martes, 19 de abril de 2016

Mis Gemelos; Cap. 5; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Abril de 2016.
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Capítulo 5

Las mentiras tienen patas cortas Rubén

Autora: Marambra



Rubén regresó a los 15 minutos, el tiempo de espera fue realmente tortuoso para ambos mozalbetes, estaban más que inquietos por tal demora, Iván se dio la vuelta para ver la puerta pero no se movió más que para eso, pero Alexander en cambio no dudo en encaminarse al pasillo aburrido de estar mirando la pared, aquello era absurdo pensaba, pero en el momento de querer escabullirse su abuelo  lo detuvo del brazo.

  • Hey  hey, hey…. ¿Dónde crees que vas?
  • Yooo, yo tengo sed – respondió inicialmente dubitativo como tanteando
  • Ah… Y yo nací anoche – se burló de él
  • Tengo sed – repitió Alex más seguro
  • Pues no te morirás deshidratado por unos minutos, así que adentro

Rubén hizo un gesto con la cabeza y chasqueo los dedos en señal de orden; Alexander se quedó mirando a su abuelo con los ojos encendidos de rebeldía, no era odio, era rebeldía pura y de las buenas, su abuelo apretó la mandíbula en señal de querer controlar algo, Iván  al girarse para ver qué pasaba observó cómo su abuelo tensaba los músculos de la cara y vio ese apretar de los maxilares, pensó que estaba a punto de estallar y que quizás  el efecto secundario también lo salpique, rogando de que no sea así  suplicaba en silencio que Alexander obedeciera; pero estaba equivocado, Rubén si estaba apretando los dientes y aguantando las ganas, pero no de azotar a los chicos o hacer algo encolerizado, estaba mordiéndose por dentro por no reírse en la cara conflictiva que mostraba su nieto, entre obedecer y obedecer, SI, no era el lío de obedecer o desobedecer, sino obedecer la orden de su abuelo  sin chistar, u obedecer sus instintos y seguir sus pasos aun cuando eso le cueste unos buenos azotes en el trasero, porque estaba más que claro, Alexander era digno hijo de su padre y digno nieto de su abuelo, el carácter todo lo había heredado él de ambos, a diferencia de Iván diplomático como su madre y su abuela, que evitaba cualquier conflicto y era servicial y tranquilo; no, Alexander tenía que salirse con la suya, tenía que hacer lo que quisiera, era su naturaleza, él actuaba por puro placer, placer en sus actos aún sin medir las consecuencias de los mismos, no había tiempo de arrepentirse… es más no habría porqué arrepentirse, era cuestión de saciar su necesidad vital de ser libre, era como un potrillo desatado en una llanura solo para él, o que pensaba era solo suya, pero Rubén, claro no dejaría que el potro ande suelto por ahí a libre albedrío, lo dejaría relinchar cuando fuera necesario, no antes ni después… Y eso estaba por probarse…

  • Tengo sed – volvió a la misma perorata el crío porfiado, era como si el trasero no le doliera ya bastante
  • A ¿si? …. Dije adentro PLAF PLAF PLAF – Tres azotes fuertes en el poto hicieron dudar al muchacho
  • ¿Quieres que te pase invitación? – levantó la mano Rubén en señal de volver a azotarlo
  • No será necesario – osó responder su interlocutor
  • Bien dicho, porque aún no termine nuestra….  “pequeña charla” – respondió también irónico Rubén

Ambos se quedaron mirándose midiendo la fuerza de voluntad que se sentían, el ambiente era tenso a tal punto de cortarse con un simple alfiler, y ambos lo sabían; pero no era una tensión mala en sí, porque a decir verdad Rubén disfrutaba para sus adentros, era divertido; después de todo era un nuevo reto a su vida ordenada, y pensó como le gustaba desde siempre la doma de potros, siempre que podía lo hacía y esta vez no sería diferente, tenía un potrillo de pura sangre frente suyo, de carácter, chúcaro como el más en la cuadra, rebelde, obstinado, tozudo, sano, travieso, confiado, porfiado, curioso, un sinfín de cualidades, si, para su abuelo eran buenas cualidades que solo faltaban encaminar, sacudir y pulir, y él era todo un experto sobre todo puliendo traviesos traseritos, y al ver que el crio no se movía, lo volvió a llevar a la esquina de donde no debió moverse y de nuevo de cara a la pared.

  • Estoy aburrido de mirar la pared – comunicó Alexander con la voz relajada pese al castigo adicional, confiado
  • Pues eso tiene solución, quiero que te disculpes de tu hermano por la pelea y por mentir – le contesto mientras alzaba un calcetín sucio impar de debajo del escritorio
  • Iván miente, YO ordene la habitación día antes – Lex se cruzo de  brazos y se dio la vuelta para contestar aquello, sin darse cuenta que estaba provocando a su abuelo
  • Pues yo no creo que Iván estuviera mintiendo – aclaró Rubén a tiempo de observar la habitación de los chicos decidido cada vez más a ponerlos en cuartos distintos
  • ¿Me estás llamando mentiroso? – tuvo la osadía de contestar, eso sí descalabro el abuelo, tener el atrevimiento encima de mentirle  en la cara, que sinvergüenza que era, estaba loco?, acaso no le habían calentado el trasero ya bastante? O es que quería más?,  era increíble definitivamente era una polilla, no tenía sangre en las venas, y esta vez enojado  el abuelo sentenció Bueno, lo intente por las buenas, pero parece que tendré que usar otros métodos – agregó al tiempo que se quitaba el cinturón del pantalón con el típico plof, plof, plof que hacia cuando el cuero se va desprendiendo de la tela, pero ni Iván que es tan permisivo ni Alexander que era tan agudo, lograron identificar el ruidito peculiar que hacía esa maniobra, estaba más que claro, que ninguno de los dos había tenido una experiencia en tercera dimensión con un cinturón sobre sus carnes y sin mediar más palabra lo dobló en dos y agarró desprevenido de la cintura a Alexander para evitar que huyera y empezó la segunda ronda – ZAS, ZAS, ZAS – tres en pleno centro de las posaderas     
  • mmmmmgggg – gemía Alex aún con la rebeldía en los poros
  • ZAS, ZAS, ZAS, ZAS – en el mismo lugar
  • AYYYYYY, AYYYYYY, YA BASTA, BASTA
  • Pues bueno entonces discúlpese – ordenó Rubén

Pero antes de que cualquiera diga o  haga algo, Iván dentro de su instinto protector y temerario, por primera vez desobedeció una orden y se acerco al abuelo con afán de quitarle el cinturón, Rubén no pensaba azotar más que esos pocos chirlazos al chico, solo quería dejar claro que era lo que le esperaba a futuro si seguía en ese plano.

  • No lo azotes abuelo – la voz de Iván se filtro en el ambiente rompiendo la tensión del momento –  por favor – rogó –  no necesito que se disculpe conmigo – aseguro mirando a su hermano –  yo también me enoje y dije cosas que no debo, así que yo tengo la culpa,  YO MENTÍ

Suplico Iván cogiendo la muñeca del abuelo que lo  miraba como alucinado, ¿cómo diablos podía ser tan servil?, ¿y encima cargar toda la culpa?, este crío necesitaba a gritos que alguien le enseñe a respetarse primero, y si eso tenía que ser con mano dura, pues bien, lo sería y sin más soltó a Alexander que también lo miraba con ojos cuadrados, y pensaba lo mismo que el abuelo, como podía ser tan idiota y hacer eso? Demasiados comic, era lo único que se le ocurrió, pero no digo nada, no hubo tiempo, el reloj se congeló en fracción de segundos, y era como si viera una peli medio dormido, sin saber si es real o es fantasía, pero ahí estaba el abuelo en cámara lenta, cogió con una sola mano las muñecas de Iván y sin soltar el cinturón que llevaba en la otra mano le desprendió el botón del pantalón y se lo bajo a medio muslo, Iván respiraba acelerado, hiperventilaba del miedo, empezó a cuestionarse si fue buena idea o no decir lo que dijo, el sudor empezó a bañarle la frente y humedecer su pequeña nariz respingada y a resbalar por el largo de su esbelta espalda; la boca entreabierta jadeaba incontroladamente y sus ojos estaban tan abiertos como platos a más no poder y antes de que el abuelo lo azotara le susurro al oído.

  • Esto es por  mentir – le dijo en voz baja, agregando ya no más –  por mentirme y MENTIRTE a ti mismo, tú te lo buscaste carajito –  y lo chirlos no se hicieron esperar….
  • ZAASSS, ZASS, ZAAASSSS, zass zaas zaass ZASSSS ZASSSSSSSS  – ocho en el centro de su trasero, aquello no era nada bueno, el cinturón mordía, ardía, dolía como un demonio, y no era para menos, el abuelo quería dejar bien claro que no se permiten las mentiras en casa
  • BUAAAAAAAAAAAAAA, BUAAAAAAAAAAAAA, AYYYYYY,  YA, YA, BASTA AYYYYYYYYYYYYY, AYYYYYYYYY, YYYYYYAAAAAAAAAAAA, BASTA, BASTA, POR FAVOR, NUNCA MÁS, NUNCA MAS, POR FAVOR, POR  FAVORCITO
  • ZAAASSS, ZAASSS, ZAASSSS, zaas zaas ZAAASSS, ZASSS,

En el mismo lugar, ¿cómo podía ser tan certero el abuelo?, Iván lloraba desconsoladamente, el abuelo no lo soltó  ni un solo momento que duraron aquellos 15 azotes, el crío solo pudo forcejear por soltarse porque la prensa que hacía su abuelo en las muñecas era impresionante, tenía unas manos bastante grandes y no tenía dificultad en agarrarlo, así que al ver que no podía protegerse Iván forcejeaba hacia abajo, en actitud de agacharse y fue ahí, donde Rubén soltó al crío que cayó de rodillas sobándose incontrolablemente el maltratado trasero, como picaba aquello pensaba… su cara estaba roja, congestionada del llanto, toda mojada y corrida de mocos, saliva, sudor y lágrimas, la respiración acelerada y bastantes quejidos lastimeros se desprendieron de sus labios, estaba todo desaliñado con el pelo revuelto y la camisa desordenada y aún con los pantalones en las rodillas; lo único en su lugar era el calzoncillo blanco, que el abuelo no desprendió de su carnes, poco consuelo, igual no amortiguaron los azotes.

Alexander tenía por primera vez la cara pálida del susto de ver a su par en tal estado, y todo, todo por su culpa, oyó decir algo a su abuelo pero no entendió nada, solo sintió que este lo sacaba de esa habitación para encaminarlo a la suya a punta de nalgada que parecía no sentir, cerró la puerta y recién se percató de donde estaba…

  • Dejaremos claro algunas cosas jovencito – dijo el abuelo mientras lo tumbaba nuevamente sobre sus rodillas y le bajaba esta vez la trusa – No voy a permitir que te salgas con la tuya…
  • Pero yo no hice naadaaaaaaaaa – protesto apenas empezó a sentir los manotazos del abuelo sobre su roja piel
  • EXACTO HIJO, EXACTO – respondió a tiempo de apresar sus piernas debajo de la suya –  no hiciste nada, permitiste que tu hermano se eche la culpa en vez de disculparte… PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf  PLAF PLAF

Lo retuvo ahí, como unos cinco minutos, cinco interminables minutos para un condenado a las nalgadas, sin tiempo a respirar siquiera; tenía la mano del abuelo recalentándole el traste y poniendo énfasis en el centro de sus posaderas, donde minutos antes el cinturón había visitado de refilón, Alexander lloraba rendido sobre sus rodillas, con sentimiento de culpa, por su tozudez Iván se había llevado la peor parte, terminada su tarea Rubén con el ceño fruncido, harto por haber tenido que hacer lo que hizo, sobre todo con Iván, llevó a Alexander a la ducha de la habitación principal para que se bañe.

  • Báñate y no salgas de la habitación hasta que YO  te lo ordene… ¿entendido? – pregunto por si acaso
  • Sii, siii señor – contestó Alex esta vez sinceramente

Y sin más Rubén se encaminó a la habitación de los críos, tenía que aclarar las cosas con Iván y no quería interrupciones, así que cerró la puerta después de abandonar su dormitorio e hizo lo  mismo al ingresar a la de los chicos; ahí encontró a Iván, sollozando sobre la cama acurrucado como un pollito indefenso,  aun con los pantalones abajo… le partió el alma verlo así y sin más preámbulos, hombre impulsivo como su nieto mayor, pero con la experiencia de haber moderado su carácter y reconociendo que cometió una falta, fue a la cama del niño, lo sujeto en sus brazos con un amor infinito y lo abrazo atrayendo su cabeza a su pecho para calmar el llanto que se reavivó al verlo entrar.

  • SHUUU, ya paso mi niño, ya paso mi cielo – sus labios vertieron aquel raudo de palabras de consuelo como cuando era un nene de pañales… palabras suaves y dulces que empezaron a surtir efecto en Iván, quien lloro un rato más al punto de la convulsión, era un crío muy sensible, con una necesidad grande de no defraudar a nadie, de contentar a todos, eso sería un problema a futuro si no sabía diferenciar entre ser gentil y ser servil, muchas personas podrían abusar de él en todo sentido y eso, Rubén no lo permitiría jamás, aún cuando tenga que repetir la desagradable escena de azotarlo como tuvo que hacerlo hoy, y como si Iván leyera sus pensamientos sollozando empezó a disculparse
  • Looo, siiiento –  hipaba llorando – lo siento abuelo, lo siento tanto
  • Y vaya que lo sentiste – no pudo evitar decir aquello, pensando en la paliza, intrigado en la razón – ¿por qué diablos hiciste lo que hiciste?

Levanto un poco la voz, lo que alteró a Iván que en un instinto de conservación agarro la mano derecha del abuelo entre las suyas, aquella mano que en estos momentos estaba calcada en el trasero de su gemelo y que se le calcaría muchas veces a futuro en sus propias carnes, la misma mano que con una fuerza controlada lo azotó con el cinturón; pero no lo soltó, se la llevó a la cara como queriendo una caricia en la mejilla que no se hizo esperar, y sintió la diferencia de temperatura de ambas palmas en su rostro cuando Rubén cogió la cabeza del muchacho cariñosamente con ambas manos para que lo mirara…

  • Escúchame bien Iván – demandó el abuelo –  pon atención en lo que voy a decirte – suspiro y espero a que su nieto respondiera con un si apenas audible – Yo te amo – declaró solemne mirándole a los ojos  – te amo infinitamente como a tu hermano, no están solos ¿entendiste? – preguntó muy serio, aquello tenía que quedar muy claro – Yo los protegeré cuando sea necesario de cualquier cosa – declaró – ahora mismo lo hago, no necesito que tu socapes a tu hermano en sus actos,  él debe aprender a ser responsable de sus propios errores – recomendó aquello sujetando la cara del niño entre sus manos – si tu andas ahí echándote la culpa de lo que él hace, no solo te llevarás una paliza como ahora – indico para que entienda las consecuencias de aquello, pero también agrego de inmediato – sino que le haces daño a tu hermano, porque NUNCA, óyeme bien, NUNCA aprenderá a madurar y creerá que estarás siempre a su lado resolviendo sus problemas
  • Pero los hermanos se ayudan – respondió Iván en su defensa
  • SI se ayudan, pero en otros sentidos – respondió papá con voz pausada –  puedes hablar con él, hacerle ver sus errores en vez de cargarlos tu – recomendó y tras una larga pausa cargada de silencio agrego –  eres inteligente Iván, eres mi niño de oro, y me duele tener que castigarte por cosas que SÉ que no hiciste, pero tu insistes en decir que son tuyas, te he tenido que pegar para que aprendas a no mentir, pero a no mentirte a ti mismo es la lección más importante, el resto del mundo podrá creerte, pero tú, tú siempre sabrás que es un mentira y eso no es bueno, distorsiona la realidad

Decía todo esto sin dejar de repartir besos en la frente de su niño de oro, de su pequeño, Dios lo había hecho así para que lo disfrutara, era una manera diferente de disfrutar a Logan… Iván dejaba caer sus lágrimas al comprender lo que su abuelo le explicaba y cuando éste estaba por dejarlo, cuando le dijo que tenía que ir a consolar a Alexander, antes de que se parara del todo de su cama y se separara de su cuerpo, volvió a coger la mano derecha del abuelo, tenía una extraña fascinación con esa mano, era como si instintivamente, pese a que sabía que le causaría dolor, era un dolor que lo protegía y muy en el fondo necesitaba de esa protección, y sin más beso la palma de su abuelo, lo que sorprendió a Rubén, pero, lo que lo dejo atónito fueron las palabras de su nieto.

  • Puedo llamarte papá?....... necesito que seas mi papá, no mi abuelo solamente

Rubén volvió a abrazarlo con un enorme nudo en la garganta, no necesito decir nada, Iván había tomado una decisión….


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