Pillado
infraganti
Del
artista:
Salomón Van Abbe
(1883 – 1955)
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
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Publicado
originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional
en fecha 24 de abril del 2016
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Capítulo
único
Autora:
Litlle Hoshi
Dani
había cumplido 8 años ese mes
de Marzo, y tal y como sus padres le había prometido ya podía ir y volver de la
escuela solo. Un descanso para sus padres, porque tenían que tirar de “favores”
y detestaban tener que depender de la disponibilidad de sus padres o de la
hermana pequeña de Tomás.
Dani estaba deseando cumplir los ocho porque la
mayoría de sus amigos ya hacía tiempo que iban y volvían solos de la escuela.
La escuela solo estaba a 10 minutos de casa y no había ningún cruce peligroso,
por eso no entendía porque les había costado tanto a sus padres dejarle ir
solo.
Las primeras semanas tanto Laura como Tomás sufrieron
“en silencio” la angustia por dejar que su polluelo revoloteara por libre. Pero
es ley de vida, los niños crecen. Y debían admitir que ellos no recordaban
cuando empezaron a ir solos a la escuela, por lo que probablemente fuera mucho antes
de los 8. Pero era distinto, eran otros tiempos.
Una tarde Tomás regresó a casa sobre las dos, se había
debido de acatarrar bien duro porque la fiebre lo había convertido en un guiñapo
de trapo. Tomás se metió directito a la cama dispuesto a hacer la gran sudada. Aquel
día Laura tenía turno doble y hasta las cinco que no saliera Dani de la escuela
podría descansar un poquito.
Los analgésicos hicieron su efecto, Tomás se quedó
dormido como un tronco. Cuando al fín despertó eran las seis pasadas. Se
levantó todo adolorido y pensó que realmente había caído redondo en la cama, ni
había oído llegar a Dani a casa. Se puso los zapatillas y se arrastró hasta el
salón. Silencio. Que cielo de hijo, debió meterse en la habitación para no
hacer ruido y desvelarlo. Tomás se fue a la cocina y preparó dos sándwiches y
un par de batidos de cacao. Le apetecía merendar como cuando era un crio. Sonrió
al recordar a su madre preparándole la merienda y las protestas de sus hermanos
y de él porque siempre dejaba la corteza del pan de molde. Y ella protestando
que no eran ricos para ir tirando la comida. Tomás cortó la corteza de los dos
sándwiches y los puso en dos platitos de postre, de los más coloridos que
encontró.
Cuando Tomás abrió la puerta de la habitación de Dani
y vio que estaba vacía le tembló todo, parte por la fiebre que volvía a
aparecer y parte por el miedo. Rápidamente corrió hacía su dormitorio y sacó su
celular del bolsillo de la chaqueta. Dani llevaba un teléfono para las emergencias.
No tenía internet ni nada, solo servía para recibir y hacer llamadas, era el
típico celular para ancianos y para niños que te endosan cuando te haces un
plan de llamadas con una compañía telefónica.
Los primeros tres tonos fueron una larga agonía para
Tomás, pero justo cuando iba a sonar el cuarto Dani respondió con un “hola
papi”. Tomás se dejó caer sobre la cama, el niño estaba bien. Cerró los ojos y respiró
profundamente había envejecido 10 años en un momento y de repente volvía a
sentirse joven como un colegial.
·
Hola
papi ….¿papi? (volvió a repetir Dani tras un largo
silencio, quizás su padre lo había llamado sin querer)
·
Hola
Dani ¿Dónde estás?
·
En
casa, haciendo los deberes (dijo Dani con el mismo tono de
felicidad. En ese momento a Tomás se le llevaron los diablos después del susto
que se había llevado ahora encima lo engañaba)
·
¿En
serio? Porque yo estoy en casa y no te veo (dijo Tomás sin
disimular lo más mínimo su enfado. Entonces hubo un largo silencio, pero se
podía oír respirar a Dani al otro lado de la línea) ¿Dani?
·
Si
(dijo tímidamente)
·
¿Dónde
estás? (el enfado de
Tomás era demasiado evidente como para pensar que era problema de la
línea)
·
Mmmm
ehhhh mmmm (empezó a titubear Dani)
·
¡DONDE!
(rugió Tomás)
·
En
la plaza (casi en un susurro. Tomás se levantó fue al salón y
salió al balcón miró hacia la plaza y efectivamente ahí estaba su hijo con
otros 4 niños jugando al balón. Dani debió notar la mirada punzante de su padre
porque se giró y miró hacía el bloque donde vivían)
·
¡Sube
– ahora – mismo! (ordenó Tomás y colgó el teléfono)
Dani, ni se despidió de
sus amigos, tomó su mochila y salió corriendo hacía su casa. Sabía que había
hecho mal. Sus padres le habían dicho que directo de la escuela a casa sin
paradas de ningún tipo. Y él normalmente iba directito a casa, pero a veces,
cuando su madre tenía turno de tarde pues echarle un par de patadas al balón
con sus amigos no hacía daño a nadie. Y bueno con que llegara antes de las
siete y cuarto a casa que era cuando su padre solía llegar, no pasaba nada.
Dani no tuvo que sacar las
llaves para abrir la puerta del apartamento, su padre estaba esperándolo con
los brazos cruzados apoyado en el quicio de la puerta. Dani dudó por un
instante si pasar dentro o salir corriendo. Pero sabía que si su padre lo
agarraba iba a ser muchísimo peor. Tomás se aparto un poquito para dejar pasar
a Dani pero aunque su hijo se esforzó por dejar una buena distancia entre su
padre y el, el ancho de la puerta de su apartamento no era el estadio de
Maracaná. Tomás agarró a Dani por el brazo y descargó su enfado en tres duras
palmadas.
·
Aaaaaaaay
(se quejó Dani llevándose las manos al trasero)
·
¿Ay?
¡Ay te voy a dar yo! Pasa para dentro que te voy a arreglar
(dijo soltándolo y cerrando la puerta de un portazo. Tomás estaba tan enfadado
que ya no sentía la fiebre. Dani corrió al salón y puso su trasero a salvo
sentándose en el asiento más lejano del sofá)¿Cuál era la condición que tu madre y yo pusimos para dejar que
volvieras solo de la escuela? (dijo con ambas manos en la cintura y echando
una mirada que bien hubiera podido fulminar al mismísimo hombre de acero).
·
No
entretenerme en el camino (dijo sin atreverse a mirar a los ojos
a su padre).
·
¿y
cómo llamarías tu jugar al futbol en la plaza después de clase? (preguntó
entre dientes Tomás. Dani estuvo muy tentado en hacerse el gracioso y
contestarle que “pasar un buen rato”
pero sabía que no era momento para chistes)
·
Solo
fueron un par de chutes (protestó asustado)y era aquí en la plaza.
·
Son
las seis y cuarto. Han sido más de un par de chutes, y no se trata de cuanto
rato estuvieras en la plaza ni lo cerca que está, sino que no viniste directo a
casa como te habíamos dicho. ¿lo haces muy a menudo?
·
No
(mintió pero no había manera que su padre supiera que no era así)
·
Otra
mentira, está claro que no puedo confiar en ti.
·
No,
lo juro, ha sido la primera vez (Dani lloraba implorando
que lo creyera)
·
Ni
una palabra más, Daniel. Pero tú te crees que tu padre se chupa el dedo. ¿Me
has tomado por idiota o qué?
·
Nooo,
no papi pero…
·
¿Pero
qué? ¿Me vas a soltar otra trola? Daniel ya estás en suficientes problemas,
piénsalo bien antes de contestar (Tomás estaba que sacaba
fuego por las muelas. Dani tragó saliva y se echó aún más atrás como si pudiera
mimetizarse con el tapizado del sofá)
·
Papá,
no ha pasado nada (intentó cambiar de táctica)
·
¿Te
refieres a parte de desobedecernos y mentirme? (dijo
con sarcasmo Tomás y Dani se dio cuenta que estaba muy muerto ojala su madre
estuviera allí para salir en su defensa. Aunque si su madre hubiera estado en
casa él no hubiera ido a la plaza y no le habría pillado su padre y nada de eso
estaría pasando)
·
No
es para tanto, solo estaba jugando con mis amigos
(dijo Dani pero al acabar la frase ya se había dado cuenta que la había cagado)
·
Mentirnos
y desobedecernos no te pare para tanto, está claro que no te estamos educando
bien, pero vamos a arreglar eso (dijo arremangándose las
mangas y en dos pasos se puso frente a frente de su hijo y de un tirón lo
levantó del sofá, se sentó él y volvió a colocar a su hijo en el mismo
sitio pero esta vez sobre sus rodillas)
·
No,
no, no (empezó a protestar entre gritos Dani, pero Tomás iba
por faena y de un tirón le bajó pantalones y calzoncillitos hasta medio muslo) papá, por favor, no, juro que nunca más lo
haré, lo juro (Dani suplicaba con lágrimas en los ojos).
·
Pobre
de ti que vuelvas a mentirme porque lo que te dé si te pillo en otra mentira
será antológico. ¿oíste Dani? (Dani había visto a su
padre pocas veces tan enfadado)
·
Si,
papi, si, pero por favor, no me pegues, no lo volveré a hacer, no volveré a
mentirte ni a desobedecerte (decía intentando zafarse del agarre
de su padre).
·
PLASS
– Tomás
dejó caer la primera palmada a modo de respuesta – PLASS PLASS Se acabó
volver a casa solo, hoy mismo llamo a tu tía y que vuelva a recogerte y si ella
no puedo seguro que los abuelos pueden – y Tomás empezó a castigar a conciencia las
posaderas de su hijo, normalmente le daba unos cuantos azotes y ya bastaba para
mantenerlo a raya pero esta vez era necesario algo más que un toque de atención
·
AYYY
NO, NO, NINGÚN NIÑO DE MI CLASE LE ACOMPAÑAN AAU
·
PLASS PLASS
Tuviste tu oportunidad y has demostrado que no se puede confiar en ti aún
PLASS PLASS PLASS PLASS
·
AAAAAAAAAAAAU NO AYYY DUELE
·
PLASS PLASS PLASS me has mentido a la cara y varias vecesPLASS PLASS PLASS NINGÚN HIJO MÍO SERÁ UN MENTIROSO PLASS
PLASS PLASS
·
BWUAAAA BWUAAAA NO AAAAAU LO SIENTO, LO
SIENTO
·
PLASS PLASS PLASS No te haces ni la menor idea del susto que me he llevado cuando he
entrado a tu habitación y no te he visto PLASS PLAS PLASS. Sabes muy bien que hay mucho degenerado
suelto que se aprovecha de niños que están solos y se los llevan y ya nunca más
se sabe de ellos PLASS PLASS PLASS tu
madre y yo tenemos que saber a todo momento dónde estás y con quien PLASS
PLAS PLASS ¿ENTENDISTE?
·
BWUA BWUAAAAAAAAAA SI PAPÁ, SI, YA BASTA POR FAVOR YA BWUAAAAAAAAA NO LO VUELVO A HACER LO JURO BWUAAAAAAA
·
PLASS PLASS PLASS PLASS (Tomás le dio 4
últimas palmadas bien fuertes para que le dolieran durante un buen rato y así
pensara bien lo que había hecho mal. Después le subió la ropa y lo acomodó en
sus rodillas y dejó que el llanto se fuera apagando poco a poco) Dani, sabías muy bien que estaba mal
mentirnos e irte al parque sin que tu madre o yo supiéramos nada y es por eso
que te he castigado. Ya no eres un bebé, ya eres mayorcito para saber que si
algo no está bien no lo debemos de hacer (Ahora ya hablaba con un tono más
tierno pero sin dejar de ser firme).
·
Lo
sé papá, pero no creí que hiciera daño a nadie –
dijo sinceramente
·
Hijo,
en esta vida hay que hacer cosas simplemente porque es lo correcto, sin
importar si lastimamos a alguien o no. Eso es lo que nos hace ser buenas
personas, de verdad. Y yo sé que tú eres bueno de verdad, así que la próxima
vez que te surja la posibilidad de hacer algo que sabes que está mal, párate a
pensar si quieres ser ese tipo de persona, de las que solo son buenos cuando la
gente mira. O si quieres ser bueno miren o no miren ¿eh?
·
Yo
quiero ser bueno de verdad – Dani realmente no quería
ser de los chicos malos, creía fervientemente que a los chicos malos nadie les
quiere
·
Eres
bueno de verdad – dijo dándole un abrazo – pero hijo, nadie es perfecto, incluso YO me equivoco.
·
Sí,
pero cuando tú te equivocas no te dan en culete – Dani
puso morros).
·
No,
llevas razón – Tomás tuvo que aguantarse la risa – pero tampoco queda todo solucionado con una
regañina. Papá tiene que hacerse responsable de sus errores, intentar
rectificarlos y si no es posible disculparse, vivir con ello e intentar que no
se vuelvan a cometer.
·
¡Yo
también puedo hacer eso! La próxima vez, lo haremos así
(dijo con malicia y Tomás no pudo evitar soltar una carcajada) Jooooo no te rías, hablo en serio – poniendo
morros y cruzándose de brazos. Tomás lo bajó de su regazo y de una palmada lo
envío a dirección a su habitación
·
No
quieras crecer tan rápido, ser mayor no es nada divertido ¿o no has visto la
cara tan seria que tienen todos en la oficina de papi? – Dani
se quedó unos segundos pensando, si que todos se veían terriblemente aburridos
pero en ese momento su trasero le decía a gritos que ser aburrido era mejor que
te duela el trasero) Además los adultos no podemos jugar, ni ver dibujos ni
tenemos caramelos cuando vamos a casa de los abuelos
·
Vale,
tú ganas, pero sigue sin gustarme eso de que me pegues – protestó
Dani de una forma muy graciosa
·
Si
te gustara perdería toda su efectividad jajaja anda ve a hacer los deberes, que
sino será la hora de la cena y aún no estarán acabados – dijo
Tomás alegre de nuevo, Dani retorció el hocico pero obedeció).
Querida Little, como siempre un placer leerte, y siempre que tengo entre mis manos una historia tuya, es como abrir una ventana y saltar como un conejo para ver curioso el panorama.
ResponderEliminarAdoro lo que escribes, me encanta tu estilo
Marambra
Concuerdo con Marambra en su comentario anterior,siempre es una alegria leerte Little,¡gracias por tantos momentos de entretención!
ResponderEliminarKenny
Como ya está anunciado que es un sólo capítulo no hay margen a pedir más, pero si puedo decir que me encantó, buenísimo como cada historia tuya que leo.
ResponderEliminarLo que si puedo pedir, aprobechando la volada, ya que cuando leí la historia ya era "vieja" y no tenía sentido comentar, es que porfa porfa porfa sigas con "en casa de los tios". Lo dejaste cruel y estratégicamente en un suspenso terrible! De verdad como los dejas ahí, con las mochilas preparadas, justamente pillados infraganti.
Un placer leerte.
Excelente...pobre Dany
ResponderEliminarUna pequeña travesura... jaja me imagine la cara de Tomas cuando el niño le dijo que por lo menos a el no le dan en el trasero cuando comete errores... a lo mejor no de grande pero de peque debe ser otra cosa.
ResponderEliminarjajajaja así pasa con todos quisieras crecer demasiado pronto y cunado creces ya quisieras que el tiempo se detenga!!
ResponderEliminarLittle que buena historia fue esta... me encantó!!
Y creo que se lo sonaron con ganas y por eso ya no hay más porque aprendió la lección!!...