martes, 19 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 8; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Abril de 2016.
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Capítulo 8

Domando al potro

Autora: Marambra


Alexander de cara a la pared, hipaba su vergüenza las manos en la nuca, no podía calmarse, estaba agobiado, la piel le ardía, parecía que se hubiese sentado sobre una brasa, Rubén lo había bajado a punta de cinturonazos de la movilidad, había sido una verdadera batalla, subir las escaleras en aquel estado, caminar el largo pasillo, y luego empezar a OBEDECER  había sido terriblemente vergonzoso más que doloroso.

  • Ay…. Ay…..snif, snif – se quejaba sintiendo la invasión de sus mocos en la boca
  • Ven aquí – volvió a llamar Rubén, acababa de hablar por teléfono con el director del instituto y se entero que su nieto se había saltado un montón de clases
  • YA nooo, ya noo, noooo YA NO, YA NOOO, VOY aportarme bien… lo, lo... LO PROMETOOOOO – los ojos de Alex se desorbitaron al oír a su abuelo, sabía que cumpliría su promesa
  • Ven aquí he dicho – replicó la orden Rubén, enfadadísimo como estaba –  no me hagas perder el tiempo – advirtió el abuelo con un ominoso dolor de cabeza – mocoso insolente – murmuro más para sí que para que Lex lo oiga, pero al ver que no se acercaba, él lo hizo por Lex y lo sujeto de las muñecas llevándolo donde lo quería, sobre su regazo
  • POR FAVOR, POR FAVOOOR UAGAAAAAAAAAAAA, YAA
  • PLAF, PLAF PLAF PLAF, PLAF, PLAF PLAF PLAF – los manotazos sonaron, de nuevo, sobre su rojo trasero, pero es que era más terco que una mula

Aquello parecía una peli de terror, cuando estaciono Rubén y bajo del asiento, abrió la puerta del copiloto esperando que Alexander descendiera, pero claro el obstinado niño tuvo que desobedecer; pero bueno no era para menos ¿quién de buena gana bajaría si sabía que su abuelo le va a cocinar el traste a punta de nalgadas?, pero Rubén no estaba para más broncas, las venas de su temporal y de su frente empezaron a congestionarse y al darse cuenta que Alex no obedecía ni lo haría a futuro, se quitó el cinturón ante la mirada despavorida del crío, y sin importar quien estuviese viendo o no (es que en casa siempre había alguien, sea el jardinero, sea la chica que ayudaba en la cocina, sea alguien del potrero) sujeto a Alexander del brazo más próximo lo bajo de un solo golpe al suelo, lo agarró de un brazo dejando el otro libre y empezó a sobarlo con el cinturón, Alexander forcejeaba de puro instinto, y de puro instinto cubría su trasero con las manos, mala idea los cintazos también le llegaron a las manos

  • ¿QUIÉN   zass,   CREES   zaas zass  QUE TE ESTÁ  zass, ZASSS,  HABLANDO?,  TE HE  DADO  ZASSS,    UNA ORDEN zaas
  • BUAAAAAAA, AYYYYYYYYYY YA NO, YA NO    
  • zaas, zaass, zaas ZAAS
  • AAAYYY,   BUAAAAAAA, AYYYYYYYYYY
  • Zass, zass, zzass
  • BUAAAAAAA, AYYYYYYYYYY 
  • zaas,  ZASSS 
  • auuuu auuu AYYYYYYYYYY  POR FAVOR, POR FAVOR, POR DIOSITO YAAA NOO, AYYY YAAYAYYAY BASTA….. BASTA….. BASTA

Los cinchazos iban y venían de todos lados, pero ninguno fallo, todos llegaron al trasero y a los muslos del descontrolado muchacho, pero las cosas empeoraron cuando Rubén sin inmutarse siquiera empezó a desabrochar el pantalón del chiquillo que en una maniobra desesperada de no ser despojado de su única protección, mordió a su abuelo, mala cosa, Rubén, lo cogió de la cintura apresando al muchacho casi, casi, de cara a piso, con una tremenda prensa y sin más miramiento los siguientes cintazos fueron memorables y así apunta de cintazos llego a la habitación del crio, lo coloco de cara a la pared y dejo el cinturón en la mesa.

  • A TI lo que te hace falta es aprender A OBEDECER, a ser DISCIPLINADO – dijo enfadado pero sin gritar –   te comportas como si fueras un potro de monte – lo acusó –  y yo te domo como a tal – anuncio como si anunciara un regalo – voy a hacer que  aprendas a OBEDECER y ser una SEDA O DEJO DE LLAMARME RUBÉN HANSEN – vociferó – ahora, Alexander, date vuelta y ven aquí – indico un punto a su lado, era un farol para ver si Lex había entendido sus palabras, pero Alexander se cortó de avanzar en cuanto vio el cinturón sobre la mesa, Rubén en dos zancadas estuvo a su altura y empezó a azotar el maltrecho trasero con la mano lo que claro arrancó aullidos de desesperación –  Plaf, plaf, plaf, plaf ,  ¡¡TE ESTOY HABLANDO!!
  • AY ay ay aya yaaa, yaa YA  VOY SNIF, snif, snif snif – gemía todo agitado
  • ¿Dónde tenías que ir esta mañana? – le preguntó Rubén, haciendo caso omiso a sus sollozos y quitando la mano de su nariz, para limpiarle él mismo los mocos que chorreaban
  • AAA aaal al ins, ins, insss – no podía pronunciar nada – al instiii tinsitutoooo – contesto un dolorido Alex
  • ¿Y DONDE MIERDA ESTABAS TU? – nuevos azotes –  plaf plaf plaf plaf
  • auuu uuuu uu –  se quejó una vez más
  • PLAF, plaf plaf  plafy una vez más la mano del abuelo cayó sin contemplaciones
  • POR FAVOOOOORR ARGGGGG
  • PLAF,  PLAF, PLAF PLAF
  • AYYY, AYYY me dueele, dueele mucho, me piica, abueelooo, piiica por favooor – y atajó la mano del abuelo sollozando
  • Te hice una pregunta – repitió Rubén cansado también de lo mismo, pero Alexander tenía que aprender, sino era por las buenas por las malas
  • SNIF, SNIF, YOOOO –  y no pudo contestar
  • PLAF, PLAF, PLAF
  • AAYAYAYAY, YYAAA, AYYYY … YA NO, YA NO, YA NO
  • PLAF, PLAF, PLAF Te hice una pregunta – Rubén alzó el cinturón, Alexander solo rompió a llorar desesperadamente, tratando de huir, bajo sus manos de la cabeza donde se las había colocado su abuelo e instintivamente quiso cubrirse con las manos – ¿Te dije que podías moverte o bajar las manos?
  • NO, no lo hiciste – y se volvió a colocar en su lugar, Rubén estaba a punto de volver a azotarlo pero se detuvo, aquel crío no resistiría ni un solo azote más, solo había que verle la cara toda mojada, los labios mordidos, el pelo despeinado, el pantalón arrugado y la polera a medio suspender…. NO, NO TENÍA CORAZÓN PARA SEGUIR, AUNQUE SE LO MERECÍA 
  • Te quedas ahí, mirando la pared, y ¡NO! se te ocurra MOVERTE, ¿me entendiste? – advirtió
  • SIII, SIII – cualquier cosa por terminar con esto

Rubén salió de la alcoba, se pasó una de las manos por la cara en señal de cansancio emocional, sí… eso era lo que sentía, un profundo cansancio emocional, pero tenía que haber otra forma de educar el crío….. no servirían de nada los azotes si no escarmentaba otra cosa pensó, y se dirigió al potrero…

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