martes, 8 de febrero de 2022

Los Th: Cap. 13; Autora Marambra

   Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 8 de Febrero del 2022.
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Capítulo 13

!Atención!... ¡Firmes!

Autora: Marambra

 

Nathan no podía más, la piel latía a un ritmo acelerado y los estoicos gemidos que se guardaba para sí, empezaban a escapar de su boca nuevamente y pronto despegarían carrera de querer convertirse en llanto, hizo de tripas corazón por tragarse los gritos y los ruegos… y no precisamente por valiente sino por vergüenza, en la sala de la casa estaba su madre arreglando una cita con la defensoría del menor para asesorarse sobre el caso de Matías y obviamente Matías estaba junto a ella y había sido testigo mudo del incomodísimo desayuno de Nathan, Mikel no había gritado, hablado o despotricado había permanecido sentado en el comedor en espera de que su hijo se digne a bajar a desayunar y lo hizo solo cuando su madre subió a llamarlo y de eso hace como una hora más o menos.

Ahora tenía las manos sujetadas ambas en la diestra de su padre, mientras la zurda estaba descargando sobre su trasero, los muslos y las pantorrillas los durísimos chirlos con aquel macabro instrumento que ya había hecho de las suyas con el traste de Uther la noche previa; Mikel no dijo una sola palabra, ni un solo reproche, ni una sola amenaza en todo el proceso, le había bastado dos o tres frases que desarmaron por completo los argumentos del menor de sus hijos, y solo cuando vio los ojos de Nat abrirle paso a las contenidas lágrimas muy vivas y su boca dio escape a un grito desgarrador y el llanto no pudo contenerse, había dado por finalizada aquella reverenda paliza que le dio a su hijo a semejante edad, 19 años cumplidos, dos años de perfectos modales, un 100 en el examen de ingreso a la brillante carrera de medicina, la más de la veces sensato y cuidadoso como el solo de no meterse en problemas y falto solo una lúdica carta para tomar la errada decisión de irse a esa fiesta, eso y la rabia de que su hermano rompa la  promesa de dejarlo participar en aquel evento, pero cuando soltó esa escusa, Mikel había aplacado con una sola pregunta los ardidos argumentos de Nat lo que derivó en otra sentencia, “mi casa mis reglas”.

…Si, la preciosa mañana había llegado demasiado rápida para el gusto del muchacho aquel que no podía quitarse la preocupación del incierto futuro al que se enfrentaba, pero no podía aplazar más el encuentro con sus padres, es que aún no había conversado con su madre, hablar con ella lo reconfortaba y tenía la impresión de que aquella mañana, esa necesidad de confor era más urgente, pero se llevó el chasco de su vida cuando después de bañarse y darse cuenta de lo había hecho o mejor dicho dejado hacer a su cuerpo, la aparentemente única aliada no quiso hablar con él, estaba muy enojada y decepcionada de sus decisiones; así que le toco lidiar solo el horrible desayuno bajo la inquietante e intimidante mirada de su padre que lo mantuvo a raya sentado sobre su silla a la diestra suya, tragando apenas aquel desabrido café, que mágicamente su padre le coloco frente suyo en completo silencio mortal.

 

  • Papa yo, quería disculparme por… – había empezado a hablar, estuvo cavilando durante ese silencio sepulcral apenas roto por el titileo de la vajilla al ser golpeada entre sí, ¿cómo abordar el tema con su progenitor?, porque sabía a leguas que su padre no dejaría las cosas en ese estado;  pero Mikel clavándole la mirada había cortado la frase de cuajo antes siquiera de que sus palabras fueran oídas por su único aterrador público y su momentáneo acompañante, Matías que se había quedado a desayunar
  • ¿Te he pedido alguna explicación Nathan? – pregunto Mikel disgustado – ¿O alguna disculpa, o un relato de todas tus 24 horas pasadas particularmente? – Mikel dejo su periódico sobre la mesa y escupió aquellas palabras disfrazadas por una paciencia que no sentía en realidad, sino más bien, furia de la buena, tenía un montón de interrogantes para su hijo menor, pero prefirió morderse la lengua antes de preguntar nada, porque por millones de preguntas y respuestas contestadas que haya, estaba el simple hecho de la desobediencia que era algo que Mikel nunca tolero, y nunca toleraría, sobre todo después de lo que paso en aquella casa la noche pasada – ¿terminaste tu café?
  • No tengo hambre papa – contesto Nat clavando la vista a la taza aquella, su primer café en el desayuno y le supo a amargura total, ¿porque papá le sirvió café?, ¿qué era lo que trataba de darle a entender? – tengo malestar en el estómago – contesto, pero rápidamente se le ocurrió agregar para alejar la sospecha de que aquello era producto de una borrachera como la que se dio, hasta perder el sentido – pero no es nada de qué preocuparse
  • Entonces Nathan, sube a mi despacho y ya sabes lo que tienes que hacerMikel estaba ahorrándole la vergüenza delante de Matías – tu madre llevara a Matías a su casa, luego tu y yo hablaremos de negocios, ¿entendido?... sobra decir lo que tienes que hacer ¿verdad?, después de todo no se pierde la memoria en solo 2 años – agrego dando a entender que lo quería sin ropa interior y clavado a una esquina, no era nada bueno el panorama aquel, Nat trago saliva y había empezado a replicar escusas de la pura vergüenza que sintió al teñírsele el rostro de escarlata, algo que no pasó desapercibido para su madre y Matías…
  • Acompañare primero a mamá te ¿parece? – y empezaba a levantarse pero se detuvo cuando su padre le sujeto la muñeca y agrego tajante obligándolo a sentarse a su lado
  • Estoy hablando con usted señor Van Lauder, y creo que fui lo suficientemente claro en decirle lo que usted tiene que hacer, ahora le pregunto una vez más ¿ha oído lo que acabo de ordenarle? o debo suponer que tiene serios problemas de comprensión verbal; ¿esta sordo o se hace el sordo? – Mikel lo usteaba y en toda esa pequeña amenaza subliminal, no lo había soltado ni un solo momento, lo mantuvo sujeto de la muñeca y clavo su verde mirada en las celestes de su hijo que del miedo habían dilatado sus pupilas y una finísima capa de sudor empezó a cubrir su frente – ¿Entendió la orden? O debo repetírselo con señas
  • Entendido papá – contesto desviando los ojos al piso, sentía la cara ardida de vergüenza y la boca áspera, la resaca empezaba a pasar factura
  • Entonces puede retirarse


Y lo soltó cogiendo el periódico para leer como si nada hubiera pasado; si algo caracterizaba a Mikel era su increíble capacidad de desconectar las cosas, era como si acabara a pedir la hora a un desconocido en vez de dar una orden que no admire replicas, sobre todo porque aquella orden implica consecuencias por alguna mala decisión como en este caso; Matías estaba sentado a la izquierda de Mikel, y tomaba leche como los chicos, no había interrumpido nada pero quedo intrigado de la dinámica familiar que le gustaría tener, en vez de ello hundió sus hombros y suspiro profundamente, él no tenía quien se ocupe de su vida, y quienes se habían comprometido en cuidarlo y protegerlo, corregirlo y educarlo, lo martirizaban y hundían, de pronto se dio cuenta que estaba a punto de regresar a esa pesadilla, y se quedo mirando el vacio, de aquello se dio cuenta Miranda y tomo cartas en el asunto intercambiando miradas con su marido.

 

  • ¿Saldrás ya no más Miranda? – pregunto Mikel fijándose la hora dejaría a Nathan un tiempo prudente para que se haga a la idea y haga su examen de conciencia, total habían pasado 2 años desde la última vez que tuvo que castigar a su hijo… por lo tanto era para ambos incomoda la situación; pero aun así en unos 20 minutos más emprendería sus pasos arriba, además primero quería saber algunas cosas que solo Matías podía responder… y lo hizo, conto su versión de los hechos sin omitir nada y también conto el porqué se había escapado de casa y dejo claro que no quería volver allá
  • En una media hora imagino que sí, tengo concertada una cita con la defensoría para esta tarde, mientras preparare el almuerzo, así que hasta la tarde no puedo hacer mucho – le contesto y luego se dirigió a Matías – sobre tu cama puse ropa limpia, date un baño Matías y te alistas ¿si? Iremos al mercado y después del almuerzo solucionaremos el lío de tu custodia ¿bueno? – Miranda ya tenía planeado solicitar la guarda custodia de aquel muchacho no importa temporal, pero no iba a dejarlo en la calle – Y nada de ponerme caras muchachito hablaremos con ellos ya verás que todo tiene solución y si no, pues nada, si una puerta se cierra hay una ventana para salir ¿verdad?, o entrar – se acercó al crio aquel y le planto un beso en la frente, era tan alto como su Uther, ¿dónde estarían sus muchachos?, ya los llamaría, no, iría más bien a buscarlos, tenía una espina en el corazón


Mikel estuvo de acuerdo y finalmente tras leerse todo el periódico decidió que era hora de ajustar cuentas con su hijo, se paró y se encamino a su despacho llevándose en las manos el mismito demonio, cuando abrió la puerta Nathan no estaba, Mikel apretó sus mandíbulas y abrió el cajón de su escritorio sacando aquella regla que se guardaba en ese lugar, inicialmente había querido darle un susto al muchacho, total, tenía 19 años cumplidos y de la universidad habían llamado a su casa para felicitarlo por sus calificaciones había aprobado con 100 sobre 100 el examen de ingreso, pero al parecer su hijo estaba confundiendo un montón de cosas, si creía que por estar en la universidad le daba el derecho de portarse como lo estaba haciendo, lo único que lograba era sumar más delitos a su falta inicial, LA DESOBEDIENCIA.

Así que se encamino al dormitorio de su hijo donde lo encontró tirado en la cama, había entrado al baño por puro reflejo, no quería desobedecer una vez más a su padre, pero tampoco quería que su padre lo castigue, él era un adulto, tenía que haber un punto medio de dialogo, tenía que haber alguna forma de que su padre lo escuche, ambos  eran mayores y podían conversar, se auto consolaba Nat, pero la verdad pura y dura que tuvo que admitir Nathan, es que estaba en el fondo aterradísimo… papá desde hace dos años si bien lo andaba reteando y llamándole la atención por alguna cosa, había dejado de castigarlo físicamente, aunque siempre estuvo el fantasma de que si su padre quería lo haría, pero no lo había hecho hasta ahora, aun no lo hizo, aun no lo hizo se repetía para si, aun puede que solo sea una amenaza nada más, se respondía mordiéndose inconscientemente las uñas como Uther cerrando los ojos fuertemente como si al hacerlo la idea de estar parado desnudo de la cintura para abajo esperando a que su padre llegue y le dé un escarmiento desapareciera, pero, en vez de eso, la puerta se abrió y los pasos de su padre inconfundiblemente se detuvieron justo frente a él y cuando Nat abrió los ojos no se dio cuenta que los tenía cerrados y un horrendo nudo se le hizo en la garganta, Nathan se paro como un rayo.

 

  • Papaaaa – un gruñido, aquello que salió de su boca fue un gruñido de cachorro desamparado, sonó tan infantil, quería decir más, algo más pero no podía estaba en blanco
  • ¡Ni una sola palabra Nathan!… NI UNA SOLA ¿entendido? – Tiro la regla sobre la cama y estiro el pequeño simbadito y luego de eso cogió a su hijo de ambas manos apresándoselas fuertemente, Nat no sabía si abajo estaba o no su madre – no necesitaras esto por lo que a mí respecta el resto del día – sonó el clic de la hebilla del muchacho, ¡que vergonzoso!, iba a ser desnudado a su edad, nooo, no era el que lo desnuden, lo podían desnudar sus novias también, esto era diferente, era su padre quien habría de quitarle el pantalón, le daría una paliza con el trasero desnudo a semejante edad…19 años, que horror, los ojos de Nathan se desorbitaron
  • PAPAAAAA, POR FAVOR – forcejeaba en vano, su oportunidad de decir algo a su favor ni siquiera se asomó por la ventana
  • Por favor ¿QUE? – le dijo mirándolo fijamente y Nathan abrió la boca y no supo que decir – te estoy hablando, por favor ¿qué? Nathan, ¡qué cosa!… No necesitas cinturón, pantalón ni calzoncillos para lo que yo voy a hacer – plof, plof plof, plof el cinturón sonó al desprenderse de los ojales del pantalón y cayó al lecho de Nat, mientras el pobre estaba experimentando la misma ansiedad que tuvo a los 15 cuando papá le regalo su primera wasca con el cintu por salir sin permiso…
  • PAPA NO, NO LO HAGAS, ¿SI? POR FAVOR, por favor, por favorcito – de pronto sus palabras eran un susurro y luego no pudo evitar levantar la voz cuando su padre tiro el botón del ojal, aquello era el inicio de sus pesadillas – ¡por favor!, ten consideración, no soy un niño, no soy un niiiño, soy un adulto papa, UN ADULTO, ¿PORQUE NO TE DAS CUENTA? – rogaba ya y jalaba las manos para quitárselas a  su padre como si pudiera claro, plantando los pies lo más fijos posible para que no lo arrastre, quería desaparecer, sabía que su padre lo fajaría, había deseado oírse más maduro al exponer su punto de vista, en vez de eso le salió una voz totalmente chillona desconocida para si, pero lo peor era que su padre lo condeno a darse de cabeza con el muro de la incomprensión al negarle el defenderse
  • SILENCIO – le dijo mirándole a la cara, agarrando el mentón de su hijo con la mano libre que sujetaba el trenzado – que fue lo que te dije hace un momento Nathan en el comedor, ¿qué fue lo que te dije?... respóndeme que orden fue la que te mande a cumplir?...
  • Que subiera y esperara en tu despacho – respondió en un susurro, estuvo tan absorto en sus pensamientos en el baño que, en vez de obedecer, se tiro en la cama sin darse cuenta
  • ¡Exacto!... ¿qué me esperaras listo no es verdad?, pero en cambio tu vuelves a desobedecerme, y esto no lo voy a pasar Nathan, porque si no te has dado cuenta,  SOY YO, QUIEN TE HA DADO UN ORDEN CLARA Y SIMPLE, CARAJO – le soltó el rostro y su mano voló al pantalón de su hijo…. el botón fue liberado, el cierre bajado con torpeza, ante la atónita mirada de Nat que no pudo articular más palabra, y de pronto las impolutas bermudas iban en descenso quedándose enredadas en los finos pies descalzos de aquel mozuelo que no podía aún creer lo que estaba sucediendo, sobre todo cuando las manos de papá apoyadas en el slip, deslizaban sus largos y blancos dedos entre las ligas de aquella prenda juvenil y se habían caprichosamente quedado metidas en medio camino como si sopesara la idea de desnudarlo totalmente, pero los ruegos de Nat empujaron a su padre a decidirse por el maldito SI
  • Por favoooorrr, pappittooo por favor, no lo hagas, por favoorr – no podía más empezó a gritar para ser oído y se había liberado de su padre y en vez de correr porque se tropezó en su pantalones, se puso de rodillas rogando, si en algún momento había pensado en que actuaria con dignidad, era un mero pensamiento desechado en el olvido, no había dignidad que se tenga, el estrés y el pánico lo hicieron su presa, aquella era una reacción que ni su padre había concebido, creyó que tendría vergüenza de rogar, en cambio estaba ahí, deshaciéndose en palabras y suplicas que lo liberen de aquella embarazosa situación – por favoooor papaaaaaaa tengo 19 años, castígame de otra manera te lo ruego, pero no así, no así, no me quites la ropa por favooor – hizo el intento de subirse las bermudas cuando su padre le jalo los brazos y lo obligo a ponerse de pie, Nat no tuvo nunca opción, su padre era corpulento
  • FIRME EN TUS ACTOS, FIRME EN LAS CONSECUENCIAS – dictamino Mikel como si en vez de su hijo sea su soldado – estas son las CONSECUENCIAS DE NO OBEDECERME – elevo la voz – tengas la edad que tenga Nathan, porque para tu información mientras vivas bajo mi techo, SON MIS REGLAS LAS QUE IMPERAN 
  • POR FAVORR, POR FAVOR, PAPA POR FAVOR – Nathan estaba a esas alturas del partido totalmente fuera de control  tironeaba su cuerpo hacia atrás y las manos hacia abajo para liberarse y no era solo por lo que se avecinaba, la paliza, sino porque su padre estaba a medio camino de terminar de quitarle la ropa y lo vería ahí todo depilado y con aquel escandaloso tatuaje a mano alzada del que se entero nada más bañarse, le entro pánico total – papacitoooo, papacito por el amor de Dios, no lo hagas, no lo hagas, me da vergüenza, ya no soy un niño, ponte en mi lugar, soy un hombre ya, por favorrr – estaba traspirando a más no poder y ocultando su rostro como mejor podía dada su posición  y Mikel metiendo bastante aire a los pulmones luego de mirar largo rato a Nathan ahí, apresado de manos y semidesnudo con la cara hecha un drama total estilo ODISEA, le bajo los slip en un solo tirón y pego el grito al cielo antes de darle aquella paliza que le tenía reservada
  • ¡CARAJO!... TIENES LA OSADÍA DE DECIRME QUE NO ERES UN NIÑO Y ESTAS AHÍ CON EL CULO PELADO Y DIGO PELADO PORQUE LO QUE A MI RESPECTA UN HOMBRE NATHAN TIENE TODOS LOS PENDEJOS EN SU LUGAR – le grito a la cara sin poder contenerse


Trágame tierra rogo Nathan a Dios, pero Dios no le hizo caso, de pronto los colores se le subieron a la cara, toda la sangre de ser posible se le llenó en el rostro; él hubiera jurado que su corazón bombeaba aire para que sus venas y arterias no colapsen, ya que el ardor en sus mejillas era fuego puro, estaba hirviendo; bochorno total, su padre estaba gritando a voz en cuello, a estas alturas no solo su madre sino todo el vecindario se estaba enterando de que tenía el cuerpo depilado y lo que era peor, MIkel no vio aun el tatuaje.

 

  • AAAAAAAYYYY, MMMMMGGGGGG AUUUUU – los gritos volaron con voluntad propia junto al terrible estremecimiento de su columna vertebral, su cerebro ordenaba callar la boca y aguantar, pero sus labios tenían voz propia, habían empezado a llover los azotes, los mismos que se llevo Uther, ahora entendía porque se quedaba de rato en rato sin aire
  • Rwas rwas – las primeras llamaradas cayeron rápidamente mientras Mikel iba gritando enojado – ¿A QUE MIERDA TE HAS DEDICADO TODA ESTA PUTA SEMANA? JA? A ¿QUITARTE EL PELO DEL POTO CARAJO? – eso era lo que más le indignaba de verdad, ver a su hijo menor con todo el pubis rasurado, aquello en su mente era inconcebible – ¡EN VEZ DE ESTUDIAR! – lo acuso antes de volver a hacer silbar el rebenquito que tenía en las manos – rwas RWAAS rwas – esas cayeron en el límite entre los glúteos y los muslos, por lo que Nathan sintió como si papá le cortara la piel a jirones con aquellos ramalazos arrancando un grito desesperado
  • AAAAHHHHHWWW, AYYYY PAPAAA POR FAVOR – Nathan gritaba a todo pulmón, hasta ese día nunca experimento un dolor tan picante como aquel que ahora su padre le estaba regalando con una fuerza que él, abría jurado era incalculable, pero la verdad era porque aun cuando caía un solo chirlo, sobre su piel se impactaban 3 líneas rojas porque papá estaba azotándolo con un trenzadito de 3 puntas, que ni siquiera tenía más de medio metro y como Uther, estaba viendo estrellitas de mil colores
  • Rwas rwas RWAAS – papa azotaba rápido, sin tiempo a adivinar donde caería el siguiente golpe, la piel de sus nalgas, sus muslos y pantorrillas empezaron a dibujarse desde adentro con líneas bien definidas y que terminaban en unos puntos redonditos en el extremo distal, seña del nudo que tenia la trenza
  • GGGRRRR, AYYY AYY AYYYY AUUUU BASTA, papaaa… ya nooo por favooor – toda la tensión acumulada por el miedo a la paliza empezó a liberarse con aquellos gritos que pegaba, no pudo aguantar, era demasiado para él
  • CÁLLESE, ¿no me dijo que era un hombre?, ¡ahora aguántese como uno! 


Aquellas palabras tan duras, la mirada oscura del enojo, la voz en un tono tan grave y el ceño fruncido de Mikel, y, si, hubo un Y en mayúsculas, la puerta sonando al abrirse dio paso a la vergüenza total, Matías había entrado imprudentemente a despedirse de Mikel y se quedó parado ahí contemplando la escena tan deplorable de Nathan por una ínfima fracción de segundos para luego cerrarla tras de sí acongojado, él creyó que los gritos de Nat se debían a patadas, puñetes, o palazos con la escoba como él se llevaba, en vez de eso lo vio ahí, con el traste desnudo y siendo azotado en el trasero, mientras el rostro del muchacho si inicialmente estuvo rojo del dolor ahora era escarlata total de la vergüenza sumada, y obligándose a aguantar estoicamente todos y cada uno de los azotes regalados de su padre, cerro la boca y los ojos, fingiendo que si no veía a Matías este no lo veía a él, Mikel no se había dado cuenta de que la puerta se abrió y cerró tras de si.

 

  • Mmmmmgggg aggggrrrr, iiiii uuuufffffff auuuu mmmmmgggggg – había incluso inflado los mofletes con tal de contener el aire que amenazaba con desprenderse del cuerpo acompañado de un grito, empezó a gesticular todo tipo de muecas y gruñir ruidos indescifrables, de haber sabido que su padre se enojaría tanto, no hubiese ido a esa tonta fiesta de la que ni disfruto, tanto afán para nada, las lágrimas hacia mucho que diluviaban el juvenil y ahora sufrido rostro de Nat, y la respiración empezó a entrecortarse, su padre tirando del cuerpo hacia arriba se dio cuenta de que Nat estaba llegando al límite de todo, sintió que sus manos temblaban y ya no hacían fuerza por liberarse, a final Nathan se puso a llorar como un niño pequeño – Perdoooo nameee, MMGGGG perdón AYY AYY paaaa pa, perdón, MMMRRRR  nun caaa   maaasss, nun  caaaa más AUUUU, AUUU IIII voy a deso be de cer te, AAAYYYY pero por faaa vooorr FFFFUUUUUSSS  FUUU  FFFUUU – resoplaba con fuerza vaciando sus pulmones – yaaaa noooo, ya nooo, dueee leee, dueee leee muuuu chooo AUAUAUUU agggg
  • rwas RWAAS rwas – Mikel soltó los últimos 3 azotes en el todo el trasero antes de soltar el trenzado, luego de eso, jalo a su hijo hacia su cuerpo y lo sujeto ahí sobre su pecho para que termine de llorar evitando que se derrumbe, mientras le acariciaba la espalda y le besaba la cabeza, cerró los ojos mientras acunaba a su chango mordiendo las mandíbulas en una franca mueca de frustración, de enojo, de rabia, de pena, de miseria total, no le gustaba para nada hacer lo que hizo; era obvio que la decepción inicial se había perdido, allá estaba su hijo, con 19 años llorando como un niño profundamente, dolidamente pegado a su cuerpo abrazándolo con tanta urgencia en el alma, mojando su ropa, y dejando escapar pequeñas convulsiones y estertores, cuanto duro la paliza realmente? Escasos 10 minutos entre desvestirle, reñirle y azotarle…
  • AUU  Lo sientoooo papaaa, ayyy AUUU AUU AU lo sieeennn  tooo,  taaanntooo – se disculpaba – pero  Ethan meee  dio    permiiii soooo, buuu uffff bbbuuu, ayyy auu
  • Así que Ethan te dio permiso – dijo papá con voz suave
  • Siii,  siiii   mmggg  pero luegoooo  me dijo que no pooodia iiirrr buuuu ayyy yyyy au au, pero él me dio permisooo, me dio permisooo – se quejaba como un crio al que le quitaron el caramelo, sin despegarse del abrazo de su padre, aguantándose las ganas de tocarse el trasero o las piernas – no es justoo
  • Escúchame Nat, pon atención – lo separo un poco de su cuerpo y lo llevo hacia el escritorio del joven, se sentó ahí y sostuvo a su hijo ahí – no me interesa que Ethan te haya dado permiso
  • Perooo
  • Shuu, no me interrumpas – le limpio los ojos y le levanto la sufrida cara para que lo vea – quiero que me respondas una sola cosa Nathan… ¿Quién es tu padre, Ethan o YO? – espero la respuesta que no se dio – ¿no vas a responder?, quien es tu papá Nathan? Ethan o YO
  • TUUUUcontesto vencido, su padre acababa de restregarle en la cara sutilmente lo que desde un inicio el debió darse cuenta
  • ¡Exacto hijo! – le beso la frente para que no sienta que lo estaba riñendo, suficiente había sido la paliza ganada – tu eres mi hijo, yo soy tu padre, la orden te la he dado yo – le limpiaba los ojos y las mejillas – era a mí a quien debiste obedecer desde un inicio, no buscar una contraorden Nathan – seguía frotándole la espalda y le acomodo la ropa para ahorrarle la incomodidad de estar desnudo como estaba delante de su progenitor – esta es mi casa y estas son mis reglas – estiro la mano al escritorio golpeteando con el dedo el escritorio para dar énfasis a sus palabras   y no me interesa la edad que tengas Nathan, te lo vuelvo a repetir, mientras vivas bajo mi ala, tú ME OBEDECES SIN RECHISTAR, porque como te habrás dado cuenta, puedo si quiero, volver a darte un escarmiento como el de hoy y yo hijo – lo abrazo con infinita ternura mientras le besaba el derrotado rostro – no quisiera volver a hacerlo, creo que eres un joven inteligente y como me dijiste hace un rato, eres un hombre, pero para ser un hombre hay que comportarse como tal, no hacer tonterías de quinceañero entendido?, tomar decisiones correctas aun cuando estas no sean del agrado de uno, me entiendes?
  • Siii, siii – gemía totalmente dolorido – pero creo que hoy ha sido excesivo – empezó a llorar
  • No hijo, el castigo que yo te di, va en proporción a tus actos, ¿dónde se ha visto que te vayas a una fiesta sin permiso para empezar mío y luego, aun cuando tu hermano te haya prometido ir, y después te haya pedido que lo esperes tu rompas tu promesa, te tires la mona de mierda que te has dado hasta el punto de perder el sentido y dejes a la misericordia de Dios tu cuerpo, para que te depilen y luego te hagan esa cagada de tatuaje en el culo? – lo agarro del mentón como cuando siempre lo reflexionaba o antes de una paliza como la de hoy – ¿crees que soy ciego? ¿Que no lo vi?, pones en riesgo tu salud, tu vida y eso no lo voy a permitir, no sé con qué cosas te han hecho eso pero te voy avisando desde ya Nat, que esta tarde iremos al dermatólogo, quiero saber si esa huevada que tienes escrita en el poto se puede borrar con láser, y rogar para que por lo menos hayan usado un equipo estéril, porque si no estaremos en serios problemas de infección  o enfermedades infectocontagiosas… que si bien yo sufra y reniegue o paliza que te dé, no evitara que tú las padezcas verdad?... ahora dime, sigues pensando en que fue excesivo? O te merecías todos esos azotes Nathan, contéstame sinceramente hijo – le soltó el mentón y le beso la frente
  • Perdóname papá, por favor – era lo único que podía decir, estaba avergonzado totalmente, pues porque puesto como lo hizo su padre, si se merecía esa paliza
  • ¿No vas a contestarme? – metió los dedos en el pelo de su hijo acariciándoselo – te merecías o no los azotes Nathan
  • Siiii, me los merecía – contesto al fin ocultando el rostro en el cuello de su padre rompiendo a llorar de nuevo, aquello fue demasiado, se acababa de dar cuenta que porque más que él gritase a los cuatro vientos que era un adulto, sus actos le restregaban al rostro que no lo era
  • Bien, así me gusta, que reconozcas tus errores, ese es el camino a la madurez


Luego de eso, simplemente lo beso, lo acuno y lo insto a darse un baño y descansar, luego cuando haya descansado y este más tranquilo tocaría el tema del castigo adicional por lo de los chicos, algo que debía estar en mutuo acuerdo con Ethan, pues si algo caracterizaba a Mikel, era que en casa había jerarquías que cumplir y Nathan había no solo desobedecido a su hermano, sino que se escapo de la casa mintió y encima se le ocurrió redactar y firmar un acuerdo de lo más estúpido con sus sobrinos, pero por ahora ese trasero tenía que descansar…

Después de todo, su padre acababa de sacarle la mierda.



(lo siento en mi país los padres suelen decir voy a sacarte la mierda cuando los amenazan con darles una paliza, jjjj

3 comentarios:

  1. Ame revivir este capítulo. Por qué? pues porque Nathan fue castigado con todas las de la ley, se cree muy adulto porque tiene 19 años y se porta como un pubero. Igual 19 es un culicagado, está en la adolescencia, recuerda que inicia a los 13 y termina a los 19 y luego sigue la juventud que se puede extender por mucho tiempo.
    Te juro que amo tanto ver a los « más grandes» siendo corregidos que divina paliza con las nalgas al aire se llevó el niño jajaja y lo mejor fue que tuvo público, sí soy malita aveces, siempre depende del personaje claro está, pero sí se trata de Nathan no debe haber piedad para ese traserito jajaja y ya que andan siempre encuerando a los pobres gemelos de tu otra historia y a Uther, ya era hora que le tocara una buena ración.

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  2. Y será que Nathan no tiene la valentía de irse de su casa?. Y buscar su propio camino?

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    1. No creo, y así es mejor aunque sí lo hace va Mikel y le da la paliza dónde lo encuentre jijiji.

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