Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
El grito de los: no tanto
y el eco de las
incertidumbres…
Autora: Marambra
Mikel lo
dejo pasar, Ethan era de las personas que no solía manifestar sus emociones,
pero se notaba a leguas que no solo era el cansancio de no dormir sino el
emocional justamente el que pesaba como un témpano sobre él, ¿qué hacer?...
¿hablar con Nathan?, ¿tratar de explicarle lo que paso?, ¿contarle la versión
suya?, ¿hacerle entender que Ethan era tan víctima como él mismo?, inspiro
hondamente para darse ánimos y que sea lo que Dios quiera pensó…tenía que
hablar con Nathan… solo que la charla aquella también fue otro gran fracaso,
otro estúpido monologo, Nathan se puso en huelga de lengua caída, no pronuncio
ni una sola palabra ni buena ni mala y se limitó a mirar el techo de su alcoba
pues Mikel lo pillo tumbado en la cama cavilando su futuro…. y pese a lo que le
conto Mikel y que era más o menos lo mismo que le dijo Ethan tampoco comento
nada, pero una sola cosa era segura… estaba harto, quería irse de allá; es que
cuanto más y más pensaba, más y más defraudado se encontraba, y excusa que
pusieran para explicarle que era lo mejor que habían podido hacer pese a las
circunstancias pensando en su bienestar.
Para
él justamente aquellas escusas no eran más que pobres palabras que ahondaban el
dolor, porque digan lo que digan, nada, absolutamente nada le devolvería 19
años de ignorar que era el hijo de su hermano, y eso se resumía a una sola
cosa, que Ethan tenía vergüenza de él como si el embarazo a tan temprana edad
hubiese suyo, hubiera comprendido o sido más empático se decía a sí mismo si
fuera su madre, pero Ethan no era mujer, era hombre, ¿que vergüenza o pena
PÚBLICA podía vivir? Nadie, absolutamente nadie en ninguna época antes o
después de Cristo, cultura milenaria o no de por medio, costumbres o hábitos
familiares se tenga apuntó, señalo, o
marco a ningún varón y ningún grupo social alto o bajo le dio la espalda por un
detalle como aquel, la llegada de un niño… Ethan no fue tildado por la sociedad
de fácil, de “ramero”, de precoz o de cualquier adjetivo descalificativo
hiriente o humillante como se solía antaño condenar a las mujeres llegando a
hostigarlas, asfixiarlas, perseguirlas incluso, señalarlas como si fueran
parias, leprosas o ratas por el mísero hecho de enamorarse, entregarse y
embarazarse antes del matrimonio pero no
era el caso… a Ethan nadie lo apunto, a Ethan nadie le robo la honra, a Ethan
nadie le robo su futuro, pero estaba equivocado, a Ethan no le robaron el futuro,
sino el presente y el pasado también, si tan solo no fuera tan obtuso en sus
pensamientos se daría cuenta de aquello, pero ahora no, ahora Nathan estaba
demasiado confundido, y enojado además, obligado a compartir mesa, techo y cama
con el padre del año ironizaba en sus pensamientos, no era solo el volver al
nido original y perder los créditos de ser adulto, de ser dueño de los propios
pasos, de los derechos de salir o entrar cuando venga en gana sin nadie que
reclame su presencia o ausencia, por lo menos con el tenor que suelen utilizar
los padres que se creen dueños hasta de tu catarro, sino de aquel reclamo
meloso o cargoso que te hace aquel o aquella que ronronea en tu lecho en nombre
del amor y del sexo sin tapujos… privilegios de vivir solo y ser amo y señor de
sí mismo.
Y
así Nathan se perdió en la hondonada de sus pensamientos contemplando el techo
esbozando una sonrisa atontada en la boca recordando a Miroslava hacerse un
ovillo de carne en su costado, era su mayor con 4 años y sin embargo a su lado
era tan menuda, tan delgada, puro hueso casi pero mullidita en las caderas
decía como un consuelo; hubiera estado así tonteando en sus ensoñaciones si no
era porque Mikel hacía mucho que se había callado y observaba a Nathan flotando
en la nada con la cabeza llena de pajaritos por momentos o con el rostro
sombrío y el ceño enojado o la boca en un rictus de la frustración en otros,
todas esas emociones se dibujaron en su cara inconscientemente al sortear sus
pensamientos sin orden alguno, ya había tenido tiempo de analizarlos cuando
Ethan hablo con él, ahí era pura concentración a las hipnóticas palabras que su
padre uso para explicarle y disculparse de
mil maneras por su supuesto cobarde proceder, a Mikel simplemente lo
miro con cara de decepción, permitir que Ethan se salga con su capricho, con la
suya fue simplemente decepcionante, ¿dónde estaba el hombre que siempre que él
metía la pata aún con la más mínima tontería solía ser casi siempre tajante?,
drástico incluso y no le pasaba ni una, bajo el lema de: firme en las
decisiones firme en las consecuencias, todo un pre ambulo a la paliza ganada y
lo mandaba a reflexionar o torcía a su favor lo que el razonara de su
comportamiento para salirse siempre con la suya y tener la última palabra: hijo…
si vas a ser fiel a alguien es a ti mismo, a tu razonamiento y a tus actos pero
hay que serlo de principio a fin y dar la cara de frente sin miedo cuando la
razón es tuya y si te equivocas por esa misma lógica dar el trasero con
humildad para ser reprendido, por
aquella lógica, por esos principios enseñados con amor y calados con dolor no
podía entender que no le exigiera a Ethan la firmeza en sus actos y la
responsabilidad de los mismos, por ese detalle simple, la imagen de padre
perfecto que se hizo de su abuelo se cayó como un castillo de barajas tembleques
y esa fue la razón para no tener ni en cuenta sus excusas, sus palabras y
explicaciones baratas, según él y perdió el hilo de la conversación,
concentrándose en qué hacer para sobrevivir, trazando planes de contingencia si
su plan original de casarse con Miroslava se salía de control o no se daba y
por ese detallito no se enteró que su madre lo quiso abortar, no se enteró de
la paliza que le dio Mikel a Ethan, no se enteró del tiempo que estuvo
encerrado en aquel internado militar purgando sus culpas, detalles que Ethan se
guardó para sí y no le menciono justamente por esta reacción porque a Nathan
aquellos detalles no le interesaban en lo absoluto, no quería saber nada de lo
que le hubiera pasado a su padre aquel entonces, y de apostar que pensaba al
respecto simplemente contestaría con total seguridad que para él todo ese
sufrimiento que hubiese vivido Ethan era poco para lo que él sentía ahora y se
sentía hoy, porque sentía rabia y se sentía miserable, sentía enojo y se sentía
una vergüenza, sentía frustración y se sentía un paria.
- Nathan... te
hice una pregunta – dijo Mikel y poso su mano
suavemente sobre el delgado brazo de su pequeño hombrecito, podía ser más alto
que él, pero en su corazón era su pequeño hombrecito, así le decía desde que
aprendió a orinar parado: mira paaa ya sheeee, hacer piishh soy drande tomo tu
y tomo Taaanooo y se bajo las bermuditas de algodón y empezó a orinar sobre los
jazmines de Miranda saltando mojando, corriendo y chorreando todo en el jardín
a la edad de 3 años más o menos, dejando sus huellitas de pis en la sala y su
cama –
Nathan ¿me esas oyendo? – y la voz de papá porque si, Mikel era
papá, era su papá, se filtró a los confines de su soñador cerebro como un eco
lejano y busco entre todos los murmullos la pregunta, no estaba para oír
discursos o discutir
- Si te oí – contesto
sin emoción alguna solo por responder, no sabía que le había preguntado
- ¿Entonces
darás a Tano una oportunidad? – le pregunto de nuevo
entusiasmado
- ¿Te ha pedido
que intercedas? – acuso – no, no me respondas, seguro que lo hizo
el mamarracho ese – iba a soltar un disparate, pero se calló y no le
dio tiempo a Mikel a decir nada
Tano
no le había pedido que interceda por él en ningún momento, solía tragarse las
rabias solo, solía cargar el muerto en sus espaldas aun putrefacto y no pedía
ayuda de nadie porque simplemente no podía, no tenía esa capacidad, y eso era
también una secuela de todo lo que vivió, el procurar ser el padre perfecto a
los ojos de Mikel, y no ser el irresponsable que según él pensaba su padre que
era, aquel era un fantasma que fue creciendo a medida que sus hijos lo
hicieron, ya había fallado con uno, desde el mismo momento que no pudo
reclamarlo como suyo, desde el mismo instante que permitió que se lo
arrebataran en aras del bien de ambos, él había fallado, había fracasado y ese
fracaso que según él era, no lo dejo madurar del todo y disfrutar de ser adulto
y ser padre, por eso siempre andaba con la sensación de dar un paso en falso, y
eso era porque aún siendo hombre y siendo adulto una parte de su ser no pudo
despedir al adolescente que fue, y ese pequeño adolescente habitaba en sus
miedos más profundos y se alimentaba de sus inseguridades y frustraciones, aun
habitaba en sus actos y en la timidez de sus emociones, y a veces lo empujaba
al vacío de la incertidumbre como ahora y seguía sintiendo la ansiedad de ser
cuestionado sobre todo por su padre, pese a que Mikel hacia todo lo posible
para que sienta confianza en sí mismo a la hora de cuidar y de guiar a los
chicos… y ahora mismo esa incertidumbre era abismal porque Nathan no colaboraba
en nada con su silencio; en eso pensaba Ethan ahora en su lecho tratando de
descansar, pero su cerebro estaba a años luz de aquello y llego a la conclusión
que ahora mismo su confianza como hombre y como padre estaba mucho más
debilitada que cuando encontró a Griselda con no otro hombre sino con una mujer
en su cama y encima le contagio gonorrea.
- Yo creo que deberías darle una oportunidad hijo
- NOOO – se
paró de golpe de la cama como revotado
- ¿Pero Nat? – Mikel
se quedó frio, no tanto por la respuesta sino por la dureza de aquella simple
palabra
- No quiero hablar al respecto
- ¿Por qué?...
tu siempre fuiste tan amable y considerado – dijo
apelando a su buen carácter
- Cosa que
ustedes nunca lo fueron – respondió con todo el enojo
y la bronca que sentía dentro mientras buscaba su móvil…. tenía que llamar a
Ignacio
- ¡Nathan!... te
desconozco – puso su brazo en el hombro de su pequeño y
Nat lo hizo a un lado con sutileza, pero lo hizo y eso desconcertó a Mikel
- Pues ve a acostumbrándote a ello
- Es que no me
vale hijo, no puedo creer que seas tan intransigente y hasta CRUEL – agrego
Mikel – ¿qué
te cuesta darle una oportunidad para explicarse? – lo miro y Nathan
no dijo nada, aun cuando quería gritar que le valía verga las explicaciones
dadas, que Ethan bien podía meterse por el culo todas sus disculpas, así de
soez tenía el pensamiento, pero no la boca, se había jurado no manifestar sus
pensamientos por miedo a herir a alguien – de verdad Nathan me niego a creer que te portes ASÍ
- ¿ASÍ CÓMO?
¿CÓMO UN CRIO? Porque eso es lo que ustedes ME consideran a mí, a tal punto que
me han tendido una trampa – seguía con lo del trato
firmado en la comisaria, nadie le quitaba eso de la cabeza – pues ahora no voy a ceder a sus
caprichos, estaré atento a cualquier timo – dijo elevando un dedo
queriendo decir algo más, pero callo del enfado, no quería perder los estribos,
así que tras una pausa agrego con calma – escúchame ABUELO… PAPA… DR. VAN LAUDER, ¡diablos! no
sé ni cómo debo llamarte ahora – declaro enojado
- Soy tu padre
Nathan – exclamo en un hilo de voz derrotado, aquello
era doloroso –
SOY también tu papa
- NO; da la
casualidad que no lo eres AÚN cuando me hayas criado, porque genéticamente no
lo eres, no me has engendrado como a él con RESPONSABILIDAD, algo que no le has
enseñado y me extraña de ti; pero ahora eso no está en discusión ni es el punto
– y Mikel se sintió mortalmente herido ante aquella
acusación horrorosa y en parte real – aquí lo
ÚNICO que está en discusión SOBRE TODO
DE MI PARTE SON MIS DERECHOS – lo miro fijamente una fracción de
segundos –
pero de todos esos solo me importa uno, al que no voy a renunciar y NUNCA óyeme
bien, NUNCA bajo ningún pretexto se pondrá en tela de juicio Y ES MI DERECHO AL
RESPETO DE MIS SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS – trago saliva y empezó a
caminar como un león enjaulado – MIS SENTIMIENTOS Y MIS PENSAMIENTOS SE RESPETAN sean
cuales sean las circunstancias de toda esta – hacia una mueca
despectiva –
de toda esta mierda
- Nathan – Mikel
lo miro confundido – que te pasa, esto no es una mierda es tu casa, es tu
hogar, es tu familia – declaro alarmado
- No, todo es
una farsa, yo no quiero esto, te lo aclaro de una buena vez para evitar malos
entendidos y tengamos una armoniosa estancia mientras dure, porque yo no quiero
vivir aquí… he vuelto a esta casa OBLIGADO por una orden policial y judicial
nada más… ambos, tú y Ethan me están obligando a vivir aquí pero – elevo
el índice y frunció el ceño aguantando la humedad de sus pupilas que en mala
hora se le ocurrió acudir como catarata – PERO NO PUEDEN OBLIGARME A DISCULPAR, A OÍR RAZONES A
OÍR MAS ESCUSAS O VOLVER A QUERERLOS COMO ANTES, porque todo eso ha
desaparecido, ustedes se han encargado de romper esos lazos y de paso hacerme
pedazos a mí – y se obligó a callar dándose la vuelta sobre la
marcha, pues una traicionera lágrima empezó a escurrirse al calor de su
tristeza y no iba a permitir que nadie lo vea vulnerable sino se aprovecharían
de su ser, y se mordió la lengua para no hablar de más
- Nathan… hijo…
– le dolía verlo sufrir y saber que parte de ese
sentimiento era su culpa y quiso consolarlo, quiso abrazarlo y poso su mano en
su hombro para darlo la vuelta, pero Nathan esta vez sí lo esquivo con total
violencia, él no era violento y se sentía raro con ese nuevo sentimiento
- ¿Terminaste
ya? Porque yo si – corto de pronto el dialogo y Mikel lo
miro sorprendido, el tono de voz era extremadamente frio – tengo que ir a la facultad a dejar un
documento para justificar mis faltas y debo llamar a Ignacio para que venga a
buscarme – y vacío la mochila sobre su escritorio buscando el fono
sin percatarse que tiro el móvil a la basura respondiendo a la interrogante que
se manifestó en los ojos de Mikel con un callado pensamiento: porque deje todo
mi dinero en casa de Miroslava y no tengo un maldito quinto en el bolsillo; no
quería hacerles saber que lo tenían a su merced económicamente pensando
- Puedo llevarte
yo, no hay necesidad de que venga Ignacio – agrego
Mikel queriendo bajar la tensión del ambiente, en otras circunstancias
simplemente le hubiera ordenado subir al auto, pero sabía que debía ir con
cuidado ahora y porque además estaba buscando un pretexto para mejorar las
cosas entre ambos
- Gracias, pero
no, quiero ir con Ignacio, quiero charlar con él, necesito verlo… mierda donde
está mi teléfono… bueno no importa – protesto buscando en
sus bolsillos sacando unas monedas para ir a la venta de la esquina a llamar,
no quería ni usar el teléfono de la casa
– voy a llamar a Ignacio, no tardo – comunico
ya saliendo de la habitación
- ¿Por qué no llamas de aquí?
- Porque no quiero que nadie oiga mi charla
- Nathan por
Dios nadie tiene los teléfonos intervenidos – aquello
era ridículo
- Pero igual,
quiero salir… me siento asfixiado, ya regreso – saco
su campera –
vuelvo a la noche
- Nathan – Mikel
retuvo a Nathan cogiéndolo de la mano – no puedes salir hijo
- ¿Y quién me lo
va a impedir?... debo ir a un internet a imprimir mi carta de justificación
para el decano – estaba hasta al gorro de todo,
¡simplemente quería salir!, empezaba a sentirse atrapado, hostigado como un
reo, quería planear su huida sin regreso, quería dejarle una carta a Miroslava
para considerar casarse con ella no importaba sin derecho a alcoba, como una
negociación nada más para librarse de sus padres, ya luego le firmaba el
divorcio de mutuo acuerdo a los 6 meses
- ¿No leíste tu compromiso? No puedes salir sin un adulto, debes ir con uno a cualquier parte
- TE ENCANTA
DECIRLO ¿NO ES CIERTO? – lo acuso y antes de que
Mikel diga algo siguió en lo suyo – Voy a ir a dejar mi carta de justificación a la
Universidad – se paró en el quicio de la puerta y se giró para mirar
a Mikel retadoramente – nadie me lo va a impedir, y no pienso ir de la mano ni
de ti, ni de tu hijo, SOY ADULTO TE GUSTE O NO
- PUES TE GUSTE
O NO – respondió Mikel ya perdiendo la paciencia – ES LO QUE
HAY… NO VAS A NINGÚN LADO SI NO ES AGARRADO DE LA MANO DE TU PADRE O DE TU
ABUELO O DE UN ADULTO RESPONSABLE – le grito y Nathan rojo del enojo
le abrió la puerta educadamente y lo insto a salir
- Terminaste… ¿Abuelo?
- Si, termine – le
siguió la corriente
- Bien… muy bien
solo un detalle más, no necesito que llames a “mi amoroso padre” – entrecomillo
la frasecita con los dedos – para ir a dejar aquella carta a la universidad ni que
tú lo hagas, porque no voy a volver a salir de esta casa para nada… NI A LA
UNIVERSIDAD, ¿quieren que me quede aquí mirándoles las caras?, lo hare, pero
solo el tiempo que es necesario, 3 MESES, NADA MAS, 3 MALDITOS Y PUTOS MESES – levanto
la voz por si acaso le quede duda – porque para tu información sé que después de los
dichosos 3 meses puedo hacer lo que me venga en gana en honor a mi edad Y MI
ESTATUS DE ADULTO – y se animó a tocar el pecho de su abuelo con el
índice levantado, cosa que antaño jamás se hubiera atrevido ni en sueños – y ten por
seguro que hare lo que ME DE la gana y lo primero que haré será BORRAR el
intachable apellido que llevo PARA BORRAR su existencia DE MI MALDITA Y PERRA
VIDA – aquello lo decía por Ethan, apuntando a la puerta, dejando
claro que lo quería borrar de su existencia, de sus recuerdos… de su vida
Y lo
empujo suavemente fuera de la alcoba y le cerró no solo las puertas en la cara,
sino las puertas de su corazón y su razón.
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