Mis Gemelos
一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Las imagenes publicadas no nos pertenecen, son imagenes tomadas de sitios publicos de la Internet, si alguien tiene algun conflicto con eso, comuniquese con nosotros para retirarla de inmediato
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Abril de 2016.
一一一一一一一一一一一一一
Capítulo 62
Caja de Cambios
Autora: Marambra
(Por favor a todos los
que lean esto, les pido criterio, quizás rebasa la imaginación y sea demasiado
pervertido y por ende hiera la sensibilidad del público, pido disculpas si
fuera el caso… no lo escribiría o expondría si no supiera que esta es una
página donde acude gente con criterio formado y adulto en todo sentido, moral,
espiritual, sexual y demás… LA AUTORA)
Pasado ese
breve interviú por fin Rubén se hallaba con Iván donde quería, estaban en un
descampado fuera de la ciudad, lo llevo a practicar.
- Bueno Iván pon atención – dijo papá todo serio – esto ya lo repasaste y me parece una locura que te hayas olvidado en dos patadas lo que te explique – dijo en tono más de frustración que de enfado – no puedes seguir así, el examen es en dos semanas más y es tu oportunidad, porque si no tendremos que esperar al año que viene – repitió aquello por enésima vez
- Pero la verdad, es que yo no quiero dar este examen – por fin Iván hablo, estaba empezando a estresarse y todo le salía mal y actuaba torpemente – porque no más bien le enseñas a Lex? El si quiere hacerlo – le dijo a su padre queriendo bajar de la movilidad
- NO jovencito – papá atajo la huida del crio sujetándolo del hombro – Lex estará ocupado una buena temporada en otras cosas – le respondió pensando en las clases particulares que planeo Clara para el chico – además hay que aplacar un poco su sentido de temeridad, no quiero que él tenga un permiso de conducir todavía – revelo uno de los secretos por los cuales no le dejaba dar el examen a Lex – él es algo irresponsable – dijo pensando en lo defectos de Lex – …en cambio tu no, y podría necesitarte alguna vez para una emergencia en la hacienda – confeso – es bueno que en la casa aparte de mamá y yo, uno de ustedes sepa conducir, y Lex no cumple las condiciones todavía – dijo volviendo a poner la mano de Iván sobre la caja de cambios
- Pero papá!!! – Iván estaba irritado y su padre al final tuvo que darse por aludido
- A ver Iván – dijo soltando su mano y apagando el motor – ¿cuál es el asunto? – le pregunto de frente – ¿por qué diablos no quieres repasar esto conmigo? – cogió su mentón, no iba a conformarse con el silencio o una evasiva – lo estabas haciendo muy bien y te veía muy entusiasmado con tener un permiso de conducir – le recordó – y de pronto ya no quisiste ir a la autoescuela, y ahora me dices que no quieres hacerlo más – todo esto era muy sospechoso para él – ¿qué pasa? … si mal no recuerdo, te fugaste una noche sacando la vagoneta – y sin querer le recordó uno de los incidentes más bochornosos que vivió Iván en su vida – y aun cuando la hayas siniestrado al aparcar lo hiciste bien, conduces bien, así que no veo cual es el lio – dijo, volviendo a encender la movilidad – repasaremos conmigo todo lo que se te haya olvidado y si en el examen no pasas veremos las fallas y las mejoraremos ¿si? – dijo recordándole que él estaría ahí para ayudarlo
Pero
para Iván había una razón justificable, no quería aprender a manejar una
movilidad con caja de cambio mecánica, le hacía recuerdo a Raquel, pero no era
un recuerdo demasiado agradable, es más era un recuerdo asqueroso, y se
paralizo totalmente cuando su padre le puso la mano sobre la suya y lo llevo a
la caja de cambios para repasar primera, segunda, tercera cuarta y retro…
- FFFFFSSSSS – Rubén soltó todo el aire contenido en sus pulmones impacientándose con su hijo, apago el motor una vez más y salió de la movilidad, se acerco al asiento del piloto donde estaba Iván y le abrió la puerta – Vamos, sal de ahí, caminaremos un rato
Iván
bajo y siguió a su padre en aquel paraje
tan hermoso al que lo había llevado muy de madrugada, la vista era esplendida,
y había visto amanecer prácticamente con su padre, Rubén se había propuesto que
esa semana repase con el muy temprano para dar el examen y escogió esa hora por
el calor y por falta de tiempo el resto del día, era un sacrificio de los dos,
pero el crio caminaba ahora detrás de su padre sin querer acercarse mirando el
piso, tenía un enorme conflicto dentro de él, una parte, la de siempre, quería
aprender a conducir, era su sueño, pero otra se frenaba por un simple recuerdo
y la vergüenza, cerró los ojos e hizo un ademan de eliminar un pensamiento que
se le cruzo por el cerebro, solo que su padre se fijo en eso y cogiéndolo de
los hombros le hablo firmemente con esa voz que no admitía ningún pero
- Bueno Iván he sido muy paciente y tú lo sabes bien – dijo a manera de reproche, estaba ya bien de tanta tontería – quiero saber que sucede – demando – que está pasando – pregunto dándose cuenta de lo tenso que estaba su hijo – haces todo bien Iván, pero te frenas con la caja – le dijo – la caja mecánica, es exactamente lo mismo que una caja automática – pensó que ese era el inconveniente – tiene algunas variantes, pero nada que no puedas aprender a manejar – le dijo esperando una respuesta del muchacho, pero Iván se fue encogiendo en sí – ¿porque te pones así? – pero Iván se agacho mucho más y no quiso hablar, su padre le levanto el mentón y el desvió la mirada, no entendía porque actuaba así, era irracional
- Estoy esperando una respuesta Iván – Rubén hablo suavemente – y no nos moveremos de aquí hasta que decidas confiar en mí – y le miro a los ojos con fijeza – no me interesa las reuniones que tengo a lo largo del día o que tu madre nos espere a comer – anuncio dando el a entender la importancia que aquello tenía para él, y lo jalo del brazo y lo sentó a su lado bajo la enorme fronda de un totahí y le dio agua a beber – Vamos Iván, soy tu padre – le recordó – a mí me puedes decir que pasa con toda confianza, no voy a enojarme ni gritarte ni nada por el estilo – vio la necesidad de dejar claro aquello – solo quiero ayudarte a superar el miedo que te frena – dijo pensando que quizás tuvo alguna mala experiencia al conducir en el pasado – es una maquina hijo, no puede ganarte una maquina ¿verdad?
- Es que todo esto me hace recuerdo a Raquel y no me gusta acordarme “eso”, me siento asqueroso – Iván se paso de golpe y quiso alejarse de su padre
- ¿Raquel? – casi se atraganta al decir su nombre, Rubén la tenía entre ceja y ceja – ¿Qué diablos tiene que ver esa mujercita con que aprendas a conducir? – Rubén se puso alerta pero no quería que su hijo se dé cuenta del escalofrió que le recorrió el alma y lo volvió a sentar a su lado, aquello era algo que tenía que averiguar
- Es que…
Al
final termino contándole a su padre su dilema y cuando este oyó todo y se
entero, no sabía que decirle al muchacho, era la primera vez que Rubén no tenía
una respuesta para la urgencia de su hijo, pero una cosa si estaba en su mente,
la próxima vez que a esa mujer la tenga delante le arrancaría la cabeza de
cuajo y la llevaría al campo a jugar futbol con ella hasta destrozarla.
…
Había bajado Iván del autobús que lo llevaba de Warnes a Santa Cruz, Raquel
estaba en la movilidad suya, un Toyota 4 x 4, era un auto muy masculino, alto
de proporciones macizas y de color azul metálico, había tocado la bocina para
que Iván se dé cuenta donde estaba y el avanzo hacia ella entusiasmado, se
quedo viendo el automóvil y pensó para sí que le gustaría tener uno como ese, y
se lo comento a Raquel, como le comento que estaba aprendiendo a manejar.
Raquel
no dijo nada, simplemente le abrió la puerta del copiloto, le sujeto el
cinturón de seguridad y luego le regalo un tortazo en toda la cara.
- Lección número uno, sujetarse el cinturón
- Peroooo
- Lección numero dos: no distraer al piloto – y un nuevo revés le trono en el ardido cachete
Después
de eso ambos estaban sobre la carretera, el no quiso decir ni pío, llegaron a
un campo abierto y ella paro la movilidad, cambiaron de lugar y le tomo un
examen de todo lo que aprendió en la autoescuela, y tras eso ella empezó a
explicarle lo que tenía que hacer, pero en medio de aquello, y como él estaba
tan nervioso se equivoco un montón de veces, Raquel con todos sus exabruptos y
con el carácter tan cambiante como el clima en verano de sol a lluvia de viento
a trueno, y al ver que el crio no pillaba ni una sola con la estúpida caja de
cambios, apago el motor como hizo su padre ahora, bajaron ambos de la movilidad
e hizo algo imperdonable, e imborrable en la memoria de Iván.
- Bájate los pantalones Iván – Le grito a tiempo de quitarle el cinturón del chico, lo empezó a golpear con el dorso de la mano sobre la cara y le regalo un horrible pellizco en la cintura
El
no se atrevió a replicar nada de nada, hizo lo que ella le dijo, ella saco de
su bolsa una fusta negra, le golpeo la espalda, los muslos, los glúteos, las
manos, los brazos y todo lo que estuvo a su alcance, golpes certeros, duros,
crudos en toda su naturaleza, violentos, después de eso y ganada toda la moral
del chico y hecho añicos su autoconfianza lo hizo sentarse en el asiento del
piloto nuevamente aún sin ropa y le puso la mano en la caja de cambio, y ella
puso su mano en el pene del crio y fue explicándole los movimientos de la caja
de cambio en su cuerpo apretando lo
justo y necesario, había sido lo más humillante que esa desquiciada hizo
con él…
- Ni una sola palabra – le dijo poniendo la punta de la fusta sobre la boca, apretando sus labios como un dedo que calla – …queja o llanto estúpido mocoso – lo insulto – ahora prende la movilidad y camina – ordenó – yo te daré señales para que sepas cuando cambiar al caja, ¿entendido?
Iván
había terminado de hablar, pero no de contarle a su padre lo que Raquel hizo
después, ella gozaba algunos días de hacerle daño pero otros cambiaba y era muy
mimosa, y aquella tarde en particular, y tras darle tanto golpe, como en
ninguna otra oportunidad lo empezó a besar por todo el cuerpo y a dejarle
marcas con la boca, unas de mordidas pequeñitas o de chupones…. Sus padres no
se enteraron de nada, nunca vieron nada, porque él se cuidaba de no estar con
ropa ligera, incluso caminaba con pantalones largos en casa pese al calor… solo
un moretón sobre la comisura derecha de sus labios llamo la atención de Clara y
el, se apuro a contestara que se había golpeado con la rodilla de su compañero
dentro del agua al jugar.
¿Si
aprendió a manejar la caja de cambios? Si, lo había hecho, y muy bien, porque
cada que ellos se encontraban ella le tiraba las llaves del auto y lo instaba a
conducir, habían repasado señalizaciones de transito incluso en la misma
ciudad, no le había importado que el muchacho no tenga experiencia o no tenga
el permiso reglamentario, pero conducir era un martirio, error que cometía, era
fustazo regalado, y siempre, siempre le repasaba la famosa caja de cambios con
los pantalones bajados…
- Cuando sucedió eso? – La voz de Rubén era ahora mismo el filo de una navaja recién pulida, tenía ganas de agarrar a Iván y darle una paliza por ocultar aquello… pero su hijo no quería volver a hablar del tema – te estoy preguntando hijo, cuando ocurrió todo eso?
- Cuando tu viajaste a Uruguay – contesto en un hilo de voz ocultando la cara entre las manos que sujetaban su cabeza; por el se volvía avestruz
- ¿Y Lex donde estaba? – pregunto molesto – se suponía que tu ibas a pasar clases con él, ¿dónde estaba Lex? – había enojo en su voz
- Mama castigo a Lex por un mes sin ir a la piscina – le conto – y yo iba solo a la ciudad pero ella me recogía de la parada y me llevaba a…
- BASTA – papá hizo un alto con la mano parándose de golpe – no quiero saber nada más – Rubén sabia donde se lo llevaba, a los moteles, a su casa, a diferentes lugares, pero la torpeza de sus actos hizo que Iván crea que sentía asco por él y no supo qué hacer, se arrepintió de contarle todo eso a su padre, se paro y empezó a correr campo abierto con un nudo en la garganta, y la vista nublada, no le dio tiempo a Rubén a nada y cuando supo, su padre estaba tocando el claxon de la movilidad siguiéndole a la orilla de la carretera
- Sube Iván – pidió papá mirando a su hijo y la carretera al mismo tiempo
- NOOOO – grito enojado – no quiero hacerlo, no voy a hacerlo – se cruzo de brazos y siguió andando sin rumbo
- Sube – ordeno papá conteniéndose de gritarlo, estaba enfadado, pero no con su hijo, sino con esa mujer – estamos en medio de la carretera y no es seguro que estés caminando a la orilla – le advirtió – ¡sube de una vez!, estas agotando mi paciencia Iván, tenemos que hablar
- NOOO! – volvió a negarse – yo ya hable, te conté lo que me paso y tú te enojas conmigo, no volveré a confiar nunca más en vos – Iván se orillo más a la derecha y le dio la espalda a su padre
Rubén
estaba dividido en dos, Iván tenía razón, le había prometido que no se enojaría
y que podía confiar en él y apenas lo hizo, el se enojo y le grito, era la
frustración que tenia dentro de sí mismo, el hecho de enterarse de primera boca
detalles escabrosos de aquella enfermiza relación, no sabía si había actuado
bien en darle un cheque a esa mujer o era mejor ofrecer el cheque al juez y
acelerar el proceso, lo malo es que él había cumplido su parte, había retirado
los cargos contra Raquel, tenia firmado el papel ese donde se comprometía a no
acercarse al chico, hasta ahora lo había cumplido, y por otra parte estaba
enfurecido porque como padre no pudo librar al muchacho de una experiencia tan
asquerosa como esa, y no podía ahora mismo decirle algo que valga la pena, ¿como
mirar a tu niño a los ojos cuando acabas de enterarte que todo lo sublime que
tenia le fue arrebatado a jirones?... como decirle no estoy enojado contigo sino
conmigo mismo por no saber cuidarte, ¿como decirle, que no puedes borrar esa cicatriz
de su alma?, ¿que no puedes devolverle la inocencia?, ¿que el peso es más grande
que tus hombros?
Iván
paro de golpe y cruzo la calle corriendo, sin fijarse que venía en plena curva
un camión cargado de frutas Rubén cerró los ojos y freno de golpe, golpeándose
la cabeza con el parabrisas, el miedo lo paralizo todo no pudo actuar a tiempo,
solo oyó el estruendoso golpe que dio al chocar aquella mole metálica con un
árbol arrastrando todo a su paso…. POR
DIOS, POR DIOS… pensaba mientras salía de la cabina aturdido
IVAAAAANNN, IVAAAANNN –
Grito
desesperado…
No hay comentarios:
Publicar un comentario