Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril de 2016.
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Capítulo 24
Buscando consuelo
Autora: Marambra
A las nueve y diez minutos,
estaba Alexander apurando el paso a la casa, su padre estaba aún en la oficina,
había vuelto para liberarlo de su cárcel numérica, al entrar solo pillo a Iván
que lo vio desesperado.
- La mmaa_mmaaa? – pregunto asustado
- Aún no ha llegado, fue al hospital a visitar a una amiga, llamo para decir que traería comida rápida para cenar, te pedí pizza
- No creo que coma nada – contesto y se fue a su habitación
Iván lo siguió y le pregunto qué pasaba,
pero Alexander se tiro a su cama cama hecho un ovillo, no quería contarle nada
de lo sucedido, se moría de vergüenza.
- ¡ALEXANDER! – grito Rubén desde las escalera
- Me va a pegar, me va a volver a castigar – gemía – NO quiero irrrr
- Anda, será peor y tú lo sabes, no lo desobedezcas, por favor – Iván le cogió sus manos, Alexander se asomo a la puerta de su padre, estaba al teléfono con el rostro cansado, le hizo una seña de entrar
- Cierra la puerta – ordeno aún con el móvil en el oído
Alexander se dio la vuelta para cerrar
la puerta con el pestillo, en eso su padre se saco el cinturón y lo dejo en la
cama, distraído, Alex se dio la vuelta y cuando vio el cinto del papa sobre la
cama se freno.
- NO papito, por favor, ya no, ya no – Rubén siguió la vista de su hijo al cinturón y comprendió que pensaba que lo azotaría de nuevo, sin decirle nada lo agarro de las manos y lo llevo al borde de la cama, las lágrimas de Alex chorreaban pero no se atrevía a decir nada.
- ¿Por qué fuiste a casa de Lila?, ¿en qué estabas pensando hijo? – le levanto el mentón y le seco los ojos
- No lo sé – apenas era un susurro la respuesta que dio, empezó a relajarse, su padre le estaba secando los ojos.
- Mira Alexander – suspiro Rubén desesperado ante la simpleza del crio – no quiero volver a tener que azotarte otra vez – dijo con sinceridad – espero que lo de esta tarde haya sido más que suficiente, porque para mí lo ha sido – comento cogiéndole el mentón con cariño
- Siiiii – contesto aguando los ojos de nuevo ante el recuerdo de todo lo vivido
- NO es un sí y punto Alexander – dijo papá cansado del rudo día que tuvo, pero no estaría tranquilo si no hablaba con su hijo y razonaba con él – ¿entiendes porque tuve que castigarte? – preguntó – ¿por qué tuve que enojarme tanto y tener que hacer lo que hice? – movía el pulgar en su mejilla
- Porque me nif, nfff prometiste que lo harías – gemía con la vista clavada al piso y los hombros hundidos como si llevara todo el peso del mundo sobre si
- NO Alexander – contesto papá frustrado, vistiéndose de paciencia para conversar con su muchacho, después de todo, Alexander era muy inmaduro – es porque tú me obligas – dijo y Lex levanto la vista para mirarlo con sorpresa como si a su padre le hubieran salido dos cabezas – por el amor de Dios Alexander – expreso su frustración – ¿cómo pudiste ir a una casa de citas cuando me estás diciendo que estas yendo al cine? – ahora sí, lo sentó en la cama – como puedo confiar en ti la próxima vez? – le pregunto – quieres que desconfié de ti todo el tiempo?... Y tenga que, no sé, amarrarte a mi cintura ¿para no perderte de vista? ¿JA? – quería abrazarlo, pero se contuvo, y siguió llamándole la atención verbalmente – ¿no te da vergüenza Alexander? ...¿crees que porque tienes pelos en el poto eres un hombre y puedes hacer lo que te dé la gana? – Rubén era demasiado grafico con Alexander, a veces muy crudo, y aquellas palabras, el hacerle dar cuenta de los cambios de su cuerpo, hicieron que Lex se ponga color vino del bochorno que sintió – Tienes quince años, no eres un nene Alex, pero tampoco eres un adulto, eres un adolescente – se vio en la necesidad de explicar – te dije que entendía las curiosidades que puedas tener, ¡pero irte a un putero!... ¿acaso no piensas en las enfermedades que puedes contagiarte? – le sujeto los hombros sacudiéndolo un poco para que hablara – Es la primera vez que fuiste ¿no? – Alex no respondió– Te estoy dando la oportunidad de decirme la verdad sin tapujos, no habrá represalias, solo quiero estar seguro de que no cometiste una estupidez mayor que no se pueda remediar a futuro
- NO paa, fue la primera vez – respondió Alex mirándolo a los ojos, firmemente, estaba diciendo la verdad, toda la verdad
- Bueno pues – respondió aliviado – ahora cuando venga mamá, hablaremos con ella – agrego para amargura del muchacho – pero no puedo prometerte que no vaya por su cuenta a tomar sus propias represalias contigo – eso era justo lo que no quería – tanto ella como yo fuimos muy claros cuando conversamos sobre la revista y demás, ¿recuerdas? – sí, claro hay que seguir atormentando al pobre muchacho
- SI paaa – ¿y qué más podía responder?... – Pero por favor, por favor, tengo miedo que me pegue – lo abrazo fuertemente mientras metía la cara en su pecho
- Debiste pensar eso cuando te fuiste en busca de amores baratos – si Lex no se dio cuenta antes, ahora si lo haría, hablar con papá era darse contra un muro cuando aún estaba enfadado como ahora – ahora ve a tu habitación, bajas para cenar cuando te llame Iván – no respondió al abrazo, aun cuando su corazón se rompía por hacerlo, pero tenía que mantenerse firme y a Lex no le quedo otra que abandonar la pieza abatido como estaba
La cena transcurrió lo más normal que
podía en esos casos, Clara, al enterarse quiso cocinar el traste del crio pero
Rubén se lo impidió, y cuando ella entro a la habitación y le vio ponerse el
pijama, le dio la razón a su marido,
pero tuvo una charla interesante con su nieto – hijo.
- Me apena que hayas hecho lo que hiciste Alejandro – lo nombró por primera vez así, muy seriamente – para mi es penoso conversar de sexo contigo, porque no sé qué decirte – mamá fue sincera, para ella era un tema muy espinudo de tratar – si fueras mujer te diría, que el cuerpo es sagrado, que se entrega solo a quien se ama de corazón – dijo en referencia a la famosa virginidad – pero en estos tiempos y considerando que eres varón, no podría decirte eso, sonaría quizás tonto – dijo muy seria – …lo único que se me ocurre es que me siento muy decepcionada de tu actitud, y que espero que recapacites y te encarriles de aquí en adelante – recomendó mamá con una seriedad que daba miedo – y que si tienes dudas, podemos hablar con el médico, el Dr. López podrá hablarte más abiertamente quizás, que tu padre y yo – y esa solo sugerencia causo un nudo en el estómago de Lex
- Mamá yo – se incorporo de la cama para mirar a su madre
- NO quiero oír absolutamente nada – Clara alzo la mano en señal de stop, estaba cansada y charlar con Lex era agotador en extremo, además quería pasar página – ya te dije estoy decepcionada, apenada y muy enojada también, como no puedo volver a azotarte, porque si lo hago no podre parar – esa fue una amenaza escalofriante – me queda una sola cosa que decirte, ve despidiéndote de la natación hasta nuevo aviso, no habrá más salidas a la capital, estas castigado por un mes – crueldad total
Y sin darle ni un beso salió de la
habitación, ver a su madre tan decepcionada le llego al corazón, y las lágrimas
empezaron a rodar por sus mejillas, espero que su papá entrara en cualquier
rato, pero no lo hizo, lo que le hizo pensar que el también seguía enojado y
decepcionado de él; así que se acurruco en su cama tras apagar la luz, se puso
a mirar las sombras que dibujaba las ramas de los árboles en su pared, hacia
bastante calor y el pijama le molestaba el trasero, así que se los bajo sin
sacarlos; no supo cuanto tiempo paso así, en silencio, esperando que Rubén
vaya, porque su padre por dura que fuera la paliza siempre volvía para
acostarlos… pero esa visita nunca llego,
así que se puso a llorar bajito sin hacer ruido y sin moverse, en eso se abrió
la puerta y se cerró rápidamente, era Iván que se deslizo a su cama y le abrazo
fuertemente, estaba solo con los bóxer de dormir.
- ¿Qué haces aquí? – se limpio los ojos con el dorso de sus manos y subió el ruedo del pijama
- Te oí llorar – contesto con voz suave – ¿qué hiciste?... ¿ahora me lo contaras? – siguió abrazándolo sin soltarle, Alex no hizo movimiento alguno para liberarse de ese reconfortante abrazo
- NO curioso, no te lo diré – dijo medio en broma medio en serio – ahora vete, nos castigaran a los dos – declaro por primera vez en su vida preocupado por aquello
- Ya estamos castigados Lex si no te has dado cuenta, tú con el trasero colorado – dijo jalando la liga del pijama para mirar el culo de su hermano – y yo encarcelado, además tú no estás abandonando tu pieza, y yo no tengo restricciones dentro de casa – rio
- Nos van a oír – musito paranoico
- NO, apagaron la luz y prendieron la tele yo cerré la puerta del pasillo, hace calor, nos tendamos en el piso ¿te parece?
- Bueno – dijo Lex sacándose apurado el pijama
Iván se incorporo y se fue a prender la
luz del dormitorio, y fue ahí que se fijo en su hermano que aun estaba con la
cara a la pared y boca abajo, con el pijama recién retirado a los pues, tenía
el trasero inflamadísimo, hinchado, caliente y con muchas huellas de manos y
del cinturón que sobresalían en el centro.
- Te duele mucho? – pregunto sin poder evitar tocar la piel inflamada, comentando – .... papá te pego bien feo he?
- ¿Y cuándo hay una paliza bonita tonto? – respondió Alexander exactamente como Rubén lo hizo cuando su madre lo azoto la segunda vez – Y sí, me duele mucho, y me duele la cabeza, apaga la luz, mis ojos están irritados – ordeno
- ¿No quieres ponerte pijama? – Le veía la desnudes como su fuera la suya y eso le incomodaba, le traía recuerdos de Raquel y como solía avergonzarse al estar ella vestida y el obligado a la desnudes
- Noooo – dijo alejando la mano de su hermano – me arde la piel, me pica demasiado y no aguanto el calor que tiene
Iván se percato en sus ojos, los
párpados estaban rojos como lo estaba también la boca, tenía los labios secos,
demasiadas huellas de haber llorado peor que una Magdalena, saco las
colchonetas que había debajo de la cama, sus abuelos habían colocado un par en
cada habitación cuando los separaron, por si quisieran pasar alguna noche
juntos, pero esta era la primera vez que lo hacían en mucho tiempo. Luego, se
dirigió al baño, prendió la lamparita de la pared con luz tenue para no
molestar a su hermano, trajo un vaso con agua y le dio un analgésico y una
palangana con agua y dos toallas.
- Toma te quitara el dolor, ahora date vuelta le ordeno
- ¿Para qué?
- Te pondré pañitos en el culo bobo – se rio y Alex se dejo hacer
Después de un largo rato, se volvieron
a tumbar lado a lado, mirándose las caras en posición fetal, como cuando eran
bebes, Iván deslizo los dedos en los ojos hinchados de su par y le dijo sin
dejar de acariciarle.
- Tengo el remedio perfecto para tu tristeza – Y le encajo un dulce en la boca
Alexander descubrió lo que era, eran
unos deliciosos dulces de menta transparentes grandes como cubos de hielo,
cubiertos de azúcar impalpable que Logan solía comprarles cuando los reñía
después de que supuestamente se arrepentían de sus pequeñas travesuras de niño,
Alex cerró los ojos y pensó por primera vez en su padre, en Logan como su padre
y sus atisbos de querer corregirlos, sonrió para sus adentros y pensó, te
faltaba mano dura papá… aunque la última temporada que pasaron juntos no fue
nada grata, estuvo plagada de mucho dolor y resentimiento.
- ¿De dónde los sacaste? – eran los únicos caramelos que ellos gustaban de verdad y tenían vicio
- Te lo digo si me cuentas porque te castigo papá – chantajeo Iván y Alexander cayo.
- Porque me fui a un prostíbulo – contesto mirándolo fijamente, sorbiendo el dulce en la boca, con deleite
- ¿Te has vuelto loco? – Iván no podía creerlo
- Totalmente – contesto, porque vamos, tras la paliza como que la tontería se le salió con el moco
- ¿Y qué hiciste? – quería saber si había tenido sexo, así podría contarle lo que pasaba con Raquel
- Nada – trato de ponerse boca arriba pero era incomodo – apenas empezaba cuando el huracán Rubén Hansen llego y me dio una buena paliza con el cinturón allá, delante de aquella muñeca de carne y hueso – cerro los ojos para recordar el momento tan bochornoso y se le congestiono la cara pero también agrego sonriendo – tengo su número de teléfono…. ¿lo quieres?
- Vaya, contesto Iván – y un nudo en el estómago lo apretó tanto, porque pensó para sus adentros, si esto es lo que le hizo por solo intentarlo, no quería ni pensar en lo que su abuelo le haría si supiera que traspaso las fronteras – No lo creo, me da miedo
- Cobarde – Lo golpeo con el puño cerrado cariñosamente en el hombro – ¿me das otro dulce? – le saco la lengua a su hermano y éste, se paro, se acerco a la mesita de noche y trajo la caja de mentas que había puesto ahí para su hermano
- Seguro – contesto a tiempo que le metía el dulce que pedía riendo – te regalo mi caja ya sé donde los venden – sonrió agregando ya no más – y NO!... no soy un cobarde – si supieras que lo que tu intentaste yo ya lo hice, pensó para sus adentros
Y siguieron charlando un rato más hasta
quedarse dormidos con la luz prendida, Rubén había salido por agua y se percato
de la luz y la puerta abierta, encamino sus pasos a la habitación de su hijo,
del autor de sus canas verdes y cuando los vio ahí, acurrucados en el suelo,
uno con calzoncillos y el otro con solo una polera medianamente larga que
cubría a medias el traste rojo y la caja abierta de caramelos, suspiro; se
veían tan desvalidos ambos, con tanto que aprender y él con tanto que enseñar y
corregir… entro despacio, sacos dos sabanas y los cubrió antes de cerrar las
ventanas y apagar la luz……… se deleito mirándolos así, como cuando eran unos
bebes y dormían mirándose en su cama; pero cuando estuvo a punto de salir,
Alexander abrió los ojos y pillo a su papa observándolos con una sonrisa en los
labios.
- No te vayas – susurro suavecito para no despertar a Iván que en ese momento se estiraba en el colchón – por favor – y una lágrima resbalo de sus mejillas
- SSHUUU mi hijo, ven aquí – lo llamo
Y Alexander no necesito mas invitación,
desde el incidente del puñete y la paliza de disculpa que ni Clara ni Iván
supieron nunca, solía ser extremadamente cariñoso con su padre, por eso se tiro
a sus brazos y empezó a sollozar de nuevo abrazándose fuertemente a su pecho, eso
es lo que quiso hacer todo el día, desde que papá lo pillara en aquel puticlub
y Rubén se sentó en la cama y le lleno de besos la frente secándole los ojos
con las manos mientras lo acariciaba, en tanto Alex musitaba entre gemidos de niño
arrepentido.
- Perdóname papito, no lo volveré a hacer – declaro y ese papito sonó tan infantil, tan de niño chico, y es que el machote que comandaba a veces sus impulsos ahora mismo estaba avergonzando y dolorido
- No sé si lo volverás a hacer o no Alexander – dijo papá en voz muy baja para no despertar a su otro pollo – yo no puedo decidir por ti – esa era una gran verdad – solo corregir, pero por hoy ha sido suficiente si? – le acomodaba los rizos de la frente – ya no estoy enojado – confeso y le sonrió con calidez, queriendo borrar con ese gesto la tristeza que reflejaba la mirada de su niño – te amo – declaro besando su frente – y te quiero muchísimo como a tu hermano, pero a veces me llevas al límite de mi paciencia – Alexander se avergonzó de su actitud poniendo cara de verdadera tristeza – Bueno, no hablemos mas de eso si? ...Borrón y cuenta nueva, descansa, es tarde ya bonito – lo empujaba a la cama, pero Alex lo retuvo con la mano
- Pensé que no vendrías – le reclamo – te espere…
- Me quede dormido mirando la tele – sabía lo que pasaba por la mente de su hijo, sabía que tenía mucho miedo al silencio – es que estaba muy cansando hijo, fue un día muy largo y tenso para mí, no soy de fierro cariño – en eso despertó Iván y abrió los ojos
- Paaaa, viniste
Le dijo y se incorporo pero se freno de
acercarse, sentía que el momento era de Lex, pero Alexander lejos de sentir
celos lo animo a acercarse mostrándole la palma abierta, lo que hizo que Rubén
sienta orgullo en su corazón, los abrazo
a ambos y les beso la frente, todo estaba perdonado…
- ¿Rubén?... ¡ah!, aquí estas – entro Clara y el corazón se hizo un nudo de ver la escena de sus tres caballeros
- Mamita – contestaron al unísono los dos adormilados
- A la cama, es hora de dormir – los apuro dándoles un beso, sobraban las palabras
- ¿Podemos quedarnos aquí? – preguntaron en dúo
- Pero si ya están aquí – dijo mamá – ahora a dormir, es muy tarde bonitos – les ordeno
Y ellos volvieron a las literas porque
no querían dormir separados…
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