Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
¿Reafirmando valores?,
Si… en el trasero
Autora: Marambra
- ¿Vas a seguir
enfadado amor? – Miranda se sentó en la cama de su hijo
sobando su espalda suavemente, Nathan estaba llorando en completo silencio,
acababa de perder su viaje al Brasil tras la paliza que le dio papá y todo por
una tontería que se mandaron sus adorados sobrinos –
hablare con tu padre ¿si? – le
daba pena ver tan deprimido a su hijo, había hecho un montón de méritos para
lograr aquel viaje, pero la verdad el muchacho se ganó la paliza aquella con
todas las de la ley, pero castigar a Nathan sin el viaje le parecía extremo,
sobre todo cuando había aprobado anatomía con 100, histología con 90 y
embriología con 95, y había sido felicitado por el rector de la U por sus
brillantes calificaciones…
- ¡Nooo!, no
quiero que hables con él – dijo incorporándose de donde estaba – si lo
haces no voy a volver a hablarte y no podré
mirarle a la cara – agrego
avergonzado – eso solo lograra una cosa: que siga considerándome UN
MALDITO MOCOSO, como siempre grita UN ESTÚPIDO MOCOSO del que sé, ahora se
avergüenza – agrego con la voz quebrada cargada de amargura y las
lágrimas volvieron a escurrirse sobre su cara y caer a su almohada humedeciendo
su funda, pero no hizo ni el intento de darse la vuelta para mirar a su madre,
estaba realmente afectado y aquella frase no solo la oyó ella sino también
Mikel y una punzada de arrepentimiento le aguijoneo la conciencia, en medio de
la paliza que le dio le había gritado justo eso…
Mikel
había salido de su alcoba con la intensión de llevar a Nathan a la librería de
la Universidad a comprar los libros que necesitaba en un intento de mejorar las
cosas con su hijo, había sido extremadamente torpe no con las manos, pero si
con las palabras y eso era lo que le dolía a Nathan, eso y el hecho de que haya
cancelado el viaje que tanto estaba esperando.
- Es que lo que
hiciste hijo tampoco fue muy maduro que digamos – no
pudo aguantar verter su opinión y la cara de Nathan se transformó totalmente,
aquello era la estocada final, al parecer todo lo que hacía era malo y su vida
de pronto empezaba a desmoronarse
- ¿Puedes
dejarme solo por favor? Me duele la cabeza – y se levantó de la
cama sin mirar a su madre y se metió al baño abriendo la regadera, necesitaba
sosegarse, realmente necesitaba estar un momento a solas para pensar en lo que
hacer a futuro y en lo que hizo hasta el momento, necesitaba un momento de
introspección… todo había sucedido tan rápido que le parecía un sueño
El sol
brillaba radiante en el horizonte menos para Nathan, se suponía que debería
estar de camino a la embajada para obtener el sello de permiso para hacer aquel
viaje… no era un viaje cualquiera, era un viaje de intercambio cultural, él fue
escogido entre los miles de la universidad por mérito propio, pero para su
padre eso no significaba nada a diferencia de él y se hundió en su miseria
mientras miraba por la ventana sin ver en realidad nada… afuera en el patio
el jardinero podaba el césped en tanto
su madre así como estaba enguantada cambiaba las macetas de sus preciosas
violetas abonándolas mientras en el aire flotaba no solo el delicioso aroma de
pasto recién cortado sino las melodías de una vieja canción.
A
esa masculina y nostálgica voz vertida por el viejo disco de Miranda se sumó la
suya propia cantando a voz en cuello lo que arranco las risas disimuladas del
par de adolescentes que estaban sentados en el estudio bostezando aburridos de
la tarea que debían de concluir, algo que parecía un imposible y un castigo al
mismo tiempo; Miranda desvió la mirada disimuladamente al oír el gorjeo de la
risa de sus nietos a los que podía observar desde el jardín ya que la mesa
donde estaban sentados era fácilmente divisable por el enorme ventanal que
permitía el ingreso de luz natural en aquel recinto, y pudo ver que sobre la
mesa aquella descansaban los cuadernos de los muchachos, y a un ladito
descansaba el cinturón de papá como un recordatorio de no moverse hasta
concluir con la tarea.
Recordatorio
que Ethan se encargó de escribir en el trasero de ambos; la abuela suspiro y
dejando a un lado sus macetas, sus guantes de tierra, sus pequeñas palas, la
regadera y los insecticidas y lavarse las manos pensó en liberar por un momento
a los muchachos de su condena, no había tenido tiempo de mimarlos ni
consolarlos tras la reverenda paliza que se llevaron ambos al llegar del
colegio, paliza que dejo sus huellas no solo en el culete de ambos sino en la
cara, pues aun cuando había pasado como dos horas de aquello, los chicos tenían
todavía los ojos hinchados y vidriosos, pero ahora que no estaban los verdugos:
Ethan y Mikel pues nada, ella podía soltar la cadena y aflojar las amarras de
los dos muchachos, mejor dicho de los tres que estaban en casa en calidad de
castigados porque en el meollo estaba también metido de cabeza Nathan.
Su
precioso hijo se llevó una cuera de su padre por culpa de los mocosos que
estaban ahora mismo mirándose las caras sin intención de terminar la tarea que
tenían y ella conocedora de que era contraproducente tener a ese par juntos sentados
por largo tiempo decidió rescatarlos; para ella era mejor darles un recreo de
10 minutos por cada hora y media
trabajada, con ello ella lograba mejores avances que el terco de su hijo, pero
Ethan se encapricho en tenerlos sentados así que desde que llegaron no hicieron
otra cosa que llorar y papá azotar hasta que menos mal lo llamaron del
hospital…. pero la verdad no podía recriminar a su hijo, los muchachos se
habían mandado una trastada verdaderamente grande
Tras
la paliza de inauguración que bautizó el trasero de Matías como trasero del
clan Van Lauder y la reprimenda que el muchacho se llevó en el hospital de
manos de Mikel, le quedo más que claro lo que era no hacer tonterías, solo que
esa “claridad” se esfumo apenas las rojeces del poto desaparecieron y el crío
volvió a las andadas en cuanto le cambiaron la férula rígida a un sistema de
sujeción externa; Miranda aun recordaba aquel día, donde Ethan tras bañar a
Maty después de la paliza se percató de un peligroso detalle, los dedos de
Matías estaban cianóticos y edematosos, así que sin pensarlo dos veces quito la
férula y llevo a su hijo al hospital acompañado de Uther…
- UTHEEERRR – llamo afanado a su hijo quien había
empezado a dormitar, pero se despejo a medias al oír la voz de su padre
filtrarse en sus oídos – UTHER ESTOY HABLANDO CONTIGO – entro a su habitación y lo jalo un poco
del brazo para que se dé la vuelta
- Por favor, por favor, por favor – puso
cara de pánico al ver a su padre ahí parado al pie de su cama e instintivamente
se cubrió la cabeza esperando que llegue el jalón de patillas o el cocacho y se
paró de golpe tragando saliva creía que venía a darle la supuesta paliza que le
debía
- ¿Qué? – Ethan
lo miro confundido totalmente, su cabeza estaba en otro lado ahora mismo
- No lo volveré a hacer te lo juro, te lo juro, te lo juro de
verdad – parecía
una metralleta y levanto su mano solemnemente en señal de juramento – y te prometo que
hare todas mis tareas y nunca más me hare expulsar del cole, pero no me pegues,
¿ya? No quería golpear a Lucas, pero tampoco podía dejar que MACHAQUE a Maty – se había pegado totalmente al ropero y
pacería que quería que aquel mueble se lo tragara y cuando su padre se acercó a
él con el afán de abrazarlo Uther cerró los ojos y frunció la boca, tensando
todo el cuerpo, Ethan suspiro, ¿sería posible que tanto miedo le dé a su propio
hijo?, ¿tan mal lo estaba haciendo? – por favor por favor, por favor – volvió a suplicar arrugando la cara
- Uther, Uther, Uther shuuu, shuuu, no voy a hacerte nada hijo,
NADA ¿entiendes? – y
le calco un beso en la frente y lo abrazo fuertemente, tenía que tener cuidado
con él, Uther era inestable emocionalmente más que Lothar y lleno de
inseguridades, debía manifestarle más seguido el cariño y el amor que le tenía
para reafirmar su sentido de pertenencia, no vaya a ser que de pronto en algún
momento le dé un ataque de celos contra Matías
- Pero tú te enojaste con Matías y le pegaste
- Escúchame Ut, yo he castigado a tu hermano sí, pero no por lo de
la escuela, bueno en parte pero en realidad – se le quedo mirando, era
complicado explicar aquello – he castigado a tu hermano por irrespetuoso, por
escaparse y pelear en el colegio – Uther
lo miro confundido – bueno si, fue por lo del
colegio, pero eso no significa que te vaya a castigar a ti, aunque debería – advirtió – sabes bien que no
me gusta que se peleen, pero entiendo porque lo hiciste y entiendo a Matías
también, pero eso no significa que le deje hacer tonterías como fumar y
golpearse, lo que me recuerda porque vine aquí, ayuda a vestir a tu hermano ¿si?
ponle una remera y unas bermudas, algo que se fácil de sacar yo voy a llamar a
Ramiro, algo va mal en la mano de Maty
Y
salió de la habitación dejando a Uther confundido pero hizo lo que le mando,
fue a ver a su hermano y lo encontró allá con el pelo mojado, la cara roja y
brillante y los ojos hinchados, demasiadas huellas que daban a entender que
había llorado mucho, pero sin mencionar nada lo ayudo a vestir tras observar a
Matías que peleaba con una camisa, se había puesto el calzoncillo del revés y
unas bermudas caqui a la rodilla tipo safari, Uther no le dijo nada sobre los
interiores, imagino que con una sola mano era difícil darle vuelta, luego pues le
coloco la remera como pudo sin forzar el brazo, dolía horrores moverla, Uther
creyó que no se lo acomodaron bien en el hospital, no sabía que el gracioso de
su nuevo hermano en un arranque de pataleta tonta se estampillo contra el
ropero, y así se dirigieron al hospital.
Allá
estaba Mikel esperándolos, aquel día tenían que encontrarse todos en un
restaurante para almorzar celebrando el regreso de Matías al colegio, pero
cuando nunca aparecieron llamo a su hijo y se enteró de la hazaña de Matías se
enfadó mucho, a tal punto que apenas lo vio
ingresar acompañado de su padre y aprovechando que Tano lo dejo a su
cuidado mientras buscaba a Ramiro, papá Mike lo agarró del brazo sano y lo
llevo al interior de uno de los consultorios vacíos, a esa hora solo emergencias
funcionaba, y sin darle a Ethan tiempo a reaccionar, cerró la puerta por dentro
y dirigió al nuevo nieto hacia la silla de los pacientes donde le bajo de un
jalón el precario atuendo y le dio una buena tanda de nalgadas sobre un trasero
ya trabajado que dolió mil demonios juntos porque al tener el culete resentido,
aquello era simplemente insoportable.
- ¿Qué haces? ¿Qué haces? No no no no – empezó
a patinar chorearse y protestar inútilmente cuando se dio cuenta que el abuelo
empezó a desabotonar las bermudas ante la impotencia de no poder atajar aquello
porque ninguna de sus manos estaba libres, una estaba con la férula abierta por
la mitad y la otra atrapada entre los enormes y largos dedos de su abuelo – paaara, papá
ya me pego, papa ya me pegoooo YA ME CASTIGO YA LO HIIIIZOOO, POR FAVOR, PAPA
YA LO HIZO – empezó a gritar
- ¿Silencio! – ordeno
su abuelo frunciendo el ceño – ¿te gusta sentir dolor? – pregunto entonces – Pues yo te voy a regalar dolor jovencito PLAF – sonó el primer azote sobre la ropa interior
aun puesta pues las bermudas cayeron al suelo – QUIETO AHÍ, O ME QUITO EL CINTO – Matías jaló el cuerpo hacia abajo casi,
casi logrando escapar y el abuelo llevo las manos al cinturón en un amague de
quitárselo y la cara del chico fue digna de un Oscar al mejor drama, Mikel
acababa de lograr su objetivo meterle un poco de miedecito al cuerpo y captar
su atención – ¿qué
es eso de estar golpeándose para lastimarse?; donde se ha visto semejante
barbaridad – y al ver la
silla de los pacientes en medio de la sala aquella se sentó ahí y coloco a su
nieto en su regazo y empezó – plaf plaf, plaf plaf plaf –
no fueron muchos, pero si lo suficientes y con fuerza para que
se vaya haciendo a la idea de no andar con tonterías
- Auuuuuu auuuu yaaaa, yaaaa no lo vuelvo a hacer, no lo vuelvo a haaaceeeer aggggssss
- No es cuestión de llorar ahora, sino de pensar antes de actuar plaf plaf plaf
plaf plaf plaf – y
lo paro de golpe para subirle el pantalón y abrazarlo para calmar los sollozos – me monto en cólera
de pensar que pongas en riesgo la integridad de tu cuerpo Matías, han hecho lo
imposible para “armar” tu antebrazo y tu mano, la primera opción era AMPUTARTE,
¿quieres eso? Ya has perdido un riñón, ¿quieres estar sin brazo? – le pregunto y Maty se encogió en su mismo – ¿entiendes lo que
significa eso Matías?... ¿estar amputado? – agrego – Porque puede darse la opción por una tontería
como la que hiciste – le
levanto el mentón y le limpio los ojos con los pulgares, y luego cogió
suavemente el bracito lastimado para fijarse en los dedos fríos qe empezaban a
hacerse violáceos – mira
tus dedos están más oscuros de lo habitual, eso significa que no hay buena
circulación
- Nifs nifs nifs aggs ags – Matías
solo lloró ante esa verdad aplastante y Mikel lo arrullo un poco más antes de
salir, afuera lo esperaba su padre
- Lo siento, no volveré a golpearme
Declaro
antes de abrazarse a Ethan, quien miro sorprendió a Matías y confusamente a su
padre que salía detrás de su hijo y se dio cuenta de lo que verdaderamente paso.
- Ya lo reprendí en casa papá – pego
la cara de Matías a su pecho para abrazarlo y besarle la morena cabecita que
olía a champú de bebe mientras Matías deseaba perderse en aquel cuerpo grande y
cálido que era el cuerpo de su padre
- Lo sé, pero ahora MI nieto sabe que tanto papá como el abuelo no
van a permitir que haga cosas que lo dañen, ¿verdad cariño? – y le dio un beso fugaz y
acaricio la cabeza del muchacho sin desprenderlo de su hijo, entendía que
busque el consuelo de papá – y que haremos todo para cuidarlo aun cuando ese todo
signifique un trasero azotado cierto? – le
susurro suavecito al oído solo para él
Tras
aquello ambos ingresaron a la sala de rayos X y la noticia no fue nada
alentadora, se deslizo la fractura había que volver a operar, pero en las
condiciones que estaba era contraproducente la anestesia general por su anemia,
así que se optó por un bloqueo local y colocar sujeciones externas, quedo con
el brazo encerrado en una canastilla de hierro prácticamente, para mayor
inconformidad prácticamente… parecía un brazo biónico. Pero ahora brazo operado
o no, Ethan había dejado en claro que las tareas eran las tareas y con ellos
iniciaron los problemas…
- Utheeeer, Matíaaas – grito
Ethan desde el despacho cargando en las manos los útiles escolares y las hojas
fotocopiadas además de las mochilas de ambos enanos a las 48 horas de la
cirugía
Papá
decidió que era mejor no atrasar más las tareas de ambos, ya tenían demasiados
líos en el colegio y cuando ambos fueron al estudio, papá se había adelantado a
los hechos, todo el material escolar imaginable estaba sobre la mesa, Tano
había vuelto a comprar todo para no tener que lidiar con la cantaleta de
siempre: PAAAAA es que no tengo
bolígrafos, PAAAA se perdió mi regla, PAAAA no encuentro el compás, PAAAA se
acabaron mis hojas
Si,
él sabía de antemano lo que lo era hacer las tareas con sus hijos sobretodo con
Uther por eso compro todo, todo lo que puedas comprar en una librería, lo único
que no pudo comprar era voluntad para hacer los deberes, porque eso no había a
la venta en ninguna tienda.
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