Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Nathan, Nathan…. tan, tan
te darán
Autora: Marambra
Nathan
oyó de soslayo los pasos pausados de su hermano ingresar a la habitación de
Uther, el muchacho hace mucho que dormía, prácticamente desde que su padre lo
mandara acostarse, en cambio él daba vueltas y vueltas sobre su lecho, estuvo
muy enojado con Matías por el puñete recibido de manos de aquel bravucón de
ojos miel que se ponían negros de la rabia; luego sintió pena cuando Ethan
empezó a suturar la mano, preocupado por la paliza que le iba a dar y durante
todo el rato que oyó los palmetazos y reglazos tenía un nudo en la garganta, la
respiración cortada y el amen en la boca, sabía que su hermano no se iba con
contemplaciones cuando estaba enfadado y sabía cómo dolía la maldita regla
impactada en el trasero sobre todo cuando el que la impactaba era Ethan, seguro
que al día siguiente Matías tendría un bonito recuerdo de la noche pasada al
sentarse.
Pero
no podía evitar la ambivalencia que lo invadía, por una parte, tenía pena por
Matías y por otra estaba contento de que de una o de otra manera, aquel crio
embaucador se lleve un escarmiento sobre todo tras la forma en que lo timaron,
pero ahora le preocupaba su padre… ¿qué diablos le iba a decir?... ¿que escusa
tenía?, en que ¡maldita hora! habría hecho caso a ese par de mocosos que a
estas horas estaban libraditos de un castigo, en cambio él estaba ahí dando
vueltas y vueltas al asunto esperando que ocurra un milagro que nunca llegaría
obviamente; en eso estaba, dando vueltas por enésima vez en su cama sin darse
cuenta que ingreso su hermano; ¿cuánto tiempo había pasado?, la luz se prendió 40 minutos después desde
que se llevo a Matías y concluya con la paliza… bueno, tampoco lleva horas dar
de reglazos y Ethan al darse cuenta que Nathan estaba ahí todo un amasijo de
nervios como si esperara la guillotina, decidió sentarse a su lado y conversar
con él mientras esperaba que regresen sus padres y Lothar del cine, a donde los
abuelos lo llevaron como premio a sus diabluras.
- ¿No puedes
dormir?... – pregunto destapando a Nathan que para los
efectos se cubrió la cabeza tratando de despistar al enemigo – ¿quizás la
consciencia que molesta? – sonrió al ver la cara de su hermano
- Lo siento
mucho Ethan, no sé porque diablos lo hice, no tengo la menor idea de que me
paso por la cabeza para hacer lo que hice – contesto
avergonzado
- MMM, ¿quizás
15 dólares sea lo que paso no por la cabeza sino por los bolsillos? – tentó
la respuesta, quizás Nat le cuente algo diferente – ¿necesitabas tanto ese dinero? – agrego
pensando en que tal vez su hermano este pasando por un aprieto económico y no
se atrevió a pedir dinero a su padre
- Yo siempre
necesito dinero Tano, pero – suspiro agobiado como
diciendo no es justificable de todos modos – no a ese punto supongo – confeso
- Entonces lo hiciste ¿por qué?
- Por idiota,
¿por qué más puede ser?... – clavos sus hermosos ojos
sobre la igual mirada de su hermano suspirando – ¿le dirás al papá? – albergo
la pequeña esperanza quizás en convencer a Tano que no lo haga
- Sabes que si
Nathan – iba a apagar la lámpara para dejarlo
descansar
- Pero – Nathan
se sentó
- No hay peros Nathan, lo que hiciste fue desleal, te hiciste pasar por mí en el colegio de mis hijos
- No me hice
pasar por ti – contesto disgustado, sentándose y
cruzando los brazos sobre el pecho
- Si, en eso
tienes razón, no fuiste y dijiste soy Ethan Van Lauder, pero presentaste una
carta firmada, sellada y lacrada a mi nombre, ¡usaste tu habilidad para
falsificar mi firma!, así que si, es como si te hubieras hecho pasar por mí, no
en persona pero si en papel y yo quede en ridículo en el colegio – recordó la
reunión aquella con el director – estuviste al
tanto de todo lo que ellos hicieron y no tuviste el valor de decírmelo, y eso
me pone en una situación delicada – ¡que
no puedo confiar en ti!, iba a decir de nuevo, pero al ver la cara de Nathan tan desmoralizado, prefirió
guardarse el comentario… sabía que para Nat era imperioso contar con la confianza
de Ethan, a veces era como que tenía que ser perfecto ante sus ojos, era una
necesidad imperiosa la de contar siempre con su aprobación, ayuda y decisiones
y su hermano dándose cuenta de aquello y para no martirizarlo le dijo con total
tranquilidad
– pero siempre hay una forma de solucionarlo
- ¿Cual? – pregunto
al tiro Nathan esperanzado
- Que seas tú
quien se lo cuente a papá mañana en la mañana – y
Nathan se quedo helado, aquello era demasiado pedir, su padre lo castigaría de
por vida y el tenia un viaje al Brasil y Ethan al ver que eso era casi
impensable, prefirió quitarle el hierro al asunto diciendo con tranquilidad – no te
preocupes ahora, tienes tiempo para pensar en hacer lo correcto, de todos modos
Nathan, esto es algo que hablaremos con papá, procurare que no salte sobre tu
trasero, el resto no puedo asegurar y tú lo sabes, ahora duerme si… mañana
tienes clases… buenas noches Nat
- Buenas noches –
agrego preocupado, aquella no sería para nada una buena
noche para él
Media
hora más tarde llegaban sus padres y Lothar a quien Ethan envió ya no más a la
cama, luego, pues nada, fue a conversar con sus padres, no podía darle la
noticia al día siguiente, su padre pegaría el grito al cielo y era capaz de
moler a palos a Nathan, en cambio si creía que estaba dormido y al descansar él
también, pues, la rabia seria menos… por lo menos bajando algunos grados,
digamos tranzando de cinturón a zapatilla, o de un año sin salir a un mes; por
otro lado recordando la mortificada cara de Nat se planteo la posibilidad de no
decirle nada a su padre y ser él quien le dé un castigo a Naty, pero… en el
meollo había dinero de por medio y el hecho de las falsificaciones de firmas y
demás y ¿si Nathan veía aquel indulto como que Ethan aprobaba esas cosas?, ¿que
no lo consideraba una falta grande y lo confundía con mensajes erróneos?, y no
solo a él sino ¿a sus hijos?, aunque bien podía amonestarlo feamente a Nat y
estaba seguro que entendería, total estaba en la Universidad, pero… PERO sus
hijos NO, ellos no entenderían, así que ni modo, sintiéndolo mucho por su
hermano tomo aquella decisión con todo el dolor de su corazón, pero Nathan no
podía estar ahí utilizando lo que NO debía para beneplácito de sus demonios,
así que tras sentarse a degustar un poco de fruta picada Ethan le conto las
idas y venidas de sus hijos sin obviar nada, claro que todo aquello causo
gracia al abuelo, pensar en la genialidad de los chicos era hilarante, no se
podía negar que eran simplemente brillantes, obviamente aun no tocaron el punto
de Nathan, de ahí la hilaridad de Mikel en aquel asuntito.
- Así que mis
nietos son unos ases de las financias turbias, jjajajajjaa y ¿qué cosa
hicieron? – se sentó cómodamente en su sillón favorito
prendiendo un rato la música, suavecita para los efectos de adormilarse
- Apostar, papá…
apostaron que Uther rompía todos los records – agrego
Ethan dejando por fin descansar su espalda de la tensión vivida durante todo el
día y recién se dio cuenta de que le dolía la cabeza
- ¿Y lo hizo? – calentó
un poco su brandy
- Si… lo hizo, y
gano nada menos que 500 dólares entre hacer lo que hizo, la contra apuesta y el
plus adicional, ¿te puedes imaginar eso? – aún
Ethan no daba crédito a las diabluras de ambos
- 500 dólares…
caray que es sagaz mi muchacho – murmuro con
disimulado orgullo – Si siempre supe que era un genio – el
abuelo celebraba las barrabasadas de ambos
- Robar corpiños
no tiene nada de genial – refunfuño Tano – frotandose
las sienes, aunque eso no evito las carcajadas de su padre
- Jajajajja,
jajaaj a ajajjaja… si es un genio, ojalá yo hubiera hecho lo mismo, hubiera
tenido entre mis tesoros los corpiños de Agnes… oh Agnes, augusta fue su
presencia en mi vida de adolescente ajjajajajja – y
por primera vez la nombro en voz alta, en todos sus años de vida como adulto la
recordó con tanto cariño e ilusión – hay que ser de bolas hijo para hacer lo que Uther
hizo, nadie se anima así no mas – y palmeo la espalda de su hijo en un gesto de
consuelo
- Pues claro ¡hay
que celebrarlo!, si lo que hizo es una hazaña digna de publicar en la prensa – contesto
algo molesto
- Admítelo
Ethan, tus hijos son simplemente geniales, son chicos vivos, sanos… solo hay
que encaminarlos poco a poco y con cariñito – bueno
había que admitir era gracioso – ¿y que hizo Matías?
- Apostar…
resulta que es todo un as en los negocios turbios, y tiene una capacidad de
convencimiento increíble, podría fácilmente ser un político – contesto
sin muchas ganas
- Bueno hijo vele el lado amable de las cosas
- Cierto, todo
este lio sirvió para que mi Uther regrese a mí con todas las de la ley, creo
que por fin reenganche su camino paralelo al mío – sonrió
sinceramente
- Entonces hay
que celebrar – eso era bueno pensó Mikel
- Ser expulsado
por 10 días, no es para celebrar papá, mañana debo apersonarme con Uther al
cole a una reunión disciplinaria donde trataran las condiciones de su regreso,
además de la de Maty pues, debo comprometerme con el seguimiento de sus
actividades, además debo ir a enterarme de que va ese su trabajo
extracurricular los fines de semana, pero eso es lo de menos, no te espere para
contarte las andadas de este par, sino que en todo este meollo, está
involucrado Naty – y Mikel se atoro con su sorbo de brandy
- ¿Qué me estás
diciendo? – ahora no tenia gracia nada de las travesuras
de los niños
- Escúchame ¿si? no tires piedras antes de tiempo, Matías y Uther lo involucraron….
Y
Ethan relato las mil y una de ambos delincuentes juveniles que ahora dormían
relativamente cómodos mientras Nathan pego la oreja al pasillo escabulléndose
en un estratégico lugar para no ser visto y poder correr escaleras arriba
cuando lo precise, así oyó el humillante relato sobre cómo lo timaron, la
trifulca con Matías… el ataque de
rebeldía del mocoso que concluyo con una buena paliza hace más o menos una hora
atrás y otros detalles.
- Repíteme lo
que me estás diciendo Ethan, ¿Nathan redacto una carta a puño y letra, la
firmo, la sello y laqueo en tu nombre? – la
sonrisa se le había fugado de los labios, y fue reemplaza por una mueca
siniestra
- Si, y no solo
eso… recibió una comisión monetaria por sus servicios de 15 dólares y lo único
que puedo decirte a favor de Nathan es que los chicos lo han estafado – y
después de tanta rabia, Ethan estallo en carcajadas, no pudo evitarlo, quizás
era una risa de nervios – ja jaja jaja
Mikel
frunció el ceño cada vez más enojado, aquella fue básicamente su participación
y la estafa de la cual fue víctima, Nathan se enojo al oír reír a su hermano,
estuvo por irse a su dormitorio cuando oyó el resto del relato y fue así que se
entero que los chicos lo engañaron pues Ethan empezó a relatar las cosas que
cada cual hizo; había sido Matías quien planeo la mejor escusa que se pueda
dar, y muy creíble además… y Nathan la llevo a cabo, la hizo real, escribió una
carta a puño y letra en papel membretado haciendo uso de su flexibilidad para
imitar la letra de su padre y hermano, y no solo eso, sino que falsifico la
firma y robo el sello del consultorio de Ethan y uso la laca que ocasionalmente
usaban ambos Mikel o Ethan para correspondencia legal, o sea cuando se trataba
de documentos confidenciales como informes médicos solicitados por un juez como
prueba de algún delito relacionado con la salud y que se quiera evitar la
violación de dicha documentación para ser usada en algún juicio X.
El
resumen de la carta era simple, Ethan se excusaba de asistir a la reunión
disciplinaria de ambos muchachos donde se trataría la expulsión total del
colegio o la suspensión temporal de Uther según lo que se llegue a averiguar
sobre su participación en el misterioso extravío de prendas intimas femeninas,
como la de esclarecer los rumores esos que corrían sobre las apuestas
clandestinas lideradas por Matías; indicando que se ausentaba por motivos de
salud, según la carta él, Ethan Van Lauder se ausentaría de la ciudad para
viajar a Boston junto con su padre el Dr. Mikel Van Lauder para hacer pruebas
neurológicas con fines investigativos que le permitan el uso de algún
dispositivo que vaya soltando medicación según el requerimiento de sus crisis,
una inventiva muy fantasiosa pero que correctamente redactada y con el uso de
la jerga médica no dejaba duda alguna de que se trataba de algo real; aclarando
que quedaba como custodio inmediato de sus tres hijos su hermano menor Nathan
Van Lauder, mayor de edad y designado como tutor legal mientras duraba su ausencia
y la de sus padres, inhabilitando de esta manera incluso a Miranda a la cual
enviaron de viaje ya no más a Sucre por motivos según ellos netamente
familiares de herencia, presentando copias de un testamento legalmente
establecido otorgado por un amigo suyo estudiante de derecho a quien al parecer
debía un favor a Nathan…
- ¿Cómo puedes
reírte de eso Ethan?... no tiene gracia alguna – reclamo
Mikel a su hijo enfadado
- Es que tienes
que admitirlo papá, Nathan podrá ser un genio en la U con tan brillantes notas
en anato y demás, pero, fue engañado como un mocoso, por otro más mocoso
todavía, le han cambiado un caramelo nuevo por uno chupado y lleno de mocos,
jajajajajajja, jajajaj jajajaja, ¡quince dólares! le han pagado por meter sus
manos al fuego, jajajajaja – seguía riendo de buena gana,
ahora que él tenía este asunto resuelto, por fin pudo ver el lado amable de las
cosas y soltarse
- NO, no le han
pagado 15 dólares por meter sus manos al fuego SI NO SU TRASERO, le voy a dar
una reverenda paliza por hacer lo que no debe – escupía
su furia, estaba enardecido por lo que se enteraba
- Papá… los
chicos lo han engañado, hoy los he confrontado y el diablillo aquí fue Matías,
que incluso le dio un puñete a Nat – y Mikel elevo una
ceja como cuestionando aquello como argumento para disminuir la pena de Nat – ¡siéntete
orgullo de él!, no ha respondido al ataque porque sabe que Maty tiene un pasado
tortuoso, además me prometió que te lo contaría mañana, así que ten en cuenta
ese detalle por favor, Nathan no es mal chico, solo perdió las formas con los
míos ¿si?, ¿lo harás? – le sonrió y desvió la miraba al pasillo, se
dio cuenta que Nathan estaba oyendo la charla
- Si él me dice
la verdad por propia voluntad Ethan como dices que hará solo le daré un castigo
leve, pero si no me dice nada y me pone escusas le voy a dar una paliza que se
acordara de mi toda su vida… – y se bebió de golpe su
brandy enfadado como estaba pensando en voz alta – falsificar firmas, hacer aparecer
documentos ILEGALES joder, ¿qué es él?... ¿un delincuente de cuello blanco?,
¡ah, pero!... le voy a quitar las ganas de jugar a los pillos con ese par de
mocosos y vamos a ver si no se vacuna contra las matufias esas – y
Nathan se escabullo de las gradas con el corazón en la mano…
Mil
y un pesadillas lo acudieron toda la noche, Nathan no pudo dormir dando vueltas
y vueltas al asunto, y aun cuando él hubiese preferido que no amanezca, el día
despunto habitual a la misma hora de
siempre, y con todo el mal humor en el alma se levanto de su cama tratando de
aplazar el momento de enfrentarse a su padre, pero tarde o temprano tenía que
hacerlo, así que decidió que cuanto más antes mejor, se encamino ya cambiado,
bañado y con unas horribles ojeras en la nuca hacia el despacho de su padre
donde estaba preparando sus cosas para el congreso al que tenía que asistir
como conferencista.
- Buenos días
papá – saludo con el amen en la boca – ¿puedo
pasar? – Mikel pasos sus ojos de arriba abajo un segundo estudiando
las facciones atormentadas de su hijo antes de contestar secamente
- Buenos días
- Papá, ¿puedo pasar? yoo, yo tengo que… hablar contigo, ¿tienes unos minutitos por favor?
Mikel
volvió a posar sus ojos sobre Nat dándose cuenta que no se animo a traspasar la
puerta, sabía que Nat estaba ahí para hablar sobre el asunto de la carta
falsificada, así que se sentó y sin conminarlo a sentarse lo hizo pasar, Mikel
podía ser muy rígido, suplir de ser el sargento habitual a mariscal de lleno
cuando lo quería y ahora era una de esas oportunidades y no la echaría a
perder, estaba buscando tres pies al gato y si no había saltado sobre Nathan
pidiendo explicaciones ya no más, fue porque se lo prometió a Ethan, así que
ahí sentado donde estaba, sobre el filo del escritorio con los brazos cruzados se
dignó a contestarle.
- Cierra bien la
puerta – y con eso sello el destino de su hijo
Nathan
ingreso haciendo tripas corazón, cerrando la puerta tras suyo como le ordeno su
padre y se paro frente a él sin saber cómo empezar a explicar, relamiéndose los
labios nerviosamente oyendo de fondo el horrible tic tac del reloj y sus
pulsos, exaltando aun mas sus estresados nervios que de por si, estaban a flor
de piel de no dormir adecuadamente y de confesar su pecado; y no supo cuando
tiempo estuvo así parado hasta que fue su padre quien lo saco de sus
ensoñaciones.
- Bueno, al
parecer no tienes nada que decir – y se fijo en la hora
frunciendo el ceño, tenía tiempo de sobra, pero prefería no darle opción a su
hijo, quería buscar la escusa perfecta para castigarlo como se merecía y
alzando su maletín para salir le dijo – pero yo sí y conversaremos al respecto a mi regreso,
ahora por favor dame paso – hizo a un lado a Nat con la firme
intensión de que se retire, le bloqueaba el paso
- Pero es que – se
percato en la salida de su padre
- ¿Qué cosa
Nathan?, ¿tengo prisa?. Me estás haciendo perder el tiempo – busco
sus llaves y el ruido de ellas en la puerta hizo que Nat confiese su pecado de
un solo jalón, sin anestesia…
- Papa yoooo, yo
– trago saliva en seco antes de agregar casi gritando – ¡falsifiqué
la firma de Ethan! – cerro los ojos esperando el grito, en vez de
aquello oyó y vio a su padre suspirar cerrar la puerta y dejar el maletín sobre
la mesa y volver a sentarse en el filo del escritorio volviendo a cruzarse de
brazos intimidándolo con aquella posición –¿puedo sentarme papá? por favor – las
piernas le temblaban
- NO, lo que me tengas que decir me lo dices parado
En
cualquier otra oportunidad Nathan hubiese bromeado diciendo “a sus ordenes mi
general” pero ahora no, sabía perfectamente que su padre estaba muy enojado y
solo estaba aguantándose por la promesa hecha a Tano así que sintiendo la
aspereza de la bilis quemarle la boca con su habitual acritud empezó a contar a
su padre aquella indiscreción suya sin saltarse nada, no era conveniente por ahí
y cuando se fue a dormir Ethan, Uther o Matías le contaron algo MÁS… ¡jo! ya
estaba paranoico total.
- Así que tus
sobrinos te han pagado por el servicio, ¿qué cosa eres?... ¿un falsificador a
sueldo?, ¿un delincuente de cuello blanco?, ¿un estafador?... O ERES UN ESTUDIANTE DE MEDICINA – grito
- Papa por favor
– su voz sonó pequeñita, diminuta, la calma que parecía
reinar era solo una fachada, su padre estaba más que cabreado
- ¿Por favor?
NADA Nathan…. – elevo el índice enfadado, moviéndolo en
el aire –
NADA, creo que te doy EL SUFICIENTE DINERO para todos tus gastos y jamás te he
impuesto una mesada fija con la tonta frase previa…”de: tu problema si no te
dura” … ¿o no? JAMÁS TE HE NEGADO UN CENTAVO NATHAN, JAMÁS COMO PARA QUE AHORA
SE TE DE POR FALSIFICAR FIRMAS Y VENDERLAS
- Papá por
favor, no es así – se limpio las manos en el pantalón
empezaba a traspirar del puro susto
- Y COMO ES, CUÉNTAME, ¿COMO ES?
- Les hice un
favor a los chicos – a este punto se sintió y oyó
ridículo
- Un FLACO favor
Nathan, UN FLACO Y RUIN FAVOR – gesticulaba con la mano en
alto demostrando su enfado – ¡fomentar que hagan cagadas en el colegio, se hagan
expulsar, estén apostando, colándose a los baños!, ROBANDO – contaba
en sus dedos los delitos – ¿que otro favor harás a futuro? ¿JA? – coloco
una de sus manos en su cadera – ¿BORRAR HUELLAS DIGITALES? ¿SOCAPARLOS DE LA POLICÍA?
QUE INFRINJAN LA LEY…. CARAJO, ¿QUE
FALTA EN LA LISTA?, ya tenemos un ladrón, un estafador, un falsificador ¿de que
me olvido?... ¿de un pildorita, o un buzo? – elevo las vista al
techo teatralmente
Y
Mikel siguió en su línea imaginando a todos los nuevos Van Lauder encasillados
como los mafiosos más guapos del Oriente, al parecer se terminó el linaje
científico con su Ethan, porque al paso que iba el benjamín de su casa no creía
que fuera a titularse de medico sino de falsificador y de pronto le asalto un
tremendo pensamiento.
- ¿No me habrás
falsificado los certificados de notas de la universidad y las cartas de
felicitación? – y la cara de Nat fue todo un drama de Shekespeare
- ¡Papá!... ¿qué
te pasa?, ¿cómo puedes pensar eso de mi? – pregunto
con el rostro descolocado, sintiendo las lágrimas acudir a sus ojos, aquellas
palabras fueron como una estocada
- TENGO TODO EL
DERECHO DE DESCONFIAR DESPUÉS DE LO QUE HAS HECHO – gritó
impávido, pero aliviado, la reacción de su hijo le devolvía la fe, pero no
podía demostrar más que indignación, lo que hizo no era para celebrar
- Mejor me
marcho, no tiene caso hablar contigo, tengo clases – Nathan
guardo los trozos de su dignidad lo mejor que pudo y se dispuso a salir cuando
su padre lo atajo en el acto
- ¿Quién te ha
dicho que esto ha concluido? – elevo una ceja
intimidantemente – ¿quien te dio permiso para que te muevas? – le quito la
mochila de la que recién se percataba como la de su hijo
- Es queeee, yo tengo clases… tengo que irme papá
- A ¿si? pues no te hagas drama siempre puedes entregar una escusa escrita…. para variar real, que con gusto voy a firmarte una; ahora mi hijito lindo, inclínate sobre el escritorio y bájate los pantalones
- PAPAAAAAAA – los
ojos se le abrieron como platos no daba crédito a lo que su padre acababa de
decirle
- He dicho fuera pantalón y en posición, ¿no querrás que te lo pida de otra manera verdad?
Y
Nathan supo ver entre los matices de la voz de su padre que no estaba
bromeando, Mikel no concluyo la charla, ¡maldita sea!, pensaba y se quedo
quieto ahí donde estaba sin hacer un solo movimiento, ni pronunciar palabra
alguna, ¿en qué momento dio el paso en falso?, se preguntaba traspirando ya,
con el tic tac en la cabeza y los pulsos llenos, el sudor invadiendo sus
axilas, sus manos y la espesa saliva, y la mano de su padre lo bajo de su nube
cuando agarrándolo del cuello por detrás lo llevo hacia el escritorio y lo paro
frente a él.
- Inclínate sobre el escritorio Nathan y bájate los pantalones no lo voy a volver a repetir
- Paaaaaa – aquello
era un graznido, horrible
- He dicho pantalones abajo y sobre el escritorio, así como sabes hacer favorcitos a tus sobrinos a la carrera, quiero verte correr para HACERME EL FAVOR DE OBEDECERME ¡CARAJO!... CRACK
Pego
un golpe a la mesa y fue suficiente para que Nat haga lo que su padre le pidió,
no supo ¡cómo! pero lo hizo, de pronto se vio con sus manos nerviosas y sudadas
deshaciéndose del cinturón, el botón y la cremallera de los jeans clásicos azul
gastado, y haciendo fuerza para que caigan sobre sus piernas, ok, lo hizo pero su
corazón acelerado impidió que haga lo mismo con su ropa interior, ¡JODER! no
podía creer que esto le esté sucediendo; sus nervios estaban tan sensibles que
empezó a apretar sus manos y relamer sus labios esperando que su padre diga
algo al respecto, que tenga un atisbo de piedad y en aquella fracción de
segundos que Nathan cerró los ojos agobiado y resignado a cumplir con esa
vergonzosa orden, su padre se saco el cinturón y lo inclino sobre el escritorio
aquel descargando sin miramiento alguno 5 cinturonazos que sonaron hasta la
otra cuadra, Mikel cuando soltaba la mano la soltaba con todo su peso.
- ZZZAS, ZZASSS, ZZZASSS, ZZZASS ZZAASS
- MMMGG, MM AAAGRRR
AYYY AUUUUU – y fue ir del gemido al grito y papá dio
por concluido el castigo
- Agradece a tu
hermano la generosidad – escupio entre dientes muy
enfadado y frustrado de no poder darle la tunda que quería
Y el
cinturón aquel así como salió y voló… volvió a su lugar y Nathan empezó a
vestirse al oír la puerta del despacho de su padre cerrarse, se acomodo
dignamente la ropa y trato de calmar sus ánimos, estaba enfadado, todo por
culpa de los críos esos, ESTÚPIDO, ESTÚPIDO, ESTÚPIDO, PERFECTO ESTÚPIDO se recriminaba a sí mismo, pero si creyó que
las cosas se habían terminado para él, nada más lejos de la verdad…
Se
había arreglado la ropa, acomodado la camisa el pantalón, el cinturón y se
cargo la mochila con la intensión firme de desaparecer de la casa, no quería
ver a nadie, menos a sus sobrinos, pero apenas abrió la puerta allá estaban
ambos sonriendo, de ¿él?, quién sabe, pero por si las moscas alzo un señor
puñete y la calco en toda la cara de uno de ellos.
- AUUUUUUU MI NARIIIZ, MI NARIZ, PAPAAAAAAAAAA, AUUUU
- QUE BIEN ME SIENTO AHORA
Sonrió
Nathan satisfecho sin pensar que esa satisfacción no le iba a durar para
siempre.
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