miércoles, 20 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 23; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril de 2016.
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Capítulo 23

Promesas son promesas

Autora: Marambra


El camino de regreso a casa era un largo patíbulo para Alexander que todo el trayecto estuvo llorando en silencio, las lágrimas le rodaban en la cara y mojaban su ropa.

  • Ya lloraras y gritaras con ganas en la casa le advirtió Rubén mirándolo de reojo mientras conducía la vagoneta
  • Papito por favor, por favor…. – un Alexander casi diminuto de la vergüenza rogaba
  • SILENCIO Alexander – rugió Rubén agregando en un tono más bajo al ver la cara de pánico del muchacho – te lo advertí – a partir de ahí solo se oyeron mordidos sollozos

Apenas llegaron Alexander corrió a su habitación llorando afligido, su padre lo iba a matar… corrección le daría la paliza de su vida que al fin y al cabo resultaba ser lo mismo, eso estaba más que claro; Rubén esta vez inflexible en su posición subió tras el crio con cara de pocos amigos, en eso Iván salió de la ducha y se paró en seco al ver a su hermano entrar como un huracán a su habitación  a esas horas del día sin que acabara la visita al cine…. y luego a su padre cerrar de un solo golpe la puerta, aquello no pintaba nada bien.
Rubén apenas se cerró la puerta cogió a su hijo de un solo jalón, llevándolo a su cama, se sentó en ella y empezó sin decir absolutamente nada a desabrochar la cremallera del pantalón de Alexander, esté coloco sus manos en su ropa sujetándola con fuerzas, suplicando que no lo haga.

  • No paaapi, por favooor hablemos – musitaba haciendo un extraño ruido con la nariz producto de la moquera – niff,  NIIG AJR AJJR pooor favoooor no quiero que me pegues, ya noo, ya no – le pedía en medio de un ataque de hipo nervioso – te… te… te promeeeeto que no voy a volver a hacerlo, te doy mi palabra su voz se desgarraba de la suplica y no paraba de gimotear y de quitar su cuerpo de un lado a otro tratando de escapar, pero Rubén lo apreso entre sus rodillas y entre sus manos y mirándolo duramente y con voz fría le contesto
  • NO Alexander – contesto su padre cogiéndolo de las muñecas demandando atención – aquí en esta habitación, el único hombre de palabra soy yo, y voy a cumplir la promesa que te hice

Sin dar más explicaciones lo volcó boca abajo, y con una violencia tal le bajo de golpe toda la ropa hasta la altura de las rodillas y luego se las saco junto con los calzados, no era la primera vez que su padre lo desnudaba del todo de la cintura para abajo y atrapo sus piernas con una de las suyas, Alexander trataba de incorporarse apoyando las manos en el suelo, el estomago ya no podía con el estrés, tenía ganas de vomitar de nervios, sintió como su padre apoyaba su mano en la espalda para inclinarlo más, luego le cogió la mano derecha para atraparla en su espalda así no podría cubrirse siquiera,  y luego suspendía una de las rodillas para exponer el pobre magullado trasero de su casi vástago, Alex gemía y no dejaba de suplicar y rogar.

  • Por favooooor, por favor… por favoorrr
  • No Alexander, no más, a ti solo te entran las ordenes caladas

Y empezó la lluvia de azotes con toda la palma abierta de la inmensa mano de su padre, abarcando toda la redondez de sus nalgas, doliendo más de la cuenta porque el pobre poto del pequeño aventurero ya tenía dibujado en relieve algunas marcas del cinturón que para esas alturas del partido estaban empezando a esponjar.

  • Plaaaff plaaf plaaf plaaf plaaf – los manotazos empezaron duros y sin descanso, Rubén estaba igual que su hijo, caliente
  • Auuu auuuu ayyy AYYY POR FAVOOOR – chillo cuando algunos de esos manotazos llegaron donde papá había dado con el cinto
  • Plaf plaf plaf palf PLAF PLAF PLAF PLAFF
  • AUUU AUU papaiiiito, papaciiiito DUEEELE, DUEELE
  • PLAF PLAF plaf plaf plaf
  • DEEEJAA QUE TE EXPLIQUE – grito desesperado en un momento que logro zafarse del regazo paterno llevando ya no más las manos al trasero, pero su padre fue mucho más rápido o quizás simplemente era la torpeza del crío por la conmoción del momento
  • ¿QUÉ  COSA  VAS A  DECIRME? – pregunto su padre agarrándolo del brazo a la altura de la axila, sintiendo en los dedos el sudor de su hijo – ¿QUÉ ERA UNA PELÍCULA PORNO EN TRES D? – dijo y lo volvió a poner boca abajo mientras Lex rogaba que lo suelte – PLAFF PLAFFF PLAAFFF – y esas golpearon la delicada piel en la frontera de los glúteos y las flacas piernas, arrancando un alarido exagerado
  • BUAAAAAA, PAPAA DUELEE
  • QUE MIERDA TENIAS EN LA CABEZA PARA IRTE A ESE LUGAR – Rubén dejo de azotar un rato – ¿QUÉ PRETEXTO ME VAS A PONER?, ¿QUÉ TENIAS UNA URGENCIA EN LOS HUEVOS? – si pues, papá a estas alturas pasaba de protocolos y del buen lenguaje – plaf plaf plaf plaf plaf  – y Alexander se debatía entre querer explicar y llorar, se movía de un lado a otro queriendo esquivar los azotes pero aquello era casi imposible
  • PAAAARA, PAPITO, PAAARA – decía – NO LO PENSEEEEE, NO LO PENSEEE  BUAAAAAAAAAA, YAAAA, POR FAVORRRR
  • ¿NO LO PENSASTE? – dijo Rubén parándolo de su regazo, pero aún sin soltarlo, tragando bilis ante aquel comentario, era el colmo – ¡CLARO QUE NO PENSANTE! – respondió a su vez, agregando enfadado – NO PENSANTE CON EL CEREBRO, SINO CON EL PITO, CARAJO – Rubén empezaba deslenguarse y a manifestar si amplio repertorio de malas palabras – plaf plaf plaf plaf pplaf – y soltó cinco palmadas apenas lo sujeto entre su cadera y su brazo, a este paso se notaba que no iba a soltar prenda
  • Aaayyy ayyyy – se quejaba Lex
  • ¿QUÉ MAS ME VAS A DECIR? – pregunto por alguna nueva gracia del muchacho, volviéndolo a parar – ¿QUE  OTRO PRETEXTO MAS  ME VAS A DAR? – era una pregunta retorica, pero como Lex estaba tan agobiado se metió en un lio de pelotas
  • Yo sooolo quería… queriiia quee
  • ¡AAAY MIERDA ME CAGO! – chillo papá – qué querías – dijo tratando de calmarse – ¿UN HUECO QUE TE SIRVA QUE TE SIRVA DE TRINCHERA? – expreso con mucho enojo la ominosa pregunta y ante el mutismo del chico que se quedo sorprendido con aquella pregunta, papá agrego – lo que pasa MOCOSO de mierda – musito sin gritar – es que no pudiste controlar tus impulsos como si fuerzas UN ANIMAL – lo fue riñendo – andas como si estuvieras en celos – y lo jalo con fuerza poniéndolo de nuevo sobre sus rodillas anunciando – pero yo te voy a enseñar a no hacer tonterías – y reanudo los azotes en las piernas y la frontera de ellas con los glúteos – plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF
  • BUAAAA YAAA PAPÁ YAAAA…

Alexander llego a su límite, se dejo caer rendido sobre las rodillas de su padre y se abrazo a sus piernas, tenía todo el cuerpo mojado del sudor, y el pobre trasero hecho un horno, no podía ver del nubarrón de lágrimas que tenía en sus ojos rojos de tanto llorar, los labios estaban hinchados y los mocos chorreando de la nariz, su camisa termino con los botones aflojados de tanto moverse y las medias arrojadas a un lado, Rubén había parado por fin, pero su hijo no hizo ni amague de levantarse de las faldas de papá, simplemente no podía moverse, Rubén lo incorporo y sin abrazarlo, sin decirle nada, lo llevo a la ducha y termino de sacarle la ropa, le abrió el grifo y comprobando la temperatura del agua le dijo tajante.

  • Báñate, hueles a perfume de putero barato

Y a Alexander la ducha le cayó como un bálsamo, lo necesitaba y se quedo ahí bajo la regadera sin apenas moverse, el agua empezó a deslizarse en su cuerpo desnudo y empezó a “revivir”, se vistió despacio y quiso tumbarse en la cama, pero su padre lo estaba esperando.

  • Vamos

NO le quedo otra que seguirlo a paso de tortuga casi por la incapacidad de mover el trasero y fue a la oficina que tenía en el potrero, se sentó su padre en el butacón y le entrego unos papeles, eran simples sumas de las cabezas de ganado que tenía que vender y lo obligo a estar sentado en la silla que tenía en frente de su escritorio hasta que terminara de sumar, aquella enorme lista…. Y sin moverse.

  • Me queda más que claro que a ti… lo que te falta es estar ocupadito en cosas productivas – dijo papa entregándole los papeles – porque con vos se confirma ese dicho que pregona que la ociosidad es madre de todos los vicios – le dijo enojado – ahora termina esto la y a las 9 te vas a la casa, saludaras a tu madre y si te pregunta porque tienes la cara roja de llorar – advirtió –  como buen HOMBRECITO que eres, porque me dijiste que eras Mayor de edad recuerdas – claro papá no iba a dejar pasar esa posibilidad de echar en cara tamaña hazaña – le dirás, PORQUE MI PAPA ME HA DADO UNA PALIZA POR IRME A UNA CASA DE CITAS  y luego te entras a tu habitación y me esperas ahí, o esperas a tu madre – y acababa de anunciarle el apocalipsis
  • papa por favor – dijo en un hilo de voz con cara de ni haber matado una mosca –  no me hagas avisarle a mamá, ella me volverá a castigar – declaro con pánico
  • Ese no es mi problema, tú te buscaste líos cuando tus pies te llevaron a la casa de LILA – y ahí iba Rubén dándole en que pensar –  tomaste una decisión demasiado grande para los pantalones que llevas  al cruzar la puerta de un prostíbulo, así que ahora asumes las consecuencias de tus actos como el ADULTO     que dices que eres – esa fue una estocada final y eso hizo que Lex lloraba esta vez con mucho sentimiento – y ahora de que estas llorando – dijo con fastidio Rubén como si no fuera suficiente
  • Es que yo no soy un adulto – respondió dándose cuenta de su situación abrazando a su padre, queriendo que papá le confirme aquello, que le devuelva el abrazo y lo perdone, pero Rubén se soltó la mano y respondió
  • Cuando concluyas te irás a  casa, terminaremos de conversar allá…. y se salió

Aquello sonaba a nuevas nalgadas, ya conocía de sobra las conversaciones de su padre…

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