miércoles, 20 de abril de 2016

Mi Gemelos: Cap. 14; Autora Marambra

Mis Gemelos

一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Las imagenes publicadas no nos pertenecen, son imagenes tomadas de sitios publicos de la Internet, si alguien tiene algun conflicto con eso, comuniquese con nosotros para retirarla de inmediato
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril de 2016.
一一一一一一一一一一一一一一 
Capítulo 14

¿Qué te dijo papá?

Autora: Marambra


La cirugía concluyo sin complicaciones fijaron ambos testículos para evitar riesgos a futuro, y también les comunicaron como al mismo Alex que lo más probables sea que Alexander también tenga el mismo problema y que si presentaba dolor testicular, no duden en traerlo inmediatamente, que era muy peligroso dejar pasar las horas, y con eso en mente ya más calmados, todos pasaron a la recámara a ver a Iván, quien ya se había recuperado de la anestesia y se sentía bien sin dolor alguno, efecto de los analgésicos claro; quedándose hasta la hora de salida hablando de trivialidades, nadie estaba dispuesto a decir nada sobre el incidente hasta que sea el momento adecuado; cosa que sucedió una vez que regresaron todos a casa a almorzar…

  • Papa – Intervino Iván cuando estaban por irse, sin que lo oiga Clara ni Alexander
  • Que hijo, ¿necesitas algo? – contesto solícito Rubén, acercándose a acomodarle la almohada
  • Esteeee yooo – musito un poco dubitativo sin dejar de mirar de reojo a Lex
  • ¿Qué es? – papá le hizo un mimito, atrapando su nariz cariñosamente
  • NO es culpa de Alexander – dijo en voz baja en el oído cuando su padre se acerco a él – el maestro se burlo de élle conto parte de lo que ocurrió – le pregunto cómo fue la paliza que tu le diste y todo el curso se rió – y Rubén cambio el semblante, jamás hubiera imaginado semejante panorama – y Lex le pego un puñete al profesor e iba a patearlo pero yo me opuse… por favor no lo vayas a castigar – abogo por su hermano con un hilo de voz – por favor papá – volvió a repetir – él no tiene la culpa, no hizo nada en realidad – y papá elevo una ceja en señal de tremenda duda ante aquella afirmación – … bueno si, pero… pero estaba enojado
  • Iván – murmuro papá al ver a Lex y Clara abandonar la sala para ir a comprar gelatina – Alexander tiene que aprender a controlarse – dijo con voz pausada
  • Pero papá no fue su cuuuulpa –  insistió
  • Iváaan, Iván hijo – papá puso un dedo sobre sus labios – Ya te lo dije antes  – le recordó – no puedes ir defendiéndolo toda la vida
  • Peroooo
  • Shuuuu – volvió a poner su dedo en los labios – voy a toma en cuenta lo que me estás diciendo, pero yo debo aclarar las cosas con él – y eso, obviamente para los gemelos solo significaba una sola cosa, que se ganaron una paliza, pero al ver la cara de espanto de Iván agrego ya no más – nada malo le pasara a Lex… Iván, no voy a matarlo que es mi hijo también, ahora a dormir cariño, es tarde ya

Y con eso concluyo aquella charla e Iván solo pudo asentir con la cabeza y llorar en silencio, resignado ante el panorama al saber que su hermano quiera o no sería castigado.
Tras eso Rubén, Clara y Lex regresaron a casa envueltos en un espeso silencio, inmersos en sus propios pensamientos, pero todos con un mismo tema, los eventos del día, tema que obviamente amargo el almuerzo a toda la familia pero por diferentes razones, mamá porque uno de sus niños acababa de ser operado y el otro corría el mismo riesgo a futuro, papá porque aun cuando no quisiera sabiendo lo que paso con Lex, tenía que castigarlo y Alexander porque estaba enojado con su padre a quien culpaba de su horrible día, se sentía miserable y triste y culpable porque su hermano estuviera enfermo por su culpa suya y todos esos confusos sentimientos ahora fuera del shock del momento empezaron a sofocarlo y no pudo más, hizo el plato a un lado y empezó a correr a su habitación como un loco, Rubén lo siguió a su habitación y se encerraron ahí; Lex se quedo parado mirando con enojo a su padre, haciendo puño con las manos dispuesto a soltar un derechazo si era preciso, pero papá lejos de intimidarse se acerco a él y lo cogió del brazo y sin mediar palabra, lo arrastro hasta la cama, lo paro frente a él y empezó a preguntarle, calmadamente.

  • ¿Qué paso Alexander? – pregunto papá – quiero saber que sucedió en el instituto hijo – dijo con calma sujetando las manos del chico instándolo a soltar los medianos puñetes – cuéntame que paso en el instituto
  • NO QUIERO HABLAR DE ESO – Lex no pudo evitar gritar y se limpio con fuerza las traicioneras lágrimas que empezó a deslizarse por sus mejillas – además YA lo sabes – afirmo enojado desviando la mirada – le pegue a Iván, le di una patada, le pegue un  PUÑETAZO como al estúpido maestro – y se puso a llorar ahora sin ruidosamente y papá lo hizo sentar a su lado y paso un brazo sobre su espalda hablando en voz baja
  • Ya, pero no fue solo eso y tú lo sabes Alexander – dijo sin dejar de acariciar su espalda, su hijo estaba tenso – dime que paso… con tus propias palabras – lo insto –  que MÁS PASO, que ocurrió, nadie pega puñetes o patadas por nada – afirmo con voz suave
  • ¿Y qué MÁS quieres saber? – pregunto sintiendo un volcán calentarse por dentro – SI TODO ESTO ES TU CULPA – lo acuso con vehemencia – POR TU CULPA SE HAN BURLADO DE MIIIIIIIIII – y se soltó del abrazo de su padre, rechazando su consuelo y comprensión, estaba enojado, muy enojado
  • No me grites Alexander, NO ESTAS con tus amigos – reprendió papá verbalmente, tratando de no enojarse porque sabía lo que había sucedido, pero quería que él se lo cuente.
  • ¿SINO QUE? – inquirió Lex desafiante, la palabra calma estaba ahora mismo lejos de su mente – ¿ME VAS A PEGAR? – se estaba tomando el momento como un duelo, quería pelear con alguien, con quien sea, hubiera sido papá, mamá, el fraile de la esquina, el pato de goma de su ducha, quien sea, la cosa era desahogarse, quitarse el enojo –  ANDA, HAZLO – grito llamando a su padre con ambas manos provocadoramente y al ver que no le hacía caso, decidió por el reto verbal – ME IMPORTA UNA MIER….– la frase quedó en el aire, Rubén le dio un revés en la boca, sabía que estaba enojado pero no aguantaría tonterías

Y sin esperar mayor invitación, cogió al muchacho y empezó a desabrocharle el pantalón; Alexander lejos de luchar se había aplacado, era como si hubiese buscado este momento, provocar y precipitar las acciones de su padre y se quedo quieto, dejando que papá haga lo suyo, era la primera vez que no se oponía a una paliza, quizás inconscientemente estuvo buscando esto justamente, como una forma de reivindicarse con su hermano. Rubén que supe leer entre líneas lo que le ocurría a Lex que buscaba una forma de rehacerse, de pagar su cuota de culpa, de reivindicarse se apuro a tumbarlo boca abajo, y sin más le bajo la ropa interior junto al pantalón, aún estaban dibujadas las líneas del simbao, indefinidas, habían empezado a borrarse, estaban medio amarillo mostaza, pero eso no detuvo a Rubén de darle una buena azotaina con la mano, no sería larga pero si un poco dura dadas las circunstancias, después de todo Alexander había faltado el respeto a un adulto y encima de eso había agredido ciegamente a quien se ponga en su camino sin medir consecuencias, y esto no era por Iván, al fin y al cabo, pudo ser  cualquiera pensó, mientras se dio cuenta de algo, que todo este ritual previo a una paliza, estaba siendo demasiado silencioso para ser quien era el protagonista, por lo general Alexander siempre plantaba batalla, pero ahora no se movía para nada, no suplico, ni rogo, estaba demasiado enojado con el mundo, sobre todo consigo mismo….pero, el dolor es el dolor y su padre sabia como aplicarlo, no necesito nada más que su mano y unos buenos minutos boca abajo para romper la furia del muchacho, no dejaría de azotarlo hasta que aquel obstáculo se rompa, entonces hablaría con él.

  • Plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf – la primera ráfaga llovió sobre los glúteos tiñendo rápidamente de rosado la piel, mientras Alexander decidió guardar silencio, mordería sus labios de ser preciso pensaba, pero no lloraría – plaf plaf plaf plaf plaf
  • Mmmggg mggg mmm – Lex no estaba gimiendo, gruñía más bien y hacia todo tipo de gestos con la cara, gestos de disconformidad como fruncir el ceño, sacar la lengua, morder los labios, apretar la boca… lo que sea antes de llorar
  • PLAF, PLAAAF plaaf plaf plaf PLAAAF, PLAAFFF, plaf plaaf pllaff – pero Rubén no cesó en su tarea, estaba siendo concienzudo y alternaba los azotes del glúteo a los muslos aumentando la sensación de picor sin necesariamente aumentar la fuerza, lo que empezó a hacer flaquear al muchacho
  • Agrrr mgrrr ARRR MMGGG – y los gestos y pequeños gruñidos empezaron a ser más audibles como empezaron a ser los palmetazos, es que papá empezó a subir la intensidad de los mismos 
  • PLAS, PLAAAF PLAFFF, PLAFFF PLAAAF, PLAAFFF, PLAAFFFF, PLAFFFF – y no solo fue la intensidad, papá empezó a golpear un solo lugar, ardiendo la piel en la base de los glúteos
  • GGGRRR, RRRRR MMggg MMMGGG  – y los gruñidos y gestos cambiaron a gemidos y lo que es peor, las lágrimas empezaron a nublar la vista y antes de que resbalen Lex forcejeo soltando una de sus manos no para atajar a papá, sino para limpiarse los ojos  con el dorso, acto del que papá se dio cuenta y apretó las palmadas en el área de sentadillas
  • PLAS, PLAAAF plaf plaf PLAFFF, plaf plaf plaf PLAAFFFF, PLAFFFF plaaf plaaf pllaf PLAS, PLAAAF PLAS, PLAAAF plaf plaf plaf plaafff plaffff – y esas sí empezaron a doler de verdad y Lex empezó a respirar agitado
  • TE ODIOOOOOOO, TODO ES TU CULPA – grito en un momento de total dolor y abandono, y es que la necesidad de liberarse de aquello, de echar la culpa a papá o a quien sea era imperiosa, poderosa, en realiad – AYYYY AUUUU, AUUU AUU  YAAAAAAAAA – gritaba llorando – ES TU CULPA, ES TU CUUUULPAAA

Repitió una vez más y fue todo, el dique se rompió y empezó a llorar como un niño pequeñito, empezando recién a forcejear para salvar su dolorido trasero de la terrible mano de papá que calaba como una brasa ardiendo, le ardía la piel, le quemaba cada azote, su cuerpo empezó a resentirse, sus músculos empezaron a quejarse de la tensión del día, no había comido, ni bebido, cerraba los ojos y solo recordaba las risas de todos, la cara del profesor burlándose de él, y luego el llanto desesperado de Iván cuando vio como le anestesiaban el testículo para examinarle; él había causado todo aquel desastre… él era un fracaso total y se perdió en esos lúgubres pensamientos sin darse cuenta que papá hacia mucho que dejo de azotarlo, y Alexander no se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo ahí llorando, sacando su pena TENDIDO BOCA ABAJO sobre la falda de su padre, hasta Rubén lo incorporo y lo sentó en su falda, le subió la ropa previamente, y luego empezó a acunarlo.

  • SHUUU – decía mientras lo mecía como cuando era un bebé y lloraba porque los dientes empezaron a salir y parecía que en el mundo solo el arrullo del abuelo lo confortaba  – ya paso Lex, todo termino… NO LLORES SI?
  • Es que es mi cuuulpa – aseguro compungido – por mi culpa Iván esta en el hospital, por eso me castigaste y lo merezco, SOY UNA BASURA, SOY UN ESTÚPIDO
  • ESA BOQUITA – advirtió papá poniendo un dedo sobre sus labios, como sellándolos – ¿quieres que te dé, de palmada de nuevo? – Pregunto – ¿qué eso de decir barbaridades de ti mismo?, ¿de dónde sacas que eres una basura o un estúpido? – lo reflexiono haciendo que Lex se avergüence de aquello y llore de nuevo en silencio – Alexander – murmuro – mírame – ordenó – a ver dime? – exigió una respuesta sin necesidad de gritar
  • NOOOO – negó Lex con firmeza, flaqueando ya no mas pero sus palabras – pero es queeee
  • Shuuu, calma ¿sí? – lo insto papá – quiero que entiendas una cosa Alexander – suspiro y espero que Lex se calme antes de hablar, obligándole a alzar al vista para decir lo que tenía en mente – no te castigue por lo de Iván – le aseguro con voz calmada y sin dejar de arrullarlo – eso fue una coincidencia mala nada más, pero si te castigue porque tienes que aprender a controlarte – papá acababa de recordarle lo que hace algún tiempo llevaba repitiendo en vista al tempestivo carácter del muchacho – además Alexander, antes de ir al instituto, te dije que me avisaras si ocurría y no que tomaras la justicia por tus manos
  • Pero paaapi – Lex quiso justificarse
  • No hay peor Lex, tu debiste haberme llamado – su padre interrumpió la siempre interminable perorata de Lex, y Lex resignado prefirió concentrarse en el que hubiera hecho su padre
  • ¿Hubieses venido? – pregunto Lex con un hijo de duda aun en la voz
  • SÍ, CLARO QUE SI, yo hubiera dejado todo de inmediato y hubiera ido sobre la marcha

Eso era lo único que necesito Alexander para abrazar a su padre y pedir perdón llorando en el hueco de su cuello, y Rubén lo dejo hacer, lo dejo romperse como un cántaro, necesitaba librar la rabia, saber que su padre estaba ahí, que pase lo que pase, estaría allí para ellos, paso mucho rato, hasta que por fin, solo hubo pequeños lamentos, quejidos apenas audible.

  • Ahora que todo está claro entre nosotros, baja a comer, ¿bueno? – y lo incorporó de su regazo instándolo a vestirse al pasarle los tirados jeans – iremos al hospital, pasaras la tarde con tu hermano y con mamá, yo tengo que ir a ver la oficina a la ciudad pero regresare para que cenemos juntos – le prometió besando su corona – y si nos permiten podemos llevar la cena al hospital para comer con tu hermano en su habitación – aunque dudaba de aquello pero no perdían nada con intentarlo – luego nos regresaremos tu y yo porque mamá se quedara con él a pasar la noche
  • Está bien papá – susurro sin mucho entusiasmo, aun con los ojos llenos de lagrimas aun por derramar, pero no replico en absoluto

Tras eso Rubén lo vio partir al comedor, y él se quedo en la habitación del muchacho, aun tenía mucho que aprender, pero antes, el cumpliría su palabra, le mostraría a su hijo que puede contar con el pase lo que pase, el maestro podrá presentar su queja, pero antes lo tendrá que escuchar. Y si no se disculpaba con Alexander, iría a la defensoría del menor….
SI… su hijo no tendría nunca que dudar de papa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario