jajaja

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  2. Muchas gracias Chany... la verdad es que es una historia muy emotiva pero al mismo tiempo feliz y altruista.
    procurare ponerme a día pronto

    Marambra

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  3. Ya se que todo quedará en un final feliz,cosa que me encanta y satisface pero...no puedo evitar desear saber todos los mas ínfimos detalles de lo que sucedió para que ese transparente amor entre padre e hijo naciera y se hiciera tan fuerte como ya podemos ver.
    Marambra,estaba ansiosa esperando esta actualización ,Se que has estado con arduo trabajo para mantener este blog,así tan bello,pero...¿que le voy a hacer si todo me encanta?
    ¡¡muchas felicitaciones por todo lo que haces aquí!!
    ¡Adoro el detalle que hay por todos lados!
    Espero el siguiente capítulo con expectación!
    Keny

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