martes, 19 de abril de 2016

MIs Gemelos: Cap. 3; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Abril de 2016.
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Capítulo 3

No hay dos sin tres 

Autora: Marambra


Al llegar a casa ambos con una polera encima y claro Alexander hipando todo el camino y dejando caer sus lágrimas de rato en rato recordando la humillante paliza, y es que recién acababa de percatarse que su hermano y aquel hombre ajeno a ellos fueron testigos de su desgracia; apenas pusieron un pie en la entrada de la casa escaparon despavoridos como alma que se lleva el diablo en dirección a su habitación, Clara al oírlos correr salió a ver qué pasaba, pensando que causarían algún destrozo pero al verlos semidesnudos y a uno de ellos con huellas de llanto en la cara,  decidió ir a consolarlo cuando Rubén la atajó.

  • Aun no termine con ellos Clara, así que no subas todavía – advirtió mirándola seriamente mientras caminaba en dirección a los muchachos, agotado, sudoroso y aún con el sombrero puesto en la cabeza
  • Pero…. – hizo una pausa y al ver que Rubén no contestaría el coraje se apoderó de ella reclamando un derecho fundamental, el derecho de ver a sus nietos – No me puedes impedir que vaya – dijo avanzando hasta llegar a él, oyendo los sollozos de Alexander – ¿qué hiciste?, ¿cómo pudiste? – pregunto ante las pruebas de su delito
  • Pude y lo volveré a hacer – aseguró cogiéndola de los codos – así que quita esa cara de enojo, habíamos quedado que no intervendrías en los castigos que se ganen – le recordó muy sabiamente – no volveremos a lo mismo, ninguno de ellos es Logan, son los hijos de Logan – dijo como si aquella frase lo explicase todo 

Y se giró dándole la espalda a su mujer, mientras Clara se quedó parada ahí muy afectada porque quería consolar al muchacho, pero aun cuando estaba enojada y frustrada, sabía que era lo mejor, fue algo que habían discutido como pareja, y aunque no le gustara los métodos que a veces Rubén utilizaba, sabía que jamás los lastimaría…
Ya en la habitación que ambos gemelos compartían, Alexander se encerró en el baño para terminar de llorar su triste pena, su impotencia pero sobre todo su vergüenza, en eso entro su abuelo y encontró a Iván sentado en la cama sin saber qué hacer.

  • Dónde está Alexander? – pregunto mirándolo fijamente como si quisiera escudriñar en su cabeza e Iván, instintivamente dijo la verdad, no le gusto la forma en que su abuelo lo estaba observando, le daba un poco de miedo, un miedo que se iría perdiendo con el tiempo, cuando aprenda de a poco que no era que Rubén lo taladrara con los ojos, sino que era el color azul de su mirada lo que confundía a la gente
  • En el baño Señor – respondió con voz muy baja, pero lo suficientemente alto para que su interlocutor lo entienda
  • Báñate de una vez y bajas a comer – ordenó Rubén a Alex, apenas este abrió la puerta del baño asustándose de la presencia tan intimidante de su abuelo – y tu jovencito, ven aquí – ordenó a Iván mientras salía de la habitación y se dirigía a su dormitorio e Iván lo siguió como cordero al matadero, con la cabeza agachada y empezando a llorar por el miedo que le invadió
  • Déjalo por favor, suplico Clara a ver la cara del muchacho compungido – entendiendo lo que iría a pasar
  • NO! – respondió enérgico, bajando el tono al darse cuenta que Clara estaba preocupada   –  no te metas por favor, deja que aclare las cosas con este crío – respondió

Ya en la habitación del abuelo, este cerró la puerta y Rubén ordenó dejarla semiabierta, para que Clara entre cuando quiera y vea que no lo estaba matando y así fue, luego sentándose en la cama cogió al muchacho y acomodándolo sobre sus piernas le dijo.

  • ¿Sabes  por qué estás aquí?
  • Sí – respondió Iván sollozando pero sin moverse apenas
  • ¿si qué? – pregunto el abuelo empezando ya no más a estampar su palma sobre la ropa del muchacho con algo de fuerza, total no era un bebé –  PLAF
  • Si señor – murmuro Iván de puro instinto, cosa que no le gusto a Rubén no quería que lo vean como aun ajeno, pero vamos, era un ajeno todavía
  • Porque estás aquí conmigo – pregunto el abuelo  e Iván se callo bajando la cabeza avergonzado, tenía una idea pero la sola idea lo avergonzaba, no le gusto ver lo que le paso a su hermano en la playa, pero ya no mas sintió el disgusto del abuelo en la pierna, es que a Rubén no le gustaban los alargues era un hombre práctico y de hacer las cosas sobre la marcha –  plaf PLAF plaf plaf plaf
  • mmm hhggg – Iván procuro morder su angustia y apretó la boca lo mejor que pudo, es que cada palmetazo del abuelo era un aguijón clavado, y no quería saber cómo sería sentir eso mismo sobre la piel desnuda, como lo experimentó su hermano
  • ¿Te hice PLAF PLA PLAF PLAFF una pregunta? PLAF PLA PLAF PLAFF – le recordó Rubén una vez más sin dejar de azotar, iba a dejar una buena impresión de su mano en el trasero de su nieto, porque no tenía intención de parar aquello hasta que obedezca, esto no era por solo salir al río, era por desobedecer una orden directa – plaf plaf palf plaf plaf PLAF PLAF PLAF
  • auuu AUUU YAAA ayy ayyy – era claro que Rubén estaba empezando a resquebrajar la obstinación del niño, era cuestión de un poco más para lograr su objetivo
  • plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf PLAF PLAF plaf PLAF
  • BUAAAAAAAA PORQUE  BUAAAA  AYYYY AYYY   FUI AL RÍO AY AY AY AYYYYYYYYY SIN PERMISO

Y sin más el abuelo le bajó el bañador y empezó a azotar  de nuevo el ya rojo trasero del niño, fueron 6 duros azotes los que llegaron justo donde se unen los muslos con las nalgas lo que claro arrancó unos gemidos gritos, pero lo que al abuelo sorprendió fue lo dócil que se mostró Iván en todo momento, aguantando hasta donde pudo sin quejarse primero, pataleando si cuando empezó a picar, gritó también cuando el dolor fue malo, pero a diferencia de su hermano no intentó zafarse o protegerse.

  • Ya Iván ya paso hijo – agregó sobando el trasero del adolescente mientras le subía la ropa, cortando el contacto en ese punto, creyendo que no lo querría a su lado como no lo quiso Alexander – te darás un baño y bajaras a comer  – indicó torpemente, como casi todo en él en materia de adolescentes, pero Iván en un intento desesperado de consuelo y perdón no pudo evitar coger la mano que lo azotó y al sentir esto el abuelo se dio la vuelta y lo abrazo infinitamente como tantas veces quiso abrazar a su hijo……  como quiso abrazar a Alexander – ¡oh! mi niño – dijo sin pensar, las palabras vencieron su propio pensamiento – ya está todo perdonado, daremos la vuelta a la página –  le enjugó las lágrimas con cariño – empezaremos de cero la tarde – y lo beso

En eso entro la abuela e hizo lo mismo… consolarlo pero ninguno se dio cuenta que Alexander había observado la escena, la escena del abrazo, del beso y de los mimos, y sin decir nada se dio media vuelta con un revoltijo de rencor en el corazón y se tiró a la cama a llorar. Rubén y Clara empujando un poquito a Iván lo enviaron a la ducha de su habitación, tenían que aclarar las cosas con Alexander, pero en vez de eso estalló una hecatombe; cuando ambos entraron encontraron a Alex boca abajo llorando sobre su cama, pero no era un llanto de dolor físico, sino de un dolor de soledad.

Rubén se había acercado a abrazarlo, pero fue rechaza lo que encontró, Alexander era como un muro, eso dolió mucho al abuelo, era repetir la historia, siempre que había una discusión con Logan o un castigo terminaban ambos más enojados uno al punto del colapso y el otro muchas veces con más de un azote en el trasero, pero no quiso insistir en el contacto físico, temía estar forzándolo y temía volver a ponerlo boca abajo, pero aunque sus esfuerzos fueron vanos, eso fue justamente lo que se ganó cuando al intentar Clara abrazarlo este la empujo sin fijarse que no era su abuelo.

En un momento dado y sin saber cómo estuvo de nuevo boca abajo sobre las rodillas de Rubén, le bajó el pantalón corto que llevaba sin desnudar sus nalgas y le propinó sonoras nalgadas

  • No voy a permitir que trates así a su abuela plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf PLAF PLAF
  • DEJALO, DEJALO NO ES NADA – gritó Clara, pero Alexander prefirió morderse la boca antes de gritar, poco le duró porque los manotazos del abuelo eran tan fuertes que pronto estuvo de nuevo chillando
  • YAAAAAAA, AAAAYYYY AAAYYY AAYYYYYYYY PARA, PARA POR FAVOR ABUELITO, PARA, NUNCA MAS, NUNCA MAS BUAAAAAAAAAAAAAAAA
  • PLAF PLA PLAF PLAFF  NO VOY A PLAF PLA PLAF PLAF TOLERAR ESE COMPORTAMIENTO –  Tres duros golpes más sentó al nieto sobre sus rodillas  – ¿ME HAS ENTENDIDO?
  • BUAAAAAAAAAAAA SI, SI, ENTENDÍ, ENTENDÍ BIEN

Y abrazo al nieto consolándolo, pero Alexander estaba rígido como una tabla, no respondió al abrazo, ni al consuelo solo lloraba mirando el suelo, Rubén desesperado hacia el intento que romper esa barrera pero era impenetrable, Clara se unió al abrazo y Rubén angustiado por el comportamiento del crío lo paso a brazos de su abuela, ella lo llenó de besos y poco a poco logró calmarlo.

  • Ya mi sol todo está bien, ya acabo, ya termino, no llores más yo te amo

Y Alexander abrazo a su abuela y se dejó amar.



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