Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Crisis existencial
Autora: Marambra
Nathan apuro
los pasos a su alcoba sin saludar a nadie, aún en el rostro se notaban las
huellas de la disconformidad, de la rabia, del enojo frescos, se había faltado
a sus clases y dejó sonar el móvil hasta agotar la batería, camino como un
turista perdido en el limbo de sus pensamientos calles por aquí y calles por
allá pese al calor que empezaba a ser abrazador esta temporada, las regadas
flores de los Tajibos que armaron alfombras coloridas de lila, rosado, amarillo
y blanco en las avenidas habían apaciguado en algo sus frustraciones y el aroma
a lluvia cercana plantaron en su cerebro la ideíta de libertad, después de todo
la emancipación era derecho de todos y se sentó en un banco en la plaza
principal mirando la impresionante fachada de desiguales ladrillos de la
catedral y oír la risa de un grupito de chicos, universitarios también
perdiendo el tiempo sin tener que dar explicaciones a nadie, lo que anhelo de
pronto como suyo, y fue la charla aquella que planto en su cerebro la semilla
de la duda.
- Ya es tarde
Andrés tengo que ir a casa – declaro la pecosa aquella
con tacos rosa y una mini a juego mientras tironeaba de la boca del tal Andrés
el caramelo con palito para llevarse a la suya propia saboreando el dulzor – mi madre
sino estará llama que te llama, vos sabés como es eso
- Mmm, NOP, no
lo sé – y le mordió la boca en un beso y a Nathan
aquello de pronto se le antojo hermoso, envidiable, ojala pudiera estar así con
Miroslava, mmm y ¿porque no?, él le gustaba a la chequita, no era secreto,
debería hacer el intento penso, total no perdía nada, solo que había un
detalle, él no estaba con ella por prohibición de su padre desde la gracia de
la fiesta tonta esa – gracias a Dios
desde que vivo solo, no tengo que dar cuentas a nadie – la charla
esa lo distrajo de su enojo y llamo su atención aquel detallito revelado – encontré
trabajo medio tiempo eso me sirve para pagar mis estudios, si me esforzara
podría solicitar una beca – caray, ¿por qué no pensó en eso antes?,
él era el mejor estudiante de la universidad no solo de su carrera, sino de la
U toda, podrían darle la beca, aunque pensándolo bien, ¡que carajos!, la
matricula era baratísima, no necesitaba pagar créditos y siempre podía
solicitar su traspaso a otra ciudad, a La Paz por ejemplo o a Sucre, buscarse un
empleo a medio tiempo y mantenerse, ¡¡¡¡JOOO!!!, Nathan, “estas descubriendo
América después de 500 años de esclavitud”, de pronto la perorata del
presidente le sonó interesante – y lo que gano son pa mis gustos, que la mesada que me
dan mis padres son para el alquiler, la comida, la ropa y los libros, pero lo
demás me lo compro yo, además estuve hablando con los “pesados”, ellos están
buscando un depar, y me voy a apuntar con un chango más, es un brasuquito
(brasilero) creo, alquilaremos juntos…
así me ahorro más de la mitad de lo que pago ahora, no vivo solo y comparto
gastos con el resto… y lo mejor, que cuando me vaya a casa mis padres se
enteraran que ya trabajo, que NOOO necesito de su dinero para salir a alguna
parte, así no estarán jorobándome ni hinchándome con eso, de a qué horas
llegas, donde vas, con quien, para que quieres dinero, es mucho y bla bla bla
bla
Y
oír aquel discurso fue oírse a sí mismo, o mejor dicho al tirano de su padre y
todas las explicaciones que debía dar para poder salir, ¡tenía 19 años carajo!,
su documento de identidad le gritaba que era mayor de edad, nadie podía
detenerlo si marchase quería, era hora de labrar su independencia, así que tras
persignarse y entrar a la Iglesia, la casa grande de Dios en esta ciudad tan
católica y saludar al changuito (muchachito) como es debido y encomendar su
alma a él, antes que al diablo, recogió su mochila y regreso a casa, abrió la
puerta con total sigilo, oyó a su hermano en su cotidiana lucha con sus enanos,
la risa de Mikel su padre, si estaba allá riendo era porque poco le importaba
que hubiesen concluido de tan mala manera en la mañana, era porque le importaba
un pito que no desayunara, pidiera su habitual limosna para el colectivo y
menos si almorzaba, era tardísimo, 3 de la tarde, seguro estaban en plena
sobremesa pensaba él sin saber que por el hambre de los chicos decidieron
almorzar sin esperarlo más, que hasta ese momento su padre no había querido
comer nada hasta hablar con él y hacer las paces como siempre; pero Nathan estaba
enojado y por alguna razón, la risa de su gente lo hirió profundamente, mejor
marcharse…
Pero
al entrar a su alcoba y ver todas las comodidades que tenía a mano a su simple
y llana disposición, el echar un vistazo por la ventana y mirar el barrio
residencial donde vivía, con calles limpias y veredas con césped bien podado y
árboles con flores dudo un momento y el cansancio lo hizo preso, se tiro a su
cama para consultar con su almohada empezando a dormitar, pero alguien detuvo
sus pasos frente a su puerta, no supo quien, quizás mamá, papá, los chicos o su
hermano… lo más seguro eran los chicos, porque sus padres hubiesen ingresado
como siempre sin tocar, sin respetar su intimidad, dueños de todo, sobre todo
Mikel, para ellos no había fronteras que se valgan para respetar, cuando
querían ser oídos por él, cuando tenían algo que reclamar o imponer no
importaba el cansancio que tuviera o la necesidad de soledad que sintiera,
simplemente porque ellos eran los que mandaban y ¿por qué?: Porque lo
mantenían….
Y una
solitaria lágrima empezó a escurrirse por su mejilla, que miserable de pronto
se sentía ahí donde estaba sin poder decir que aquello que poseía era suyo,
NADA ERA SUYO, NADA, NI SU CAMA… y la crudeza de la verdad lo bajo de golpe del
débil pedestal donde hasta ese momento yacía, era hora de hacerse cargo de sí
mismo; de pronto los pasos se acercaron un poco más… quizás era su hermano pero
de haber sido Ethan hubiese llamado a su puerta, de todos los adultos que allá
había era el que más o menos lo respetaba en cuanto a intimidad se refería
pero, pero cuando estaba enojado aquel respeto se esfumaba e igual tenía
derecho a darle una zurra y de la buenas y lo trataba como si fuera uno más de
sus hijos, a veces se ponía a pensar si su familia le escondía algo turbio, un
secreto….. en que tal vez, solo tal vez Ethan no era su hermano sino su padre,
tenía lógica hasta cierto punto… la diferencia de edades era respetable sin ser
enorme, 16 años… ¿y si Ethan lo tuvo a esa edad?, después de todo un
adolescente es eso… hormonas, brío, descarrío, confusión, impulso,
indiscreción, sexo sin protección?, ¿y si Mikel y Miranda decidieron por él?.
No
sería de extrañar, total Mikel era Mikel más militar que medico la más de las
veces, ¿qué tal si decidieron hacerse cargo de la criatura adoptándolo?, ¿por
qué sino Ethan era tan sobreprotector con él como con Uther, Lothar y Matías en
algunas ocasiones?, ¿por qué era tan rígido a su vez?, ¿tan empático y cariñoso
cuando Mikel lo castigaba? un hermano no se comporta así porque sí, cuantas
veces ahora que lo recordaba sobre todo cuando Uther nació, Ethan si bien
siempre fue cariñoso con él de niño, aquel entonces lo fue mucho más, lo mimaba
más, lo arrullaba, le besaba, jugaba con él y con el bebé, ¿por qué?... ¿para
evitarle los celos propios de la edad y la situación?, ¿por qué quizás le daba
a Uther lo que no pudo darle a él?, por eso lo veía como lo veía, ¿por eso el
inconscientemente también buscaba su aprobación en todo sentido?... ¿era la
sangre que gritaba?, ¿que reconocía a sus pares?, ahora estaba seguro, seguro de
que había algún sórdido secreto que no le querían decir ¿¿por qué??, ¿por qué
no lo consideraban los suficientemente maduro para no entender que podría ser
el hijo de su hermano?, ¿qué actuaria como un crio?, ¡como siempre!, según
ellos reaccionaba; pero estaban jodidos, se armaría un poco más de valor y los
enfrentaría… exigiría respuestas, sí, definitivamente había algo escondido por
eso también Mikel era como era, testarudo, exigente, vertical, tajante, agobiante…
más que padre un carcelero, pero cuando lo consolaba, cuando lo mimaba era
sobradamente amoroso con él… ¿y mamá?, y donde encajaba ella en este
rompecabezas... él era la luz de ojos de su madre eso no era de extrañar, pero
bien podía ser la debilidad por el primer nieto, sin madre alguna, hijo del
hijo adorado, doble adoración, quizás por eso era como era con él, ¿cuántas
veces la pillo contemplándolo con nostalgia? ¿qué era lo que pensaba?, ¿qué
recuerdos le inundaban en la mente?... siempre sacaba cara por él, pocas veces
lo había reprendido.
Y
los pasos se alejaron distrayéndolo de su crisis existencial, pero a su vez
aquello le confirmaba que no era Ethan sino alguno de los chicos que no se
animaron a entrar porque quizás tenían miedo a su reacción, y ¡como no!, si se
mando aquel descarrío y aun no sabía si fracturo o no la nariz de Lothar, con
esos turbios pensamientos se tiro a su cama, cansado, con hambre y muy
deprimido, se quedo dormido, hasta que los gritos de Uther y Matías lo
despertaron, Ethan estaba enfadado con ellos por alguna razón pero prefirió ni
asomar su nariz pese al hambre que le mordia las entrañas, sin embargo cuando
empezaba a dormitar de nuevo la puerta se abrió de par en par y dio paso a su
padre y al enfado aquel que sello el destino de ambos.
- Ve a almorzar Nathan
- No tengo
hambre – y se dio la vuelta cerrando los ojos tratando
de que el sueño acuda a sus ojos, no se dio cuenta que durmió desde que llego y
que ya eran pasadas las 5 de la tarde
- Ve a comer
Nathan, es tarde, deja de ser cabezota, estás pálido – papá
se acerco y le cogió las mejillas fijándose en la cérea palidez de su rostro,
signo incondicional de que no probo bocado alguno y podría desmayar por falta
de azúcar
- He dicho que
no tengo hambre – retiro bruscamente su rosto del contacto
paternal
– tengo sueño
- Deja de
comportarte como un niño hijo, ¡ve a comer! – Mikel
no quería pelear con él, quería conversar del viaje al Brasil
- NO TENGO
HAMBRE, déjame en paz por favor, ya comí en la calle – se
tapo la cabeza con la almohada no podía pararse su padre se sentó en su cama
como de costumbre
- No mientas, no te di dinero
- Tengo dinero
- ¿DE DONDE?
- DE ALGUNA
PARTE, no tengo porque hacerte saber de donde tengo monedas ¿o sí? – clavo
su mirada enfadada al rostro de su padre, Mikel lo miro extrañado, Nathan no
solía ser tan agresivo como estaba ahora, definitivamente Nathan se levanto de
un humor de perros, o bueno se hizo de perros y además rabiosos en el camino
- No sé lo que te pasa Nathan, mejor vas dejando de lado ese berrinche que no te queda o sino…
- Sino ¿qué? – se
sentó e inquisitó con las manos en clara disconformidad – ¿no me dejaras ir a Brasil?, no te
preocupes, no voy a morir por un tonto viaje – aunque eso no era
cierto él quería ir a ese tonto viaje
- Escúchame
muchachito – lo agarro del brazo
- NO; ESCÚCHAME
TU – se paró de un felino salto de la cama pasando
casi por encima de su padre en una clara muestra de faltarle el respeto, pero
ya estaba de buen tamaño aquello – DÉJAME SOLO… NO QUIERO HABLAR CONTIGO NI CON NADIE, NO
TENGO HAMBRE, YA COMÍ, TENGO SUEÑO, TENGO DOLOR DE CABEZA – enumeraba
sus frustraciones elevando los dedos al aire gruñendo – Y ULTIMADAMENTE TENGO DERECHO A ESTAR DE
MAL HUMOR Y NO QUERER VER A NADIE
- BAJA LA VOZ, MOCOSO INGRATO
- ¡¡¡NO SOY UN
MOCOSO!!! – y la rabia le obnubilo la razón – MALDITA SEA
MI SUERTE – grito enardecido como nunca – no soy un crio, ¡¡SOY UN HOMBRE!!!... carajo
– se señalaba golpeando su pecho – UN HOMBRE… TENGO PELOS POR TODO LADO ¡MIERDA!
– y se bajo el pantalón para mostrar las piernas y algo más, solo
que no pudo, sucedió lo que tenía que suceder, la respuesta de Mikel, clara,
simple y sin admisión a nada
- PLAAAAF – y
el revés se estampillo en la cara quemante – despídete de sacar los pies de esta casa en lo que
queda del año Nathan, ME HAS OÍDO, ¡en lo que queda del año!… Y ENVÍA TUS
SALUDOS POR MAIL AL BRASIL, QUE VIAJE PARA TI NO HAY – y pico el
billete de avión en sus narices
Y
Nathan se quedo mudo sobándose la cara, vio a su padre abandonar la estancia y
tras un largo rato tratando de calmarse como pudiese, pero el mal trago no
pasaba ni con ricino seguro, y con dificultad se paso la punta de le lengua por
los labios sintiendo amarga la espesa saliva en la boca; y se metió al baño
abriendo la ducha a todo grifo y solo salió de allá cuando vio la movilidad de
Mikel salir del garaje 20 minutos más tarde de aquello, solo entonces se dio el
lujo de relajarse por lo menos unos minutos… se tumbo sobre su cama recordando
la catastrófica mañana, la charla de aquella pareja, la idea de que Ethan era
su padre y no su hermano y las palabras de su padre, MOCOSO INGRATO… ¿así lo
veía su padre?, ¿así lo vería siempre?, eso agobiaba, tenía su peso como
plomada … MOCOSO, un simple y ordinario mocoso, un crio que aun usa pañales,
corre pero no sabe mirar los peligros que hay alrededor, que no puede valerse
solo, depende del resto; y sin querer eso lo ofendió terriblemente, él no era
un mocoso, él no era un bebe. EL NO ERA UN INÚTIL… MENOS UN INGRATO…. Él ERA UN
ADULTO, era hora de hacer valer sus derechos, pero… necesitaba ayuda, ¿qué
hacer?, a ¿quién acudir?… ¿mmm? debía sopesar sus opciones, sus limitaciones,
ok, dinero no tenía, por lo menos no para gastarlo en un hotel, si se
organizaba, el almuerzo podía solicitarlo en el comedor universitario y de
pronto su móvil vibro, era Ignacio, Dios al parecer acababa de oír sus
plegarias.
- Pero pa´que te hacés el tipito también pues delante de tu padre, Elay (expresión resumida de “ahí está el resultado”)
- Es que ya me
llenaron con eso de MOCOSO por aquí, MOCOSO por allá, y luego toda esa mierda,
ya no se qué pensar – y le mostro un papel
- No sé qué
decirte flaco, lo que me cuentas me deja de piedra – Ignacio
puso su mano sobre el hundido hombro de su amigo, Nathan se veía a leguas que
estaba deprimido y quizás esa era la razón para la locura que estaba por cometer – ¿pero estás
seguro de que querés esto?, digo, no sería mejor esperar unos días a que se
calme la tormenta, total, nuestro viaje al Brasil está a la vuelta de la
esquina hermano – supuestamente ambos irían – el sábado estaremos abordando un vuelo a
Copacabana y yooo, que lindooo, paraíiiiiso, estadiu du Maracaná – tarareana
la canción aquella
- ¿Cual
viaaaaje?, no hay viaje que se tenga, ¿que cosa oís?, PUTA… lo que me faltaba –
se paró de golpe sacudiendo los pantalones por detrás
quitando la arena que se prendió en sus posaderas – más sordo no podías ser ¿no? – movía
las manos como para que entienda con señas – si te estoy contando que mi padre me rompió los
billetes del vuelo… Y no solo eso, me cancelo todas las tarjetas de crédito,
cerro mi cuenta del banco, no tengo acceso a mi propio dinero y que pille dos
certificados de nacimiento míos – pasó la palma de su mano por su
cara como si se limpiara el desorden de sus pensamientos, enfadado, dándose
cuenta de la magnitud de su problema – mierda, debí haberle hecho caso a Lothar – e
Ignacio lo miro como si le hubiera salido dos cabezas, ¿hacer caso a Lothar?, ¿que
era lo que le dijo tan sabiamente Lothar?, y para empezar ¿como puedes hacer
caso aun crío de 14 años?, si casi siempre por oírlos Nathan se veía en
problemas, definitivamente Nat estaba loco – entre nos Nacho,
ese velatacusi (niño pequeño) es más de ñeque (de agallas) que tu y yo juntos…
- Ahhhhh sí – entorno
los ojos mirando el cielo y bostezando – ahora lo recuerdo, pero quien fuera adivino Nathan,
pero tenés razón, yo también le hare caso a Loty – se estaba
haciendo la burla pero a medida que hablaba se daba cuenta que no era tan
descabellado el consejo de aquel crio cagón – abriré otra cuenta personal y cerrare esta que tengo
con mi padre, bueno cerrarla no, sacare dinero de a poco y dejare lo mínimo,
así el banco no llama a casa a preguntar por los retiros – hasta ahí
todo bien –
no vaya a ser que a mí también me dé una diarrea mental y se me ocurra dudar de
la paternidad de mis padres – no pudo aguantar la sorna en sus
palabras con la sana intención de que Nathan se dé cuenta de que estaba
llevando aquello demasiado lejos y que era totalmente descabellado pensar en
que Ethan era su padre y no Mikel, pero lo único que consiguió es que se enfade
y lo mande a rodar
- ANDATE A LA
MIERDA, HUEVON DE MIERDA – cogió sus pocas cosas entre
comillas, porque ahí donde se lo veía, Nathan saco de casa medio ropero en una
mochila de camping, o sea enorme sin contar con la laptop, los libros y las
cajas de flash; cargando eso se dio la vuelta metiendo las manos en el bolsillo
buscando unas monedas encontrando los olvidados 15 dólares que le pagaron los
gánster de su casa, Nacho al darse cuenta de su torpeza apuro sus pasos para
darle alcance mirando su reloj, eran las 8 de la noche, joder, estuvieron casi
3 horas sentados hablando en ese parque y al mirar a su amigo y oír gruñir sus
tripas se percato por primera vez, que esta vez Nathan iría hasta las últimas
consecuencias
- HEYYY, NO TE
VAYAS SIN TU YUNTA – lo agarro antes de que haga
parar un taxi
- NO ME JODÁS – retiro
el brazo de su amigo con brusquedad – YA ME QUEDO CLARO QUE CUANDO UNO NECESITA NO HAY QUIEN
TE DE NI SOGA PARA AHORCARTE… – Ignacio se sorprendió, nunca vio a
Nathan enfadado, era un tipo afable, siempre con una sonrisa en los labios
- NO, TONTO YO
TE DOY SOGA Y CADALSO SI QUERÉS – y Nacho le dio un
golpe en la nuca con la punta de los dedos – ¿cómo pensás que voy a dejarte tirado?... ¿quien me copiara
en el examen de anato?... ¿quien convencerá a miroslava pa que me presente a
una de las magnificas? – y lo abrazo con fuerza y su amigo dejo caer
la mochila hundiéndose en el amigable hombro de Ignacio, Nathan necesitaba de
él, así que alzando el enorme macuto militar aquel que cayó del hombro, se
dirigieron ambos a la movilidad del padre de Ignacio – vamos a casa Nathan, no pensarás que te
voy a dejar en la calle a estas horas?
- Peroooo ¿y tus
padres? – sonó tan lastimero que dolía, Nacho trato de
quitar el hierro al asunto, debía más bien alegrarlo
- No están en
casa Nathan…. mi viejo se fue a una conferencia a Estados Unidos ayer noche,
por un mes y mi madre viajo hoy – miro su reloj – debe estar
ya en Tarija en el aeropuerto ahora mismo desembarcando, fue a ver a mi abuela…
así que tu y yo – se froto las manos con alegría – tendremos la casa solo pa´ los dos, nos
montamos una orgia primero y luego tu, liberadingo, te tomas tu tiempo, pensás
bien en frio y si aun seguís con la descabellada idea de irte de casa, pues
buscamos algo que hacer para ti, algo que no perjudique con la U yyyyy cuando
mis padres estén por llegar – Ignacio sonrió digámoslo así,
diabólicamente… Nathan lo miro desconfiado, ¿pensaba tenerlo un mes allá?,
nooo, estaba loco, el debía buscar un hueco propio donde sentirse amo y señor,
además no quería causarle líos – hablare con ellos y pues les contare que
estás en calidad de invitado porque estas en etapa de transición de la
esclavitud a la independencia.... – hizo una pausa mirando el
horizonte pensando de pronto que aquello era bueno, muy bueno – JO; ¡qué bien
suena eso! – y de pronto lo miro a los ojos elevando las cejas en
mueca de picardía – y que estoy ayudándote a buscar un cuarto que luego será nuestro
boliche, hablare con algunos conocidos, siempre hay un hueco Nathan, quizás sea
hora de que yo también piense hacer lo mismo, pues desde aquella noche de tu
hermano/ padre llamo al mío, resulta que a Ramirito – si lo oía su
padre llamarlo Ramirito, su trasero no viviría para contarlo, para él llamar a
los padres por su nombre era una falta de respeto imperdonable – se le ha dado
por darme de jalones de oreja, coscorrones y controlarme, sin contar los
ocasionales cinturonazos por pedido de “mamá” – hizo un entre
comillas con los dedos enfadado recordando el incidente de hace una semana:
Ramiro… o corriges a Ignacio o no respondo, y papá respondió con el cinto en la
mano para desgracia de su trasero, diablos en casa uno ya no era digno de
llegar un poco chispeadito por el cumple de alguien –… TE IMAGINÁAASSS!!!!, cuando nunca
estuvo ni ahí abriendo mi mochila del colegio – exclamaba con la
manos – ahora en la U le da su ataque de padre
sobreprotector y está casi siempre jorobándome, así que cuate, creo que es la
edad de la chochera, Mikel no hace nada que no haga Ramiro de vez en cuando
- CAAAASI…. DE
VEZ EN CUANDO, ¡ahí está el detalle!, el mío no es de vez en cuando, ni casi,
es SIEMPRE… siempre ¿entiendes eso?... SIEMPRE – y
abrió las palmas llevándoselas a la cabeza
Y
esa idea a Ignacio le dio escalofríos, definitivamente Nathan hacia bien
independizándose.
Me alegra que Ethan se salga de su casa y busque su camino.
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