domingo, 17 de abril de 2022

Los Th: Cap. 45; Autora Marambra

Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Abril del 2022.
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Capítulo 45

Nathan, Nathan…. tan, tan te darán

Autora: Marambra

 

Nathan oyó de soslayo los pasos pausados de su hermano ingresar a la habitación de Uther, el muchacho hace mucho que dormía, prácticamente desde que su padre lo mandara acostarse, en cambio él daba vueltas y vueltas sobre su lecho, estuvo muy enojado con Matías por el puñete recibido de manos de aquel bravucón de ojos miel que se ponían negros de la rabia; luego sintió pena cuando Ethan empezó a suturar la mano, preocupado por la paliza que le iba a dar y durante todo el rato que oyó los palmetazos y reglazos tenía un nudo en la garganta, la respiración cortada y el amen en la boca, sabía que su hermano no se iba con contemplaciones cuando estaba enfadado y sabía cómo dolía la maldita regla impactada en el trasero sobre todo cuando el que la impactaba era Ethan, seguro que al día siguiente Matías tendría un bonito recuerdo de la noche pasada al sentarse.

Pero no podía evitar la ambivalencia que lo invadía, por una parte, tenía pena por Matías y por otra estaba contento de que de una o de otra manera, aquel crio embaucador se lleve un escarmiento sobre todo tras la forma en que lo timaron, pero ahora le preocupaba su padre… ¿qué diablos le iba a decir?... ¿que escusa tenía?, en que ¡maldita hora! habría hecho caso a ese par de mocosos que a estas horas estaban libraditos de un castigo, en cambio él estaba ahí dando vueltas y vueltas al asunto esperando que ocurra un milagro que nunca llegaría obviamente; en eso estaba, dando vueltas por enésima vez en su cama sin darse cuenta que ingreso su hermano; ¿cuánto tiempo había pasado?,  la luz se prendió 40 minutos después desde que se llevo a Matías y concluya con la paliza… bueno, tampoco lleva horas dar de reglazos y Ethan al darse cuenta que Nathan estaba ahí todo un amasijo de nervios como si esperara la guillotina, decidió sentarse a su lado y conversar con él mientras esperaba que regresen sus padres y Lothar del cine, a donde los abuelos lo llevaron como premio a sus diabluras.

 

  • ¿No puedes dormir?... – pregunto destapando a Nathan que para los efectos se cubrió la cabeza tratando de despistar al enemigo – ¿quizás la consciencia que molesta? – sonrió al ver la cara de su hermano
  • Lo siento mucho Ethan, no sé porque diablos lo hice, no tengo la menor idea de que me paso por la cabeza para hacer lo que hice – contesto avergonzado
  • MMM, ¿quizás 15 dólares sea lo que paso no por la cabeza sino por los bolsillos? – tentó la respuesta, quizás Nat le cuente algo diferente – ¿necesitabas tanto ese dinero? – agrego pensando en que tal vez su hermano este pasando por un aprieto económico y no se atrevió a pedir dinero a su padre
  • Yo siempre necesito dinero Tano, pero – suspiro agobiado como diciendo no es justificable de todos modos – no a ese punto supongo – confeso
  • Entonces lo hiciste ¿por qué?
  • Por idiota, ¿por qué más puede ser?... – clavos sus hermosos ojos sobre la igual mirada de su hermano suspirando – ¿le dirás al papá? – albergo la pequeña esperanza quizás en convencer a Tano que no lo haga
  • Sabes que si Nathan – iba a apagar la lámpara para dejarlo descansar
  • Pero – Nathan se sentó
  • No hay peros Nathan, lo que hiciste fue desleal, te hiciste pasar por mí en el colegio de mis hijos
  • No me hice pasar por ti – contesto disgustado, sentándose y cruzando los brazos sobre el pecho
  • Si, en eso tienes razón, no fuiste y dijiste soy Ethan Van Lauder, pero presentaste una carta firmada, sellada y lacrada a mi nombre, ¡usaste tu habilidad para falsificar mi firma!, así que si, es como si te hubieras hecho pasar por mí, no en persona pero si en papel y yo quede en ridículo en el colegio – recordó la reunión aquella con el director  – estuviste al tanto de todo lo que ellos hicieron y no tuviste el valor de decírmelo, y eso me pone en una situación delicada –  ¡que no puedo confiar en ti!, iba a decir de nuevo, pero al ver  la cara de Nathan tan desmoralizado, prefirió guardarse el comentario… sabía que para Nat era imperioso contar con la confianza de Ethan, a veces era como que tenía que ser perfecto ante sus ojos, era una necesidad imperiosa la de contar siempre con su aprobación, ayuda y decisiones y su hermano dándose cuenta de aquello y para no martirizarlo le dijo con total tranquilidad – pero siempre hay una forma de solucionarlo
  • ¿Cual? – pregunto al tiro Nathan esperanzado
  • Que seas tú quien se lo cuente a papá mañana en la mañana – y Nathan se quedo helado, aquello era demasiado pedir, su padre lo castigaría de por vida y el tenia un viaje al Brasil y Ethan al ver que eso era casi impensable, prefirió quitarle el hierro al asunto diciendo con tranquilidad – no te preocupes ahora, tienes tiempo para pensar en hacer lo correcto, de todos modos Nathan, esto es algo que hablaremos con papá, procurare que no salte sobre tu trasero, el resto no puedo asegurar y tú lo sabes, ahora duerme si… mañana tienes clases… buenas noches Nat
  • Buenas noches – agrego preocupado, aquella no sería para nada una buena noche para él

 

Media hora más tarde llegaban sus padres y Lothar a quien Ethan envió ya no más a la cama, luego, pues nada, fue a conversar con sus padres, no podía darle la noticia al día siguiente, su padre pegaría el grito al cielo y era capaz de moler a palos a Nathan, en cambio si creía que estaba dormido y al descansar él también, pues, la rabia seria menos… por lo menos bajando algunos grados, digamos tranzando de cinturón a zapatilla, o de un año sin salir a un mes; por otro lado recordando la mortificada cara de Nat se planteo la posibilidad de no decirle nada a su padre y ser él quien le dé un castigo a Naty, pero… en el meollo había dinero de por medio y el hecho de las falsificaciones de firmas y demás y ¿si Nathan veía aquel indulto como que Ethan aprobaba esas cosas?, ¿que no lo consideraba una falta grande y lo confundía con mensajes erróneos?, y no solo a él sino ¿a sus hijos?, aunque bien podía amonestarlo feamente a Nat y estaba seguro que entendería, total estaba en la Universidad, pero… PERO sus hijos NO, ellos no entenderían, así que ni modo, sintiéndolo mucho por su hermano tomo aquella decisión con todo el dolor de su corazón, pero Nathan no podía estar ahí utilizando lo que NO debía para beneplácito de sus demonios, así que tras sentarse a degustar un poco de fruta picada Ethan le conto las idas y venidas de sus hijos sin obviar nada, claro que todo aquello causo gracia al abuelo, pensar en la genialidad de los chicos era hilarante, no se podía negar que eran simplemente brillantes, obviamente aun no tocaron el punto de Nathan, de ahí la hilaridad de Mikel en aquel asuntito.

 

  • Así que mis nietos son unos ases de las financias turbias, jjajajajjaa y ¿qué cosa hicieron? – se sentó cómodamente en su sillón favorito prendiendo un rato la música, suavecita para los efectos de adormilarse
  • Apostar, papá… apostaron que Uther rompía todos los records – agrego Ethan dejando por fin descansar su espalda de la tensión vivida durante todo el día y recién se dio cuenta de que le dolía la cabeza
  • ¿Y lo hizo? – calentó un poco su brandy
  • Si… lo hizo, y gano nada menos que 500 dólares entre hacer lo que hizo, la contra apuesta y el plus adicional, ¿te puedes imaginar eso? – aún Ethan no daba crédito a las diabluras de ambos
  • 500 dólares… caray que es sagaz mi muchacho – murmuro con disimulado orgullo – Si siempre supe que era un genio – el abuelo celebraba las barrabasadas de ambos
  • Robar corpiños no tiene nada de genial – refunfuño Tano – frotandose las sienes, aunque eso no evito las carcajadas de su padre
  • Jajajajja, jajaaj a ajajjaja… si es un genio, ojalá yo hubiera hecho lo mismo, hubiera tenido entre mis tesoros los corpiños de Agnes… oh Agnes, augusta fue su presencia en mi vida de adolescente ajjajajajja – y por primera vez la nombro en voz alta, en todos sus años de vida como adulto la recordó con tanto cariño e ilusión – hay que ser de bolas hijo para hacer lo que Uther hizo, nadie se anima así no mas – y palmeo la espalda de su hijo en un gesto de consuelo
  • Pues claro ¡hay que celebrarlo!, si lo que hizo es una hazaña digna de publicar en la prensa – contesto algo molesto
  • Admítelo Ethan, tus hijos son simplemente geniales, son chicos vivos, sanos… solo hay que encaminarlos poco a poco y con cariñito – bueno había que admitir era gracioso – ¿y que hizo Matías?
  • Apostar… resulta que es todo un as en los negocios turbios, y tiene una capacidad de convencimiento increíble, podría fácilmente ser un político – contesto sin muchas ganas
  • Bueno hijo vele el lado amable de las cosas
  • Cierto, todo este lio sirvió para que mi Uther regrese a mí con todas las de la ley, creo que por fin reenganche su camino paralelo al mío – sonrió sinceramente
  • Entonces hay que celebrar – eso era bueno pensó Mikel
  • Ser expulsado por 10 días, no es para celebrar papá, mañana debo apersonarme con Uther al cole a una reunión disciplinaria donde trataran las condiciones de su regreso, además de la de Maty pues, debo comprometerme con el seguimiento de sus actividades, además debo ir a enterarme de que va ese su trabajo extracurricular los fines de semana, pero eso es lo de menos, no te espere para contarte las andadas de este par, sino que en todo este meollo, está involucrado Naty – y Mikel se atoro con su sorbo de brandy
  • ¿Qué me estás diciendo? – ahora no tenia gracia nada de las travesuras de los niños
  • Escúchame ¿si? no tires piedras antes de tiempo, Matías y Uther lo involucraron….

 

Y Ethan relato las mil y una de ambos delincuentes juveniles que ahora dormían relativamente cómodos mientras Nathan pego la oreja al pasillo escabulléndose en un estratégico lugar para no ser visto y poder correr escaleras arriba cuando lo precise, así oyó el humillante relato sobre cómo lo timaron, la trifulca con Matías…  el ataque de rebeldía del mocoso que concluyo con una buena paliza hace más o menos una hora atrás y otros detalles.

 

  • Repíteme lo que me estás diciendo Ethan, ¿Nathan redacto una carta a puño y letra, la firmo, la sello y laqueo en tu nombre? – la sonrisa se le había fugado de los labios, y fue reemplaza por una mueca siniestra
  • Si, y no solo eso… recibió una comisión monetaria por sus servicios de 15 dólares y lo único que puedo decirte a favor de Nathan es que los chicos lo han estafado – y después de tanta rabia, Ethan estallo en carcajadas, no pudo evitarlo, quizás era una risa de nervios – ja jaja jaja

 

Mikel frunció el ceño cada vez más enojado, aquella fue básicamente su participación y la estafa de la cual fue víctima, Nathan se enojo al oír reír a su hermano, estuvo por irse a su dormitorio cuando oyó el resto del relato y fue así que se entero que los chicos lo engañaron pues Ethan empezó a relatar las cosas que cada cual hizo; había sido Matías quien planeo la mejor escusa que se pueda dar, y muy creíble además… y Nathan la llevo a cabo, la hizo real, escribió una carta a puño y letra en papel membretado haciendo uso de su flexibilidad para imitar la letra de su padre y hermano, y no solo eso, sino que falsifico la firma y robo el sello del consultorio de Ethan y uso la laca que ocasionalmente usaban ambos Mikel o Ethan para correspondencia legal, o sea cuando se trataba de documentos confidenciales como informes médicos solicitados por un juez como prueba de algún delito relacionado con la salud y que se quiera evitar la violación de dicha documentación para ser usada en algún juicio X.

El resumen de la carta era simple, Ethan se excusaba de asistir a la reunión disciplinaria de ambos muchachos donde se trataría la expulsión total del colegio o la suspensión temporal de Uther según lo que se llegue a averiguar sobre su participación en el misterioso extravío de prendas intimas femeninas, como la de esclarecer los rumores esos que corrían sobre las apuestas clandestinas lideradas por Matías; indicando que se ausentaba por motivos de salud, según la carta él, Ethan Van Lauder se ausentaría de la ciudad para viajar a Boston junto con su padre el Dr. Mikel Van Lauder para hacer pruebas neurológicas con fines investigativos que le permitan el uso de algún dispositivo que vaya soltando medicación según el requerimiento de sus crisis, una inventiva muy fantasiosa pero que correctamente redactada y con el uso de la jerga médica no dejaba duda alguna de que se trataba de algo real; aclarando que quedaba como custodio inmediato de sus tres hijos su hermano menor Nathan Van Lauder, mayor de edad y designado como tutor legal mientras duraba su ausencia y la de sus padres, inhabilitando de esta manera incluso a Miranda a la cual enviaron de viaje ya no más a Sucre por motivos según ellos netamente familiares de herencia, presentando copias de un testamento legalmente establecido otorgado por un amigo suyo estudiante de derecho a quien al parecer debía un favor a Nathan…

 

  • ¿Cómo puedes reírte de eso Ethan?... no tiene gracia alguna – reclamo Mikel a su hijo enfadado
  • Es que tienes que admitirlo papá, Nathan podrá ser un genio en la U con tan brillantes notas en anato y demás, pero, fue engañado como un mocoso, por otro más mocoso todavía, le han cambiado un caramelo nuevo por uno chupado y lleno de mocos, jajajajajajja, jajajaj jajajaja, ¡quince dólares! le han pagado por meter sus manos al fuego, jajajajaja – seguía riendo de buena gana, ahora que él tenía este asunto resuelto, por fin pudo ver el lado amable de las cosas y soltarse
  • NO, no le han pagado 15 dólares por meter sus manos al fuego SI NO SU TRASERO, le voy a dar una reverenda paliza por hacer lo que no debe – escupía su furia, estaba enardecido por lo que se enteraba
  • Papá… los chicos lo han engañado, hoy los he confrontado y el diablillo aquí fue Matías, que incluso le dio un puñete a Nat – y Mikel elevo una ceja como cuestionando aquello como argumento para disminuir la pena de Nat – ¡siéntete orgullo de él!, no ha respondido al ataque porque sabe que Maty tiene un pasado tortuoso, además me prometió que te lo contaría mañana, así que ten en cuenta ese detalle por favor, Nathan no es mal chico, solo perdió las formas con los míos ¿si?, ¿lo harás? – le sonrió y desvió la miraba al pasillo, se dio cuenta que Nathan estaba oyendo la charla
  • Si él me dice la verdad por propia voluntad Ethan como dices que hará solo le daré un castigo leve, pero si no me dice nada y me pone escusas le voy a dar una paliza que se acordara de mi toda su vida… – y se bebió de golpe su brandy enfadado como estaba pensando en voz alta – falsificar firmas, hacer aparecer documentos ILEGALES joder, ¿qué es él?... ¿un delincuente de cuello blanco?, ¡ah, pero!... le voy a quitar las ganas de jugar a los pillos con ese par de mocosos y vamos a ver si no se vacuna contra las matufias esas – y Nathan se escabullo de las gradas con el corazón en la mano…

 

Mil y un pesadillas lo acudieron toda la noche, Nathan no pudo dormir dando vueltas y vueltas al asunto, y aun cuando él hubiese preferido que no amanezca, el día despunto habitual  a la misma hora de siempre, y con todo el mal humor en el alma se levanto de su cama tratando de aplazar el momento de enfrentarse a su padre, pero tarde o temprano tenía que hacerlo, así que decidió que cuanto más antes mejor, se encamino ya cambiado, bañado y con unas horribles ojeras en la nuca hacia el despacho de su padre donde estaba preparando sus cosas para el congreso al que tenía que asistir como conferencista.  

 

  • Buenos días papá – saludo con el amen en la boca – ¿puedo pasar? – Mikel pasos sus ojos de arriba abajo un segundo estudiando las facciones atormentadas de su hijo antes de contestar secamente
  • Buenos días
  • Papá, ¿puedo pasar? yoo, yo tengo que… hablar contigo, ¿tienes unos minutitos por favor?

 

Mikel volvió a posar sus ojos sobre Nat dándose cuenta que no se animo a traspasar la puerta, sabía que Nat estaba ahí para hablar sobre el asunto de la carta falsificada, así que se sentó y sin conminarlo a sentarse lo hizo pasar, Mikel podía ser muy rígido, suplir de ser el sargento habitual a mariscal de lleno cuando lo quería y ahora era una de esas oportunidades y no la echaría a perder, estaba buscando tres pies al gato y si no había saltado sobre Nathan pidiendo explicaciones ya no más, fue porque se lo prometió a Ethan, así que ahí sentado donde estaba, sobre el filo del escritorio con los brazos cruzados se dignó a contestarle.

 

  • Cierra bien la puerta – y con eso sello el destino de su hijo

 

Nathan ingreso haciendo tripas corazón, cerrando la puerta tras suyo como le ordeno su padre y se paro frente a él sin saber cómo empezar a explicar, relamiéndose los labios nerviosamente oyendo de fondo el horrible tic tac del reloj y sus pulsos, exaltando aun mas sus estresados nervios que de por si, estaban a flor de piel de no dormir adecuadamente y de confesar su pecado; y no supo cuando tiempo estuvo así parado hasta que fue su padre quien lo saco de sus ensoñaciones.

 

  • Bueno, al parecer no tienes nada que decir – y se fijo en la hora frunciendo el ceño, tenía tiempo de sobra, pero prefería no darle opción a su hijo, quería buscar la escusa perfecta para castigarlo como se merecía y alzando su maletín para salir le dijo – pero yo sí y conversaremos al respecto a mi regreso, ahora por favor dame paso – hizo a un lado a Nat con la firme intensión de que se retire, le bloqueaba el paso
  • Pero es que – se percato en la salida de su padre
  • ¿Qué cosa Nathan?, ¿tengo prisa?. Me estás haciendo perder el tiempo – busco sus llaves y el ruido de ellas en la puerta hizo que Nat confiese su pecado de un solo jalón, sin anestesia…
  • Papa yoooo, yo – trago saliva en seco antes de agregar casi gritando – ¡falsifiqué la firma de Ethan! – cerro los ojos esperando el grito, en vez de aquello oyó y vio a su padre suspirar cerrar la puerta y dejar el maletín sobre la mesa y volver a sentarse en el filo del escritorio volviendo a cruzarse de brazos intimidándolo con aquella posición –¿puedo sentarme papá? por favor – las piernas le temblaban
  • NO, lo que me tengas que decir me lo dices parado 

 

En cualquier otra oportunidad Nathan hubiese bromeado diciendo “a sus ordenes mi general” pero ahora no, sabía perfectamente que su padre estaba muy enojado y solo estaba aguantándose por la promesa hecha a Tano así que sintiendo la aspereza de la bilis quemarle la boca con su habitual acritud empezó a contar a su padre aquella indiscreción suya sin saltarse nada, no era conveniente por ahí y cuando se fue a dormir Ethan, Uther o Matías le contaron algo MÁS… ¡jo! ya estaba paranoico total.

 

  • Así que tus sobrinos te han pagado por el servicio, ¿qué cosa eres?... ¿un falsificador a sueldo?, ¿un delincuente de cuello blanco?, ¿un estafador?...  O ERES UN ESTUDIANTE DE MEDICINA – grito
  • Papa por favor – su voz sonó pequeñita, diminuta, la calma que parecía reinar era solo una fachada, su padre estaba más que cabreado
  • ¿Por favor? NADA Nathan…. – elevo el índice enfadado, moviéndolo en el aire – NADA, creo que te doy EL SUFICIENTE DINERO para todos tus gastos y jamás te he impuesto una mesada fija con la tonta frase previa…”de: tu problema si no te dura” … ¿o no? JAMÁS TE HE NEGADO UN CENTAVO NATHAN, JAMÁS COMO PARA QUE AHORA SE TE DE POR FALSIFICAR FIRMAS Y VENDERLAS
  • Papá por favor, no es así – se limpio las manos en el pantalón empezaba a traspirar del puro susto
  • Y COMO ES, CUÉNTAME, ¿COMO ES?
  • Les hice un favor a los chicos – a este punto se sintió y oyó ridículo
  • Un FLACO favor Nathan, UN FLACO Y RUIN FAVOR – gesticulaba con la mano en alto demostrando su enfado – ¡fomentar que hagan cagadas en el colegio, se hagan expulsar, estén apostando, colándose a los baños!, ROBANDO – contaba en sus dedos los delitos – ¿que otro favor harás a futuro? ¿JA? – coloco una de sus manos en su cadera – ¿BORRAR HUELLAS DIGITALES? ¿SOCAPARLOS DE LA POLICÍA? QUE INFRINJAN LA LEY….  CARAJO, ¿QUE FALTA EN LA LISTA?, ya tenemos un ladrón, un estafador, un falsificador ¿de que me olvido?... ¿de un pildorita, o un buzo? – elevo las vista al techo teatralmente

 

Y Mikel siguió en su línea imaginando a todos los nuevos Van Lauder encasillados como los mafiosos más guapos del Oriente, al parecer se terminó el linaje científico con su Ethan, porque al paso que iba el benjamín de su casa no creía que fuera a titularse de medico sino de falsificador y de pronto le asalto un tremendo pensamiento.

 

  • ¿No me habrás falsificado los certificados de notas de la universidad y las cartas de felicitación? – y la cara de Nat fue todo un drama de Shekespeare
  • ¡Papá!... ¿qué te pasa?, ¿cómo puedes pensar eso de mi? – pregunto con el rostro descolocado, sintiendo las lágrimas acudir a sus ojos, aquellas palabras fueron como una estocada
  • TENGO TODO EL DERECHO DE DESCONFIAR DESPUÉS DE LO QUE HAS HECHO – gritó impávido, pero aliviado, la reacción de su hijo le devolvía la fe, pero no podía demostrar más que indignación, lo que hizo no era para celebrar
  • Mejor me marcho, no tiene caso hablar contigo, tengo clases – Nathan guardo los trozos de su dignidad lo mejor que pudo y se dispuso a salir cuando su padre lo atajo en el acto
  • ¿Quién te ha dicho que esto ha concluido? – elevo una ceja intimidantemente – ¿quien te dio permiso para que te muevas? – le quito la mochila de la que recién se percataba como la de su hijo
  • Es queeee, yo tengo clases… tengo que irme papá
  • A ¿si? pues no te hagas drama siempre puedes entregar una escusa escrita…. para variar real, que con gusto voy a firmarte una; ahora mi hijito lindo, inclínate sobre el escritorio y bájate los pantalones
  • PAPAAAAAAA – los ojos se le abrieron como platos no daba crédito a lo que su padre acababa de decirle
  • He dicho fuera pantalón y en posición, ¿no querrás que te lo pida de otra manera verdad?

 

Y Nathan supo ver entre los matices de la voz de su padre que no estaba bromeando, Mikel no concluyo la charla, ¡maldita sea!, pensaba y se quedo quieto ahí donde estaba sin hacer un solo movimiento, ni pronunciar palabra alguna, ¿en qué momento dio el paso en falso?, se preguntaba traspirando ya, con el tic tac en la cabeza y los pulsos llenos, el sudor invadiendo sus axilas, sus manos y la espesa saliva, y la mano de su padre lo bajo de su nube cuando agarrándolo del cuello por detrás lo llevo hacia el escritorio y lo paro frente a él.

 

  • Inclínate sobre el escritorio Nathan y bájate los pantalones no lo voy a volver a repetir
  • Paaaaaa – aquello era un graznido, horrible
  • He dicho pantalones abajo y sobre el escritorio, así como sabes hacer favorcitos a tus sobrinos a la carrera, quiero verte correr para HACERME EL FAVOR DE OBEDECERME ¡CARAJO!... CRACK 

 

Pego un golpe a la mesa y fue suficiente para que Nat haga lo que su padre le pidió, no supo ¡cómo! pero lo hizo, de pronto se vio con sus manos nerviosas y sudadas deshaciéndose del cinturón, el botón y la cremallera de los jeans clásicos azul gastado, y haciendo fuerza para que caigan sobre sus piernas, ok, lo hizo pero su corazón acelerado impidió que haga lo mismo con su ropa interior, ¡JODER! no podía creer que esto le esté sucediendo; sus nervios estaban tan sensibles que empezó a apretar sus manos y relamer sus labios esperando que su padre diga algo al respecto, que tenga un atisbo de piedad y en aquella fracción de segundos que Nathan cerró los ojos agobiado y resignado a cumplir con esa vergonzosa orden, su padre se saco el cinturón y lo inclino sobre el escritorio aquel descargando sin miramiento alguno 5 cinturonazos que sonaron hasta la otra cuadra, Mikel cuando soltaba la mano la soltaba con todo su peso.

 

  • ZZZAS, ZZASSS, ZZZASSS, ZZZASS ZZAASS
  • MMMGG, MM AAAGRRR AYYY AUUUUU – y fue ir del gemido al grito y papá dio por concluido el castigo
  • Agradece a tu hermano la generosidad – escupio entre dientes muy enfadado y frustrado de no poder darle la tunda que quería

 

Y el cinturón aquel así como salió y voló… volvió a su lugar y Nathan empezó a vestirse al oír la puerta del despacho de su padre cerrarse, se acomodo dignamente la ropa y trato de calmar sus ánimos, estaba enfadado, todo por culpa de los críos esos, ESTÚPIDO, ESTÚPIDO, ESTÚPIDO, PERFECTO ESTÚPIDO  se recriminaba a sí mismo, pero si creyó que las cosas se habían terminado para él, nada más lejos de la verdad…

Se había arreglado la ropa, acomodado la camisa el pantalón, el cinturón y se cargo la mochila con la intensión firme de desaparecer de la casa, no quería ver a nadie, menos a sus sobrinos, pero apenas abrió la puerta allá estaban ambos sonriendo, de ¿él?, quién sabe, pero por si las moscas alzo un señor puñete y la calco en toda la cara de uno de ellos.

 

  • AUUUUUUU MI NARIIIZ, MI NARIZ, PAPAAAAAAAAAA, AUUUU
  • QUE BIEN ME SIENTO AHORA

 

Sonrió Nathan satisfecho sin pensar que esa satisfacción no le iba a durar para siempre.



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