Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
En tiempo de guerra todos cavan su trinchera
Autora: Marambra
Tres horas
habían pasado desde que Nathan se quedó encerrado en su habitación tras tirar
groseramente la puerta en las narices de su abuelo y le pegara llave por
dentro, por primera vez en su vida uso la llave de aquella chapa rompiendo la
regla de oro de Mikel… los menores de esta casa no pueden cerrar la puerta con
chapa por… y enumero una enorme lista de supuestos casos en los que se podría
presentar la eventual urgencia de tener que ingresar o salir rápidamente de la
alcoba como un incendio, pero para Nathan, aquello simple y llanamente se
resumía a una sola y humillante razón: los mocosos de la casa no tiene derecho
a la privacidad y los adultos total acceso a la intimidad.
Pero
cerrar aquella puerta no era un simple acto de rebeldía, era un acto simbólico
a su nueva condición, a la nueva vida que empezaba con la verdad a cuestas,
porque le guste o no, esa era la verdad y esa era su vida, su pasado su
presente y su futuro; no tenía modos aunque quisiera de cambiar su pasado, no
tenía control alguno sobre él, no se podía borrar con el codo lo que se
escribió con la mano, pero si sobre su presente, aun cuando éste presente se
empecinaba a darle jodidas sacudidas como la de ahora … y acababa de darse
cuenta que si quería sobrevivir a las circunstancias debía reponerse
rápidamente de los altibajos emocionales, endurar el corazón y dejar de
lloriquear como un lactante, ¡es más! tenía que dejar de gatear y tambalearse
en estos primeros pasos que suponía cargar con una verdad tan amarga y
enderezarse y correr sin mirar si esta senda desconocida que empezaba a ser su
vida estaba tachonada de espinas o regada de pétalos de rosas, pero si era
sincero consigo mismo debía reconocer valientemente que tenía miedo de aquello,
miedo a no poder salir adelante y en su afán de lastimar lastimarse, pero por
otro lado pensaba, ¿cuánto más podía doler? Sino arriesgaba no lo sabría nunca,
fue por eso que decidió mandar a la mierda las consideraciones y arriesgar a
tener un expediente manchado, ya no le importaba no tener antecedentes penales
en la policía, ¿qué más daba?, pues si bien había gritado que aguantaría 3
meses la verdad era que no podría hacerlo, era demasiado tiempo y menos mirando
las caras de todos y haciendo todo, pero todo lo que papá y papá le dirían que
haga, eso ¡no lo podría soportar!, ese estado de sumisión ya no iba con él ni
con su personalidad, había probado las mieles de la rebeldía y era un néctar
que lo hacía sentir inmortal y no estaba dispuesto a renunciar a ella.
Así
que cuando oyó la voz del silencio en la casa a eso de las seis y media de la tarde y vio desde la
ventana del baño partir a Mikel a Miranda por un lado y a Ethan y a Matías con
rumbo desconocido por otro y no había rastro de sus otros hermanos, decidió
salir de su alcoba con total sigilo, parecía un soldado en misión imposible,
empezó a caminar sin hacer bulla y a contener incluso al respiración para no
llamar la atención ni de la mosca, entro a la cocina a ver por si acaso no haya
moros en la costa pero cuando su estómago gruño de hambre, decidió hacer una
incursión previa a la heladera y robar un pedazo de torta, podría estar enojado
con su madre pero no con sus postres, sobre todo con aquel pastel que llevaba
en la inscripción su nombre y una bonita bienvenida al que al parecer alguien
había ya mutilado un buen trozo con frutillas y todo; y fue al salir de la
cocina que se pegó un susto de muerte rompiendo el platillo en el corredor,
acababa de chocar con Lothar que venía de buscar a Miranda enojado por no
hacerlo despertar para ir con su padre y Matías a buscar su patineta, sin saber
que ella más salió de casa en busca de algunos ingredientes para hacer una cena
armoniosa en nombre de la familia, ella creía que cocinando y manteniendo la
panza llena de su masculina tropa tendría medio camino allanado en el largo
trecho de la reconciliación; y Lothar enfadado decidió aminorar su mal humor
comiendo torta y cuando vio a su hermano en el pasillo no se fijó en el
platillo y se le abalanzo con una enorme sonrisa en la boca, olvidándose de
hambre
- NATHAAAAANNNNN
– grito entusiasmado para enojo de Nathan, pero al ver la
cara inocente del menor de sus hermanos, ¡joder! pensó… no eran sus sobrinos,
eran sus hermanos, sus hermanitos menores y cerró los ojos pensando en Uther,
su debilidad –
ya estás en casita, CON NOSOOOOTROS, TE EXTRAÑE TANTO – y pego su
cara al pecho de Nathan, Nathan era re alto en comparación con él pero no tanto
como papá
- JODER LOTHAR –
grito a su vez pero al ver que asusto al muchacho y
pensando que quizás vaya a quejarse a Ethan olvidándose que lo vio salir, lo
agarró del brazo impidiendo su huida porque a diferencia de Ut y Maty, Lothar
sabía cuándo alguien estaba enfadado con él
– disculpa, me diste un susto, y sí, sí… yo también
te extrañe chipiró (plátano sin madurar) – agrego y al final
sonriendo lo abrazo, total el lio era con su padre no con sus hermanos
Y
sonrió al recordar que aquel mote se lo puso él, y solo él solía llamarlo así
cuando estaban solos, nadie ni su padre sabía que Nat lo bautizo como plátano
sin madurar cuando entro a la adolescencia y cuando Lothar le pregunto porque
le decía eso, él le mostro un plátano, la primera fruta que dio el platanal de
su madre en el jardín y le dijo.
- ¿Tú crees que este platanito esta dulce?
- Supongo que sí, ya está amarillo – y
Nathan riendo de aquella respuesta arranco el plátano y lo pelo y le dijo que
muerda, claro que lo hizo y estaba amargo
– no está
dulce, que feo está éste plátano
- Claro porque es plátano de freír y aun estando amarillo le falta
madurar, como tú que te crees adulto y no lo eres todavía pese a estar grandote
igual que Uther, el también es un chipiró – y se
habían reído de verlo salir de la piscina con la piel tan blanca como la nieve
algunas pecas en la nariz y el pelo rubio
Pero
los recuerdos dulces no duran eternamente y Nathan regreso a su realidad.
- ¿Dónde
estuviste? – le devolvió el abrazo – estaba preocupado por vos
- Por ahí
Lothar, por ahí – contesto de mala gana
- ¿Con tu corteja? ¿La choquita esa?... ¿La esclava?
- ¿Cuál esclava?
– lo miro sin entender y se agacho a limpiar el piso
- Su nombre, no
recuerdo… termina en lava – le paso una servilleta
- Miroslava, si, estuve con ella
- ¿Y esta buena
la peladinga? – desbordo picardía en su voz y su mirada
de principiante Casanova
- OYE – se
hizo el serio pero luego agrego a media sonrisa – de caballeros es guardar el secreto
- Entonces esta
muuuuy buena – dijo para hacerle una barra a su hermano
como si fuera un goleador de primera – YEEES, así se hace ñatito, ¿vez? sino te enseño – y
le golpeo la cara con varios mini cachetitos como aplausos – ¿yyyyyy? – alargo la
interrogante ayudándole a limpiar los vidrios rotos y tirando el pastel a la
basura – ¿a
qué hora llegaste anoche?
- Uuufff esta mañana dirás
- Y que
estuviste haciendo aparte del chucu chucu claro – y le
hizo un amague de sexo en el aire y Nathan se le quedo mirándolo, pensando si
era correcto o no hablar de aquello con su hermano menor y prefirió no darle
importancia, asaltándole de pronto un turbio pensamiento, ¡Lothar podría
ayudarlo!
- Es largo de contar… ¿me prestas tu celu?
- Tengo tiempo,
todo el tiempo del mundo y soy todo oídos – contesto
Lothar sacando su móvil para darle, acomodándose ya no más en el pasillo – así que
vomita la información, todo, detalles tu sabes – y movía las manos
como un jefe de oficina y al ver que Nat callaba agrego – ohhh, ya pues no sea asíiii, yo te
cuento todo
- Ya, yaaaa – no
le quedó otra que decir aquello pues Lothar no dejaba de zarandear su brazo – te voy a
contar, pero primero tengo que llamar a Ignacio para que me ayude con un… con
un… asuntito…– contesto metiendo en el corazón de Lothar la
curiosidad como un gusanito en una manzana
- Y porque le pides ayuda a él ¿no puedo hacerlo yo?
- Es que es un
asunto muy delicado – dijo
- Que asuntito,
dime que asuntito – y Nathan haciéndose el
interesante hizo una enorme pausa mirando fijamente a Lothar como sopesando
algo, pero solo ganaba tiempo y sumaba nervios a Lothar y su curiosidad, así lo
tendría comiendo de su mano
- No…. por ahí y
se lo cuentas a alguien – y se hacia el que marcaba el
fono
- Noooo, yo no
le cuento a nadie ¡nada! – y marco su boca con una
X – soy una tumba – e hizo lo mismo dos veces
más
- Bueno, está
bien – dijo primero y luego agrego dándose la vuelta
– NOO; mejor
no te cuento, porque seguro vas y le contás todo a Ethan, al papá digo – corrigió
el muy mañudo, manipulador, pero sin poder eliminar la rabia impresa en la
última palabra
- NOOOO; no le
diré nada, juradita, no le diré nada – Lothar
besaba sus dedos en cruz – palabra de honor: nada – y coloco su mano
derecha sobre su pecho, era un juramento, listo lo tenía en sus manos
- Ya, ya está bien, estoy sin teléfono porque perdí mi móvil, necesito llamar a Ignacio, pero eso no es todo, tengo que salir de la casa, pero no puedo hacerlo
- Bueno, estas
castigado seguro, pero qué más da – levanto los hombros – eres un
chichudo no te han… tú ya sabes – dijo haciendo una mueca de azotar
el aire con la mano – como a Maty esta tarde – y Nat solo sonrió…
si supiera que el abuelo le dio una tunda en la comisaria
- Si bueno…
estoy castigado sin salidas – era más o menos lo que
estaba pasando, nunca le diría que tenía que salir con un adulto, era demasiado
humillante, ya que hasta Lothar gozaba de algún grado de independencia – pero esto es
cuestión de vida o muerte tengo que verme con mi chica y tampoco tengo dinero ¿me
podrías prestar tú? Necesito 100 pesos – joder toda su mesada
- ¿Y para eso
tanto misterio? – pregunto Lothar suspicaz – me estas
engañando Nathan, no creo que necesites 100 pesos para ir a ver a tu cuña
(mujer)
- HEEEY!!! Cien
pesos no son nada, apenas pa una cena en “La casa del Camba” y eso sin contar
el taxi – contesto Nathan y Lothar se quedó pensando
- Tienes toda la
razón – y Nat creyó que hablaba de su salida
- Es lo que digo
– pero Lot siguió en sus pensamientos recordando que sus
hermanos en la tarde hablaban del sueldo de papa y el aumento del salario
- Y los rococos
(sapos gigantes) también – se refería a sus hermanos
porque roncaban y tenían algo de acné – es hora de que el susodicho nos aumente la mesada – y
clavos sus ojos plomos a Nat – oye ¿tú no sabes por si acaso cuanto han aumentado el
básico?
- ¿Cuál básico?, de qué diablos estás hablando
- Del salario
mínimo vital pues de que más, dependiendo de eso debo negociar el incremento
salarial de mi mesada, el papá se está haciendo el loco y acabas de hacerme dar
cuenta de ello – frunció el ceño – con 100 pesos NO HAGO NADA,
absolutamente nada – y Nathan lo miro riéndose para sus adentros
- ¿Y pa que
querés más plata tu? Tenés sal, agua y pan sobre la mesa, sin contar tu cama y
tus trapos – parafraseo a su bisabuelo materno, diablos y
ahora se enteraba que no era su abuelito corazón sino su bisabuelo
- Tengo mis
gastos, que piensas tu – contesto serio
- ¿Ah Si? ¿cómo qué?... ¿comprar preservativos para inflarlos como globos?
Y no
pudo más, rompió a reír recordando el encuentro en tercera dimensión que tuvo
Lothar a los 10 años más o menos con los condones, la vez que vio los suyos
sobre la cama pensado que era los globos más fascinantes que vio en su vida y
de colores tan brillantes y texturas tan raras y quería ese que tenía una
manito en la punta, le había preguntado que eran y Naty le dijo globos para su
tarea y que no hurgue ninguno porque el abuelo se los había comprado y eran
caros, pero él picado por la curiosidad y la envidia infantil, descuidando a
Nat le abrió una caja, Nathan se enojó y le dio un golpe en la mano, Lothar se
fue a quejar a su padre y Ethan le recomendó que no hurgue las cosas del
supuesto tío y no le dio más importancia pues había una reunión familiar, era
el cumpleaños del abuelo y Miranda estaba haciendo una cena para festejar a lo
grande el cumpleaños de Mikel; pero claro Lothar no podía estarse quieto y al
menor descuido de Nathan le quito uno de los condones y Nathan se enfadó con él
porque justo alzo el preservativo que estaba a punto de colar en su cuaderno y
por tironear lo rompió, Lothar salió disparado de allá y cuando Miranda llamo a
Nathan, Loty entro de nuevo al ataque y cogió otro llevándoselo ya no más a la
boca para inflarlo y al sentir el mal sabor del lubricante creyó seriamente que
Nathan era egoísta y que no quería regalarle uno y por pura maldad le puso algo
feo a los globos para que no los infle y salió corriendo con el condón a la
sala donde estaban los amigos de su abuelo y de su padre sin parar de
vociferar.
- Abuelo, el tío Nat es un malvado no quiere regalarme un globo – y
le mostro el condón desenvuelto – y le puso algo
feo para que NO lo infle, esta wacala sino me crees, pruébalo – y le metió el supuesto globo a la boca
para risotada de todos
Al
recordar aquello Lothar puso mala cara fue el peor momento de su vida pues
Ethan lo agarro de la oreja y lo saco de allá a punta de nalgada entre reteadas
y vergüenza ajena.
- Te dije PLAS PLAS PLAS – sonó
el pobre trasero de Lothar mientras trataba de esconder el culete de la mano de
papá que ya lo había acomodado sobre su rodilla –
que no entres a fastidiar a Nathan
- Maaaalo maaaalooo – gritaba
metiendo la manito en el poto – auu, auuu
malvaaado
- Malo no, Lothar… PLAS
PLAS PLAS… Nathan tiene que estudiar y hacer su tarea, PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS ¿quieres
que el abuelo lo castigue? – y él contestó enojado en cuanto papá lo
incorporo
- SIIIII porque él es EGOISTAAA BUAAA – se
puso a llorar a moco tendido, quejándose – no quiso
compartir conmigo sus globos nuevos y porque tu me estas pegaaando EN VEZ DE
REÑIRLE A ÉL – y se abrazó a
su padre y a Ethan no le quedó otra que explicarle que aquello no era un globo
sino una especie de medicamento, sí, eso fue lo que le dijo, de todas las mejores
explicaciones se le ocurre decir la más tonta
- Lothar, eso no es un globo – le limpio su nariz
buscando las palabras adecuadas – es como un
escudo, un disfraz de medicina, sirve para proteger a las personas de no
contagiarse algo – y Lothar
dejo de llorar, él quería saber cómo funcionaba aquella fantástica medicina …
wauuu, un disfraz elástico y de colores tan brillantes, porque no se creería
que era pinchar, no tenía agujas, ni para comérselo pues no tenía el típico
sabor a chicle de sus jarabes para la fiebre
- ¿Y cómo se usa? – pregunto frotándose
el traserito – porque no te voy a creer si me dices que
es para pinchar o para tragárselo, porque no tiene agujas y sabe feo – hizo
una arcada – wacala
- NO, no es para pinchar – soltó sin pensarlo
sorprendido de la lógica de su hijo – y tampoco se
come Lothar, se pone en el pene – y tras decir aquello se dio
cuenta del lio en que se metió y que Lothar lo hostigaría de preguntas buscando
la respuesta que satisfaga su curiosidad, y empezó a pensar en cómo cortar aquello
o tener que hablar de las habichuelas y los niños, pero Lothar resolvió el
asunto con una de condorito
- Y porque no me pusiste a mi uno, así no me habría enfermado de varicela, de gripe ni de diarrea y no me habrían pinchado nunca, eres MALVADO
Y se
dio la vuelta enojado con su papá y no quiso hablarle en toda la noche pues
estaba convencido que de usar eso a él no le daba nada…
- ¿Ah, Si?, ¿cómo qué?... ¿comprar preservativos para inflarlos como globos?
- Ese es un
golpe de rata, muuuy bajo Nathan – contesto Lothar – así que
olvídate de que te ayude – agrego pensando en ir a buscar las ollas
de la abuela pues tenía hambre
- Perdón,
perdón, perdón – agrego Naty aun entre medias risas
impidiendo que se vaya – sí, ha sido muy bajo, ¿me perdonas hermanito lindo? – apretó
la tecla adecuada – pero fuera de broma Lothar, de verdad necesito tu ayuda
– y miro la hora – ¡joder! ya es tarde ya debería estar allá… ¡cómo es
Lothar!... ¿me vas a prestar o no el dinero?
- Pero… es que
si se enteran que saliste sin permiso y YO te ayude a mí más me freirán en el
sartén, y yo no voy a arriesgar mi trasero por tu chica – tenía
lógica, así que como no tenía con que sobornarlo, Nathan decidió jugar con el
lado sentimental del drama, poniendo cara y voz de victima
- Bueno está
bien te contare la verdad, necesito encontrarme con Ignacio para ir a casa de
un amigo suyo que es médico – lo miro fijamente para que
no dude –
tiene que darme un certificado para justificar mis faltas a la U, no he ido a
pasar clases desde que deje la casa y el papá no lo sabe – uso el
papá para referirse a Ethan ya que cuando se trataba de Mikel, todos los chicos
le decían papá Mikel – y si se entera va a matarme – se encamino a
la cocina con él muchacho tras suyo – y luego el abuelo picara mi cadáver y lo tirara al
callejón para que se lo coman los bobis (perros) – agrego con cara
de Oscar al mejor drama y Lothar tradujo sus palabras al lenguaje vulgar… papa
dejara en coma mi trasero y el abuelo le dará el tiro de gracia para que muera
de una vez
- ¡WAUUU!, te
has faltado a la ¡U!... – grito como si fuera la
travesura más genial de todas para luego agregar dramáticamente – te van a ¡machacar
el trasero! – y aplasto su puño sobre su palma abierta, demasiado
grafico incluso para él – y ahora que tienes dos papas PEOR – para él,
Mikel seguía siendo el papa de Nathan pero también lo era su padre, Ethan y eso
solo significaba DOS problemas muy gordos y Nathan prefirió no discutir ni
decir que pasaba de ellos, y aprovecho la inocentada de su hermano en este asunto
- Por eso
necesito tu ayuda, no quiero que me peguen – era
mejor hacerle creer que el miedo lo cagaba
– sino pues… no saldré de casa hasta graduarme
- Ya… te presto,
perooo no tengo todo el dinero en mi alcancía, lo tengo en el banco – y
Nathan se acordó de que Lothar era muy precavido con cuestiones económicas y a
diferencia de Uther que tenía un chanchito de barro donde poner sus monedas y
el cambio de su mesada, Lothar hacia un cálculo mensual de sus gastos y el
resto lo metía al banco para ganar intereses, para él un peso era un peso de
peso – ¿porque
no esperas hasta mañana?... el banco ya está cerrado, además no creo que este
abierta la U hasta esta hora – dijo con total lógica
- No puedo
esperar hasta mañana, tiene que ser hoy, este médico que es amigo Ignacio se
está yendo a provincia y el cuate necesita dinerito extra y pues queremos
cerrar un negocio que nos conviene a ambos – le
dijo y Lothar cayó en cuenta
- ¿VAS A COMPRAR
UN CERTIFICADO DE MENTIRA? ESO NO ES LEGAL – lo
miro como si fuera el villano de la peli – la Universidad podría enviar a alguien para averiguar
si el certificado es de verdad como en el cole – él tenía fresquito
en el trasero el asuntito ese de falsificar certificados médicos con la paliza
que le dio papá Mikel y Nathan recordó el incidente
- No lo harán
Lothar porque el certificado es auténtico – y
quería reírse de la cara de susto solemne que tenía su hermano – con firma y
sello de un médico de verdad – no pudo evitar agregar aquello
acordándose del auto diagnostico que Lothar se dio – por eso debo ir ahora para conversar con
él y quedar en un acuerdo – se sentó en el mesón de la cocina con
aire preocupado
– pero no lo hará gratis, está
vendiéndome un servicio solo por dos cosas – y elevo 2 dedos para
enfatizar su confesión – la íntima amistad que lo une a Ignacio y la pobreza
franciscana en que todo medico egresado se ve, cuando sale de la U, ¿me
entiendes? – y Lothar se vio en un apuro
- Pero, es que
yo no tengo todo ese dinero en el bolsillo – y
saco el forro de los mismos, vacíos
- Mmm – Nathan
se desinflo, parecía que las cosas no estaban a su favor, pero decidió exprimir
hasta lo último –
entonces estoy muerto, ¡bien muerto!, ¿qué voy a hacer ahora, a parte de perder
el curso en la universidad? – y se sentó en su silla en el comedor apoyando
su cabeza en sus manos con total aire de tristeza, y Lothar preocupado pregunto
- ¿Acaso no
puede ir el papá a hablar con el director de la U? – ingenuo
- En la U no hay
directores y no somos niños Lothar, cada uno debe asumir su responsabilidad,
nadie te dice nada, nadie te dice porque faltaste o no, simplemente pierdes el
año y repites el curso en la próxima gestión… mierda y ahora qué hago, ni
siquiera puedo salir – agrego preocupado – no tengo ni
un maldito quinto en el bolsillo – y como Lot saco el forro de los
suyos
- ¿Y si te
consigo el dinero? – propuso aun cuando una duda
lo mordió
- Pues te
estaría eternamente agradecido Lot porque si logro comprar ese certificado
poder recuperar clases, mis exámenes y no perder el año – contesto
Nathan con un suspiro y cara de tristeza
- Y así los dos
matones no te machacan – agrego él pensando en su
padre y abuelo, porque en la lógica de Lothar aun cuando Ethan era su padre
biológico el abuelo seguía teniendo los mismos derechos de siempre, algo que
Ethan, Mikel y Nathan no lo tenían tan claro
- Si Lothar… es
mi única forma de salvar el pellejo, sino ¿te imaginas? Estarán todo el día de
todos los días riñéndome – y empezó a imitar la voz de
su abuelo – eso pasa por vago… por eso no hay que faltar
a clases… estas castigado todo el año – y eso a Lot le pareció
terrible porque recién estaban en mayo – te quedas sin mesada, ayudaras a lavar los platos a la
mamá, y seguro la mamá me dirá, no jovencito aquí no te quedas sin hacer nada –
imito la voz de Miranda – vaya a lavar su
ropa, a planchar sus camisas, a doblar sus medias… ESTOY JODIDO LOTHAR y si a
eso sumamos que soy además tu hermano, Ethan – levanto las cejas en
una mueca incrédula – pues cobrara todos sus derechos paternales y los
intereses totales en uno solo… pero a mi pobre trasero
Agrego
y parándose se fue a su habitación tirándose en su cama dejando el móvil de
Lothar, debía pensar en otra cosa por si acaso el plan este no funcionaba y a
los pocos minutos entro Lothar y se sentó en la cama de Nathan marcando él
mismo, el fono de Ignacio
- Hola Nacho…
soy yo claro el mismo galán que viste y calza y se lleva a tus pollitas – dijo – aquí te paso
con Nathan – y Nathan se dio la vuelta como en un resorte mirando
sorprendido a su hermano menor
- Hola Nacho
- Hola, como es….
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