La Vida no es un sueño
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Abril del 2016
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Capitulo 4
Oráculo escondido o
problemas a la
vista
Autora:
Chany
Casi un mes
había pasado bastante tranquilo, Nacho había tomado parte en el cuidado de
Mateo y había sugerido agregarle Benjamín al nombre porque ese era el que le
gustaba, algo a lo que Edgar accedió pero estaba pendiente, también había
realizado el cambio de domicilio legal y se había mudado a la casa de Ed a la
habitación que antes Estella utilizaba como cuarto de costura y manualidades,
lo habían acondicionado para el chico con algunos muebles usados que había en
el garaje, resabios de la vida de estudiante de Edgar y Nacho muy padre, muy emancipado y todo pero había puesto
un póster enorme de Avengers en la pared. Aunque algo incómodos, estaban
llevando la convivencia bastante bien a excepción de las veces en que alguno
tomaba a Mateo y hacía alusión a ser el padre que era cuando se sentía denso el
ambiente.
Por los cambios legales y
otras cuestiones Nacho había faltado una semana a clases y cuando se
reincorporó las cosas se pusieron difíciles, ya no era el hijo del juez, ahora
sólo era el chico emancipado que tenía la matrícula pagada hasta fin de año y
que había deshonrado a la escuela con su comportamiento, y entre el evidente
disgusto de algunos profesores, la indiferencia de otros y el hecho de que a la
mayoría de sus compañeros los padres le aconsejaran alejarse de su “mala
influencia”, (claro que no es una orden que muchos adolescentes seguirían pero
era suficiente para Nacho saber esto para sentirse incómodo) su estancia ahí se
estaba volviendo una pesadilla.
Sin embargo en un
principio agacho la cabeza e intento seguir adelante como si nada ya que si no
demostraba ser responsable le podían
revocar su emancipación y al no estar su padre en capacidad de hacerse cargo
quedaría en manos del Estado por tres años hasta cumplir 18, pero llegó un
punto en el que no soporto más, se sentía en jaque todo el tiempo, acosado por
sus “errores” y ya no quería volver a esa escuela donde lo juzgaron y ya no
tenía ni un amigo, sólo pensar en cruzar las puertas hacia que le duela la
cabeza, así que decidió que no iría más, nadie se daría cuenta y llegado el
momento ya vería que hacer y así, aunque salía de casa de Ed todas las mañanas
y tardes en su horario escolar, ni por
la vereda del cole se había asomado. En cambio había dedicado sus horas a estar
con Mateo cuando Ed trabajaba y estaba
la niñera que hacia de cómplice (esa era su principal responsabilidad no? Ser
el padre de Mateo) o vagaba por las calles con unos amigos del club de Hierba
Buena, su anterior barrio.
Pero el viernes la escuela
inquieta por las inasistencias llamó al juzgado de menores y de ahí le
informaron a Oscar el abogado de Ignacio y ahora amigo de Ed, quien llamó a casa pedirle que lo espere
para hablar como abogado con el chico, pero por cuestiones de confidencia con
su cliente no podía adelantarle nada, claro que no hizo falta ya que Ed fue a
esperarlo al colegio y se dio con que el niño no estaba allí y por noticias
extraoficiales ya que conocía a varios docentes se enteró de todas sus
inasistencias. Cuando Ignacio llegó de la “escuela” se encontró en la sala a su
abogado y a Ed esperándolo.
- Hola, ¿paso algo? – La cara de pocos amigos de los dos hombres ya anunciaba que algo pasaba y sólo pregunto por la obviedad.
- Pasa que se supone que estabas en el colegio y no fue así ¿Dónde carajos estabas? Ha? – Edgar estaba hecho un toro – Te pregunte si siempre iban a ser difíciles las cosas contigo y dijiste que no – le frustrada no ser capaz de llevar la convivencia sin exabruptos y que el chico complique innecesariamente las cosas así que se levanto para hablar cara a cara con Nacho.
- Es que… yo – titubeo un momento pero luego se armo de valor – ESE ES MI PROBLEMA NO TE IMPORTA!! – Nacho reaccionaba muy mal bajo presión y para él la mejor defensa era un ataque al mejor estilo stonewall
- Primero: no grites, no me gustan los gritos ya te lo dije y segundo: si me importa porque si terminas en un hogar de menores no creas que va a ser muy fácil venir a ver a Mateo, tener las cosas que tienes o ir a un colegio privado
- Tener cosas no me importa y el colegio es una mierda!! Así que no me amenaces imbécil – Dijo girando para irse a su cuarto.
- No te amenacé – contesto Edgar molesto parándose de donde estaba y acercándose peligrosamente a Nacho – y NO ME INSULTES señorcito – dijo apuntándolo con el dedo de manera autoritaria agregando – y mierda o no es tu obligación ir al colegio y vas a ir te guste o no – hasta ese momento Edgar estaba por graduarse de tibetano pero no sabía cuánto podía durar aquella paciencia.
- ¡NO VOOOOY! – se cruzo de brazos para dar énfasis a sus palabras
- ¿SI VAS! – apunto Ed con el ceño fruncido
- ¡NOOO, NO VOY A IR! – empezó a gritar olvidándose de Mateo y de que podía despertar
- No te estoy preguntando!
- Y YO HE DICHO QUE NO VOY A IR – ambos estaban totalmente rojos y sudados por la acalorada discusión y las cosas no pintaban bien así Oscar decidió intervenir.
- Las cosas no te importan… ¿pero Mateo? – Los dos que discutían se giraron, por un momento habían olvidado al abogado y después de calmarse un poco y menguar la respiración que al momento parecía la de un toro embravecido Ignacio respondió.
- Si me importa, y no quiero ir a un hogar de menores
- Bien entonces no se hable más, conseguimos un justificante por estas dos semana y no faltas más, de acuerdo?
- Si de acuerdo – Respondió sin ánimos Nacho bajando la cabeza.
- Bueno entonces no tengo nada más que hacer acá, hasta pronto – Y Oscar les tendió la mano a Nacho y a Ed para retirarse. Pero antes de que el chico se en cierre en su habitación Ed lo detuvo.
- hehehe! Nosotros tenemos algo pendiente todavía.
- ¿Quéeee? Ya está, ya dije que NO FALTO MAS – Dijo con fastidio, esa mañana se había topado con su madre en el shopping y ella apenas lo miró y encima con desprecio. Estaba acostumbrado a las acusadoras miradas de su madre, siempre haciéndolo sentir como si estorbara pero había vivido toda su vida con ella y a pesar de lo sucedido tenía la esperanza de que algo de cariño le guardara pero al parecer no y después de un tímido intento por saludarla ante esa respuesta de su madre tuvo que irse del lugar por la dichosa orden. Definitivamente no era un día para soportar reproches.
- Justamente de eso me voy a asegurar y de que no me grites ni me faltes más es respeto – Y lo tomó del brazo a la altura de la axila y lo llevo hasta el cuarto de Nacho.
- ¿¿Qué haaaces, que haaaaces?? – empezó a desesperarse adivinando más o menos que le pretendía Ed – NOOO; NOOO – empezó a chillar – No... no puedes – Decía mientras trataba de zafarse con violencia.
- ¡OOHH SII!... SI QUE PUEDO JOVENCITO ... si puedo, ¿no ves? – pregunto sarcástico – Te dije que sólo tenía dos normas que quería que cumplieras – le refresco la memoria – ser responsable con tus estudios y respetarme como yo te respeto. Y te advertí que si no LO HACÍAS, habría consecuencias – respondió imperturbable.
- ¡Pero esto no!, no quiero.
- Por eso es un castigo.
- Pero no… no tienes derecho!! – Por experiencia Ignacio sabía que lo que le esperaba no era nada grato y quería escapar a toda costa, ya había empezado a sudar y las piernas le temblaban lo que le jugaba en contra a la hora de resistirse. Ed se frenó antes de entrar al cuarto y lo miró de frente para hablar, estaba bastante molesto y prefería dejar las cosas claras antes de hacer lo que tenía pensado hacer.
- Es mi casa, desde que estas acá no tocamos tu cuenta del banco, te hago el desayuno, almuerzo y cena, lavó la ropa, te llevo a donde necesitas ir y no te lo sacó en cara porque lo hago con gusto – empezó a numerar todo lo que le facilito desde que vivieran juntos – y lo más importante porque te aprecio mucho, por eso adquirí responsabilidades contigo y eso también me da ciertos derechos y si tu idea es formar parte de la vida de Mateo, tienes que aprender a aceptar las consecuencias de tus actos porque se educa con el ejemplo.
- Pero eso no te da derecho a golpearme – respondió con un hilo de voz – yo no te pedí nada – para desgracia de Ignacio si voz perdió la fuerza que tenía hace unos mementos y ahora sonaba más infantil de lo que hubiera querido, el cambio de voz era una desventaja terrible cuando tenía un nudo en la garganta. Y Ed reanudó su marcha hacia el desastroso interior de la habitación del chico.
- Es verdad – dijo Ed muy decidido pegando llave al dormitorio lo que hizo que los pelos de la nuca de Nacho se paren en punta – derecho no… es cierto, yo me equivoque, ES UNA OBLIGACIÓN – y la cara de Nacho fue un poema – un deber MORAL que adquirí cuando dije que te iba a ayudar y eso es lo que voy a hacer, ayudarte a ser responsable – y sin más cogió a Nacho del brazo jalándolo hacia el borde de la cama
- NOOO; Por favor – Nacho empezó a rogar a tiempo de jalar el cuerpo hacia atrás, pero era un esfuerzo nulo, Edgar se había sentado ya en la cama e Ignacio quedo de pie frente a él con los ojos llorosos, no estaba asustado, estaba cagado de miedo y por más que quiso salir corriendo las piernas no reaccionaban, a pesar de que su boca y su carácter lo traicionaba cuando estaba enojado cuando se encontraba frente a una situación similar, el miedo lo invadía y se le hacía casi imposible oponer resistencia.
Con calma Ed lo inclino
sobre su regazo creyendo que la repentina docilidad del chico era porque se
había resignado y no porque tenía miedo, él estaba nervioso también y por ello
no reparó en el cambio del rostro del chico que si bien había vivido en carne
propia el castigo físico con su padre y en la escuela, nunca había estado en
esta posición que era sumamente incómoda y creía que se iba a ir de cara al
piso, pero fue más extraño sentir la mano de Ed en su espalda en un intento de
calmarlo que por milagro se obro y terminó resignándose, después de todo aunque
luche no iba a ganar nada Ed a su lado era un ropero de tres cuerpos.
- PLAF PLAF PLAF PLAF
- Mmg – la boca le temblaba apretando los labios
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- Au – empezó a quejarse mordiendo los labios
- PLAF PLAF PLAF de verdad espero que esto te ayude a recordar tus responsabilidades PLAF PLAF PLAF – Las lágrimas empezaron humedecer de los ojos del chico pero trataba de no hacer ni un ruido, un poco por vergüenza y otro porque su experiencia le había enseñado a que eso podía empeorar las cosas para él – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- MMMgg ahhh hhhh mmmgg – empezó a sollozar muy bajito, entre el miedo la vergüenza y la impotencia estaban quebrantando su fachada aunque aún se negaba a llorar
- No quiero tener que hacer esto de nuevo pero todavía eres un niño y es por tu bien PLAF PLAF PLAF PLAF – Ed dejo a Ignacio en su regazo mientras acariciaba su espalda y su respiración se volvía más pausada, pero al ver que no tenía intenciones de moverse y seguía tenso en su regazo lo ayudó a pararse, y no pudo evitar darse cuenta que la mirada del chico denotaba que estaba perdido, no sabía cómo reaccionar, así que Ed tiro un poco de su mano y lo hizo sentarse a su lado pasando su brazo sobre el hombro del chico y empezó a hablarle en voz baja pero firme – Lamentó esto, pero no me arrepiento de hacerlo – agrego seriamente – sinceramente creo que hice lo correcto – y apretó un poco el abrazo – Pero ya está todo bien si? Borrón y cuenta nueva ¿te parece?
Le sonrió un poco pero Nacho mantuvo la vista en el suelo, no
había sido como las veces anteriores cuando todo paso rápido y al calor del
enojo, esta vez no había llorado aunque si
estaba congestionado y sus ojos algo rojos. Todo había pasado lento, Ed
le habló con calma haciendo que por momentos se sienta realmente arrepentido,
claro que no lo admitiría todavía ya que tenía unas ganas impresionantes de
partirle la cara a ese hombre y decirle tantas cosas, pero al ser todo tan
tranquilo le dio también tiempo a pensar, no era conveniente hacer movidas
riesgosas en este momento, tampoco quería hacer más reclamos ni tocar más el
tema, le daba mucha vergüenza.
- No me gusta esa escuela – Dijo en un susurro después de un rato sin darse cuenta que acababa de ponerle voz a sus pensamientos, a lo que Ed respondió con un suspiro y después dijo.
- La escuela es una obligación, pero no tiene porque ser ésa, podemos pedir un pase – mientras hablaba agarraba el mentón del chico para que levante la vista.
- ¿En serio? – y por fin lo miro de frente – a mi me gustaría ir a otra escuela – confeso en voz baja
- Yo siempre habló en serio – afirmo – sé que es extraño todavía pero si confías en mi podemos encontrar soluciones a muchos problemas. Y no llegar hasta una situación como la de recién – Este comentario hizo ruborizar al muchacho.
- No me gustó eso. A mí nunca…. Va... si, pero… no así – Dijo entre avergonzado y molesto.
- Si entiendo. Y a mí tampoco me gusto pero ya sabes la solución. ¿no?
- Perdón por todo… ¿Amigos de nuevo? – por el momento ofrecer un empate era la opción más inteligente, había mucho para hablar sobre el tema pero no era el momento.
- Claro campeón todo olvidado – y Ed apretó su mano en señal de acuerdo – Ahora hay que buscar una escuela nueva – le dijo serio pero no enojado.
Algo que no fue tan
difícil, pues cuando uno es docente es mucho más fácil conseguir plaza en un
colegio, sobre todo si tu hermano mayor es el director así que el mismo viernes
fueron a buscar lugar para pedir el pase.
- No tengo problema en ayudarte pero todo este asunto del chico es muy extraño – le comento su hermano con evidente preocupación en la voz, desconfiaba de aquella situación pero sobre todo de la familia del niño
- Si lo sé y te agradezco el favor pero prefiero no tocar el tema todavía – Edgar se había molestado con el comentario.
- ¿Prefieres? Ed es una locura, no sé que tiene Juan en la cabeza que esta apañándote con esto, pero todo tiene que parar antes que salgas lastimado – definitivamente, no podía dejar de manifestar su disgusto con la situación
- ¿Apañarme? – pregunto indignado – ¡Gustavo! Esto no es un juego y yo no tengo 5 años – Respondió levantando los papeles del escritorio de la oficina de su hermano para irse.
- Espera ED por ¡DIOS! – dijo Gustavo sorprendido, no esperaba ese tipo de reacción de su hermano – perdón no quise ofenderte – dijo con sinceridad – pero para mí siempre vas a ser mi hermanito y me da miedo que sufras – le dijo con cariño, con ese tono conciliador que utilizaba cuando eran más jóvenes – pero te apoyo… te apoyo al 100 % – le aseguro mirándolo de frente y agregando para dar por cerrada la charla – Que empiece las clases el lunes ¿está bien? – Dijo tomando el brazo de su hermano para detenerlo.
- Está bien… y no me ofendo, es sólo que esto ya de por si es complicado como para que todos me lo señalen
- Tienes razón – Gustavo se enterneció y abrazó a su hermano como cuando era pequeño – Que te parece si mañana almorzamos juntos ¿mmm? Voy con Gaby y los chicos, porque Anto me tiene loco por ver a Mateo.
- Claro que sí, ya me estaba preguntando porque mi casa no estaba invadida hace tiempo jajajaja. Le voy a decir a Juan, así estamos los tres – Ed se emociono con la idea, sabía perfectamente que era él quien había evitado juntarse con sus hermanos como solían hacerlo todos los sábados, porque no quería dar lugar a que se opine de la extraña situación que se vivía en casa
- Bueno, hasta mañana hermanito
Y el sábado llego
demasiado pronto para todos, pero fue en resumidas cuenta una buena
experiencia, pese a los pequeños inconvenientes.
- Buuuaaaaa mamá Rodrigo me está pegandoo – el grito alteró a Ed y Gustavo que estaban poniendo la carne a la parrilla. Gabi había salido con los bebes a comprar y ellos habían quedado con Anto, Rodri y Nacho en casa.
- ¿Qué paso? – Dijo Gustavo al ver a su nena con una de sus trencitas revuelta, claro signo de que le habían tironeado el cabello.
- Lo.. los chi…cos no me deeejan jugaar y me dicen cosas feas y Rodrigo me tiró de aquí snif – Lloraba la pequeña de 6 años mientras se sobaba la cabeza.
- Este mocoso me tiene podrido ahora me va a conocer – Dijo alzando a su pequeña y subiendo las escaleras. Ed salió detrás de él sobre todo porque la acusación de decirle cosas feas había sido en plural. Y apenas entraron al cuarto Ed vio la mirada de culpable en los ojos de Ignacio.
- ¿Otra vez lo mismo? Yo que dije que iba a pasar si le volvías a levantar la mano a tu hermana? – Gustavo estaba muy molesto, en fase Batman según su hijo que era cuando ponía voz grave y hablaba lento sin despegar los dientes, Rodri sabía que de esta no se salvaba, ya estaba advertido y últimamente se había vuelto costumbre perder la paciencia con su hermanita, así que solo le quedaba mostrarse arrepentido y salir con la mayor dignidad posible.
- Perdón papá reaccione mal, yo la voy a compensar – dijo casi en un gemido, pero Nacho que no conocía la estrategia se indignó porque su nuevo amigo se entregará tan dócilmente al matadero así que salió en su defensa.
- PERO ELLA EMPEZÓ, ESTA MOLESTANDO Y NADIE LE DICE NADA, NO NOS DEJA JUGAR Y CASI ROMPE SU CONSOLA.
- Nacho sin gritos que nadie es sordo – Trató de calmarlo Ed.
- PERO PARECE, PORQUE CUANDO ELLA MOLESTA NADIE LA ESCUCHA Y CUANDO CHILLA SI… Ayyy – en un segundo Ed. lo tenía de la oreja y lo sacaba de la habitación
- Se terminó salgamos de acá que ellos tienen que arreglar las cosas en privado y nosotros también
- Auuuauuu yaa que me duele – Por fin Ed le soltó la oreja cuando estuvieron en el pasillo.
- Tienen 14 y 15 años no hay excusa para ponerse a la altura de una niñita, si los molesta avisan, yo puedo entender que no la quieran ahí pero nunca voy a consentir los abusos hacia los más chicos. ¿Te gustaría que alguien traté a Mateo como la estaban tratando a ella? – Y si… Ed estaba molesto pero sabía perfectamente que botones apretar para doblegar a Nacho.
- No me gustaría – Nacho se sintió mal al instante y bajo la cabeza.
- ¿Entonces admites que se portaron mal con ella? – pregunto de nuevo esperando que conteste y ante el silencio de Nacho volvió a presionar – ¿Qué le dijeron? – pero Nacho no respondió – ¿Qué le dijeron?
- Yo la moleste como hacía con mis hermanitas – confeso un poco avergonzado – perdón – agrego incomodo – sólo le dije llorona – y se apuro a aclarar – era un juego nada más para chincharla, pero después se fueron a las manos entre ellos dos – indico – perdón de verdad – en ese momento Anto salió del cuarto y dos minutos después supieron porque.
- Plaf plaf plaf plaf – el sonido era piel con piel y Nacho trago grueso porque supuso lo que estaba pasando ahí adentro – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- Auu papá perdón ya no… PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf – buuaaa ya entendii
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – afuera Nacho tenía una angustia terrible… él había empezado con las bromas a Antonella y ahora terminaba así.
Cada palmada le estremecía
el cuerpo, el sonido era fuerte así que seguro no eran caricias, además Rodrigo
lloraba a todo pulmón, claro que todo era parte de su show “demos lastima a
papá”, pero eso Ignacio no lo sabía . La culpa y el casi sentir en carne propia
los chirlos hicieron que en un impulso quisiera frenar todo y entró. Lo que se
había imaginado no era lo que veía ahora. Rodri estaba sentado en las piernas
de Gustavo todavía con los pantalones abajo pero siendo consolado por su padre,
se paralizo ante la escena. En ese momento la vergüenza invadió a Rodrigo que
de inmediato enterró la cara en el pecho de su padre y Gustavo le lanzó una
mirada asesina que si fueran cuchillos lo dejaban estampado en la pared que
tenía Nacho a sus espaldas, así que cerro de nuevo la puerta sintiéndose un
intruso en aquella escena. La imagen lo sorprendió sobremanera pero le dio algo
de envidia también, el conocía muy bien la primera parte del castigo pero a
excepción de la última vez con Ed nunca
lo habían consolado, ni siquiera tenía permitido llorar en voz alta y sin
pesarlo con toda esa mezcla de emociones en su pecho se abrazó a Ed y lloro con
angustia por todas las veces que no había podido llorar y por la culpa que sentía por saberse responsable de
ese desenlace.
- Tranquilo Nacho todo está bien ¿si? – Ed fue tomado por sorpresa, pero por instinto devolvió el abrazo, algo confundido por los altibajos de Nacho y solo atino a aconsejar a manera de romper el contacto – Sólo no más peleas y ya.
- Fue mi culpa... Perdón – musito compungido y avergonzado
- Ya está… shuu… a la que le tienen que pedir perdón es a Anto y después todo olvidado.
Y así lo hicieron, los
chicos pidieron disculpas y volvieron a jugar y a pesar de que ambos tenían los
ojos rojos del llanto prefirieron hacer de cuenta que no paso nada y ahorrarse
las vergüenzas, jugando en relativo silencio haciendo participar a Antonella
mientras Ed se sumergió en las quejas caseras de su hermano mayor.
- Ya no se qué hacer, contesta mal y quiere hacer lo que se le da la gana, cree que se manda sólo el mocoso y no nos quiere ayudar, menos con sus hermanos – decía Gustavo deshaciéndose de los últimos rastros de enojo después de la “charla” con su hijo.
- Sí, que se cree... ¿qué es adolescente? – se burló Ed con todo el sarcasmo que le fue posible.
- Ya te quiero ver… yo que tu no escupiría para arriba que ya sabes dónde puede caer, mira que escoba nueva barre bien, pero en cuanto ese chico tome confianza – dijo Juan que acababa de llegar, apuntando a la ventana del cuarto de Nacho – YO voy a estar para verlo – se estaba poniendo al día con los acontecimientos de la mañana y era el que había tomado a diferencia de Gustavo, una actitud más relajada con Ignacio y la situación de Ed.
- Ya te estás oyendo como mamá con sus refranes, en mi caso las cosas son diferentes – se defendió Ed
- Eres un adulto con un adolescente en su casa, pronto vas a ver desgastadas las cerdas
Y aquella frase quedo
grabada en la cabeza de Edgar, y Ed repasaba mentalmente aquella pequeña charla
del sábado mientras corregía las monografías sobre historia de la educación,
acababa de dejar a Ignacio en su primer día de clases. El chico no era ninguna
escobita nueva y ya había mostrado las hilachas colgando en varias
oportunidades, preguntándose ¿será que había más?.... NOO se dijo a si mismo
relajándose, ¿cuántos problemas le podía traer un chico de quince años después
de todo? Se preguntaba pensando que aquello era un absurdo en el mejor de los
casos, cuando Mariano, el orientador de la Universidad entró a la sala de
profesores anunciando el apocalipsis, rompiendo su pequeña paz…
- Edgar – dijo algo serio, como no queriendo decir lo que tenia, pero bueno le habían pedido el favor – te llaman del colegio Nacional, dice que es tu hermano que pasó algo con Ignacio…
Y Ed dejo momentáneamente
de respirar…
Cada capitulo es cada vez mas interesante, este niño y este hombre están destinados a estar juntos pero no como padres que discuten por la tenencia de un bebe, sino como padre e hijos o en el mejor de los casos como hermano mayor y menor.
ResponderEliminarPero sera tu poderosa imaginación la que nos despeje dudas.
Un sincero abrazo
Marambra
Chany,...yo solo quiero poder seguir leyendo lo que viene ,la historia ya me atrapó y ...aquí estoy,a la espera de la siguiente actualización ¡está fantástica!
ResponderEliminarKeny.