Palabra empeñada
Coescrita: Little Hoshi y Marambra
Mientras tanto en casa de su amigo, Wally no se
levantó hasta pasadas las once de la mañana. Pero lo que más sorprendía a Dick era
el hecho de que nadie subiera a despertarlo. Vale que fuera sábado y no era
necesario madrugar tanto, pero Wally había perdido casi toda la mañana; ¿y es
que sus tíos no tenían curiosidad si su sobrino seguía vivo, o qué?, entonces
recordó un tiempo pasado en el cual sus padres y ellos solían despertarse a
esas horas y su vida era algo más distendida y relajada en algunos aspectos y
muy estresante en otros. Las funciones solían acabar tarde, y aún después tenían
que recogerlo todo para la función del día siguiente. Pero desde el primer
momento que puso el píe en la mansión Wayne todo cambio, absolutamente todo y
tuvo que adaptarse a la formatan rígida y monótona de vivir de Bruce y de
Alfred, que casi nunca, por no decir nunca se salían de la raya, era como si TOOOOODO
lo que hacían en la mansión estuviera programado, había horarios para todo, un
lugar para todo, una forma para todo.
Aunque visto en retrospectiva, si bien le costó un poco enseguida se
acostumbró, y debía de reconocer que estaba bien tener unas rutinas, quiéralo o
no, eso hacía que se sintiera más seguro. Pero Bruce había tensado esa cuerda
demasiado, y cualquier acróbata sabe lo que pasa cuando una cuerda se tensa más
de lo debido. O se rompe o no vuelve a ser elástica nunca más y a esa
conclusión llegó cuando sus hermanos llegaron a su vida. Bruce se saltaba un
montón de reglas por ellos.
Durante ese tiempo también pensó en
Jason, en Tim, los echaría de menos muchísimo no había duda. Y aunque sonara
extraño también extrañaría sobre todo a Alfred, porque en esos tres años que
vivían juntos, había llegado a quererlo mucho. Era como un amigo, las cosas que
a Bruce no podía contar, se las contaba sin temor o reserva a Alfred, porque
Alfred lo escuchaba sin juzgarlo jamás. Era su confidente, o eso pensaba él.
Hasta eso se hizo ya el medio día y tras
mucho pensarlo decidió que era hora de tomar en sus manos las riendas de su
vida, así que decidió despertar a su amigo y encaminar un nuevo plan de acción
en función a la disponibilidad de Wally.
- Hey Wally – lo sacudió un poco por el hombro para que despertara, lográndolo en el quinto intento, ¡vaya joda!, Wally era una bestia roncando, podía caerse el techo sobre su cabeza y el feliz en los brazos de Morfeo – WAALLY YAAA… DESPIERTA
- AJJJJJ ¿Qué? – abrió un ojo pesadamente enfocando su
entorno – ¿Qué paaasa?
– Musitó con la voz rasposa
- Es medio día Wally – dijo Dick mostrándole la hora lo que a
Wally casi lo mata, aun faltaban 4 horas de sueño
- ¿Y qué hay con eso
Dick? Anda, vuelve a la cama es aún muy temprano – contestó Wally girándose de nuevo
frustrando a Dick – No, no puedo Wally… Bruce ya está
como loco, está llama que te llama y enviando mensajes cada vez más subidos de
tono
- Que es tu padre, man
¿Pero cómo van a ser subidos de tono? ¿estás borracho o qué? – preguntó Wally pensando que eran
mensajes sexuales, es que eso de subido de tono sonó a eso
- ARRRGH, ¿sabes qué?
– dijo Dick exasperado – déjalo ¿sí?, no se puede conversar
contigo sin que tengas que meter el sexo de por medio, ME MARCHO… gracias por
todo – espetó y alzó su mochila encaminándose a
la puerta y eso hizo reaccionar a Wally
- PERO QUE IDIOTA ERES
¿COMO QUE TE MARCHAS, ESTÚPIDO? – gritó Wally creyendo que Dick estaba
jugando, pero cuando vio a su amigo tirar la mochila a su espalda, se puso en
alerta saltando de la cama como un poseso corriendo tras Dick, que más decidido
que nunca ignoró por completo a su amigo y abrió la puerta principal siendo
atajado por Wally de puro milagro –
¡OOOOHHH VAAAMOS DICK! – chilló inicialmente en tono de broma con
una sonrisa en la cara, pero al ver a Dick con los ojos húmedos, frenó en seco
cualquier comentario estúpido que pudiera herir a su amigo – no te pongas así… hombre – le decía mientras lo abrazaba y Dick por
fin lloró, estaba realmente confundido y perdido
- Es que no se qué
diablos hacer Wally, no sé que haaacerr sniiifff snifff – sollozaba acongojado realmente – ¡diablos! estoy
aterrado – confesó – no tengo dinero Wally ni para desayunar – sino
fuera por Jason realmente seria así – y no he comido nada desde ayer tarde, no sé dónde ir, y
no me puedo quedar aquí contigo – le dijo
con los ojos anegados de llanto, limpiándose la nariz y tratando de controlar
la boca que no paraba de temblarle – Bruce esta llama
que llama y seguro que ahora mismo está en camino y vendrá a hacer un escándalo
te lo aseguro – manifestó su peor pesadilla. En esas pocas horas que estuvo
esperando a que Wally despertara tuvo tiempo de volver a oír y leer todos los
mensajes de su padre y ninguno de ellos sonaba prometedor, en ninguno le llamó
"hijo" ni por desliz. Todo era Richard Grayson por aquí, Richard
Grayson por allá y amenazas y más amenazas, y todo eso genero un nudo en la
boca del estómago – debo marcharme, tengo que ir a la estación de trenes o
buses y tomar el primero que salga – declaró con pánico en la voz
- Pero ¿y la fiesta? – ¡oh!, por Dios… Richard parpadeó un
montón de veces para enfocar nítidamente la cara de su amigo, ¿cómo era posible
que sea tan insensible?, ¿cómo era posible que a le importe solo la fiesta?, ¿cuándo
él estaba con el estrés en su máximo culmen?
- A LA MIERDA LA
FIESTA WAAAALLY, HAZTE A UN LADO, IDIOTA – lo empujó y salió rajando de allá y
Wally recién se dio cuenta de su tremenda torpeza y corrió sin calzados hasta
dar con él antes de que montara al ascensor
- Mierda – repitió en voz baja – ¡¡¡DIIICCCKKK!!! – y por segunda vez atajaba su huida
- SUÉLTEME IMBÉCIL… LO ÚNICO QUE TE IMPORTA ES ESA MALDITA FIESTA, HAZTE A UN LADO
- NO ES CIERTO TAMBIÉN
ME IMPORTAS TÚ – lo abrazó – te voy a
ayudar, pero no así, estás y estoy con hambre, primero vamos a comer y luego a
trazar un plan de acción – le dijo seriamente y ante la duda de Dick, agregó – Vamos, Dick se razonable, no puedes irte con la cabeza caliente, tienes
que tener un plan y tener aliados en el camino… ¡contactos!, y para eso
necesitamos del resto – le susurró al oído y Dick levantó la vista alarmado
- ¿Cuál resto?
- La tropa, tonto – le dijo con una sonrisa quitándole la
mochila y volviendo a conducirlo a su departamento
- Pero yo no quiero que nadie lo sepa
- Dick – dijo serio Wally – tenemos un código de honor entre
nosotros, todos nos cuidamos las espaldas pase lo que pase ¿si o no? – le preguntó y Dick lo miró atentamente – todos nos ayudamos
porque somos amigos, así que si tú decisión es marcharte de casa, por lo menos
tienes que mantener contacto con nosotros y nosotros moveremos redes – dijo como si aquello fuera fácil de
hacer, pero en su desespero Dick se dejó convencer – así que mi amigo, tú y yo volveremos
al departamento, me visto adecuadamente, hago algunas llamadas y luego vamos a
comer y planificar esto, tienes que saber por lo menos a donde ir y si
realmente te pones a pensar, te darás cuenta que necesitarás de alguna ayuda
extra, venga Dick, aquí el genio eres tú.
Y con aquello se dejó convencer,
efectivamente Wally cumplió su palabra, hizo un par de llamadas puntuales con
la palabra Reunión de emergencia. Eso fue suficiente para que una tropa de 10
muchachos se pusiera de acuerdo para verse en la cafetería de Mama Cockie.Reunión
que se celebró cerca de la tres de la tarde, porque antes de que los muchachos
se sentaran a escuchar todo lo que Dick tenía que decir, Wally tenía que
ocuparse de un asuntito de vida o muerte, desahacerse del GPS de teléfono de DIck…
Una vez halló la forma de anular el GPS Ya podían ir donde quisieran.
En Mama Cockie, Dick les contó su
versión de los hechos. Aunque para ser precisos deberíamos decir que Wally les pintó
todo como una aventura rebelde, donde Dick había decidido probar su hombría a
la manera más salvaje que se pueda hacer. Montando un viaje por todo el
territorio nacional, haciendo uso de cualquier medio de transporte y que para
llevar a cabo aquel cometido se necesitaba apoyo logístico. La cuadrilla estaba
formada por todos chicos de la edad de Dick y Wally, así que claro que todos
celebraron la ocurrencia y se pusieron en campaña para obtener dinero en pro
viaje aventura de Dick. Lo habían planteado como algo así a la experiencia de
un chico, sobreviviendo por sí mismo en una selva de cemento, todos ellos
serían partícipes de la aventura de Dick a medida que fuera colgando sus
peripecias en el muro de su nuevo (y creado para la ocasión) perfil De
Facebook.
Y cuando estaban celebrando la
emancipación de Dick entre botellas de coca cola y grasientas hamburguesas; a
las dos horas más o menos de la desaparición del GPS sonó el fono de Wally,
haciendo que el corazón de Dick se acelerase. Era Tío Barry preguntándole sobre
Dick. Bruce, finalmente tuvo que rendirse, no había podido mantener su palabra.
No podía seguir esperando más a que Dick tomara la decisión correcta de
regresar, confiado que lo haría guiado por su personalidad, pensó que se daría
cuenta por si solo de la tremenda estupidez que había cometido. Su paciencia y fe
en Dick se había ido esfumado a medida que pasaban las horas. Se había pasado
el día con el teléfono enganchado a la mano, sin siquiera poder almorzar en
calma, ni poder disfrutar de la compañía de sus otros dos hijos. Antes de
llamar a Barry y acabar con esa tontería, decidió darle una oportunidad más y
volver a llamar al mocoso, obviamente sin obtener respuesta alguna. Así que
llamó a casa de Barry pero nadie atendía el teléfono, tras varias llamadas sin
respuesta, se encerró en la baticueva a pensar en qué hacer con su hijo mirando
el monitor apagado. Al cabo de un rato recordó el GPS incorporado al teléfono
del muchacho, pensando en que, si no podía comunicarse con él, por lo menos podría
vigilarlo. Mientras su retorcida mente buscaba la forma de hacerse con el
castigo ejemplificador que usaría sobre DIck en cuanto pusieran los pies en
casa. Un castigo que ya de paso sirviera para persuadir indirectamente a sus
dos hijos pequeños de cometer en un futuro ese mismo error
Bruce se quedó ahí abajo, horas y horas
divagando en lo mismo. Caminando de un lado a otro, como un león enjaulado,
tratando de descifrar la clave de porque estaba Él encerrado en una jaula,
mirando de rato en rato el GPS del teléfono de su hijo. Se sentía como un
felino en un zoológico que mira a los visitantes como posibles presas y busca
el momento preciso de lanzarse a su yugular. Ahí estaba él, siguiendo todos los
movimientos de Dick a través de la pantalla. Pero solo era un punto luminoso
inmóvil en el monitor. Estaba en casa de Barry, seguro que pavoneándose con su
amiguito. Podía ver perfectamente a Wally y a Dick riéndose de él. Aunque
permaneció enfadado Bruce, inicialmente, estaba en un estado de relativa
tranquilidad. Tenía que admitirlo, que Dick estuviera en casa de un amigo y no
se hubiera fugado a Tijuana eso en parte lo aliviaba, porque su hijo estaba en
la misma ciudad y con alguien conocido. Él por lo menos sabía que su hijo había
pasado la noche en una cama decente, seguramente desayunó ya y seguro estaría
almorzando. Por lo que aquello, al fin y al cabo, no pasaba de ser un infantil
berrinche que tocaría pagar con el culo al aire como un infante.
Bruce debía de reconocer que aun cuando
no confiaba mucho en Barry por su reputación de llevar todo light en la vida,
sin dar señales de poner el más mínimo freno a los desmadres de su sobrino
Wally. Más bien era de celebrar sus tonterías. Le agradecía aquel gesto de
tener a su hijo bajo su techo, pero sin poder dejar de reprocharle el hecho de
que aún no hubiera obligado a su hijo a hacer una llamada a casa, o llamarlo él
para decirle que su Dick estaba bien ó llamarlo a Él mismo para preguntarle porque
el muchacho apareció en su casa a semejante hora en la noche. Pero conociendo a
Barry seguro estaba celebrando aquel descalabro de Dick instándolo a soltar la
melena como solía decir. Pero Barry era un adulto, Al menos la mayor parte del
tiempo, quizás estuviera charlando con Dick, intentando que el muchacho entrara
en razón e hiciera Lo correcto: Regresar a casa, disculparse y asumir el
castigo bien merecido.
Al fin y al cabo esa reputación de
Barry, bien podía estar errada como la suya.
Una reputación que ante la gente predicaba que Bruce no era más que un
maldito play boy que le valía una mierda los sentimientos de todas las mujeres
del mundo mientras las tenga en su cama para su propio placer… pero él podría
poner sus manos sobre una biblia ardiendo de que hacía años que no llevaba
mujeres a su casa por respeto y consideración no solo a sus hijos sino a Alfred
y a sí mismo. Aunque cuando adopto a DIck, hacía ya tiempo que había abandonado
ese tipo de vida, entonces se hizo la promesa que a partir de aquel día también
ante el público mantendría su reputación intachable, lo mismo que sus modos,
para que su hijo no se sintiera jamás avergonzado o apabullado por sus actos.
Bruce miró el reloj se había pasado gran
parte de su tiempo encerrado en la maldita baticueva, mientras se debatía entre
ir o no ir a buscar a Dick a casa de Barry. El grado de ofuscación era tal que
no se le pasó por la cabeza llamar a Barry directamente a su móvil y ponerlo
sobre aviso de que Dick había huido de casa y que lo retuviera a salvo en ella hasta
que decidiera que hacer con él. Y fue entonces cuando todo sucedió, de repente el
mundo se le vino abajo.
Fue en fracción de segundos que de
pronto la señal desapareció de su radio, Wally acababa de manipular el teléfono
de Dick con un aparatito que enloqueció el GPS enviando señales en todas
direcciones mientras ganaban tiempo antes de reunirse en inmediaciones del
Casino junto a los otros muchachos en la cafetería. Wally que podía ser un
cabrito cuando se lo proponía, volvió a activar el GPS justo cuando salía un
vagón de tren, usando su super velocidad Wally se las arregló para colocar el teléfono
de Dick en la mochila de un niño de 3 años que jugaba distraídamente con un
peluche mientras su madre miraba la mamadera de un par de mellizos que
decidieron llorar a duo reclamando leche. Dick, ni nadie, se percataron de la
jugada, Wally sonrió, le pasó el brazo por encima y caminaron hacía el pasillo
que subía para hacer el intercambio con los tranvías.
Fue entonces cuando Bruce se dio cuenta
que la señal iba por las vías del tren que el alma se le salió del cuerpo. Su
hijo había tomado un tren, estaba huyendo, realmente huyendo de su lado. El
susto fue pánico cuando reconoció que tomaba la vía internacional. Se golpeó en
la frente, él por estúpido, por su ego más grande que Júpiter, por su enojo y
su cabezonería se había quedado en casa, haciéndose el orgulloso y el ofendido
esperando el momento adecuado de ajustar cuentas con su muchacho, en vez de
salir como cualquier otro padre y traerlo a casa sea con un abrazo o un azote. Estúpido,
estúpido y más estúpido, se recriminaba, acababa de permitir que su hijo saliera
de su radio de protección por pura cabezonería y prepotencia…
- AAAALFREED – gritó a voz en cuello, pálido y bruto ante lo sucedido – AAALFRED RÁAAPIDO
- ¿PASÓ ALGO, SEÑOR
BRUCE? – Alfred se materializó como por arte de
magia en la baticueva aun con la charola en la mano
- PREPARA EL COCHE VOY
A LA ESTACIÓN DE TRENES Y A LA POLICÍA – dijo mientras buscaba una foto de Dick
para imprimirla y entregarla por internet a todas las estaciones de tren, buses
aeropuertos y dónde diablos sea
- ¿QUÉ PASÓ? – aquello tomó por sorpresa a Alfred
- DIIICK… SE HA IDO – gritó y luego se dejó caer en la butacón
como vencido –
se ha ido, mi hijo se ha ido – repitió mirando a Alfred con la mirada
perdida – debí ir a buscarlo, debí salir esta
mañana en cuanto supe que estaba en casa de Barry, no debí quedarme aquí a
mirar como un idiota esta estúpida pantalla – se recriminaba – mierda, ¿qué voy a hacer ahora?
- En primer lugar no
perder la calma – le dijo manteniendo la calma. Alfred
puso su mano sobre el hombro del abatido hombre que tenía ante él. Alfred sabía
cómo estaba Bruce ahora mismo, podría jurar que su corazón estaba latiendo a
mil por hora y que su cabeza se estaba sumiendo en un mundo de pensamientos a
cual más nefasto o negativo… Pensamientos nada menos que de un padre asustado
por no saber del paradero de su hijo, si lo sabría él que se hizo un mundo
cuando Bruce se fue a Tijuana y en todas sus desapariciones posteriores –
y ponerse en contacto con el tío de Wally o con Wally mismo…
Bruce llamó desesperado a Barry para ver
si él sabía algo de su hijo, obviamente Barry no tenía ni idea de lo que pasó porque
no estaban en casa, sino de viaje con su mujer y habían dejado a Wally por
aquel fin de semana, y éste no los había llamado para nada, así que él se
ofreció para llamar a Wally y averiguar que sabía al respecto. Aunque lo que
realmente hizo fue ponerse su traje de Flash para ir en un abrir y cerrar de
ojos a su propia casa a chequear si estaban ahí aquel par de bobos.
Al ver que la casa estaba vacía, tomó su
teléfono, esa noche Dick no sería el único en dormir sobre su estómago. De ahí
la llamada que recibió Wally quien obviamente tras oír la voz de cabreado de su
tío prefirió decir la verdad hasta cierto punto. No negó que Dick estuvo en
casa, que Bruce lo había castigado, que habían peleado por la fiesta del
colegio y que Dick decidió huir, que él quiso persuadirlo de volver a la
mansión pero que Dick estaba decidido a marcharse, harto de vivir con Bruce,
(todo esto cosecha de Wally), así que lo acompañó a la estación de trenes con
destino a México, toda esta información fue confirmada por el conserje del
departamento de Barry y las camareras de mamá cockie que vieron a DIck con
Wally y una mochila de viaje al hombro cerca del mediodía.
Todo esto superó a Bruce que no dudó un
minuto en llamar a la policía y poner en alerta a todo el mundo para dar con su
hijo. Mientras que DIck se quedaba bien plantado en un hotel de mala muerte,
con una identificación falsa en la mano, cortesía de todos sus amigos. La
pandilla se las había ingeniado para entrar con él al casino y tras jugar un
par de buenas manos a las traga monedas ya que las mesas estaban vigiladas no sólo
por crupiers que ni borrachos les dejarían jugar sino que también eran
vigiladas mediante cámaras de video vigilancia Pero con las máquinas les bastó
para conseguir lo suficiente para pagar el hotel, la comida y el viaje de Dick
por un mes. Lo suficiente, hasta que se estableciera, Dick no sabía porqué pero
había pensado que debía ocultar a sus amigos el dinero de Jason. Wally y el
resto de la pandilla pensaban que la distracción que montaron con el GPS, les
daría tiempo para que todos ellos pudieran ir no solo a la famosa fiesta del
cole, sino organizar una reunión privada de despedida entre DIck Grayson y Tara
Lorre para que por fin consumaran su amor platónico y lo convirtieran en algo
más real.
Es curioso pero el tiempo pasó volando
para unos y endiabladamente lento para otros. Bruce estaba fuera de sí,
exhausto, agotado emocionalmente, afectado. Había ido de un lado a otro a todas
las estaciones de tren en busca de su hijo pensando en las posibles conexiones
internas que pudo haber hecho siguiendo las complicadas conexiones ferroviarias
y las escasas señales que enviaba el GPS. Bruce se angustiaba considerando todos
los puntos muertos o vacíos que sufría la señal por estar en algún túnel o vía
sin cobertura, todos aquellos lapsus podían ser perjudiciales para dar con Dick
a tiempo, antes de que cruzara la frontera.
Había llamado y llamado al teléfono de
su hijo y siempre terminaba en el buzón de llamadas, obviamente ni el niñito ni
la mamá se percataron de eso, porque Dick aquella mañana había quitado el
volumen del teléfono y no lo había vuelto a activar. Si Bruce no estaba ya de
por sí lo suficientemente asustado porque la señal enviaba erráticos patrones
de movimiento propios de un niño que corre, se quedó sin aliento cuando la señal
murió de repente, en medio de la nada, en el desierto, eso sí hizo que le
faltara el aire. Y es que el niño que llevaba el teléfono abrió su mochila Y
tras jugar con el largo rato lo sumergió en el baño, como si de un submarino se
tratase, y soltó de la cadena, diciendo con su manita bye bye
submarino-teléfono. Ignorando que con ese inocente juego hacía que un padre
aterrorizado hiciera que el mayor despliegue de policías y ejército hasta antes
jamás visto, se movilizaran en busca del muchacho al lugar donde se perdió la
señal. Obviamente sin resultado alguno.
Mientras tanto, DIck en vez de descansar
se sentía muy culpable por todo esto, temiendo que con sus actos hubiera
borrado cualquier rastro de cariño hacia su persona en el corazón de su padre,
de Alfred y del par de mocosos a los que había empezado a tratar y querer como
hermanos. Empezaba a pensar que fue muy mala idea irse de casa de Wally. Pero conocía
a Bruce, cuando se diera cuenta que no iba a regresar él mismo iría a buscarlo
allá. Y no se equivocó, fue el primer lugar a donde Bruce había ido después de
la policía. Pero Barry tras confirmarle lo que su sobrino le había confesado y
comprobar con las cámaras de seguridad del edificio que constataba la salida de
DIck, Bruce tuvo que abandonar la casa con las manos vacías e ir a la mansión
en espera de noticias. Wally prudentemente no fue a buscar a Dick, lo llamó a su
nuevo número de teléfono, en realidad el teléfono del hermano mayor de uno de
los chicos de la tropa que estaba en la Marina y que dejó en casa el móvil
hasta su regreso. Wally se apresuró a explicarle que Bruce vino a buscarlo, pero
que ya se había marchado y que no se preocupara no tenía ni idea de su
paradero. Y que ahora no debía pensar en otra cosa que no fuera ponerse guapo
para Tara e ir a la fiesta… después de todo lo recogerían en una hora más o
menos…
Un fugitivo... pero no era para menos con los esplendidos mensajes que lo único que reflejas es paz y amor jjajaja
ResponderEliminarExcelentes capítulos chicas... un gran padre con tremendos hijos.