domingo, 17 de abril de 2022

Los Th: Cap. 47; Autora Marambra

  Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Abril del 2022.
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Capítulo 47

Crisis existencial

Autora: Marambra

 

Nathan apuro los pasos a su alcoba sin saludar a nadie, aún en el rostro se notaban las huellas de la disconformidad, de la rabia, del enojo frescos, se había faltado a sus clases y dejó sonar el móvil hasta agotar la batería, camino como un turista perdido en el limbo de sus pensamientos calles por aquí y calles por allá pese al calor que empezaba a ser abrazador esta temporada, las regadas flores de los Tajibos que armaron alfombras coloridas de lila, rosado, amarillo y blanco en las avenidas habían apaciguado en algo sus frustraciones y el aroma a lluvia cercana plantaron en su cerebro la ideíta de libertad, después de todo la emancipación era derecho de todos y se sentó en un banco en la plaza principal mirando la impresionante fachada de desiguales ladrillos de la catedral y oír la risa de un grupito de chicos, universitarios también perdiendo el tiempo sin tener que dar explicaciones a nadie, lo que anhelo de pronto como suyo, y fue la charla aquella que planto en su cerebro la semilla de la duda.

 

  • Ya es tarde Andrés tengo que ir a casa – declaro la pecosa aquella con tacos rosa y una mini a juego mientras tironeaba de la boca del tal Andrés el caramelo con palito para llevarse a la suya propia saboreando el dulzor – mi madre sino estará llama que te llama, vos sabés como es eso
  • Mmm, NOP, no lo sé – y le mordió la boca en un beso y a Nathan aquello de pronto se le antojo hermoso, envidiable, ojala pudiera estar así con Miroslava, mmm y ¿porque no?, él le gustaba a la chequita, no era secreto, debería hacer el intento penso, total no perdía nada, solo que había un detalle, él no estaba con ella por prohibición de su padre desde la gracia de la fiesta tonta esa  gracias a Dios desde que vivo solo, no tengo que dar cuentas a nadie – la charla esa lo distrajo de su enojo y llamo su atención aquel detallito revelado – encontré trabajo medio tiempo eso me sirve para pagar mis estudios, si me esforzara podría solicitar una beca – caray, ¿por qué no pensó en eso antes?, él era el mejor estudiante de la universidad no solo de su carrera, sino de la U toda, podrían darle la beca, aunque pensándolo bien, ¡que carajos!, la matricula era baratísima, no necesitaba pagar créditos y siempre podía solicitar su traspaso a otra ciudad, a La Paz por ejemplo o a Sucre, buscarse un empleo a medio tiempo y mantenerse, ¡¡¡¡JOOO!!!, Nathan, “estas descubriendo América después de 500 años de esclavitud”, de pronto la perorata del presidente le sonó interesante – y lo que gano son pa mis gustos, que la mesada que me dan mis padres son para el alquiler, la comida, la ropa y los libros, pero lo demás me lo compro yo, además estuve hablando con los “pesados”, ellos están buscando un depar, y me voy a apuntar con un chango más, es un brasuquito (brasilero) creo,  alquilaremos juntos… así me ahorro más de la mitad de lo que pago ahora, no vivo solo y comparto gastos con el resto… y lo mejor, que cuando me vaya a casa mis padres se enteraran que ya trabajo, que NOOO necesito de su dinero para salir a alguna parte, así no estarán jorobándome ni hinchándome con eso, de a qué horas llegas, donde vas, con quien, para que quieres dinero, es mucho y bla bla bla bla

 

Y oír aquel discurso fue oírse a sí mismo, o mejor dicho al tirano de su padre y todas las explicaciones que debía dar para poder salir, ¡tenía 19 años carajo!, su documento de identidad le gritaba que era mayor de edad, nadie podía detenerlo si marchase quería, era hora de labrar su independencia, así que tras persignarse y entrar a la Iglesia, la casa grande de Dios en esta ciudad tan católica y saludar al changuito (muchachito) como es debido y encomendar su alma a él, antes que al diablo, recogió su mochila y regreso a casa, abrió la puerta con total sigilo, oyó a su hermano en su cotidiana lucha con sus enanos, la risa de Mikel su padre, si estaba allá riendo era porque poco le importaba que hubiesen concluido de tan mala manera en la mañana, era porque le importaba un pito que no desayunara, pidiera su habitual limosna para el colectivo y menos si almorzaba, era tardísimo, 3 de la tarde, seguro estaban en plena sobremesa pensaba él sin saber que por el hambre de los chicos decidieron almorzar sin esperarlo más, que hasta ese momento su padre no había querido comer nada hasta hablar con él y hacer las paces como siempre; pero Nathan estaba enojado y por alguna razón, la risa de su gente lo hirió profundamente, mejor marcharse…

Pero al entrar a su alcoba y ver todas las comodidades que tenía a mano a su simple y llana disposición, el echar un vistazo por la ventana y mirar el barrio residencial donde vivía, con calles limpias y veredas con césped bien podado y árboles con flores dudo un momento y el cansancio lo hizo preso, se tiro a su cama para consultar con su almohada empezando a dormitar, pero alguien detuvo sus pasos frente a su puerta, no supo quien, quizás mamá, papá, los chicos o su hermano… lo más seguro eran los chicos, porque sus padres hubiesen ingresado como siempre sin tocar, sin respetar su intimidad, dueños de todo, sobre todo Mikel, para ellos no había fronteras que se valgan para respetar, cuando querían ser oídos por él, cuando tenían algo que reclamar o imponer no importaba el cansancio que tuviera o la necesidad de soledad que sintiera, simplemente porque ellos eran los que mandaban y ¿por qué?: Porque lo mantenían….

Y una solitaria lágrima empezó a escurrirse por su mejilla, que miserable de pronto se sentía ahí donde estaba sin poder decir que aquello que poseía era suyo, NADA ERA SUYO, NADA, NI SU CAMA… y la crudeza de la verdad lo bajo de golpe del débil pedestal donde hasta ese momento yacía, era hora de hacerse cargo de sí mismo; de pronto los pasos se acercaron un poco más… quizás era su hermano pero de haber sido Ethan hubiese llamado a su puerta, de todos los adultos que allá había era el que más o menos lo respetaba en cuanto a intimidad se refería pero, pero cuando estaba enojado aquel respeto se esfumaba e igual tenía derecho a darle una zurra y de la buenas y lo trataba como si fuera uno más de sus hijos, a veces se ponía a pensar si su familia le escondía algo turbio, un secreto….. en que tal vez, solo tal vez Ethan no era su hermano sino su padre, tenía lógica hasta cierto punto… la diferencia de edades era respetable sin ser enorme, 16 años… ¿y si Ethan lo tuvo a esa edad?, después de todo un adolescente es eso… hormonas, brío, descarrío, confusión, impulso, indiscreción, sexo sin protección?, ¿y si Mikel y Miranda decidieron por él?.

No sería de extrañar, total Mikel era Mikel más militar que medico la más de las veces, ¿qué tal si decidieron hacerse cargo de la criatura adoptándolo?, ¿por qué sino Ethan era tan sobreprotector con él como con Uther, Lothar y Matías en algunas ocasiones?, ¿por qué era tan rígido a su vez?, ¿tan empático y cariñoso cuando Mikel lo castigaba? un hermano no se comporta así porque sí, cuantas veces ahora que lo recordaba sobre todo cuando Uther nació, Ethan si bien siempre fue cariñoso con él de niño, aquel entonces lo fue mucho más, lo mimaba más, lo arrullaba, le besaba, jugaba con él y con el bebé, ¿por qué?... ¿para evitarle los celos propios de la edad y la situación?, ¿por qué quizás le daba a Uther lo que no pudo darle a él?, por eso lo veía como lo veía, ¿por eso el inconscientemente también buscaba su aprobación en todo sentido?... ¿era la sangre que gritaba?, ¿que reconocía a sus pares?, ahora estaba seguro, seguro de que había algún sórdido secreto que no le querían decir ¿¿por qué??, ¿por qué no lo consideraban los suficientemente maduro para no entender que podría ser el hijo de su hermano?, ¿qué actuaria como un crio?, ¡como siempre!, según ellos reaccionaba; pero estaban jodidos, se armaría un poco más de valor y los enfrentaría… exigiría respuestas, sí, definitivamente había algo escondido por eso también Mikel era como era, testarudo, exigente, vertical, tajante, agobiante… más que padre un carcelero, pero cuando lo consolaba, cuando lo mimaba era sobradamente amoroso con él… ¿y mamá?, y donde encajaba ella en este rompecabezas... él era la luz de ojos de su madre eso no era de extrañar, pero bien podía ser la debilidad por el primer nieto, sin madre alguna, hijo del hijo adorado, doble adoración, quizás por eso era como era con él, ¿cuántas veces la pillo contemplándolo con nostalgia? ¿qué era lo que pensaba?, ¿qué recuerdos le inundaban en la mente?... siempre sacaba cara por él, pocas veces lo había reprendido.

Y los pasos se alejaron distrayéndolo de su crisis existencial, pero a su vez aquello le confirmaba que no era Ethan sino alguno de los chicos que no se animaron a entrar porque quizás tenían miedo a su reacción, y ¡como no!, si se mando aquel descarrío y aun no sabía si fracturo o no la nariz de Lothar, con esos turbios pensamientos se tiro a su cama, cansado, con hambre y muy deprimido, se quedo dormido, hasta que los gritos de Uther y Matías lo despertaron, Ethan estaba enfadado con ellos por alguna razón pero prefirió ni asomar su nariz pese al hambre que le mordia las entrañas, sin embargo cuando empezaba a dormitar de nuevo la puerta se abrió de par en par y dio paso a su padre y al enfado aquel que sello el destino de ambos.

 

  • Ve a almorzar Nathan
  • No tengo hambre – y se dio la vuelta cerrando los ojos tratando de que el sueño acuda a sus ojos, no se dio cuenta que durmió desde que llego y que ya eran pasadas las 5 de la tarde
  • Ve a comer Nathan, es tarde, deja de ser cabezota, estás pálido – papá se acerco y le cogió las mejillas fijándose en la cérea palidez de su rostro, signo incondicional de que no probo bocado alguno y podría desmayar por falta de azúcar
  • He dicho que no tengo hambre – retiro bruscamente su rosto del contacto paternal  tengo sueño
  • Deja de comportarte como un niño hijo, ¡ve a comer! – Mikel no quería pelear con él, quería conversar del viaje al Brasil
  • NO TENGO HAMBRE, déjame en paz por favor, ya comí en la calle – se tapo la cabeza con la almohada no podía pararse su padre se sentó en su cama como de costumbre
  • No mientas, no te di dinero
  • Tengo dinero
  • ¿DE DONDE?
  • DE ALGUNA PARTE, no tengo porque hacerte saber de donde tengo monedas ¿o sí? – clavo su mirada enfadada al rostro de su padre, Mikel lo miro extrañado, Nathan no solía ser tan agresivo como estaba ahora, definitivamente Nathan se levanto de un humor de perros, o bueno se hizo de perros y además rabiosos en el camino
  • No sé lo que te pasa Nathan, mejor vas dejando de lado ese berrinche que no te queda o sino…
  • Sino ¿qué? – se sentó e inquisitó con las manos en clara disconformidad – ¿no me dejaras ir a Brasil?, no te preocupes, no voy a morir por un tonto viaje – aunque eso no era cierto él quería ir a ese tonto viaje
  • Escúchame muchachito – lo agarro del brazo
  • NO; ESCÚCHAME TU – se paró de un felino salto de la cama pasando casi por encima de su padre en una clara muestra de faltarle el respeto, pero ya estaba de buen tamaño aquello – DÉJAME SOLO… NO QUIERO HABLAR CONTIGO NI CON NADIE, NO TENGO HAMBRE, YA COMÍ, TENGO SUEÑO, TENGO DOLOR DE CABEZA – enumeraba sus frustraciones elevando los dedos al aire gruñendo – Y ULTIMADAMENTE TENGO DERECHO A ESTAR DE MAL HUMOR Y NO QUERER VER A NADIE
  • BAJA LA VOZ, MOCOSO INGRATO 
  • ¡¡¡NO SOY UN MOCOSO!!! – y la rabia le obnubilo la razón – MALDITA SEA MI SUERTE – grito enardecido como nunca – no soy un crio, ¡¡SOY UN HOMBRE!!!... carajo – se señalaba golpeando su pecho – UN HOMBRE… TENGO PELOS POR TODO LADO ¡MIERDA! – y se bajo el pantalón para mostrar las piernas y algo más, solo que no pudo, sucedió lo que tenía que suceder, la respuesta de Mikel, clara, simple y sin admisión a nada
  • PLAAAAF – y el revés se estampillo en la cara quemante – despídete de sacar los pies de esta casa en lo que queda del año Nathan, ME HAS OÍDO, ¡en lo que queda del año!… Y ENVÍA TUS SALUDOS POR MAIL AL BRASIL, QUE VIAJE PARA TI NO HAY – y pico el billete de avión en sus narices

 

Y Nathan se quedo mudo sobándose la cara, vio a su padre abandonar la estancia y tras un largo rato tratando de calmarse como pudiese, pero el mal trago no pasaba ni con ricino seguro, y con dificultad se paso la punta de le lengua por los labios sintiendo amarga la espesa saliva en la boca; y se metió al baño abriendo la ducha a todo grifo y solo salió de allá cuando vio la movilidad de Mikel salir del garaje 20 minutos más tarde de aquello, solo entonces se dio el lujo de relajarse por lo menos unos minutos… se tumbo sobre su cama recordando la catastrófica mañana, la charla de aquella pareja, la idea de que Ethan era su padre y no su hermano y las palabras de su padre, MOCOSO INGRATO… ¿así lo veía su padre?, ¿así lo vería siempre?, eso agobiaba, tenía su peso como plomada … MOCOSO, un simple y ordinario mocoso, un crio que aun usa pañales, corre pero no sabe mirar los peligros que hay alrededor, que no puede valerse solo, depende del resto; y sin querer eso lo ofendió terriblemente, él no era un mocoso, él no era un bebe. EL NO ERA UN INÚTIL… MENOS UN INGRATO…. Él ERA UN ADULTO, era hora de hacer valer sus derechos, pero… necesitaba ayuda, ¿qué hacer?, a ¿quién acudir?… ¿mmm? debía sopesar sus opciones, sus limitaciones, ok, dinero no tenía, por lo menos no para gastarlo en un hotel, si se organizaba, el almuerzo podía solicitarlo en el comedor universitario y de pronto su móvil vibro, era Ignacio, Dios al parecer acababa de oír sus plegarias.

 

  • Pero pa´que te hacés el tipito también pues delante de tu padre, Elay (expresión resumida de “ahí está el resultado”)
  • Es que ya me llenaron con eso de MOCOSO por aquí, MOCOSO por allá, y luego toda esa mierda, ya no se qué pensar – y le mostro un papel
  • No sé qué decirte flaco, lo que me cuentas me deja de piedra – Ignacio puso su mano sobre el hundido hombro de su amigo, Nathan se veía a leguas que estaba deprimido y quizás esa era la razón para la locura que estaba por cometer – ¿pero estás seguro de que querés esto?, digo, no sería mejor esperar unos días a que se calme la tormenta, total, nuestro viaje al Brasil está a la vuelta de la esquina hermano – supuestamente ambos irían – el sábado estaremos abordando un vuelo a Copacabana y yooo, que lindooo, paraíiiiiso, estadiu du Maracaná – tarareana la canción aquella
  • ¿Cual viaaaaje?, no hay viaje que se tenga, ¿que cosa oís?, PUTA… lo que me faltaba – se paró de golpe sacudiendo los pantalones por detrás quitando la arena que se prendió en sus posaderas – más sordo no podías ser ¿no? – movía las manos como para que entienda con señas – si te estoy contando que mi padre me rompió los billetes del vuelo… Y no solo eso, me cancelo todas las tarjetas de crédito, cerro mi cuenta del banco, no tengo acceso a mi propio dinero y que pille dos certificados de nacimiento míos – pasó la palma de su mano por su cara como si se limpiara el desorden de sus pensamientos, enfadado, dándose cuenta de la magnitud de su problema – mierda, debí haberle hecho caso a Lothar – e Ignacio lo miro como si le hubiera salido dos cabezas, ¿hacer caso a Lothar?, ¿que era lo que le dijo tan sabiamente Lothar?, y para empezar ¿como puedes hacer caso aun crío de 14 años?, si casi siempre por oírlos Nathan se veía en problemas, definitivamente Nat estaba loco   entre nos Nacho, ese velatacusi (niño pequeño) es más de ñeque (de agallas) que tu y yo juntos…
  • Ahhhhh sí – entorno los ojos mirando el cielo y bostezando – ahora lo recuerdo, pero quien fuera adivino Nathan, pero tenés razón, yo también le hare caso a Loty – se estaba haciendo la burla pero a medida que hablaba se daba cuenta que no era tan descabellado el consejo de aquel crio cagón – abriré otra cuenta personal y cerrare esta que tengo con mi padre, bueno cerrarla no, sacare dinero de a poco y dejare lo mínimo, así el banco no llama a casa a preguntar por los retiros – hasta ahí todo bien – no vaya a ser que a mí también me dé una diarrea mental y se me ocurra dudar de la paternidad de mis padres – no pudo aguantar la sorna en sus palabras con la sana intención de que Nathan se dé cuenta de que estaba llevando aquello demasiado lejos y que era totalmente descabellado pensar en que Ethan era su padre y no Mikel, pero lo único que consiguió es que se enfade y lo mande a rodar
  • ANDATE A LA MIERDA, HUEVON DE MIERDA – cogió sus pocas cosas entre comillas, porque ahí donde se lo veía, Nathan saco de casa medio ropero en una mochila de camping, o sea enorme sin contar con la laptop, los libros y las cajas de flash; cargando eso se dio la vuelta metiendo las manos en el bolsillo buscando unas monedas encontrando los olvidados 15 dólares que le pagaron los gánster de su casa, Nacho al darse cuenta de su torpeza apuro sus pasos para darle alcance mirando su reloj, eran las 8 de la noche, joder, estuvieron casi 3 horas sentados hablando en ese parque y al mirar a su amigo y oír gruñir sus tripas se percato por primera vez, que esta vez Nathan iría hasta las últimas consecuencias
  • HEYYY, NO TE VAYAS SIN TU YUNTA – lo agarro antes de que haga parar un taxi
  • NO ME JODÁS – retiro el brazo de su amigo con brusquedad – YA ME QUEDO CLARO QUE CUANDO UNO NECESITA NO HAY QUIEN TE DE NI SOGA PARA AHORCARTE… – Ignacio se sorprendió, nunca vio a Nathan enfadado, era un tipo afable, siempre con una sonrisa en los labios
  • NO, TONTO YO TE DOY SOGA Y CADALSO SI QUERÉS – y Nacho le dio un golpe en la nuca con la punta de los dedos – ¿cómo pensás que voy a dejarte tirado?... ¿quien me copiara en el examen de anato?... ¿quien convencerá a miroslava pa que me presente a una de las magnificas? – y lo abrazo con fuerza y su amigo dejo caer la mochila hundiéndose en el amigable hombro de Ignacio, Nathan necesitaba de él, así que alzando el enorme macuto militar aquel que cayó del hombro, se dirigieron ambos a la movilidad del padre de Ignacio – vamos a casa Nathan, no pensarás que te voy a dejar en la calle a estas horas?
  • Peroooo ¿y tus padres? – sonó tan lastimero que dolía, Nacho trato de quitar el hierro al asunto, debía más bien alegrarlo
  • No están en casa Nathan…. mi viejo se fue a una conferencia a Estados Unidos ayer noche, por un mes y mi madre viajo hoy – miro su reloj – debe estar ya en Tarija en el aeropuerto ahora mismo desembarcando, fue a ver a mi abuela… así que tu y yo – se froto las manos con alegría – tendremos la casa solo pa´ los dos, nos montamos una orgia primero y luego tu, liberadingo, te tomas tu tiempo, pensás bien en frio y si aun seguís con la descabellada idea de irte de casa, pues buscamos algo que hacer para ti, algo que no perjudique con la U yyyyy cuando mis padres estén por llegar – Ignacio sonrió digámoslo así, diabólicamente… Nathan lo miro desconfiado, ¿pensaba tenerlo un mes allá?, nooo, estaba loco, el debía buscar un hueco propio donde sentirse amo y señor, además no quería causarle líos    hablare con ellos y pues les contare que estás en calidad de invitado porque estas en etapa de transición de la esclavitud a la independencia.... – hizo una pausa mirando el horizonte pensando de pronto que aquello era bueno, muy bueno – JO; ¡qué bien suena eso! – y de pronto lo miro a los ojos elevando las cejas en mueca de picardía – y que estoy ayudándote a buscar un cuarto que luego será nuestro boliche, hablare con algunos conocidos, siempre hay un hueco Nathan, quizás sea hora de que yo también piense hacer lo mismo, pues desde aquella noche de tu hermano/ padre llamo al mío, resulta que a Ramirito – si lo oía su padre llamarlo Ramirito, su trasero no viviría para contarlo, para él llamar a los padres por su nombre era una falta de respeto imperdonable – se le ha dado por darme de jalones de oreja, coscorrones y controlarme, sin contar los ocasionales cinturonazos por pedido de “mamá” – hizo un entre comillas con los dedos enfadado recordando el incidente de hace una semana: Ramiro… o corriges a Ignacio o no respondo, y papá respondió con el cinto en la mano para desgracia de su trasero, diablos en casa uno ya no era digno de llegar un poco chispeadito por el cumple de alguien –… TE IMAGINÁAASSS!!!!, cuando nunca estuvo ni ahí abriendo mi mochila del colegio – exclamaba con la manos  ahora en la U le da su ataque de padre sobreprotector y está casi siempre jorobándome, así que cuate, creo que es la edad de la chochera, Mikel no hace nada que no haga Ramiro de vez en cuando
  • CAAAASI…. DE VEZ EN CUANDO, ¡ahí está el detalle!, el mío no es de vez en cuando, ni casi, es SIEMPRE… siempre ¿entiendes eso?... SIEMPRE – y abrió las palmas llevándoselas a la cabeza

 

Y esa idea a Ignacio le dio escalofríos, definitivamente Nathan hacia bien independizándose.



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