Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 25 de Abril de 2016.
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Capítulo 73
El hijo pródigo
Autora: Marambra
- Escúchenme bien los dos lo que voy a decirles, y grábense esto en la cabeza si no quieren que se los grabe yo en la trasero – Los empujo a la silla y se acerco a ambos muchachos y les goleó con algo de fuerza sobre las sienes con los índices, demostrando su disgusto y enfado, estaba hasta la coronilla y eso se notaba a leguas – son un par de desconsiderados de mierda – se había agachado a la altura de los ojos pasando la mirada de un a otro
- Mamaaaaaaaaaaa – gritaron al unísono los gemelos que se hallaban sentados para disgusto suyo lado a lado en la cocina de su madre
- CALLENSE
Mamá golpeo
la paleta de silicona de hacer masas en la mesa haciéndola sonar como si fuera
un sopapo rompiéndola de lo fuerte que la tiro,
habían llegado de la calle de almorzar los 3 en aquel restaurante donde
solían ir con papá también, solo que esta vez él fue el gran ausente, Clara
pretendió que sea un almuerzo relajado, lejos de la tensión que había en la
casa desde hace una semana ya, pero se arrepintió en el alma, porque los chicos
se comportaron como verdaderos salvajes, ya en la movilidad desde el mismo
momento que su madre los rapto del potrero empezaron a insultarse uno al otro
por lo bajo, o patearse, o ponerse zancadillas, o hacer malos gestos, sacarse
la lengua infantilmente, darse de puñetes o cerrarse con la puerta en la cara…
Y
en la mesa, aún con gente alrededor no pudieron con sus vándalos impulsos y se
arrojaron el refresco encima, o se tiraron las servilletas sin importarles que
el resto de comensales los vea, fue demasiado y Clara disgustada los agarro de
las orejas a ambos delante de todos, con tal fuerza que no pudieron aguantar el
gemir, pero Clara no los soltó, los saco de allá y los empujo a la movilidad a
punto del colapso, cerrándolos por fuera, si querían matarse que lo hagan lejos
de la mirada de la gente, activo la alarma y regreso al restaurante a terminar
de comer sola, los chicos creyeron que iría por su cartera, pero se quedaron de
piedra cuando vieron a su madre llamar al mesero y pedir los platos a la carta,
un vaso de vino, agua fría su postre favorito y como nunca dio una calada
profunda a un cigarrillo mentolado, solo una y sorbió el diminuto café que le
sirvieron, tras eso cogió su cartera
dejando 200 pesos encima sin saber el precio de la comida y los chicos
sin haber probado ni un solo bocado y cuando se monto a la movilidad tras un
larguísimo silencio habló.
- ¿Terminaron de matarse? – pregunto procurando estar tranquila y cuando los chicos asintieron se puso el cinturón de seguridad y continuo – Bien, esto es lo que vamos a hacer entonces – agrego – vamos a ir a casa y cuando lleguemos se irán sin rechistar a la cocina y me esperan ahí sin hacer bulla – indico – pero ni sueñen con que van a comer algo, ni pan duro – dijo al oír crujir las tripas de ambos – no hay nada para ustedes hasta la noche – mierda pensaron ambos – y me esperaran ahí sentados hasta que YO, decida dirigirles o no la palabra y luego de que me escuchen si es que hablo, ambos, subirán a sus habitaciones y se quitaran la ropa de calle y se meterán a su cama a reflexionar sobre lo que ha sucedió en esta semana, estamos?
Cuando
los vio escupía fuego hasta por los ojos, los chicos solo asintieron con la
cabeza asustados, recién se dieron cuenta de lo que acababan de hacer y ahora
ya en la dichosa cocina, muertos de hambre estaban sentados frente a su madre
que mal de males coloco dos sillas lado a lado sin ningún espacio, frente suyo
y les ordeno sentarse de un carajazo picante, Clara estaba para pocas pulgas
- Mama, yo… MAAA yo – ambos rompieron el silencio demandando a mamá pero Clara no estaba para nadie
- CÁLLENSE… NO MÁS; no quiero oír una sola palabra más de ustedes – advirtió – que se creen aquí, van a venir a jorobar la paciencia de su padre y la mía ¿y querer hacer lo que les da la gana?
- Pero mamá – replico Alexander, pero mamá ya estaba preparada, se acerco al chico, le agarro las mejillas instándolo a que abra la boca y le metió una cucharadita de su sala favorita, llajua de locoto con pepas y todo, que el crío escupió ya no mas, atorándose y con un acceso de tos que lo dejo rojo, aquello picaba horriblemente
- HE DICHO CÁLLENSE – le apunto con el dedo, mientras Lex sacaba la lengua y babeaba a más no poder y empezó a llorar porque le dolía la lengua, ¿cómo podían comer esa horrible cosa los adultos?, le ardía hasta la orejas y la nariz; al ver esto Iván se hundió en su lugar, mamá estaba realmente enfadada, y cuando estaba enfadada nada bueno pasaba en su trasero, Clara siempre fue más dura que papá cuando reaccionaba de mala manera
- Buuu nif nif nifff – sollozaba Lex mojando su ropa y el dorso de sus manos con saliva en su afán de limpiarse y quitarse el mal sabor por un lado y el terrible picor por otro; al final Clara, con el entrecejo fruncido le alcanzo un gran vaso de leche y le dijo
- Mete la lengua ahí hasta que pase el picor, y no me interrumpan ¿estamos?.... ¿ESTAMOS? – Y el par aquel asintió con la cabeza afirmativamente... para luego uno de ellos suplicar
- NOOOO MAMITA, NOOO, MAMIIIITA, POR FAVOR
Solo
que no hubo favor, bueno si, pero un favor especial, como solo un padre o una
madre puede hacer a su hijo, EL FAVOR DE CORREGIR, mientras eso ocurría los
recuerdos empezaron a golpear la mente inundando de imágenes, frases, dolor,
pena e inmensa vergüenza…
- NO QUIERO ESPERAR A MAÑANAAAAA, MANDAME HOY MISMO, HOY MISMO A LONDRES – grito desesperado Iván, enojado como estaba
- PAPAAA? – Lex abrió la puerta – NO ME QUIERO IR
Rubén
acababa de darse la vuelta sobre sus propios pasos y había abierto la puerta
para hablar con ellos, y los encontró ahí, al pie de las escaleras a ambos, uno
con mucha rabia en el alma y el otro con inmensa tristeza en los ojos, que
hacer?. Ambos lo necesitaban, ambos lo
requerían, y no sabía cómo lidiar con ellos, pero lo haría se dijo… empezó a
subir para cogerlos del cuello y sentarlos lado a lado y aclarar las cosas de
una vez por todas, pero Iván empujo con fuerza y rabia a Lex y casi cae al
vació, al darse cuenta de lo que acababa de hacer, el rostro se le transformo
en pura satisfacción y Rubén se dio cuenta; de haber caído Lex por la baranda
hubiera muerto, Lex se repuso del susto pero Iván huyo de su alcance, su
hermano no tenía intención de hacerle nada, había visto a papá subir apurado
las gradas aquellas y querer coger a Iván, pero no para pegarle o regañarle,
Alexander se dio cuenta que papá quería hablar con él, como había conversado
con él mismo en la mañana… una mirada de ambos al mismo tiempo y fue
suficiente para entender y darse a entender lo que se necesitaba en ese
momento, gracias a Dios, por primera vez en su vida, Lex pudo descifrar el
lenguaje corporal de su padre
- Gracias – susurro Rubén al volver a darse la vuelta para salir tras Iván, Lex leyó los labios de papá y sonrió tristemente quedándose parado en las escaleras levantando la mano tímidamente en señal de adiós
Rubén
dejo la puerta abierta y emprendió carrera, dos cosas tenía en mente, el rostro
asustado de Lex por casi caer al vacío, y el grito de Iván retumbando en sus
oídos. Rubén se había dado vuelta sobre sus pasos para hablar con él,
convencerlo de su error, arreglar las cosas, y cuando vio a su hijo como un
remolino de emociones agotadas y cansadas de la ira y del dolor, y cuando vio a
su par tropezarse por el empujón en el
inicio de las gradas y casi caer, el alma se le salió del cuerpo y cerró los
ojos esperando oír el estruendo del cuerpo al caer, pero nada de eso sucedió,
el uno se repuso del susto y volvió sobre sus pasos hacia atrás, mientras el
otro muchacho voló a su lado y lo aparto.
O
eso pretendía, aprovecho que la puerta
estaba abierta y corrió patio afuera sin tener más compañía que la luna que
sorteaba su luz para que no cayera, en un momento dado, en el silencio aquel
que lo acompañaba donde solo oía su respiración acelerada, se creyó solo, pero
no lo estaba, detrás de él, con el aliento a cuestas, con la lengua fuera
prácticamente estaba papá, y cuando estuvo a punto de meterse a la acequia
porque se dirigía al rio, cuando tropezó y resbalo en una laja, papá lo pudo
alcanzar, lo alzo del piso aquel, y a rastras lo llevo de nuevo al patio
central para entrar a la casa, Iván forcejeaba y golpeaba a más no poder,
repartiendo puñetazos al aire y Rubén atino solo a abrazarlo como solo se puede
abrazar a quien por muchos años perdiste y esperaste, como solo se puede
abrazar a quien se ama, con ardor en la sangre, con dolor en la piel, con
saladas lágrimas cayendo por tu cara, y la cara de tus muertos, con la alegría
de saber que estabas a punto de perderlo, pero no, está ahí, aun ahí, a tu lado,
palpitando, sufriendo, llorando, riendo, soñando, y en este particular caso
necesitando.
Y
Rubén abrazo esa necesidad, porque su hijo demandaba, su niño pedía, su niño
suplicaba en silencio y quería algo de él, su Iván RECLAMABA SU ATENCIÓN CON
TODOS LOS POROS DE SU CUERPO Y ÉL, SU PADRE ESTABA AHÍ, PARA ÉL, PARA
SATISFACER TODAS Y CADA UNA DE SUS DEMANDAS CON UN ABRAZO, UN BESO Y UNA
CARICIA PESE A LA DUREZA DE SUS PALABRAS Y ACCIONES…..
- Te amo mi monito, te amo tanto mi pequeño – los ojos se nublaron de la emoción de abrazar a su hijo después de semejante carrera – tu padre – le dijo, y eso enfureció a Iván que forcejeo y logró liberarse del abrazo de su padre pero no de la prensa de su mano que lo sujetaba de la muñeca, Rubén no estaba dispuesto a soltarlo, no importaba si le arrancaba el brazo, no lo soltaría
- NO, tu no, tu nooo, noo eres mi pa paa – gemía Iván envuelto en la dualidad de sus sentimientos, una parte aliviado de oír eso que quería, tu padre, y el lado oscuro que no conocía hasta ese día, los celos envenenaban sus palabras y más tarde sus acciones
- Tu padre, si, ¡TU PADRE! – afirmo con vehemencia queriendo con ella borrar la negativa del pasado – este viejo estúpido que tienes aquí al frente parado, tan ignorante como él solo, mas bruto de la tierra que ara, mas terco que los bueyes que arrea, te ama, y ese amor que te tengo es lo único bueno en mi vida – le aseguro – se que te hice daño, que te lastime – se acerco cauteloso para acariciar la mejilla de su niño – tanto o más quizás que a mi Logan, se qué he sido un desgraciado y un amargado, un necio total Iván – logro limpiar las lágrimas del niño aquel que solo temblaba ansiando que su padre le dé un abrazo, el que quería para si solo, pero que cuando llego lo rechazo, empujándolo, pero que no amínalo a Rubén que siguió – y te pido perdón por la crueldad de mis palabras, sé que te he lastimado esta mañana, y ayer y siempre desde que has nacido tal vez – decía papá queriendo resarcir todo el dolor causado – quizás desde que tus padres te engendraron al oponerme a esa relación, pero cuando llegaste a mí, cuando te tuve en mis brazos en el hospital, te ame tanto y tanto como te amo ahora – e Iván lloraba al oír esas palabras tan sentidas de su pobre padre – y cuando te vi por primera vez en persona después de 12 años en Londres en aquel lugar, mi corazón no pudo ser más feliz que casi no podía dar crédito a esa dicha pese a la muerte de tu papa – confesó con un hilo húmedo en el rostro que demostraba que estaba llorando como solo lo hace un hombre, áridamente, casi como si exprimiera su alma y tardara el formar una lágrima – tenerte de vuelta como a tu hermano me hizo el hombre más feliz de la tierra y me jure que nunca les lastimaría y aquí me tienes hijo, pidiéndote perdón justamente por eso, porque te he lastimado cuando jure no hacerlo – le mostro su palma abierta para poder abrazarlo, ya que el chico forzaba su huida – ¿me perdonas hijo? – pregunto en un ruego – ¿perdonaras a este viejo tonto?, ¿me darás una oportunidad?... ¿por favor?
- NOOOO, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo – su voz sonó lastimera, como una súplica, como si fuera una explicación, eso no entendía Rubén, ¿por qué decía eso, porque no podía?, ¿qué lo atajaba?, e Iván la darse cuenta de que estaba a punto de confesarle sus miedos más profundos, sus angustias, saco la fierecilla que tenia dentro, y levanto la voz, más para darse ánimos a sí mismo, más para querer coger el coraje que estaba perdiendo ante la súplica y el perdón tan sentido de su padre, y se ladro a sí mismo – NO QUIERO HACERLO – grito soltándose de su padre pegando la huida – quiero irme, odio este lugar, quiero volver a Londres – lloraba, pedía – quiero irme a Londres, o donde sea, pero lejos de ti, lejos de tiiii,
- Hijo por favor – suplico Rubén
Y
una pedrada en la cara fue la respuesta del muchacho que corrió despavorido
tras aquello, los reflejos de papá fueron lentos y no pudo esquivar el golpe
recibiéndolo en toda la frente quedando aturdido tanto del golpe recibido que
abrió la piel en una enorme brecha que ya sangraba manchando el rostro, las
manos la ropa, pero sobre todo aturdido por la violenta reacción del muchacho;
¿por qué?, ¿por qué hizo eso si inicialmente acepto el abrazo con urgencia y
necesidad, casi con hambre?, esto lo descoloco totalmente y perdió algunos
segundos llevando ventaja en la carrera aquel mocoso que huía con los pies en
polvorosa, pero reaccionando ya, cuando empezó a correr tras el crío que
avanzaba a grandes zancadas hacia la playa, Rubén sintió un súbito dolor
precordial y no pudo más, acababa de darle un pre infarto.
Lo
último que recordó tras ello fueron los rostros preocupados de Alexander que
lloraba abrazado sobre su pecho sin querer bajar de la ambulancia y a Clara
llorando pidiendo a Miguel que busque a Iván.
Iván
que huía de todo, enojado con todo, enfadado con su padre, ¿por qué?... lo
sabía muy bien, pero no quería pronunciarlo en voz alta por temor al reproche;
si, pero al propio reproche más que del mundo que seguro ya lo acusaba; estaba
enfadado, enfadado con todo y con todos, con su padre principalmente, enojado
con él mismo, huyendo de la vida, huyendo de sí mismo, huyendo de su
responsabilidad. Huyendo de los problemas, de pronto algo lo freno en seco.
"Huir no es la solución hijo, hay que plantar cara a los
problemas"... Era
la voz de su padre retumbando en sus oídos, la voz de papá, de ese padre que
siempre estuvo a su lado, que le sonreía y le decía que lo amaba, el padre que
lo besaba antes de dormir, que con paciencia le enseñaba cosas, que lo hacía
sentir especial la mas de las veces, el padre al que él como hijo ofendió con
sus palabras y que luego dolido su padre lo lastimo a él y que rogo su perdón ¿y
él que hizo? le había dado una pedrada, ¿y por qué?
- Porque soy el peor hijo del mundo
Se
respondió a sí mismo, avergonzado volviendo sus pasos hacia atrás, hacia la
casa esperando encontrar a su padre y abrazarlo y decirle LO SIENTO perdóname tu por favor, perdóname le diría a gritos si es posible pero en vez de eso lo que vio fue a los del servicio de primeros
auxilios meter a su padre a la ambulancia con una mascarilla de oxigeno y a su
hermano llorar agarrado de la mano caída de su padre… y Clara subiendo a la
movilidad para ir de camino al hospital.
Iván
cayó de rodillas y no supo más de si…
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