domingo, 17 de abril de 2022

Los Th: cap. 57; Autora Marambra

  Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Abril del 2022.
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Capítulo 57

El silencio de los inocentes

y el grito de los no tanto…

Autora: Marambra

 

¿Hablar?... SI, esa fue la intensión original, dialogar era su intensión más grande, pero… en vez de aquello se vio de pronto haciendo el tonto hablando y hablando a un público experto en ignorar, y es que Nathan era un as en el tema, una vez que le picaba la rebeldía lo peor no eran los gritos y desplantes, era el silencio al que los condenaba, podía pasarse días en ese plano y no había quien lo convenza de lo contrario, prefería incluso que le den de cintazos a abrir la boca, ¡¡¡si lo sabría él!!!, cuantas veces había hecho rabiar a Mikel por su obstinado carácter, es que así como era todo piedad y dulzura, todo modales y humildad podía ser muy déspota en su ironía, y ahora mismo desplegaba toda su capacidad de convertirse en un témpano de hielo y mandar a rodar a todos con su silencio.

Ethan no sabía que más hacer, que más decir, había procurado conversar con él, le había propuesto irse al condominio si quería vivir solo, le explico que él respetaba su decisión a independizarse, que era dable que quiera hacerlo, que al tener ya edad necesitaba de privacidad para traer muchachas en el margen de la responsabilidad o traer amigos con total libertad, le hablo de las circunstancias en que se desarrollaron los acontecimientos que derivaron en su adopción por parte de sus abuelos, obviando hablar de su madre… por lo menos la parte aquella en que Pilar quiso abortarlo, no lo quería mencionar porque sabía que Nathan consideraría aquello como una pobre excusa para hacer lo que supuestamente hizo… regalarlo a sus padres y olvidarse de él para vivir su vida, deshacerse de él para seguir con su vida; esa era la visión que Nathan tenía, que Ethan no era más que un grandísimo irresponsable que fastidio la vida de una muchacha y que egoístamente se lo arranco de los brazos, seguro simplemente para fastidiarla y ni siquiera hacerse responsable de él como debería todo padre, y tenía tantas ganas de discutirle, de gritarle a la cara el enojo que llevaba días fermentando en su corazón.

Pero no lo hizo, simplemente se limitó a quedarse quieto en el escritorio que era donde estaba cuando a Ethan se le ocurrió abrir la puerta; por primera vez en su vida, Ethan no se limitó solo a tocar en espera de que se digne a decirle “pasa” como solía, sino que atino a hacer uso del derecho aquel de padre y abrirle la puerta cuando él quería y no cuando debía, y maldijo la perra hora en que abrió la ventana y asomo las narices en ella para ver porque tardaba tanto la tropa en encaminar sus pasos al piso; pues supo bien que cuando Ethan clavo la mirada a su ventana y se cruzaron sus pupilas vendría a conversar con él, así que era absurdo fingir dormir, quizás era mejor cerrarle la puerta en las narices pero no pudo porque en parte quería oír las explicaciones que le debía, quería saber qué fue lo que paso, pero aun cuando Ethan se desgañito explicando Nathan simplemente no mostro emoción alguna, se limitó a mirarlo como si fuera un desconocido o fuera un sordo que solo trata de entender los gestos de la cara y de las manos, al final Ethan se dio por vencido.

 

  • Eso es todo lo que ha pasado hijo – y Nat le dedico una mirada desdeñosa de costado sin siquiera levantar la cara para mirarlo de frente, solo clavarle los ojos de lado como un puñal escondido, estaba más que claro que no le gustaba que le diga hijo, quizás sea mejor no hacerlo – ¿tienes alguna pregunta Nathan?, ¿quieres que algo más te cuente?, ¿te explique?
  • No, gracias; ahora podrías abandonar mi pieza tengo cosas que hacer – se paró y le abrió la puerta educadamente, ¡maldita sea!, pensaba Ethan, el muchacho era un despliego de buenos modales, la voz firme segura sin intensión de enojo ni ofensa, sus impecables formas no daban pie a discusión; ¿que se le podía decir o reclamar?... Nada, absolutamente nada, pero tampoco se podía pedir algo así como: ¡dime cómo te sientes!, ¡reclámame algo!, dime algo por favor, pero nada, Nathan no daba pie a ninguna cosa

 

Y a Ethan no le quedó más remedio que salirse e ir al comedor, allá estaban los chicos con caras preocupadas, habían visto a su padre entrar a la habitación de Nathan y por mucha oreja que pusieron y afinaron sintonías no pudieron oír nada de la conversación que mantuvieron su hermano mayor con papá, en realidad el monologo a media voz que fue aquello, ellos esperaban quizás gritos, reproches malas palabras, patadas, puñetes azotes y demás… o sea todo un drama en su brillante imaginación adolescente donde todo se arreglaba con un escupitajo en la mano y un puñete en el ojo rival, pero al ver la cara de derrota que Ethan trajo a comer, pues nada, solo se miraron de soslayo sin querer hacer la menor bulla o llamar la atención porque estaba más que claro que Ethan estaba sumido en sus propios pensamientos, en sus propios fantasmas y quizás sus propios enojos y no sabían si aquello podría salpicarles el trasero, sobre todo Matías que no tenía mucha gana de que lo vuelvan a pulir y por mucho que quiso apostar con Uther a que Ethan no estaba enojado sino triste no lo hizo, estaban frescos los reglazos que le dio por apostar; y tras el incómodo silencio que se hizo y la ausencia de papá en el aire fue Lothar quien decidió romper con aquella monotonía.

 

  • Papi – dijo sin ninguna timidez, decidió ir a por todo, total a él no lo regalaron, a él no lo adoptaron, él no se faltó a clases, él no tenía quejas en el cole por lo menos no ahora, y era la victima de sus hermanos en este caso – paaaapi – volvió al ataque al ver que Ethan ni se mosqueo masticando un pedazo de carne sin saber que era lo que se metió a la boca – PAAA TE ESTOY HABLANDO – le jalo la mano y Tano se dio recién por enterado
  • ¿Qué quieres Lothar?, ¿qué paso? – dejo su cubierto a un lado y poso sus ojos en los de sus hijos, Uther ya iba por el postre, helado con un trozo de torta que hizo la abuela para Nathan por su regreso, pero que él decidió probar primero y Matías seguía dándole vueltas al asunto de la sopa que formo una teca encima de lo fría que estaba y decidió que coma su segundo, retirándole el plato y sirviendo el guiso ya tibio, por lo menos debía comer aquello – TODO MATÍAS, sin escogerme las arvejas – le sentencio indicándole el plato y volvió su atención a Lothar que lo miraba enfadado – ¿qué pasa Lothar?, ¿qué ocurre?
  • Que no me has dicho cuando arreglaremos el asunto de mi chica – y Ethan lo miro sin entender, ¿tenía chica ya?, ¿de quién hablaba?
  • ¿Cuál chica? ¿acaso ya te hiciste de corteja, que no me entere? – pregunto casi atragantándose el vasito de agua que se sirvió
  • Jooo paaa, a mí no me gustan “las chicas” – hizo una mueca con los dedos en el aire – no todavía, estuve vichando, pero no hay ningún proyecto que me agrade, todas son tontas, coquetas, locas y llenas de granos – explico con cara de asco total
  • No te gustan las chicas porque eres un mariposon – se le ocurrió decir a Uther
  • Calladito te ves más bonito hijo – le agarro de la muñeca con firmeza
  • Pero no hice naaaada
  • Acabas de insultar a tu hermano, déjalo en paz si no tendrás problemas conmigo, además la charla no es con vos – y dejo zanjado el asunto volviendo su atención al menor – ¿de qué estás hablando Lothar?
  • De mi patineta de ¡que más!, has abandonado a mi chica por recoger a este monigote – y papá le dio un golpecito en la cabeza – auuuu que te sucede ¿se te zafo un tornillo?, ellos han sacado mis cosas sin mi permiso y me castigas a mí – ataco, como si aquello fuera un castigo – no hay derecho – se cruzó de brazos enojadísimo
  • No hay necesidad de insultar Lothar, Matías no te ha hecho nada
  • Si claro, solo amenazarme con romperme el pescuezo y llevarse mi patineta con Uther – se quejó – y aun no me dices como arreglaremos este asunto – y Ethan cerró los ojos, no podía creer que a Lothar le importara eso, más que otra cosa, pero ¿qué podía esperar era un crio? si todavía tenía algunos arranques de niño y suspirando contesto
  • ¿Cuánto cuesta la patineta hijo?
  • Pues no lo sé, se supone que me lo trajo Papa Noel el año pasado – hablo con las manos más, todo muecas – porque no revisas tus facturas papi y le aumentas el costo de la inflación – lo miro haciendo morros, él le compro la patineta y ¿no se acordaba del precio?
  • No recuerdo fue hace tanto
  • Mmm el vejete… – murmuro – estamos en un serio problema entonces papi, porque yo necesito mi patineta para el próximo fin de semana, tengo una cita con mis amigos en el parque de la autonomía
  • ¿Y se puede saber a quién pediste permiso? – eso era el colmo ya tenía cita hecha y el recién se entraba
  • A ti por supuesto, a quien más – contesto todo fresco – ¿no me iras a decir que cambiaras de opinión? – lo interrogo como si fuera un agente de la Gestapo con el ceño fruncido – eso no es factible, así que desembucha pichocho – desplegaba confianza hasta por los poros – como solucionaras lo de mi patineta – corto un pedazo de torta también
  • Pero yo no saque tu patineta ¿HE? – coloco su plato en el mesón
  • Pero la dejaste a PROPÓSITO en la plaza por socorrer a Matías – lo acuso   debiste pensar en todo, además no me dejaste bajar a mí, si me hubieras dejado bajar del carro YO me habría hecho cargo de mi chica, así que la perdiste tú, y tú me la repones – lo apunto en el pecho – que el sábado próximo tengo que ir a patinar – Tano se quedó de piedra, ahora resultaba que el perdió ese tonto juguete
  • Yo no he dicho que tenías permiso
  • NO SE VAAAALE – grito antes te meter el helado a la boca y luego hablo con la boca llena, es que su enojo era mucho, no podía esperar a hacer pasar el bocado aquel – ME BIJJJISTE QUE PODÍA IRRR A DONDE QUISIERA CHUP CHUP CHUP – sonaba los chupetazos al helado – si traía buenas notas y saque 70 en mate, ciencias, lenguaje, sociales – y volvió a ataque   educación física, artes plásticas ingles … y no recuerdo que más, sino AVERIGUA
  • ES que No sabía que sacaste esas notas Lothar, de verdad, pero te felicito hijo – explico su padre sorprendido, pero con el revuelo de Maty pues no pregunto del menor, quien en vez de dar las gracias por las felicitaciones reclamo a su padre con total solemnidad
  • ¿Y a qué vas al colegio entonces? – lo miro fijamente – se supone que vas a averiguar nuestras vidas y cuando tengo brillantes calificaciones resulta que tú ni te enteraste de nada… ahhh pero si la profe te sale con el chisme de que Salí a estornudar SIN SU PERMISO…. TU estas coloreándome el trasero, hay que ser sinvergüenza ñatito – lo acuso enojado
  • Bueno, bueno, bueno – prefirió darle el gusto, promesa era promesa – averigua cuando cuesta y aquí tus hermanos repondrán de su mesada la patineta
  • NO ES JUSTO, no se vale papá eso es hacer TRAMPA – grito Uther – YO NO SAQUE LA PATINETA LO HIZO MATÍAS
  • Pero con tu ayuda, así que lo hicimos los dos, porque fue tu idea matonearlo – le recordó Maty
  • Basta los dos, los dos reponen la patineta y punto – dijo sirviéndose el segundo, aquello era el colmo para Lothar, ahora resulta que papá pasaba el asuntito a ese par de yescas (pobres, sin dinero)
  • NOOO, ¡¿estás loco?! – gritaron Uther y Matías – fuiste tú el que se olvidó la patineta en el parque no nosotros – agrego Uther – así que no quieras lavarte las manos irresponsablemente – agrego y Ethan se quedó de piedra
  • Si, lo mismo digo – acoto Maty – nosotros no tenemos plata – y movió los dedos como contando dinero
  • Pero yo les doy una mesada – afirmo papá
  • Cien pesos al mes como si con eso nos alcanzara – siguieron ambos sincronizados
  • ¡No pues!, Tano – ocasionalmente lo llamaba por su nombre – ahora resulta que nos pasas a nosotros tu olvido, CON LO CARO que esta todo… estas mal tú, más bien deberíamos quedar en un acuerdo de cuanto nos vas a subir la mesada
  • ¿Cómo? – pregunto Ethan
  • Lo mismo digo – acoto Matías – yo creo que deberíamos averiguar cuánto aumentó el gobierno el básico – opino como todo un economista y tenía aplazo en matemáticas, mientras asesinaba a las arvejas aplastándolas con el tenedor y tirándolas a un lado sobre el mantel de la abuela, claro todo con disimulo 
  • ¡Buen punto! – manifestó Uther
  • Yo no voy a aumentarles nada mientras no vea buenas calificaciones a fin de año, ya lo saben – y si, las mesadas se discutían fin de año
  • Pero estamos hablando de mi patineta no del salario – agrego Lothar enojado – ni de la mesada
  • Calma pueblo, calma – exclamo Uther – a eso vamos, yo creo papi, que te estás pasando de vivo, quieres que paguemos la patineta cuando es a ti a quien aumentaron el salario y tú no te manifestaste con nuestras mesadas ¿y quieres que paguemos eso con nuestro humilde ingreso de adolescente? Haciéndonos creer que fue nuestra culpa, ¡eso es jugar sucio! – lo apunto con la cuchara cargada de helado derritiéndose – ¿no será que el golpe que recibió Maty te afecto a ti la cocotera?, debe ser que el sol te achicharrono el cerebro – aseguro mirando el cielo – y eso que está medio nublado, pero es que no estás acostumbrado al calor – pese al frio de la noche previa y parte de la mañana a esas horas el ambiente era un sauna a vapor   porque todo el día estas con el aire acondicionado en el hospital y hoy pues, se chamuscaron tus neuronas
  • SI PAPÁ, no quieras hacerte el loco, el que tiene la marmaja eres tu – dijo Maty – eres el cirujano cardio vascular de la petrolera, así que pillín – elevo las cejas como si hablara con un crio de su taco – saca no más despacio los dolarachos del colchón, que si no se van a apolillar ahí – y aprovecho la distracción para poner la comida en el mesón y tirar las arvejas a la basura solo que no conto con que Ethan seguía en silencio sus pasos y actos y antes de que tire todo le quito el plato y le sirvió un puñado de arvejas para que coma a su lado
  • HE HE HE, ¿qué pasa aquí? Ni creas que no te vas a comer las arvejas
  • Pero ya las tiré, no me harás recoger de la basura – dijo indignado Matías
  • De la basura no, ¡de la olla!, así que siéntate a mi ladito y termina de comer – y puso el plato lleno de arvejitas guisadas para asco de Maty
  • BAH – grito Uther – que mariconada es esa Mat, yo voy por el tercer helado y tú sigues con esas popopitas – de niño solía decirles así a las arvejas y de cariñito aun las llamaba por aquel nombrecito – te apuesto tu play a que yo me como el doble de popopitas (popopitas = pelotitas esta patentado por Joaquin E. mi sobrino, es su primera palabra jjj prohibido el plagio de su léxico, jajajaj)
  • ACEPTO – contesto Matías olvidándose de la prohibición de apostar y papá le jalo la patilla a los dos al mismo tiempo – AUUUUUCH QUE ME DUELE
  • ACHICHIUUU QUE PAAAASA, ¿qué maña es esa?, papá – reclamo Uther
  • NO quiero oír la palabra APOSTAR porque si no yo apostare a que ambos tienen el culo verde por un mes de la tunda que les voy a dar, ESTÁN ADVERTIDOS, mi casa no es ningún casino para correr apuestas – y los miro enojado – ¿ESTAMOS?
  • JOOO – dijo Uther aún temerario – y pa nada más ¿tanto lio?, si la apuesta es legal, no es nada que no podamos pagar, si es la cuestión de honor lo que te preocupa –y otro jalón le llego de la nada – AUUUUU ya ya
  • NI LEGAL NI CLANDESTINA… en esta casa la palabra apuesta está PROHIBIDA – deletreo e iba seguir, pero fue interrumpido por Lothar
  • YAAA, no más apuesta y punto, ¿pero en qué quedamos con el lío de mi patineta señor mío? – y se paro frente a su padre con total confianza – no te hagas el chancho rengo que no te queda, estás buscando tres pies al gato pa librarte de pagar mi patineta, así que… en ¿qué quedamos? – y apunto a sus hermanos – Bien sabes que ellos no van a pagar nada porque son más yescas que la Madre Teresa
  • Pero yo no perdí tu patineta
  • Pero tú la olvidaste QUE ES LO MISMO, así que no hay nada que discutir, tu siempre dices que hay que ser responsable DE LAS COSAS AJENAS, y tú no lo fuiste, que HAY QUE CUIDARLAS MAS QUE A LAS PROPIAS y tú vas y te olvidaste de mi patineta estando en tus narices – el crio iba siendo un dolor de cabeza, así que decidió darse por enterado al fin
  • Bueno, bueno te repondré tu patineta ahora déjame pasar ¿si? quiero ir a dormir – y lo miro con cara de cansancio, entre discusión y discusión termino de almorzar sin enterarse que comió y Lothar lo dejo ir
  • Ya, puedes marcharte a descansar, pero cuando despiertes y lleves a Maty al médico – y Ethan lo miro extrañado, no sabía si grito aquello en medio de la discusión o era porque Matías les conto – me voy a colar al auto para que vayamos a ver una patineta ¿listo? Porque no quiero cualquiera papá debe ser la misma
  • Ya hijo, YAAA


Y se salió de allá antes de que lo enloquezcan, de verdad necesitaba dormir y en el camino se chocó con su padre.

 

  • Hola papá
  • Te ves agotado Tano, ¿dormiste algo? – pregunto colocando cariñosamente su mano en el hombro de su hijo
  • No, me voy a acostar ahora, puedes despertarme a las 5 y media tengo que llevar a Matías al dermatólogo – explico
  • ¿Qué paso?, ¿es algo que no podamos tratar? – lo miro sorprendido
  • No papá… me temo que no, se hizo un tatuaje en el trasero a medias así que debo hacerle borrar la horrible M que pintaron de verde, ¿te puedes imaginar? ¡Verde fosforescente!
  • ¿EME? – no entendía
  • Si “M” de Milenka – y se acordó de que era una apuesta, antes de ir al médico tendría que revisar a Uther el trasero, no vaya salirle con una A fucsia de Anabela – ahora me voy quiero ir a dormir
  • Si ve a descansar – le cedió el paso pero antes pregunto – ¿sabes si Nathan almorzó?
  • Supongo que sí, había un plato sucio en la mesa cuando llegue, y un platillo con helado y pastel de manzana en su dormitorio
  • ¿Hablaste con él?
  • Si papá – contesto como buen hijo – pero no me preguntes como fue, porque no lo sé – cerro sus ojos esbozando una triste sonrisa – simplemente estuvo callado así que ni siquiera sé si me prestó atención o no, pero a la noche hablamos que ya me caigo de sueño – imprimió algo de altruismo en aquella declaración


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