miércoles, 20 de abril de 2016

Formando una pequeña manada: Cap. 3; Autora Marambra

Formando una pequeña manada
一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril del 2016.
一一一一一一一一一一一一一一一
Capitulo 3
Autora: Marambra

El padre Andrés extendió la mano con la palma hacia arriba, Sebastián empezó a salir de su desconocida nueva situación de ensimismamiento y shock, de pronto tenía 14 años, un juguete completamente suyo regalado con amor: el móvil para jugar aun cuando ahora no tenía idea de donde estaba el jueguito aquel, si tenía 14 años, la mayoría de edad para que te azoten con una vara en el culo desnudo, y una familia por estrenar y claro los problemas que eso conlleva, y si ese hombre o esa mujer que lo habían adoptado eran ya no de exigentes, severos o no lo querían pese a sus esfuerzos, ¿y solo lo toleraban por ser una obra de caridad?, o si se cansaban de él y lo abandonaban?, total no tenían lazos consanguíneos que lo obliguen a aguantar, porque solo un padre biológico aguanta todo, porque sabe que su hijo es un parte de él, que salió de él, es su célula viviente, andante, pensante y amante; eso era lo que él tenía claro y lo que vivió con su padre al comprobar que pese a la gran cagada que se mando su hermano Valentino que aquel entonces tenía 15 años, papá  si bien lo había azotado duro también lo perdono, y aunque él no había tenido la oportunidad de mandarse una huevada de marca mayor con su padre, estaba seguro que hubiese hecho lo mismo: castigarlo y perdonarlo.
Un tumulto de emociones le cruzo la cara en una fracción de segundo, eran el miedo, el arrepentimiento, la tristeza, la nostalgia y una terrible soledad, allá estaba el cura aquel comunicándole que tenía un padre que se haría cargo de él apenas concluya el castigo que estaba por recibir y sin embargo la soledad, el abandono y el miedo lo hacían sentirse chiquitito, y mucho más desamparado de lo habitual; Joaquín observo las reacciones en el niño y busco en los ojos del fraile aquel la aprobación para hablar y acercarse a Sebastián que parecía que de un momento a otro se iba a caer, lo vio frágil, diminuto, menudito, y el cura entendiendo el pedido de Joaquín y saliéndose los tres fuera de la sala aquella donde el padre Andrés le concedió la palabra, es más incluso le sugirió que si no estaba de acuerdo con la disciplina lo entendería y cambiaria por única vez la normativa en consideración a ambos, pero Joaquín le había dicho que no, eran normas del colegio que se tenían que cumplir aun cuando sea Sebastián quien llore, quería que el muchacho aprenda la responsabilidad de sus actos tenga o no un padre con él, pero que no quería que toda la paliza se la den con la vara y prefería ser él quien lo azote, el director y el profesor estuvieron de acuerdo y así se lo hicieron saber al niño aquel que se deshacía del estrés sobre el pupitre

  • ¿Puedo conversar un momento con ustedes por favor padre? – inquirió Joaquín decidido, no había querido tomar parte de la azotaina de su hijo pero pensándolo bien era mejor que lo haga él, solo quería permiso para eso y luego consolarlo, el niño necesitaba apoyo moral, el suyo
  • Inclínate Sebastián y levanta tu camiseta dejando despejado el trasero muchacho

Indico el director y Sebastián temblando como estaba se inclino de nuevo subiendo su ropa hasta los riñones dejando el trasero elevado, luego cruzo sus manos para apoyar su frente divagando en sus pensamientos pensando en cómo sería aquel desconocido al que ahora debía obediencia total, y si a él no le gustaba? Y si a él no le agradaba?, que iba a hacer si lo llevaba lejos de allá de lo único seguro que conocía?: Joaquín… el tic tac del reloj aquel sonaban en sus oídos anunciando el paso del tiempo, cuanto más iba a esperar, la espera lo ponía mas nervioso, de pronto una mano se apoyo sobre su hombro era Joaquín que le sonrió un poquito, o eso le pareció a Sebastián, pues más parecía que a Joaquín le hubiesen jalado los huevos a tal punto que tenía la cara amargada hasta más no poder, estaba serio raro en él, pero luego se imagino que el director amonesto a su amigo por su imprudencia, eso le hizo sentir peor, así que en toda su inocencia y olvidando la recomendación de Fray Albino se paro para decirle.

  • Lo siento – y rompió a llorar – lo siento muuucho, yooo, NIFS, NIFS NIFS yooo, no debí sacar el juego…. no queríaaa que…. NIFS NIFS NIFS… te metas en problemas por mi cuuuul_paaaaaaaaa ags ags ags – Joaquín lo abrazo con ternura pero sin aún rebelarle que él lo había adoptado, pero tampoco dijo nada, solo lo abrazo y lo volvió a colocar – entiendo que, que, queeee NIFS NIFS estés enojado conmigo y que y que no quieras que, queee,  queee vaya a tu consultaaaa – agrego perdiendo la cabeza en el hueco que formo con sus brazos para ocultar su vergüenza
  • Calma, ahora ponte en tu lugar ¿si? acabemos con esto – por fin hablo su flamante padre, el quería la intimidad de su hogar para consolarlo y hacer planes con aquel niño, y todos esperaron que se tranquilice antes de pasar de nuevo a hacerlo llorar pero ahora si por verdadero dolor, cuando su llanto se hizo más sereno, el director volvió a hablar agarrando su mentón para que levante la vista y entienda
  • En vista que la falta que cometiste fue por desobedecer al doctor Torrente, él será el encargado de corregirte por la primera falta: no llevar móviles al aula, luego acabado eso, te pararas frente al pizarrón aquel y luego de unos minutos volverás a inclinarte y acabare yo con tu disciplina, y recibirás 5 azotes con la vara por pelear con tu compañero, agradece que no se te aplique todo el castigo con la vara como usualmente se hace y esto solo por consideración al doctor

Sebastián trago saliva no sabía cuál sería era peor, si los azotes que estaban a punto de recibir de Joaquín, o sería peor los del fraile, no sabía nada así que simplemente asintió con la cabeza en un gesto sumiso y derrotado, pero para ser sinceros que podía el cuestionar? Él estaba allá en calidad de condenado. Joaquín suspirando hondamente con el rostro serio y sufrido, sin decir absolutamente nada más lo inclino sobre el pupitre y con un movimiento maestro le bajo toda la ropa interior hasta la rodillas, pensando en su descuido de no renovar la ropa interior del crio que a leguas se veía como un cernidor lleno de puntitos que transparentaban su blanca piel; se separo del cuerpo del crio dejando la distancia propicia para repartir los azotes, se desabrocho el cinturón, habían convenido con el director y el profesor de ciencia en esa mini reunión fuera del recinto que duro apenas un minuto, que lo castigaría con el cinturón y que luego el director o el profesor concluya con la vara pero solo 5 azotes, era un niño, era su niño ahora… mientras Sebastián experimentaba un bochorno total al sentir la manos de Joaquín coger el ruedo de su slip rojo, y el chocar el aire fresco en sus glúteos le dieron la dimensión real de lo que sería aquello, y se recrimino ser tan iluso al pensar que lo azotarían con el calzón puesto, y se quedo ahí quieto completamente desnudo de la cintura para abajo dejando ver el bonito lunar café con leche como mancha que tenía en uno de los glúteos en la parte alta…
Luego algo llamo la atención de Sebastián era el clic de la correa, ladeo el rostro hacia el espejo y pudo ver claramente todos y cada uno de los movimientos de Joaquín: ambas manos en la cintura, y luego el cuero aquel salir despojado de los ojales del pantalón para ser doblado en dos, cerró los ojos esperando el impacto ya no más y se acordó de su hermanito Valentino, y un nudo en el corazón lo oprimió y murmuro para sí: siempre quise preguntarte como duele la correa pero ahora lo voy a averiguar por mi cuenta, solo que no es papá y nadie me abrazara después…  y una solitaria lágrima se derramo por sus mejillas cerrando la boca procurando no gemir, pero la atizada nunca llego, por lo menos en esos momentos cuyos párpados estaban tan cerrados que le dolían los ojos de estar apretados pero la voz de Joaquín lo saco de sus ensoñaciones.

  • Estos azotes hijo, son por NO saber obedecer una ORDEN DIRECTA, si una persona adulta que este a tu cuidado te dice que no debes hacer tal o cual cosa, TU SOLO OBEDECES sin cuestionar nada, ¿entendido?
  • Siiii – un gemidito apenas audible fue la respuesta y de pronto se tenso todo y se agarro el pupitre y hacia bien, Joaquín apoyo toda la palma de su enorme mano  izquierda abierta sobre los lumbares bajos del crio para forzar un poco más la salida del culete aquel para recibir la reprimenda mientras declaraba
  • Voy a darte 10 azotes Sebastián y más vale que te quedes quietecito y me cuentes uno a uno hijo, te mueves o te tocas, y empezamos de nuevo y me lo agradecerás diciendo gracias por corregirme ¿entendido? – espero que responda y como no lo hizo, le estampillo un durísimo palmetazo con toda la palma abierta dejando su huella en la blanca nalga derecha del crío – PLAAAFFF, TE HICE UNA PREGUNTA SEBASTIÁN – elevo un poco la voz, lo suficiente como sonar enojado
  • Auuu – una pequeña manito corrió a frotarse el palmetazo pero fue interceptada por Joaquín
  • Plafff no te di permiso para tocarte, o ¿si Sebastián? Estoy esperando una respuesta
  • Auuu, au, nooo no me diste permisooo ay ay
  • Bien, ahora, ¿qué es lo que debes hacer?
  • Contar y agradecer – respondiendo avergonzado ya
  • ¿Y qué vas a decir? – espero pacientemente Joaquín
  • Gracias por corregirme

Aquello salió desgarrando la garganta del muchacho y Joaquín no espero más; acomodo el cinturón en su mano y estirando el brazo lo propulso de largo a largo sobre las blancas carnes de su hijo que pese al quemante dolor procuro no moverse ni un poquito contrarrestando el movimiento con un espasmo en el perineo del cual el muchacho por primera vez se dio cuenta que podía controlarlo pero es que la sensación que experimento fue tal que la comparo con  una quemadura como si se hubiese sentado en una franja caliente y sintió latir el primer franjazo que su padre estaba ahora dándole

  • zas -
  • mmm uno uufffff – se quejo bajito resoplando y frunciendo el ceño y se pudo ver a través de los velados ojos por el espejo, allá inclinado apretando aun el trasero que empezaba a pintar una tenue rojez en la piel – gra.. gracias por ufff corregirme – frunció el ceño y cerró los ojos
  • zas
  • Mgggg dos dos dos uf uf uf…gracias por corregirme – se sintió un poco valiente de haber aguantado y procurar no moverse apretando las manos en el pupitre aquel, Joaquín se sintió orgulloso
  • zas – a partir del tercero los que siguieron fueron agónicos y al equivocarse tuvo que volver a contar siendo un desastre, pero Joaquín quería dejar en claro que así como cumplía premios prometidos, cumplía mucho más los castigos merecidos…..
  • mmm…….
  • Auuuuu ciiiinco, cinco – metió la mano y se paro del pupitre para dar vueltas en la habitación llorando y frotando el traserito desnudo y rojo soltando en el camino su ropa interior
  • Ese no cuenta metiste la mano – cogió al muchacho para acomodarlo nuevamente lo que ocasiono que Sebastián se oponga tratando de librarse de la mano de su nuevo padre mordiéndolo incluso, a lo que Joaquín reacciono pacíficamente por su profesión y naturaleza, sin alarmarse pese a las catástrofes y con toda la paciencia del mundo se acerco al pequeño anárquico para agarrarlo de la cintura y alzándolo en el aire pese a la pataleta del muchacho lo volvió a inclinar en el pupitre dejando claro con aquel acto que iría hasta las últimas consecuencias
  • Nooo por favor nooooo – rogaba sobándose el culete con fuerza llorando viéndose de nuevo de cara mirando el lomo del pupitre aquel
  • Desde el inicio hijo, desde el inicio – indico con la voz serena, no gritaba – te dije lo que haría y es lo que voy a hacer, así como te complací regalándote aquel juego como promesa, así cumplo yo con todo lo que me propongo
  • zas – desde aquel todos llegaron a los muslos
  • Auuuuuu au au au  seeiiss
  • NO, No es seis – dijo con voz calmada y apuntalo el siguiente trazo un poco más fuerte que el resto – ZAS
  • Agg ayy – y se quedo inclinado apretando el trasero temblando de la cintura para abajo de puro estrés queriendo sobarse pero controlando la tentación
  • Cuenta – volvió a ordenar y volvió a azotar un poco duro, aun cuando su corazón dolía – ZAZ
  • AUUUUU AU AU
  • CUENTA HIJO por favor… cuenta… ZASS – pero como solo el gemido salió, Joaquín conto por él   UNO
  • ZASS  dos
  • Buaaa buaa dueee _lee au au
  • Estoy esperando hijo, responde o volvemos a empezar – dijo con un nudo en la garganta
  • Nifs nifs nifs gra, gra, gracias por , por coooo, por corregirme
  • Eso, así me gusta ZAAS  tres
  • Buaaa… AY AY AYAYAYAY  graaacias por corregirme
  • Zzas….. SE ACABO mi hijo, se acabo – dijo tirando el cinturón el no podía terminar aquello, además con todas las que le dio, Sebastián acababa de llevarse doce cintazos y los curas no dijeron nada, siempre hacían eso, amenazaban con volver a empezar más para que el niño o joven coopere
  • graaaa ngr ngr ufsss agrrr gracias pooor coo, corregirme ags ags ags

Y se perdió en los brazos de Joaquín que lo alzo del pupitre, el muchacho se sentía un guiñapo y papá lo sentó en su regazo para consolarlo besando la negrura de su pelo húmedo que olía a mezcla de sudor nuevo y champo de manzana y que contrastaban con la piel tan blanca que tenia y los ojos marrones dorados de enormes pestañas onduladas, el director y el profesor salieron un rato posando la mano sobre el hombro de Joaquín sabiendo que esto lo estaba matando, además del hecho que aún no podía decirle que era quien lo adopto, aun faltaba la segunda parte del castigo, no le dijo nada solo lo arrullaba hasta que se calmo lo suficiente para pararlo de nuevo.

  • Has sido muy valiente hijo, muy valiente Sebastián, ahora escúchame bien, falta la última parte del castigo, te voy a volver a poner sobre el pupitre ¿si? son solo 5, yo contare contigo, no es necesario que digas nada, pero por favor no te muevas o el director lo volverá a repetir estamos, HAZLO POR MI ¿SI?
  • Yaaa

Contesto asustado, pero que podía hacer dadas las circunstancias?... nada, el director ingreso con el profesor de ciencias quien sería el que se encargue de aplicar aquellos últimos varazos, Joaquín si bien azoto en un inicio  las nalgas del muchacho, desde que repitieron los azotes todos cayeron en los muslos procurando dejar intacta la piel de las nalgas donde sabía caería la vara y aun cuando solo eran 5 él no quería que lastimen a su hijo pero entendía que aquello era necesario para que aprenda no solo a obedecer sino a no pelear como lo hizo, ya en casa le haría entender que su proceder no era digno de él, así que con todo el dolor de su corazón lo volvió a inclinar sobre el pupitre, el profesor ingreso sin mayor ceremonia ni decir nada más que…

  • Bien Sebastián, son solo 5, espero de verdad que sean suficientes para que no se te vuelva a ocurrir pelearte con otros chicos por muchas razones que tu tengas, no es necesario que cuentes en voz alta, pero no está permitido moverse ni tocarse, sino como los cinturonazos repetiremos ¿estamos? – y no espero ninguna respuesta, los chicos no respondían a eso por él fantasmagórico miedo que se les apoderaba de solo pensar en volver a repetir cosa que nunca se dio pese a que muchos metieron  las manos o se movieron de su lugar, lo veían innecesario como cruel sobre todo por ser la vara que golpeaba los juveniles y traviesos traseros – bien supongo que si estás preparado, pero aun cuando no lo estés, yo voy a empezar rrawz – el primer varillazo impacto sobre las tiernas carnes del muchachito que aun cuando su intención fue quedarse quieto no pudo y corrió a la puerta agarrando el trasero incendiado y gritando como un descocido
  • WAAAAAAUUUUU – y quiso borrar de su memoria el momento exacto de aquel fortísimo y lacerante dolor que le mordió las nalgas, su intensión había sido aguantar los 5, solo eran 5 se repetía y había querido complacer a Joaquín quien se coloco a su lado para cogerle las manos y contar con él, y él había ladeado la cara para mirar el espejo y ver el momento exacto en que caería la vara para respirar y hacer de tripas corazón pero jamás vio el macabro instrumento se distrajo por el sibilante ruido que provoco su viaje cortando el aire enrarecido en dos y lo siguiente que experimento solo fue aquel indescriptible dolor que le quemo de tal forma que no pudo estarse quieto   WUUAAA AU AU AU AU AU ya noo  ya no por favooooor no lo vuelvo a aaa haceeeer, au au au auuu –pero Joaquín se hizo cargo, cogió al niño de la cintura y alzándolo en el aire lo volvió a llevar al centro de la habitación pero en vez de inclinarlo, se sentó él sobre la mesa del pupitre y ahí, sostuvo a su hijo apoyado su cuerpo sobre sus rodillas y sujetando fuertemente sus manos y su cintura dejando el pobre trasero a disposición de la vara que ya había dibujado su fea marca de largo a  largo sobre la parte central de las nalgas del niño que ahora lloraba cansado y vencido sobre el regazo de papá.

El profesor apoyo la vara un poco más debajo de la primera línea y golpeteo suavemente como midiendo la fuerza y la distancia para no caer sobre el mismo lugar, aquel acto ponía los pelos de punta de Sebastián que traspiraba y quería orinarse rogando bajito que por favor o lo haga ya o  deje de hacerlo y en un momento de puro estrés le grito

  • Hágalo de una veeezzz, ya no puedoooo maaaasss por favoooor
  • Rrraaaazzz – y la segunda  ronda mordió sus nalgas, mismo dolor, misma intensidad, misma sensación solo que no pudo moverse esta vez, estaba atrapado en las faldas de papá que solo atino a sujetar más fuertemente a su hijo mientas cerró los ojos nublados de IMPOTENCIA para no ver aquella segunda línea que se pinto oscura milímetros más abajo que la primera
  • AAAAAUUUU AUU AU AUAU
  • RRRRAAAZZZ …. –

La tercera silbo con la intención de caer en la frontera de las piernas y así bajar sucesivamente a los largo de los muslos, pero fue atajada en el aire por el director, era suficiente; como siempre solo daban dos o tres tras una dosis de cinturón o mano y el profesor como costumbre era también en él, dejo la vara sobre el escritorio y Joaquín incorporo a su crio para abrazarlo, y fue cuando el director  por fin revelo la identidad de Joaquín, como padre putativo de Sebastián y esto solo que era más que obvio, Joaquín estaba desesperado por consolarlo y Sebastián de perderse en aquel abrazo reconfortante mientras las manos de su nuevo padre volaron al trasero para frotárselo con vigor para que el entumecimiento del dolor se.

  • Eso es Sebastián deja que papá te mime, te consuele y te perdone, nosotros hemos terminado, ya saldaste las cuentas con el colegio,  tienes libre mañana por tu cumpleaños, es un regalo de todos nosotros, para que disfrutes de tu nueva familia
  • ¿Papaaa? – pregunto en un graznido apenas perceptible que se escapo de su boca que de tanto gritar le dolía la garganta separando su oculta cabeza del pecho de aquel hombre que lo había azotado y había estado ahí para ayudarle con el resto del castigo, aquello jamás se imagino y era como dijo el padre Albino al final del arco iris siempre brilla el sol
  • Si mi hijito, papá, yo te he adoptado Sebastián, eres mío ahora, mío, y te voy a cuidar y no voy a permitir que te metas en problemas menos en el colegio para que nadie vuelva a azotarte con una vara nunca más en tu vida, mi sol – y Sebastián se aferro a ese abrazo que tanto deseaba, y cerrando los ojos agradeció a su padre y hermano mandarle a alguien que lo cuide con tanto amor como prometía, y con tanto rigor como experimento prometiendo hasta a luna
  • Voy, voy a por portarme bien nifs, nifs, nifs looo lo promeeeto paaaa, nunca voy a hacerte renegar – declaro solemne aquella utopía
  • Shuuu, calma hijo, no es necesario prometerme nada estoy más que seguro que si tu cabecita se olvida, tu potito se acordara

Y Sebastián no pudo estar menos de acuerdo pues el dolor que aun tenía le duraría por lo menos hasta el final del curso y eso que recién habían acabado el primer trimestre, y por solo eso perdiendo la vergüenza que lo acompaño todo el tiempo que duro los azotes se dejó frotar el magullado trasero mientras el escondía la carita en el pecho de su nuevo padre sollozando pensando que definitivamente una cosa era fantasear y otra protagonizar, y su trasero había protagonizado todo un drama dantesco hacia apenas unos minutos atrás….
Si, definitivamente si su cabecita se olvidaba portarse bien, su pobre traserito se lo recordaría sobre todo tras recibir un buen azote.


No hay comentarios:

Publicar un comentario