Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril de 2016.
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Capítulo 17
Con el amor todo arde
Autora: Marambra
Unos
ojos medio hinchaditos y una cara de dolor
al sentarse fue la nota del día, Alex miraba a su hermano buscándole la mirada
para averiguar que paso, entre sueños él había oído algo, pero como estuvo tan
cansado lo atribuyo a alguna película, nunca pensó que su mamá tuviera las
agallas para azotar a Iván, sobre todo, porque era Iván, el casi nunca se metía en líos, hubiese creído y en
algún momento pensó que su madre lo azotaría a él, sobre todo cuando se entero
que había lanzado aquel puñetazo a su padre, luego supo que Rubén no la dejo
intervenir en ello, que las cosas estaban concluidas, es más…. No le llamo a su
mujer inmediatamente amaneció, no, prefirió que Clara e Iván se tomen el día
entero con tal de que no vean el pago de la factura que le paso a Alexander, es
decir quiso que todo indicio de la buena paliza recibida de las manos de papi,
se pierdan primero del rostro, o sea que no se dé nadie cuenta que había
llorado muchísimo, porque las huellas del trasero tardarían días y Rubén le
dijo, esto es entre tú y yo, nadie tiene porque saber cómo solucionamos las
cosas, gesto que claro reforzó el vinculo y la confianza entre hijo a
padre, así fue que ni Iván, ni Clara supieron que Alexander había rogado para
que su padre le diera aquella memorable huasca (paliza), salvaguardando en
parte su orgullo…
Por eso le sorprendió la actitud de
Clara, y es que bueno, quien siempre
estaba sobre las nalgas de ambos para enrojecerlas era Rubén, por eso cuando él
se iba, todo era más relajado, pero cuando estuvieron los dos prontos a ir a
las clases Iván le conto lo sucedido.
- ¿Te pego la mama? – pregunto Lex incrédulo – NOOO QUE PUES; me estas mintiendo – y un puñete en el brazo fue su toque
- Si lo hizo, y no sé con qué, pero me dolió mucho y aunque me miro no veo nada en el trasero – admitió frotándose sobre la ropa – pero al sentarme siento que algo me duele, yo no sentí eso nunca con papa – confeso – tal vez mas tarde se verdee – pensó
- No creo – aseguro Lex – ya estaría verde pero si quieres antes de ir a la natación te veo el trasero – se ofreció muy solícito por la curiosidad que tenia – y si esta verde no te pones malla sino algo más grande – rió
Y efectivamente, llevaron a la piscina
dos juegos de baño, el habitual profesional que usaban, pequeño y ceñido al
cuerpo y otro, común que solían usar casi todos, unas bermudas un poco más
largas, y en el vestidor, Alexander estaba examinando el culete de su hermano
para ver si tenía alguna marca, pero no había nada, salvo una rubicundez un
poco más pronunciada en una de las nalgas que podía cualquiera atribuir a estar
sentado en un solo lado, pero para seguridad, Iván desistió de las mallas
reglamentarias.
La tarde paso entre bambalinas para
ambos, haciendo lo habitual, solo que lo habitual de Alex era diferente a Iván,
el buscaba la mirada de Raquel, a escondidas, en un secreto lenguaje, buscaba
la menor ocasión de acercársele y lo lograba gracias a que ella bien sabida de
lo que despertaba en el muchacho, utilizaba todas sus armas reglamentarias o no
para fastidiarlo, con lo que estaba volviéndolo loco, en un momento dado
empezaron ambos a hablar de la excursión pero Iván sin poder mentir le dijo que
no podía ir, porque bueno su padre se enojo y lo dejo sin salir, era tan
transparente en algunas cosas y con ella lo era más, entonces ella tomo una
decisión que cambiaria el rumbo de la vida de Iván, le dijo que iría a verlo al
potrero de su padre, total….. ella pillaría la forma de ir y verse con él, esa
noche Iván no podía conciliar el sueño y le pidió prestado su fono a Alex, y
este, mirándolo la cara de puro sufrimiento por amor, le entrego el suyo.
- Toma – Alexander extendió la mano ofreciéndole el móvil que le dejo su padre – tenía que dártelo mañana en la mañana – le conto el plan de su padre – papa me lo ha ordenado de esa manera, así que no me metas en líos – le sugirió – yo te lo di el sábado en la mañana no antes, así que no prendas el teléfono hasta las 11 de la noche – dijo en tono autoritario, que ahí donde estaba Lex tenía mucho rasgos de su abuelo – supongo que a esa hora el papa estará durmiendo – dijo pensativo, paro nada más agregar de inmediato – no vaya a ser que se le ocurra llamar a tu teléfono para comprobar si te lo di antes –Alex sonaba un poco paranoico, pero la verdad tenía miedo desobedecer a Rubén, recordar las nalgadas recibidas no le hacía mucha gracia que digamos.
Con la promesa en el corazón Iván
prendió el fono a las once ansioso como estaba, envió mensajes a su dichosa Raquel,
y estuvo leyendo con la cabeza escondida bajo una manta para que la luz no sea
detectada los mensajes de respuesta, algunos eran amorosos, otros enojados, y
hasta había algunos groseros, pensó que serian los mensajes de días antes que
no pudo responder, se durmió pensando en el largo día que le esperaba…
Se despertó mucho más antes de lo
habitual, y se fue temprano a los potreros, Clara lo miro con sospecha, su
corazón femenino estaba alerta, el crio se traía algo entre los dedos, nadie ni
Alex que le gustaba ir al potrero se levantaba temprano para hacer una tarea,
siempre había que arrearlo… ¡AY PERO!...
si se enteraba ella y era algo malo, lo dejaría sin sentarse más de un mes, de
eso estaba segura; la mañana como sea paso, Iván hizo todo lo que tenía que
hacer de lo que le mando Miguel, ya en la tarde, se las arreglaría para darse
una escapada, y así fue, Raquel lo llamo y él dando directrices le explico cómo
llegar a la estancia donde vivía, para evitar sospechas y oyendo que había que
revisar las cercas se ofreció a Miguel hacerlo, este sin sospechar nada lo dejo
ir, pero el crio claro, jamás reviso nada, de nada y se fue a encontrar con la
susodicha mujercilla aquella.
Ella lo empezó a besar, a toquetear,
Iván se sorprendió inicialmente y hasta se asusto de la actitud de ella, habían
ido a un descampado bajo unos árboles de manga inmenso que habían al final de
la propiedad y que casi nadie iba por allá, el se salto la verja, y mirando a
un lado y al otro se encontró con ella que tenia la movilidad estacionada a un
lado lejos de la mirada de los curiosos, caminaron largo trecho y ella empezó a
acosarlo, es que tenia escozor en el cuerpo, un escozor contagioso sobre todo
para un muchacho que empezaba su vida, cuando ella empezó a meterle mano bajo la
ropa, el se hizo a un lado, pero como ella lo estaba besando le mordió el labio
haciéndole doler, el se quedo quieto, muy quieto, y cuando sintió las manos de
ella meterse bajo sus calzoncillos porque no tuvo idea en qué momento le bajo
los short el retrocedió un poco espantado y sorprendido, pero ella le calco un
sonoro palmetazo en el muslo dejándolo desubicado.
- Quieto tu ahí, harás todo lo que yo te diga – le susurro en el oído y volvió a besarlo
Y así con un labio mordido casi
sangrando, unos ojos claros color miel desorbitados y una femenina mano calcada
en lo alto del muslo, dieron rienda suelta a su primera relación sexual, si
hubiese sido un poco mayor, hubiese estado seguro que aquello fue prácticamente
una violación en toda regla, porque en todo momento, las directrices fueron
dadas a palmetazo limpio en los muslos,
primero quiso irse, algo en su mente le decía que no estaba bien aquello, pero
Raquel era extremadamente dominante y sabida, lo cogió de la solapa de la ropa
deportiva, y le sostuvo la mirada largo rato hasta que Iván no pudo sostenerla,
se sentía intimidado, y cuando desvió la vista, volvió el golpe lleno esta vez
en el trasero del crio que aun estaba con el slip, eso hizo desanimar al
muchacho, y pensó marcharse, pero ella adivinando la intención supo exactamente
dónde meter la mano y cómo hacerlo, pero todo al mismo tiempo acompañado de
azotes en el trasero, azotes unos ligeros otros firmes, a manera de juego y excitación; Iván por
enésima vez pensó que si así empezaba no quería estar tumbado sobre la rodilla
de nadie ajeno a su familia para recibir una paliza por algo que no sabía hacer
“sexo”, pero se inicio de esa manera, pensándolo bien, no se inicio, fue arrastrado a su primera vez; aquella
mujer amable y dulce que lo tenía sin vida en las clases no era una chica, era
su instructora de natación, tenía 35 años y estaba casada, se encapricho con el
crio desde que lo vio, más tranquilo, obediente y servicial a diferencia de su
clon exacto, Alexander; Iván no supo en qué momento del día perdió la ropa
interior, ni cómo ni cuándo le puso ella el preservativo, no supo que sucedió,
fue algo automático, cuando concluyo todo, ella lo vistió como al crio que era,
suspendiéndole los pantalones como solía hacerlo su padre después de una buena
cuera, el tenia el corazón acelerado del susto y la adrenalina creyó estar soñando si no fuera
por el ardor en la piel de los excéntricos azotes dados por ella, porque ella
no era de decir esto haz o no haz, solo golpes, duros, firmes y bien dados….. y
lo dejo ahí, parado a un lado de aquella carretera abandonada, con la boca con
gusto a sangre de la mordida que le dio, los labios secos, el sudor en la
frente, un cosquilleo en el vientre, y una vocecita que le decía, lo has hecho, lo hiciste, si, se quedo
ahí, con la ropa a medio acomodar, los calzados desatados y el pelo totalmente
revuelto de las manos aquellas que se escabulleron en sus rulos para cogerlos
con firmeza mientras lo besaba o lo miraba, aquellos ojos lo acompañaron un
buen rato, hasta que se dio cuenta que lo único que estaba ahí para acompañarlo
era el dulce trino de los pajaritos que volvían a sus nidos anunciando que
pronto caería la noche, oyó como de lejos la movilidad de ella prenderse y
perderse tras una nube de polvo blanco, el tenia la boca muda, no pudo decir
nada, ni adiós, ni que pasara ahora nada,
se quedo con los ojos confundidos, la cabeza a punto de estallar, el
corazón despotricado, el abdomen lleno de mariposas revoloteando, y un ras en
el cuerpo que de hacer hecho caso se ahorraría a futuro la descomunal paliza
que seguro le daría su padre cuando se enterara de sus trotes de iniciado
amante…
Llego a casa con el rostro desencajado,
sudoroso lleno de tierra y oliendo a ella,
o esa era su impresión; subió casi a rajatabla temblando, entro a la ducha y se
baño vigorosamente, se sentía un poco sucio, no, un poco no, totalmente sucio…
en lo más intimo de su ser sabia que aquello no estaba bien, el agua fría
primero lo limpio, no solo el cuerpo sino la conciencia, era el pobre consuelo,
la falsa y extraña sensación de que no fue tan malo después de todo, y eso lo
reconforto un momento y se miro en el espejo varias veces para notar si había
algo extraño en su mirada, en su actuar,
se veía y no también, noche antes estuvo allá con los ojos vidriosos de
la paliza que le dio su madre como a un crio y ahora estaba con la misma cara
pero con la supuesta experiencia de un hombre, buscando algo que lo delate,
algo que diga en su frente, ya no soy casto, soy un hombre que sabe de
sexo y fue ahí que recién se dio cuenta que regreso sin ropa interior,
ella lo desvistió y lo vistió como a un crio pero no le puso los calzoncillos “mierda” pensó “tengo que ir a buscarlos mañana, seguro se quedaron en el descampado”
y aunque ni remotamente su padre iría por ahí, no quería que su ropa estuviera
extraviada.
Se apuro a cenar o más bien jugar con
la comida, no quiso mirar a nadie, escondió la vista de su par que solía
escabullirse dentro de sus grandes ojos claros y adivinar de antemano que algo
sucedía en su interior, y casi siempre adivinaba que lo que pasaban eran cosas
malas, Clara pensó que lo que tenia era cansancio y fastidio de que su padre lo
haya castigado sin ir a la dichosa excursión y que por eso no quería conversar
en la mesa ni enterarse de la fascinante tarde que vivió su hermano gemelo.
Solo que su tarde fue más ardorosa,
quemante, intrigante, desorbitada, loca, disparatada que la de su hermano y
ahora un terrible miedo lo invadía, una sensación de desamparo, la necesidad de
borrar aquello y ser lo que era antes, un crio nada más, un niño como otro
cualquiera, sin saber lo que ahora sabia, porque tenía miedo a ser descubierto,
a la reacción que esto conlleve en casa…… y así con esos lúgubres pensamientos
y los recuerdos vagos de las sensaciones vividas, el sueño lo adormilo y no supo en que rato su madre
entro para cerrarle las cortinas de su habitación.
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